Foto Cesar Jiménez
Personaje
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sabía que cuando se diera el esperado desfile en vestido de baño, ese favoritismo sería para el Atlántico, ya que una reina necesita tener armonía y no sólo una cara bonita: debe tener cara, cuerpo, porte e inteligencia, y en un principio, en el concurso sólo se ven caras y la parte intelectual. Sólo cuando se destapan en ese desfile, ya sabemos con certeza (en especial los que trabajamos en este medio) quiénes deben llegar a la final. Las candidatas de otros departamentos tenían rostros lindos y no buen cuerpo, o muy buen cuerpo y no cara bonita, o tenían las dos, pero no porte de reina. En Daniela estaban reunidos todos esos atributos. Yo, que la acompañé en toda su preparación y también en Cartagena, nunca dudé que ella llegaría a ser señorita Colombia. A medida que pasaban los días en Cartagena, la veía mejor: se notaba que cada día aprendía algo. Poco a poco se veía más experimentada, más segura, más reina. Tengo 10 años de estar preparando a las señoritas Atlántico y a reinas de otros departamentos, entre ellas tres señoritas Colombia: Valeri Domínguez, Adriana Tarud y ahora Daniela. Pero Daniela ha sido una reina muy especial, ya que su preparación fue 100% conmigo; le tomé mucho cariño, pues estábamos mucho tiempo del día juntas. Eso me llevó a ponerle más corazón a su preparación. Además, Daniela quiso confiar en su gente. No viajó a Bogotá, que es lo que hacen las demás representantes: ella sabe que aquí hay mucho talento. Así que este fue un triunfo para Daniela, para el Atlántico, para el comité de belleza, para mí y para todo el que tuvo que ver con su coronación.
Siento mucho orgullo por haber puesto un granito de arena en ayudarla y poder estar junto a ella en este momento tan importante en su vida. Después de haber recibido la corona de señorita Colombia, me he podido dar cuenta del vuelco tan grande que le dio la vida de un momento a otro. Pasó de ser la niña linda, a ser uno de los personajes más admirados en Colombia. No la dejan caminar, porque todo el mundo quiere tomarse fotos, mirarla, saludarla. Al día siguiente de ser coronada, salimos hacia Barranquilla para que estuviera en el palco con el presidente, y tanto a la salida de Cartagena como a la llegada a nuestra ciudad, nos rodeaban escoltas de la policía que paraban el tráfico para que pudiéramos pasar. Fue increíble cómo la gente en Barranquilla la aclamaba y le gritaba lo orgullosa que se sentía de ella. Pude ver también la alegría y el orgullo de sus padres y hermanos que pusieron mucho empeño en su preparación. Su mamá Sandra es una mujer de admirar y de armas tomar: cada cosa que su hija necesitaba, ahí estaba para conseguirlo. Vi a su hermana acompañarla en todo momento, sin demostrar cansancio, siempre llena de optimismo; eso se lo transmitió a Dani. Fue un pilar muy importante en su preparación. Aunque no vive en Barranquilla, ella siempre estuvo pendiente del más mínimo detalle. Tanto para mí como para ellos, todo esto ha sido una experiencia maravillosa, y espero en los años por venir seguir aportando mis conocimientos y mi experiencia para traer muchas más coronas al Atlántico. Con este triunfo se demostró que ninguna de nuestras reinas necesita irse a preparar a otra parte, pues ha quedado claro que Barranquilla tiene la gente idónea: es una fábrica de reinas.
Diciembre 2011