REVISTA CICPC

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tener un tercer cuento que es relacionado con la parte religiosa, santería, religión y esa trilogía crea un libro. Esa es la meta

--¿En qué se basa para escribir ese libro? --La experiencia a través de 29 años de trabajo y que es una pasión, llevar ahí aparte de la ficción, que se adquiere leyendo, está la experiencia del día a día, los temas típicos, las desviaciones de las personas, la xenofobia, el fanatismo religioso, el delito en sus diferentes manifestaciones.

¿Qué mensaje le daría a los muchachos que están ingresando al Cicpc? --Yo creo que la principal pérdida que hemos tenido es el hábito de la lectura y se entiende por la situación de hogar. Un muchacho hoy en día está más pendientes de un celular, computadora, ordenador, tableta que de leer un libro. Muchas veces en ese dialogo se escribe mal y eso deteriora mucho el lenguaje y causa una mala impresión. Estos muchachos que ingresan a nuestras filas cuando van atender a una persona, son los primeros en estar en contacto con el público. Ellos están en la oficialía de guardia, Comisario general Carlos José Gárate Rondón

en la recepción, cuando viene un usuario a solicitar una orientación a nuestros servicios a denunciar se va a enfrentar a un muchacho que tiene un lenguaje muy pobre, que tiene muy poco conocimiento de cultura general y da una mala impresión. ¿Cuál sería la solución? Leer un poquito más, quizás los medios y las redes nos pueden suministrar mucha información, en internet se consigue mucha información, pero no es la que se está consumiendo actualmente. Los muchachos no están buscando obras de literatura, biografías, ningún tipo de documental de la naturaleza, sino pura basura lo que llamamos enlatados, chismes, farándula, deporte pero lo que haga fértil la imaginación, muy poca. Entonces de acuerdo a lo que he visto es necesaria una revolución educativa dentro del Cicpc, tenemos que pujar porque el funcionario del nuevo ingreso tenga esa capacidad de leer, asimilar y poder sintetizar lo que lee, de poder crear criterios concretos que se adapten a la realidad y la parte operativa hay que ser digamos un poco confiado, vivaracho; no podemos en esta época estar viviendo, confiándonos porque la situación está difícil, hay que estar alerta constantemente y eso va muy relacionado con las redes sociales.

Señaló que “he visto con tristeza, muchachos que van en una patrulla con detenidos atrás y están chateando por un celular. Es peligroso, están en un punto de control y están chateando por un celular o portan un arma van en una moto sin casco y con el arma exhibiéndola, se paran en una bomba de gasolina a echar gasolina y el delincuente pasa desapercibido, le agrede y le puede causar hasta la muerte, hay que tener ojo visor”.

A los funcionarios --A nuestros compañeros y a los nuevos ingresos: esta es la mejor institución del mundo, el Cicpc es una universidad. Aparte de la UNES, lo que fue el Iupolc, esto es la universidad de la vida, aquí uno conoce a fondo la conducta humana, los más bajos instintos, la miseria humana, así como la bondad y el altruismo de esas personas que a lo largo de la carrera uno va conociendo, personas que son capaces de dar el todo por el todo por ayudar a otra. He conocido a personas que sienten y les duele su país, se acercan a la institución y te dan un pote de pintura. Aquí se aprende mucho. El Cicpc es una familia, nuestro padre es el Cicpc, nuestro padre es el comisario general Douglas Rico que nos quiere a todos como hijos y gracias a él, gracias a su gran calidad humana, hemos logrado todo lo que tenemos hasta ahora, un centro de capacitación, una de las cosas que hay agradables, que ha sucedido está aquí en este edificio, porque desde que estaba en la escuela, escuchaba que estaban construyendo este edificio, eran dos torres y yo jamás pensé que iba a trabajar aquí, pasaron 25 años y todavía estaba el edificio. Añadió que “gracias al comisario general Douglas Rico que tomó la iniciativa, se logró culminar el edificio. Son cuestiones, satisfacción. Está al decir ya cuando yo esté en retiro “Yo trabajé en ese edificio” y tristeza cada vez que me toca colocar en La Orden del Día la muerte de algún compañero de armas en cumplimiento del deber a manos de la delincuencia. Yo siempre digo esto es una escuela, es una universidad, la mejor universidad del mundo aquí no aprendes lo académico pero aprendes de la vida, aprendes sentimiento, te pierdes de muchas cosas que quizás un abogado, un ingeniero, sabrá mucho de su profesión pero hay aspectos sociales de conducta, de sentimiento, psicológicos que se aprenden aquí y eso te enseña cuando le hablas a tus hijos porque ya tú has visto experiencia en otras ramas es como el dicho muy famoso “Uno aprende de las experiencias propias” que tienes la posibilidad de aprender de las experiencias de los demás, esto es una universidad de la vida”.

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