- Te estuve mientiendo muchachito. Te conté la historia de esta forma para que vos la escuches hasta el final y a mí no me interrumpa la vergüenza. Yo soy Jorge, el que dejó morir a su amigo para tomar la más deliciosa merca de Bolivia. Así somos los adictos. La marca de la navaja es el tatuaje eterno que me recuerda a diario el ser horrendo que supe ser. Ahora podes despreciarme tranquilo.
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