Instantáneas / Culinarias
Por Rodrigo Alomía
La tradición del gusto Desde hace poco más de un mes, Dánica ha abierto un nuevo concepto entre sus ya conocidos restaurantes: un café ubicado en el Centro Comercial El Polo, de sabores italianos y peruanos.
Fotos: Santiago Barco
En la tradición siciliana, el hermano menor de un hogar cumple un rol importante cuando de gastronomía se trata, pues es este quien heredará las recetas de la familia y las hará prevalecer en las generaciones siguientes. Así, existen platos con más de cien años de antigüedad en Italia y, sobre todo, en Sicilia, una región en el extremo sur del país y una de las islas más importantes del territorio. Antes de crear Dánica, siete años atrás, Vanessa Siragusa cumplió esta tradición que la convenció de querer dedicar su vida a la cocina. Su padre, nacido en aquella ciudad, era el menor entre sus hermanos, y, dentro de su descendencia, la última en llegar al mundo fue Vanessa. «Recuerdo que en mi casa siempre vi a mi papá cocinar, y fue él quien me enseñó a preparar más de una receta. De pequeña amasaba el ñoqui, y ese fue el primer plato que aprendí a hacer», recuerda Vanessa, sentada en la terraza de Dánica Caffe del Polo.
que ofrecemos en los restaurantes, pero acá lo complementamos con sánguches, cafés, ensaladas y jugos», dice Gianmarco Siragusa, hermano de Vanessa y encargado de la parte comercial del café. «Este es un sitio más dinámico y rápido donde podrás disfrutar de comer algo fresco, rico y sano».
Hoy, en esta nueva propuesta tipo café que ofrece Dánica, el concepto ha cambiado pero el espíritu de la fusión ítalo-peruana continúa intacto, al igual que en sus locales de San Isidro y Miraflores. «Las personas pueden venir desde el desayuno hasta la cena y escoger para comer entre más de una opción de las
Así, en el desayuno destacan con notoriedad las french toasts, acompañadas de una bola de helado artesanal –en Dánica ellos mismos preparan su helado–, fresas y una pequeña jarrita de miel; además del café italiano illy, de gran cuerpo y sabor, ideal para despertar los sentidos antes de trabajar. Entre
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las opciones del almuerzo, la ensalada San Diego es una de las más solicitadas, con pollo empanizado en ajonjolí, verduras, y un sabor cítrico característico que gusta con un chorrito de aliño. Y si añora lo italiano, los segundos como la berenjena a la parmesana, el risotto tapado al horno, o una lasagna compensarán su antojo. Vanessa fue jefa de pastelería en el restaurante Casa Grugno, famoso en la ciudad de Taormina, en la costa este siciliana, por ser poseedor de dos estrellas Michelin. Por eso los postres ocupan un lugar especial en Dánica Caffe. De entre esa variedad, además de las reclamadas tostadas
francesas, destacan el tiramisú, el cheesecake de canela y butterscotch o los quequitos de diversos sabores que endulzarán el mejor de los lonches a media tarde. Y en la cena, una copa de vino más una pizzetta en la terraza cierran bien el día. Dánica Caffe está en la avenida El Polo 670, dentro del Centro Comercial El Polo 2, y atiende de lunes a domingo desde las 8:00 a.m. hasta la medianoche. Vanessa dice que el nombre de su restaurante le gusta tanto, que no descarta ponérselo a la hija que tendrá algún día. Aún falta para ese entonces, pero seguramente será ella quien continúe con esta tradición inquebrantable.