REVISTA AMBIENTAL CORRIENTE VERDE

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“TINY HOUSES”: ¿SON LAS MICROCASAS UNA OPCIÓN A LA CRISIS DE VIVIENDA EN PUERTO RICO?

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DISEÑO ARQUITECTÓNICO Y BIENESTAR: UN ENFOQUE SOSTENIBLE PARA PUERTO RICO

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PATRIMONIO Y SOSTENIBILIDAD: LAS LECCIONES ARQUITECTÓNICAS DE LA HISTORIA

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AGRADECEMOS A NUESTROS COLABORADORES Y COLABORADORAS

Ada Torres
Marla Pérez Lugo
Rafael Méndez Tejeda Sandra Cruz-Pol
Carlos E. Pacheco Irizarry
Carolina Morales González Gerardo Cosme Núñez
Jesús A. Garay Vilma Calderón
Albith Colón Negrón
Gladys M. González-Martínez
Sally González Miranda Nataniel Fúster
Melvin Irizarry Wanda Almodóvar
Héctor Rivera José A. Colucci Ríos Mari A. Villariny Marrero
María A. Juncos Gautier Astrid Díaz
Kris Koch
Dr. Fernando Abruña
Brenda Reyes Tomassini Alexis Acevedo Myrna Comas Pagán Eddaliz Berríos Santiago Martha Rivera Rosa Carlos E. Colón Franceschi Abel Vale Nieves
Camilla Feibelman Nilda Jiménez Marrero José Luis Alsina Nelson Álvarez Febles Gerardo Morell
José J. Villamil
Aida M. Caraballo Juan L. Torres-Pérez
Noemí Peña Alvarado Miguel Figuerola Juan C. De Jesús
Jorge Cruz
Manuel Ray Wilfredo Méndez
Pablo Collazo Cortés Alberto Lastra Power Mariel Taviana Acevedo
Martha Bravo Colunga Carlos J. Arboleda Osorio Jorge L. Nina Espinosa
Jorge Carbonell Antonio Josy Latorre
Frances Santiago Hernández Nildamarie Díaz Hiraldo Vincent Pieri Alexis Molinares-Forestier Fernando Lloveras San Miguel
Jorge Fernández Porto José Juan Terrasa Soler João Proença María M. Rivera Grau
Onell González-Martínez
Marielisa Ortiz Berrios
Graham A. Castillo Pagán Julio M. Santiago Ríos Jorge Rivera
Sonia López Tristani José Torres Mártir María Benedetti
Jaqueline Negrón Flores
Norman Ramos Jorge
Juan Carlos Gallisá
Marlon Cabrera Jaime Torres Torres Gloria Esther Vázquez González
Naireisa Ginés González Diego A. Sorroche
Juneilis Mulero Jammile Victorio
Gabriel Andrés Rodríguez Fernández
Paula Paoli Garrido Maribelle Marrero Vázquez Julia Santana David Aponte
Anitta Matos Rocío López Luis Reynaldo Hernández
Andrea Tempesta Eddie N. Laboy-Nieves Max Pérez Padró Evelyn Ortiz Avilés José Alicea Pou Víctor Román Elizabeth Padilla
Carlos E. Diez Olga M. Ramos González Agustín A. Irizarry Rivera Ángel R. Zayas Duchesne Julia S. Mignucci Sánchez Edward Previdi Dávila Abei Noriega
José Manuel Rivera Hans X. Figueroa Sweet Glorynel Ojeda Matos Marilyn Rosa
William Carrión
Juan A. González Moscoso Juan Carlos Bauzá Bayron
Alida Ortiz Sotomayor Aurelio Mercado-Irizarry José Seguinot Barbosa Maritza Barreto Yasmín Detrés María Santos Corrada Pablo Méndez Lázaro
Cecilio Ortiz García Nathalie Frankowski Cruz García Frankowski
Tischa A. Muñoz-Erickson
Edlyn García La Torre Ariel E. Lugo

COLABORADORES FUERON:

Carishely Rosado

José Rivera

Gianni Pablos

José Colom

María Córdoba

Wilson Castellanos

Melisa Acosta

Benjamín De Jesús

Juan Rosario

Alexis Massol González

Gerson Beauchamp Báez

Cristina Algaze Beato

La Sociedad de Astronomía de PR

George (Jorge) Gaskins Alcott

Carlos R. Rodríguez

Alyn Bermúdez

Rafael A. Caballero Torres

Amaury Malavé

Norma

Marie Montes

Peter J. Palos

Christian A. Crespo Cajigas
Homar Torres
Osvaldo Alomar Otero José A. Alicea Pou
Wanda I. Cruz Vizcarrondo
Marisol Vincenty Luyando Sergio Augusto Caporali Filho Jorge Rocafort Nirzka M. Labault Cabeza
Ediltrudis M. Betancourt Rivera María Isabel Herrera-Montes
Fabiola A. Trigo Rodríguez (Plenitud)
Ernesto L. Díaz Eliezer Nieves-Rodríguez
Craig G. Lilyestrom
Maya Quiñones Zavala Sergio A. Colón López Grizelle González Arturo Massol Deyá Johnsy Carrión Cabrera Tamara Heartsill Scalley Fernando Silva Caraballo
Nilda I. Luhring González Javier Rúa-Jovet Andrés Rúa González
Lionel R. Orama Exclusa
Jacqueline D. Torres Lissie A. Avilés Ríos María de Alma Concepción Andrea Camacho Calvimontes Jorge Crespo Avilés
Carlos E. Severino Valdez
Juliana R. Millán Torres Tomás Rivera
Sanabria
I. Peña Rivera
Valeria Mejías Reyes Diego Morell Mejías

COLABORADORES Y

COLABORADORAS

DE ESTA EDICIÓN

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Dr. Fernando Abruña, FAIA

Abruña & Musgrave, Architects

Founding and Past President US Green Building Council- Caribbean Chapter (787) 724-0987 abrumus@gmail.com

Andrea Camacho Calvimontes

Ingeniería Ambiental (Universidad Politécnica de Puerto Rico), Maestría en Gerencia Ambiental (Universidad Politécnica de Puerto Rico), Maestría en Gerencia de Construcción (Universidad Politécnica de Puerto Rico), Fundador y CEO de St. Benito LLC, una empresa líder en Ingeniería Ecológica y Ambiental, especializada en la gestión y valorización de residuos sólidos, así como en suelos y agua. Reconocida internacionalmente por ofrecer charlas sobre la importancia del suelo, el agua y la gestión sostenible de residuos sólidos en foros internacionales y locales.

Arq. Jorge Ortiz Colom

El autor es un arquitecto conservacionista para la región sur del país, empleado del Instituto de Cultura Puertorriqueña, y egresado de la UPR-Río Piedras. Se ha dedicado a investigar los principios de la arquitectura tradicional y vernácula de dicha región y ha publicado artículos sobre estos temas. También tiene doctorado en historia del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y del Caribe. ortizcolom@gmail.com

Glorynel Ojeda Matos, PhD, AICP

Investigadora, planificadora e ingeniera puertorriqueña con más de 15 años de experiencia impulsando iniciativas y proyectos de sostenibilidad. Su trabajo actual se enfoca en brindar asistencia técnica y realizar investigaciones con y para comunidades, apoyando sus esfuerzos de transición y resiliencia energética. glorynel.ojeda@gmail.com

Arq. Ángel Sáez

Arquitecto profesional e Inspector Autorizado de Permisos. Instructor de permisos en el CAAPPR, y de Economía verde en la UAGM. Principal de The ARS Group-Architects, p.s.c. y ARS Permisos. Músico y poeta. arsgroup1@gmail.com

Iris González-Alfonzo, AIA

Profesional de servicios de arquitectura desde 1987. Bachillerato en Diseño Ambiental y Maestría en Arquitectura y Urbanismo. Desde 2005 dirige su firma IGA Design Group, prestando servicios de arquitectura e ingeniería, de manejo de propiedades y de obras de construcción, y como perito. arq.iris.gonzalez@gmail.com

Juan Carlos Gallisá

Es arquitecto. Ha tenido una práctica profesional en la empresa privada, en el gobierno y en la academia. Es autor de dos libros sobre la agricultura urbana. juanchisgalli@live.com

Arq. Josué A. Solá

Apasionado por el aprendizaje y la enseñanza, con una formación en arquitectura paisajista, arquitectura e ingeniería, y experiencia en sectores federal y privado. Especializado en la gerencia, planificación y ejecución de proyectos de infraestructura, con interés en la sostenibilidad, eficiencia energética y resiliencia. GEEK en tecnologías como BIM, para el desarrollo integral en el diseño y construcción, buscando resultados tangibles, innovadores y significativos. jsolasoto@gmail.com

Arq. Alice M. Ríos Ramos

Arquitecta en entrenamiento con doble maestría en Diseño de Interiores y Decoración. Apasionada por crear espacios que combinan estética y funcionalidad, reflejando autenticidad y armonía para mejorar el bienestar y calidad de vida de sus usuarios. Actualmente en proceso de lanzar un blog sobre Diseño y Bienestar. https://bio.site/TheYugenDesigns alicemar.rios@gmail.com

Arq. Zolymar Febles

AIT, Graduada de la Escuela de Arquitectura, Recinto de Río Piedras, con un Bachillerato en Diseño Ambiental y Administración de Empresas en Gerencia de Operaciones y Mercadeo. zfebles@gmail.com

Mari A. Villariny Marrero

Planificadora profesional licenciada, de una vasta experiencia laboral, fue distinguida con el premio Planificador Profesional más Destacado. Es coautora del libro Planificación para un Puerto Rico sostenible (2016). mari.villariny@gmail.com

Mantenimiento

los Efectos y las Consecuencias de la

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Redacción

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¿Podemos reciclar la caca humana?

Breve Biografía del eScritor-director ruBén aBruña

Desde principios de la década de 1980, Rubén Abruña ha trabajado como guionista, productor, director y editor de documentales y reportajes periodísticos en Nueva York, San Juan, Miami y Zúrich. En sus películas, explora la relación entre las personas y sus entornos naturales y construidos. En 2014 su película “La casa ausente”, sobre la obra sostenible del arquitecto Fernando Abruña Charneco, recibió elogios en decenas de festivales internacionales y una amplia distribución en Norteamérica. En 2023 completó “Holy Shit: l a revolución regenerativa”, un documental triplemente premiado sobre el reciclaje de los excrementos humanos en abono para cultivar alimentos y producir energía, que la revista alemana Der Spiegel destacó diciendo: ...una película excrementicia tan instructiva como excitante, ayudando hábilmente a sus espectadores a superar cualquier umbral de asco existente a los pocos minutos. Holy Shit se presentó en la COP29 (Cumbre mundial de cambio climático) en Bakú, Azerbaiyán, y en la COP16 (Cumbre mundial de la biodiversidad) en Cali, Colombia. Ambas en 2024.

Para ver el documental https://vimeo.com/ondemand/holyshit2

Holy SH it: l a revolución regenerativa

¿Qué ocurre con los alimentos que digerimos cuando salen de nuestro cuerpo? ¿Son residuos que hay que desechar o recursos que podemos reutilizar?

En busca de respuestas, el director de “Holy Shit: l a revolución regenerativa”, Rubén Abruña, se embarca en un viaje de investigación y entretenimiento por 16 ciudades de 4 continentes. Sigue el rastro de la caca desde las largas cloacas parisinas hasta una enorme planta de tratamiento de aguas residuales en Chicago.

La presunta solución, adoptada en casi todo el mundo, de utilizar los restos semisólidos del proceso de depuración de aguas residuales como abono, resulta ser una pesadilla viviente, porque contienen metales pesados y sustancias químicas tóxicas PFAS.

¿Pueden utilizarse los excrementos para cultivar alimentos y paliar la inminente escasez de fertilizantes?

Conoce a los Piratas Fecales de Uganda, que con su trabajo y sus canciones enseñan a la gente a convertir las heces en abono higiénico. En la Suecia rural, un ingeniero le muestra un retrete seco que fabrica abono listo para usarse a partir de la orina.

En Hamburgo y Ginebra, descubre complejos residenciales con plantas de tratamiento localizadas, no conectadas al alcantarillado, que producen electricidad y abono a partir de excrementos humanos.

Al final, el director encuentra respuestas para reutilizar los excrementos humanos que aumentan la seguridad alimentaria mundial, la protección del medio ambiente y la higiene y mitigan el caos climático.

«Holy Shit» se globaliza y encuentra respuestas que aumentan la seguridad alimentaria y la protección del medio ambiente y mitigan el caos climático.

El REGLAMENTO CONJUNTO PARA LA EVALUACIÓN Y EXPEDICIÓN DE PERMISOS RELACIONADOS AL DESARROLLO, USO DE TERRENOS Y OPERACIÓN DE NEGOCIOS estableció, junto al sistema de permisos Single Business Portal (SBP) y la Oficina de Gerencia de Permisos (OGPe), el Permiso Verde. Para obtener el mismo es necesario radicar una Cualificación de Proyecto Verde (CPV). Se requiere del proponente una explicación detallada de los procesos y tecnologías que se pretende utilizar. Así se persigue validar la acción propuesta para que pueda convertirse en un proyecto viable que pueda optar por un Permiso Verde. Esa explicación tiene que ser apoyada con escritos, dibujos, planos u otros recursos que aporten a la explicación de la acción propuesta. Se requiere además certificar que el proyecto cumple con el Código Internacional de Construcción Verde (International Green Construction Code).

Este tipo de permiso ofrece incentivos a quien logre la autorización de la cualificación. Luego de construir y operar durante un año, se requerirá validar las tecnologías y conceptos de

sustentabilidad utilizados. Se examina el resultado de las economías de consumo energético, calidad espacial y de bienestar aprobadas, y cómo han funcionado. Los incentivos para el Permiso Verde son: reducción del costo de aranceles, variaciones en parámetros de edificación y tramitación expedita.

La cualificación de proyecto verde requerida por el sistema de permisos local tiene que ser preparada en las etapas más tempranas del proyecto, es decir, cuando el proyecto es apenas una idea, momento en que ningún renglón de evaluación de sustentabilidad se hace innecesario. Parece fácil imaginar un diseño en el que se incorporen todas las tecnologías y parámetros de sustentabilidad conocidos. No es así, se requiere experiencia, trabajo arduo, transparencia y entereza de espíritu para convencer a los entes evaluadores de la validez de lo propuesto. Se pueden incorporar ideas personalizadas que aporten al diseño del proyecto para hacerlo más cumplidor.

Las personas arquitectas llamamos a este pre-pensamiento el concepto del proyecto. Es necesario imaginar lo que se podría lograr. Para eso nos apoyamos en la experiencia previa y en los estudios de quienes nos precedieron. En el caso del diseño sustentable es necesario aplicar una mayor dosis de sentido común, es decir: hay que pensarlo mejor. ¿Por qué? Pues porque, aunque se nos permite “imaginar” como adivinos los futuros resultados, se necesita apoyar nuestras propuestas en bases tangibles y reconocer experiencias que ayuden a explicar las ideas propuestas en la acción a realizar. Esa primera evaluación conceptual, más que en soñar, consiste en plasmar el pensamiento en escritos y planos que indiquen y promuevan el entendimiento de la acción propuesta. Presentar adecuadamente un proyecto ayuda a que su evaluación sea más rápida y precisa, aclarando que todo desarrollo de diseño se puede ajustar y mejorar hasta llegar al punto de ejecución. Sin embargo, no se puede diseñar eternamente. En algún momento se ha de construir. Cada proyecto

Por Arq. Ángel Sáez

debe ser evaluado a conciencia, con responsabilidad y profesionalismo. No podemos dar demasiadas vueltas, solo las necesarias. La indecisión no debe ser habitual.

En el sistema de permisos SBP son pocos los casos de CPV que han sido sometidos. Trabajar una solicitud de CPV requiere de conocimiento especializado. Es necesario establecer y desarrollar un plan abarcador de la intención de sustentabilidad del proyecto. La acción propuesta requiere de un convencimiento total del cliente o la clienta o de la entidad gestora. También necesita de un cálculo detallado de los aspectos económicos, así como de una proyección de costos realista. Afortunadamente, ya no es tan complicado convencer a una persona cliente de gestionar la cualificación de un proyecto porque hay numerosos ejemplos exitosos a través del mundo, desde residencias hasta edificios comerciales, que han logrado economías

sustanciales en la operación, y en los que ha resultado rentable la inversión, tanto en el diseño especializado como en la instalación de tecnologías sustentables. Cada día son más las entidades comerciales dispuestas a invertir en proyectos verdes, algunas porque les interesa incorporarse a la corriente de diseño verde, otras porque buscan un reconocimiento para su empresa.

En nuestra isla como en el resto del mundo abunda también el falso verde o “green wash”. Lo llamamos falso porque solo

añade imagen al proyecto y no cambia en nada su condición de sustentabilidad. En ese sentido es mejor pensar en tener en nuestros proyectos alternativas de diseño que aporten a masificar la aplicación del sentido común, aunque parezca el menos común de los sentidos.

(Continúa en la pág. 14)

Como arquitecto y profesional autorizado de permisos, pienso que el Permiso Verde con el que contamos actualmente podría tener una variación de clasificación aplicable a proyectos que cuenten con tecnologías sustentables prácticas, aunque sean de carácter residencial unifamiliar o de menor tamaño comercial. Ejemplo de esto pudieran ser residencias o proyectos de menor escala, para los cuales se pudieran otorgar incentivos menores que podrían apoyar significativamente a los dueños y dueñas al momento de optar por alternativas de diseño sostenibles. Una residencia o pequeño negocio que atiende el tema de sustentabilidad aporta a la economía, evitando el desperdicio de recursos y aportando a una mejor calidad de vida para sus usuarios. Demuestra que pensar las cosas mejor siempre tiene resultados positivos, mejorando el bienestar de todo el mundo.

El siguiente es un listado de lo que a nuestro entender son acciones generales que deben aplicarse al diseño de estructuras como edificios pequeños:

w Edificar con menor área de ocupación permite mayor área verde y reduce el calor general.

w Tener patio interior permite mayor y mejor ventilación e iluminación.

w No tener garaje cubierto economiza miles de dólares en costo de construcción.

w Respetar las distancias de las colindancias evita conflictos con otras estructuras.

w Tener desde el origen un sistema fotovoltaico diversifica y economiza siempre.

w Tener cisterna de agua potable provee protección ante sequías.

w Tener calentador solar economiza energía.

w Sembrar árboles añade sombra, fresco y estética a la residencia.

w Instalar ventanas en todas direcciones promueve la ventilación cruzada.

w Tener altura mayor a 8’0” reduce la radiación que emite el techo hacia las personas usuarias.

w Tener la más correcta orientación solar favorece la utilización del espacio interior.

w Entre otras…

Las estructuras que incluyan en su diseño estas ideas básicas pueden ser ejemplo de residencias o edificios sustentables sin tener que cualificar ni cumplir con parámetros de los códigos de construcción verde u otro sistema de clasificación. Atendiendo asuntos de sustentabilidad a nivel residencial básico se puede tener un mejor sitio. Un proyecto que incluya lo sugerido podría muy bien recibir un incentivo; claro que mantener la propiedad sin alteraciones y una operación monitoreada sería la base para no perder el incentivo. No apoyamos a aquellos que construyen siguiendo buenos consejos para luego destruirlos sin reembolsar el beneficio económico obtenido. Eso sería apropiarse del recurso común.

Nuestras residencias deben ser hogares donde la sustentabilidad sea parte de la normalidad y no una especialidad a la que pocos tengan acceso. El sistema actual permite acceder a un Permiso Verde a entidades con mayor cantidad de recursos y, en todo caso, lo que logra es que solo esas entidades tengan beneficios económicos.

Fomentemos el bien común permitiendo que más personas puedan tener acceso a los beneficios de un Permiso Verde. Necesitamos un sistema que no solo evalúe y avale los sueños de entidades con recursos, sino que apoye prácticas sustentables reales y las fomente a todos los niveles, desde el nivel de quien siembra un árbol para tener sombra, hasta el de quien decide construir una casa o un edificio con mayor sentido común y conciencia ciudadana.

Si mejoramos nuestra visión del Permiso Verde, lograremos más y mejores proyectos, tendremos un mejor país y dejaremos de evaluar la sustentabilidad de forma etérea.

COOL BENEFITS OF SHERWIN-WILLIAMS ROOFING SOLUTIONS

COOL ROOF TECHNOLOGY

What Is a Cool Roof?

• A roof that reflects the sun’s heat and releases absorbed heat back into the atmosphere

• The roof surface temperature is usually only slightly higher than the air temperature

Benefits of Cool Roofs Include:

• Increased occupant comfort, especially during hot summer months

• Reduced HVAC system use, resulting in energy savings

• Reduction in Heat Island Effect and smog

• Compliance with code and green building programs

• Peak energy savings and electrical grid stability

ENERGY & UTILITY SAVINGS

• Significant Energy Savings. Having a white, reflective roof reduces the roof’s surface temperature by up to 100°F (black to white), significantly decreasing the amount of heat transferred into the building and reducing peak cooling demands. Higher reflectivity equals lower energy consumption and lower cooling costs.

• Cost-Saving Installation. UNIFLEX Fluid Applied Roofing Systems are typically easier to install and maintain than a conventional tear-off roof and also eliminate unnecessary construction waste. This means such projects generally cost a fraction of the price of a new roof installation.

• Tax Benefits. Because roof maintenance jobs are often deductible in the first year while most total roof replacements are not, some building owners realize a tax benefit when using UNIFLEX Fluid Applied Roofing Systems.

• Utility Rebates. Some utility companies offer rebates to building owners who conserve energy by using white reflective fluid applied roofing systems. Local utility companies can provide more details about their energy rebate programs. Further details can be found at www.dsireusa.org.

UNIGUARD ™ WARRANTY PROGRAM

Making an investment in roof restoration is an important decision. To have the added peace of mind knowing that a high-performance roof system was professionally installed by an authorized contractor and that it is backed by one of the roofing industry’s best warranties makes that decision easier.

Through the UNIGUARD Warranty Program, UNIFLEX offers both material and total system warranties for many of the different fluid-applied roofing system installations. As a business unit of The Sherwin-Williams Company, UNIFLEX systems are backed by a multi-billion-dollar organization.

PATRIMONIO Y SOSTENIBILIDAD: LAS LECCIONES ARQUITECTÓNICAS DE LA HISTORIA1

Por Arq. Jorge Ortiz Colom, Arquitecto Conservacionista

Instituto de Cultura Puertorriqueña Región Sur, Ponce, Puerto Rico

Las formas tradicionales de construcción y asentamiento que hoy forman parte del patrimonio cultural puertorriqueño ejemplifican el buen aprovechamiento de recursos en tiempos de “baja” tecnología y recursos limitados. Muestran principios incorporables a las formas modernas de construcción y urbanismo. Esos principios y elementos demuestran eficiencia en recursos y adecuación a tres imperativos: 1) control de los rigores del clima y de ciertas cuestiones de higiene mediante medios pasivos; 2) ciclo de vida estructural relativamente largo; 3) ajuste paciente y efectivo a las circunstancias climáticas y geográficas de nuestro país.

Nuestros ancestros indígenas trabajaban con el clima. La densa capa boscosa y la capacidad absorbente de energía de los árboles hacían tolerable la existencia, y los hábitats eran aprovechamientos de abrigos rocosos y bocas de cavernas, o construcciones sencillas hechas por conocimiento vernáculo, transmitido entre generaciones, empleando material vegetal fácilmente trabajable con

las herramientas, generalmente de piedra, entonces disponibles. El fin del bohío era establecer un espacio de privacidad para la vida íntima de las familias y servir de refugio contra la lluvia y el sol. Este patrimonio fue devuelto a la madre naturaleza con la descomposición de sus materiales orgánicos, si bien se han hallado los agujeros de los zocos de las casas, convertidos en residuos ya carbonizados.

La llegada de la colonización europea trajo a Borikén métodos de construcción europeos, con piedra y barro cocido en ladrillos. El barro

resultó de excelente calidad para construir, y durante casi cuatro siglos se veían los tendales para secar ladrillos cocidos a leña en las afueras de los pueblos. La piedra caliza de gran pureza, de la cual se extraía óxido de calcio o cal viva, se cocía en hornos artesanales con el fin de crear el material adhesivo, empleado con arena, para unir ladrillos o piedras.

En numerosos casos se empleaba piedra recogida del terreno o toscamente picada, mezclada con barro, cal, arena y fragmentos de barro: la denominada mampostería.

1 Originalmente presentado en un seminario sobre desarrollo sostenible celebrado en noviembre de 2001 en el antiguo Casino de Ponce, Ponce, P.R. por la Junta de Calidad Ambiental. Versión corregida y abreviada de la presentada en dicha ocasión. Revisado originalmente el 20 de agosto de 2002. Segunda revisión en octubre de 2024.

Casa rural en San Germán

Las paredes se hacían relativamente gruesas (24 a 40 pulgadas). Para evitar el deterioro por el clima, se recubría esta masa con un enlucido de cal y arena. También se aprovechaba la madera de los bosques para levantar residencias y almacenes que aún perduran. La madera noble del país había desarrollado una resistencia natural contra los xilófagos.

Corresponde resumir los sistemas de control y manejo del clima que se usaban en la construcción tradicional:

z Uso de grandes alturas de plafón, entre los 4 a 6 metros (13 a 20 pies) con el fin de disipar el calor de las habitaciones hacia una zona superior del espacio habitado, permitiendo una estratificación del aire por temperatura y así manteniendo a las personas en la zona de confort del aire más pesado y frío;

z Un sistema de enrejillados sobre los vanos de las puertas para fomentar la circulación y el movimiento del aire más caliente a través de él, e igualmente el

uso de óculos u ojos de buey y a veces de paredes interrumpidas por enrejillados continuos en su parte superior; así el aire caliente acumulado sale arrastrado por las brisas y es renovado;

z Espacios aislantes de aire especialmente en los techos de acero corrugado, definidos por la cubierta arriba y el plafón de madera abajo, sirviendo de “cojín” para amortiguar el calor;

z Balcones delanteros y galerías interiores como medio para brindar sombra a las paredes y reducir la ganancia solar sobre las mismas en horas críticas. A la vez, los balcones cumplen un propósito comunicativo y social (intercambio entre los habitantes de adentro y la calle o el patio afuera);

z Ubicación estratégica de los patios interiores. Generalmente fuera de San Juan se ve (salvo en las esquinas) que los patios se ubican en la porción de barlovento del solar hacia la cual abre la “L” formada por el cuerpo principal de la casa y la extensión posterior de servicio llamada “martillo”. Esta “L” se abre hacia las brisas que entran, aumentando la tasa de ventilación en el interior. En la zona antigua de San Juan, con casas apretujadas entre medianeras y poco espacio para patios, se aumenta el puntal interior de los niveles y los patios hacen de fosos que retiran el aire caliente mediante una corriente de succión hacia arriba, chupada por la constante brisa que la peculiar ubicación de la ciudad, entre océano y bahía, provee;

(Continúa en la pág. 20)

Mampostería, Guayama
Casa urbana en Ponce

z Aprovechamiento de la inercia térmica de los materiales (la madera, material que tiene células en la celulosa de sus fibras, tiene gran capacidad de absorción) y de la capacidad de la piedra porosa (como la caliza), la mampostería y el ladrillo poroso para humedecerse en su cara exterior y crear un efecto de enfriamiento por evapotranspiración que ha sido empíricamente observado, y debe ser científicamente estudiado;

z Separación del piso inferior de los interiores del suelo natural, lo cual tiene cinco beneficios primarios: a) mayor higiene al crear una barrera contra sabandijas y gérmenes terrestres; b) permitir una ventilación secundaria por debajo que facilita el enfriamiento del piso; c) separarse de la humedad natural del suelo, permitiendo interiores más secos; d) reducir el impacto de la construcción sobre el suelo natural, y la impermeabilización de la tierra por la construcción, facilitando así la disipación de escorrentías, la recarga de reservas subterráneas de agua y la reducción del riesgo de inundación

del interior; e) crear un espacio de desahogo que anteriormente era ideal para refugiar bestias, aperos de finca y herramientas necesarias para la vida en la casa, estancia o hacienda.

z Uso de vanos (ventanas y sobre todo puertas) de forma rectangular, orientados en sentido vertical – la manera más eficiente de mover aire a través de las paredes y de aumentar la cantidad de luz y claridad en los

interiores en la época preeléctrica. La forma de los vanos facilita la instalación de medios de regulación de la entrada de luz y aire, como persianas y cortinas. Como el aire ingresa de forma generalmente horizontal, éste refresca el ambiente a todas las alturas y no solo a cierta parte o nivel del espacio, dejando bolsillos estáticos de aire caluroso en ciertos rincones.

z Proyección de la construcción a menudo para un ciclo de vida relativamente prolongado. Hay materiales incorporados en estas obras como, por ejemplo, la loseta hidráulica de hormigón prensado y estarcido con patrones multicolores, que siguen en excelente estado después de ochenta o casi cien años de uso continuo a pesar del abandono y falta de mantenimiento. Edificios completos se quedan por décadas vacíos y aun así se deterioran de forma relativamente lenta. El ciclo de vida observado en casas antiguas en la zona sur de Puerto Rico ha sido estimado en al menos cincuenta años en las construcciones de madera de pino, y hasta un siglo o más en aquellas

Detalle San Juan antiguo
Puerta Casa Cautino, Guayama

de mampostería o ladrillo. Un edificio moderno se diseña para “depreciar” en ciclos que no pasan de los 30 años. Luego se desecha y se erige otro edificio más moderno, en evidente desperdicio de energía y recursos.

En la modernidad queda comprometida la eficiencia climática de estas estructuras tradicionales al convivir en centros urbanos con obras modernas que concentran y amplifican el calor y que, además, por su dependencia del aire acondicionado, botan más calor todavía al ambiente. Lo nuevo se coloca obstruyendo el libre flujo

de brisas hacia sus vecinos más antiguos. Y la falta de verdor al taparse patios y plazas agrava más la acumulación extrema de calor y humedad, afectando la habitabilidad del entorno exterior e interior.

La forma dada por el conjunto de las casas y edificios de las ciudades tradicionales, con sus alturas controladas y el comportamiento de los materiales absorbentes (mampostería, ladrillo, madera) de los cuales estaban hechas, hacía que el conjunto urbano aprovechara las energías del clima con bastante satisfacción, reduciendo la acumulación urbana de calor. En algunas fotografías antiguas se ve también el uso de árboles en las calles, sombreando y refrescando el ámbito público.

Todo esto es una invitación para recoger lo positivo de la construcción del pasado, destilando sus hallazgos, y aun dentro de una expresión plástica y formal nueva, postular arquitectura y urbanismo puertorriqueños y antillanos orientados a trabajar con nuestra realidad geográfica, geológica y climática. Es una manera de postular la sostenibilidad mediante las lecciones de la historia.

Puerta negocio, Patillas
Interior Casa Vives, Ponce

MANTENIMIENTO

PLANIFICADO: LOS EFECTOS Y LAS CONSECUENCIAS DE LA INACCIÓN, TANTO PARA LA SEGURIDAD A LA VIDA COMO PARA LA SOSTENIBILIDAD DEL AMBIENTE

l tema del mantenimiento planificado es muy abarcador, considerando sus implicaciones que van desde el microsistema de nuestras residencias hasta el macrosistema de un continente o del planeta Tierra mismo. En este artículo nos enfocamos en las implicaciones de no planificar el mantenimiento y en los beneficios de mantener una buena planificación.

Los efectos y las consecuencias de la inacción, tanto para la seguridad a la vida como para la sostenibilidad y la resiliencia del ambiente, pueden ser significativos e irreparables. Esos efectos pueden variar de escala y magnitud en el corto y en el largo plazo. Sea como sea, las consecuencias son exactamente las mismas, bien sea un mínimo deterioro o una total destrucción.

¿Planificar el mantenimiento o mantener la planificación?

¡Pues ambas! Necesitamos un mantenimiento planificado y necesitamos la planificación del mantenimiento. ¿Por qué? Pues porque para ser verdaderamente resilientes hay que ejecutar ambas gestiones, tanto en lo pequeño como en lo grande.

Comencemos por imaginarnos qué pasaría a nuestra residencia si no comenzamos a planificar el mantenimiento y si no mantenemos esa planificación. A esta escala menor, las consecuencias pueden variar desde necesitar reemplazar un equipo hasta la necesidad

de reconstruir su propiedad. Continuemos por imaginarnos que pasaría a nuestro planeta Tierra si no comenzamos a planificar su mantenimiento y si no mantenemos esa planificación. A esta escala mayor, las consecuencias pueden variar desde necesitar desalojar a una comunidad completa, hasta la necesidad de desalojar una ciudad completa.

El desatender un sistema de protección de vida representa graves riesgos a la salud y a la seguridad. Así mismo, el desatender un sistema pluvial de una ciudad o de un país representa graves riesgos a la salud y a la seguridad. Las consecuencias son las mismas tanto en el microcosmos como en el macrocosmos. No importa a cuál escala o en cuál magnitud lo analicemos, la ausencia de un mantenimiento planificado y la ausencia de mantener esa planificación va a impactar negativamente la calidad de vida, va a impactar negativamente la calidad del ambiente, va a impactar negativamente la resiliencia.

Sea en tu hogar o en tu planeta, la planificación del mantenimiento es esencial y el mantener esa planificación es indispensable. El permitir el deterioro y la destrucción, no importa a cuál escala ni en cuál magnitud, conlleva reemplazar y reconstruir. Estas acciones son contrarias a la resiliencia, contrarias a la eficiencia energética y contrarias a la conservación del patrimonio construido y del patrimonio natural. Con tan solo alterar la cadena alimenticia entre las especies se altera la relación entre éstas y, a su vez, se altera el medio ambiente. Con tan solo provocar un aumento en el monóxido de carbono se alteran los ecosistemas, se altera el comportamiento de los glaciares, se altera el comportamiento de los cuerpos de agua, se alteran las escorrentías pluviales, se inundan áreas urbanizadas, sea una pequeña comunidad o toda una ciudad. Con tan solo alterar la cadena alimenticia entre las especies, se impactan negativamente los ciclos de la naturaleza que mantienen

El Micro Pequeña estructura residencial.
El Macro Continente occidental del planeta Tierra.

nuestras vidas. Con tan solo alterar los ciclos de la naturaleza que mantienen nuestras vidas, se impactan negativamente nuestros ecosistemas. Con tan solo alterar nuestros ecosistemas, se impacta negativamente nuestra seguridad, nuestra salud y nuestra calidad de vida.

Deslizamientos, colapsos, escorrentías y erosiones son solo algunas de las consecuencias de no planificar el mantenimiento o de no mantener lo planificado, si es que se planificó el mantenimiento. El desparramamiento urbano, la tala de árboles y bosques completos, la invasión en zonas ecológicamente vulnerables, la construcción en áreas supuestamente protegidas, son solo algunas de las acciones negligentes del ser humano que desafían la naturaleza. Pero, a la larga, la naturaleza se adapta y se transforma, y eventualmente recupera su espacio.

¿Cómo planificamos el mantenimiento o mantenemos esa planificación?

Con preparar un plan de mantenimiento y, a su vez, mantener el cumplimiento de lo planificado tenemos solo la mitad de la carrera gana mediante la gestión de cada individuo. La otra mitad de la carrera la ganamos con la gestión de grupos de individuos: una organización, una ciudad, un país, un continente o hasta todos los países juntos. De

nada nos sirven las buenas ideas si no las promovemos. De nada nos sirven las reglamentaciones, si no las respetamos. De nada nos sirven los discursos, si no damos el ejemplo. De nada nos sirven las intenciones, si no las ejecutamos.

Los beneficios que obtenemos al planificar el mantenimiento y al mantener lo planificado son infinitos. Van desde evitar perder una residencia, hasta evitar perder una ciudad o hasta evitar el perder la vida. Solo imaginen estar viviendo en alguna de esas ciudades a las que de momento las arrastra un golpe de agua como consecuencia de las alteraciones de los ecosistemas y como consecuencia de las alteraciones de la calidad del ambiente.

Comencemos por hacer realidad el plan de una ciudad sostenible y resiliente desde algo tan sencillo como recolectar materiales reciclables, hasta componer una comunidad con eficiencia energética

y eficiencia en el uso del agua potable.

Enfoquémonos en preservar y conservar con un buen mantenimiento planificado, en vez de abandonar, demoler y reconstruir. Persigamos la calidad de vida promoviendo la ciudad caminable, aumentando el sentido de colectividad comunitaria y reduciendo la contaminación ambiental. Estas acciones también forman parte del plan de mantenimiento. Porque el mantenimiento no es tan solo limpiar un gabinete de una residencia, es mucho más que eso. El mantenimiento comienza desde que se planifica una comunidad o una ciudad o un país.

Planificar el mantenimiento, mantener la planificación, luego correr la voz, seguir esos esfuerzos, y continuar las gestiones de concienciación sobre la valía de todo lo existente. ¡Porque mantener la Madre Tierra es mantener la vida!

Producción de energía utilizando los recursos naturales.

The Circular Economy

What is the circular economy?

The circular economy is a solution for industry and business at all scales to reduce, reuse and recycle waste. This solution extends beyond reducing trash in landfills, reusing products and recycling plastics. The circular economy aims to turn all wastes into a resource by reintroducing them into the production cycle instead of product disposal at the end of their useful life. The circular model is based on three principles:

• Design out waste and pollution

• Keep products and materials in use

• Regenerate natural systems

What is a linear versus circular economy?

Most production processes in the United States follow a linear “take-make-waste” approach, which has caused significant damage to our living environment over the years. With the strain on our natural resources, this outdated linear model is unsustainable.

remanufactured for new uses or the materials recovered and made into new products. By re-thinking how we produce, consume and extend the life of finite resources, materials can be recycled or leveraged further in a continuous flow, generating resource savings, protecting supplies, maintaining materials at their highest value and reducing carbon footprint. By shifting our economic models from a linear into a circular economy, we can help turn “take-make-waste” into “made to be made again.”

Why the circular economy is important

Our world is supplied with finite resources. While these resources regenerate, they are doing so at a slower rate than we as populations are extracting them. Many of those finite resources are becoming scarce — clean drinking water, quality soil, natural gas, minerals, precious metals, and more. In the past forty years, annual global extraction of materials has tripled.

“By 2050, the total demand for resources is expected to reach 130 billion tons, up from 50 billion in 2014, a 400% increase”.

By applying a circular economy model, companies can help contribute to the replenishing of Earth’s natural resources while simultaneously extracting more value out of existing materials and resources used in daily operations. Additional benefits include:

• Save money and improve price stability across your entire supply chain

• Pioneer change within your industry, satisfying changing customer needs and shifting markets

• Stay ahead of government regulations and new requirements

• Empower your employees with a message of positive change

• Gain customer loyalty and improve your brand recognition

90% of used global resources are not reused

3x the global resource use in the past 40 years 204% increase in waste production from 1960–2017

Applying the Circular Economy to your Business

When implementing circular concepts into your business plan there are certain tipping points that greatly affect the success of adoption.

Let the data drive decisions

All company structures and processes are different, each with unique opportunities to maximize efficiency and reduce waste through evaluating current resource use and applying one or more circular concept to their current process. Collect all relevant production data to gain a more holistic view of what and how resources are used in your company’s processes.

Engage Stakeholders Early

Identify both the primary and secondary stakeholders. By what parameters will the shift to circular processes be evaluated? It’s likely that your company already has goals around sustainability, but what overarching changes can be considered? These conversations must engage top stakeholders early as they will be critical in seeing the initiative through.

Consider All Forms of Circularity

The circular economy can present in many forms - its ever-evolving and a profound opportunity for creative applications of circular concepts to make an impact on not only cost savings but also our planet’s limited resources. Resource recovery, sharing models, product life extension, service as a product model, and circular supplies models all manifest circularity in different ways.

Veolia ES Technical Solutions, L.L.C. Road 682 Km. 13.5 Sector Santana Bo. Cercadillo, Arecibo, Puerto Rico 00613-2910

787-744-0070

Consult with Experts Research, conversation, and due diligence are all critical processes in the transition to a more circular business model. Environmental service companies can be useful in helping to gather the right data and see potential solutions in a new light. While there are endless combinations of circular activity, finding the right processes to implement can be challenging.

Veolia ES Technical Solutions, L.L.C. Road 189 Km. 3.3 Gurabo, Puerto Rico 00778

787-744-0070

Diseño arquitectónico y bienestar: un enfoque sostenible para Puerto Rico

Puerto Rico, con su rica biodiversidad y cultura vibrante, se enfrenta a desafíos únicos en el contexto del cambio climático y del desarrollo urbano. En este escenario, el diseño sostenible se presenta como una solución integral que no solo promueve la salud y el bienestar de sus habitantes, sino que también fortalece la resiliencia de la Isla con el fin de mejorar la calidad de vida en Puerto Rico.

I. Sostenibilidad: un pilar fundamental

La sostenibilidad es más que un concepto; es un enfoque que busca satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades. En Puerto Rico, donde los recursos naturales son limitados y la vulnerabilidad a desastres naturales es alta, la sostenibilidad se convierte en un imperativo.

Una de las formas más efectivas de promover el diseño sostenible es a través de la selección de materiales. Utilizar materiales reciclados o de bajo impacto ambiental, como el bambú o la madera certificada, no solo reduce la huella ecológica, sino que también contribuye a la creación de espacios saludables. Además, incorporar técnicas de construcción tradicional, que han demostrado

su eficacia en el contexto caribeño, puede resultar en soluciones innovadoras y respetuosas con el medio ambiente.

Los diseños que incorporan la ventilación natural y la luz solar, minimizando la dependencia de sistemas de calefacción y aire acondicionado, son esenciales en este contexto. La arquitectura vernácula de Puerto Rico, caracterizada por el uso de patios interiores y techos altos, puede inspirar prácticas contemporáneas que respeten el clima local.

Aparte de esto, Puerto Rico ha sido pionero en la implementación de energías renovables, especialmente la solar. Diseñar edificios que integren paneles solares no solo reduce costos energéticos, sino que también promueve un estilo de vida más sostenible. La Ley de Energía Renovable de Puerto Rico, que busca aumentar el uso de energías limpias, refuerza la importancia de estos enfoques en el diseño.

La implementación de tecnologías de captación de agua de lluvia puede ayudar a mitigar la escasez de agua, un desafío creciente en la isla. La recolección de agua de lluvia y su uso para riego y otros fines que no requieran la potabilidad del agua pueden aliviar la presión sobre los recursos hídricos y contribuir a la sostenibilidad.

II. Resiliencia: preparándonos para el futuro

La resiliencia se refiere a la capacidad de un sistema para absorber perturbaciones y adaptarse a cambios. En Puerto Rico, esta cualidad es fundamental dado el impacto de huracanes y otros fenómenos climáticos. La devastación causada por el huracán María en 2017 destacó la urgencia de crear un entorno construido que sea más resistente.

El diseño bioclimático considera las condiciones climáticas locales para crear espacios que aprovechen los recursos naturales. Esto incluye la orientación de los edificios para maximizar la luz solar y la ventilación, así como el uso de vegetación nativa que pueda tolerar condiciones climáticas extremas. Incorporar techos verdes no solo mejora la calidad del aire, sino que también proporciona aislamiento y reduce la escorrentía de agua, ayudando a gestionar el agua de lluvia de manera más efectiva.

La creación de espacios comunitarios resilientes es esencial para fomentar la cohesión social. Diseñar parques y áreas recreativas que puedan ser utilizadas tanto para el esparcimiento como para la preparación ante desastres, como refugios temporales, contribuye a una comunidad más fuerte. Estos espacios deben ser accesibles y estar integrados en el tejido urbano, promoviendo un sentido de pertenencia entre las personas residentes. Además, la educación comunitaria sobre la gestión de desastres y el uso de recursos renovables es fundamental para construir una población informada y capaz de enfrentar emergencias.

III. El bienestar en el diseño

El diseño también tiene un impacto directo en la salud y el bienestar de las personas. La incorporación de principios de diseño centrado en el ser humano puede mejorar la calidad de vida de los habitantes de Puerto Rico. El concepto de “bienestar” en el diseño se ha expandido para incluir no solo la estética, sino también la funcionalidad y la salud mental de las personas usuarias.

Los espacios saludables son aquellos que fomentan el bienestar físico y mental. Incorporar elementos naturales, como la vegetación, en el diseño de interiores y exteriores ha demostrado reducir el estrés y mejorar la salud mental. Además, el uso de colores y texturas que evocan la naturaleza puede crear entornos más agradables y acogedores. Algunas investigaciones han mostrado que los espacios con vistas al exterior o que permiten la interacción con la naturaleza pueden reducir la ansiedad y aumentar la creatividad.

El diseño de comunidades que faciliten el transporte activo, como

(Continúa en la pág. 30)

caminar y andar en bicicleta, es esencial para promover un estilo de vida saludable. Integrar senderos, ciclovías y accesos seguros a áreas recreativas anima a las personas residentes a estar más activas, lo que repercute positivamente en su bienestar. Crear un entorno que apoye la movilidad activa no solo mejora la salud individual, sino que también puede reducir la congestión y la contaminación en las áreas urbanas.

IV. Casos de éxito en Puerto Rico

Existen varios ejemplos de proyectos en Puerto Rico en los que el diseño sostenible y resiliente ha sido implementado con éxito. Proyectos como el Parque del Tercer Milenio en San Juan, que integra espacios verdes y áreas recreativas, son un testimonio del impacto positivo que puede tener el diseño en la comunidad. Este parque no solo ofrece un espacio de recreación, sino que también actúa como un sistema de drenaje natural, ayudando a mitigar inundaciones.

Otro ejemplo es el del Centro de Recursos de Energía y Sostenibilidad de la Universidad de Puerto Rico, que promueve la educación sobre prácticas sostenibles y energías renovables. Este centro sirve como un laboratorio vivo donde se pueden experimentar tecnologías

innovadoras y métodos de construcción sostenible.

Además, el proyecto Casa Pueblo en Adjuntas ha sido fundamental en la reforestación y en la educación ambiental, demostrando cómo el diseño y la comunidad pueden trabajar juntos para fomentar un entorno más sostenible.

V. Conclusiones

El bienestar y el diseño en Puerto Rico deben ir de la mano, integrando principios de sostenibilidad y resiliencia para construir un futuro más saludable y seguro. A medida que enfrentamos los retos del cambio climático y del desarrollo urbano, es fundamental que tanto profesionales de la arquitectura como del diseño y la planificación se comprometan a crear espacios que no solo sean funcionales, sino que también promuevan la calidad de vida y el bienestar de todos los puertorriqueños y puertorriqueñas.

Al adoptar un enfoque holístico en el diseño, podemos contribuir a un Puerto Rico más sostenible y resiliente, donde cada espacio diseñado no solo sea un refugio físico, sino también un promotor de la salud y la felicidad de su gente. En este camino hacia un futuro mejor es esencial involucrar a las comunidades en el proceso de

diseño, asegurando que sus voces y necesidades sean escuchadas y atendidas.

Referencias:

1. Sánchez-Montañés Macías, B. (n.d.). Arquitectura bioclimática: Conceptos y técnicas. Recuperado de https:// ecohabitar.org/arquitectura-bioclimaticaconceptos-y-tecnicas/

2. Álvarez-Díaz & Villalón. (2020). Una nueva visión para Puerto Rico. Recuperado de https://mododevida.com/articulos/ arquitectura/una-nueva-vision-parapuerto-rico

3. Ashton, W. (Research Team), Chertow, M. (Principal Investigator) (n.d.). Island Sustainability. Recuperado de https://cie.research.yale.edu/research/ puerto-rico-island-sustainability

4. Souza, E. (2020). After all, is using wood in architecture sustainable? Recuperado de https://www.archdaily.com/952138/ after-all-is-using-wood-in-architecturesustainable

5. Universidad de Puerto Rico. (2021). Jóvenes boricuas podrán desarrollar proyectos de energía renovable y sostenibilidad. Recuperado de https:// www.upr.edu/ac/jovenes-boricuaspodran-desarrollar-proyectos-de-energiarenovable-y-sostenibilidad/

6. N.d. (2021). UPR impulsa proyectos energéticos en las comunidades especiales. Recuperado de https://www.upr.edu/ac/ upr-impulsa-proyectos-energeticos-enlas-comunidades-especiales/

7. Foundation for Puerto Rico. (n.d.). Resiliency Infrastructure. Recuperado de https://foundationforpuertorico.org/es/ resiliency-infrastructure/

8. González, E., Dragoni, A., & Massol, A. (n.d.). El Bosque Modelo de las Tierras Adjuntas Recuperado de https://casapueblo.org/wp-content/ uploads/2012/05/Afiche-del-BosqueModelo-Tierras-Adjuntas.pdf

“TINY HOUSES”: ¿SON LAS MICROCASAS UNA OPCIÓN A LA CRISIS DE VIVIENDA EN PUERTO RICO?

TRASFONDO HISTÓRICO

Yo tengo ya la casita, que tanto te prometí... así comienza la canción “Ahora seremos felices” del reconocido compositor puertorriqueño Rafael Hernández. Cito esos dos primeros versos por el diminutivo “casita” que utiliza su autor. En el año 1946, cuando la escribió, una “casita” era lo que un o una boricua promedio podía aspirar a tener para formar y desarrollar su núcleo familiar. En la década de los 50, las casitas crecieron un poco más, pero su tamaño aún las calificaba como “casitas”. En las de los 60 y 70, hubo una gran explosión demográfica y de desarrollo económico y construcción que supuso un crecimiento enorme en el mercado inmobiliario de viviendas, incluyendo condominios multipisos. En las décadas de los 80 y 90, las casas continuaron creciendo en tamaño según mejoraban las circunstancias económicas de la población y se formaban estratos sociales cimentados en gran medida por el desarrollo industrial, propiciado por los beneficios que ofrecía la sección 936 del Código de Rentas Internas de Estados Unidos a las grandes industrias y en especial a la de las farmacéuticas. En el año 1996, se derogó ese beneficio contributivo y la economía local se vio definitivamente afectada. Esa

derogación, más el deterioro de la infraestructura eléctrica, hídrica y de carreteras, cambió radicalmente el clima de inversión en la isla. Estos cambios son el preámbulo de una crisis que se agravó luego del paso de los huracanes Irma y María en el año 2017. Si a esto le agregamos los cambios generacionales engendrados por la cultura visual y la explosión y consecuente masificación del uso de teléfonos inteligentes y de la internet, nos encontramos con nuestra presente realidad.

Los costos de una vivienda convencional en Puerto Rico son superlativos, siendo generoso y conservador con el uso del término. Las dos más recientes generaciones denominadas como “milennials” (nacidos entre 1981 y 1996) y “Z” (2001 al 2020) se han formado en esta nueva cultura de medios de comunicación. Para estas generaciones el reto de emplearse y de asegurar un ingreso sostenido es muy arduo...casi imposible. Bajo estas realidades, este segmento de nuestra población ha cambiado por necesidad, y algunos por deseo, sus prioridades. Los sociólogos y antropólogos caracterizan a estas generaciones como unas para las que la tenencia de propiedad, estabilidad y seguridad económica es secundaria a las experiencias vivenciales que puedan tener. Así,

pues, una pareja de milennials o de la generación “Z” valorará más un viaje cultural a la India que un automóvil eléctrico o de lujo. De la misma manera, ven con beneplácito espacios de vivienda más compactos que los aceptables por los “baby boomers” (1946 al 1964). Es en este marco de referencia que se revela el concepto de “microcasas” o “Tiny Houses”.

PRECEDENTES

Antes de sumergirnos en la génesis de las microcasas, conviene reconocer algunos precedentes históricos de importancia. En el año 1845, Henry David Thoreau describe en su libro Walden una cabaña que sirvió como su residencia por varios años. Esta simple estructura a dos aguas es de tan solo 150 pies cuadrados y famosa principalmente por su ubicación frente a un lago y por su residente. En el año 1951, el seminal arquitecto del Movimiento Modernista, Le Corbusier, diseño y construyó “Le Cabanon” ubicada en Roquebrune-Cap-Martin en Francia. Su superficie total es más o menos 200 pc y es el único lugar que el arquitecto construyó para sí mismo. Esta cabaña esta inscrita como el Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO más pequeño del mundo, haciéndole compañía a

nuestras murallas del Viejo San Juan. El contraste en tamaño y su reconocimiento esperanza a este autor para que se valoren otras estructuras de modesta factura, pero de potencial calidad.

ESTADÍSTICAS REVELADORAS

De acuerdo con el censo del 2022, el área promedio de una casa en Estados Unidos era de 2,299 pc. El área promedio para una casa con marquesina en PR es de 1,800 pc (estimada por este autor ya que no existen estadísticas para ello). Aunque no logramos encontrar estadísticas del costo promedio de viviendas en Puerto Rico, una consulta con un programa de inteligencia artificial lo coloca en $300,000. El periódico El Nuevo Día (23/oct/2024) indica que los costos actuales de vivienda imposibilitan su acceso al 80% de quienes la necesitan.

Estadísticas poblacionales y de ingresos señalan a Cataño, Maricao, Guánica, Adjuntas, Lajas y Comerío como municipios pobres que podrían beneficiarse de viviendas compactas como los prototipos de microcasas que he estudiado y diseñado en mi práctica profesional.

EL PADRE DEL MOVIMIENTO DE “TINY HOUSES”

Un nombre muy conocido que es casi sinónimo del movimiento es el arquitecto Jay Shafer. En 1997, Shafer construyó una casa muy pequeña, de 135 pc (90 pc + 45 pc de “Loft”), sobre ruedas. Dos años más tarde, escribió “The Small House Book”, donde habla de su decisión de vivir en un espacio tan reducido. El término “Tiny House” se adoptó rápidamente para estructuras de vivienda muy pequeñas y típicamente sobre ruedas. Estas no deben confundirse con un Motor Home (autocaravana) que es un vehículo recreativo (RV) autopropulsado que proporciona un espacio habitable móvil con muchas de las comodidades de un hogar. Un Trailer Home, por otro lado, es una casa rodante, también conocida como casa móvil (Mobil Home): una estructura prefabricada que se construye en una fábrica y luego se transporta a un sitio. Los “Tiny Houses”, según concebidos por Shafer, no son motorizados ni tampoco están intencionados para una ubicación permanente. No obstante, actualmente los “Tiny Houses” han evolucionado e incluyen estructuras muy pequeñas construidas de forma permanente en un lugar.

FURGONES

Aunque algunas personas han utilizado contenedores marítimos o furgones como base para la construcción de microcasas, nuestra experiencia ha sido que no son tan económicos como parece a simple vista. Al analizar los costos que supone transformar la estructura y la envoltura de éstos para crear un espacio habitable y de confort,

(Continúa en la pág. 34)

se hace la proposición menos atractiva. Los costos de material de aislamiento térmico necesario, la apertura de fenestración de ventanas y puertas, más la infraestructura de los sistemas hídricos y energéticos son sustanciales. El asegurar estos contenedores contra el vuelco en caso de vientos huracanados también es un factor importante a considerar.

VENTAJAS DE UNA MICROCASA

Debido a su pequeño tamaño, la microcasa está desde su incepción muy bien preparada para ser muy sostenible y respetuosa con el ambiente. El área reducida se traduce en menos costos de construcción. Supone, además, menor consumo de recursos,

electricidad y agua. Los costos de mantenimiento y el tiempo dedicado a ello se reducen enormemente. Los costos de seguros e impuestos sobre la propiedad también son impactados positivamente. Los períodos de recobro de inversión son típicamente más cortos; también reflejan un mayor retorno de la inversión. El área de piso reducida de una “Tiny House” se traduce en menos energía incorporada, menor huella urbana, ecológica, de carbono e hídrica y menor impacto ambiental. A tono con las necesidades, gustos y recursos disponibles de los millennials y de la generación “Z”, el tamaño abreviado de estas casitas permite un presupuesto más accesible y holgado para dedicarlos a actividades de recreación,

entretenimiento, viajes de turismo, comidas y visitas a restaurantes y experiencias de ocio y vivenciales.

REGLAMENTACIÓN

Los requisitos para el diseño y construcción de “Tiny Houses” se atienden en las páginas 454 a la 457 del Reglamento Conjunto (Reglamento Conjunto para la Evaluación y Expedición de Permisos Relacionados al Desarrollo, Usos de Terrenos y Operación de Negocios de Puerto Rico). Según este reglamento, las microcasas deben ser diseñadas siguiendo las disposiciones de proyectos verdes del Capítulo 3.3 (Permisos Verdes) en el tomo III del mismo. El tamaño mínimo permisible

(Continúa en la pág. 52)

Mantenimiento de Áreas Verdes

z diseño y Construcción de Jardines

z siembra de Gramas

z Poda de Árboles

z remoción de Árboles

z instalación de Verja PVC

Pintura

z Lavado a Presión

z sellado de techo

z Empozamientos

z Filtraciones

z Construcción Liviana y reparaciones

z Gypsum Board

z soldadura Liviana

Cómo movernos hacia adelante y no en círculos: propuestas desde la experiencia y la reflexión profunda

Mientras celebramos a Corriente Verde, les invito a que nos embarquemos en un viaje de reflexión y acción para movernos hacia adelante y no en círculos. Algunas personas imaginarán de inmediato hacia dónde voy, pero no se adelanten, que este escrito tiene un toque personal. Resulta que los últimos quince años han marcado precisamente el periodo que define mi carrera profesional y búsqueda para alcanzar mi meta de obtener un doctorado. Terminé mis estudios subgraduados en ingeniería civil en el 2008 y el doctorado en sostenibilidad en el 2023. En 2008, al mismo tiempo que la recesión económica se aceleraba en Puerto Rico, lo hacía la emigración. Luego de graduarme, me tomó un año encontrar mi primer trabajo profesional, así que estuve en una pausa forzada que me llevó a replantearme mis metas profesionales y personales.

No recuerdo exactamente cómo, pero en 2008 tuve un libro corto en mis manos que explicaba el cambio climático, casi como un folleto evangelístico. El cambio climático y el desarrollo sostenible eran temas emergentes para mí, tanto en lo profesional como en lo personal. Me frustró que, como estudiante de ingeniería, no recibí una educación que vinculara mis competencias técnicas con el desarrollo sostenible o el cambio climático. Por ejemplo, estudié el diseño y manejo de infraestructura para recursos de

agua, pero no aprendí sobre la crisis mundial del acceso al agua. Aprendí cómo diseñar carreteras, pero no cómo éstas pueden fomentar la dependencia de los automóviles o que incluso ciertas políticas de transportación arraigaron la segregación e injusticia en nuestro sistema de transporte. Podría seguir con más ejemplos, y he escuchado historias similares de profesionales en otras disciplinas e instituciones académicas. Sin embargo, mi intención es que, al compartirte parte de mi historia, reflexionemos y consideremos qué hacer para movernos hacia adelante y no en círculos.

En 2009, encontré una organización cuyo mensaje resonaba con mis inquietudes profesionales. Así fue como llegué al Concilio de Edificios Verdes, Capítulo del Caribe, un grupo de profesionales que abogaba por que la construcción en Puerto Rico se realizara de forma sostenible. ¡Eureka! Durante esos años, también se abogaba por que Puerto Rico alcanzara la autosuficiencia energética lo más pronto posible, centrándose en fuentes de energía renovable y reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles. ¿Les suena familiar? Poco a poco fui comprendiendo cómo todo esto me impactaba a mí como profesional. La realidad es que sobreanalizo. Como alguien impulsada por una misión, me puse a pensar cómo el desarrollo sostenible y el cambio climático se vinculaban con mis

metas profesionales, académicas y personales a un nivel más profundo. Estamos hablando del potencial colapso de nuestros medios de subsistencia y de la alteración de nuestro futuro como humanidad, ¿no?

Tras quince años de vivir experiencias profesionales y académicas, enfrentar el huracán María, la pandemia de COVID-19, avances tanto hacia adelante como en círculos, me encuentro nuevamente en una pausa. No es necesariamente una pausa forzada como en 2008, pero sí extremadamente necesaria para evaluar y recalibrar el rumbo. A pesar de que en los últimos años ha habido muchísimo movimiento, es evidente que, a nivel mundial y local, las intervenciones sostenibles y respuestas de mitigación y adaptación son insuficientes ante la magnitud del cambio climático. El planeta y la humanidad se encuentran experimentando y adentrándose en los impactos del cambio climático como nunca, una afirmación bien documentada por múltiples estudios científicos y evidencia empírica. Y es en este momento que me encuentro haciéndome la pregunta: ¿Cómo nos movemos genuinamente hacia adelante y no en círculos? He considerado tres asuntos para orientar mis próximos pasos, los cuales te comparto como tres enfoques para avanzar hacia adelante a las demandas de los tiempos actuales.

1) Todos los tipos de educación son cruciales antes los desafíos sin precedentes, tanto formales como no formales e informales, a tiempo o destiempo. Soy un vivo ejemplo de esto. Mis comienzos en estos temas se dieron mediante exposición y educación no formal. Esta base luego fue complementada por una educación formal. Todavía es necesario que los currículos universitarios sean actualizados para asegurar que las futuras personas profesionales estén adecuadamente equipadas con las competencias necesarias para enfrentar los retos emergentes. Esto fue evidente durante y después del huracán María en Puerto Rico. Por ejemplo, vimos cómo diversas personas en las distintas profesiones tuvieron que modificar su trayectoria para adquirir conocimientos en áreas como la respuesta a desastres y la reconstrucción. Tuvieron que aprender rápidamente a responder a una crisis de una magnitud para la cual su educación formal no las había preparado necesariamente. Propongo generosidad y audacia para compartir conocimiento y experiencia.

2) La investigación es necesaria, pero no imprescindible para avanzar hacia la implementación de soluciones ya conocidas. Muchos temas ya han sido estudiados

extensamente; sin embargo, existe una brecha abismal entre el conocimiento y el llamado a la acción, por un lado (archivados en artículos arbitrados, libros, informes, políticas públicas, etc.), y por otro lado, su transferencia e implementación en el mundo real. Las investigaciones deberían limitarse a temas nuevos, aquéllas que contextualicen soluciones y apoyen la toma de decisiones efectivas, en particular las investigaciones solicitadas por las comunidades directamente impactadas. Pareciera que estamos dando vueltas en círculos cuando no nos preguntamos si es necesario investigar algo más o si deberíamos tomar acción con lo que ya sabemos. La agenda debería ser dominada por la transferencia del conocimiento ya existente, así como por el trabajo colectivo para superar las barreras a la implementación.

3) La responsabilidad de garantizar la sostenibilidad y la resiliencia de nuestra familia y comunidad inmediata recae en nosotros, y estas dos no son lo mismo. La sostenibilidad tiene como objetivo equilibrar nuestros impactos sobre el entorno, fundamentándose en tres pilares esenciales: ambiente, sociedad y economía. Por su parte, la resiliencia se concentra en adaptarnos a los impactos que el entorno ejerce sobre nosotros.

La sostenibilidad y la resiliencia no son mutuamente excluyentes e, idealmente, deberíamos operar combinándolas. Cuando me refiero a “comunidad”, no me refiero únicamente a ella en sentido geográfico, sino también a los lugares a los que hemos decidido pertenecer. En un tiempo cuando es imperativo apoyar a las comunidades y países que están siendo afectados de manera desproporcional por los impactos del cambio climático, también es imperativo mantener una postura consecuente con respecto a la sostenibilidad y resiliencia, tanto a nivel individual como en el contexto de nuestra familia y comunidad inmediata.

Como indica el título de este escrito, es fundamental plantearnos cómo movernos hacia adelante y no quedarnos atrapados en un ciclo de acciones insuficientes con respecto a la magnitud del cambio climático. Compartí con ustedes propuestas nacidas de una profunda reflexión y de una experiencia acumulada a lo largo de los años. Les hago una invitación a quienes me leen a hacer una pausa. Después de quince años, les aseguro que las pausas en la vida son necesarias, cuando no, divinamente programadas para inducirnos a evaluar y recalibrar el rumbo. Examinemos con ojos críticos cómo, lamentablemente, la mayoría de nuestras instituciones están respondiendo lentamente a la crisis climática. Siendo así, les dejo con una pregunta para reflexionar: ¿Sienten que estamos avanzando o muchas veces dando vueltas en círculos? Finalmente, les animo a participar activamente en esta conversación, a que propongan sus propios enfoques y a que los compartan con otras personas, para que juntas podamos idear cómo movernos genuinamente hacia adelante.

COOPERATIVAS DE ENERGÍA

Conocí por casualidad sobre las cooperativas de energía mientras conversaba con un amigo sobre cómo se fue restableciendo el sistema eléctrico del país desde el paso del huracán María en 2017. Compartimos las ya conocidas historias de los meses sin luz: de la inestabilidad del sistema desde entonces, de los préstamos y desembolsos de los fondos de retiro (401k) para contrarrestar los daños, de cómo los vecinos y vecinas en el área de la montaña tomaban medidas arriesgadas para restablecer el servicio y del gasto incurrido en las plantas eléctricas, entre tantas otras historias. Esto fue el preámbulo para concluir que las múltiples circunstancias han dirigido a la población a adquirir sistemas de paneles fotovoltaicos para servirse propiamente de energía en sus hogares. Por otro lado, hablamos de los costos, retos y consideraciones que conllevaban estos sistemas, y me comentó que él colaboraba con una comunidad en un área rural de Caguas que tenía una cooperativa de energía. Cuando escuché el término me pareció más bien una idea que un hecho concreto, pero me explicó ligeramente su labor allí y me dio a conocer una nueva manera de gestionar o proveer el servicio energético en el país.

En el 2018 se creó la llamada: “Ley de las Cooperativas de Energía de Puerto Rico.”1 Según se expresa en la exposición de motivos: “cualquier transacción de concesión o venta de activos de la AEE no debe ser obstáculo para

que las comunidades exploren maneras alternas de producir y distribuir energía.” Reconociendo la necesidad del servicio, la Asamblea Legislativa determinó: “establecer por legislación que la transformación del modelo energético de Puerto Rico incluirá la organización de comunidades solares, microredes comunitarias, regionales o municipales, cooperativas eléctricas o cooperativas de energía.”2 O sea, desde el 2018 existe esta posibilidad y, por mi parte, hace menos de un año que conozco de ella.

Sin embargo, la comunidad de San Salvador del Monte Pirucho en Caguas deseaba desde entonces desarrollar una microred eléctrica bajo el modelo cooperativista. Para ese momento, según comenta Feliciano Rodríguez, secretario de la junta de directores de la Cooperativa Monte Pirucho, no conocían nada del tema de cooperativas. Comenzaron a levantar data sobre la infraestructura eléctrica en la comunidad, conocer los retos que presentaba la geografía montañosa del área, la distribución de las casas en el terreno, los recursos económicos disponibles para sufragar los costos, los aspectos legales asociados a las propiedades, la gestión de permisos en la OGPe, además de la parte organizacional que comprendía la creación de la cooperativa. Quiere decir que las personas de la comunidad y profesionales envueltas han sido la pieza clave en el desarrollo de esta cooperativa que se ha dado fundamentalmente de trabajo voluntario.

La comunidad, junto con personas ingenieras, abogadas, peritas, instaladoras y el personal administrativo han hecho posible que desde el 2019 la Cooperativa Pirucho Coop sirva

como pionera en el mercado de energía renovable bajo un modelo económico cooperativista. La cooperativa ofrece a sus socios y socias, -por un costo de asociarse con 5 acciones a $20 cada una y la aceptación de los valores cooperativistas-, la instalación de paneles fotovoltaicos con batería, y mantenimiento y reemplazo del sistema. La cooperativa es dueña de los sistemas; las personas se hacen socias para recibir la instalación del sistema fotovoltaico y solo pagan el consumo de la energía utilizada. El Negociado de Energía es quien regula la cooperativa y aprueba el precio/tarifa de energía que al momento es de $0.2083kwh. La intención inicial era crear una microred, un sistema eléctrico independiente y separado de la AEE para proveer el servicio eléctrico a sus residentes, pero los altos costos de alquiler de las líneas de distribución y postes de LUMA forzaron a instalar sistemas independientes en cada hogar. La meta, sin embargo, es lograr conectar 100 casas para operar de manera autónoma o lograr el punto de equilibrio económico a un costo aproximado de $4millones. Subsiguientemente, a un costo aproximado de $16millones, lograr conectar el barrio completo.

El trabajo voluntario, fondos de organizaciones sin fines de lucro y otro dinero recolectado de propuestas de fondos federales han permitido que la cooperativa cuente con 18 casas que reciben ya el servicio y 81 personas socias que forman parte de una lista de espera para recibir los servicios de instalación del sistema. La cooperativa sigue en búsqueda de fondos para adquirir los sistemas e instalarlos en las propiedades de sus socios y socias. El dinero recaudado por el pago de los servicios se

1 y 2 “Ley de las Cooperativas de Energía de Puerto Rico”. Ley Núm. 258 de 10 de diciembre de 2018

utiliza para cubrir gastos de seguros, equipo de reemplazo y requisitos de mantener la cooperativa incorporada. La Junta de Directores trabaja de manera voluntaria porque al momento no sobra nada. Algunas de las personas residentes se han certificado como instaladoras de sistemas para contribuir con su servicio a la misión de proveer energía al barrio completo y mejorar la calidad de vida en la comunidad.

Al escuchar los ofrecimientos de la cooperativa y conocer que parte de la población puede disfrutar de una fuente de energía renovable por un desembolso inicial de $100, para luego pagar por el servicio eléctrico a una tarifa más económica que la ofrecida por LUMA, me pregunto casi ingenuamente, ¿por qué nunca había escuchado de esto? La proliferación de compañías que ofrecen la venta, instalación y mantenimiento de sistemas de paneles fotovoltaicos en los distintos medios de comunicación es muestra del crecimiento de este mercado. Sin embargo, las opciones de pago y mantenimiento de estos sistemas se hacen en ocasiones inaccesibles para múltiples familias puertorriqueñas.

Tal como se promocionan estas compañías, hablar del tema de energía solar se ha dado en función de “resolver” la ineficiencia del sistema principal del país de proveer energía de manera inmediata y estable. Tomar conciencia sobre la contribución de estos sistemas para con el ambiente ha pasado a ser un valor añadido a la compra de los mismos. Sin embargo, aunque sean otras las razones, la población ya ha generado confianza en la energía renovable. Como país, todavía debemos repensar en las fuentes de energía y en las alternativas de fuentes renovables para proveerlas.

LOS RETOS DE LA PLANIFICACIÓN EN PUERTO RICO

Se puede señalar, sin lugar a duda, que la efectividad del gobierno de Puerto Rico para promover el bienestar de nuestra población no ha sido la esperada. Lo que es peor: nuestras perspectivas futuras tampoco son buenas. El problema no es la falta de planificación. Ésta se asumió institucionalmente en la Isla desde los años cuarenta como guía para la toma de decisiones gubernamentales con el propósito de impulsar de manera organizada el desarrollo de la Isla. Se creó una Junta de Planificación facultada para preparar y adoptar un plan de desarrollo integral donde se esbozan las políticas y estrategias que dirigen el desarrollo del país. Entonces, ¿qué ha pasado?

La planificación ha sido descarrilada por la improvisación, el partidismo y la falta de consistencia en las políticas públicas, según lo expresan expertos del tema, en el vídeo “La planificación en Puerto Rico: logros y retos” producido por la Fundación Padilla y Asencio y la Escuela de Planificación de la Universidad de Puerto Rico1. La Junta de Planificación ha sido destronada de su rol rector y relegada a

1 https://www.youtube.com/watch?v=RB4eOAvI3gM

un rol limitado en la gestión gubernamental. Ante un panorama así, en el que el propio gobierno central ningunea la planificación, ¿cómo podemos desde la sociedad civil enfrentar el reto de reestablecer la planificación como eje central de los procesos de toma de decisiones? Aquí también encontramos complicaciones.

Hay algo profundo que afecta nuestra capacidad de hacer planificación. “Planificar no significa saber qué decisión voy a tomar mañana, sino qué decisión debo tomar hoy para conseguir lo que quiero mañana.”2 Sin embargo, cumplir con el requisito de saber lo que queremos mañana nos remite a todo lo que hoy nos divide: la mogolla política, social y existencial que nos enfrenta en tribus y nos estanca. ¿Cómo salimos de este círculo vicioso?

Para colmo de males, tenemos encima una gran crisis que amenaza literalmente nuestra sobrevivencia: el calentamiento global que ha conducido al cambio climático. El 2024 nos ha mostrado señales claras de lo que esto implica con meses de calor excesivo, periodos de lluvias

2 Cita atribuida a Peter Drucker, renombrado escritor, profesor y consultor de gestión, del cual se dice que estableció los fundamentos de la gestión empresarial moderna.

3 Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (2016), Plan Integral de Recursos de Agua de Puerto Rico.

torrenciales, procesos fuertes de erosión costera, inundaciones donde nunca habían ocurrido, huracanes violentos que se forman en cuestión de horas, entre otros eventos que amenazan la vida y la propiedad.

El cambio climático acentúa la propensión a inundaciones en el país. Lluvias intensas y localizadas, como la reciente racha de fines del pasado mes de octubre y principios de noviembre, nos recuerda que no hace falta un huracán para tener

graves problemas de inundaciones por toda la isla, tanto en las áreas rurales como en las urbanas. Y todavía tenemos fresco en la mente el recuerdo del huracán María y las inundaciones catastróficas que provocó.

La sequía es la otra cara de la moneda. La tasa de extracción de agua para suplir las necesidades del país representa casi la totalidad del recurso disponible durante los periodos de sequía, de acuerdo con

el Plan Integral de Recursos de Agua de Puerto Rico del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA)3. Los suministros de agua confiables y seguros en Puerto Rico están amenazados por el aumento de las temperaturas, los cambios en el patrón de lluvias y el aumento del nivel del mar. ¿Podremos actuar pronta y efectivamente ante estos graves problemas con el recurso agua? Porque en eso nos va la vida.

(Continúa en la pág. 42)

El agua es un recurso tan básico e indispensable que el ser humano solo puede vivir tres días sin este preciado líquido.

¿QUÉ PODEMOS HACER?

Es ahora, cuando más necesitamos planificar cuidadosamente lo que hacemos para enfrentar tantos problemas críticos, que chocamos con la disminuida capacidad del gobierno para ejercer la planificación. Urge actuar, pero ¿cómo?

La falta de protección ante inundaciones puede ser el gancho para atraer el interés de la comunidad para trabajar colectivamente y solventar estos problemas, aunque no de cualquier manera.

Manejar de forma efectiva el problema de las inundaciones, al igual que el cambio climático, requiere una mirada renovada sobre nuestro entorno. La naturaleza, el planeta donde vivimos, es un sistema, es decir, un todo interrelacionado e interconectado que obedece unas leyes de funcionamiento que están fuera de nuestro control. Más importante aún, es EL SISTEMA. Lo construido por el ser humano es parte de ese sistema mayor. Nos guste o no, lo entendamos o lo ignoremos, son sus leyes las que rigen. La naturaleza es la que manda. Este entendimiento es crucial para poder enfrentar con efectividad nuestros problemas con el agua, particularmente, con las inundaciones y con el cambio climático.

El agua se expresa sobre el territorio como un sistema, es decir, de manera interrelacionada

Nos toca como ciudadanos y ciudadanas asumir el protagonismo ante todas estas situaciones de riesgo ya que son otros los asuntos que ocupan la agenda oficial gubernamental.

e interconectada en lo que se conoce como cuencas. Una cuenca constituye el territorio por donde las aguas afluyen hacia un río principal para, finalmente, llegar al mar. Esto ocurre en la superficie (ríos y quebradas) y en forma subterránea (acuíferos). La parte alta de la cuenca está ubicada en el territorio de mayor elevación, donde suelen originarse los ríos y quebradas que nutren al río principal. La parte baja de la cuenca recibe las aguas en su camino al mar y es allí donde ocurren con más frecuencia los problemas con las inundaciones. Puerto Rico tiene 54 cuencas mayores que varían significativamente en tamaño y población. El territorio de una cuenca puede estar completamente dentro de un municipio, o cubrir total o parcialmente varios municipios.4

Para que la acción comunitaria ante las inundaciones sea efectiva debe estar enmarcada de la misma manera que funciona el movimiento del agua sobre el territorio. Esto es, por cuenca. Igualmente, esa acción va a requerir conocer cómo funciona ese sistema y cómo podemos acomodar las soluciones a nuestras necesidades dentro de

sus reglas operacionales. Se trata de reaprender a vincularnos con la naturaleza y vivir dentro de sus leyes.

Como país y como seres humanos que vivimos en esta Isla, nuestra meta debe ser tener siempre protección razonable contra las inundaciones, así como abastos de agua seguros y confiables en cantidad y calidad aceptables para las necesidades físicas, sociales y económicas, aun contando con la variabilidad del clima. ¿Y cómo puede apoyarnos la planificación? La planificación establece un proceso de toma de decisiones, de organización y orientación de acciones y de evaluación de resultados. Se trata de una herramienta indispensable para que seamos más efectivos a la hora de actuar. Aprender a usar la planificación para atender nuestros problemas urgentes, como por ejemplo las inundaciones, hará viable la utilización de ese conocimiento y experiencia para enfrentar otros problemas que tenemos en el país.

CREANDO SOLUCIONES

Para que esta acción comunitaria sea efectiva, es recomendable seguir los siguientes pasos:

1. Lograr una idea clara del resultado final que se espera de la labor del grupo. A lo largo del tiempo esta puede cambiar, pero es importante desde el inicio tratar de establecer lo que se quiere lograr.

2. En las primeras fases del proceso de planificación se encuentra el diagnóstico. El mismo es esencial

4 La cuenca de mayor extensión, la del Río Grande de Loíza, tiene un área de captación de 289. 9 millas cuadradas e incluye parcial o totalmente 10 municipios. La más pequeña entre las cuencas mayores es la del Río Mameyes, que nace en el Yunque, con solo 15.6 millas cuadradas, abarcando sectores de dos municipios. La cuenca del Río Piedras, la más poblada, está casi en su totalidad dentro de los límites del Municipio de San Juan.

y consiste en la recopilación y análisis de información dirigida a entender mejor la situación a enfrentar y con qué contamos para lograrlo. Como mínimo debería incluir:

a. La identificación de la cuenca a la cual la comunidad pertenece, los límites de ese territorio, los recursos de agua en el mismo y las otras comunidades pertenecientes a la misma cuenca.

b. Identificar las organizaciones y personas que podrían apoyar esta iniciativa, dentro y fuera de la comunidad. Es importante que incluya cuáles son las comunidades aguas abajo y aguas arriba de la cuenca.

c. Conocer los problemas con los recursos de agua en la cuenca y las áreas afectadas. Esto puede incluir un censo de la comunidad, determinar el alcance del territorio afectado en cada área y la frecuencia y la magnitud de los problemas.

d. Conocer otros problemas del territorio de la cuenca relacionados con el agua: derrumbes y deslizamientos de terrenos, sumideros, contaminación de cuerpos de agua, falta de recursos de agua, entre otros.

e. Determinar las necesidades de información que tengan las personas participantes sobre la cuenca, sobre los recursos de agua y sus características, sobre los problemas y sobre las posibles soluciones a los mismos. Utilizar estos datos para diseñar un programa de educación.

3. Iniciar un programa de educación para conocer mejor el funcionamiento de la cuenca,

los procesos de planificación y otros temas de interés. Identificar organizaciones que puedan apoyar este proceso educativo también puede ser de utilidad.

4. Hacer acercamientos a otras comunidades pertenecientes a la misma cuenca para explorar las posibilidades de trabajar juntas. Es importante establecer un diálogo productivo entre todos los sectores que componen la comunidad en sí y con los miembros de otras comunidades de la cuenca.

5. Establecer las metas que se quieren lograr, preferiblemente, detallarlas por objetivos.5

6. Crear un “Plan de Trabajo” y trabajar duro, porque es un proceso de cambio profundo, en lo colectivo y en lo personal.

Aprender a trabajar efectivamente con el agua, nos permite comprender cómo funciona el sistema natural en otros aspectos. Ese conocimiento nos será muy útil también para repensar y reformular nuestras actividades ante el proceso de cambio climático que se nos viene encima.

EL PROCESO DE CAMBIO

Todo proceso de cambio social exitoso requiere de varios elementos. Sentir la presión de cambiar la realidad es esencial porque nos da energía e interés. Conocer nuestra realidad al detalle es algo básico para saber con qué contamos. También es importante establecer cuál es el resultado final que buscamos, porque eso nos da dirección. Y por supuesto, tener un plan para llegar allí. Debe ser

estratégico, porque las estrategias nos dan alternativas de acción ante una realidad tan cambiante como la que vivimos. Desde luego, debe ser participativo porque esa es la fuerza del plan, lo que permite que la comunidad se apropie del mismo.

Del miedo al cambio puede surgir el lado oscuro de nuestro comportamiento social, y su cabeza puede emerger en cualquier momento. Ello se puede traducir en luchas de poder, internas o con elementos externos al grupo. Son dificultades para lograr la madurez colectiva, de las cuales nos debemos cuidar para que no nos quitemos. Estar alertas y buscar ayuda cuando sea necesario son fuentes de apoyo para evitar daños mayores en estas etapas de conflicto.

LA ACCIÓN CIUDADANA ES EL CAMINO A SEGUIR

Nos toca como ciudadanos y ciudadanas asumir el protagonismo ante todas estas situaciones de riesgo ya que son otros los asuntos que ocupan la agenda oficial gubernamental. Y lo mejor es que en el proceso, se nos abre la oportunidad para reactivar nuestra capacidad para trabajar unidos y, en las mejores de las circunstancias, lograr la consolidación de un proceso de planificación de abajo hacia arriba, desde lo local hasta lo nacional. Hay que lograr una planificación estratégica y participativa donde las comunidades y los diversos sectores se impliquen en el diagnóstico de problemas, en la toma de decisiones y en concretar las mismas en proyectos y acciones. Podemos. ¡Porque otro Puerto Rico es posible!

5 Los objetivos son resultados específicos y medibles que se pretenden lograr en un plazo definido y que en conjunto permiten alcanzar la meta.

PROYECTOS AGROVOLTAICOS PARA PUERTO RICO:

Oportunidad o utopía para producir simultáneamente alimentos y energía

E¿Qué son los proyectos agrovoltaicos?

l término agrovoltaico es un concepto reciente que mayormente se refiere a la práctica que permite el uso simultáneo de un terreno para la producción de alimentos agrícolas y la producción de electricidad fotovoltaica (DIN SPEC 91434, Alemania 2021). Existen tres tipos básicos de aplicaciones agrovoltaicas: el tipo uno se usa para la producción de energía con la producción simultánea de hortalizas, el tipo dos, para la producción de energía con la cría simultánea de animales o ganadería, y el tipo tres, para la producción de energía con el ofrecimiento de servicios ecosistémicos. Esta última, no obstante, no es reconocida en algunos países. Plantea que, sembrar una flora silvestre sirve para atraer polinizadores, para tener mayor biodiversidad, para

conservar el suelo, para secuestrar el carbono y para otros servicios ecosistémicos. En mi opinión, sin embargo, ya muchos terrenos naturales ofrecen estos servicios sin la intervención del ser humano. Tal vez por eso, para prevenir precisamente una falsa impresión de proyecto favorable a la agricultura o al medioambiente (“greenwash”) es que países como Alemania, Italia y Francia requieren que se tenga una producción agrícola mínima, -comparativamente con un terreno sin sistema fotovoltaico-, de 66%, 70% y 80% respectivamente, para reconocerlos como proyectos agrovoltaicos.

Por otra parte, hay dos configuraciones básicas en un proyecto agrovoltaico. La configuración “A” es sembrar bajo un techo de paneles solares y la configuración “B” es sembrar entre módulos de paneles solares.

(Ver ilustración)

La que promete una mejor utilización del espacio es la configuración “A” que persigue un máximo de uso agrícola y un máximo de uso fotovoltaico en un mismo espacio. No es nada difícil tener un sistema de producción energética y uno de producción agrícola en un mismo espacio. El reto tecnológico y empresarial es encontrar la combinación ideal para poder tener ambas producciones de forma costo efectiva para un mercado agrícola y energético competitivo.

La combinación de ambos sistemas tiene sus antagonismos al competir por acaparar más espacio y por atrapar una mayor cantidad de luz solar, pero también pueden tener sus sinergias cuando el sistema fotovoltaico es capaz de proteger los cultivos agrícolas de fenómenos climáticos extremos como radiación o lluvia excesiva, sequía, granizo y vientos. También, cuando la

temperatura supera los 77 °F (usual en Puerto Rico) y la eficiencia de los módulos fotovoltaicos convencionales disminuye, las plantas debajo del sistema crean un microclima que enfría la parte posterior de los módulos.

Los sistemas agrovoltaicos tienen grandes desafíos tecnológicos y económicos, ya que las tecnologías agrícolas y fotovoltaicas actuales más comunes se han creado y desarrollado para sistemas individuales. Por ejemplo, los paneles o módulos fotovoltaicos más comunes son los de silicio, cuyo diseño habitual requiere un panel de vidrio en la parte delantera y una película de recubrimiento blanca en la parte trasera. Estos paneles prácticamente no permiten que la radiación solar pase a través de ellos. Existen módulos fotovoltaicos

semitransparentes o tubulares que dejan pasar la radiación solar beneficiando el cultivo agrícola bajo ellos, pero generan menos energía y son más costosos. Por otro lado, el montaje convencional de un sistema fotovoltaico es mediante una estructura sencilla, fija y de baja altura. El montaje de un sistema agrovoltaico sobre un uso agrícola requiere estructuras más altas, de 3 a 4 metros, condiciones que encarecen la inversión inicial en el proyecto.

En cuanto a la operación del sistema agrovoltaico, puede ser más costosa la limpieza de los módulos fotovoltaicos, pero menos costoso el control de malezas. En las operaciones agrícolas, puede haber sus ventajas en una operación mayormente manual bajo una semisombra que provee el techo

de paneles. No obstante, para una agricultura mecanizada, hay limitaciones para los tamaños de los vehículos agrícolas que puedan operar bajo y entre la estructura del sistema fotovoltaico. También, ya es conocido que los cultivos que toleran sombra tienen una mejor oportunidad de mayor producción que los cultivos que requieren una mayor demanda de radiación solar. En resumen, creemos que falta mucho más investigación y desarrollo para que estos sistemas combinados agrovoltaicos puedan competir en producción costo efectiva con los sistemas agrícolas y sistemas fotovoltaicos individuales.

En nuestro planeta y en cada uno de nuestros países tenemos grandes retos para nuestro desarrollo

(Continúa en la pág. 46)

humano en cuanto a cómo garantizar una seguridad alimentaria para nuestras poblaciones, cómo generar la energía que nuestro mundo moderno necesita y cómo hacer un buen uso de la tierra para conservar un medioambiente saludable. Recientemente varios países están desarrollando proyectos agrovoltaicos: Alemania, Francia, Italia, Japón, China y EEUU, para mencionar los principales. Casi todos estos proyectos se encuentran en etapas de investigación y desarrollo, por tanto, entendemos que es muy prematuro llegar a conclusiones sobre su efectividad en producir alimentos, producir energía o producir eficientemente ambos. Por otro lado, el éxito de un tipo de proyecto agrovoltaico está muy ligado a las condiciones específicas de un sitio. Factores principales como el clima, la latitud, el medioambiente, la economía y la sociedad, incluyendo incentivos o reglamentación existentes, pueden determinar la efectividad o inefectividad de un proyecto.

¿Que deberíamos hacer en Puerto Rico?

Puerto Rico es una isla pequeña con una densidad poblacional alta, por lo que el uso inteligente del suelo

es clave para tener un desarrollo sostenible. El poder producir alimentos y energía en un mismo espacio sería una oportunidad única que no podríamos despreciar. Si tomamos la medidas mínimas y conservadoras en este asunto, deberíamos sumarnos a otros países en la investigación y desarrollo de sistemas agrovoltaicos para nuestros terrenos desarrollables. No obstante, antes de hacer lo que países con gran extensión territorial están haciendo, podríamos pensar en proyectos agrovoltaicos de avanzada. Para un proyecto agrovoltaico, así como para cualquier otro proyecto o desarrollo responsable con el ambiente, la primera opción debe ser ubicar el proyecto en áreas ya impactadas o en áreas de poco impacto ecológico. En Puerto Rico tenemos un desarrollo urbano desparramado y muy perjudicial para la eficiencia de mucha de la infraestructura urbana. No obstante, esta condición de desparrame urbano y de baja densidad urbana es beneficiosa para desarrollar proyectos agrovoltaicos urbanos.

Según el Plan de Usos de Terrenos (PUT), Puerto Rico tiene 302,931 cuerdas de suelo urbano. Presumiendo un 25% de área de techos, tendríamos unas 75,732 cuerdas de superficies de techos. El PUT también indica que hay 16,288

cuerdas de suelo urbano vacante y 17,475 cuerdas de suelo urbanizable. En total, podríamos desarrollar proyectos agrovoltaicos en unas 109,495 cuerdas de superficie urbana o urbanizable. Esta área desarrollada al 80% de producción agrovoltaica da para una dieta vegetariana de 459,000 personas y proveería energía fotovoltaica a 2,433,221 viviendas.

Con esta oportunidad utópica, ¿por qué no comenzamos ya a trabajar proyectos de investigación y desarrollo de agrovoltaicos urbanos sin impactar terrenos ecológicos o agrícolas?

Añado estos datos interesantes. La catedral de Venecia, Santa María del Fiore, se diseñó y comenzó a construir sin saber cómo erigir un domo de 143 pies de diámetro. En el 1418, más de 100 años después, apareció un relojero de nombre Filippo Brunelleschi que produjo el diseño y el método para erigir el domo. En el 1981, Adolf Goetzberguer y Armin Zastrow publicaron un artículo “Kartoffein unter dem kollektor” (“Patatas bajo el colector”) y no fue hasta el 2004 que Alemania tuvo su primer sistema agrovoltaico.

Hay utopías que se hacen realidad.

Sin soluciones convencionales: DECISIONES AUDACES

Y TRANSFORMADORAS REQUERIDAS

PARA

LOGRAR RESILIENCIA ENERGÉTICA Y SOSTENIBILIDAD EN PUERTO RICO

Puerto Rico enfrenta un momento crucial en el que su futuro depende de decisiones audaces y transformadoras. Con abundantes recursos naturales, como el sol, los vientos constantes y sus costas dinámicas, la isla tiene un potencial único para liderar en sostenibilidad. Sin embargo, su histórica dependencia de combustibles fósiles importados ha resultado en un modelo energético insostenible, marcado por vulnerabilidad ante desastres naturales y fluctuaciones en los precios del petróleo, lo que afecta tanto la calidad de vida como la estabilidad económica. El desafío principal de Puerto Rico es superar esta dependencia y construir un sistema energético eficiente, limpio y resiliente. Este cambio requiere más que mejoras tecnológicas; implica transformar la percepción sobre el uso de los recursos. La sostenibilidad debe integrarse como un principio rector, guiando tanto el desarrollo tecnológico como la gestión ambiental. Este enfoque no sólo reduciría las emisiones de carbono, sino que garantizaría una base energética justa, accesible y estable para las futuras generaciones.

Entre los recursos menos aprovechados se encuentra la energía marina, particularmente la generada por el movimiento de las olas. Tecnologías probadas, como el Oyster Wave Energy Converter en Escocia, han demostrado ser efectivas para convertir las olas en energía constante y limpia. Con costas expuestas a intensas olas, Puerto Rico podría beneficiarse de proyectos similares, diversificando su matriz energética y reduciendo la dependencia de combustibles fósiles. Además, estas tecnologías incrementarían la seguridad energética de la isla al proporcionar una fuente renovable confiable.

Otro pilar esencial es la integración de energía solar y eólica. En países como Marruecos, los proyectos solares a gran escala han reducido la dependencia energética externa, al tiempo que fomentan el desarrollo económico y generan empleo. Puerto Rico podría replicar estos beneficios mediante la expansión de proyectos solares y eólicos en edificios y terrenos disponibles, estabilizando los precios de la energía y fortaleciendo la economía local. Más que una mejora técnica, estas inversiones representan un paso hacia una economía menos dependiente de factores externos.

La resiliencia energética también pasa por la conversión de residuos en energía, una estrategia que no solo aborda el problema de los desechos sólidos, sino que también contribuye a la estabilidad energética. Ciudades como Dublín, Irlanda, han implementado con

(Continúa en la pág. 50)

La sostenibilidad no es solo un tema tecnológico; es un pilar para mejorar la calidad de vida.

éxito plantas de conversión de residuos, reduciendo la acumulación de desechos y transformándolos en energía utilizable. En Puerto Rico, un sistema similar aliviaría la crisis de manejo de residuos mientras genera energía adicional, creando un modelo eficiente y sostenible.

La sostenibilidad no es solo un tema tecnológico; es un pilar para mejorar la calidad de vida. Espacios urbanos sostenibles, donde la interacción con la naturaleza sea parte de la vida diaria, pueden transformar los entornos en áreas más saludables y estéticamente agradables. Proyectos como el Bosco Verticale en Milán demuestran que incorporar vegetación en el diseño arquitectónico no solo mejora el bienestar de los residentes, sino que también reduce la contaminación y estabiliza ecosistemas. Puerto Rico puede aplicar estos principios para transformar espacios públicos y privados en áreas verdes vibrantes, combatiendo el aumento de las temperaturas y mitigando los efectos del cambio climático.

La implementación de estos cambios requiere colaboración entre todos los sectores: ciudadanía, gobierno e industria. La educación ambiental en las escuelas, el apoyo a prácticas sostenibles en empresas y el impulso a iniciativas comunitarias son claves para generar conciencia y fortalecer el sentido de responsabilidad colectiva. Este enfoque integrador también fomenta un modelo en el que la sostenibilidad se convierte en la norma, no en la excepción, permitiendo a Puerto Rico liderar con el ejemplo en la lucha contra el cambio climático. Infraestructuras estratégicas, como Roosevelt Roads en Ceiba, ofrecen una oportunidad única para implementar sistemas híbridos de energía renovable. Este espacio podría servir como un laboratorio para integrar tecnologías solares, eólicas y marinas que maximicen las condiciones naturales de la zona. Además, la energía hidroeléctrica, aunque no mayoritaria, también puede contribuir a la diversificación energética de la isla.

Los avances actuales, como las fincas solares en Humacao o los aerogeneradores en Naguabo, son pasos significativos hacia un modelo energético más sostenible. Sin embargo, es esencial consolidar y expandir estas iniciativas para maximizar su impacto. En Puerto Rico podemos priorizar proyectos que ofrezcan los mayores beneficios a corto y largo plazo, asegurando una transición hacia un modelo basado en energías limpias, resiliencia y desarrollo económico.

El concepto de metabolismo urbano, que optimiza el uso de recursos y la gestión de residuos a nivel regional, podría ser un modelo clave para Puerto Rico. Este enfoque promueve la integración de

La educación ambiental en las escuelas, el apoyo a prácticas sostenibles en empresas y el impulso a iniciativas comunitarias son claves para generar conciencia y fortalecer el sentido de responsabilidad colectiva.

tecnologías de energía renovable, soluciones avanzadas para el manejo de desechos y principios de diseño sostenible en un sistema coherente y eficiente. Al hacerlo, se crea un equilibrio entre las necesidades humanas y la capacidad regenerativa del ecosistema, estableciendo un estándar para el desarrollo energético y ambiental.

Apostar por la sostenibilidad no es solo una inversión en el presente, sino un legado para las generaciones futuras. Puerto Rico tiene la oportunidad de liderar en innovación energética, mostrando cómo una isla puede convertir sus desafíos en fortalezas. La planificación estratégica y la colaboración multisectorial son esenciales para garantizar un futuro más limpio, justo y estable, en el que la resiliencia y la sostenibilidad sean los pilares del progreso en su definición correcta.

BIBLIOGRAFÍA

1. “Aquamarine Power: Oyster Wave Energy Converter.” Aquamarine Power, https://www.youtube. com/watch?v=ON2OT an2GIE.

Accedido el 29 de octubre de 2024.

2. “Bosco Verticale.” Boeri Studio,https://www.archdaily. com/777498/bosco-verticalestefano-boeri-architetti. Accedido el 29 de octubre de 2024.

3. “Covanta Dublin Waste-to-Energy Facility.” Covanta Energy, https:// www.dublinwastetoenergy.ie/. Accedido el 29 de octubre de 2024.

4. “Noor Ouarzazate Solar Complex.” Moroccan Agency for Sustainable Energy (MASEN), https://esfccompany.com/en/ articles/solar-energy/noorouarzazate-the-world-s-larges t-concentrated-solar-powerplant-csp-built-in-morocco/. Accedido el 29 de octubre de 2024.

5. “Urban Metabolism” Urban Metabolism Project. Behance, www.behance.net/ gallery/18873937/UrbanMetabolism. Accedido el 29 de octubre de 2024.

(Viene de la pág. 34)

de una microcasa es de 170 pc y el máximo de 1,100 pc. Esta definición cubre un rango sustancialmente mayor a lo que caracteriza el tamaño de una “Tiny House” en Estados Unidos. La definición aceptada es para viviendas que fluctúan entre 100 y 400 pc de área de piso, aunque la definición puede variar e incluir tamaños mayores hasta aproximadamente 600 pc. El Reglamento permite el desarrollo de vecindarios o comunidades de microcasas; éstos deben diseñarse siguiendo las disposiciones para proyectos verdes del Capítulo 3.3 (Permisos Verdes) en el Tomo III del reglamento. La cabida mínima del solar por unidad será de 111.5 metros cuadrados y máxima de 278.71 metros cuadrados. El ancho

mínimo permisible del solar donde ubique una microcasa será de 5.5 metros. La profundidad mínima será de 15.25 metros cuadrados.

MICROCASAS COMO OPCIÓN DE VIVIENDA PERMANENTE

Tuve la oportunidad de visitar en el año 2018 un experimento que se lleva a cabo en la deprimida ciudad de Detroit, en el estado de Michigan. Detroit atraviesa una crisis económica y urbana que lleva ya varias décadas. Desde el año de mi visita se comienzan a ver algunos proyectos que apuntan a una rehabilitación, aunque muy lenta, de las comunidades de esa ciudad. Uno de esos proyectos es el Proyecto de “Tiny Homes” iniciado en el año 2016 por la

Reverenda Faith Fowler, Directora Ejecutiva del Cass Community Social Services Program. La primera microcasa se abrió al público el 8 de septiembre de 2016. Para mi visita ya se había completado una docena de ellas, cada una en su propio solar. Los objetivos del proyecto eran: (1) atender la desigualdad de recursos y activos, (2) crear una red de seguridad financiera para trabajadores y trabajadoras pobres (3) proporcionar una casa a personas que de otra manera no podrían convertirse en propietarias de una.

El proyecto implicó comprar 25 parcelas de tierra de la ciudad de Detroit, recaudar $1.5 millones en fondos y construir casas pequeñas

(Continúa en la pág. 54)

que fluctúan entre 250 y 400 pc. Las casas están reservadas para personas propietarias de bajos ingresos. El pago mensual se calcula a razón de $1 por cada pie cuadrado de área de la microcasa. Así, una microcasa de 250 pc paga $250/mes. Los residentes pueden permanecer con la microcasa luego de siete años de ocuparlas. El proyecto me pareció muy bueno y las conversaciones que tuve con los residentes evidencian su alegría de tener un lugar propio para llevar sus vidas.

EJEMPLOS DE MICROCASAS EN PUERTO RICO

RESUMEN

A continuación, resumo las estrategias de diseño y construcción que utilizo en mi ejercicio profesional al atender un proyecto de microcasa, y que serán relevantes para las personas interesadas.

Marco de referencia

1. Ser tan eficientes que podamos hacerlo casi todo con casi nada

2. Seguir la premisa: “Rica no es la persona que más tiene, sino la que menos necesita.” (Facundo Cabral)

3. Diseñar grandes espacios de pequeñas dimensiones

Arquitectura y estructura

1. Utilizar geometrías simples

2. Evitar luces que requieran vigas en estructuras de madera

3. Diseñar interiores claros y ventanas que permitan ventilar e iluminar de forma natural

4. Utilizar aislamiento térmico R-20 en techos

5. Tener presente que la vegetación y el espacio exterior son tan importantes como el interior

6. Ordenar el espacio interior de acuerdo con el baño y la cocina

7. Usar mobiliario transformable como sofá/cama y comedor plegables

8. Mantener alturas que permitan la posibilidad de crecer un mezzanine

Energía

1. Diseñar para autonomía energética con fotovoltaicos y baterías

2. Usar lámparas solares independientes que eliminen cablerías e interruptores

3. Utilizar estufa de gas o de inducción de una o dos hornillas

4. Pintar con colores claros para maximizar la iluminación natural interior y la reflexión de radiación solar exterior

Agua

1. Diseñar para autonomía hídrica, cosechando aguas de lluvia

2. Utilizar la fuerza de gravedad para la distribución del agua

3. Explorar estrategias novedosas para fregaderos/ lavabos y duchas

4. Instalar inodoros de composta que no requieren pozo séptico ni suministro de agua

5. Reusar las aguas grises

Recreación y ocio: premisas

1. El mejor sistema de sonido e información será su teléfono celular.

2. La naturaleza de día y de noche proveerá la mejor recreación... ¡gratis!

3. Relájese…podrá saldar su deuda en corto tiempo.

La arquitectura regenerativa y la biotecnología: un enfoque integrado

La arquitectura del futuro está aquí, y su enfoque no solo es sostenible, sino también regenerativo. En una era marcada por el cambio climático y la degradación ambiental, la arquitectura regenerativa propone soluciones que restauran los ecosistemas y transforman los edificios en agentes activos de cambio. Este innovador paradigma aprovecha la biotecnología para integrar procesos naturales en la construcción, utilizando microorganismos y plantas para regenerar materiales, capturar dióxido de carbono (CO₂) y manejar aguas residuales de manera sostenible. En este contexto, la biotecnología se presenta como una herramienta clave, permitiendo integrar microorganismos y plantas en los sistemas constructivos para abordar desafíos globales como las emisiones de carbono y la gestión de recursos hídricos.

Más allá de la sostenibilidad: el enfoque regenerativo

Mientras que la arquitectura sostenible busca minimizar el impacto ambiental, la arquitectura regenerativa tiene un propósito más ambicioso: restaurar los ecosistemas y mejorar los recursos naturales. Para lograrlo, combina principios ecológicos con tecnologías avanzadas que imitan procesos biológicos.

Uno de los retos más grandes en la construcción moderna es el impacto ambiental del concreto. Este material, aunque indispensable, es responsable de cerca del 8%

de las emisiones globales de CO₂ debido a su proceso de producción y mantenimiento. Sin embargo, la biotecnología ofrece soluciones que no solo reducen su impacto, sino que también regeneran su funcionalidad.

Concreto regenerativo: innovación biológica

El concreto regenerativo, creado con la ayuda de bacterias, representa un avance revolucionario en la industria de la construcción. Este material tiene la capacidad de autorrepararse, cerrando automáticamente las fisuras que comprometen su integridad. Un ejemplo actual es el Basilisk Healing Agent. Es un bioproducto que tiene la habilidad de restaurar, mejorar y regenerar el concreto.

¿Cómo funciona?

Bacterias como las Bacillus pseudofirmus se encapsulan junto con nutrientes durante la fabricación del concreto. Cuando se forman grietas y el agua entra en contacto con estas bacterias, ellas se “activan” y metabolizan los nutrientes, generando carbonato de calcio (CaCO₃). Este mineral llena las fisuras, restaurando la resistencia del material.

Ventajas:

z Aumenta la durabilidad y reduce la necesidad de reparaciones.

z Disminuye la demanda de concreto nuevo, reduciendo las emisiones de CO₂.

z Promueve un enfoque más eficiente y sostenible en la construcción.

Secuestro de CO2: construyendo con propósito La biotecnología también permite que el concreto y otros materiales de construcción actúen como sumideros de carbono. Mediante un proceso conocido como biomineralización, bacterias especializadas transforman el CO₂ en compuestos minerales estables, como el carbonato de calcio.

Aplicaciones prácticas:

z Concreto con CO₂ inyectado: Tecnologías como CarbonCure inyectan CO₂ capturado en el concreto, aumentando su resistencia mientras almacenan carbono de manera permanente.

z Materiales híbridos: Residuos ricos en calcio combinados con bacterias permiten crear bloques de construcción sostenibles.

Estos desarrollos no solo ayudan a mitigar las emisiones de la industria cementera, sino que convierten los edificios en herramientas activas contra el cambio climático.

Aguas residuales: soluciones naturales para un desafío global

El manejo de aguas residuales es otro desafío crítico que enfrenta la arquitectura regenerativa. La biotecnología, a través de la combinación de bacterias y plantas, ofrece soluciones innovadoras para purificar el agua de manera eficiente y sostenible.

Humedales construidos: la naturaleza en acción

Los humedales construidos son sistemas que imitan los ecosistemas

acuáticos naturales, utilizando plantas y microorganismos para filtrar y descomponer contaminantes.

¿Cómo funcionan?

z Plantas acuáticas, como juncos y papiros, actúan como anfitrionas de bacterias beneficiosas en sus raíces.

z Estas bacterias metabolizan contaminantes, descomponiendo nitrógeno, fósforo y materia orgánica.

z Las plantas absorben nutrientes del agua, reduciendo los niveles de contaminación y mejorando la calidad del agua.

Ventajas:

z Consumo energético bajo.

z Creación de espacios verdes funcionales y estéticos.

z Promoción de la biodiversidad y restauración de hábitats.

Bioreactores: tecnología y naturaleza en armonía

Los bioreactores, por otro lado, utilizan bacterias en entornos controlados para depurar aguas residuales de manera rápida y eficiente. Por ejemplo, los bioreactores anaeróbicos descomponen la materia orgánica

sin oxígeno, produciendo biogás que puede utilizarse como fuente de energía renovable. Estos sistemas pueden integrarse en edificios para tratar aguas grises, reduciendo el consumo de agua potable y promoviendo la reutilización.

Un futuro regenerativo para las ciudades

La biotecnología aplicada a la arquitectura regenerativa abre nuevas posibilidades para el diseño urbano y la construcción. Los edificios pueden transformarse en sistemas vivos que interactúen positivamente con su entorno, utilizando materiales y tecnologías que regeneren los recursos naturales.

Ejemplos de integración:

1. Edificios autosuficientes: Concreto autorreparable, sistemas de captura de CO₂ y humedales integrados para generar energía limpia y agua tratada.

2. Ciudades carbono-negativas: Urbanizaciones que secuestran carbono y reutilizan aguas residuales con sistemas biotecnológicos avanzados.

3. Infraestructuras híbridas: Humedales verticales en fachadas

o interiores para mejorar la calidad del aire, tratar aguas grises y añadir valor estético.

La biotecnología está revolucionando la arquitectura regenerativa, integrando microorganismos y plantas en soluciones que restauran materiales, secuestran carbono y purifican agua. Con estas biotecnologías, las edificaciones dejan de ser meras consumidoras de recursos para convertirse en agentes regenerativos que benefician tanto a las comunidades humanas como al planeta.

En un mundo que enfrenta retos ambientales crecientes, la biotecnología no solo redefine la construcción, sino también el papel de la arquitectura como herramienta para regenerar nuestro planeta. Este es el momento de construir no solo para el presente, sino también para un futuro sostenible y equilibrado.

Bibliografía

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https://basiliskconcrete.com/en/ products/ https://www.blumberg-engineers. com/en/ecotechnologies/ constructed-wetlands/ (Alemania) https://www.kontidesign. com/ (Puerto Rico)

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