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PADRE

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E N Le Me To S

E N Le Me To S

Cada vez que se toca el tema de relación entre padres e hijos, el versículo a resaltar siempre es “Honra a tu madre y a tu padre” pero poco se habla de la instrucción, o prohibición, de Pablo a los corintios y efesios sobre no exasperar o provocar a los hijos (Ef. 6:4; Col. 3:21).

En pocas palabras, Pablo le pide a los padres a no hacer sufrir a los hijos para que lo primero, recibir honra, tenga efecto; pero ello no se logrará sin antes haber ejercitado disciplina en el niño.

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El rey Salomón nos dice en Proverbios 13:24: “El que escatima la vara [castigo] odia a su hijo; Los que aman a sus hijos, desde temprano los corrigen” ¿Cómo deberíamos tomar este pasaje? Aunque usted no lo crea, este pasaje comúnmente se toma literalmente, al grado de que los padres tienen en casa una vara de reprensión para golpear al niño mal portado, pero ¿a esto se refería Salomón? Sinceramente no lo creo. Los autores bíblicos empleaban elementos figurativos, de su entorno, para que su audiencia entendiera la enseñanza espiritual; en este caso, el instrumento corporal para guiar a los animales, serviría de ilustración para hablar sobre la disciplina a los niños. El rey Salomón, con esta ilustración, no está permitiendo literalmente el castigo corporal, sino otorgando autoridad (la vara) a la hora de corregir al niño, con dulzura y misericordia. El niño está en la etapa de aprendizaje, de error y acierto, por tanto, el castigo físico suele implantarse en la mente del niño como un acto cruel y tiránico. Ahora, ¿Cuál sería la alternativa? La disciplina, para que sea efectiva, debe llevarse a cabo de tal manera que el receptor comprenda el mensaje del emisor, si este primero no comprende el mensaje, la culpa no recae en el receptor, sino en el emisor pues no está transmitiendo correctamente el mensaje. Lo que se busca con el mensaje es el Bienestar del hijo, por tanto, la disciplina debe servirse con expresiones de afecto y amor.

La reprensión en la disciplina debe ser sin ocasionar daños físicos y/o psicológicos, elevando el amor de Dios por sobre el castigo, que sin duda debe efectuarse, pero como dice Jeremías 31:20 “¿No es Efraín hijo precioso para mí? ¿no es niño en quien me deleito? pues desde que hablé de él, me he acordado de él constantemente. Por eso mis entrañas se conmovieron por él; ciertamente tendré de él misericordia, dice El Señor.”

Como padres, se debe generar confianza en el niño, no temor; necesitan sentir la sensibilidad, sabiduría y amor, así como saber que el padre está para protegerlo y guiarlo, creando un vínculo de amor al escucharlos y comprender sus necesidades. De esta forma podemos hacer que nuestros hijos cumplan el mandato de respetar y honrar a su autoridad paterna.

Te recomendamos leer: El Padre que yo quiero ser

De: Josh McDowell

Editorial: Mundo Hispano

Quiero que pienses en la forma en como sueles mostrar amor a tu esposo, a tus hijos, a tus padres y a tus amigos. Sé que la forma en como les hacemos saber que los amamos no es igual en como lo demostramos a nuestro esposo a como lo demostramos a nuestra mejor amiga.

La forma en que lo demostramos varía de persona a persona, pero, sin duda, hay algo que demuestra a todos que los amamos. Por ejemplo, me he dado cuenta de que la forma en la que mi esposo me demuestra que me ama es siendo servicial, preocupándose por mi bienestar, cuidando de mí y de que me sienta bien.

Tiene detalles que me hacen saber que me escucha, que me observa y que está pendiente de lo que me gusta y lo que me molesta. Así ha sido desde que me acuerdo, no hay un solo día en nuestra historia en la que pueda decir que no me mostró su amor de esa forma. Por increíble que parezca, aún en los días malos, en medio de discusiones acaloradas, su amor no disminuyó ni dejó de demostrarlo nunca.

Pero, ¿es de esa misma forma que le demuestra a los demás que los ama o que los aprecia? La mayoría de las veces sí. Me doy cuenta de la forma en como hace hospitalidad con nuestros amigos cercanos, de cómo busca que estén y se sientan cómodos cuando nos visitan. Siempre tiene algún detalle que les hace saber que son importantes para él. Esa es su forma de amar y yo amo poder ser testigo y receptora de ese amor en primera fila.

Y, ¿qué crees? Que las formas de amar en cada persona son evidentes aún desde niños. Quienes somos madres, y si hemos puesto atención a nuestros hijos, podemos dar testimonio y fe de la forma en la que aman. Quizá su forma de mostrarnos su amor a nosotras no sea igual que la forma en la que se lo muestra a su padre, pero hay similitudes o rasgos de alguna de esas formas que predomina más.

Es una bendición poder estar frente a nuestros hijos el tiempo suficiente y necesario para conocerlos más, para conocer su amor y brindarles a ellos espacios seguros donde puedan expresarlos y compartirlos sin temor y mejor aún, donde puedan crecer en la expresión de su amor.

Los lenguajes del amor de nuestros niños es un tema que debería ser primordial en sus padres, un tema en el que podamos crecer con ellos y que podamos también conocerlos más para amarlos más y mejor.

Te recomendamos leer:

5 lenguajes del amor de los niños.

De: Gary Chapman y Ross Campbell

Editorial: Unilit 17

En la vida, todos experimentamos dolor, aunque a casi nadie le gusta sentir dolor es parte de la vida, Dios nos creó con la capacidad para sentir dolor y existen diferentes tipos de dolores, los físicos y los emocionales, ambos nos alertan de que algo no está bien. Los dolores físicos pueden ser intensos y pasajeros como una falta en un partido de futbol, sin embargo deja consecuencias, otros dolores físicos duran más, y nos podemos acostumbrar a vivir con ellos, de la misma forma los dolores del alma, también se sienten intensamente y podemos sobrellevarlos todos los días, como el caso de una ruptura sentimental, un enojo o tristeza por algo que sucedió (algún abuso o maltrato que se haya sufrido), otros dolores provienen de algunos anhelos profundos, como la falta de hijos o de una pareja. Sin embargo, estos no tienen que ser una carga para nosotros. En muchas ocasiones esto nos limita y nos marca en lo que creemos que podemos hacer, sin embargo, puede ser lo contrario, de hecho, pueden potencializar nuestra vida y ayudarnos a ser más fuertes y resilentes.

El dolor y las luchas pueden ser un trampolín para la transformación personal. El dolor puede ser una oportunidad para crecer y descubrir nuestras fortalezas interiores. De esta manera podemos alcanzar los anhelos más profundos de nuestro ser. El psicólogo Henry Cloud menciona que el amor se fortalece cuando se da la conexión a través del dolor. Cuando se comparten estas experiencias o se viven juntos. A menudo sentimos que nuestras experiencias dolorosas nos alejan de los demás, pero la verdad es que también pueden conectarnos a un nivel más profundo. En resumen, el dolor y las luchas pueden ser una bendición disfrazada. En lugar de resistir estos desafíos, debemos abrazarlos y permitirnos sentir todas las emociones que nos producen. Cuando abrazamos el dolor, podemos sanar de manera más efectiva y conectarnos con otras personas en un nivel más auténtico.

Además, los anhelos más profundos de nuestro ser son indicativos de lo que realmente queremos en nuestra vida. Nuestros sueños dicen mucho acerca de quiénes somos como personas. Cuando nos damos cuenta de lo que realmente queremos, podemos trabajar para alcanzarlo. El dolor y las luchas pueden ayudarnos a identificar nuestros verdaderos anhelos y motivaciones, para empezar a visualizarlo me tendría que preguntar ¿Por qué siento este dolor? ¿Cuál es la raíz de esta necesidad? ¿Es algo que puedo cambiar o mejorar?

En conclusión, el dolor, las luchas y los anhelos profundos pueden potencializar nuestra vida si los vemos como una oportunidad para crecer, conectarnos con los demás y descubrir nuestros verdaderos anhelos. Debemos abrazar estos desafíos, permitiéndonos sentir todas las emociones que surgen. Al hacerlo, podemos encontrar un propósito y significado más profundo en nuestra vida.

Te recomendamos leer: Plenitud de vida

De: Josh McDowell y Ben Bennett

Editorial: Harper Collins

Te recomendamos leer: 52 Palabras Bíblicas que todo niño debe conocer.

De: Carrie Marrs

Editorial: Patmos

La Palabra de Dios tiene bastante que decir a los padres sobre la crianza, pero debemos ser diligentes en leerla e intencionales en aplicarla.

El día a día de una mamá en etapa de crianza es: levantarse temprano, correr a preparar el desayuno, preparar a los niños para ir a la escuela, tomar el auto y salir con dirección a la escuela; regresar a casa, preparar comida ¡y no le sigo, porque termino cansada nuevamente! Si hay un espacio de tiempo tomas un poco de café o picas una fruta… ¡Tengo la impresión que el final del día de una mamá es igual de ajetreado que el comienzo!

Honestamente, nuestro trabajo no termina en todas las actividades que realizamos día a día.

Nuestro verdadero trabajo como mamás es instruir a nuestros hijos en los caminos del Señor; Esta responsabilidad también demanda que nosotras estemos tomadas de las manos de Dios, en comunión con Él a través de la Palabra.

No hay nada mejor que la influencia de una madre sobre su hijo. Dios nos dio la oportunidad de moldear el carácter de nuestros hijos y guiarlos en sus caminos.

Nuestro deseo en revista Crece, es que los recursos que te recomendamos en esta edición sean buenas herramientas para el gran trabajo que haces como mamá.

Revista publicada por Distribuidora Ariel. Info. 55 · 5132 · 5000 Ext. 500 El material editorial que aparece en esta publicación es usado con autorización de los autores y/o editores correspondientes. Se autoriza la reproducción de los artículos, siempre que se cite la fuente y no con fines comerciales. Las opiniones aquí vertidas son responsabilidad de los autores. La publicidad y promociones anunciadas en esta revista son responsabilidad exclusiva de los patrocinadores.

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