pena, aunque algo menor, y el riesgo de represalias ya que la Argentina carece aún de un sistema eficaz de protección para estos casos. Las limitaciones procesales respecto de las etapas en las que puede hacerse uso de este mecanismo también deben ser revisadas para incentivar su uso. De cualquier manera, existen progresos y avances en transparentar y castigar la corrupción que son importantes. El desafío es darle continuidad a estos esfuerzos a través de mejoras legislativas y en la organización de la justicia para que estos avances signifiquen el comienzo de un cambio cultural en la Argentina que asegure que nunca más retornemos a los niveles de corrupción que padeció el país en las últimas décadas.
El Director
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