Revista Armada

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Armada República de Colombia

Intereses

Marítimos Colombianos

Edición No. 110 junio de 2021 - ISSN 16921097



Contenido

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EDITORIAL Soberanía e Integridad del Territorio Marítimo Nacional.

52 Recursos Ambientales Marino Costeros. Suboficial Primero Jeysson Ferney Ortíz Buitrago.

9 Nación, Género y Colectivo Marítimo. Wilson Edilberto Bautista Pinzón.

59 La gobernanza mundial de los océanos, importancia de la convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Antonio José Rengifo Lozano.

14 Ciencia, Tecnología e Innovación en los Intereses Marítimos Colombianos. Senador Iván Darío Agudelo Zapata.

67 Parte integral del plan especial de manejo y protección del paisaje fortifcado de la Bahía de Cartagena. Grupo PEMP (Planes Especiales de Manejo y Protección), Ministerio de Cultura.

18 Turismo Marítimo y Recreación, como un Interés Marítimo Colombiano. Senador Horacio José Serpa Moncada.

73 Doctorado en ciencias del mar en la Armada de Colombia: programa estratégico para los Intereses Marítimos Colombianos. Capitán de Corbeta Julio César Monroy Silvera.

21 Industria Naval y Marítima. COTECMAR. 26 La minería en la plataforma y la zona, un Interés Marítimo en Construcción. Luis E. Chávez .

75 Fortalecimiento de las ciencias marino-costeras: un eje para el desarrollo sostenible en Colombia. Argiro Ramírez Aristizábal e Itala Caiafa-Hernández.

33 Es posible avanzar “de cara al mar”: visión institucional de la pesca artesanal colombiana. Nicolás Del Castillo Piedrahita.

82 El Patrimonio Cultural Sumergido en Colombia: Un Interés Marítimo Colombiano. Capitán de Navío Hermann León, Capitán de Corbeta Alexandra Chadid y Carlos Andrade.

38 El océano como factor de conectividad y desarrollo nacional. Capitán de Fragata Javier E. Gómez Torres. 43 Salud Pública y Bioseguridad Marina. Capitán de Navío Fabián Ramírez Cabrales.

89 Solo se valora lo que se conoce y solo se protege lo que se valora: la valoración integral y el conocimiento de los servicios ecosistémicos. Andrea Contreras.

48 Las zonas marino costeras de la Región Caribe colombiana: una apuesta de sostenibilidad. Gisela Rodríguez Escalante, Jorge Elias Caro.

93 El Azul de la Bandera, corazón de los intereses marítimos colombianos, Teniente Coronel de Infantería de Marina Orlando Antonio Alarcón López.

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Editorial

ALMIRANTE GABRIÉL ALFONSO PÉREZ GARCÉS COMANDANTE ARMADA DE COLOMBIA

Soberanía e Integridad del Territorio Marítimo Nacional

“Las Fuerzas Militares tendrán como finalidad primordial la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y del orden constitucional”. Art. 217 C.P.C. Contexto

Nacional del Océano y de los Espacios Costeros - PNOEC (2018), la protección de nuestros mares es una tarea vital para que los mismos sean ejes de progreso y desarrollo nacional. Para ello, la Armada de Colombia juega un papel fundamental, al ser una de las instituciones que por su misión y naturaleza tiene en el mar su principal escenario de actuación, orientando así los medios asignados para su defensa y seguridad.

Dentro del ámbito de los Intereses Marítimos Colombianos, el ejercicio de las facultades del Estado hacia los espacios marítimos y el mantenimiento de dichos espacios, marca de manera general el derrotero para que los otros intereses se puedan materializar. En ese sentido, y acuerdo la concepción bioceánica nacional planteada en la Política

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Perspectivas de la soberanía y la integridad del territorio Al abordar el Interés Marítimo en comento, se encuentra que este se compone de tres elementos estructurales: soberanía, integridad y territorio. Cuando se habla de soberanía, uno de los autores más representativos del término es Jean Bodin, el cual lo concebía en el siglo XVI como un elemento esencial del Estado, y el cual se manifestaba como un poder supremo sobre el territorio y los habitantes, solamente limitado por el derecho divino (Korowicz, 1961). No obstante, con las nuevas realidades del orden mundial y con ello una aproximación cada vez más marcada hacia lo multilateral, el concepto de soberanía debe comprenderse desde otros parámetros. En ese sentido, la discusión del término propuesta por Kelsen (1960)1, aporta elementos interesantes al debate, ya que desde una visión objetiva se entiende que los Estados no son entes independientes sino que hacen parte de un orden legal internacional; de esa manera, se podría comprender que la soberanía del Estado se extiende hacia el mar abordando este como parte del territorio nacional, pero a la vez y dependiendo el espacio marítimo donde el Estado se proyecte, la soberanía se limita, ya que existen intereses globales que se manifiestan en dichos espacios y los cuales se orientan bajo lineamientos establecidos por el derecho internacional. Al respecto, el artículo 9º de la Constitución Política dicta que “Las relaciones exteriores del Estado se fundamentan en la soberanía nacional, en el respeto a la autodeterminación de los pueblos y en el reconocimiento de los principios del derecho internacional aceptados por Colombia”. Bajo esta premisa, la Corte Constitucional (1998) dictó el alcance de la soberanía del Estado, manifestando que “La sobe-

ranía del Estado, desde la perspectiva del derecho internacional público, se manifiesta en forma dual. A nivel internacional, consiste, entre otras cosas, en la facultad del Estado de participar en el concierto internacional mediante la creación y adopción de normas internacionales, la iniciación y mantenimiento de relaciones diplomáticas con otros Estados y organizaciones de derecho internacional, etc. A nivel interno, la soberanía consiste en la posibilidad del Estado de darse sus propias normas dentro del territorio con total independencia de otros Estados”. Lo anterior, se enmarca también bajo los parámetros de la Organización de las Naciones Unidas y cuya Carta de constitución consagró el principio de la igualdad soberana de los Estados, aceptado por Colombia al ser parte del tratado constitutivo de la organización mediante la Ley 13 de 1945. Como segundo elemento, se tiene la integridad, la cual se desprende del principio del ius territorii, que se refiere a ese derecho a la inviolabilidad del Estado, principio que se desprende de los acuerdos para el restablecimiento de la paz en Europa a mediados del siglo XIX y se consolidó mediante el Pacto de la Sociedad de Naciones en 1919 (Marxsen, 2019). En este Pacto se estipuló en el artículo 100 que “Los miembros de la Liga se comprometen a respetar y a preservar contra toda agresión exterior la integridad territorial y la independencia política existente de todos los miembros de la Liga” 2. Otros autores plantean el principio de la integridad territorial como la existencia perenne del Estado en un territorio determinado conforme los parámetros establecidos por el derecho internacional – límites fronterizos -; de esta manera se tendrían dos variables dentro del concepto de integridad, una tangible: el territorio, y otra intangible: el derecho a la existencia del Estado en un territorio (El Ouali, 2006).

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“In analogy to this view, the primacy of international law starts from the external world of law, from international law as a valid legal order, in order to comprehend the legal existence of the individual states. In doing so it cannot consider them as sovereign authorities, but only as partial legal orders within the framework of a total, the international legal order” (pág 638). 2 Posteriormente, mencionado principio queda plasmado en la Carta de San Francisco, ya que el numeral 4º del artículo 2º dicta que “Los Miembros de la Organización, en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los Propósitos de las Naciones Unidas”.

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Como tercer elemento se encuentra el territorio, el cual, desde una visión tradicional, se reconoce como una de las dimensiones del ejercicio del poder del Estado (Echeverri, 1997). No obstante, y acuerdo a Burke (2007), bajo la óptica del derecho internacional, el territorio se comprende desde dos ámbitos, la integridad territorial y el principio de autodeterminación, entendiendo este último como elemento fundamental para la recomposición de los Estados desde la segunda mitad del siglo XX.

la Isla de Malpelo y demás islas, islotes, cayos, morros y bancos que le pertenecen… el subsuelo, el mar territorial, la zona contigua, la plataforma continental, la zona económica exclusiva, el espacio aéreo…de conformidad con el derecho internacional”. Subsecuentemente a esto, la Constitución dicta bajo el artículo 102 que el territorio pertenece a la Nación. Bajo este marco, la Corte Constitucional (1996) aclaró la dimensión de la soberanía hacia los espacios marítimos, al manifestar que existe una “soberanía nacional” y una “soberanía especial”, refiriéndose a la primera aplicable al mar territorial y la segunda como una evolución del derecho del mar y aplicable bajo el régimen de la zona económica exclusiva, en la cual no existe soberanía plena sino derechos soberanos del Estado en materia de exploración, explotación, conservación y administración de los recursos naturales y jurisdicción sobre algunos asuntos.

Al conjugar los tres elementos descritos bajo la perspectiva nacional, se encuentra que la ley 10 de 1978 dicta las normas sobre los espacios marítimos en los cuales el Estado ejerce su soberanía y hace valer sus derechos, pero también cumple ciertas obligaciones dictadas por el derecho internacional. De este modo, se tiene: (1) Mar Territorial (art. 1º): “El mar territorial de la Nación colombiana sobre el cual ejerce plena soberanía, se extiende, más allá de su territorio continental e insular y de sus aguas interiores hasta una anchura de 12 millas náuticas o de 22 kilómetros 224 metros”. Dentro del mar territorial y acuerdo al art. 2º, “Los buques de cualquier Estado gozan del derecho de paso inocente a través del mar territorial, conforme a las normas del derecho internacional”; (2) Zona Económica Exclusiva (art. 7º): “Establécese, adyacente al mar territorial, una zona económica exclusiva cuyo límite exterior llegará a 200 millas náuticas medidas desde las líneas de base desde donde se mide la anchura del mar territorial”. En este espacio el Estado colombiano ejerce “derechos de soberanía para efectos de la exploración, explotación, conservación y administración de los recursos naturales vivos y no vivos del lecho y del subsuelo y de las aguas suprayacentes; así mismo, ejercerá jurisdicción exclusiva para la investigación científica y para la preservación del medio marino” (art. 8º); y (3) Plataforma continental (art 10º): “La soberanía de la Nación se extiende a su plataforma continental para los efectos de exploración y explotación de los recursos naturales”.

Para lo anterior, la defensa de la soberanía y la integridad del territorio en el mar por parte del Estado se encuentra en cabeza del Ministerio de Defensa Nacional a través de la Armada de Colombia, todo ello bajo el mandato constitucional determinado en el artículo 217 que dicta “Las Fuerzas Militares tendrán como finalidad primordial la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y del orden constitucional”. Este alcance también lo reitera la Corte Constitucional (1996) al expresar que la principal función de la Armada Nacional es “defender la soberanía” y por ende proteger la integridad territorial de la nación. Esto considerando igualmente que el mantenimiento de esa integridad se enmarca constitucionalmente como uno de los fines del Estado.

Aplicación del principio como proyección del territorio marítimo Con la promulgación del documento CONPES “Colombia Potencia Bioceánica Sostenible 2030” (2020), se resalta que la defensa de la soberanía del territorio marítimo colombiano se direcciona hacia la promoción de los intereses estratégicos hacia el mar, y los cuales requieren de un fortalecimiento y modernización de las capacidades nacionales para

Adicional a ello, acuerdo con el Capítulo 4º de la Constitución Política, referente al territorio, se desprende del artículo 101 que la soberanía se manifiesta, aparte del territorio continental, en “el archipiélago de San Andrés, Providencia, y Santa Catalina,

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una cobertura efectiva de los espacios marítimos y para efectuar un control de las líneas de comunicación marítima conforme a compromisos internacionales. Bajo este documento, la soberanía se configura como un elemento constitutivo del concepto de “Potencia Oceánica Sostenible”, aspiración nacional para el año 2030 y el cual contiene como uno de sus objetivos específicos “incrementar la capacidad del Estado para velar por la soberanía, defensa y seguridad integral marítima”. Por otro lado, es relevante mencionar que precisamente uno de los objetivos estratégicos de la Política de Defensa y Seguridad PDS, para la Legalidad el Emprendimiento y la Equidad, es garantizar la soberanía, independencia y la integridad territorial a través de los siguientes parámetros:

aparte de ser un asunto de ejercicio de la soberanía al proteger nuestros recursos naturales, representan una contribución al bienestar global de las generaciones futuras y por ende al progreso nacional. Considerando lo precedentemente expuesto, se vislumbra la importancia de entender el territorio marítimo en todas sus dimensiones, especialmente su relevancia para la consolidación de los demás Intereses Marítimos y por ende como una de las herramientas primordiales para llevar avante los propósitos nacionales planteados en los documentos nacionales concernientes al desarrollo marítimo.

Fuentes de información • Abdelhamid El Ouali (2006) Territorial Integrity: Rethinking the Territorial Sovereign Right of the Existence of the States, Geopolitics, 11:4, 630-650, DOI: 10.1080/14650040600890792 • Burke A. Hendrix (2001) International law as a moral theory of state territory?, Geopolitics, 6:2, 141-162, DOI: 10.1080/14650040108407721 • Constitución Política de Colombia (1991). 2da Ed. Legis. • Corte Constitucional. • (1996). Sentencia No. T-141/96. MP Alejandro Martínez Caballero. • (1998) Sentencia C-191/98. MP Eduardo Cifuentes Muñoz. • Comisión Colombiana del Océano. (2018). Política Nacional del Océano y de los Espacios Costeros. – PNOEC. Secretaría Ejecutiva de la Comisión Colombiana del Océano. • Departamento Nacional de Planeación. (20 de marzo de 2020). Documento CONPES 3990 Colombia Potencia Bioceánica Sostenible 2030. Bogotá. DNP. • Echeverri, A. (1997). Teoría Constitucional y Ciencia Política. 5ª Ed. Ediciones Librería del Profesional. • Kelsen, H. (1960). Sovereignty and international law. Georgetown Law Journal, 48(4), 627-640. • Korowicz, S. (1961). Some Present Aspects of Sovereignty in International Law (Volume 102)’. In Collected Courses of the Hague Academy of International Law. doi:http://dx.doi.org/10.1163/1875-8096_pplrdc_A9789028613928_01. • Marxsen, C. (2015). Territorial Integrity in International Law – Its Concept and Implications for Crimea. Max-Planck-Institut. Disponible en: https://www. zaoerv.de/75_2015/75_2015_1_a_7_26.pdf

o Disuasión o Diplomacia para la defensa o Participación en misiones internacionales o Fortalecimiento de la cooperación o Lucha contra el crimen transnacional De lo anterior, y particularmente en lo concerniente al ámbito marítimo se destaca el trabajo realizado por la Armada de Colombia, el cual se estructura mediante la potencialización de la cooperación naval con las Armadas y Cuerpos de Guardacostas de los países de la región, a través del liderazgo y desarrollo de operaciones en contra de delitos transnacionales; como muestra de esto, y aparte de los resultados operacionales de la Armada que frecuentemente contribuyen a la defensa y seguridad nacional, se tiene la ejecución de la operación ORION, que en su sexta versión contó con la participación de 28 países y arrojó como resultado la incautación de 90.7 toneladas de cocaína y 18.6 toneladas de marihuana, entre otros elementos. De otra parte, dentro de la PDS es necesario destacar que por primera vez se considera a los recursos naturales como activos estratégicos de la nación, y para el caso marítimo los ecosistemas que allí se encuentran representan un valor incalculable para el bienestar de las poblaciones costeras, la economía nacional, la regulación del clima, entre otros. En este punto, las tareas que allí se generan desde el sector defensa,

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Consejo

Editorial

Capitán de Navío JORGE ALONSO MALDONADO PENAGOS Jefe Grupo de Comunicaciones Estratégicas

Capitán de Corbeta JUAN CARLOS SÁNCHEZ BENAVIDES Evaluación y Control Comunicacional

Capitán de Corbeta JOSÉ FERNÁNDO DOMÍNGUEZ URIBE Jefe de Sección Plataforma de Medios Institucionales

Teniente de Navío DAYSI LILIANA ZOQUE URBANILA Jefe de Sección Comunicación Creativa

Teniente de Navío JOHANNA VANESSA NAVARRO URREA Jefe de Sección Comunicación Organizacional

Editor General JUAN MANUEL ZAMORA BASTO

Escríbanos sus comentarios al email: revista@armada.mil.co

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Diagramación MARIAM HERNÁNDEZ PEÑA

AGRADECIMIENTOS ESPECIALES: Capitán de Navío WILLIAM TOMÁS PEDROZA NIETO Director de Intereses Marítimos y Fluviales (DIMAF). Impresión

IMPRENTA NACIONAL

Las opiniones expresadas en los artículos que se publican en esta edición son de responsabilidad exclusiva de los autores y no constituyen compromiso de la Armada de Colombia.


Talento Humano

y Comunidad Marítima

Nación, Género y Colectivo Marítimo

Los Intereses Marítimos de Colombia se clasifican partiendo de la base fundamental de nuestra Política Nacional de los Océanos y los Espacios Costeros PNOEC, que desde el 1 de Julio de 2007, se ha constituido como el más importante instrumento en nuestra navegación hacia la promoción e identificación de todas las acciones gubernamentales y sociales por reconocer el mar, sus costas y el área insular del Estado.

Wilson Edilberto Bautista Pinzón Primer Oficial de la Marina Mercante Colombiana

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A A

ctualmente, el Consejo Nacional de Política, Economía y Social CONPES proyecta a Colombia como una potencia bioceánica, con miras al 2030 para promover en el país actividades económicas marítimas en función del desarrollo sostenible local y nacional. A este propósito, la Comisión Colombiana del Océano CCO, gestiona con otros actores gubernamentales, empresariales, académicos y particulares el desarrollo de puertos y embarcaderos, el turismo náutico, abanderamiento de buques, la industria pesquera y el desarrollo socioeconómico de los municipios costeros del país.

Siguiendo la estela, la Armada en su rol Misional contribuye al logro de estos Intereses con Talento Humano que surca día a día la amplia carta de navegación de los mares y ríos de nuestro país. Esta visión de país no escapa al legado marino de las civilizaciones antiguas, el mar era una fuente de alimento y, por ello, vivían cerca. [...] Por medio de la navegación, primero las balsas, después a remo, luego a vela, el hombre se hizo a la mar en busca de nuevos mundos, descubrir nuevas civilizaciones y rutas comerciales1 […], estos avances náuticos han sido el pilar de los marinos que hoy emergen como el valioso y fundamental Interés Marítimo denominado Talento Humano y Comunidad Marítima. Pero ¿qué significancia tiene este Interés para la Nación, ¿cómo la sociedad colombiana puede identificarlo?, son preguntas obligadas para considerar su entendimiento. En ese sentido, se ha compilado una propuesta que invita a su definición, lograda tras extensas discusiones, estudio e investigación de todos aquellos que han contribuido con su experiencia, opinión y conocimiento de las tareas que impone la mar. De esta forma, puede considerarse una primera aproximación en su concepción como:

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Historia de la navegación Barcelona World Race

“Colectivo diverso, integrado por personas naturales o jurídicas, dependientes de los recursos del mar, la construcción naval, puertos, transporte y comercio marítimo, incluidos los servicios asociados con la exploración, explotación e investigación científica marina”. Esta propuesta integra y pretende dentro de la complejidad de mundo marítimo, incluir a todo el andamiaje que participa en las actividades marítimas desde los diferentes sectores que hoy contribuyen a su desarrollo. Actualmente el país cuenta con 85 concesiones portuarias en el ámbito marítimo y fluvial, nuestra Marina Mercante, que tuvo sus inicios en 1944 con la Compañía Nacional de Navegación y posteriormente con la Flota Mercante Gran Colombiana, se ha reducido a las operaciones de recepción en puerto de buques de tránsito internacional, mediante las operaciones de remolque y el suministro de hidrocarburos de contadas empresas que operan sus naves y artefactos navales en la jurisdicción, las grandes empresas de ingeniería marítima están dedicadas al mantenimiento de instalaciones portuarias tanto en superficie como sumergidas, siendo este el caso, por ejemplo, de la infraestructura de Ecopetrol, terminales y monoboyas, ocupan el talento de nuestros ingenieros, marinos, buzos y profesionales a fines de la industria naval, dejando en manos de los astilleros como Cotecmar y Astivick, el grueso de la investigación e innovación en los intereses que promueven el desarrollo del poder marítimo del país. De igual forma, la Seguridad y Defensa que contempla un amplio porcentaje del colectivo, ha mantenido una evolución constante, partiendo de la conservación y enriquecimiento del talento humano, que le ha permitido ejercer un liderazgo estratégico sobre todas las actividades marítimas en las cuales la Armada impulsa mediante su Plan Estratégico Naval 2042. Estos pilares y ejes desarrollo naval son llevados a cabo por una comunidad naval decidida e integrada a la sociedad para enfilar su proa hacia la investigación científica, el diseño y construcción de naves y las misiones humanitarias,

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Regata Armada Nacional ENAP 2018

Actualmente, el Consejo Nacional de Política, Economía y Social CONPES proyecta a Colombia como una potencia bioceánica, con miras al 2030 para promover en el país actividades económicas marítimas en función del desarrollo sostenible local y nacional. transportándonos a lejanos destinos que parecían inalcanzables como lo es la Antártida y la clara definición de los Intereses Marítimos Colombianos. No obstante, aún persisten otros grandes retos y tareas. Recordemos que el registro de las embarcaciones que conforman nuestra flota pesquera encargada de la extracción cuenta con patente y permiso de operación, tiene una antigüedad promedio de 32 años, lo que dificulta la competitividad de esta actividad productiva, el talento tradicional de nuestros pescadores requiere la mano amiga de la evolución tecnológica.

Otros Intereses surten como actividades más innovadoras, en que gran parte de nuestros marinos aportan a su desarrollo. El turismo según el DANE ocupa a más de un cuarto del total de la población trabajadora del país, pese a los efectos adversos de la pandemia generada por el Covid-19, se espera que, en su reactivación, este sector continúe siendo el mayor empleador de nuestro Talento Humano 2. Pilotos y prácticos, agentes marítimos, funcionarios públicos, buzos recreativos e industriales, consultores, asesores, inspectores y certificadores de sistemas y equipos homologados reconocidos por la Autoridad Marítima, corredores de fletamento, instructores de los centros de formación y capacitación , personal de las marinas y clubes náuticos, investigadores del mar en cualquier disciplina, sociedades de clasificación, personal dedicado a la reparación, mantenimiento, alquiler y venta de equipos marinos, pescadores artesanales, transportistas en todos sus niveles, capitanes, Oficiales marineros, personal de los servicios y de apoyo en tierra, somos el primer Interés Marítimo Colombia-

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Política Nacional del océano y los espacios costeros.


La Economía Azul, puede definirse en comparación con la Economía Verde de Río+20,como aquella que busca mejorar el bienestar humano y la equidad social, reduciendo al mismo tiempo los riesgos ambientales y los daños ecológicos.

no que en su extensión apunta al fomento de la conciencia marítima y la economía azul3.

el beneficio mutuo. Y es allí, donde se invita a replantear la conciencia hacia una cultura marítima.

Ahora bien, todo este conjunto humano es clara evidencia de una conciencia marítima:

El libre albedrío y el nivel cultural hacen que sea una tarea vacía para quienes, aun coexistiendo con el mar, se niegan a conocerlo ignorando la influencia que tiene en sus vidas.

“La conciencia marítima, es la clara concepción mental de que hay una vinculación positiva entre el mar y el hombre sea a nivel individual, grupal o nacional, que éste, lógicamente, busca aprovechar y estrechar” 4. A nivel individual, la conciencia marítima en cada persona es una idealización de la relevancia que esta brinda a la influencia benéfica que tiene el mar sobre su vida. Como parte de su hábitat o entorno, el conocimiento que tenga del mismo ya sea físico o como recurso para su sostenimiento, desde el ámbito practico o teórico, le permite discernir sobre los efectos del mar en su existencia. Sin embargo, el solo conocimiento no constituye conciencia marítima, el individuo debe trascender hacia el futuro estableciendo una conexión entre el mar y su plan de vida, que le permita encontrar

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Decreto 1070 de 2015, Resolución 361 de 2015 Dimar

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Claudio Callados Núñez, revista marina N. 6

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Claudio Callados Núñez, revista marina N. 6

A nivel grupal la conciencia marítima sectorial, depende de esquemas sociales que pueden ser netamente espaciales o productivos, la cultura marítima redimensiona estos espacios. Obsérvese, en el plano físico, se deben tener en cuenta, las regiones más apartadas del mar, siendo un país bioceánico, nuestro relieve y extensión territorial ubican a un gran porcentaje de nuestra población lejos de la interacción, conocimiento e influencia vitalicia que les permita de forma natural generar una conciencia marítima y por tanto una cultura marítima. Por ejemplo, los sectores funcionales como agremiaciones profesionales, administrativas, científicas tienen una vinculación directa con el mar y gozan de una mayor conciencia marítima a diferencia de los que no la tienen en sus actividades. Por lo tanto ¨La conciencia marítima Nacional, busca descubrir si la nación como un todo tiene la percepción de una positiva e importante relación entre ella y el mar¨5 . No obstante, estas concepciones responden parcialmente hacia la inserción e identidad. Téngase en cuenta que, para comprender la relación directa

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del mar con el desarrollo de la Nación, el ciudadano debe contar un nivel cultural y educativo mínimo, que lo aparte de las especulaciones y los criterios inducidos o propios de un discernimiento carente de bases científicas. En Colombia se ha evidenciado una escasez de expertos en las profesiones de apoyo, necesitamos arqueólogos, sociólogos, geólogos marinos, geofísicos, ingenieros de costas, arquitectos navales acuicultores, oficiales navales y mercantes, entre muchos otros que puedan mostrar la cultura e identidad con las muchas actividades asociadas con el talento humano y la mar. El País cuenta con 47 programas de pregrado a fines con las ciencias del mar, 06 de ellos a nivel técnico profesional, 26 tecnológico y 15 universitario, a nivel posgrados contamos con 18 especializaciones, 10 maestrías y 12 doctorados, debidamente avalados por el Ministerio de Educación6.

Por tanto, Intereses Marítimos Colombianos como el Talento Humano y Comunidad Marítima, tienen como misión, brindar soluciones de ciencias oceánicas transformadoras para el desarrollo sostenible, como es el caso de la economía azul, conectando a las personas con nuestros océanos.

He ahí una gran oportunidad para que el primer Interés Marítimo Colombiano, identificado con el Talento Humano y la Comunidad, desenvuelva por medio de la educación y la ciencia, consolidar la cultura marítima nacional que nos permita trascender hacia la Economía Azul.

De tal forma que esta reflexión indica que la misión es movilizar a la comunidad científica, políticos, empresas y sociedad civil en torno a un programa común de investigación tecnológica, el proceso es participativo y transformativo, dió inicio en enero de 2021, buscando que todos aquellos que vivan o dependan del mar, podamos trabajar juntos como comunidad marítima para garantizar que las ciencias oceánicas proporcionen mayores beneficios tanto al ecosistema oceánico como a la sociedad nacional revestida en el Talento Humano Marítimo.

La Economía Azul, puede definirse en comparación con la Economía Verde de Río+20, como aquella que busca mejorar el bienestar humano y la equidad social, reduciendo al mismo tiempo los riesgos ambientales y los daños ecológicos¨ 7. Esta economía, impacta el empleo de alrededor de 5,4 millones de trabajadores y genera un valor adicional bruto cercano a los 500.000 millones de euros al año considerando todas las actividades económicas que dependen del mar en la unión europea8. 6

CONPES 3990 2030 UNEP 2015 8 Scenarios and drivers for sustainable growth from oceans seas and coasts. ECORYS 2012 7

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Investigación Científica

Tecnológica y de Innovación

Ciencia,

Tecnología e Innovación en los Intereses Marítimos Colombianos

La Ciencia, la Tecnología y la Innovación, permean todos los aspectos de la vida humana en la actualidad. La pandemia que azota a la humanidad ha puesto a la Ciencia y a los científicos en el primer plano del debate público en todo el mundo. La seguridad y la defensa no son ajenos a esta realidad, más aun cuando en la historia, son los intereses militares y la inversión pública que los Estados hacen en ellos, lo que ha impulsado importantes desarrollos tecnológicos de amplia trascendencia para la humanidad, como la internet.

Senador Iván Darío Agudelo Zapata

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a tecnología de vanguardia puede concebirse como un arma más en los teatros de operaciones, de cuya disponibilidad y uso depende contar con ventajas estratégicas, tácticas y operativas. Esto, desde luego incluye las comunicaciones, pero va mucho más allá, permeando de manera transversal otros ámbitos muy distintos de los cuales depende el efectivo ejercicio de la soberanía y del control territorial por parte de nuestras fuerzas militares. Están factores biológicos como la inmunización de los efectivos frente a distintos agentes biológicos, la tecnología incorporada en los materiales de dotación, protección y armamento, junto con las fuentes de energía para abastecer unidades de operación, entre otros relacionados con la convergencia tecnológica propia de la Cuarta Revolución Industrial, como la inteligencia artificial, los nuevos desarrollos en criptografía y seguridad informática y la minería de datos

debido al riesgo que significa sustentar elementos de la defensa nacional en herramientas, instrumentos, y conocimientos que puedan ser objeto de algún tipo de control por parte de agentes extranjeros, que puedan depender de su intervención, o que queden de algún modo por fuera del control pleno de nuestras fuerzas militares. El interés nacional en materia de seguridad depende en gran medida de asumir la responsabilidad de asegurar el dominio tecnológico. En el caso particular de los intereses marítimos, Colombia cuenta con uno de los Centros de Desarrollo Tecnológico más destacados del sector Defensa: La Corporación de Ciencia y Tecnología para el desarrollo de la industria naval, marítima y fluvial – COTECMAR. Con una ejemplar confianza en la capacidad colombiana, este centro emprendió la visionaria tarea de impulsar el desarrollo manufacturero del sector astillero, siendo actualmente

En la base de toda actividad económica, comercial o científica, estará siempre la seguridad integral marítima y la capacidad tecnológica naval necesaria para garantizarla.

Estoy convencido de que los avances del país en Ciencia, Tecnología e Innovación dependen en gran medida del amor propio, y de creer en que podemos hacer grandes cosas para beneficio de nuestro país, de nuestros ciudadanos y del resto de la humanidad. A partir de este amor propio y de la valoración de nuestra capacidad para crear e innovar, podemos cambiar la narrativa de que todas las necesidades colombianas pueden cubrirse comprando artículos a otros países. En el caso de la defensa nacional esto será a la larga desventajoso,

el principal referente tecnológico e industrial de la fabricación de embarcaciones en el país. Actualmente, su campo de trabajo comprende desarrollo de nuevos productos navales, algunos con diseños propios, abriendo con ello importantes oportunidades de negocio para suministrar embarcaciones a otros países. A partir de la apropiación de nuestros intereses navales se está escribiendo una nueva narrativa en la que ya no somos consumidores netos de artículos para cubrir nuestras necesidades en defensa, sino que además de sa-

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Tomado de: Informe de Actividades de Ciencia, Tecnología e Innovación. 2020.

tisfacer las necesidades propias, podemos vender al mundo lo mejor de la ingeniería naval y militar colombiana. Estos esfuerzos ya se extienden hoy a otros campos, tales como la Investigación y Desarrollo I+D en energías renovables acuáticas, innovaciones en soporte logístico, inteligencia artificial para vehículos no tripulados y sistemas de enlace de datos tácticos, entre otras innovaciones en telecomunicaciones. Todo ello, jalona de manera importante la actividad industrial de otros sectores civiles de gran importancia económica, dentro de los cuales destaca el sector metalmecánico, entre otros. Este, es un muy buen ejemplo de la manera como una actividad intensiva en I+D, que genera conocimiento y tecnología, incide en la generación de empleos calificados y en una ampliación estable de la base productiva del país. Con más iniciativas como esta, y la inversión pública adecuada para su sostenimiento, estaremos

en capacidad de convertir en activo estratégico la ventaja comparativa que supone estar rodeados de dos océanos. La riqueza potencial que significa potenciar un intercambio más directo con el mundo, depende de un poder naval tecnológicamente bien dotado para salvaguardar los mares colombianos. De no contar con la capacidad tecnológica y con la ingeniería de COTECMAR puestas al servicio de los intereses navales colombianos, el país estaría enfrentando una grave situación de obsolescencia de su equipamiento naval. Por ejemplo, las fragatas construidas en Alemania en los años 80 del siglo pasado, con las cuales cuenta la Armada Nacional, completarán 40 años de servicio en 2024. De allí que la Armada Nacional cuente dentro de su planificación militar con el programa PES, Plataforma Estratégica de Superficie, orientado a una actualización profunda de las capacidades navales de aplicación militar. Por medio de planes como estos, el país puede contar con una base industrial fortalecida para apropiar capacidades científicas,

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tecnológicas e industriales, comprobando que los países no hacen ciencia porque sean ricos, sino que son ricos porque hacen ciencia. De acuerdo con un reporte de la Universidad Tecnológica de Bolívar, por cada peso invertido en el PES, se generarán 1,52 pesos en otros sectores de la economía, resultando una ventaja económica significativa, sino además la respuesta oportuna y acertada ante una necesidad estratégica para la defensa de la soberanía de los mares colombianos, y para dar soporte a la seguridad interior a lo largo de nuestros ríos. De la mano a estas estrategias de carácter militar, hay que reconocer la labor del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo en su impulso al Sector Astillero, el cual considera prioritario al interior de las Industrias del Movimiento del Programa Colombia Productiva. Con ello, se consolidan capacidades en Ciencia, Tecnología e Innovación también para aplicaciones civiles tales como la construcción, reparación y mantenimiento de embarcaciones, que permiten aprovechar, por fin, la ventaja de contar con dos mares junto al canal de Panamá.

CONPES 3990 para hacer de Colombia una potencia bioceánica, plantea muchos retos que exigen nuevos planes, y nuevas inversiones en Ciencia, Tecnología e Innovación. No se trata solo de explotar nuestra posición geoestratégica, tras más de dos siglos de no ser aprovechada. Se trata de aprovechar, además, nuestras condiciones oceánicas de mar abierto y la riqueza biológica depositada tanto en el Pacífico como en el Caribe, conforme a las recomendaciones del foco de Océanos y Recursos Hidrobiológicos de la Segunda Misión de Sabios. Este aspecto del desarrollo científico reviste una importancia especial. Junto con los necesarios esfuerzos de conservación de especies y ecosistemas debe avanzar el estudio para el uso sostenible de la riqueza hidrobiológica, tanto continental como marina. Nuestras aguas bien pueden albergar principios activos para curar numerosas enfermedades, o pueden ser la base para el desarrollo de nuevas industrias de alto contenido tecnológico, como la cosmética, pigmentos, fragancias, nuevos materiales, o nuevas industrias alimenticias sustentadas en recursos pesqueros.

Aún queda mucho por hacer. El desarrollo naval tanto militar como civil, da para avances mucho más innovadores, para los cuales hay talento colombiano de sobra. La hoja de ruta que trazó el

En la base de toda actividad económica, comercial o científica, estará siempre la seguridad integral marítima y la capacidad tecnológica naval necesaria para garantizarla.

Referencias COTECMAR. (2020). Informe de Actividades de Ciencia, Tecnología e Innovación. Cartagena de Indias. Edición 11°. ISSN 2590-9053. Armada Nacional de Colombia. En: Revista Semana. (2019). El PES que impulsará el crecimiento del sector naval colombiano. URL: https://www.semana.com/contenidos-editoriales/colombia-nada-como-el-mar/articulo/plataformaestrategica-de-superficie-incentiva-desarrollo-de-sector-naval/607760/ Misión Internacional de Sabios, República de Colombia. (2019). Colombia, la oportunidad del agua: Dos océanos Oportunidad del Agua, un mar de ríos y aguas subterráneas. Volumen 7. Propuestas del Foco de Océanos y Recursos Hidrobiológicos.

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Turismo

Marítimo y Recreación

Turismo

Marítimo y Recreación, como un Interés Marítimo Colombiano

Colombia es el segundo país en biodiversidad del mundo, nuestra riqueza natural nos enorgullece y a nivel internacional somos reconocidos por la belleza de nuestros ríos, nuestros paisajes sin igual y sin duda, por la amabilidad de la gente, fortalezas que hacen que viajeros de todo el mundo se enamoren.

Senador Horacio José Serpa Moncada

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S S

in embargo, el sector turismo ha sido uno de los más afectados por el confinamiento causado por el COVID-19. Pensar en volver a disfrutar del aire libre en medio de nuestros majestuosos parques naturales, ríos y mares o de zonas de valor turístico más que un gusto o un privilegio, debe ser un derecho para cada ciudadano, donde también debemos integrar garantías laborales y de bioseguridad para más de un millón de trabajadores de todo el país. En este sentido, se verán beneficiados los servicios de transporte marítimo, aéreo, terrestre, las agencias de viaje, guías turísticos, el sector hotelero, los hostales, las empresas de servicios tiempo compartido, las plataformas electrónicas de servicios turísticos, los restaurantes, bares, par-

ques, alternativas de entretenimiento, impulsores del ecoturismo así como los turistas nacionales e internacionales. Luego del trámite surtido en el Congreso de la República de Colombia se sancionó la nueva Ley General de Turismo (Ley No. 2068/20), dado el proceso de articulación del Ministerio de Turismo, líderes empresariales, gremiales, empresas, organizaciones y líderes comunitarios a través de las distintas audiencias, y debates en las Comisiones respectivas. En ese nuevo marco regulatorio también se aportarán elementos legales y administrativos para facilitar la formalización de las empresas y los operadores de turismo desde la caracterización de las plataformas virtuales de oferta de turismo, la

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flexibilización de los criterios para la certificación de guías, la ampliación del régimen sancionatorio y el establecimiento de interoperabilidad entre los empresarios y el Registro Nacional de Turismo para reducir la carga en el ejercicio de la Vigilancia, Seguimiento y Control por parte de las autoridades competentes, como la Superintendencia de Industria y Comercio. Es importante destacar que, esta nueva ley integra un paquete especial de ayudas para afrontar la crisis social que se está viviendo en el archipiélago colombiano. Por ello, de ahora en adelante, por cada 15 dólares que pague un turista para entrar al país, un dólar se destinará para la recuperación de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, se fijó una deducción del 200% de los salarios y prestaciones sociales durante el año 2021 para empresas del sector turismo de las

Islas y se aprobó una destinación específica para FONTUR en atención de emergencias y desastres en infraestructura y alojamiento, igualmente, se priorizará el desarrollo de proyectos de ecoturismo en el archipiélago. Esta nueva ley dará un renovado impulso a todos aquellos empresarios nacionales y extranjeros que creen en Colombia y que fueron fuertemente afectados por esta situación, quienes requieren esta atención especial que el país supere esta gran crisis desde la reactivación económica del país, donde el fortalecimiento de sector permitirá que los Colombianos podamos volver a disfrutar de la gran riqueza cultural, social, ambiental y territorial de nuestro país, respaldando a los miles de trabajadores, empresarios y franquicias de empresas que integran el sector de turismo de Colombia. ¡El Turismo es la Clave!.

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Industria

Naval y Marítima

Industria Naval y Marítima

Colombia es un país bioceánico con amplias extensiones en el océano Pacífico y en el mar Caribe, sin embargo, aún estamos en el camino de comprender y valorar el grado de dependencia que tenemos con respecto al mar, tanto desde el punto de vista de la supervivencia, como desde el punto de vista de la seguridad. Nuestro país, por sus características geográficas y por su posición estratégica es un país marítimo, con lo cual, en la medida en que cada uno de nosotros adquiera conciencia sobre la existencia de estos dos océanos de oportunidades, de casi un millón de kilómetros cuadrados de territorio marítimo, podremos potencializar el impacto social, económico y tecnológico de las actividades que allí se generan.

COTECMAR

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L L

as actividades marítimas son fundamentales para la supervivencia y desarrollo del país, constituyéndose por lo tanto en Intereses a ser salvaguardados. La industria de diseño, construcción, reparación y mantenimiento de embarcaciones, entendida como la industria astillera, representa un pilar fundamental para el apoyo a las actividades de pesca, comercio marítimo, extracción de minerales y energía, así como para la seguridad y la defensa de la Nación. En esta dimensión de la seguridad y la defensa, la Industria Naval y Marítima procura la obtención de la independencia tecnológica del país en el campo del diseño, construcción, modernización y repotenciación de los medios necesarios para el desarrollo del poder naval, requeridos para defender la soberanía e integridad territorial, soportando el desarrollo y la evolución de las capacidades de la Armada de Colombia, acompañando además la estrategia de internacionalización nacional.

Esta industria, se constituye como una industria de síntesis, integrando los productos terminados de otros sectores industriales y de servicios, consolidándola como actor clave en la generación de encadenamientos productivos. De igual forma, la industria astillera es intensiva en el uso de mano de obra calificada y gran generadora de oferta científica y tecnológica, las competencias de conocimiento y habilidad que demanda el diseñar y construir el complejo sistema de sistemas que implica un buque. Estas características hicieron que esta industria fuera seleccionada por Japón para reconstruir su economía después de la Segunda Guerra Mundial, ejemplo tomado posteriormente por Corea del Sur, y priorizada hoy en día por todos los países del Grupo de los BRICS como mecanismo para luchar contra la pobreza, el desempleo y la desigualdad. En Colombia recientemente se ha aprobado el CONPES Bioceánico, documento donde se esta-

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blece una hoja de ruta para proyectar a Colombia como potencia bioceánica sostenible para el año 2030, mediante el aprovechamiento integral y sostenible de sus mares desde las diferentes actividades económicas marítimas, como lo son la producción de bienes y servicios de la industria astillera, el abanderamiento de buques y el turismo náutico, de playas y ecológico en zonas costeras, así como el desarrollo de competencias humanas de la gente de mar y la organización del sector pesquero artesanal en cooperativas, entre otros. Se evidencia así cómo la industria astillera es clave para el desarrollo y protección de los Intereses Marítimos y la reactivación económica de Colombia, al ser generadora de productos y servicios para las demás actividades marítimas definidas en el CONPES Bioceánico, proveyendo los buques y la infraestructura para la seguridad integral marítima y fluvial, la investigación científica marina, la exploración y la explotación costa afuera, el comercio marítimo, la pesca, el turismo, la recreación y el deporte. Así mismo, se perfila como un mecanismo de primer

nivel para la reactivación económica la inversión pública en los proyectos de diseño y construcción de dragas, embarcaciones, remolcadores y barcazas que se requieren para lograr el objetivo de promoción de la intermodalidad que plantea el CONPES logístico, fomentado a través del transporte fluvial y costero el desarrollo de las zonas más apartadas y de difícil acceso que tiene el país. A su vez, el diseño y construcción de parque eólicos, costa adentro y costa afuera, permitirá al país liderar la transición hacia el empleo de energías renovables en América Latina, mientras que el diseño y la construcción de los medios marítimos auxiliares requeridos para la exploración y explotación de hidrocarburos costa afuera, fortalecerá la capacidad y autosuficiencia energética del país. Finalmente, el desarrollo del programa de construcción naval de la Armada de Colombia -necesario para garantizar la seguridad integral marítima y fluvial que el país demanda-, con el fortalecimiento de sus capacidades estratégicas

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de defensa, permitirá no solo cumplir con el deber constitucional de defender los Intereses Marítimos, la soberanía y la integridad territorial, si no que a su vez contribuirá al cumplimiento de las metas del gobierno en materia de emprendimiento y transformación productiva, generación de empleos dignos y estables y fomento de la ciencia y la tecnología, al orientar estas adquisiciones -que décadas atrás se obtenían de otros países-, a ser desarrolladas con las capacidades astilleras nacionales y el talento local, como progresivamente se viene cumpliendo, en beneficio de la autonomía tecnológica e industrial de Colombia, en un contexto en el cual estos proyectos generadores de productos y servicios claves para los Intereses Marítimos Colombianos, representarán un estimado de 250 mil empleos y encadenamientos productivos por el orden de los cinco billones de dólares para el 2030.

Para este marco de oportunidad, la Armada de Colombia a través de COTECMAR ha venido creciendo sostenidamente en sus capacidades astilleras y ha adquirido competencias científicas y de conocimiento, que le han permitido ampliar la autonomía tecnológica e industrial del país, puestas en el diseño y construcción de los requerimientos de unidades navales y fluviales. Hoy, con la actual construcción del Buque de investigación científico marino que se está adelantando en la planta de Mamonal, se tiene una clara demostración del aporte de la industria astillera a los Intereses Marítimos Colombianos, en el campo de la investigación científico-marina, representando además, el buque de mayor tamaño y de mayor complejidad que se haya construido en Colombia. En estos meses de crisis sanitaria mundial, la actividad marítima tuvo que continuar, considerando que la actividad astillera es funda-

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mental no solo para el soporte tecnológico y de apoyo institucional, sino más aún para el desarrollo mismo del Estado, al conservar la fuerza laboral activa y consecuentemente los encadenamientos productivos que a nivel regional y nacional ha consolidado COTECMAR en las últimas dos décadas, aportando de este modo a la sostenibilidad económica de miles de conciudadanos. Es de anotar, que el 98% del comercio mundial se mueve por vía marítima, por lo que los puertos debieron mantener su operación para garantizar el abastecimiento y COTECMAR siguió firme en su operación para garantizar los servicios que demandaron las flotas, permitiéndoles mantener su operación y garantizando su contribución en el fortalecimiento del poder naval de nuestro país marítimo, así como manteniendo la Armada de Colombia a través de COTECMAR, el soporte para la generación de soluciones para potenciar y

mantener las capacidades frente a las amenazas actuales y futuras a la seguridad y la defensa nacional, representadas en nuevas tecnologías o en mejoras tecnológicas obtenidas a través de procesos de investigación, desarrollo e innovación. Desde la industria astillera colombiana, en particular desde COTECMAR, mantenemos los compromisos misionales derivados de los pactos por el crecimiento y de generación de empleos en términos de inversión, desarrollo de encadenamientos productivos y sofisticación de oferta de valor, así como la generación de una oferta de soluciones tecnológicas que den respuesta a los ambiciosos retos que nuestro país marítimo impone para mejorar su competitividad y garantizar su supervivencia como Estado, de tal forma que aportemos a ese gran propósito de ser una potencia bioceánica y a la recuperación económica del país, luego de esta crisis mundial sin precedentes en la historia reciente de la humanidad.

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Minería

Marina y Submarina

La minería

en la plataforma y la zona, un Interés Marítimo en construcción

Entendemos que “los Intereses Marítimos son los beneficios que obtiene la Nación de aquellas actividades relacionadas con el uso del mar y de los recursos que entrega el mar para su explotación”1. Por tal razón se busca dar una mirada de cómo se encuentra cimentado este interés con el fin de utilizarlo para beneficio del estado y sus habitantes.

Luis E. Chávez Profesional en ciencias navales, abogado marítimo, perito naval, MSC en Derecho Internacional y Relaciones Exteriores, profesor de la Escuela Superior de Guerra y la Universidad Sergio Arboleda.

1

https://revistamarina.cl/revistas/2015/2/cvalderramaf.pdf Carlos Valderrama Fernández, Los intereses marítimos, pag 17.

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vez, el petróleo industrial se obtuvo en 1847-1848 a partir de pozos perforados mecánicamente en el Bibi Heybat, y más tarde en los campos de Balajani; comienza el desarrollo de la industria petrolera en Azerbaiyán, que desde 1846 en Bakú, perforó el primer pozo de petróleo del mundo a 21 metros de profundidad, y por primera vez la perforación ha dado un resultado positivo, lo cual se confirmó oficialmente por este país2. La producción de hidrocarburos ha sido unas de las actividades económicas de mayor importancia desde el siglo XX. Desde sus inicios dicha producción fue realizada en yacimientos localizados en tierra firme (on-shore), y debido a la creciente demanda a nivel mundial del uso de los hidrocarburos y sus derivados, se ha desarrollado nuevas tecnologías, adecuaciones y modificaciones a estructuras y equipos, que permiten realizar las actividades de exploración y producción costa afuera (off shore) en espacios marinos3.

H

istóricamente, la extracción de petróleo costa afuera se remonta desde los pozos perforados en 1847 mecánicamente, y continúa hasta 1920, esta fue la primera industria desarrollada para la extracción de recursos mineros. De esta forma, por primera

Sin embargo, el océano y sus recursos solo tuvieron una división administrativa y territorial que implica la intervención de los estados para su administración, desarrollado dentro del instrumento multilateral de la Convención del Mar, la cual, ha permitido que los Estados tengan unas jurisdicciones, buscando que tengan similares derechos. Más allá de las 200 millas al no existir Jurisdicción Estatal, aparece la figura de “La Autoridad de los fondos”, quien administra estas áreas. Para el ejercicio de la minería, es importante recordar que existen dependiendo de donde se haga

2 https://azertag.az/es/xeber/Descubriendo_Azerbaiyn_La_historia_del_petroleo_de_Azerbaiyn-1334674?__cf_chl_jschl_tk__=c05df76dcfb70dc1918f1c74960112404792f63e-1604418920-0-AQAdqcZQguxp24mF5T-hMgi4FyvFgwMZRbqsmIgm35n1u0vszV50CnV3fMLq228rgdR6g66yLAb428Ru_5G4XSwpO12iU4GP9_NIiOhvQjfSfzdodfUKSFpsFPCMKs5DSIgBWwh851_PBrtgTZQH-SkNC_2SBZw6YuR9qgVxzER4pyR-BiYquo_OlQI-8pQpC3YbLj3DIQeT0qjExKneAObQRn4IPzJaBI53Ib0RDNnvZ1sJxrDWwUXaOMrCUzLwc7YjmUILpm-kmHXeBganR0X2wCOfZVjk7obJsKNkp4_9ChN5yNT14ttG4vKA1cEhlrGi3pEipYVrYDJ2pZS92MQ8hiO9ftcrG-3wSEeP99r2YrYHfj2lWtRlEruC1P-nAQ 3

Alvarado Rico Alfonso José, EXPLORACIÓN Y PRODUCCIÓN COSTA AFUERA, revista On Board+ Maritime, Port & Logistics Magazine. www.asesdelmarasesorias.com Año 1, Número 2 - septiembre 2020.p 26.

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la explotación, actividades on shore (dentro de los espacios soberanos de la nación hasta las 12 millas) y actividades off shore (Zona Contigua y Zona Económica exclusiva donde hay limitaciones de soberanía).

polimetálicas ricas en cobalto. Los depósitos minerales bajo el mar suponen el 96% del cobalto, 84% del níquel, 79% del manganeso, así como el 35% del cobre del total de las reservas estimadas en el planeta7.

Los nódulos fueron descubiertos a finales del siglo XIX en el mar de Kara durante la expedición científica del buque M.S. Challenger (1872 a 1876), donde se encontraron distribuidos ampliamente alrededor de muchos sitios en el fondo de los océanos del mundo4. Su localización en profundidades de 50005 mts, dificulta su viabilidad, sin embargo, pueden existir explotaciones en áreas menos profundas, que a través de los años y el desarrollo tecnológico las posibilidades de realizar explotaciones han sido evaluadas.

El derecho internacional ha desarrollado instituciones jurídicas aplicables a la actividad minera en los fondos marinos se encuentra bajo la supervisión internacional en el marco de la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982 denominada como “la Convención” la cual es la herramienta que gobierna consuetudinariamente el régimen de los océanos. La “Constitución del Mar” regula un amplio conjunto de temas, tales como los derechos internacionales de navegación, la piratería marítima, la protección del medio marino, y la jurisdicción sobre los recursos marinos renovables (vivos) y los no renovables (no-vivos)8.

Las fuentes hidrotermales y su biodiversidad fueron viables hasta 1977, 5 años antes del acuerdo sobre minería de fondos marinos bajo la CONVEMAR de 1982. En las dorsales oceánicas, las fuentes hidrotermales tienen una biodiversidad rica e inusual, la mayoría no se han tocado todavía. Debido al agotamiento de los depósitos de metales en tierra y con el conocimiento y avances tecnológicos, la minería de fondos marinos es cada vez más factible y real6.

Así por ejemplo la Resolución 2749 (XXV ) ONU, declara solemnemente que la zona de los fondos marinos y oceánicos y su subsuelo fuera de los límites de la jurisdicción nacional, así como sus recursos, son patrimonio común de la humanidad. La (Parte XI de la Convención), trata sobre la explotación minera de los fondos oceánicos, concretando una autoridad, unos procedimientos para tal fin y unas obligaciones.

La minería de fondos marinos se proyecta como un sector emergente. Se han descubierto varios tipos de fondos marinos susceptibles a ser explotados, en los que destacan los campos de nódulos de manganeso, los sulfuros masivos y las costras

En general los países industrializados no aceptaban los detallados procedimientos de producción de

4

http://www2.inecc.gob.mx/publicaciones/libros/703/nodulos.pdf Nódulos polimetálicos Marlene Olivares Cruz, Mayumy Amparo Cabrera Ramírez, Leticia Rosales Hoz, Arturo Carranza Edwards.

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file:///C:/Users/Eduardo/Downloads/244386-333296-1-PB%20(1).pdf

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Escobar Jairo, CEPAL, 2004. El impacto producido por la actividad minera en los fondos profundos oceánicos sobre los recursos genéticos y el reglamento para la prospección y explotación de los nódulos polimetálicos en la Zona. 7

file:///C:/Users/Eduardo/Downloads/244386-333296-1-PB.pdf

8

http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/2/831/19.pdf Explotación de los Fondos marinos y la Convención de las naciones Unidas sobre el derecho del mar.

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fondos marinos, las condiciones de los contratos y la transmisión obligatoria de tecnología9. En 1994 se adoptó el “Acuerdo relativo a la aplicación de la Parte XI de la Convención”, que elimina la obligación de la transmisión de tecnología, establece disposiciones generales sobre la explotación, y deja que la Autoridad de los Fondos Marinos determine la índole de las normas para autorizar las operaciones mineras en los fondos marinos10. La legislación universal acerca de las riquezas de los fondos marinos, constituye un avance conceptual y un extraordinario aporte a la creación del Nuevo Orden Internacional, al postular el Principio de Patrimonio Común de la Humanidad11. Estos recursos, los nódulos de magnesio, se encuentran ubicados fuera de las jurisdicciones marítimas de los Estados, en Alta mar. En estas áreas el derecho marítimo ha considerado la existencia de una laguna jurídica, debido a que las figuras de res communis12 y res nullius13 no encajan con la determinación del espacio marítimo denominado como la Zona, ya que no pertenece y no puede ser propiedad de ningún Estado, pero sí pueden realizarse ciertas actividades autorizadas que beneficiarán a todos los Estados de la comunidad internacional. Queda claro que la minería que se desarrolla en las zonas jurisdiccionales del Estado ribereño se debe hacer bajo sus condiciones. Para la explotación y conservación se propone el Código minero, el cual está compuesto por 10

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partes y 4 anexos. Este reglamento incluye los formularios necesarios para solicitar la concesión de derechos de exploración y terminología normalizada aplicable a los contratos de exploración. Como la gran problemática de este tipo de exploración y explotación minera es ambiental marina, existen unos elementos jurídicos que obligan a preservar el ecosistema y de no cumplirse se estaría violando la Constitución de los océanos. El gran Caribe tiene áreas volcánicas que pueden tener algunas riquezas y que deben ser motivo de exploración. En Colombia solo se ha desarrollado actividad on shore de las 12 millas para adentro y off shore (fuera de las 12 millas) para hidrocarburos y gases. En este sentido, la Política Nacional del Océano en el punto 2.2.6 permite al Estado avanzar hacia un “Estado facilitador y promotor” de la industria y a su vez busca generar una infraestructura adecuada en un Marco de sostenibilidad y armonía con los recursos naturales. A su vez, el (Código de Minas)-Ley 685 de 2001-, eliminó el papel del Estado empresario y lo vuelve facilitador, promotor y fiscalizador del sector minero colombiano y le da tareas de evaluación y prevención, para reducir y controlar la contaminación y sus impactos en las zonas marino costeras y promover la actividad en zonas costeras para la realización de proyectos en polimetálicos, pero no olvida que es la responsable del control de la afectación ambiental, además regula las relaciones jurídicas del Estado con los particulares y las

Ibídem

10

Escobar Jairo, CEPAL, 2004. El impacto producido por la actividad minera en los fondos profundos oceánicos sobre los recursos genéticos y el reglamento para la prospección y explotación de los nódulos polimetálicos en la Zona. 11

http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/2/831/19.pdf Explotación de los Fondos marinos y la Convención de las naciones Unidas sobre el derecho del mar.

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idbidem

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idbidem

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de estos entre sí, por causa de los trabajos y obras de la industria minera en sus fases de prospección, exploración, construcción y montaje, explotación, beneficio, transformación, transporte y promoción. Se excluyen la exploración y explotación de hidrocarburos líquidos y gaseosos que se regirán por las disposiciones especiales sobre la materia. Además establece en su articulado la obligación legal de transferir tecnología, lo que fue novedoso pero ya es caduco por la presión de las potencias. Lo novedoso de esta norma es que además de sus áreas jurisdiccionales contempla la posibilidad de realizar exploraciones en la zona por medio de contratos ya sea en participación directa, cooperación o delegación. En todo caso el procedimiento busca ser homogéneo, esto es una solicitud a la agencia nacional de minería, concepto de Dirección Marítima- DIMAR y resolución de la Agencia Nacional de Licencias Ambientales - ANLA. En cuanto a la parte ambiental el Decreto 2028/2010, es la norma que rige qué sector y qué actividades necesitan de licencia y qué autoridad es la competente, haciendo obligatoria la Licencia Ambiental Global y la obligatoriedad de presentar un Plan de Manejo Ambiental, conforme a los términos, condiciones y obligaciones establecidas en la licencia ambiental global. Además, para el

sector marítimo y portuario: a) La construcción o ampliación y operación de puertos marítimos de gran calado. b).Los dragados de profundización de los canales de acceso a puertos marítimos de gran calado y los de mantenimiento cuyo volumen sea superior a 1’000.000 de m3/año’, c) La estabilización de playas y de entradas costeras (art 9) obras duras como tajamares. De lo anterior y a pesar de no estar explicita la actividad minera en el mar es predecible que el requisito para realizar esta explotación es una licencia ambiental global. Colombia es de los pocos países del mundo que ha incorporado la explotación de fondo a su legislación14. Sin embargo la licencia expedida por la ANLA solo aplica para la jurisdicción nacional, por tal razón nos remitimos a la ley 99 de 1993, por la cual se crea el Ministerio del Medio Ambiente, y establece en su artículo 103º.- Del Apoyo de las Fuerzas Armadas, que ...”La Armada Nacional tendrá a su cargo el ejercicio de las funciones de control y vigilancia en materia ambiental y de los recursos naturales, en los mares y zonas costeras, así como la vigilancia, seguimiento y evaluación de los fenómenos de contaminación o alteración del medio marino”, en este sentido el Ministerio de Defensa, en su organización cuenta con la Dirección General

14 http://cpps.dyndns.info/cpps-docs-web/circulares/2013/136.Circular%20136-2013_Informe%20Taller%20sobre%20Mineria%20de%20Fondos%20Marinos.docx.pdf

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Marítima, y en su decreto reglamentario (2324 de 1984) se establecen como funciones entre otras las establecidas en los siguientes numerales: 10. Los sistemas de exploración, explotación y prospección de los recursos naturales del medio marino. 14. La conservación, preservación y protección del medio marino. 15. La colocación de cualquier tipo de estructuras, obras fijas o semifijas en el suelo o en el subsuelo marino. Esto trae una inconsistencia que tendrá que ser solucionada a través de la interpretación de las convenciones internacionales, ya que prevalecen, pero además Colombia no es parte de la CONVEMAR, y en todo caso se tendría que acudir a la autoridad del fondo. Así mismo, la Dirección General Marítima (DIMAR) tiene funciones ya sea en aguas jurisdiccionales del Estado o en la Zona.

En materia de exploración y explotación costa afuera, el Decreto 2682 de 2014 tiene como objetivo fomentar e impulsar el desarrollo de proyectos encaminados a la exploración y explotación de hidrocarburos en nuestras costas marítimas y mar territorial.

En materia de exploración y explotación costa afuera, el Decreto 2682 de 2014 tiene como objetivo fomentar e impulsar el desarrollo de proyectos encaminados a la exploración y explotación de hidrocarburos en nuestras costas marítimas y mar territorial. El Decreto permite que cobijado bajo régimen de zona franca, se desarrollen actividades de evaluación técnica, exploración y producción de hidrocarburos para las cuales no se podía utilizar el mecanismo ya que no existía reglamentación y por el contrario concurría una prohibición legal expresa, ya que los proyectos off shore implican desembolsos de altas inversiones en sus fases pre operativas y operativas, que podrían disminuirse o atenuar su impacto incentivando y aplicando las disposiciones del régimen franco, generando economías de escala para toda la cadena de producción. Además, el sector de hidrocarburos es el mayor generador de divisas del país, y encontrar nuevos yacimientos es prioritario para nuestra economía y vital para garantizar la seguridad energética, por lo que se hace necesario adelantar reglamentaciones que lo favorezcan y desarrollen. Como parte del examen del marco normativo local de la actividad es pertinente enunciar que las principales entidades del Estado que intervienen en el proceso de autorización gubernamental para la explotación costa afuera no están necesariamente articuladas. Es necesario destacar que Colombia no cuenta con un estatuto legal armónico y completo sobre la actividad, siendo esta una tarea importante por realizar15. No debe olvidarse que de conformidad con el artículo 360 de la Constitución Política de 1991 la explotación de los recursos naturales no renovables tiene reserva de ley, aunque a la fecha no existe una ley que recoja en forma integral la temática involucrada con dicha actividad.

15

cfr. Integración y gestión HSE en el sector oil & gas costa afuera: Noruega vs. Colombia estudio comparativo, Cámara de Comercio Colombo Nórdica, Bogotá, 2013 p. 114 - 115

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En efecto, se tienen algunos instrumentos legales que se ocupan de ciertos aspectos y que muchas veces no resultan completamente coherentes entre sí. Lo anterior se suma a la dificultad que supone de entrada la multiplicidad de entidades involucradas en la autorización de este tipo de operaciones, la cual, dicho sea de paso, se ve exacerbada por la falta de comunicación interinstitucional adecuada. Así las cosas, conviene hacer referencia a normativa existente para, de alguna manera, tratar de extraer los parámetros normativos más destacados en el ámbito regulatorio colombiano16.

Referencias y Bibliografía • Alvarado Rico Alfonso José, EXPLORACIÓN Y PRODUCCIÓN COSTA AFUERA, revista On Board+ Maritime, Port & Logistics Magazine. www.asesdelmarasesorias.com Año 1, Número 2 - septiembre 2020.pag 30 • https://revistas.uexternado.edu.co/index. php/emerca/article/view/5046/6119 • Integración y gestión HSE en el sector oil & gas costa afuera: Noruega vs. Colombia estudio comparativo, Cámara de Comercio Colombo Nórdica, Bogotá, 2013 p. 114 - 115

Sin duda alguna las actividades de exploración y producción de hidrocarburos costa afuera, es un negocio que requiere de grandes inversiones de capitales, desarrollo de nuevas tecnologías, y actualización en la capacitación del personal que se desempeña en esta área, que permita la exploración de los hidrocarburos a mayor profundidades, logrando así encontrar nuevos yacimientos y obtener mayor producción, es necesario que las legislaciones se vayan adecuando a los cambios dentro de la industria de hidrocarburos, para evitar posibles daños al medio marino, y que los países ejerzan un mayor control en las zonas marítimas que se desarrollen estas actividades17, por tal razón se requiere de una coordinación a nivel estatal, científico e internacional para efectivamente aprovechar este interés, su construcción es un proceso largo y desconocido del cual tenemos poca información sobre las posibilidades de realizar actividades para el bien de la nación.

• http://www.academia.edu/1026523/ Mineria_submarina_se_inicia_la_ explotacion_de_los_fondos_oceanicos • http://www.noalamina.org/mineriainformacion-general/impactos-de-laminería/extracción-minera-submarinapróxima-amenaza-para-océanos • http://www.estrucplan.com.ar/Articulos/ verarticulo.asp?IDArticulo=2449 • http://sociedad.elpais.com/ sociedad/2011/02/04/ actualidad/1296774016 _850215.html • http://www.nautilusminerals.com/s/ProjectsSolwara.asp • http://www.mapserver.isa.org.jm/GIS/ • http://es.wikipedia.org/wiki/ Miner%C3%ADa_en_el_fondo_del_mar • http://www.cinu.mx/temas/derechointernacional/derecho-del-mar/ • http://www.abc.net.au/catalyst/ stories/3240156.htm 13 • https://www.academia.edu/16461672/ ESTADO_DEL_ARTE_DE_LAS_TENDENCIAS_ SOBRE_LEGISLACI%C3%93N_RELATIVA_A_ LA_MINER%C3%8DA_DE_LOS_FONDOS_ MARINOS_Su_aplicaci%C3%B3n_al_ Pac%C3%ADfico_Sudeste_

16

https://revistas.uexternado.edu.co/index.php/emerca/ article/view/5046/6119 17 Alvarado Rico Alfonso José, EXPLORACIÓN Y PRODUCCIÓN COSTA AFUERA, revista On Board+ Maritime, Port & Logistics Magazine. www.asesdelmarasesorias.com Año 1, Número 2 - septiembre 2020.pag 30

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Pesca

y Acuicultura

Es posible avanzar “de cara al mar”: visión institucional de la pesca artesanal colombiana

Gracias a los resultados obtenidos en el proceso de caracterización, formalización y fortalecimiento asociativo realizado por la Autoridad de Acuicultura y Pesca – AUNAP y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD, encontramos que el Índice de Pobreza Multidimensional para la población de pescadores fue de 23.57%, un indicador superior al promedio nacional que fue de 19,6% para 2018”.

Nicolás Del Castillo Piedrahita Director General de la Autoridad Nacional de Agricultura y Pesca (AUNAP)

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S S

umado a lo anterior, el estudio arrojó que el Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas para la población de pescadores es de 68,46%, considerablemente más alto que el de promedio de Colombia que fue 14,13% para 2018. Esto demuestra que la población de pescadores se encuentra en rangos de pobreza muy altos y se requiere aunar esfuerzos para lograr una intervención integral, que permita mejorar las condiciones de vida de quienes se dedican a la pesca. El gran reto del Gobierno Nacional y de la Autoridad es continuar implementando procesos de ordenación pesquera concertados con la comunidad, lograr una reducción significativa de tiempo y esfuerzo en el desarrollo de la actividad e implementar mejoras en la comercialización de los productos y brindar información adecuada para la

sostenibilidad que tanto anhelamos alcanzar con nuestra actividad. Trasformar un sector que histórica y culturalmente ha enfrentado éstas y otras dificultades dependiendo la región requiere del establecimiento de una Gobernanza, Participativa e Incluyente, pilar del proceso de transformación de la actividad a partir de los saberes tradicionales y el respaldo constante de ONG’s, Entes Territoriales y Nacionales. Es por esto que mediante la instalación de muelles flotantes en zonas estratégicas se viene impulsando la pesca responsable en nuestros ríos, ciénagas y mares. Cada uno de estos insumos hace las veces de “panal” para los pescadores: donde sus obreros vuelven con el resultado de su trabajo, siendo este el lugar de encuentro de uno de los eslabones más importantes de esta cadena.

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El pescador artesanal colombiano no ha evolucionado a nuevas tecnologías tanto naval como pesquera, ni en mecanismos de seguridad que le permitan realizar sus faenas de pesca en zonas más alejadas a las que están acostumbrados. Lo anterior, debido a la carencia de capital de trabajo en todos los eslabones de la cadena y dificultades en el proceso de comercialización debido a la falta de conectividad y exceso de intermediarios.

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• Carnetizacíón, asociatividad, licencías, inversión en puertos pesqueros, ordenación y recopilación de información. • Desarrollo de nuevos procesos de emprendimientos.

Formación Ordenación Pesquera

• Maricultura, artesanías, empoderamiento. • Procesos de capacitación y enseñanza a pescadores Asociatívidad.

Nuevos Emprendimientos

• Agricultura contrato Diversificación de la oferta, métodos para desarrollar Comercialización pesquerías nuevas, alta demanda, eliminar intermediartos.

• “Fresco es mejor congelado o enlatado” • Transformación con tecnología apropiad que garantice la calidad de los productos. • Inyección de capital, anticipos económicos para pescadores.

• Sustituir gasolina por energías alternativas. • Dos motores para cada embarcacíón, Kits de seguridad. • Evolución de pesca de subsistencia a pesca artesanal.

Costos Seguridad

Elementos: Gobernanza Participativa, Incluyente

Tecnología Naval

• Dotar embarcaciones de ayudas tecnológicas que permitan detectar nuevos caladeros de pesca (GPS, ecosonda, radar, etc.)

• Cambio climático Acopio y Transformación

Investigación

Tecnología Pesquera

• Mejorar, adecuar e implementar artes de pesca específicas para cada especie. • Convertir cada pesquería en multiespecífica. • Importancia de la cadena de frio.

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• Tener certeza de cómo cambian las temperaturas del agua y afecta la cornposlción de especies marinas • Identíftcactón de nuevos caladeros y artes de pesca.


La investigación siempre será fundamental para la toma de decisiones, sobre todo, para avanzar en la identificación de Nuevos Caladeros y Artes de Pesca adecuadas a cada pesquería. Las artes de pesca para el pescador son tan fundamentales como “el azadón al campesino” por ende, deben ser adecuadas a cada pesquería en espacio y tiempo para convertirla en multiespecífica.

Adicionalmente, se requiere seguir trabajando en la concertación entre las comunidades de pescadores y las entidades estatales del orden Municipal, Regional y Nacional, involucradas en la actividad, quienes han sido fundamentales en la generación y apropiación de nuevas tecnologías vinculando el conocimiento ancestral y la resolución de las necesidades de cada región, además de opciones de Financiamiento con entes Territoriales y Nacionales. Generar una política pública que logre equilibrar la situación actual del sector requiere identificar las particularidades e idiosincrasia de cada zona del país. Para empezar, para cada región se debe proponer un diseño de embarcación y motor para el desarrollo de la actividad en tiempo y espacio; de otro lado, la actividad pesquera debe estar formalizada y con un proceso de ordenación consolidado, además de la importancia de la Implementación de innovaciones tecnológicas en la propulsión de los motores fuera borda y la posibilidad de subsidiar el combustible al sector pesquero. La investigación siempre será fundamental para la toma de decisiones, sobre todo, para avanzar en la identificación de Nuevos Caladeros y Artes de Pesca adecuadas a cada pesquería. Las artes de pesca para el pescador son tan fundamentales como “el azadón al campesino” por ende, deben ser adecuadas a cada pesquería en espacio y tiempo para convertirla en multiespecífica.

nuestros sectores es necesario fortalecer la trasformación del producto, con tecnología apropiada que involucre trazabilidad, calidad y conservación, aportando con ello un valor agregado. Todo lo anterior, sumado al capital de trabajo, el asegurar socios estratégicos que garanticen la venta del producto y ofrezcan precio justo. Emprender es sinónimo de trascender, creo en los emprendedores del campo, para nuestro caso en los emprendedores del agua, son ellos quienes han tenido por años la responsabilidad de abastecer a Colombia, tarea que no ha sido fácil pero que han hecho muy bien. Necesitamos atraer el emprendimiento a nuestro sector, ruta que el Gobierno Nacional se ha trazado como pilar y en el cual está enmarcado el agro. Es cierto que nos queda mucho camino por recorrer y debemos trabajar para lograr la implementación de herramientas y políticas que impulsen este renglón, pero avanzar en este sentido, es avanzar con paso firme por nuestro sector pesquero nacional.

Para finalizar, ¿pescado fresco, congelado o enlatado? Cuál prefieres. Para el fortalecimiento de

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H

Conectividad

por el Mar

El océano

como factor de conectividad y desarrollo nacional

El océano ha sido fuente de alimento, transporte y comercio durante el desarrollo de la humanidad. En un inicio, las actividades en el océano se limitaban las zonas costeras; sin embargo, los avances tecnológicos en décadas recientes han puesto al descubierto las partes más remotas del océano, generando una nueva frontera económica en un espacio que cubre más de dos tercios de la superficie de la Tierra e impulsando el crecimiento en las industrias existentes y la aparición de otras nuevas. Asimismo, los científicos e investigadores han avanzado en su exploración y conocimiento como clave para lograr su aprovechamiento de manera sostenible. (Jouffray, et al., 2020).

Capitán de Fragata Javier E. Gómez Torres Subdirector de Desarrollo Marítimo – Dirección General Marítima Paola Echeverry Hernández Administradora Infraestructura de Datos Espaciales Marítima, Fluvial y Costera - Dirección General Marítima

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H H

oy en día, la conectividad hace parte fundamental de las actividades cotidianas de un mundo globalizado. Entender el concepto de globalización no es simple, ni hay un consenso sobre su significado. Según Giddens (2000), es un proceso complejo de múltiples interrelaciones, dependencias e interdependencias entre unidades geográficas, políticas, económicas y culturales; es decir, continentes, países, regiones,

ciudades, localidades, comunidades y personas. Significa también la expansión, multiplicación y profundización de las relaciones sociales y de las instituciones a través del espacio y tiempo, de modo que las actividades cotidianas resultan cada vez más influidas por los hechos y acontecimientos que ocurren en otras partes del globo, así como las decisiones y acciones de grupos y comunidades locales pueden alcanzar importantes repercusiones globales.

En este contexto, la Dirección General Marítima (Dimar) lo ha conceptualizado como el eslabón azul del desarrollo nacional, que conecta a fabricantes y consumidores a través de las líneas de transporte marítimo y comunica a Colombia con el mundo a través de cables y tuberías submarinas, actividades que se vuelven más frecuentes con el paso del tiempo y el desarrollo de nuevas tecnologías.

Figura 1. Distribución global de cables submarinos Fuente submarinecablemap.com

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En cuanto al transporte marítimo, éste ha sido un factor de conectividad por excelencia, que moviliza más del 90% del comercio mundial, con una tendencia creciente desde 1980 1, presentando en 2019 un incremento de la capacidad de carga en un 2,6% a nivel global, según cifras de la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD, 2020). Sin embargo, no ahondaremos en esta acepción de conectividad dado que las cifras relevantes se presentan desde el transporte marítimo, como un Interés Marítimo que se desarrolla de forma independiente.

Así las cosas, nos centraremos en el tendido de cables y tuberías submarinas en el lecho marino, prestando especial atención en las comunicaciones del planeta que se mueven a través de esta infraestructura. Las interacciones mencionadas en el concepto de globalización implican en el siglo XXI, la necesidad irrefutable de transferencia de grandes volúmenes de datos con gran rapidez. La demanda actual requiere información en tiempo casi real sobre los sucesos en cualquier parte del planeta, para soportar todas las actividades comerciales, bancarias, laborales, de entretenimiento y diversión, entre otras, que se realizan a través de la internet de manera inmediata a través de dispositivos móviles y tecnología inteligente (internet de las cosas).

Todo este robusto sistema de comunicación, hoy en día más relevante que nunca como resultado de la declaratoria de pandemia por Covid-19, que ha incrementado el uso de recursos Web para desarrollar actividades de trabajo, educación y socialización, se encuentra soportado por un sistema de más de 450 cables tendidos sobre los lechos submarinos, con una longitud actual de más de 1,2 millones de kilómetros (Figura 1), responsables

de más del 95% del tráfico de voz y datos a nivel global (Moises Naím, 2020). Teniendo en cuenta que casi la totalidad del internet se mueve a través de estos cables submarinos, su implicación actual recae en el escenario Geopolítico global, donde las afectaciones voluntarias o accidentales sobre estos sistemas generan afectaciones de altísimo impacto en la economía de cualquier nación. Un ejemplo de la afectación por pérdida de comunicación se vivió en Somalia en julio de 2017, donde un accidente generó la ruptura del cable dejando sin conexión a dicho país por un espacio de 23 días. Esto fue catalogado como un desastre nacional. Con el fin de proteger esta valiosa infraestructura, los servicios hidrográficos en cada Estado, deben graficar en sus cartas náuticas los cables submarinos sobre sus respectivas jurisdicciones nacionales; además de tener directrices en materia de ordenamiento costero para evitar cualquier afectación. Por esta razón la información del trazado y disposición de todos los cables submarinos se encuentra disponible al público. No obstante, también podrían preverse actividades de sabotaje, ante los cuales se pueden encontrar algunos pocos antecedentes, pero que podrían incrementarse en el futuro. En este sentido, es posible que algunas naciones estén empleando lo que se conoce como “cables oscuros”, una red no registrada que serviría de respaldo en casos de ataques a la infraestructura de comunicaciones. Pero por supuesto no hay mucha claridad al respecto. En el caso de Colombia, encontramos que la longitud de los cables submarinos que llegan a nuestras costas colombianas es de 15.763,68 Km

1 Desde 1980 el volumen de carga transportada por transporte marítimo se ha incrementado año a año en todos los tipos de transporte, a excepción de los años 1985 y 2009, donde se registraron ligeros decrecimientos.

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Figura 2. Cobertura de cables submarinos en el mar Caribe y Océano Pacífico. Fuente (Dirección General Marítima, 2020)

contados desde su punto de origen, cubriendo una longitud de 12.711,60 Km dentro de las aguas marítimas de Colombia (DIMAR, 2020). Esto significa que, si se extienden uno tras otro, tendrían la longitud del diámetro de la tierra correspondiente a 12.742 km (Nasa Science, 2020).

La figura 2 muestra la disposición de dichos cables dentro de la jurisdicción nacional, encontrando varios puntos de entrada de cables sobre el Caribe colombiano, en contraste con el Pacífico, al que solo ingresa un cable por Buenaventura.

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Los cables submarinos en el territorio marítimo nacional se encuentran plenamente identificados en la cartografía náutica a través de la simbología establecida en el marco internacional. Para la autorización de tendido y el aterrizaje en las costas del país debe surtir ante la Autoridad Marítima un proceso de concesión de áreas marítimas, que garantiza, por un lado, que su trayecto no afecte ecosistemas marinos estratégicos y por otro, que no se desarrolle otro tipo de infraestructura en sus cercanías que lo puedan afectar (salvo que se tomen algunas medidas excepcionales que permitan su adecuada protección).

Referencias • Dirección General Marítima, 2020. Infraestructura de Datos Espaciales Marítima, Fluvial y Costera, Bogotá: s.n. • Giddens, A., 2000. Un mundo desbocado, los efectos de la globalización en nuestras vidas. Buenos Aires : Taurus. • Jouffray, J.-B.y otros, 2020. The Blue Acceleration: The Trajectory of Human Expansion into the Ocean. One Earth Perspective, Volumen 2, pp. 43-54.

Dada la importancia en la conectividad que el tendido de cables submarinos proporciona, sumado al transporte de otros componentes por medio de tuberías, podemos entender su rol e importancia dentro de las políticas nacionales orientadas a emplear los recursos del mar y las costas de forma sostenible, con el fin de generar beneficios económicos y sociales que contribuyen al desarrollo nacional. Por tanto, el océano considerado como un factor de conectividad, representa un Interés Marítimo que debe ser estudiado, reconocido y desarrollado para el aprovechamiento de todos los colombianos.

• Moises Naím, 2020. Efecto Naím. [En línea] • Available at: https://efectonaim.net/cables-submarinos/[Último acceso: 19 11 2020]. • Nasa Science, 2020. Solar System Exploration. [En línea] • Available at: https://solarsystem.nasa.gov/planets/earth/by-the-numbers/ [Último acceso: 16 Noviembre 2020]. • UNCTAD, 2020. Review of Maritime Transport 2019, New York: Naciones Unidas.

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Salud Pública

y Bioseguridad Marina

Salud Pública y Bioseguridad Marina

En principio, uno pensaría que el marco normativo internacional para abordar la bioseguridad es el Protocolo de Cartagena de 2000, el cual tiene como objeto proteger la biodiversidad de amenazas relacionadas con la seguridad biológica (bioseguridad). Sin embargo, el articulado del Protocolo atañe exclusivamente a la industria de la biotecnología. Esto es, a la introducción de organismos conocida, controlada, intencional y deseada.

Capitán de Navío Fabián Ramírez Cabrales Jefe Sección Desarrollo Marítimo. Dirección de Intereses Marítimos y Fluviales

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stos elementos están claramente ausentes y fuera del ámbito de aplicación de la introducción de organismos y agentes patógenos introducidos por agua de lastre de los buques u otros vectores. En consecuencia, ello nos remite a ampliar la literatura sobre la definición de este concepto en cuestión. Para ello, inicialmente se ha tomado como referencia a Penman (1998), quien después estudiar diversas propuestas entre los distintos sectores gubernamentales de Nueva Zelanda y la comunidad científica australiana propuso definir a la “bioseguridad” como: “La efectiva gestión de los riesgos ocasionados por parásitos, hierbajos y enfermedades mediante un sistema de coordinación a nivel pre-fronterizo y fronterizo, dirigido a generar respuestas que apunten a la prevención del establecimiento y propagación de organismos que puedan tener efectos adversos en la economía, medio ambiente y salud pública” (Penman, 1998: ii).

Fuente: tomado de elmundo.cr

Como puede observarse, esta definición identifica los focos de “contaminación biológica” de manera general, propone un marco institucional para la gestión del problema a nivel transfronterizo y concuerda con Puth y Post (2005) en la urgente necesidad de mitigar este fenómeno en sus etapas de establecimiento y propagación. Al igual que la Academia Australiana de Ciencias de la Tecnología e Ingeniería (ATSE, 2001), comprende los principales sectores afectados por éste fenómeno (economía, medio ambiente y salud pública). Esta enunciación sería nuevamente replanteada dentro del marco de la Estrategia de Bioseguridad de Nueva Zelanda (2003), formulando el siguiente axioma: “Bioseguridad es la exclusión, erradicación efectiva de la gestión de los riesgos ocasionados por plagas y enfermedades a la economía, medio ambiente y salud humana”. Claramente, esta definición es algo más simplificada. Se enfoca más en la eficacia en función de los

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considerado clave: “introducción y liberación” de especies exóticas invasivas. Como puede observarse, es una problemática compleja tanto en su definición como su extensión. Para su ilustración, a continuación, se describe la tabla No. 1 que nos muestra la dimensión del problema y por ende la necesidad de promover el Interés Marítimo de la Bioseguridad Marina.

costos que genera proteger los recursos naturales de la acción ocasionada por organismos no deseados. Ahora bien, desde una óptica internacional encontramos que el enfoque de la bioseguridad es mucho más detallado. A este respecto, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), define que la bioseguridad comprende “todos los marcos normativos y reglamentarios (con inclusión de instrumentos y actividades) para actuar ante los riesgos asociados con la alimentación y la agricultura (en particular los riesgos de importancia para el medio ambiente)”. Incluye aquellos relacionados con la introducción y el manejo inocuo de especies y genotipos exóticos invasivos (FAO COAG/01/8 2001). Esta definición, algo más extensa, se diferencia de las anteriores en que primero amplía su esfera de acción al incluir marcos normativos y reglamentarios. Segundo, específica los sectores que comprende la bioseguridad y tercero enuncia dos aspectos que hemos

Bajo este marco, este enfoque comprende una visión integral de la bioseguridad en todos sus aspectos y son puntos de referencia en la construcción de dicho interés. De igual forma, estas amenazas comprometen el Interés Marítimo de la salud pública como se describe a continuación.

La salud pública: enfoque marítimo Con la adopción del Reglamento Sanitario Internacional (RSI) por la Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2005, los Estados Partes acordaron desa-

Tabla No. 1. Vectores de introducción marinos Transmisión hídrica

Bioincrustación

Sedimentos

Capa biótica

Agua de lastre

Bioincrustación del casco.

Sedimentos de los tanques de agua de lastre.

Superficies de los tanques de lastre.

Agua de sentinas

Bioincrustación de la caja de mar.

Sedimentos de sentinas.

Superficies internas.

Agua de sistemas de enfriamiento

Bioincrustación de las tuberías.

Sedimentos del cajón de la cadena.

Superficies tuberías internas.

Agua de enfriamiento del eje de propela

Bioincrustación del ancla y la cadena del ancla.

Agua sistemas contra-incendio

Bioincrustación del eje de la propela.

Agua sistema sanitario Agua incidental (lavado de cubierta) Fuente. Raay Makers, 2002, p. 4.

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rrollar, reforzar y mantener capacidades sanitarias básicas relacionadas con la vigilancia y respuesta en los puntos de entrada (PdE) designados, según se especifica en el anexo 1 del RSI. Asimismo, acordaron establecer y mantener en los PdE planes de contingencia para emergencias de salud pública a fin de prevenir la propagación internacional de enfermedades. El RSI asigna a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la responsabilidad de publicar, en consulta con los Estados Partes, directrices sobre el desarrollo de las capacidades de respuesta en materia de salud pública. A efectos de ayudar a los Estados Partes en la planificación de contingencia

Observado este panorama, está claro que el interés marítimo de la salud pública y laCurso bioseguridad marina, de formación para emerge comoOMI una iniciativa instructores ENAP 2020 internacional desde el sector marítimo para coordinar la implementación de medidas y normativas expedidas por la OMS y la OMI.

y la aplicación de medidas sanitarias a bordo de las embarcaciones o en los puertos, la OMS elaboró unas orientaciones genéricas en que se abordan todos los riesgos de salud pública y la normativa conexa. La adopción de decisiones puede plantear dificultades a las autoridades portuarias competentes. Ejemplos de esas dificultades se constataron durante la pandemia de gripe por A (H1N1) de 2009, en la que se advirtieron prácticas y enfoques diversos entre los países de todo el mundo. En respuesta, la OMS publicó WHO Interim Technical Advice for Case Management of Pandemic (H1N1) 2009 on Ships, que contiene orientaciones sobre medidas preventivas, detección, evaluación de riesgos y tratamiento de casos. A bordo de las embarcaciones puede ocurrir una amplia gama de eventos de distinta gravedad, que requieran diferentes respuestas o que incluso no requieran ninguna. Para esto, el Manual para la gestión de eventos de salud pública a bordo de embarcaciones tiene por objeto proporcionar asesoramiento técnico a las autoridades portuarias competentes para la gestión de los Fuente: OMS

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desde el sector marítimo para coordinar la implementación de medidas y normativas expedidas por la OMS y la OMI. Por tanto, Colombia no escapa a este compromiso y apremiante necesidad de crear en el colectivo nacional una interiorización de la significancia e impacto de este asunto vital para la salud de los colombianos.

eventos de salud pública que se produzcan a bordo de las embarcaciones; complementa otras publicaciones de la OMS referentes a la evaluación de riesgos a nivel nacional, la planificación de contingencia en los PdE, el establecimiento de capacidades y la aplicación de planes de emergencia en los puertos. Bajo ese marco, la pandemia de la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus (COVID-19) constituye una crisis mundial de salud pública, cuya respuesta por parte de los gobiernos requiere el mantenimiento de las cadenas mundiales de suministro para garantizar que los abastecimientos médicos, los alimentos, la energía y las materias primas del mundo, así como los productos manufacturados y los componentes vitales para la conservación del empleo, sigan llegando a sus destinos previstos. Los buques y los puertos deben seguir siendo plenamente operativos, a fin de mantener la completa funcionalidad de las cadenas de suministro, transporte de pasajeros y relevo de tripulaciones. Sin embargo, fallas en los protocolos de comunicación y actuación frente a los brotes de infecciones por COVID-19 como el ocurrido con el crucero Diamond Princess el pasado mes de febrero de 2020 o el evento ocurrido a bordo del portaviones Theodore Roosevelt en abril del mismo año y muchos otros más, indica la necesidad de insertar en la agenda de seguridad el Interés Marítimo de la Salud Pública y en consecuencia, se hace inminente implementar el “Manual para la gestión de eventos de salud pública a bordo de embarcaciones” de la OMS para mitigar las problemáticas que se puedan originar primordialmente por agentes biológicos, igualmente replicable a eventos químicos o radiológicos.

En consecuencia, debemos propender por una definición de este Interés que permita identificar en tiempo real eventos relacionados con riesgos para la salud pública causados por peligros ambientales, biológicos, patológicos, químicos o fallas en protocolos de higiene y sanidad a bordo de buques e instalaciones portuarias. Una amenaza a la salud pública y la bioseguridad marina es un riesgo para la seguridad marítima del país.

Bibliografía FAO. Biosecurity in Food and Agriculture, Committee on Agriculture (COAG/01/8), 2001. ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD,. Reglamento Sanitario Internacional, 2005. ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD,. Manual para la gestión de eventos de salud pública a bordo de embarcaciones, 2017. PENMAN, D.R., et al. Managing a leaky border. Towards a biosecurity research strategy. Report 81. Ministry of Research. Science and Technology, Wellington, New Zeland, 1998. RAAYMAKERS, S,. The Ballast Water Problem: Global Ecological, Economic and Human Health Impacts. RESCO/IMO Joint Seminar on Tanker Ballast Water Management and Technologies, Dubai, 2002.

Observado este panorama, está claro que el Interés Marítimo de la Salud Pública y la Bioseguridad Marina, emerge como una iniciativa internacional

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Ordenamiento Marino - Costero

Las zonas

Marino - Costeras de la región Caribe colombiana: una apuesta de sostenibilidad

La región Caribe colombiana tiene un enfoque ecosistémico exótico, conformado por diez departamentos; cada uno con características paisajísticas de recursos ambientales diversos (La Guajira, Cesar, Magdalena, Sucre, Bolívar, Atlántico, Córdoba y San Andrés, Providencia y Santa Catalina, y por su posición geográfica, Antioquia y Chocó por los Golfos del Darién y Urabá) (Parques Nacionales Naturales de Colombia, 2020). Es una región natural continental y marítima septentrional (zona norte) de Colombia; limita al norte con el Mar Caribe, al oriente con Venezuela, al sur con la región Andina y al occidente con la región del Pacífico.

Gisela Rodríguez Escalante MSc. Docente cátedra-investigadora, asesora de prácticas profesionales Universidad de Magdalena Jorge Elías Caro Ph.D Vicerrector de Investigación Universidad del Magdalena.

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videntemente, es necesario adoptar estrategias de conservación que permitan potencializar las áreas protegidas del Caribe colombiano (Rainforest, 2008), contribuyendo a preservar los recursos ecosistémicos marinos costeros, manteniendo los servicios naturales que sustentan el bienestar humano como reducción de pobreza y propulsor de estabilidad económica de las comunidades costeras, dando resultado la integración entre la conservación y la sostenibilidad (Invemar, 2009). En virtud de estas razones, los Parques Nacionales Naturales en Colombia tienen regulaciones, que requieren políticas, para establecer estrategias para el fomento, promoción, y sobre todo la conservación de estos (Berroterán y Gonzáles, 2015), en pro de la conservación del ambiente; es importante contemplar planes de manejo de recursos y servicios ambientales para el resguardo y desarrollo sostenible. Es innegable que los Parques Nacionales Naturales en Colombia tienen una privilegiada ubicación, con una comunión natural y económica por sus recursos, en donde se puede integrar la sostenibilidad y la conservación marino costera, por su valor intrínseco, la cual depende de una resiliencia y conciencia por parte de la población. Dentro de

los 63 Parque Nacionales Naturales que existen en Colombia, catorce pertenecen a la región Caribe (Minambiente, 2019), de los anteriores, diez hacen parte de las zonas marino costeras, de los cuales ocho, son ecoturísticos, aunque el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y la Dirección de Parques Naturales en Colombia, solo han autorizado para la actividad de ecoturismo, cinco (figura 1). Por lo tanto, la región Caribe colombiana posee diez áreas protegidas en zonas marino costeras (figura 1), que integran parques ecoturísticos autorizados y no autorizados, en donde existen comunidades asentadas o aledañas, que subsisten a través de sus recursos naturales con la posibilidad de conjugar un uso sostenible, dando respuesta a una problemática y/o a aprovechar una oportunidad de conservación por medio de la actividad ecoturística. En relación con el contexto de “comunidades de mar”, sería un verdadero reflejo de sostenibilidad marítima, lograr el equilibrio y apoyo mutuo “comunidad-conservación” compartiendo las maravillas de los recursos de estas zonas marinas, logrando la preservación y bienestar del hábitat en las áreas protegidas, incorporando de manera óptima la integración eco-sistémica, económica, cultural, pa-

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Santuario de Fauna Acandí, Playón y Playona Parque Nacional Natural Corales de Profundidad Santuario de Flora y Fauna El Corchal ¨El Mono Hernández¨ Santuario de Flora y Fauna Ciénaga Grande de Santa Marta Parque Nacional Natural Old Providence McBean Lagoon Santuario de Fauna y Flora Los Flamencos Vía Parque Isla de Salamanca Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo Parque Nacional Natural Tayrona

trimonial y social, por medio del desarrollo sostenible a través del ecoturismo comunitario; todo esto con el objetivo primordial de lograr la armonía de las áreas protegidas marino costeras y el desarrollo local con un enfoque de productividad y producción estratégica. Para lograr lo anterior, es necesario el acompañamiento y trabajo integrado con entidades gubernamentales, gremios, universidades, y por supuesto con las comunidades marino costeras, lo que permitirá, además, incentivar la conservación sostenible de la región Caribe, como potencial natural y polo magnético de la relación simbiótica con su entorno. Para este propósito, resulta clave determinar, como base, los planes y acuerdos estratégicos departamentales y las líneas programáticas, en donde se busca el fortalecimiento para desarrollar los focos de la región

Santuario de Flora y Fauna Los Colorados

Santuario de Flora y Fauna Ciénaga Grande de Santa Marta Parque Nacional Natural Old Providence McBean Lagoon Parque Nacional Natural Macuira Santuario de Fauna y Flora Los Flamencos Vía Parque Isla de Salamanca Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo Parque Nacional Natural Tayrona

Parque Nacional Natural Old Providence McBean Lagoon

Ecoturismo Costero Autorizado

Parque Nacional Natural Bahía Portete – Kaurrele

Ecoturismo

Santuario de Fauna Acandí, Playón y Playona Parque Nacional Natural Corales de Profundidad Santuario de Flora y Fauna Los Colorados Santuario de Flora y Fauna El Corchal ¨El Mono Hernández¨ Santuario de Flora y Fauna Ciénaga Grande de Santa Marta Parque Nacional Natural Paramillo Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta Parque Nacional Natural Old Providence McBean Lagoon Parque Nacional Natural Macuira Santuario de Fauna y Flora Los Flamencos Vía Parque Isla de Salamanca Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo Parque Nacional Natural Tayrona

Marino Costero

Parque Nacional Natural Bahía Portete – Kaurrele

Región Caribe

Figura 1 Parques Nacionales Naturales de Colombia. Elaboración propia.

Santuario de Fauna y Flora Los Flamencos

Vía Parque Isla de Salamanca Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo Parque Nacional Natural Tayrona

Caribe, integrado por los diferentes actores: etnias, mestizos, raizales, afrocolombianos, pescadores, campesinos, artesanos, operadores turísticos, entidades gubernamentales y privadas, sin dejar de resaltar la sabiduría de las etnias y la experiencia de la comunidad rural, de los saberes marino costeros desarrollado por generaciones, y que aún se perpetúan, en busca de conservar con el entorno estos elementos, que juegan un papel importante para el equilibrio “conservación sostenible” en relación al mar. Por consiguiente, existe una relación entre las zonas costeras y el hombre, reflejada en una problemática con afectaciones de extractivismo, explotación y exportación, ya sea de manera legal o ilegal, pérdida del territorio ancestral, daños al medio ambiente y a los hábitats de especies únicas de flora y fauna, deterioro hídrico y atmosférico, y a la vez, una

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Parques Nacionales Natural Tayrona. (Elaboración propia).

Referencias

oportunidad de conservación, preservación con el ecoturismo e integración de las comunidades, como estrategia que beneficie a la biodiversidad, a las mismas comunidades locales y aledañas, en un trabajo conjunto de protección y sostenibilidad con políticas estatales de manejo, al consolidar la relación con todos los actores.

Berroterán, M., & Gonzáles, Y. (2015). Valoración Económica del Paisaje para la gestión sostenible del ARE. Venezuela: Gestión Turistica. Invemar. (2009). Viabilidad de una red de áreas marinaas protegidas, Caribe colombiano. Minambiente. (2019). Parque Nacionales Naturales de Colombia. Obtenido de http://www. parquesnacionales.gov.co/portal/es/ecoturismo/ region-caribe/

Asimismo, es necesario implementar prácticas de buen manejo de residuos sólidos, métodos de pesca, tala de manglar, anclaje de las embarcaciones en el fondo coralino, lo que se convierte en un asunto centro de atención y parte de la problemática en estas áreas, que constituyen un sistema de interacción océano-tierra, frágil y complejo, de especies de peces y mamíferos terrestres y marinos.

Parques Nacioanles Naturales de Colombia Dirección Territorial. (2020). Plan de Ordenamiento Ecoturistico . Colombia: Minambiente. Obtenido de https://www.parquesnacionales. gov.co/portal/es/organizacion/planes-de-manejo-areas-del-sistema-de-parques-nacionales-naturales-de-colombia/direccion-territorial-caribe/ pnn-tayrona/ Parques Nacionales Naturales de Colombia. (11 de 12 de 2020). Región Caribe. Obtenido de / www.parquesnacionales.gov.co/portal/es/ecoturismo/region-caribe/ Parques Nacionales Naturales de Colombia. (15 de 11 de 2020). Parques Nacionales Naturales de Colombia. Obtenido de Parques Nacionales Naturales de Colombia: https://www.parquesnacionales.gov.co/portal/es/ecoturismo/ Rainforest, A. (2008). Buenas prácticas para turismo sostenible.

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Recursos

Ambientales Marino - Costeros

Recursos

Ambientales Marino - Costeros

Para gran parte de nuestra nación resulta de gran interés identificar ¿cuál es el territorio marino-costero que comprende el territorio nacional?, por supuesto, este interrogante nos plantea una revisión exhaustiva de información para argumentar una respuesta que defina con claridad qué comprende dicho término. No obstante, considerando esta edición especial de los Intereses Marítimos Colombianos, es oportuno sensibilizar a los colombianos sobre este espacio vital, sinónimo de desarrollo y eje de oportunidades. Por tanto, daremos una aproximación de la significancia de este Interés vital para nuestro país marítimo. Este territorio podría entenderse como los cuerpos de agua que se encuentran contiguo a la zona terrestre (incluyendo el suelo marino) y la segunda como el espacio de tierra firme contigua a la zona marítima.

Suboficial Primero Jeysson Ferney Ortiz Buitrago Analista Intereses Marítimos - Sección Desarrollo Marítimo Dirección de Intereses Marítimos y Fluviales

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hora bien, dentro dicho espacio yacen recursos naturales comprendidos en una franja denominada la Zona Marino Costera. Esta se define como un espacio de interacción entre los elementos terrestres, marinos, atmosféricos y la acción humana, así mismo, de los innumerables procesos físicos, químicos, y antrópicos que se presentan, es una zona muy diversa, dinámica y con limites que varían, cuya importancia se da principalmente por los recursos valiosos que posee. Dentro de la literatura, se destaca la definición que la Política Nacional Ambiental para el Desarrollo Sostenible de los Espacios Oceánicos y las Zonas Costeras e Insulares de Colombia (2010) señala como: “Espacio del territorio nacional definido con características naturales, demográficas, sociales, económicas y culturales propias y específicas. Está formada por una franja de anchura variable de tierra firme y espacio marítimo en donde se presentan procesos de interacción entre el mar y la tierra; contiene ecosistemas muy ricos, diversos y productivos

Golfo de Morrosquillo - Colombia Fuente: Caracol.com.co

dotados de gran capacidad para proveer bienes y servicios que sostienen actividades como la pesca, el turismo, la navegación, el desarrollo portuario, la explotación minera y donde se dan asentamientos urbanos e industriales” (PNAOCI, 2010). Este concepto claramente indica que las zonas marino costeras cuentan con un gran potencial ambiental y de suma importancia para el desarrollo de la economía azul y la conservación de los recursos. Recordemos: “Colombia cuenta con una posición privilegiada con jurisdicción y soberanía sobre dos océanos que constituyen un área marina que ocupa aproximadamente el 50 % de su territorio, siendo hogar de los ecosistemas marino-costeros de los cuales dependen importantes actividades económicas para el país y especialmente de 13 de sus departamentos costeros” (INVEMAR, 2008). Bajo ese contexto, está claro que los Recursos Ambientales Marino - Costeros, como Interés Marítimo

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Colombiano, emergen como uno de los activos más relevantes del país y a nivel internacional, constituye uno de los elementos base para la Década de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible.

Definición de ecosistema (origen de gran diversidad de los recursos ambientales marino - costeros): Una definición clave es la de un ecosistema, toda vez que, el Interés Marítimo mencionado nos llama a ser conocedores de los factores que intervienen en el origen del mismo, para ello tomamos como referencia a la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad -México, quienes la definen como: “El ecosistema es el conjunto de especies de un área determinada que interactúan entre ellas y con su ambiente abiótico; mediante procesos como la depredación, el parasitismo, la competencia y la simbiosis, y con su ambiente al desintegrarse y volver a ser parte del ciclo de energía y de nutrientes. Las especies del ecosistema, incluyendo bacterias, hongos, plantas y animales dependen unas de otras. Las relaciones entre las especies y su medio, resultan en el flujo de materia y energía del ecosistema” (CONABIO, 2020). Ecosistema

Dentro de este marco podemos entender que, los recursos ambientales marino-costeros se encuentran en ecosistemas como, arrecifes de coral, manglares, pastos marinos, estuarios, deltas y lagunas costeras, playas y acantilados, entre otros identificados en la Política Nacional Ambiental para el Desarrollo Sostenible de los Espacios Oceánicos y las Zonas Costeras e Insulares de Colombia (PNAOCI).

¿Son importantes los ecosistemas? ¿Qué recursos y aportes nos dejan? ¡CLARO, SON MUY IMPORTANTES! los bienes y servicios que ofrecen los ecosistemas representan activos de gran importancia para un país de forma estratégica, un porcentaje considerable de la población e importantes industrias están ubicadas alrededor y sobre las zonas costeras, dejando en evidencia la importancia de estos ecosistemas en la economía, pues su existencia y conservación es requisito para la permanencia de actividades importantes a lo largo de la línea de costa. Para ilustrar algunos ecosistemas y su importancia, a continuación, una agradable caracterización donde encontraremos sus particularidades, los bienes y servicios y su localización.

Manglares y bosques de transición.

Características

Lo conforman bosques en zonas inundadas de transición entre el mar y la tierra.

Bienes y servicios

Contribuyen a la alimentación y anidación de peces, aves anfibios y reptiles. Se desarrollan actividades pesqueras y madereras. Evitan la erosión.

Localización

Aprox. 77% en el Pacífico y 33% en el Caribe.

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Parque Nacional Natural Sanquinaga- Colombia Fuente: elcampesino.co


Ecosistema

Lagunas costeras y estuarios.

Características

Son cuerpos de agua que se forman en las ensenadas y en las desembocaduras de los ríos al mar.

Bienes y servicios

Protección de la costa contra tormentas, habitat de diversos organismos, sustento a través de la pesca y el turismo.

Localización

Caribe y Pacífico cerca de las desembocaduras de los ríos.

Ecosistema

Litoral rocoso y acantilados

Características

Constituido por una comunidad biológica que se asienta sobre sustratos rocosos, los cuales afloran formando acantilados o plataformas.

Bienes y servicios

Usados como habitat y sustrato para especies de flora y fauna que se desarrollan creando sitios de albergue y crianza de especies, contribuye en la generación de sedimento para el medio marino.

Localización

Caribe y Pacífico, con mayor porcentaje y distribución en el Pacífico.

Ecosistema

Arrecifes de coral.

Características

Estructuras construidas por organismos vivos, los corales crean estructuras de diferentes tamaños hasta llegar a todo un ecosistema arrecifal.

Bienes y servicios

Sirve como refugio para múltiples especies, importantes para amortiguar los impactos de los vientos y las olas, importante zona turística, llamativo para realizar actividades de buceo.

Localización

Caribe oceánico y continental, costa Pacífica.

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Ciénaga de la Virgen, laguna costera ubicada sobre el costado norte de la Ciudad de Cartagena. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Ci%C3%A9naga_de_la_Virgen

Litoral rocoso Caribe- Colombia. Fuente: imeditores.com

San Andrés Isla- Colombia Fuente: agenciadenoticias.unal.edu.co.


Ecosistema

Playas.

Características

Sedimentos que han sido transportados a la costa y que han sido moldeados por varios factores como vientos, olas, siendo un medio en constante modificación.

Bienes y servicios

Hogar de descanso para especies marinas, impórtante para el desarrollo de actividades turísticas, área de recolección artesanal de recursos marinos.

Localización

Caribe y Pacífico, en especial playas arenosas.

Ecosistema

Praderas y pastos marinos.

Características

Plantas que viven permanentemente sumergidas y afianzadas al sedimento

Bienes y servicios

Son el habitat y refugio de muchas especies marinas (moluscos-crustáceos y peces) contribuye en la estabilización de los sedimentos.

Localización

Playa Manzanillo-Providencia Isla, Colombia. Fuente: revistaviajera.com

Caribe.

Los recursos ambientales marino costeros como pieza importante en la economía. Teniendo en cuenta la información general obtenida durante el estudio de este Interés Marítimo, se puede definir de manera general los recursos ambientales marino - costeros como todos aquellos bienes y servicios constituidos por las zonas marino costeras, terrenos de bajamar, vegetación submarina, bahías, arrecifes coralinos, islas, cayos, cabos, manglares, y los recursos bióticos y abióticos dentro de dichas aguas y ecosistemas que se encuentren asociados.

San Andrés Isla- Colombia. Fuente: agenciadenoticias.unal.edu.co

la economía de un país, la actividad económica principal es la pesca y el turismo, incluyendo la problemática ambiental y la superpoblación, son de vital importancia la conservación de los mismos al ser claves en el desarrollo económico competitivo y sostenible de un país. “Las especies marinas proporcionan servicios ecosistémicos indispensables. El plancton enriquece la atmósfera con oxígeno, y el sustento y los medios de vida de más de 3000 millones de personas dependen de la biodiversidad marina y costera” António Guterres.

Los recursos ambientales que se encuentran en los ecosistemas marino-costeros están ligados con

Noticias ONU

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Afectación de ecosistemas y recursos ambientales marino costeros por contaminación (…) “las zonas costeras, tanto en el Pacífico como en el Caribe, enfrentan las consecuencias directas de la contaminación; la misma institución (INVEMAR) registra que se han encontrado hasta 8.000 microplásticos por litro de agua y 1.000 microplásticos por metro cuadrado de playa” (…). Como puede evidenciarse, estos datos identifican una gran problemática, la falta de cultura y conocimiento marítimo, en especial las poblaciones cerca-

nas a los ríos y zonas marino costeras, no alcanzan a medir las consecuencias que esto representa afectando los organismos vivos que conforman los ecosistemas marino - costeros y complejos ecológicos de los que forman parte.

¿Puede haber una relación entre los recursos ambientales marino costeros y las actividades marítimas realizadas por el hombre? Después de haber realizado un pequeño recorrido y análisis de la zona marino costera, ecosistemas y recursos ambientales marino - costeros, llegarían

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a surgir algunos interrogantes como: ¿hay forma de usufructuar los recursos sin afectar el medio ambiente y la economía?, a este interrogante la respuesta es SÍ, claro que es posible teniendo en cuenta un concepto muy importante, el Desarrollo Sostenible, estrategia clave para una relación sana y responsable entre los recursos marino - costeros y actividades realizadas por el hombre. Una definición interesante publicada por la revista de divulgación científica y tecnológica de la universidad veracruzana (diciembre de 2011) que realizó un análisis por separado de los conceptos desarrollo y sustentable lo definió como: “El proceso de cambio continuo de aplicación local, regional o global que responde a objetivos y metas universales de transformación social apropiada, para satisfacer las necesidades de bienes y servicios de una población o conjunto de poblaciones, por tiempo indefinido, sin degradar irreversiblemente la capacidad productiva de la tierra, el patrimonio natural y su habilidad para mantener la población

Bibliografía Lemay, M. H. (1998). Manejo de los recursos costeros y marinos en América Latina y el Caribe. Washington, D.C.: Banco Interamericano de Desarrollo. Informe Técnico. Majluf (2002). Proyecto Estrategia Regional de Biodiversidad para los Países del Trópico Andino. Consultado en http://www.bio-nica.info/ biblioteca/Majluf2002.pdf, Recuperado el 22 de septiembre de 2015.. Minambiente (2001). Ministerio del Medio Ambiente. Política Nacional Ambiental para el Desarrollo Soste-

de un lugar”. (Ignacio Quiroz Bartolo, Silvia del Amo, Rodríguez y José María Ramos Prado, 2011). En suma, las afirmaciones anteriores sugieren que no es necesario dejar de usufructuar los recursos marino-costeros a través de las actividades que actualmente se realizan, no obstante, la explotación y aprovechamiento de dichos recursos, debe incorporar tendencias amigables con el medio ambiente. De manera didáctica, la figura describe cómo determinar un equilibrio entre lo social, lo económico y el medio ambiente para garantizar un desarrollo sostenible con equidad. Como reflexión final y bajo esta nueva realidad, nuestros espacios marinos y costeros merecen que transformemos nuestra visión y concepción de lo que entendemos por el Interés Marítimo Colombiano de los Recursos Marino-Costeros. Estas concepciones coadyuvarán al Gobierno Nacional en su propósito de catapultar a Colombia hacia una potencia bioceánica para el 2030. Está en el corazón de todos los colombianos contribuir a este propósito.

nible de los Espacios Oceánicos y las Zonas Costeras e Insulares de Colombia. Consultado en http://cpps. dyndns.info/cpps-docsweb/planaccion/biblioteca/ pordinario/Colombia/Politica-PNAOCI(MMA2001).pdf CCO (2007). Comisión Colombiana del Océano. Política Nacional del Océano y los Espacios Costeros (PNOEC). INVEMAR (2001). Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras. Informe del estado de los ambientes marinos y costeros en Colombia Revista de Divulgación Científica y Tecnológica de la Universidad Veracruzana México diciembre 2011.

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Gobernanza Oceánica

La gobernanza

mundial de los océanos, importancia de la Convención de las Naciones Unidas sobre el derecho del mar Los acercamientos institucionales entre sociedades políticas para tratar problemas comunes que desbordan el ámbito limitado a los territorios de cada una de ellas se remontan a la antigüedad. Los precedentes de las organizaciones internacionales contemporáneas pueden ser hallados en las Anfictionías y las Ligas de la Grecia antigua, siendo la más conocida la Liga de Delos, que asociaba a los atenienses con los pueblos de las islas del Mar Egeo y de las costas de Asia Menor, para tratar problemas comunes.

Antonio José Rengifo Lozano, PhD Profesor Departamento de Derecho Centro de Pensamiento Mares y Océanos, Universidad Nacional de Colombia

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L L

a gobernanza comprende los procesos adelantados por Estados, organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales, como también sectores público y privado, academias y universidades, que unen esfuerzos para desarrollar formas amplias de cooperación en bien del interés general y el interés de todos los actores que participan en la cooperación y el diseño de esas políticas públicas. La gobernanza es dinámica y se refiere a un espacio o áreas geográficas determinadas. La gobernabilidad, en cambio, hace referencia a las condiciones que permiten el gobierno de una sociedad o Estado y se relaciona más con las condiciones del Estado de derecho para el ejercicio del poder por parte de gobiernos y partidos políticos.

mar compiladas por primera vez en Valencia (España), entre 1320 y 1330 que rigió, durante varios siglos, el comercio en el Mediterráneo. La Liga Hanseática o la Hansa, fundada en 1358, fue una federación de ciudades del norte de Alemania, fundada en Lübeck, para la protección comercial y la defensa contra la piratería, de comunidades de comerciantes alemanes en el Mar Báltico, que se extendió además a lo que hoy son Países Bajos, Suecia, Polonia y Rusia.

Un largo camino ha sido recorrido desde los antecedentes de cooperación en la antigüedad, que ya incluían los espacios marinos, las actividades de navegación y los intereses estratégicos, hasta las formas actuales de gobernanza mundial para los océanos, que tiene su foro institucional de cooperación en el actual sistema de las Naciones Unidas y su centro de gravitación en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM), con el apoyo de instituciones y de programas consensuados por Estados y organizaciones no gubernamentales en la elaboración e implementación de políticas públicas, para continuar consolidando medidas a futuro, principalmente para la investigación científica y el desarrollo sostenible.

El sistema de Naciones Unidas Las interdependencias entre los pueblos y los desarrollos tecnológicos para la navegación y el comercio marítimo hicieron surgir, desde la Edad Media, formas incipientes de “gobernanza” de espacios marítimos, rutas y ejercicio de navegación. Los Roles de Olerón, promulgados por Leonor de Aquitania en 1160 establecieron las primeras leyes marítimas de Europa Occidental, adoptados también por Enrique VIII en Inglaterra. El libro del Consulado del Mar recoge las costumbres del

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La cooperación internacional reposa sobre algunas ideas fundamentales, motivadas por los desarrollos tecnológicos y las experiencias surgidas de las potencialidades destructivas de la guerra, sobre todo después del desarrollo del arma atómica y de las interdependencias de todo orden, incluyendo obviamente las interdependencias económicas y comerciales, que han reducido los espacios planetarios. Esas ideas fundamentales reivindican mecanismos, organizaciones internacionales, foros y decisiones judiciales para resolver los conflictos entre los Estados o para contenerlos y limitarlos. En otras palabras, limitar el uso de la fuerza para garantizar el mantenimiento de la paz.

El instrumento jurídico internacional que “constituye” el sistema de las Naciones Unidas, es la Carta de las Naciones Unidas. Sin embargo, ha sido la extensión planetaria de la pandemia del coronavirus la que ha contribuido a resaltar la importancia de la cooperación internacional entre los Estados, condición imprescindible para hacer frente eficazmente al flagelo. La cuestión que surge es si las instituciones mundiales y el sistema de las Naciones Unidas, diseñados bajo los apremios y prioridades que dejó la Segunda Guerra Mundial, generarán procesos de reformas para las instituciones que se mantienen hoy. El imperativo consistirá en preservar lo avanzado en el proceso de institucionalización del mundo, para generar los cambios que se requieran en las formas de gobernabilidad mundial.

La Convención sobre el Derecho del Mar La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM o la Convención), fue adoptada en Montego Bay (Jamaica) el 10 de diciembre de 1982. Fue el resultado de negociaciones diplomáticas de cerca de diez años y recoge en sus disposiciones una larga evolución de varios siglos de derecho del mar. No sin razón, se le reconoce como

la constitución mundial de los océanos, establecida en 320 artículos y 9 anexos que regulan todos los aspectos del derecho del mar. Un instrumento jurídico internacional excepcional, sin lugar a duda. Es con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, decidida en buena parte en los espacios oceánicos, que los Estados comenzaron a expresar intereses económicos, territoriales y estratégicos sobre los espacios marinos, que fueron tomando fuerza con el paso de los años. Parte central de esos intereses, o más bien el espacio que generaba atención principal para los Estados, sobre todo los recientemente independizados, era la plataforma continental, que se presumía guardaba cantidades colosales en recursos haliéuticos, petróleo y nódulos polimetálicos. La CNUDM establece y codifica las disposiciones sobre los espacios en el derecho del mar, desarrolladas por varios siglos, a saber, aguas interiores; aguas archipelágicas; mar territorial; zona contigua; zona económica exclusiva y el alta mar. Entró en vigor en 1994, aunque no en su versión original, debido a las reformas introducidas a las normas de la Parte XI de la Convención sobre explotación de los recursos de los grandes fondos marinos, contenidas en un Acuerdo de 28 de Julio de 1994, a solicitud principalmente de los países industrializados, que presentaron objeciones relacionadas con propiedad intelectual y con los beneficios de la explotación de los fondos marinos. En el preámbulo de la Convención son expuestos los principios orientadores del texto y que deben ser tenidos en cuenta para la interpretación de las disposiciones adoptadas. El primero de ellos se refiere a la finalidad de solucionar con espíritu de comprensión y cooperación mutuas todas las cuestiones relativas al derecho del mar y que la Convención debe contribuir al mantenimiento de la paz y la justicia y al progreso de todos los pueblos del mundo. La Convención dejó consolidado, entre otros, el principio, que todos los Estados Partes son cons-

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cientes de que los problemas de los espacios marinos están estrechamente relacionados entre sí y han de considerarse en su conjunto y que la conveniencia de establecer por medio de la Convención, con el respeto de la soberanía de todos los Estados, un orden jurídico para los mares y océanos que facilite la comunicación internacional y promueva los usos con fines pacíficos de los mares y océanos, la utilización equitativa y eficiente de sus recursos, el estudio, la protección y la preservación del medio marino y la conservación de sus recursos vivos. La Convención fue adoptada bajo la perspectiva de contribuir a la realización de un orden económico internacional justo y equitativo que tenga en cuenta los intereses y necesidades de toda la humanidad y, en particular, los intereses y necesidades especiales de los países en desarrollo, sean ellos Estados ribereños o Estados sin litoral. La Convención ha sido adoptada por un número mayoritario de Estados, que casi alcanza los ciento setenta, lo cual significa un peso importante, si se tiene en cuenta el número de Estados del Sistema de Naciones Unidas, que es de ciento noventa y cuatro. Colombia, que ha firmado pero no ha ratificado la Convención, tiene la urgencia de “pensar” ese instrumento jurídico internacional de primera importancia, no solo porque algunas de sus disposiciones tienen validez jurídica para todos los Estados, sino también por la necesidad de vincularse precisamente a los diversos procesos de gobernanza mundial en los cuales se está decidiendo el futuro de los océanos en materias como investigación científica, desarrollo sustentable y la implementación de energías renovables. La gobernanza mundial de los océanos no sería posible sin organizaciones internacionales que la impulsen; sin la adopción de instrumentos jurídicos internacionales; y sin los foros de los Estados miembros e incluso de organizaciones internacionales

no gubernamentales. La CNUDM creó tres instituciones que empezaron a funcionar con la entrada en vigencia de la misma Convención, a saber, la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, con sede en Kingston, Jamaica; la Comisión de Límites de la Plataforma Continental, con sede en Nueva York; y el Tribunal Internacional del Derecho del Mar, con sede en Hamburgo, Alemania, ciudad emblemática de la Liga Hanseática. Podría afirmarse sin temor a exagerar que casi todas, si no todas las organizaciones internacionales tienen competencias, directas o indirectas, sobre mares y océanos. Obviamente, existen algunas organizaciones con competencias plenas, como la Organización Marítima Internacional, con sede en Londres, que tiene competencias para desarrollar cooperación entre estados en materia portuaria, de navegación marítima, de seguridad y de normas para personal marítimo; la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, que ha hecho notables avances en materia de regulación para la conservación de la pesca en el mundo. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, con sede en Nairobi, Kenia, promueve, como estrategia de supervivencia, el Programa de Mares Regionales cuya finalidad consiste en enfrentar los problemas de contaminación atendiendo a las circunstancias geográficas, regionales, ambientales y de formas de cooperación específicas para cada uno de los mares, a partir de tratados regionales: Mar Caribe, Mar Mediterráneo, etc. Ese programa se inició a partir de la premisa de que los problemas ambientales que se plantean en los diferentes regiones marítimas y costeras pueden abordarse mejor con un enfoque regional, sin desatender el enfoque mundial.

Las expectativas de Colombia El territorio de Colombia, como es bien sabido, pero es bueno reiterarlo, tiene frentes de varios miles de kilómetros sobre un mar estratégico

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y un vasto océano, de importancia planetarias, cuyas extensiones bajo jurisdicción del Estado son casi equivalentes a la superficie territorial o emergida. Esta constatación geográfica evidente, sumada a la creciente importancia que han venido adquiriendo mares y océanos por parte de las organizaciones internacionales, amén de la necesidad de desarrollar mayores capacidades para enfrentar las controversias jurídicas que se le planteen respecto de sus espacios marítimos y las opciones que se abren para un desarrollo sustentable, deberían ser razones más que suficientes para que todas las instituciones del Estado colombiano asuman un compromiso institucional decidido para la defensa y protección de los espacios marinos. Las dinámicas antes mencionadas, muy seguramente, han contribuido en mayor o menor grado a dar impulso al sector marítimo desde las instituciones del Estado en Colombia, como también desde la sociedad civil, academias universidades y organizaciones sobre todo ambientales. Una Política Nacional del Océano y los Espacios Costeros-PNOEC ha venido siendo consolidada desde hace casi dos décadas bajo la promoción y coordinación de la Comisión Colombiana del Océano – CCO, como “carta de navegación” que permite afianzar y promover los Intereses Marítimos de Colombia. Desde el 2007, Colombia dispone de un instrumento de política que se inspira en la necesidad de asumir el océano desde una percepción integral, sistémica y de totalidad, que ha logrado trascendencia y reconocimiento internacional. El documento “Política Nacional del Océano y los Espacios Costeros (PNOEC)” recogió iniciativas y realidades nacionales plasmadas en las diversas políticas sectoriales referidas a asuntos marinos.

Durante los años 2014, 2015 y 2016 fue actualizada la PNOEC en un esfuerzo cooperativo de varias entidades públicas y privadas liderado por la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Colombiana del Océano, haciendo del proceso de construcción y concertación de la nueva PNOEC el referente para fortalecer las estrategias integrales que logren minimizar las problemáticas de las zonas marino-costeras, mientras se promueve, al mismo tiempo, la conservación de los recursos y uso sostenible del océano, reconociendo que estos se traducen en un eje potencial de desarrollo económico, social y cultural para el país. La actualización más reciente tiene como finalidad proyectar los Intereses Marítimos colombianos, la apropiación y reconocimiento del territorio marítimo, el aprovechamiento sostenible de los recursos, la conservación del ambiente, el ordenamiento y gobernanza del territorio, la vigilancia y control permanente de los espacios jurisdiccionales, y el crecimiento y competitividad de los sectores que desarrollan actividades marítimas, salvaguardando el recurso para las generaciones actuales y futuras, incrementando la calidad de vida de los pobladores de las zonas costeras y promoviendo el desarrollo nacional1. Otro paso institucional importante que ha dado el Estado colombiano es la adopción reciente, por el Departamento Nacional de Planeación, del Documento CONPES 3990, titulado “Colombia Potencia Bioceánica Sostenible 2030”, con el cual se busca proyectar a Colombia como potencia bioceánica para el año 2030, mediante el aprovechamiento integral y sostenible de su ubicación estratégica en la medianía geográfica del continente americano, las condiciones oceánicas y recursos naturales para contribuir al desarrollo sostenible del país. En ese documento, es un buen signo, que sean dedicados varios acápites a la reflexión sobre la

1 Comisión Colombiana del Océano, Política Nacional del Océano y los Espacios Costeros-PNOEC, disponible en, http://www. cco.gov.co/pnoec.html

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“desarticulación y bajos niveles de gobernanza” y a la “desarticulación institucional para la gobernanza bioceánica a nivel nacional”. También es objeto de reflexión la necesidad de reforzar y potencializar la participación institucional del país en los escenarios internacionales relacionados con los océanos y los Intereses Marítimos colombianos, sobre lo cual se concluye que “si Colombia quiere posicionarse como potencia bioceánica debe ser un actor protagónico en los distintos escenarios del marco institucional de los mecanismos multilaterales relacionados con la determinación del régimen de los espacios marítimos de los Estados costeros, así como del régimen, acceso y aprovechamientos de los espacios más allá de la jurisdicción nacional y sus recursos”. Sin embargo, por loable que sea la aspiración a la inserción

de Colombia a los mecanismos de gobernanza global de los océanos, ninguna mención se hace a la importancia de la CNUDM para que podamos alcanzar esa finalidad. La política pública definida por el Documento CONPES 3990 establece cinco ejes estratégicos para el logro de los objetivos en ella establecidos: (i) gobernanza interinstitucional bioceánica; (ii) soberanía, defensa y seguridad integral marítima; (iii) conocimiento, investigación y cultura marítima; (iv) ordenamiento y gestión de los espacios marinos, costeros e insulares, y (v) desarrollo de las actividades marítimas y los municipios costeros, con apoyo de recursos humanos y financieros por las principales instituciones con competencias marítimas en Colombia2.

2

Departamento Nacional de Planeación, Documento CONPES 3990 Colombia Potencia Bioceánica Sostenible 2020, Bogotá, marzo 31 de 2020, disponible en el sitio http://www.cco.gov.co/cco/publicaciones/83-publicaciones/794-conpes-colombia-potencia-bioceanica-sostenible.html.

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Esfuerzos institucionales vienen siendo adelantados en nuestro país, que hay que alentar con la participación de academias, universidades y sociedad civil, para generar una reflexión necesaria tendiente a conocer e intercambiar experiencias sobre las oportunidades y retos que se ciernen sobre los intereses de Colombia en los espacios marítimos3.

Conclusión La gobernanza global no debe ser entendida como una tentativa o como un proceso de conformación de un improbable, al menos en la presente evolución de los asuntos internacionales, gobierno mundial, sino más bien como le necesidad de hacer más eficaz la cooperación entre Estados y más acorde con sus responsabilidades en materias que difícilmente pueden asumir los Estados aisladamente, como los derechos humanos, el medio ambiente, la salud y la economía globales. Por su extensión, por las características físicas del medio y por cuanto, podemos asumir, nos encontramos en las etapas iniciales de exploración y explotación, los mares y océanos han sido, sobre todo durante las tres o cuatro últimas décadas, espacios fértiles para desarrollos importantes de gobernanza mundial de los océanos, a través de instituciones y programas como el Programa de Mares Regionales, Colombia tiene opciones reales para una inserción en los foros en los cuales se discute el futuro y la gobernanza mundial de los océanos.

Colombia. Por ser un referente central para el fortalecimiento de la paz, la seguridad, la navegación, la protección al medio ambiente y la cooperación, la CNUDM seguirá siendo, muy probablemente por varios años, un referente obligado de la gobernanza mundial de los océanos. Los intereses estratégicos de los Estados seguirán jugando un rol en los escenarios de la geopolítica mundial y el derecho internacional, las nuevas tecnologías y las redes seguirán intentando regular y dar forma a esas expresiones de poder, bajo las dinámicas modificadas por la pandemia del coronavirus, que traen, por ahora, más incertidumbres que respuestas.

Bibliografía sumaria Comisión Colombiana del Océano, Política Nacional del Océano y los Espacios Costeros-PNOEC, disponible en, http://www.cco.gov.co/pnoec.html A. Kimball, “International Ocean Governance. Using International Law and Organization to Manage Marine Resources Sustainably”, IUCN, The World Conservation Union, Cambridge, United Kingdom, 2003. Florence Galletti, Comment le droit de la mer contribue-t-il à l’établissement de réseaux d’aires marines protégées sur les mers et océans ? communication orale pour un colloque, Universidad de la Coruña, disponible en el sitio, https://core.ac.uk/ download/pdf/39832805.pdf Departamento Nacional de Planeación, Documento CONPES 3990 Colombia Potencia Bioceánica Sostenible 2030, Bogotá, marzo 31 de 2020, disponible en el sitio http://www.cco.gov.co/cco/ publicaciones/83-publicaciones/794-conpes-colombia-potencia-bioceanica-sostenible.html

Una posición clara de Colombia respecto de la Convención de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar es condición imprescindible para la inserción del país en los mecanismos y foros donde se discute el futuro de los océanos. Participar de esos procesos puede resultar más beneficioso para el impulso del desarrollo del sector marítimo en

Samuel Rivera-Páez, “Intereses de Colombia en el Mar: Reflexiones para la construcción del país marítimo”, Samuel Rivera-Páez, Armada de Colombia y Escuela Superior de Guerra, Bogotá, 2018. Sergio Uribe Cáceres (Editor), “El Estado y el Mar. Relaciones con el Poder Marítimo, el Poder Naval y el Desarrollo Nacional”, Armada de Colombia y Escuela Superior de Guerra, Bogotá, 2017.

3 Samuel Rivera-Páez, “Intereses de Colombia en el Mar: Reflexiones para la construcción del país marítimo”, Samuel Rivera-Páez, Armada de Colombia y Escuela Superior de Guerra, Bogotá, 2018.

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Cultura

Marítima

Parte integral

del Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP) del paisaje fortificado de la Bahía de Cartagena En la ciudad de Cartagena de Indias, se encuentra el más extenso y completo Paisaje Cultural Fortificado del Caribe, compuesto por un delicado sistema de defensa y un imponente sistema de producción que abasteció a la Corona Española entre los siglos XVI y XVIII de material de construcción, lo cual contribuyó con el desarrollo y transformación de la Ciudad de Cartagena reconocida por la UNESCO desde 1984 como el sitio denominado Puerto, Fortaleza y Conjunto Monumental.

Grupo PEMP (Planes Especiales de Manejo y Protección) Ministerio de Cultura

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E E

ste posicionamiento como Patrimonio Cultural de la Humanidad, le trae a la ciudad responsabilidades y retos permanentes para su gestión y manejo. La ciudad de Cartagena es un puerto que crece y se trasforma a los pies de un cordón amurallado que cada día exige mayor atención por su nuevo papel en la vida de la ciudad; fortalezas de diversos tamaños y complejidades arquitectónicas, que enfrentan los ataques de piratas modernos, certeros e implacables, con desarrollos urbanos en sus entonos, sin mediar con el impacto que producen y un conjunto monumental dispuesto en un extenso paisaje que se ha adaptado a las dinámicas sociales y económicas de la ciudad pero con enormes desafíos en el equilibrio de la interacción del hombre con los cuerpos de agua, la comunidades adaptadas y trasformadas y los visitantes del siglo XXI que buscan dinámicas diversas y complejas, que superan las nuevas y accesibles forma de apropiación cultural, la capacidad de carga de los entornos y el uso de las zonas de protección natural.

El Ministerio de Cultura desde 2017 ha realizado una serie de acciones en la ciudad de Cartagena, encaminadas al desarrollo de instrumentos de gestión que propenden por la conservación y protección de los Bienes de Interés Cultural del Ámbito Nacional que identifican y representan la cultura de nuestro de país, con esta premisa en el 2018 se aprobó el PEMP para un conjunto arquitectónico (el Cordón Amurallado y el Castillo de San Felipe) en el cual permitió actualizar la normativa urbana en el entorno e identificó la necesidad de ampliar la protección a los elementos del Patrimonio Cultural que conforman el Sistema Fortificado de la Ciudad, entendiéndolos como parte integral del Paisaje Cultural de Ciudad.

Fotografía: J. Rojas, ETCAR-Fortificaciones, 2020

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Con esta premisa se dio inicio a uno de los mayores desafíos en instrumentos de gestión de patrimonial, la elaboración de un Plan Especial de Manejo y Protección que integrara el conocimiento sobre los bienes patrimoniales, sus trasformaciones, las culturas asociadas a los asentamientos de los entornos, el uso o desuso de los espacios marítimos que reciben todas estas manifestaciones y que son parte integral de la dinámica económica del país. Este gran desafío motiva a encontrar puntos en común con diversas carteras del estado, con quienes compartimos la responsabilidad de la gobernanza en unos de los paisajes culturales y fortificados más completos y extensos del país. Nace en el PEMP FORT BAHÍA en 2018 y su formulación se define en un amplio territorio de la ciudad de Cartagena (Zona Norte, Bahía Interior, Isla de Tierra Bomba y la Isla de Barú) sobre el conjunto de estructuras de defensa, red de caminos militares, centros de producción y las poblaciones del entorno a los BIC NAL, que conforman el patrimonio cultural mueble, inmueble (grafitis/pintura mural), inmaterial, arqueológico y de los contextos arqueológicos sumergidos (en el cual se encuentran restos físicos de estructuras del sistema de defensa y restos de las confrontaciones bélicas de los siglos XVI, XVII y XVIII) desarrollados en la estratégia de protección de la bahía de Cartagena conformando un Paisaje Cultural Fortificado sin igual.

Para abordar la formulación de este instrumento y siendo Colombia, Estado Parte del Convenio de Patrimonio Material desde 1983, baso el proceso metodológico en torno a los principios de la Convención, que define los Paisajes Culturales y nos recuerda que “La cultura es el agente, la naturaleza es el medio, el paisaje cultural es el resultado”; para iniciar el proceso se establecieron 4 ejes estratégicos que permitieron abarcar el análisis de los elementos naturales de la Bahía (geomorfología, flora y fauna), los contextos físicos de los bienes hoy patrimonio nacional (arquitectura adaptaba al entorno y en respuesta a las condiciones socio económicas), las costumbre y tradiciones de las comunidades de los entornos (vida cotidiana) y los caminos en agua o tierra que permiten la conexión y comunicación de todo el territorio.

Las características únicas, singulares e irrepetibles de la Bahía desde 1984 le otorgan el reconocimiento del Centro de Patrimonio Mundial como el sitio “Puerto, Fortaleza y Conjunto Monumental”, motivo suficiente para perseverar en los esfuerzos articulados desde las diversas carteras que allí convergen para convertir este lugar en uno de los mayores desafíos en gobernanza compartida y eficiente.

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PEMP Fort Bahía Enmarcados en la normatividad vigente y el trabajo articulado con entidades que convergen con responsabilidades en este territorio, se realizó el diagnóstico a partir de los componentes que se definieron para la base metodológica, los cuales en forma trasversal llevaron en diciembre 2019 a la primera ronda de conclusiones que fueron la base para las mesas de trabajo de coordinación institucional en 2020.

La Bahía de Cartagena se identifica como un territorio producto de la interrelación entre grupos sociales, comunidades o colectividades con su territorio o la naturaleza, referentes de procesos históricos, económicos, sociales, políticos, culturales o espirituales, que ilustran las formas de ocupación y manejo del territorio, por lo tanto, son factores de identidad, pertenencia o ciudadanía, contienen bienes, manifestaciones, productos y todos aquellos elementos que son expresiones de la identidad cultural y que son representativos de una región claramente definida e ilustran los elementos culturales esenciales y distintivos; Identificándolo como un paisaje evolucionado orgánicamente, fruto de una exigencia originalmente social, económica, administrativa o religiosa que ha alcanzado su forma actual por asociación y como respuesta a su entorno natural.

Como parte de la investigación se revisaron y analizaron los estudios e investigaciones realizadas sobre la historia de Cartagena por historiadores, sociólogos, politólogos, arquitectos, etc, se realizaron recorridos de campo con el equipo de trabajo del PEMP FORT BAHÍA conformado por arquitectos, urbanistas, conservadores, restauradores, historiadores, biólogos, hidrólogos, abogados, sociólogos, economistas y abogados, entre otros, mensualmente se desarrollaron mesas de trabajo de carácter técnico y de coordinación interinstitucional, se realizaron talleres de participación con las comunidades del entorno y talleres de cartografía social.

Este paisaje refleja el proceso evolutivo en su forma y su composición; siendo para la Bahía de Cartagena un paisaje vivo que conserva una función social activa en la sociedad contemporánea, estrechamente vinculada al modo de vida tradicional y a los procesos de explotación productiva del territorio, en el cual prosigue el proceso evolutivo, y qué al mismo tiempo, presenta pruebas materiales manifiestas de su evolución en el transcurso del tiempo. Comprende también aquellos territorios constituidos por el desarrollo de sistemas económicos en relación con su entorno o la naturaleza.

Pese a la riqueza patrimonial (material e inmaterial) de la zona, la actividad turística no gira entorno a ella – prima el turismo de sol y playa que se complementa en casos puntuales de la misma. Falta de articulación distrital y nacional frente a la legislación y competencias para la protección, conservación y desarrollo del territorio, comunidades con conflictos por tenencia de la tierra. Fotografía: J. Rojas, ETCAR. 2019

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Conclusiones preliminares Esta situación convirtió a la nueva ciudad en uno de los objetivos más codiciados por corsarios y piratas aliados de las potencias enemigas de España, por lo que las autoridades peninsulares se vieron en la necesidad de proteger sus intereses económicos con el emprendimiento de una de las mayores empresas de construcción de fortificaciones sin comparación hasta el de hoy.

El Paisaje Fortificado de la Bahía de Cartagena se desarrolló sobre un sistema natural de defensa en el cual se disponen estructuras militares para la protección del puerto en los siglos XVI y XVII. La historia de este territorio puede ser abordada por la estrecha relación social y económica del hombre y los cuerpos de agua que lo conforman asentándose algunos en las riberas de los ríos, lagunas y mares. Los primeros asentamientos de los cuales se tiene cuenta, se puede ubicar en la isla de Barú, en donde se instalaron las tribus Carex y los Mahates y en el área de la actual ciudad de Cartagena el Cacique Carex de la isla de Tierra Bomba. Posteriormente, en el segundo tercio del siglo XVI, llega el proceso de colonización por la Corona Española de la zona situada entre la desembocadura del río Magdalena y las riveras del Golfo de Urabá, donde se fundó oficialmente en 1533, por el conquistador Pedro de Heredia, la ciudad de Cartagena de Indias, que con el tiempo se convertiría en un importante puerto comercial entre el viejo y el nuevo mundo. Esta situación convirtió a la nueva ciudad en uno de los objetivos más codiciados por corsarios y piratas aliados de las potencias enemigas de España, por lo que las autoridades peninsulares se vieron en la necesidad de proteger sus intereses económicos con el emprendimiento de una de las mayores empresas de construcción de fortificaciones sin comparación hasta el día de hoy. Dicha empresa se desarrolló del ingenio de los mejores ingenieros españoles de la época, con el desarrollo de cada una de las estructuras se dio inicio a los asentamientos de la población, quienes con sus costumbres constituyen hoy el invaluable Patrimonio Inmaterial de la Nación. El Patrimonio Cultural inmaterial, material, arqueológico y sumergido son parte de ese legado arquitectónico y militar y hoy conforma el Paisaje Fortificado de la Bahía de Cartagena de Indias. Del trabajo de campo, talleres de participación

comunitaria y cartografía social, se identificaron una serie de afectaciones desde lo cultural hasta lo natural, dejándolo en condiciones de riesgo y vulnerabilidad. Uno de los aspectos transversales y de mayor importancia identificado se refiere a la fragilidad de relación de la comunidad, sus manifestaciones y actividades culturales que representan el patrimonio inmaterial, el conocimiento que resulta de su relación con el mar con el medio ambiente que lo cobija, afectado por las dinámicas económicas que se desarrollan en el interior de la bahía. La valoración del patrimonio natural, material e inmaterial del paisaje fortificado de la Bahía de Cartagena de Indias, representa un enorme desafío para la puesta en valor del conjunto de elementos naturales, construidos y sociales qué de ser conservado y positivamente apropiado, redundarán en el fortalecimiento del potencial turístico de la región y consecuente desarrollo económico y social.

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La isla de Tierra Bomba, históricamente invisibilizada en su papel de enfermería, refugio de esclavos, cantera y fuente de suministro de materiales de construcción, tiene hoy un enorme potencial como reserva ambiental y cultural que puede integrarse al espacio público y recreativo del casco urbano de Cartagena.

El Patrimonio Mueble está asociado los diferentes componentes arquitectónicos, complementando su interpretación. Presentan en general mal estado de conservación y alto riesgo de pérdida irreversible. Muchos de sus deterioros son producto de esa asociación y de la falta de valoración dentro del bien cultural que lo contiene. No hay políticas de conservación, ni planes de manejo establecidos.

La isla de Barú, históricamente aislada y recientemente conectada, goza hoy de una condición de gran potencial turístico asociada a la calidad de su paisaje marítimo y lugar de acceso al parque Nacional Corales del Rosario, por lo cual requiere del diseño de condiciones de ordenamiento que aseguren la conservación y sostenibilidad a largo plazo de sus recursos culturales, naturales y paisajísticos.

Las comunidades del entorno se desarrollan en medio de dinámicas económicas espontáneas, no planificada y carentes de instrumentos de planeación y desarrollo, precaria infraestructura de saneamiento básico, calidad y acceso a los servicios de salud, pobreza extrema – necesidades básicas insatisfechas - inciden en la competitividad turísticas, dando como consecuencia la Pérdida de tradiciones e identidad (pesca ancestral, fiestas, danzas, músicas y juegos tradicionales) y cambios en las dinámicas económicas - pasaron de ser comunidades pesqueras y agrícolas a ser comunidades que prestan y ofrecen servicios turísticos.

Las afectaciones más representativas y con mayor impacto se refieren a la variación de la línea de costa a causa del cambio climático y el cambio del nivel del mar, con consecuencias importantes, como la pérdida del Patrimonio Cultural y material dado que algunas estructuras están en riesgo de desaparecer o ya se encuentran sumergidas.

Una Política de Patrimonio Naval Los resultados preliminares del diagnóstico del PEMP FORT BAHIA llevó a reflexionar sobre la importancia de ampliar las herramientas de gestión para la protección del patrimonio, dando como resultado el proyecto para el desarrollo de una política de patrimonio naval en el 2021, que identifique y valore todo el patrimonio material, inmaterial, sumergido y de uso cotidiano “patrimonio vivo”, del conocimiento que resulta de la relación del hombre con la mar, en respuesta a la dinámica social y económica de los paisajes marítimos y fluviales del País. El paisaje Fortificado de la ciudad de Cartagena es una realidad compleja y de difícil gestión, es por esto que las medidas que se adopten,

deben tener como finalidad no fosilizar el paisaje y permitir su adaptación al crecimiento y desarrollo de la ciudad. La arquitectura fue diseñada y construida para la defensa y el control de un territorio que se ha integrado a los acontecimientos y desarrollo de la ciudad, pero ha dejado los vacíos históricos que generan esa desconexión entre los pobladores y los Bienes de Interés cultural de su territorio. Aún falta camino por recorrer, el cual sin duda llevará de la mano de las diversas entidades que allí convergen, al diseño de estrategias y líneas estratégicas que permitan el equilibrio y protección del maravilloso y rico Patrimonio Cultural Fortificado de la Bahía de Cartagena.

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Educación

Marítima

Doctorado

en ciencias del mar en la Armada de Colombia: programa estratégico para los Intereses Marítimos Colombianos Se consideran como ciencias del mar a todas aquellas disciplinas académicas y/o científicas que tienen como objetivo contribuir al conocimiento del océano, la zona costera y las actividades marítimas; desde una perspectiva holística, esto incluye tanto a las ciencias naturales y relacionadas con el medio ambiente, hasta las ciencias sociales y humanas. Siendo la educación y la investigación Intereses Marítimos clave para Colombia, el desarrollar las ciencias del mar con profundidad y alta calidad resulta fundamental para avanzar en la conformación del potencial humano y científico requerido para los fines de la política nacional del océano y espacios costeros.

Capitán de Corbeta Julio César Monroy Silvera Decano Facultad de Oceanografía Física, Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla”

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E E

l Ministerio de Educación Nacional, en su Decreto 1330 de 2019, indica que un programa de doctorado «tiene como propósito la formación de investigadores con capacidad de realizar y orientar en forma autónoma procesos académicos e investigativos en un área específica del conocimiento»; además, la contribución de la investigación doctoral debe llevar a un avance en el conocimiento, con lo cual estos programas se hacen necesarios para generar alto impacto en los procesos de ciencia, tecnología e investigación.

de Brasil y el doctorado en defensa de la Universidad de la Defensa Nacional de Argentina. Para la Armada de Colombia, el tener un programa de doctorado propio le brinda la capacidad de poder realizar investigación de alto impacto direccionada a las operaciones navales e Intereses Marítimos Colombianos, cerrando de forma efectiva las brechas de conocimiento y tecnológicas que existen en la actualidad. Además, se convierte en una herramienta estratégica para el fortalecimiento del sistema de investigación, desarrollo e innovación de la Armada, haciendo una gran contribución a la misión institucional.

La Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla” desde junio de 2020 hace parte del programa interinstitucional de doctorado en ciencias del mar, el cual busca de manera general el formar académicos y científicos de alta calidad, producir investigación relevante y de alto impacto, y fomentar mecanismos de cooperación interinstitucional e intersectorial (nacional e internacional) alrededor de las ciencias del mar. Las otras instituciones que participan en este programa son la Universidad Nacional sede Medellín, la Universidad de Antioquia, la Universidad del Valle, la Universidad del Magdalena, la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, la Universidad del Norte, el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras “José Benito Vives de Andreis” (INVEMAR) y la Comisión Colombiana del Océano. El programa de doctorado en ciencias del mar tuvo sus inicios en el año 2008, contando en un principio con cinco universidades, aparte de sus miembros institucionales, y ha venido creciendo con la adhesión de la Universidad del Norte y más recientemente de la Escuela Naval. Todas las universidades que lo conforman son acreditadas en alta calidad institucional, lo que pone de manifiesto unos altos estándares en los procesos educativos y una amplia experiencia por parte de sus miembros. Existe una baja oferta de programas doctorales por parte de las Armadas o instituciones de defensa en la región, tenemos como ejemplos los doctorados ofrecidos por la Escuela Naval de Posgrados de la Armada de los EEUU, el doctorado en estudios marítimos de la Escuela de Guerra Naval de la Marina

El programa de doctorado en ciencias del mar no solo impactará positivamente los procesos académicos y de ciencia y tecnología en la Armada de Colombia, sino que también tiene el potencial de impactar a otras instituciones como COTECMAR y la Dirección General Marítima, quienes, además de contar con personal de la Armada, en el cumplimiento de su misión se apoyan en gran medida en capacidades tecnológicas y desarrollos científicos. Actualmente, la primera cohorte del doctorado en ciencias del mar de la Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla” cuenta con nueve alumnos, entre oficiales y personal docente de la institución, los cuales se encuentran desarrollando proyectos de investigación doctoral en diversas áreas del conocimiento como la oceanografía física, ciberdefensa y ciberseguridad, ingeniería naval, administración marítima, derecho del mar y desarrollo institucional. Con la formación de estos doctorandos también se contribuye a elevar el nivel de los procesos docentes en las escuelas de formación de la Armada de Colombia y a elevar aún más el nivel de la producción científica de los grupos de investigación de la institución.

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Investigación

Científica, Tecnológica y de Innovación

Fortalecimiento

de las ciencias marino-costeras: un eje para el desarrollo sostenible en Colombia

En el marco del contexto mundial, caracterizado por ser solícito, y rápidamente cambiante, los nuevos retos de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación – CTeI demandan del país solidez económica, social, ambiental y gubernamental, por lo que su potencialización se constituye en uno de los motores del desarrollo de capacidades científicas e impulsores de la globalización.

Argiro Ramírez Aristizábal Dirección de Generación de Conocimiento, Minciencias Itala Caiafa-Hernández Dirección de Inteligencia de Recursos, Minciencias

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B E

n este sentido, se hace imprescindible abordar su fortalecimiento desde las diferentes áreas del conocimiento, siendo la comprensión del entorno terrestre, acuático continental y marino- costero una de las bases naturales, que conforman el engranaje y que permite el crecimiento nacional. Bajo esta premisa, el primer paso hacia el desarrollo de las CTeI en nuestro país, especialmente en ciencias marino-costeras es reconocer nuestro ambiente , el entorno, las riquezas y potencialidades; en este sentido, se han iniciado acciones tendientes a crear conciencia y apropiación de nuestro territorio reconociendo en Colombia su condición geográfica, hídrica y biológica, y resaltando que es uno de los países con mayor potencial hídrico, ocupando el séptimo puesto en el ranking de los países con mayor disponibilidad de estos recursos renovables

después de Brasil, Rusia, USA, Canadá, Indonesia y China (Arévalo Uribe, D., Lozano Arango, Juan G. y Sabogal Mogollón, J., 2011). Así mismo, se destaca que el país tiene un área jurisdiccional marítima que es relativamente igual a la de sus territorios emergidos (continental e insulares), siendo el área aproximada del territorio marino cercano al 50% del área continental. A partir de estas características, se reconocen a los recursos hidrobiológicos de aguas dulces, estuarinos y marinos, en cualquiera de sus niveles de organización, como uno de los patrimonios de la Nación (Gutiérrez F. P. 2010.), como expresión de la interacción entre factores bióticos y abióticos, así mismo como uno de los ejes fundamentales para el desarrollo del país, generador de bienestar y mejoramiento de la calidad de vida de la población.

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Es así como los diferentes actores sociales y gubernamentales han considerado la necesidad de comprender mejor la relación directa de la biodiversidad de los sistemas marinos con la salud y el crecimiento económico, social, cultural; así como también la relevancia en el mantenimiento de los servicios que prestan para la supervivencia de la vida, algo que solo es posible si se garantiza la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas y su biodiversidad (Medina C., Escobar F. y Kattan G., 2002). En este contexto, y teniendo como base la directriz dictada por la ONU en cuanto al compromiso de acoger los Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS, Colombia definió las metas para garantizar su cumplimiento en el documento CONPES 3918 de 2018 y el CONPES 3990 de 2020 en los que se dan a conocer grandes estrategias que marcarán la ruta

En el marco del contexto mundial, caracterizado por ser solícito, y rápidamente cambiante, los nuevos retos de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación – CTeI demandan del país solidez económica, social, ambiental y gubernamental, por lo que su potencialización se constituye en uno de los motores del desarrollo de capacidades científicas e impulsores de la globalización.

del desarrollo social y económico de los colombianos en armonía con el medio ambiente, tomando como base el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el posicionamiento en la agenda pública nacional de los océanos como factor de desarrollo. Con base en lo anterior desde Colciencias y el hoy Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación se direccionaron los esfuerzos institucionales en el que se articularon estrategias a nivel departamental con el fin de fortalecer la generación de conocimiento, desarrollo de tecnologías e innovación en el Caribe Colombiano, en este sentido, se lograron articular las Gobernaciones de Atlántico, Bolívar, La Guajira y Magdalena con Colciencias, quienes aportaron en total $3.712.500.000, con los que se aperturó la convocatoria 748-2016 para financiar proyectos de investigación en Calidad ambiental marina, desarrollo de productos innovadores, investigación biológico-pesquera y estudio de nuevas estrategias de negocio sostenibles. Así mismo, como contrapartida en el desarrollo de los proyectos las instituciones ejecutoras portaron $2.583.230.023. Es así como en el Departamento del Atlántico se apoyó la investigación titulada “Evaluación de la estabilidad de una estructura offshore para generación de energía debido a los efectos del clima marítimo del caribe”, ejecutado por la Universidad del Norte, quienes dieron a conocer las condiciones para la construcción y sostenimiento de los pilotes de las estructuras. Esta misma institución desarrolló de un “Modelado y control de contaminantes en cuerpos de agua de la Región Caribe”. Con este se dieron a conocer las condiciones de calidad de agua marina en las costas del Departamento del Atlántico y se propusieron estrategias necesarias para el adecuado manejo de las aguas residuales vertidas por las Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales-PTAR.

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En este sentido, se hace imprescindible abordar su fortalecimiento desde las diferentes áreas del conocimiento, siendo la comprensión del entorno terrestre, acuático continental y marino- costero una de las bases naturales, que conforman el engranaje y que permite el crecimiento nacional.

Para el Departamento de La Guajira se apoyó el desarrollo del Proyecto de Investigación desarrollado por La Universidad de La Guajira “Establecer lineamientos para el ordenamiento territorial costero y marino en el departamento de La Guajira con base en las entidades étnicas, que reconozcan el uso tradicional como componente integral de su territorio” con este, se logró articular la academia, el gobierno local y la comunidad Wayuu en la construcción de lineamientos de ordenamiento territorial construidos desde la participación de las comunidades, quienes a su vez las divulgaron y promovieron a nivel local. En Cartagena, La Universidad de Cartagena desarrolló productos innovadores a partir de la financiación de la investigación “Remoción de hidrocarburos aromáticos policíclicos presentes en aguas costeras de la Bahía de Cartagena mediante la utilización de exoesqueleto de camarón como fuente de Bio-adsorbentes modificados con nanopartículas”, quienes lograron con este proyecto fortalecer las alianzas entre la industria pesquera y la academia y que juntas tenían como objeto la recuperación de la calidad del agua marina en la Bahía de Cartagena con la remoción de hidrocarburos. De esto incluso surgió un emprendimiento local para la producción de estas micropartículas. Otro proyecto importante ejecutado por la Universidad de Cartagena fue el estudio de “Varia-

ción espacio-temporal de la calidad ambiental de las aguas costeras en el área de influencia del emisario submarino de la ciudad de Cartagena de Indias”, en el que se logró la articulación con la empresa privada, en este caso la empresa de Aguas de Cartagena-ACUACAR, quienes se vincularon a los procesos de evaluación de la calidad de agua vertida por el emisario en operación y quienes tomaron la investigación como una oportunidad de mejora de sus proceso y procedimientos de depuración de aguas residuales. En este sentido, una vez finalizada la ejecución del proyecto, ACUACAR solicitó la continuidad en las evaluaciones aportando $197.000.000 más para el desarrollo de actividades de campo y realización de análisis de calidad correspondientes. En el Departamento del Magdalena, se apoyó a la Universidad del Magdalena en la búsqueda de nuevas alternativas económicas para las comunidades de pescadores artesanales como una estrategia de crecimiento sostenible a través del proyecto “La pesca deportiva marina como alternativa de desarrollo de turismo ecológico y socioeconómico en Santa Marta,” estudio en el cual se vinculó a los pescadores de la Bahía de Santa Marta y de Taganga, y con quienes se estructuró un plan de negocio para el desarrollo de una actividad económica ambientalmente sostenible y que generara mejores ingresos a los pescadores. Este proyecto se articuló con la investigación ejecutada por la Universidad Jorge Tadeo Lozano,

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titulada “Productividad y calidad ambiental marina del caribe norte colombiano como ejes para el desarrollo regional de los departamentos de La Guajira y el Magdalena: análisis a partir del acople de los componentes atmosférico, oceanográfico y biológico”, en donde se dieron a conocer aspectos biológicos y ecológicos de especies potenciales para la pesca deportiva. Como resultado de este proceso, se buscó impactar a la región con la generación y transferencia de conocimiento, así como el fortalecimiento de capital humano, en este sentido, en el marco de esta convocatoria se logró la vinculación de cinco (5) estudiantes de doctorado, la formación de un estudiante de Doctorado, la formación de 14 estudiantes de Maestría, formación de 14 estudiantes de pregrado y vinculación de 12 estudiantes más. En cuanto a transferencia de conocimiento se socializaron los resultados de las nueve investigaciones en 73 espacios de congresos, simposios y talleres tanto a nivel nacional como internacional.

En cuanto a la generación de nuevo conocimiento, medido en publicaciones efectuadas en revistas indexadas se logró publicar un total de 27 artículos científicos de los cuales 13 fueron en revistas categoría A1, 9 en A2 y 5 en revista tipo B. En el marco de estos proyectos se destaca la labor articulada realizada entre las diferentes universidades ejecutoras a través de sus grupos de investigaciones con las oficinas de planeación y medio ambiente de cada una de las Gobernaciones vinculadas en el proceso, a las cuales se les dieron a conocer resultados, recomendaciones y lineamientos en cuanto a ordenamiento territorial, manejo de aguas residuales, manejo de recursos pesqueros, a tener en cuenta para la toma de decisiones en materia ambiental y social. A partir de esta experiencia, se logró identificar que, como aspecto fundamental en el cambio de paradigma en la concepción de nuestro territorio marítimo, en el desarrollo de CTeI especialmente

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en ciencias marinas y costeras, es fundamental la vinculación de los diferentes actores de la sociedad desde las comunidades locales, pasando por la empresa, la academia y los entes gubernamentales en la generación de conocimiento y que trascienda al plano de la aplicación para el desarrollo social. En esta misma dirección en el año 2019, se lanzó la convocatoria 852 de 2019 “Conectando Cono-

cimiento” la cual tuvo como objeto conformar un banco de programas y proyectos elegibles de CTeI, que generen conocimiento en los focos temáticos propuestos por la Misión de Sabios, en donde se priorizó el Foco de Océanos y Recursos Hidrobiológicos, y en donde se apoyó la obtención o mejora de productos, servicios o procesos o permitan su aplicación, vinculando jóvenes investigadores. En este sentido, se plantearon líneas de investigación y temáticas orientadoras, en donde se fomentan

Tabla 1. Programas y proyectos financiados en el marco de la convocatoria 852-2019 “Conectando Conocimiento” en el foco de Océanos y recursos Hidrobiológicos. MODALIDAD

CÓDIGO

TÍTULO

Programa

70251

Observatorio de la microbioerosión, acidificación oceánica y la disolución en arrecifes coralinos. Desalinización de agua de mar acoplada a Energía de Gradiente Salino como estrategia para aumentar la eficiencia energética y la disponibilidad de agua potable en zonas de alto estrés hídrico en el Caribe Colombiano.

Programa

71020

Programa

69964

BALCAR-Q: Bioprospección y Química de Algas del Caribe.

Proyecto

71146

Importancia de las variables locales y de paisaje sobre las comunidades de peces y macroinvertebrados bentónicos de sistemas lóticos andinos

Proyecto

Proyecto

Proyecto

71858

Evaluación del riesgo de los microplásticos como vectores de microorganismos potencialmente patógenos para tres especies de peces de importancia comercial de la Ciénaga Grande de Santa Marta, Caribe colombiano.

72530

Identificación y caracterización de microplásticos en agua, sedimento, bivalvos y peces de las Ciénagas San Juan de Tocagua y Luruaco (Atlántico, Colombia).

71670

Aspectos biológicos, estado de conservación y oportunidades para la acuicultura de la mojarra rayada (Eugerres plumieri) y el róbalo (Centropomus undecimalis) en la Ciénaga Grande de Santa Marta.

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alternativas desde la CTeI que involucren diferentes disciplinas, así: • Componente Físico, Biológico, Químico y Geológico del Medio Marino e hídrico continental. • Aprovechamiento sostenible del océano y de los recursos marinos, costeros e hídricos continentales. • Calidad ambiental marina, costera e hídrica continental. En el marco de esta convocatoria, en el presente año 2020, en este foco se están direccionando desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación con la participación de las Instituciones ejecutaras (grupos de Investigación) un total de $ 8.903.572.178 para la financiación de tres programas y cuatro proyectos de investigación relacionados en la tabla 1., con los que se espera aportar al crecimiento de la comunidad científica con el apoyo a 18 jóvenes investigadores, así como también en la generación de conocimiento para la toma de decisiones y diseño de metas de desarrollo sostenible. A partir de los mecanismos expuestos previamente, se logran evidenciar que Colombia es un país que cuenta con todas las capacidades físicas, humanas, así como las herramientas e instrumentos para dar el paso a reconocer las áreas marítimas como parte

Bibliografía. Arévalo Uribe, D., Lozano Arango, Juan G. y Sabogal Mogollón, J. (2011). Estudio nacional de Huella Hídrica Colombia Sector Agrícola. Revista Internacional deSostenibilidad, Tecnología y Humanismo. UNESCO-Universidad Politécnica de Catalunya. Vol 7.

del territorio y del desarrollo; en este sentido desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación se continúan haciendo esfuerzos para identificar desde cada región las necesidades en temas marítimos y costeros y así impulsar el crecimiento como un todo abarcando diferentes niveles como son el social, económico, tecnológico, empresarial, académico, científico. Partiendo de aquí se pueden direccionar esfuerzos mancomunados para la creación de tecnologías e implementar las estrategias vinculantes de los diferentes sectores sociales, que abarquen formación y capacitación de jóvenes, vinculación de la mujer en los procesos constructivos, apoyo a la mujer como emprendedora, generadora de conocimiento.

Gutiérrez F. P. (2010). Los recursos hidrobiológicos y pesqueros continentales en Colombia. Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt. Bogotá. 118 pp. Medina, C.; Escobar, F. y Kattan, G. (2002). Diversity and habitat use of dung beetles in a restored andean landscape. Biotropica, 34 (1): 181-187

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Patrimonio

Cultural Sumergido

El Patrimonio

Cultural Sumergido en Colombia: Un Interés Marítimo Colombiano Los Intereses Marítimos Colombianos definen el espíritu y la razón de nuestra acción sobre el mar y las zonas costeras. Uno de estos Intereses es el Patrimonio Cultural Sumergido (PCS)1 , el cual hace parte fundamental de nuestra identidad y cultura y por lo tanto, le debemos el esfuerzo de valorarle, protegerle y difundirlo como Estado y comunidad2 .

Capitán de Navío Hermann León, Representante Permanente de Colombia ante la OMI Capitán de Corbeta Alexandra Chadid, Asesora Grupo Asesor Permanente Armada Nacional Carlos Andrade, PhD Asesor Armada Nacional en Patrimonio Cultural Sumergido

1

Elementos y bienes producto de la actividad humana, que se encuentran permanentemente sumergidos en ríos, mares y/o lagunas, y que pueden ser restos orgánicos e inorgánicos, asentamientos, cementerios y toda evidencia física de grupos humanos desaparecidos, restos humanos, especies náufragas constituidas por las naves o artefactos navales y su dotación, sus restos o partes, dotaciones o elementos yacentes dentro de estas, cualquiera que sea su naturaleza o estado, y cualquiera sea la causa de la inmersión, hundimiento, naufragio o echazón. 2 Constitución Política de Colombia de 1991, Artículo 8.

82


L

“Un hombre que no pelea por un galeón no pelea por nada” Charles Wager

L

a protección constitucional reforzada al patrimonio cultural sumergido, enmarcado en la Constitución Política de 1991, nace de la concepción que según la cual el patrimonio arqueológico es inalienable, imprescriptible e inembargable por ser propiedad de la nación3, entonces, es deber del Estado proteger, visibilizar, recuperar, ejercer soberanía y generar conocimiento4 sobre todas las evidencias culturales que reposan en los fondos acuáti-

3 4

cos, vulnerables a una diversidad de riesgos que amenazan su protección y preservación.

Hacía una política nacional para la protección de los bienes de Patrimonio Cultural Sumergido Para el bien de una gestión pública moderna sobre el patrimonio cultural sumergido orientada al cumplimiento de los principios constitucionales, es necesario superar la eterna discusión nacional

Constitución Política de Colombia, Artículo 63. Ley 1675 de 2013. Artículo 1.

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centrada durante muchos años en un único e importante bien de patrimonio como lo es el Galeón San José y sobre la conveniencia de defender los intereses nacionales del Estado colombiano sobre la propiedad y protección del patrimonio cultural sumergido frente a los intereses de actores privados, aquellos que reclaman derechos sobre las cargas y, actores estatales como las potencias marítimas antiguas y modernas que pretenden mantener la inmunidad soberana en estos pecios con una jurisdicción ampliada a territorios de otros Estados5 . Para esto debemos considerar que la aplicación de los intereses nacionales y la alineación del Estado con sus pares implica reconocer que los principios

del derecho internacional que fundamentan la Carta de las Naciones Unidas (Naciones Unidas, 1969), tales como la igualdad de derechos, la igualdad soberana y la independencia, son universalmente reconocidos para la participación en el contexto internacional. En el caso colombiano, el Estado reconoce el valor del patrimonio cultural sumergido con fundamento en los más altos estándares y criterios de las convenciones internacionales de protección de estos bienes. En cuanto a sus capacidades técnicas, Colombia es un Estado que ha creado una institucionalidad capaz de proteger y valorar por medio del conocimiento científico estos bienes. Con modernos buques de investigación científica

5 Un ejemplo de lo anterior está en la posición de España y Portugal en los documentos públicos manifiestos en la Convención de la Unesco 2001: “El mejor modo para que los Estados del pabellón salven su patrimonio del pillaje y de la dispersión, manteniendo sus derechos de propiedad, es precisamente la ratificación de la Convención. Portugal ha ratificado la Convención, así como España, ambas naciones con una importante historia marítima. Ambos concuerdan en que la única manera de impedir la destrucción de todos los pecios y asegurar la protección más completa es a través de la cooperación entre Estados.”

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la Armada Nacional y la Dirección General Marítima efectúan exploraciones a las máximas profundidades de nuestro espacio marítimo con centros de investigación y desarrollo tecnológico, buques científicos y artefactos de exploración, centros de educación con programas especializados, expertos formados y con experiencia en la exploración de sitios de naufragio, como en las construcciones terrestres del paisaje cultural marítimo y naval. Lo anterior, promovido por una visión clara del potencial de los bienes patrimoniales para el desarrollo económico y social de nuestra población, que puede complementarse con los mecanismos de cooperación existentes en el escenario internacional, como la transferencia de ciencia y tecnología. Lo que tenemos en común con otros Estados es el reconocimiento al concepto universal de bien de patrimonio cultural6 que requiere protección, pero encontramos diferencias frente a los contenidos de la Convención de la Unesco sobre Patrimonio Cultural Subacuático7 y la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar8 que tratan de la soberanía de los Estados sobre este patrimonio. Por una parte, tenemos la visión de encontrar en el patrimonio cultural una posibilidad de desarrollo económico y social sin ceder aspectos de soberanía. Por otra, existe la visión de los antiguos imperios y nuevas potencias que tienen interés en mantener la inmunidad soberana sobre los pecios. Teniendo en cuenta que primordialmente los tratados son un medio para desarrollar la cooperación pacífica entre las naciones, debemos considerar que la vigencia y obligatoriedad de dichos instrumentos están sometidos a la voluntad (consentimiento) de los Estados que quieran incorporarlos y cumplirlos, después de haber realizado un adecuado balance

entre los intereses nacionales pactados en la carta fundamental9 y las obligaciones que desea asumir frente a la comunidad de naciones. Colombia escoge contribuir a las otras naciones con propuestas y modelos propios de desarrollo del PCS en su calidad de Estado conocedor. Así mismo, acoge esta vía en igualdad de condiciones, desarrollando capacidades propias e invitando a los mejores investigadores nacionales e internacionales que quieran desarrollar su capacidad científica y tecnológica como pares, bajo los principios de desarrollo común y protección de estos bienes para beneficio de la humanidad. Para el cumplimiento de las normas colombianas asociadas al patrimonio cultural sumergido, que podrían considerarse el fundamento de la política nacional sobre el tema, las instituciones competentes han desarrollado las actividades establecidas en la Ley 1675 de 2013, el Decreto 1698 de 2014 (específicamente el Capítulo 2, Artículo 4) y el Decreto 1080 de 2015, para el inventario nacional de este patrimonio. En este punto es necesario resaltar que, tanto en los estatutos nacionales como internacionales, se comparte la visión de que cualquier tipo de elemento que pueda encontrarse sumergido y que tenga valor histórico y cultural, así como el entorno en el que éste se encuentre, incluyendo las relaciones que se forman entre las comunidades y los contextos pertenecientes al patrimonio cultural sumergido, son el sujeto y objeto de estudio y protección. Lo anterior encuentra explicación en las siguientes razones que el Estado colombiano considera centrales para la adecuada gestión del PCS: conocimiento del territorio: Entender el con1 Eltexto geográfico en el cual se encuentran los bienes de patrimonio cultural denominados

6

Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural (1972). Artículo 1. Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuatico (2001). 8 Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (1982). 9 Constitución Política de Colombia (1991). Artículo 9. 7

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como el sitio, las zonas de amortiguación y sus zonas de influencia, sobre el que existen amenazas relacionadas con las actividades humanas como los expolios, saqueos e intervenciones ilegales, las obras de infraestructura y otros usos del mar, como también por los factores físicos, químicos y biológicos naturales que impactan de forma progresiva o radical la estabilización de los sitios arqueológicos (Schiffer, 1991). Sin esta información, el riesgo sobre los bienes y la posibilidad de perderlos definitivamente se materializa en un entorno voluble por los efectos del cambio climático y el mayor número de actividades marítimas y costeras. Por esta razón se hace necesario emprender el conocimiento sistemático de los elementos, actores y procesos del contexto subacuático para poder contar con las herramientas de gestión que brinden una protección específica y apropiada de los sitios que se encuentren en riesgo de destrucción, ya sea por condiciones antrópicas o naturales. entendimiento del Contexto: El ejercicio del 2 Elinventario de bienes de PCS se acompaña de un sistema de conocimiento y valoración de este patrimonio, basado en criterios sociales, arqueológicos, históricos y documentales, los cuales son construidos desde la comunidad académica, las entidades encargadas y por la comunidad en general, adquiriendo las fuentes orales una particular relevancia. El inventario entonces se convierte en una acción de valoración, que jerarquiza aquellos elementos que requieren especial atención por estar en riesgo de ser destruidos, saqueados o contaminados (García & Del Cairo, 2006). De igual forma, en los inventarios y registros de este patrimonio, los criterios adicionales a tener en cuenta deben apuntar a permitir una aproximación a la localización espacial, la posible cronología y naturaleza del sitio arqueológico. Con base en lo anterior, se podrán establecer preguntas de investigación partiendo de

la evidencia registrada e inventariada, que permitan reconstruir los procesos históricos que dieron lugar a la formación del contexto arqueológico y su importancia en el ámbito territorial. Los estudios del Registro Nacional de Bienes de Patrimonio Cultural Sumergido los lidera el Convenio entre el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) y la Dirección General Marítima (DIMAR), el cual vincula otras unidades de la Armada Nacional de Colombia que cuentan con capacidades tecnológicas y expertos para su desarrollo como el Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas (CIOH), la Escuela Naval de Suboficiales ARC “Barranquilla” y el Departamento de Buceo y Salvamento (DEBUSA). Así mismo, la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura adelanta programas, planes y proyectos para la protección del paisaje cultural marítimo. Otras instituciones, autoridades locales y fundaciones desarrollan actividades con el mismo propósito. Por ende, se demuestra una constante sinergia que surge de la visión compartida entre tres importantes sectores que permiten la protección de los sitios subacuáticos: Las comunidades locales, las instituciones gubernamentales y el sector no gubernamental como la academia, fundaciones y otros grupos de interés. En este sentido, el Gobierno Nacional por medio de la Vicepresidencia de la República y el Ministerio de Cultura ha planteado algunos lineamientos de política pública nacional que orientan las actividades de las instituciones para la protección del patrimonio cultural sumergido, desde la integridad del concepto de patrimonio natural, inmaterial y material, vinculando el territorio y la comunidad que lo habita, ampliando la discusión más allá del ámbito de los galeones, para que se puedan desarrollar todos los esfuerzos necesarios para proteger la integridad y propiedad de todos aquellos que están en la plataforma continental y las zonas costeras del territorio marítimo nacional, con los siguientes criterios:

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1. Aplicar la protección constitucional reforzada y preferente de los bienes de patrimonio cultural sumergido por parte de todas las entidades nacionales.

la Ley, el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural debe considerar estos aspectos, con base en la información técnico-científica obtenida en las exploraciones.

2. Protección legal nacional e internacional del patrimonio cultural sumergido, cuidadosa, preventiva y coordinada entre las instituciones competentes.

5. Formación y desarrollo del talento humano nacional, transferencia tecnológica en las actividades de exploración, intervención, conservación y difusión. Se debe privilegiar el conocimiento y la apropiación de las comunidades locales en las cuales se encuentran estos bienes de patrimonio cultural sumergido.

3. El inventario nacional de los bienes de patrimonio cultural sumergido es una prioridad de las entidades nacionales responsables que se debe desarrollar con una lectura integral del contexto, territorio y comunidad; y complementarse con la visión, valoración e interpretación de las comunidades frente al patrimonio. 4. El criterio de unidad consagrado en la Ley 397 de 1997 debe primar ante la posibilidad de fragmentar los bienes de un sitio en el que se encuentre el patrimonio, y de conformidad con

Estos lineamientos establecen un marco general de aplicación para la gestión del PCS, que impulsa el gran reto nacional de construcción de una política de Estado unificada respecto del manejo de los bienes de patrimonio cultural sumergido en el ámbito de la gestión económica, patrimonial y científico-tecnológica para desarrollo social de nuestras comunidades costeras. Aplicando principios como la defensa de los Intereses Marítimos Colombianos

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Ilustración 1. Dibujo realizado por la comunidad de Tierrabomba sobre el hallazgo de cañones de un naufragio en Galerazamba, Bolívar (García & Del Cairo, 2006).

con soberanía; el reconocimiento del PCS como un bien público de interés nacional; la integralidad de los bienes en su contexto; el PCS como derecho humano a la cultura, reconocimiento y protección de la identidad nacional; la interdisciplinariedad de la investigación científica del PCS y el aprovechamiento económico del PCS para el desarrollo social de las comunidades.

conocimiento tradicional y al que se forma desde las capacidades que la ciencia y la tecnología aportan al crecimiento de las comunidades en beneficio de sus propios intereses. Lo anterior no es más que la definición más clásica de lo que significa un verdadero interés nacional.

Bibliografía

En el patrimonio cultural sumergido de nuestra nación tenemos las claves del pasado y el futuro de vastas regiones de nuestro territorio marítimo. La expectativa es encontrar en la riqueza del ambiente natural y cultural una posibilidad de desarrollo económico propio y profundamente arraigado al

García, C. & Del Cairo, C. (2006). Mapa Bahía de Cartagena de Indias. Fase 1. Documental y Fuentes orales. Informe Ministerio de Cultura. Fundación Terrafirme. Schiffer, M. (1991) Site Formation Process in Archaeology. Springer.

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Ordenamiento Marino - Costero

Solo se valora

lo que se conoce y solo se protege lo que se valora: la valoración integral y el conocimiento de los servicios ecosistémicos

El concepto de servicios ecosistémicos es un concepto reciente, que surge a finales de la década de los setenta como servicios de la naturaleza y que ha estado desde entonces en constante evolución. Los servicios ecosistémicos se definen como los beneficios que las personas reciben directa o indirectamente de los ecosistemas y cubren múltiples dimensiones como la provisión de alimentos, la protección contra eventos naturales y la recreación.

Andrea Contreras MSc. - Jefe Línea de Valoración Económica – Programa de Valoración y Aprovechamiento de los Recursos Marinos. Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras –INVEMAR

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as circunstancias actuales de degradación ambiental en todo el planeta, han repercutido en la oferta y calidad de estos servicios ecosistémicos, en consecuencia, el tema ha tomado relevancia a fin de profundizar en su conocimiento, valoración y elaboración de medidas para procurar su recuperación. Una de las herramientas para su estudio y comprensión es la valoración integral, que consiste en observar desde la perspectiva ecológica, económica y sociocultural la forma en que la naturaleza brinda estos beneficios al hombre. Con este conocimiento es posible entender los procesos que dan origen a estos beneficios, el impacto económico en el bienestar del hombre y su aporte a la cultura y el disfrute.

En el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras José Benito Vives de Andréis, INVEMAR, se aplica la valoración integral desde el año 2013 con el fin de aproximarnos desde un enfoque multidisciplinario a la exploración de los servicios ecosistémicos brindados por los manglares, las playas, los arrecifes de coral y pastos marinos. En esta búsqueda, hemos aprendido la riqueza y los retos de aplicar un enfoque multidisciplinario, las soluciones prácticas que permite elaborar la valoración en pro de la calidad de vida de comunidades y la conservación de ecosistemas estratégicos y la oportunidad de generar insumos para un sistema de cuentas ambientales y económicas. Para ilustrar los puntos anteriores, vamos a tomar la valoración integral realizada en el Parque Regional Natural Boca de Guacamayas, localizado en el departamento de Sucre, Caribe colombiano; un área de 3,578 hectáreas formada por manglares, playas, estuarios, lagunas costeras, pastos y cultivos. Las comunidades asentadas alrededor del área tradicionalmente han recurrido a la pesca, cultivos de pan coger, extracción de madera y turismo de playa para su sustento. Con el reciente auge del turismo de naturaleza, se planteó la inquietud desde la Corporación Autóno-

ma Regional de Sucre (Carsucre), administrador del parque, de valorar el potencial del aviturismo del área protegida. Con el objetivo de dar pautas que permitan aprovechar y preservar de mejor manera este servicio. Tengamos presente que el turismo y la recreación son servicios ecosistémicos culturales, los cuales se caracterizan por ser intangibles y por propiciar la inspiración artística, la identidad y brindar experiencias espirituales, de recreación y salud mental. De esta forma se inició el ejercicio con investigadores científicos de las disciplinas de ciencias naturales y topografía, que identificaron las unidades de paisaje que componían el parque y que posteriormente hicieron un seguimiento a las especies de aves que residen o visitan el área durante las temporadas de lluvia y sequía. Al mismo tiempo, economistas y antropólogos recorrieron la zona para reconocer los atributos con los que contaba el parque para la oferta del servicio de aviturismo, las capacidades e intereses de los pobladores locales en la actividad y su conocimiento y relación con las aves. Durante aproximadamente año y medio se llevaron a cabo entrevistas, talleres participativos, salidas de campo, construcción de indicadores y elaboración de documentos y cartografía para completar la valoración. Los resultados corroboraron el potencial natural alto del área en términos de aviturismo; durante el muestreo se encontraron 129 especies de aves entre residentes, endémicas, amenazadas y migratorias. Se clasificaron las unidades de paisaje de acuerdo al número de especies avistadas y los puntos de interés, dando así elementos certeros para el diseño de un recorrido, el cual debe incluir principalmente a los manglares, pantanos y playas. Con ayuda de las autoridades municipales, ambientales y los pobladores, se clasificaron 24 grupos de actores sociales según su influencia en el área e interés en el turismo de naturaleza. Se detectaron dos organizaciones comunitarias intere-

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De las 51 especies de aves playeras registradas para Colombia (Johnston-González y Eusse-González 2009) y de las 23 especies registradas en la costa caribe colombiana (Ruiz-Guerra et al., 2008), 12 especies fueron observadas en las playas del Parque Regional Natural Boca de Guacamayas

sadas en desarrollar el aviturismo y se identificó la necesidad de capacitaciones y apoyo para lograr que esta actividad se convierta en una fuente de ingresos viable. Desde la valoración económica, se llevó a cabo una encuesta entre avistadores profesionales, que permitió establecer que bajo las condiciones actuales del parque se podría ofrecer un recorrido por valor de $45.000 por persona. Sin embargo, si el parque se dota con senderos y señalización, se ofrecen otros servicios complementarios y se especializan los guías locales, el visitante estaría dispuesto a pagar una suma mayor por el recorrido. Un estudio de valoración económica de 2016 reporta que los turistas extranjeros están dispuestos a pagar cerca de US$303 en el Caribe colombiano por un tour de observación de aves (Maldonado et al., 2016)

res locales y ecosistemas, que puede usarse con múltiples propósitos. Parte de los resultados aquí encontrados han servido de insumo para el plan de gestión del área protegida que Carsucre viene elaborando. Otra de las alternativas de uso de la información, es la generación de insumos para los sistemas de

Los saberes e historias locales en torno a las aves y la relación de los pobladores con algunas especies fueron documentadas durante la valoración sociocultural. Con esta información es posible construir guiones para los guías locales y diseñar experiencias únicas que permiten diferenciar el recorrido turístico de otros recorridos de avistamiento que se ofertan en el país, además de servir para la conservación y divulgación de tradiciones. Sin duda la valoración integral produce una vasta información sobre los servicios ecosistémicos, producto de la interacción entre científicos, acto-

Ave Playera Vanellus chilensis - Pellar común (Southern lapwing) / Charadriidae Archivo INVEMAR – Línea de Investigación RAE, Programa CAM

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contabilidad económica y ambiental del país; los Objetivos de Desarrollo Sostenible en su meta 15.9 hablan de la necesidad de integrar los valores de los ecosistemas, y la diversidad biológica en la planificación nacional y local, los procesos de desarrollo, las estrategias de reducción de la pobreza y la contabilidad. En el INVEMAR reconocemos esta necesidad y seguimos trabajando en la valoración integral de

los servicios ecosistémicos marinos y costeros, estamos convencidos de que es una metodología versátil, participativa y rigurosa, que responde a las necesidades locales para lograr una mejor gestión del territorio y que contribuye a las metas de conservación nacional a través de la divulgación de conocimiento, generación de información para los tomadores de decisiones y diseño de estrategias ambientales.

La valoración integral implica la inclusión de aspectos más allá de lo estrictamente biofísico y resalta la importancia de los temas socioculturales y económicos para construir visiones integrales del territorio (Rincón-Ruíz et al.,2014).

Bibliografía Johnston-González Ry Eusse-González D (2009) Sitios Im¬portantes para la conservación de las aves playeras en Co¬lombia. Informe Técnico. Asociación Calidris, Cali Gómez-Cardona, C. J., Contreras, A., Guillen-Oñate, K, Maldonado, C., y Bolaños, J.A. (2019). Potencial aviturístico en el Parque regional Natural Boca de Guacamaya, Sucre, Colombia: Una mirada desde la perspectiva de los servicios ecosistémicos. El Hornero Revista de Ornitología Neotropical, 34 (1), 17 - 28. https://drive.google. com/file/d/1dbi62jMGXLi59xxfXCIE5D557J6TLHLm/ view Gómez-Cardona, C. y Ospina-López, V (2019) Las aves de la Ciénaga Grande de Santa Marta, una breve guía de la avifauna y la cultura del pueblo palafito Buenavista. Serie de Publicaciones Generales Nº 104 de INVEMAR. Santa Marta, Colombia. 16p. DOI: https://n2t. net/ark:/81239/m91w91

Maldonado J, Moreno R, Espinoza S, Bruner A, Garzón Ny Myers J (2016) La paz es mucho más que palomas: Benefi¬cios económicos del acuerdo de paz en Colombia a partir del turismo de observación de aves. Conservation Strategy Fund, Serie Técnica N° 46. Disponible en: http://con¬servation-strategy.org/sites/default/files/ field-file/ Audubon_-_Digital.pdf Rincón-Ruíz, A., Echeverry-Duque, M., Piñeros, A. M., Tapia, C. H., David, A., Arias-Arévalo, P. y Zuluaga, P. A (2014) Valoración integral de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos: Aspectos conceptuales y metodológicos. Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt (IAvH). Bogotá, D. C. Colombia, 151 pp. Ruiz-Guerra C, Johnston-González R, Castillo-Cortés LF, Cifuentes-Sarmiento Y, Eusse D y Estela FA (2008) Atlas de las aves playeras y otras aves acuáticas en la Costa Caribe colombiana. Asociación Calidris, Cali.

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El Azul de la Bandera,

corazón de los intereses marítimos colombianos

El mar representa para las naciones que lo poseen un espacio vital de interés nacional, en el cual confluyen oportunidades, necesidades y beneficios. Las aspiraciones nacionales sobre estas áreas, hace que los Estados, generen políticas y estrategias para atender estos territorios marítimos y espacios costeros; la determinación de los Estados por la protección y desarrollo de estos espacios marítimos, da origen a la definición y estructuración de los intereses marítimos nacionales, los cuales para Colombia están definidos y clasificados en la “Política Nacional del Océano y de los Espacios Costeros” (PNOEC), y referenciados por el documento CONPES No. 3990 “Colombia potencia bioceánica sostenible 2030”, del 31 de Marzo de 2020.

Teniente Coronel de Infantería de Marina Orlando Antonio Alarcón López Oficial Asesor Grupo Asesor Permanente

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os territorios marítimos para Colombia, representan el 44,85 % del total del territorio nacional, de los cuales 589.560 km2 se encuentran en el mar Caribe y 339.100 km2 en el océano Pacífico; además, los espacios costeros corresponden a 4.171 kilómetros de línea de costa, de los cuales 2.582 km en el Caribe y 1.589 km en el Pacífico (Dimar, 2019). Sumado a esto, Colombia es el único país de América del Sur que tiene acceso a dos océanos y hace parte de los 21 países del mundo con esta condición bioceánica. Tanto los territorios marítimos como las zonas costeras, marinas e insulares hacen parte del Azul de la Bandera. El Azul de la Bandera, representa miles de kilómetros de ríos y mares, es la grandeza de un país extenso y majestuoso, es el agua que nos une desde el Amazonas hasta el Caribe, es fuente de vida desde el Inírida hasta el Pacífico, es abundancia, belleza y color, pero ante todo es la razón de la existencia de la Armada de Colombia, es el corazón de los intereses marítimos colombianos. La dimensión estratégica que ofrecen los espacios oceánicos y costeros del Estado colombiano y la necesidad de aprovecharlos de manera sostenible, hizo que se establecieran 18 intereses marítimos. Este escrito en particular, se centrará en uno de ellos y su contribución al desarrollo y protección de los territorios marítimos y costeros de la nación, el interés marítimo a tratar corresponde a “la infraestructura para el aseguramiento, la integridad, el orden marítimo y el estado de derecho en el mar”, el cual, integra los medios que posee un país para asegurar el control del mar, su soberanía, integridad y el acceso a sus recursos. Lo anterior, contextualiza lo que se conoce como Poder Naval, que para el caso colombiano está representado por la Armada de Colombia. Como soporte al aseguramiento, la integridad, el orden marítimo y el estado de derecho en el mar, el Estado colombiano ha dispuesto un marco jurídico que proporciona las herramientas a la Armada de

Colombia para el cumplimiento de su misión en los mares del territorio nacional. Este compendio jurídico lo componen principalmente, el Código de Comercio, el Decreto Ley 2324 de 1984, la ley 10 de 1978, sus decretos reglamentarios y otra serie de instrumentos relacionados con la regulación, preservación, conservación y administración de los espacios marítimos y sus recursos, complementadas por diversos instrumentos internacionales firmados y ratificados por el país. El Azul de la bandera como activo estratégico de la nación, donde convergen sus intereses marítimos y fluviales, necesita ser protegido, esta misión ha sido encomendada a la Armada de Colombia, la cual tiene un rol determinante dentro de la estrategia nacional, permitiendo mediante el desarrollo de las operaciones navales, el uso eficiente del mar,

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el empleo seguro de las líneas de comunicaciones marítimas y su negación a todo tipo de amenaza. El control del mar es un objetivo esencial para las marinas del mundo, y por lo complejo de su concepto, debe integrar múltiples esfuerzos como la cooperación internacional, donde Colombia es referente regional en su lucha multilateral contra el flagelo del narcotráfico, tal como lo demuestra la Campaña Naval Orión, la cual ha logrado reunir en sus seis versiones a 29 países y 57 instituciones nacionales e internacionales. Al asegurar la Armada de Colombia, la protección, el acceso a los recursos y oportunidades en los mares de la nación, el poder naval permite el desarrollo económico sostenible del país. Según los datos preliminares de las cuentas nacionales publicado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la actividades marítimas y conexas tuvieron una participación en el PIB total del 5,80%, estas actividades corresponden a pesca, acuicultura, transporte acuático y fabricación de equipos de transportes; sin embargo, la inmensidad de oportunidades de crecimiento

económico en el mar está aún por conquistar, y es lo que en la actualidad se conoce como Economía Azul, la cual reconoce la importancia de los mares y océanos como motores de una economía sostenible, mejora de los medios de vida, los empleos y la preservación de la salud del ecosistema oceánico. (Comisión Europea 2017). Aunado a lo anterior, la Armada de Colombia protege el medio ambiente y la biodiversidad de los océanos del país, mediante el combate frontal a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, teniendo en cuenta, el aumento a nivel mundial de la pesca comercial en los espacios marítimos, lo que ha traído consigo métodos irresponsables de extracción, y en otros casos ha sido empleada para la explotación indiscriminada de los recursos marinos; esta actividad criminal, la Armada de Colombia la enfrenta a diario a lo largo y ancho de las aguas jurisdiccionales de la nación, en especial en las tres reservas de Biosfera y 35 áreas marinas protegidas con que cuenta Colombia. (Dimar 2018). Otro de los renglones de la economía que presenta un aumento significativo de desarrollo en

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el mar, es la explotación de minerales, en particular el petróleo y el gas, de los cuales, el primero sus reservas en el lecho marino representan un tercio de las reservas mundiales, lo que conlleva a un mayor interés comercial cuando escasean las fuentes terrestres. Este interés se refleja en el crecimiento de la industria petrolera y de gas en altamar, conocida como offshore; en donde la Armada de Colombia, es la llamada, a promover el normal desarrollo de esta actividad económica, sin descuidar la preservación del medio marino donde esta se desarrolla. Uno de los campos de acción que surge para las marinas modernas, se concentra en la investigación científica, donde la Armada de Colombia en conjunto con la Dirección General Marítima (DIMAR) y la Comisión Colombiana del Océano (CCO), son actores principales para su promoción y desarrollo, en particular, a través del planeamiento y ejecución de las expediciones científicas a bordo de los medios navales, tales como las cinco expediciones a la Antártida, que posicionan al país como un referente regional. En el ámbito nacional, se destacan las expediciones científicas a la Reserva de Biósfera Sea Flower en el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, donde mediante la exploración científica se ejerce defensa y soberanía del territorio marítimo.

Ahora es oportuno, establecer la importancia de la Armada de Colombia para el desarrollo de los territorios marítimos y costeros donde hace presencia institucional; en este marco, es necesario aclarar que la zona costera de Colombia se extiende a lo largo de 12 de los 32 departamentos del país; de estos 12 departamentos, 47 municipios son costeros, la ubicación geográfica de los departamentos posiciona a ocho con costas sobre el Caribe y cuatro en el Pacífico; El desarrollo de estos territorios, se fortalece mediante la institucionalidad de la Armada de Colombia, en muchos de estos espacios, donde mediante el control territorial, se promueve la seguridad y bienestar de sus habitantes. Con todo y lo anterior, la esencia de los marinos de Colombia, son los espacios marítimos, fluviales y costeros de la nación, por lo tanto, mientras estos espacios existan, existirá la Armada de Colombia, formando y capacitando el talento humano para el desarrollo de estos espacios, garantizando su integridad, defensa y protección, impulsando el desarrollo económico de los mismos, enfocados en la Economía Azul, fortaleciendo la gobernanza marino costera y oceánica para mantenerlos en orden, promoviendo la cultura y educación marítima para generar conciencia y sentido de pertenencia; pero ante todo protegiendo el Azul de la Bandera como invaluable patrimonio de los colombianos.

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Protegemos el azul de la bandera98


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ARMADA

DE COLOMBIA

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