Ecos de tu voz Edición Diciembre 2012

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Tiempo y espacio. Creaciones distantes a la Creación

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or un lado los seres humanos utilizamos como parámetro el tiempo cronológico que nos sirve para establecer la duración de las cosas; como ser, un día dura 24 horas, un mes entre 28 y 31 días y un año 365 días. Por otro lado, utilizamos el espacio para medir distancias. Con esto podemos establecer que desde un punto predeterminado a otro habrá tantos centímetros, metros o kilómetros respectivamente. Uniendo ambos parámetros se puede llegar a saber cuánto tiempo demoraría una persona para llegar a un determinado sitio y de esa manera tener la posibilidad de, por ejemplo, encontrarse con otra. Este sistema es sumamente útil como para organizarse en los quehaceres de la vida cotidiana, aunque no es tan exacto pues parte de un parámetro determinado por el cálculo mental. Una prueba irrefutable es el paso del tiempo. La vida moderna se ha encargado de demostrar que lo cronológico no guarda relación alguna con el tiempo real. Un día de 24 horas en el campo perceptivo puede no durar todo ese tiempo. Lo mismo ocurre con los meses, los años y las décadas. Parecería que nada dura lo que se supone debiera durar. 12

El Equipo de Redacción

Tampoco el espacio es algo que se pueda calcular con certeza. Se puede establecer cuántos quilómetros hay de la tierra al sol pero nunca podrá establecerse cuántos de esos kilómetros tiene el espacio infinito. Hace unas décadas, el físico inglés Albert Einstein, realizó un estudio que dejó boquiabierto al mundo, y justamente se basaba en lo temporeo-espacial. El estudio realizado consistió en lo siguiente: Si una persona viajara en una nave espacial a la velocidad de la luz (hoy sería imposible pero los adelantos tecnológicos nos pueden llevar a ello), y se dirigiera a la nebulosa de Andrómeda, demoraría 35 años en arribar a la misma y otros 35 años para volver a la tierra. Esto que parece un simple dato no lo es tal, porque Einstein comprobó que al volver al planeta tierra, y luego de 70 años de viaje, la tierra habría envejecido 2.500.000 de años. Sí, dos millones y medio de años. Más allá de cualquier prueba científica, lo cierto es que el conocimiento humano es falible por definición. Así como hasta el mismo Einstein pudo haberse equivocado, tampoco existe otra teoría que sea confiable como para demostrar su error.


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