Revista Mujeres

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/equidad de género Johanna KU BRITTON* MIAMI, FL. Ella es pequeña y delicada de porte. Con algunos rasgos indios: Su cabellera es tan oscura como su piel morena, aunque su semblante luce dulce, fresco, suave. Su cabello está lleno de estrellas y constelaciones, brilla tanto que su resplandor se refleja en su manto de cielo. Un color de cielo nunca antes visto; un poco azul, un poco verde, un poco aguamarina. Su túnica color de tierra cela un precioso secreto que para las reglas sociales de la época sólo puede revelarse con la cinta morada oscura amarrada al vientre: está embarazada, “en cinta”. Ella es la luna y el fruto de su vientre, es el sol que destella rayos luminosos para ella, formando un halo a su alrededor. Se llama Coatlaxopeuh (se pronuncia Quatlasupe). En español significa: “la que aplasta la serpiente” (Coa significando serpiente, tla el artículo “la”, mientras xopeuh significa aplastar). De nombre náhuatl como su lengua, como su piel. Aunque su nombre más conocido en la actualidad, se debe precisamente a los frailes españoles de la época prehispánica, quienes a sus oídos escucharon en el vocablo Náhuatl Coatlaxopeuh (Quatlasupe), el nombre de la virgen española de Extremadura: Guadalupe. Esta es su historia: Ella se le aparece a Juan Diego varias veces y le habla en Náhuatl con palabras amables y bondadosas. El resto de la historia es bien conocida; al desenvolver Juan Diego su manta, se esparcieron por el suelo todas las diferentes rosas de Castilla y apareció dibujada en la manta la imagen de la Virgen de Guadalupe como la conocemos en la actualidad. En algún momento de mi vida, la historia fue contada de manera diferente. En un salón de clases de psicología del

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mexicano, se nos hizo creer a muchos que la Virgen de Guadalupe era un ejemplo de antropomorfismo y un buen invento para ayudar a los misioneros españoles en la evangelización del nuevo continente. Quizá es un poco tarde y quizá el medio el incorrecto para externarle a la maestra Paty Ancona algunos de mis pensamientos contradictorios acerca de sus enseñanzas. Quizá, a este punto, ni siquiera le interese saber lo que una de sus ex-alumnas piensa. Aún así, creo después de todo, que no estoy tan tarde para defender los dogmas de mi fe. En principio, entendiendo que una enseñanza laica, como la de las escuelas públicas (incluida la de la Facultad de Contaduría y Administración de la UADY), debe no sólo mantener una independencia con respecto a cualquier creencia o práctica religiosas, lo que incluye opiniones a favor o en contra de ciertos íconos e ideas religiosos, sino que además debe procurar y mantener un respeto para dichas creencias y prácticas religiosas. La laicidad de la educación no debe crear hostilidad o indiferencia contra ninguna religión o iglesia. En segundo, aunque creo que la mayoría de las ideas pueden ser evaluadas bajo las reglas de la lógica, evidencia y el método científico, también creo, que muy pocas

son aquellas ideas que no necesitan una prueba empírica tales como son las creencias religiosas y los valores personales que se sostienen en la fe. Basada en mis ideas refutables por el método científico, creo en Dios. Creo que Él nos habla de distintas maneras, en distintas formas, lenguas y en distintos tiempos y lugares para que le entendamos. Que sus maneras de manifestarse son incontables. Creo que Dios no tiene color de piel, ni lengua oficial alguna más que la lengua del amor. También creo que a Dios no le interesa ser aprobado en una hipótesis, ni convertirse en teoría porque hace falta no inteligencia sino, mucha humildad en el corazón para escucharle y entenderle cuando nos habla. Creo que nunca es tarde para encontrar a Dios. Creo también, en la Virgen María de Guadalupe. Que el mensaje que nos trae, viene de parte de Dios. Creo que como cualquier madre, ella intercede, ayuda y defiende a cualquiera de sus hijos. También creo que la primavera es un buen pretexto para creer en ella y así, celebrarla junto a sus rosas de Castilla que hizo aparecer en el cerro de Tepeyac. AMÉN.

* Mercadóloga por elección, poetiza por inspiración, loca con resignación. Yucaterca expatriada en tierra floridana; atrapada en las subversivas redes del amor. Amante de animales irracionales, tolerante con los racionales. Orgullosa madre de 4 pequeños (gatos). Placeres mundanos: dormir, comer y reír. intentandoescribir@gmail.com http://intentandoescribirjohanna. blogspot.com/


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