isla es de topografía montañosa. Las brigadas son grupos de personas voluntarias que se unen para desarrollar tareas en las fincas, una expresión de solidaridad tradicional al campesinado puertorriqueño que el movimiento agroecológico ha adoptado. Es una forma de aportar trabajo, capacitación técnica a través de la práctica y de generar espacios de formación teórica y política. Equipados con machetes, serrotes y sierras mecánicas, se fue abriendo caminos, desmontando los árboles caídos y retirando escombros. Con las azadas, picos y palas se comenzó a reparar las terrazas, limpiar las zanjas y preparar terreno para las nuevas siembras. A mediados de octubre, a pesar de todas las limitaciones (falta de electricidad, árboles caídos en la plaza, problemas de transporte, escasa producción agrícola), en la Placita Roosevelt de Hato Rey se celebró el primer mercado ecológico post huracán. Mientras tanto las distintas organizaciones agroecológicas y afines crearon instancias de coordinación a nivel nacional para conseguir apoyos en equipos, herramientas, semillas y dinero. A través de los cinco mercados ecológicos de Puerto Rico se identificaron más de 100 familias agricultoras a las cuales se les pudo facilitar ayuda para transitar los primeros meses tras los huracanes, reparar o reconstruir sus casas y viveros y retomar la producción. Las brigadas se consolidaron como el espacio para la recuperación agroecológica y se hicieron campamentos itinerantes a través del archipiélago puertorriqueño. La inventiva unida a la solidaridad ha generado proyectos nuevos, como la Guagua Solidaria del Fondo de Resiliencia de Puerto Rico. Este autobús, equipado para llevar personas voluntarias,
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documentalistas, equipo y herramientas, continuará transportando brigadas a través de la Isla, con la meta de apoyar docenas de fincas y proyectos en dos años.
La etapa de recuperación se ha convertido en una oportunidad para integrar tecnologías alternativas como energía solar, sistemas locales para filtrar el agua y experimentación con nuevos cultivos y estrategias agrícolas. Aunque no se ha hecho de una forma estrictamente sistematizada, desde el principio existe una documentación de los procesos y actividades agroecológicos tras el huracán. Una gran sorpresa ha sido el nivel de solidaridad social llegada desde los Estados Unidos, tanto de parte de los puertorriqueños y puertorriqueñas de la diáspora, como de parte de organizaciones progresistas norteamericanas. Además de dinero se han recibido generadores eléctricos, cientos de libras de semillas, equipos de iluminación solar, maquinaria, herramientas y cantidades importantes de artículos de primera necesidad. Hemos recibido el apoyo de cooperativistas de Vermont, grupos de trabajo de parte de corporaciones comprometidas con la recuperación, especialistas en la instalación de sistemas eléctricos alternativos, entre un gran número de expresiones CORRIENTE VERDE l 2018
solidarias. A Puerto Rico llegaron grupos voluntarios de agricultoras y agricultores ecológicos del sur de Estados Unidos, miembros de la organización internacional La Vía Campesina. Desde el movimiento agroecológico se entiende que forma parte de la búsqueda de una soberanía alimentaria el empuje hacia una agricultura que trabaje a favor de la naturaleza, con la responsabilidad de llevar a la gente una mejor alimentación, unido a un compromiso para ser parte del camino hacia una recuperación social sustentable en el territorio y para el futuro. Puerto Rico debe tener el derecho de decidir sobre su sistema agroalimentario: determinar qué quiere producir y qué agricultura queremos, diseñar sistemas de elaboración y mercadeo apropiados y comer de acuerdo con nuestros criterios nutricionales, culturales y económicos. La resiliencia, entonces, no es meramente una palabra de moda. Es la expresión de una tierra, de un país, de su gente luchadora, de miles de agricultoras y de agricultores ecológicos y de familias consumidoras, comprometidas frente a la adversidad climática, social y económica, con la capacidad de resistir, recuperarse y encarar el futuro con mayor compromiso ante ese Puerto Rico que sabemos que es posible y necesario construir. (*) El autor es especialista, autor y educador en agroecología y políticas para la sustentabilidad. Ha trabajado a nivel internacional, escrito numerosos artículos y publicado los libros: El huerto casero: manual de agricultura orgánica (2008), La Tierra Viva: manual de agricultura ecológica (2010) y Sembramos a tres partes: los surcos de la agroecología y la soberanía alimentaria (2016). Para información de talleres y seminarios sobre agroecología: Facebook, Talleres de la Tierra Viva PR. https://www.facebook. com/search/top/?q=talleres%20tierra%20 viva%20pr

