Armando Rojas Guardia:
Pininos de un escritor La Revista Cultural Prisma tuvo la oportunidad conversar el respetado poeta venezolano Armando Rojas Guardia sobre el inicio de su interés por la literatura y algunas de sus preocupaciones filosóficas. A continuación la charla.
V a l e n t i n a Moreno:¿Cómo influyo tu padre, escritor y miembro del grupo viernes, en tu interés por el trabajo creativo? Armando Rojas Guardia: Sin el ejemplo paradigmático de mi padre creo que no hubiera sido posible mi vocación literaria, una tía mía, Albertina, sólia contar que a los 4 años de edad sentados los dos en el jardín de sus casa ella me preguntó ¿Armando cuando seas grande vas a ser poeta? Y yo le respondí, no no es que yo voy a ser, ya lo soy. Una frase como esa a los cuatro años de edad hubiera sido imposible sin el ejemplo de mi papá.
yo diría que desde mi primera infancia yo sabia que a la hora de redactar una composición colegial o de leer en voz alta un texto, en esas dos materias yo era fuerte. Luego en la segunda mitad de la infancia y en la pubertad, la idea de entregarme a la literatura se desvaneció, y empezaron a surgir otras metas posibles como alternativas profesionales, pero a los 15 años leyendo Poeta en Nueva York de Federico Garcia Lorca,- que es un libro muy La vocación literaria surgió extraño y muy atípico dentro en mi desde muy temprano, de la obra de Garcia Lorca,
porque en él , el autor paga una deuda irrenunciable con el surrealismo y hay un barroquismo imaginativo delirante- un libro extraño pero a mi me conmovió de una manera tan radical que yo me dije “ esto es lo que yo quiero ser, poeta” y empecé a escribir metódica y sistemáticamente. Me daba miedo mostrarle mis poemas a mi papá pero mi mamá comenzó a alcahuetearme y le mostraba esos textos a mi padre, un día ella llegó a mi cuarto, se sentó en mi cama, yo estaba sentado en la silla del escritorio y tuvimos una entrañable conversación sobre la poesía y así comenzó todo.
¿Con que otros autores recorriste ese camino de nuevo interés por la poesía?
Bueno unos poetas venezolanos que yo leía muy concienzudamente, Rafael Cadenas y Ramón Palomares, en mi primer poemario que es del año 1979, publicado ese año, tanto en la primera como en la tercera sección de ese libro se