Magisterio54

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ABRIL-JUNIO DE 2011

¿Es necesaria la tipificación penal del bullying bullying??

Año 10

Relaciones humanas y valores en la familia y en la escuela

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3a. Época

Dirección General de Educación Normal y Desarrollo Docente

Red interinstitucional a favor de la convivencia escolar para la no violencia bullying


Diseño de portada y contraportada: María Guadalupe Burgoa González

Contenido 1

Editorial

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Diversidad: aspecto fundamental de la educación en valores Lucía López Sánchez

54 DIRECTORIO Coordinadora Gloria María Concepción García Chávez Asesor editorial Inocente Peñaloza García

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Construcción de la categoría de familia

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Una mirada al cyberbullying

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Elizabeth Alcántara Jasso

Patricia García Fajardo

Discriminación de los alumnos con discapacidad en las escuelas Lisbeth Gabriela Rojas Valdés

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Educar en la era planetaria

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Max Uranga El artista nace y se hace

Diseño gráfico Consuelo Cardona Estrada María Guadalupe Burgoa González

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Poesía

COMITÉ EDITORIAL

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Cuento

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La creatividad, el juguete

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Relaciones humanas y valores en la familia y en la escuela

Corrección de estilo Consuelo Cardona Estrada Alberto Julián Díaz Argueta Nadia Santín Macías

Presidente José Regino López Acosta Vicepresidente Gabriel Cruz Malpica Secretaria técnica Gloria María Concepción García Chávez

Germán Iván Martínez

Alma Delia Fuentes Nogales Melié María Guadalupe Villegas Tapia

Consuelo Cardona Estrada

Gloria María Concepción García Chávez

Yesenia Rodríguez Avilés

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Fortalecimiento y educación en valores en procesos formativos de aprendizaje Silvia Flor Godínez Mávil

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¿Es necesaria la tipificación penal del bullying?

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El acoso en la escuela

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Tu hijo: ¿acosador o acosado?

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Red interinstitucional a favor de la convivencia escolar para la no violencia bullying

M agisteri o , órgano

de difusión de la Dirección General de Educación Normal y Desarrollo Docente. Publicación trimestral. Tiraje: 8,000 ejemplares. Distribución gratuita. Año 10. Núm. 54, Abril-Junio de 2011. Número de autorización del Comité Editorial de la Administración Pública Estatal CE: 205/05/04/12-01 Las opiniones contenidas en los artículos son responsabilidad de los autores, no reflejan necesariamente la opinión de la dependencia. Se autoriza la reproducción de los materiales, siempre que se cite la fuente. Los artículos no firmados son responsabilidad de la redacción. Domicilio: Av. José Vicente Villada Núm. 112. Primer piso. Col. La Merced y La Alameda. Toluca, Estado de México. C. P. 50080. Tel. y Fax (722) 2 14 45 35. E-mail: magisterio@edomex.gob.mx

Gerardo Sánchez y Sánchez

Alberto Julián Díaz Argueta

Nadia Santín Macías

Secretaría de Educación


EDITORIAL “A la salida nos vemos”. ¿Cuántas veces se ha escuchado esta frase, con sentido amenazante, dentro del salón de clases o en un patio de juegos? ¿Cuántos estudiantes han optado por dejar la escuela –o intentar soluciones peores– a causa de las continuas burlas, amenazas y extorsiones que padecen? Intimidación, acoso o maltrato, como quiera llamársele, el bullying es tan antiguo como las escuelas, pero hoy se comenta en diversos foros, incluso legislativos, debido a que se ha convertido en un problema cotidiano para miles de familias. Son incontables las historias literarias, teatrales y cinematográficas que muestran el infierno en que viven los estudiantes cuando son maltratados continuamente por una pandilla o por el bravucón de la clase sin tener siquiera la opción, cuando menos al principio, de recurrir al maestro o a sus padres porque temen que su situación empeore y las amenazas se cumplan. Una reacción tardía de estos niños, cuando el ambiente se ha vuelto insoportable, los obliga a denunciar a los abusadores o a caer en profunda crisis depresiva que no pocas veces les sugiere la idea del suicidio, como ha podido demostrarse en casos reales, o de la violencia ciega e irreflexiva como las que ha inspirado venganzas y atentados criminales en escuelas secundarias de los Estados Unidos. En el Distrito Federal ha sido creada una oficina especial para atender denuncias de padres de familia cuyos hijos hayan sido víctimas de bullying, la pesadilla escolar del momento, un problema antiguo que se recrudece como reflejo de la violencia que priva en el ambiente, de medidas equivocadas y de modelos didácticos fallidos que avanzaron en el uso de modernas tecnologías y dejaron atrás los valores. El problema no es sencillo y exige cuidadosa reflexión. ¿Tendrá que llegarse al extremo, como en algunos estados de la Unión Americana, de proponer la penalización del abuso escolar cuando rebasa los límites de la tolerancia? En este número de MAGISTERIO, varios colaboradores abordan, desde diferentes ópticas, el tema del bullying y sus funestas consecuencias en la educación pública y privada. En un país sacudido por la violencia, es necesario salir al paso de un problema que distorsiona conductas y desafía toda norma de convivencia civilizada desde los primeros años de la vida escolar.

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Diversidad:

aspecto fundamental de la educación en valores Lucía López Sánchez Jardín de Niños Antonio Caso San Juan Tehuixtitlan, Estado de México

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esulta significativo y primordial rescatar la formación de valores en la educación, la cual se ve frecuentemente eclipsada por la actitud que asume frente a los alumnos. Formar en valores es fortalecer la autoestima, lo cual implica un proceso de autorregulación que permite que los alumnos reconozcan sus sentimientos, les den color y nombre, reflexionen sobre ellos y tomen decisiones. La autoestima se construye a través de la experiencia de sentirse aceptado y reconocido. El conocimiento está ligado al plano afectivo del cual emerge la autoestima como elemento central para el desarrollo integral del individuo ya que es un facilitador para la seguridad y confianza en sí mismo, y conforma la base de la autonomía personal, pues influye de manera determinante en la formación y calidad de las relaciones sociales y, en general, en todos los aspectos de su personalidad. En este sentido, los educadores deben estar atentos a la forma en la cual potencian o limitan esta característica, porque los niños con autoestima alta tienen la capacidad de crear y manejar estrategias adaptativas que promueven el crecimiento, primero en el plano afectivo y después en el cognitivo, ya que el alumno que se sienta preparado para enfrentar di2

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ficultades tiene mayor posibilidad de ser creativo y manifiesta facilidad para relacionarse y tratar a los otros con respeto. De manera contraria existen acciones que debilitan la autoestima en los niños como: tener expectativas muy altas o muy bajas acerca de él; gritarle, criticarlo, humillarlo o ridiculizarlo frente a los demás; criticar sus torpezas más que sus habilidades; utilizar adjetivos que reducen sus capacidades (flojo, tonto…); decirle que ha fracasado cuando ha sufrido una equivocación; sobreprotegerlo o descuidarlo; castigarlo por expresar sentimientos que los adultos consideran inaceptables; hacerle sentir que sus pensamientos y sentimientos no valen o no importan; educarlo sin reglas, sin una estructura de apoyo o bien con reglas contradictorias y confusas (algo que en la actualidad sucede frecuentemente debido a que las familias se desintegran y los niños se quedan al cuidado de abuelos, tíos, vecinos...). Estas y otras actitudes, dan cuenta de una realidad que en determinados momentos de nuestra vida, ya sea como estudiantes o profesionales hemos vivido y que, sin duda alguna, dejan huella “en nuestra vida, en la formación de una personalidad frágil en la que se expresa: retraimiento, angustia, agresividad, dificultad para tener amigos, inseguridad en uno mismo, sensibilidad al rechazo” (Ganem, 2005). Por otra parte, prevalece la importancia de identificar qué competencias se requiere desarrollar y qué tanto se facilita o inhibe el desarrollo de los alumnos. Aquí cabe una pregunta: ¿cómo ve el docente al niño? Lo considera una persona con necesidades,

responsabilidades, derechos y características propias; observa su entorno social y lo impulsa a tareas en el límite de lo que es capaz de hacer; no lo compara con otros, sino consigo mismo y entiende los obstáculos que debe vencer para desarrollar competencias en el plano afectivo, social e intelectual. El reto es motivarlo, despertar su curiosidad, fomentar su participación activa, estimular su aprendizaje hacia el desarrollo cognitivo y emocional. Entender sus esquemas de pensamiento y formas de acción nos lleva a saber cómo aprenden los niños, cómo

establecen conexiones entre las cosas que aprenden; cómo utilizan lo aprendido en aspectos cognitivos y afectivos. La base de la práctica pedagógica consiste en saber cómo se aprende y cómo se enseña lo cual lleva a definir estrategias que vinculen el trabajo de casa y aula. Promover y estimular a los niños a que se interesen por todo lo que existe a su alrededor los ayuda a desarrollar su autoestima y, además, les proporciona habilidades y actitudes científicas. La construcción del conocimiento supone un proceso de elaboración donde el sujeto selecciona

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y organiza la información que recibe por diferentes medios, estableciendo relaciones entre los mismos; es importante partir del conocimiento previo y pertinente que el niño tiene al momento de iniciar el aprendizaje y considerar que el conocimiento no se descubre, se construye y en esta construcción los educadores pueden ser facilitadores u obstáculos al fortalecer o debilitar la confianza de los alumnos en sus capacidades. 4

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En este sentido puede hacerse una descripción de las posibilidades de dinamizar el trabajo en el aula a partir del conocimiento de las características de alumnos que, en ocasiones, son “etiquetados” o segregados por no satisfacer las expectativas de los adultos en torno a la construcción de aprendizajes o conductas deseables ante una sociedad que se encuentra en proceso de aceptación, respeto y apoyo hacia la diversidad en el aula.

La relación entre la actitud de superioridad y el racismo introyectado en el plano escolar y social, impide dar una adecuada atención a la diversidad en planos de igualdad y basada en el respeto, la cual supone: • Respeto a las formas de vivir, de pensar, y de ser de otras personas. No hace falta hablar de una democracia en el plano educativo en la inclusión de alumnos con capacidades diferentes cuando los mismos docentes se etiquetan a sí mismos, precisamente por esas diferencias. • Tolerancia, lo cual implica respetar el derecho de cada quien a su forma de vivir; a sus pensamientos, actos, lenguaje… La tolerancia, como condición de la democracia, exige escuchar minorías, combatir la discriminación. • Justicia, implica en sí la eliminación de asimetrías; supone madurez ciudadana para que la toma de decisiones se dé desde un ámbito social y no limitarse a defender los intereses propios. En este aspecto y en relación con la inclusión de alumnos con capacidades diferentes, no se ha llevado a cabo totalmente debido a que hay un conflicto de intereses, por un lado, el sistema educativo pretende ser democrático y motivar la integración otorgando un pequeño estímulo a los docentes que atiendan a estos alumnos a través de una probable retribución económica al acceder a otro nivel de carrera magisterial; por otro, surge la posibilidad para los padres de familia, de atender las necesidades educativas de sus hijos y prepararlos para una vida futura; sin embargo, sólo se vive en ese plano, en una confrontación en la que ambos demuestren cierto interés pero no se hace desde una decisión real de


construir una sociedad que combata, precisamente, esas asimetrías. Es común caminar en círculos y vislumbrar circunstancias que sean susceptibles de transformación. Es así como la educación se proyecta hacia una formación de ciudadanos con la capacidad de luchar contra las asimetrías económicas, políticas, sociales y avanzar en las siguientes reflexiones: • “No perseguir la homogeneización. Proponer objetivos universales, para todos, pero, además, una educación que conduzca a la eficacia en la vida cotidiana y futura, a desarrollar habilidades básicas y superiores a partir de los propios saberes y formas culturales, que permitan a los educandos seguir aprendiendo. • Considerar un escenario mestizo, partiendo del conocimiento de la diversidad; conocerla bien para respetarla, en la cual el currículo general refleje la riqueza de los aportes en saberes, conocimientos y producción artística de los pueblos indígenas del país, a través de una formación valoral profunda en la cual la reflexión y el diálogo permitan definir los esquemas de valores propios, en una pedagogía valoral de tríada: reflexión-diálogo-reflexión, favoreciendo una recapacitación que conduzca a la libre decisión”. • Es necesario considerar la diversidad en el aula como una ventaja pedagógica, en la que todos aprendemos más porque respetamos distintas vivencias, formas de expresión y visión del mundo” (Schmelkes, en XXVIII Foro Nacional de Educación Preescolar, 2008). En el nivel preescolar se vive la experiencia del alumno como un proceso necesario para la comprensión de la

identidad del otro, por lo que es importante llevar a cabo actividades que propicien el reconocimiento de éste como un ser distinto, mediante un trabajo sistemático con hábitos de respeto hacia los compañeros y haciendo conciencia de las características particulares de cada quien. El programa de educación preescolar 2004 toma en cuenta la diversidad y la valora proponiendo el desarrollo de una infancia capaz de ver la educación y sus diversidades como un hecho de la vida, mas allá de intereses personales, políticos, sociales. La diversidad representa una ventaja pedagógica, porque sólo con ella aprendemos; sin embargo, será hasta que nos reconozcamos en esa diversidad, cuando demos paso a la educación como una herramienta para el desarrollo integral de lo cognitivo (despertando conciencia, haciendo reflexión desde, en y a partir de las cir-

cunstancias), en lo psicomotor (en los actos y capacidades físicas distintas) y llegando, principalmente, al plano socio afectivo (reconociendo las diferencias e importancia de nuestras capacidades dentro de la sociedad) que permita desarrollarnos con seguridad, en la libertad y toma de decisiones para una vida actual y futura plena.

Bibliografía Ganem Alarcón, Patricia, et. al. (2005), Escuelas que matan 1, México, Limusa. Schmelkes, Silvia, “La interculturalidad en la educación preescolar y la atención a la diversidad”, en XXVIII Foro Nacional de Educación Preescolar La práctica en preescolar: una visión diferenciada, 12, 13 y 14 de marzo de 2008, Morelia, Mich. Escuela Normal para Educadoras / Santillana. SEP (2004), Programa de Educación Preescolar, México, SEP.

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Construcción de la

categoría de familia Elizabeth Alcántara Jasso Escuela Secundaria Oficial No. 0093 José Martí Atlacomulco, Estado de México

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efinir lo que es familia es tarea compleja. En primer lugar, porque es un organismo vivo, cambiante, heterogéneo; como es un fenómeno social, y, por ende, difícil de universalizar, pues “la familia en su concepto y su vivencia, no es ajena a los cambios que experimenta la sociedad como tal y nunca fue tan plural y tan diversa como en la actualidad” (López, 2001:93); y depende en gran medida de la cultura, la época y el medio en que se analice. Revisaremos algunas particularidades que nos ayudarán a definir el concepto de familia. Habitualmente se le considera como pilar de la educación de los hijos, y, en consecuencia, de la sociedad. Vila menciona que “ella ha sido la encargada de cuidar de sus miembros, producir y consumir bienes y servicios, reproducir la especie y desde ella, promover el proceso de socialización e individualización de las criaturas a través de las prácticas educativas” (Vila, 1998:43). Sin embargo, con las modificaciones que han sufrido, en muchos de los casos, es difícil cumplir esas funciones, sobre todo si uno de los progenitores está ausente y el otro no dispone de lo necesario para satisfacer las necesidades de los integrantes de la familia. La función educativa

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también es un proceso complicado que no siempre tiene en cuenta la familia, como podemos notar en las diferentes manifestaciones sociales. Recordemos que la educación es más eficaz con el ejemplo, lo que significa un gran reto y compromiso para los padres. Actualmente, la definición de familia es vista con desacuerdo en diversos sectores. Vidal expone que la falta de una definición apropiada habla de la grandeza de la familia por su forma de adaptarse a los cambios y no desaparecer, pero también de su debilidad por llamar familia a cualquier tipo de vinculación. Esta definición da fe de la afirmación anterior: “conjunto de personas que viven habitualmente bajo el mismo techo y por otra parte están ligadas entre sí por lazos de parentesco, afinidad, afectividad o de amistad” (Vidal, 2001:35). Pero no todos los autores concuerdan con estos términos; García manifiesta que “la familia es una comunidad de límites más precisos y reducidos. Es el camino por donde el hombre puede entregarse a los demás justificando así su propia existencia” (García, 1973:25). Pero tal vez el principio de individualidad que se vive actualmente no concuerde con esa entrega y se busquen nuevas formas de agrupación familiar.

La sociología propone una definición más completa y explica que familia es: “convivencia residencial y cotidiana de al menos dos generaciones, dentro de una estructura de parentesco que impone a obligaciones y otorga derechos, que legitima la convivencia sexual, el intercambio y disfrute de bienes económicos, la privacía, la protección, educación y desarrollo personal de cada uno de sus miembros” (Pastor, 1997:99-100). Si este concepto fuera pauta de la definición de familia, entonces muchas de las consideradas conformaciones familiares no serían reconocidas socialmente como tales. Y entonces nos encontraríamos ante otra disyuntiva. Analicemos el porqué de los fundamentales conceptos dados por la antropología cultural acerca del origen y razón de ser de la familia, que advierten que “el parentesco es una de las manifestaciones sociales de mayor antigüedad. A través de él se resuelven necesidades primarias económicas, afectivas, educativas, garantía de ubicación dentro de la sociedad, de cobijo y defensa” (Vidal, 1997:102). Sin lugar a dudas el parentesco es uno de los pilares más fuertes que han sostenido a la familia durante siglos. Pero, como se ha dicho antes, actual-


mente existen familias reconstruidas1 que han venido a sustituir a las originales (Tedesco, 2000:52). La familia es, en sí misma, como dice López, “una construcción cambiante, mutante y dinámica” (López, 2001:91), por lo que es difícil elaborar un concepto que se acerque a su realidad en cada etapa de nuestra vida, de ahí la dificultad para definirla y contextualizarla, sobre todo en una época en que se pretende que el mundo viva conforme a ciertas condiciones igualitarias que exige la aldea global2, misma que, por otro lado, rechaza las verdades universales. Sin embargo diversas corrientes coinciden en definirla como un “sistema dinámico en interacción dialógica que pretende, o debe pretender, ayudar al individuo a desarrollar una presencia afectiva y efectivamente responsable en el mundo” (Pastor, 1997:104), concepto que ya indica mayor apertura y adaptación a las diversas conformaciones familiares existentes en la actualidad.

Después de analizar la forma en que diversos expertos visualizan a la familia y a su necesaria evolución, recordemos que se ha fortalecido dentro de las necesidades temporales y sociales del hombre, por lo que hoy reconocemos la importancia que tiene en la sociedad. Definimos a la familia como la unidad básica, sistémica y dinámica de la sociedad, preferentemente unida por lazos consanguíneos, que proporciona al ser humano protección y educación primordialmente en su etapa de formación inicial, en la cual aprende a definirse como ser individual, a integrarse y crecer como persona en una sociedad, pues de ella obtiene los elementos básicos como afectividad, seguridad, primeras normas, valores, actitudes, rituales, tradiciones, apegos y desapegos, elementos fundamentales para su desarrollo psicosocial.3 En esta unidad exis-

te un compromiso que implica libertad y responsabilidad en donde todos sus miembros son reconocidos y aceptados como personas y promueven el crecimiento de cada uno de ellos.

Bibliografía Feingold, Víctor, Editorial del número 17 de la revista Facility Magazine. García Hoz, Víctor (1973), Principios de pedagogía sistémica, España, Ed. Rialp. López A, Enrique (2001), Persona, familia y compromiso social, México, Universidad Latinoamericana. Pastor G. (1977), Sociología de la familia, Salamanca, Ed. Sígueme. Tedesco, Juan Carlos (2000), Educar en la sociedad del conocimiento, México, Ed. FCE. Téllez Antonio, y González, Alejandro (2001), Principios Básicos de Seguridad, Higiene y Medio Ambiente de Trabajo, México, Instituto Tecnológico de Tijuana. Vila, Ignasi (1998), Cuadernos de educación, familia, escuela y comunidad, Barcelona, Ed. Horsori.

Familias reconstruidas son aquellas familias formadas por personas separadas o divorciadas que viven con una nueva pareja, de modo que los hijos que forman parte del hogar no son necesariamente hijos biológicos de los dos cónyuges. 1

Aldea global. El rápido acceso a la información ha contribuido a que los acontecimientos que suceden a escala mundial, continental o nacional nos resulten más cercanos, y que la idea de la aldea global de Mcluhan se vaya haciendo realidad. Estamos bajo la impresión de que el mundo va adquiriendo una nueva dimensión por encima de nacionalidades, comunidades y localidades, de frente a un nuevo modelo social: la “sociedad globalizada”. Y vemos cómo esta nueva sociedad ha transformado también las relaciones del poder político y económico, y las experiencias culturales, dando lugar al nacimiento de un nuevo paradigma. Feingold. Víctor Editorial del número 17 de la revista Facility Magazine. 2

Factor psicosocial es un elemento del hecho social que pone en juego todo el funcionamiento del hombre dentro de un grupo; es un elemento externo que produce una respuesta o afecta la relación de la persona con su grupo o con otras personas en lo individual (Téllez, Antonio y Alejandro González). 3

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Una mirada al ciberbullying Patricia García Fajardo Dirección de Formación y Actualización Docente Toluca, Estado de México

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s muy sencillo: con un solo “clic” ya sea al mouse de la computadora o presionando la tecla “enviar” en el celular, se puede amedrentar o amenazar; aún más, se puede orillar a otro a vivir situaciones aterradoras, arruinarle la reputación e, incluso, la vida. Pero eso no es lo peor, lo execrable es la indiferencia con la que hoy día nos hemos acostumbrado al daño, que puede crecer de manera potencial cuando se inflinge a través de algún medio digital, pues los espectadores se multiplican con cada contacto. Pasar a otros un correo electrónico ofensivo puede parecer un juego, pero no lo es, constituye una táctica del llamado cyberbullying, es decir, intimidación o acoso cibernético, que es el término acuñado por el investigador canadiense Bill Belsey: “involucra el acoso a través de los medios electrónicos, incluyendo e-mail, blogs, mensajes de texto en teléfonos celulares y otra tecnología digital” (Gallagher, 2007). Posiblemente la táctica de acoso cibernético más popular entre los adolescentes y jóvenes sea grabar y distribuir imágenes o mensajes; sin embargo, “el robo de contraseñas para hurgar en la vida personal de las víctimas a través de la incursión en sus correos personales y el acceso ilegal de acosadores a sus computadoras personales a través de técnicas hacker son otro tipo de violencia que sufren los alumnos”.1

López, Lucio y Luis Antonio, “El cyberbullying en estudiantes del nivel medio superior en México”, X Congreso Nacional de Investigación Educativa. Convivencia, disciplina y violencia en las escuelas, en http://www.comie.org.mx/congreso/memoria/v10/pdf/area_tematica_17/ ponencias/0901-F.pdf.

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El cyberbullying es un fenómeno relativamente nuevo, derivado del bullying por la confluencia entre tecnología digital y el acoso o la intimidación. De hecho, se considera que el acoso cibernético, aunque parece más sutil, es más peligroso que el acoso tradicional porque trasciende las fronteras materiales, se esconde en el anonimato y, aún peor, la información fluye con una velocidad sorprendente. Tal vez muchos adultos o quienes trabajamos frente a grupo, tristemente hemos sido espectadores alguna vez, del jolgorio con que los estudiantes comparten imágenes o acciones de tipo sexual o “balconeo sexual”2 en la mayoría de los casos, grabadas vía celular, generalmente sin conocimiento de la víctima, con lo que se afecta su integridad y se le humilla. Lo lamentable, una vez más, mientras más se conozca a quien se exhibe pareciera aumentar el grado de morbo que provoca el envío. El uso de redes sociales en Internet ha potenciado el problema, pues en ellas, los usuarios (principalmente adolescentes y jóvenes) ponen en circulación infinidad de datos personales e imágenes “de su vida personal, de su familia, de su modo de transitar por la ciudad, de sus destinos, salidas, llegadas, datos explícitos de sus colegios, además de referencias personales, como correo electrónico y número de teléfono –fijo y a veces celular–” (Velasco, 2010:38) con lo que se ponen a sí mismos en un estado de franca vulnerabilidad (posibles secuestros, chantajes, acoso, etcétera). Otra táctica del cyberbulliying es el robo de identidad o la creación de perfiles falsos “que pueden ser creados, pretendiendo ser un individuo con el único propósito de intimidar a otros”3 y que en muchos casos, salvo con ayuda especializada, son prácticamente imposibles de rastrear. El cyberbullying es más complejo de lo que puede advertirse a simple vista; tal vez hemos sido testigos en más de

Poy Solano, Laura, En México, el acoso escolar es considerado foco rojo por su alta incidencia, sobre todo en primaria, en http://www.jornada.unam.mx/2010/02/10/index.php?section=socied ad&article=038n1soc 3 Helm Wright, Judy, Cyberbullying –New Term – Old Concepts, en http://cyberbullyinghelp. com/2010/11/22/cyberbullying-new-term-old-concepts/ 2

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una ocasión de mensajes homofóbicos, racistas, xenofóbicos o machistas puestos en foros de discusión, grupos o chat rooms (salas de chat) para tratar de ofender a quienes se sientan aludidos; a esto se le conoce como trolling “que es cuando alguien escribe mensajes provocadores en los foros de discusión, buscando la polémica en forma intencionada. Otro término asociado a los juegos online, es el griefing, que es intentar perjudicar a otro jugador o participante. Un ejemplo muy común es matar continuamente a los contrincantes del que queremos perjudicar, frustrando sus intentos de avanzar en el juego”.4 Asimismo, en la página web del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI), se advierte sobre el grooming, considerándolo aún más peligroso que el cyberbullying debido a que es “un adulto el que asedia a un menor seduciéndolo”, 5 también conocido como “cyberstalking”. 6

“Sticks and stones may break my bones, but words will never hurt me”. Los palos y las piedras podrían romper mis huesos, pero las palabras nunca me herirán.

Una preocupación compartida de quienes tenemos como tarea la de educar, es cómo podemos incidir en nuestros alumnos frente a este problema, aunque es innegable que las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) incluyen en el campo educativo, es precisamente ahí donde resulta más difícil controlarlo, debido a que las acciones de acoso cibernético suceden fuera de ella y del horario escolar. Pero estas exclusiones, temporal y espacial, no pueden desalentar a los profesores. Sin duda, es impostergable dar mayor peso en el aula a la reflexión y práctica de los valores humanos como son el respeto y la tolerancia. Me parece que si como docentes podemos contribuir con ello, ya no causarán hilaridad los videos en youtube

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de personas sufriendo accidentes seguidos por un sinnúmero de comentarios burlones y ofensivos por los protagonistas; tampoco será motivo de competencia el “subir” videos de golpizas entre adolescentes (lamentablemente las jóvenes han superado en violencia a los varones como bien puede apreciarse al visitar el sitio) o a otros por ser “emos”, “homosexuales”, “punks”, “gordos” o “anoréxicos”. Al respecto, los mismos sitios están también contribuyendo, por ejemplo, “en Facebook trabajan arduamente para controlar incidentes serios por medio del reporte en línea. Al llenar el reporte, los usuarios pueden lograr que fotos o comentarios abusivos sean eliminados. Facebook también hace que los ofensores paguen por las consecuencias, lo que incluye cerrarles la cuenta”.7 Sin embargo, educar en valores, aunque no es tarea fácil, no puede ser nuestra única misión como docentes, es prioritario ampliar nuestros conocimientos sobre las nuevas tecnologías para poder brindar ayuda a los estudiantes sobre qué hacer, cómo ponerse en contacto con los proveedores para reportar acosos o agresiones. Una sugerencia al respecto es investigar con los estudiantes sobre lo que les gusta ver en Internet y después, visitar sitios para conocerlos y así poderles brindar ayuda. Por ello, es indispensable que los profesores perdamos el miedo a “navegar” en Internet. El portal colombiano EDUTEKA,8 ampliamente reconocido en los círculos académicos, ofrece materiales pedagógicos y guías para docentes, padres y menores, para lograr una navegación e interacción segura.

¿Qué es el cyberbullying? en http://www.ordenadores-y-portatiles.com/cyberbullying.html Cyberbullying. Unidad de enlace de la Policía Federal Preventiva, en http://www.sisi.org.mx/jspsi/documentos/2009/seguimiento/04131/0413100002909_065. doc 6 ¿Qué es el cyberbullying? El acoso en Internet, en http://guiajuvenil.com/instituto/que-es-elcyberbullying-el-acoso-en-internet.html 7 Helm Wright, Judy, Ciberbullies- Bully on line, en http://cyberbullyinghelp. com/2010/10/03/texting-on-cell-phones-main-line-of-communication-for-teens/ Septiembre, 2010 8 Visitar la dirección http://www.eduteka.org/InternetSeguro.php 4 5


En México, de acuerdo con el IFAI, los casos de cyberbullying, dependiendo de su gravedad, pueden ser denunciados ante el Agente del Ministerio Público y, de ser necesario, se puede solicitar la colaboración de peritos en informática o a la Unidad de Delitos Cibernéticos de la PFP (Policía Federal Preventiva). Por último, si bien es cierto que la bravuconería no es un fenómeno nuevo en las escuelas, porque saber enfrentarse a otros ha sido parte de la vida escolar, lo alarmante, es la violencia extrema y que ha obligado a las víctimas a optar, incluso, por el suicidio ante las humillaciones de que son objeto. Mucho se puede hacer en las instituciones educativas para frenar el acoso cibernético, comenzando por establecer políticas claras y tajantes que prevengan y sancionen la intimidación que se da al interior de las escuelas, para que la agresión no se constituya en conducta típica o fascinante que después se reproduzca en los espacios virtuales.

Páginas electrónicas http://www.cyberbullying.org/ http://www.comie.org.mx/congreso/memoria/v10/pdf/area_tematica_17/ ponencias/0901-F.pdf. http://www.jornada.unam.mx/2010/02/10/index.php?section=sociedad&artic le=038n1soc http://www.jornada.unam.mx/2010/02/10/index.php?section=sociedad&artic le=038n1soc http://cyberbullyinghelp.com/2010/11/22/cyberbullying-new-term-oldconcepts/ http://www.ordenadores-y-portatiles.com/cyberbullying.html http://www.sisi.org.mx/jspsi/documentos/2009/ seguimiento/04131/0413100002909_065.doc http://guiajuvenil.com/instituto/que-es-el-cyberbullying-el-acoso-en-internet. html http://cyberbullyinghelp.com/2010/10/03/texting-on-cell-phones-main-line-ofcommunication-for-teens/ http://www.eduteka.org/InternetSeguro.php

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Discriminación de

los

alumnos discapacidad con con

las escuelas en en las Lisbeth Gabriela Rojas Valdés Usaer 19 Tlalnepantla, Estado de México

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ucho se ha hablado de la existencia de reformas que a las personas con discapacidad les permite la integración a las escuelas regulares, sin embargo, ¿serán suficientes con el cambio y apertura a nivel judicial, o se requiere de ir más allá? Una escuela igualitaria, incluyente, democrática, no se gesta sólo con el discurso conceptual de la necesidad de su existencia, una escuela integradora debe construirse, pero cómo lograrlo, cómo evitar la discriminación hacia los alumnos con discapacidad, cuando con facilidad puede caerse en ella, no sólo de manera actitudinal, también puede discriminarse en cuanto a la adquisición de los aprendizajes y contenidos. Se debe analizar si la escuela regular le permite al educando integrarlo, irse desarrollando como persona, ir aprendiendo y transformándose en función de sus capacidades y desde sus limitaciones, ir fortaleciendo y manifestando los valores adquiridos en su relación social durante la vida cotidiana del aula, como es el reconocimiento y respeto a sus diferencias. Como humanidad tenemos una historia, la cual no siempre ha sido positiva para las personas que padecen algún tipo de limitación, defecto o deficiencia; la concepción hacia la discapacidad se ha ido transformando con el paso del tiempo, atendiendo a los marcos políticos, sociales, económicos

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e ideológicos, ligados a determinados momentos históricos. En la edad antigua ante el desconocimiento de la patología, sabemos que existía en la mayoría de las civilizaciones un rechazo abierto, favorecido por las explicaciones de tipo mítico o demoníaco que culminaban con prácticas de infanticidio socialmente aceptadas. Durante la Edad Media o época del obscurantismo, la iglesia condenaba la discapacidad, atribuyendo a causas sobrenaturales la existencia de anormalidades, sostenía que las personas con algún tipo de discapacidad sobre todo con deficiencia mental o epilepsia, eran personas poseídas por espíritus demoníacos, y las sometía a exorcismos. Por otra parte, sentimientos contradictorios de compasión y bondad condujeron a la necesidad de fomentar el cuidado de estos grupos mediante su reclusión en monasterios. Posteriormente, en el siglo XVI, empiezan a buscarse explicaciones en la naturaleza misma y no en hechos externos a ella, se producen cambios importantes en las concepciones médicas desarrollándose lo que se denominó como educación de los impedidos (Pedro Ponce de León, Juan Pablo Bonet, Abad de LÉpée, Valentín Hüay, Luis Braille, Pinel, Pestalozzi, Fröebel, Itard). Con ello se logra la creación de centros especiales segregados, época denominada como la institucionalización y cuidado especial, situación histórica de una verdadera marginación social. Es hasta principios del siglo XX, cuando en el auge del proyecto de la modernidad (aunque en un principio predominaba más su carácter asistencial que educativo), se va conformando un sistema paralelo al sistema educati-

Historias hechas para ti

Domingo 21:00 a 21:30 hr hrs.s. 1520 AM en Atlacomulco 1080 AM en el Valle de México

1250 AM en Tejupilco 1600 AM en el Valle de Toluca

Radio Mexiquense radioteatro_relatos@yahoo.com MAGISTERI

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vo regular, en el cual se crean escuelas especializadas de acuerdo con las diferentes discapacidades, lo cual mantenía segregados a los alumnos. También fue el inicio de la “etiquetación”, que representó un elemento distorsionador, al convertir en el ámbito educativo el diagnóstico médico o psicológico en nomenclaturas clasificatorias para establecer o fundamentar las acciones pedagógicas del maestro. En las últimas décadas se ha venido mostrando una tendencia a concebir a las personas con discapacidad, bajo una

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visión normalizadora. Idea inspirada en planteamientos humanistas. La integración y su relación con la normalización, se constituyeron como política educativa a seguir, el niño con discapacidad debía integrarse a la escuela ordinaria o regular para favorecer su normalización (homogenización), la escuela regular permitirá la integración social del niño. A partir de esta integración educativa se genera un nuevo concepto de “necesidades educativas especiales”, su introducción provocó un cambio


importante en los discursos y prácticas educativas, sustituyendo con esta nueva denominación al diagnóstico. El término necesidades educativas especiales apareció por primera vez en 1978, se especificó cuando un niño o niña necesita una educación especial si tienen alguna dificultad en el aprendizaje que requiere una medida educativa especial. El concepto de necesidades educativas especiales, se relacionó con las ayudas pedagógicas o servicios educativos que determinados alumnos pudiesen requerir a lo largo de su escolarización, para lograr los objetivos de educación. Necesidades que se afirmó comprendían desde las más generales a las más particulares y específicas, relacionadas con el grado de dificultad en el aprendizaje. Pero en realidad se está alcanzando esta integración y aceptación, cuando nuestro sistema educativo ha generado una enseñanza con contenidos ho-

mogéneos, desarrollados con medios similares para todos los alumnos. Si logramos que en las escuelas regulares se deje de lado la discriminación, y se permita que todos los alumnos sean aceptados y apoyados, la respuesta educativa será más acorde con sus necesidades. La presencia de los alumnos con discapacidades plantea, pues, nuevos retos, ya que implica poner en marcha toda una serie de cambios y transformaciones organizativas y curriculares. Atender a la diversidad del alumnado reclama la realización de un proyecto educativo y curricular de centro atento a las diferencias individuales y de unas programaciones que lleven a la realidad del aula las intenciones y concreciones institucionales antes asumidas. En definitiva, todo el proceso de adecuación curricular debe permitir que los alumnos con necesidades edu-

cativas especiales alcancen de la manera más satisfactoria posible los beneficios que reporta la educación. Pero en la realidad, el docente de grupo está realizando de manera consciente estas adecuaciones curriculares, a favor de su alumno con discapacidad; se están llevando a cabo, o bien se están quedando en el papel, con lo que se deja fuera al alumno.

Bibliografía Ainscow, M. (1999), Tendiéndoles la mano a todos los alumnos: algunos retos y oportunidades, Siglo cero, vol. 30. Arnaiz Sánchez, P. (1995), “Integración segregación e inclusión”, en P. Arnaiz y R. De Haro (coord..): 10 años de integración en España, Murcia: Servicio de Publicaciones de la Universidad. Bracho, T. (1990), Distribución y desigualdad educativa: Análisis de la escolaridad a partir del censo, Documento de trabajo núm. 17, México, División de estudios políticos, CIDE. Carpizo, Jorge (1991), Los derechos humanos de los discapacitados, Serie de folletos 1991/20, México, Comisión Nacional de Derechos Humanos. Capacce, Norma (1987), Integración del Discapacitado, Buenos Aires, Humanistas.

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Educar

en la

era planetaria Germán Iván Martínez Escuela Normal de Tenancingo, Estado de México

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e ha vuelto un lugar común decir que vivimos en la sociedad del conocimiento. Difiero de esta postura. Creo, eso sí, que vivimos en una sociedad de la información. Ya en otro momento, basándome en José Antonio Millán, he tenido la oportunidad de abordar la diferencia (Martínez, 2007:44-49); hoy recupero el hecho de que la informa-

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ción es externa, fácilmente acumulable e inerte, mientras que el conocimiento es interno, sólo puede crecer gradualmente y es algo que, por ser vivo, se transforma rápidamente. Esta es, quizás, la característica esencial del mundo que nos ha tocado vivir: el cambio acelerado y constante. Dicho cambio no se reduce al ámbito informativo sino que toca prácticamente todas los órdenes: económico, político, religioso, social y cultural. De esta manera, la educación en general y los distintos niveles en particular, también se han visto en la necesidad de repensar su misión y visión, al replantear los objetivos que se han fijado para ajustarse a los nuevos reclamos que emergen de sociedades cada vez más complejas. Hoy, como nunca, enfrentamos una serie de problemas que si bien no tienen su origen en esta época, siguen vigentes en tanto queden pendientes sus soluciones. Por mencionar sólo algunos, podemos decir que los países viven divididos entre quienes tienen acceso a la información y al conocimiento y los que sólo son sus usuarios o, incluso, ni siquiera a eso pueden aspirar. Así, la brecha entre los países del “primer mundo” y los “tercermundistas” –todavía no acabo de comprender cuáles son los del “segundo mundo”–, no sólo se hace más ancha sino cada vez más profunda. Digo que los países industrializados y los subdesarrollados se distancian cada vez más y que la generación y aplicación del conocimiento no se comparten con aquellos países que aún dependen económica, política e incluso espiritualmente de los países en avanzada. Por otro lado, el número de pobres ha aumentado, el analfabetismo no se ha erradicado, la atención y educación de la primera infancia no se ha cubierto a

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cabalidad, la escolarización en enseñanza primaria, si bien ha crecido, presenta aún altas tasas de deserción, reprobación y repetición. Aunado a esto, el aprendizaje de los jóvenes es insuficiente y la cualificación de los docentes puesta en tela de juicio. Al tiempo, es fácil advertir que la desigualdad entre los sexos es aún una triste realidad; como lo es también la falta de financiamiento a las universidades y centros de investigación, el cuestionamiento de la calidad de la enseñanza, la resistencia al cambio, el anquilosamiento de las instituciones, la rutinización de los quehaceres, la sobreadministración o burocracia excesiva, el malestar docente ligado ahora al malestar directivo y estudiantil que, conjugados, se traduce en un mal-estar generalizado. Pero en el plano mundial las cosas tampoco andan bien. La paz se halla permanentemente amenazada y la intervención militar es una estrategia política que se pretende justificar en pos de supuestos desarmes, cuando sabemos que estos últimos han permitido y alentado el saqueo y la devastación. Ésta, como nos hemos percatado, no sólo ha sido económica sino ecológica. Hoy, como nunca, la salud del planeta y, por ende la nuestra, está en peligro. La agresión antropogénica del hombre respecto del medio es una situación que lejos de disminuir, se agrava. El calentamiento global, la degradación de la biodiversidad, las crisis que se derivan y que vendrán pronto a partir de la extinción del petróleo –financiera y energética, pero también y quizá más ferozmente sanitaria y alimentaria–, traerán consecuencias desastrosas para una sociedad que es incapaz de tener una visión de futuro. De ahí que se haga necesaria una educación para este siglo que tome en cuenta estos y otros

muchos problemas (Tamayo, 2010). Y es que, como advirtió Howard Gardner en su libro Las cinco mentes del futuro: “Sólo veo dos razones legítimas para adoptar nuevos métodos educativos. La primera es que las prácticas actuales no funcionen debidamente […] La segunda razón es que las condiciones del mundo han cambiado de una forma sustancial” (Gardner, 2005:10). De esta forma, si hoy los estudios de prospectiva nos exhortan a mirar al futuro, lo hacen porque, como afirma Gardner, “la educación sigue siendo básicamente una preparación para el mundo del pasado en lugar de ser una preparación para los posibles mundos del futuro”.1 Lo que tenemos que superar entonces es una educación centrada en el maestro, memorística y repetitiva, para dar paso a otra centrada en el alumno, en el desarrollo de habilidades cognoscitivas y prácticas, y en la adquisición, consolidación y fortalecimiento de competencias. Respecto de este último término Philiphe Perrenaud ha dicho que la competencia es una “movilización de saberes”; esto es, una transferencia no sólo de conocimientos sino de actitudes, valores y principios éticos para la adecuada resolución de problemas. Una competencia, tal y como la entiendo, no se reduce a saber algo, sino a saber hacer algo con lo que se sabe, además de saber el momento más oportuno para hacerlo y los fines y las consecuencias de tal acción. Por ello, cuando Gardner afirma que la educación es “preparación para la vida”, lo hace sabiendo que la vida del hombre no se da en solitario, es una vida social. El hombre, tal como nos enseñó Aristóteles, es un zoon politikon, un animal político, un animal cívico que se

ibídem, p. 18.

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desarrolla y adquiere aprendizajes en comunidad, en la relación con los otros. Es en la ciudad –en la pólis, es decir en la sociedad organizada políticamente–, donde se forma al ciudadano que no es otra cosa sino un miembro activo de una civis, de una ciudad. Por este simple hecho, esto es, por haber nacido en una comunidad a la que hemos de pertenecer, adquirimos, y esto luego de un largo proceso de aprendizaje y una maduración no sólo física sino mental, nuestra condición ciudadana. La ciudadanía, entonces, nos hace acreedores a una serie de derechos y deberes. En este sentido, cuando uno escucha la expresión educación para la ciudadanía podría suponer que se trata de una tautología, pues toda educación implica una formación que se da a partir de un proceso de aculturación y socialización; lo que nos hace pensar que no hay educación que no sea para insertar al hombre en la sociedad de la que forma parte, adquiriendo los principios, valores, creencias, saberes y técnicas propios de dicha sociedad. No obstante, vista con detenimiento, la expresión educación o educar para la ciudadanía tiene que ver con un reclamo relativamente reciente: educar a los niños y jóvenes para ejercer su ciudadanía. Esto quiere decir, entre otras cosas, que no podemos hablar de una educación neutral. Tal educación no existe. Toda educación es política en tanto se da dentro de una sociedad y atiende la formación de sus ciudadanos. Educar para la ciudadanía es, según la Recomendación del Comité de Ministros a los Estados miembros sobre la educación para la ciudadanía democrática en España, permitir “que el individuo actúe durante toda su vida como un ciudadano activo

y responsable, respetuoso con los derechos de los demás”.2 La misma Recomendación dice que la educación para la ciudadanía: […] es un factor para la cohesión social, el mutuo entendimiento, el diálogo intercultural e interreligioso y la solidaridad, que contribuye a fomentar el principio de igualdad entre hombres y mujeres, y que favorece el establecimiento de las relaciones armoniosas y pacíficas entre los pueblos, así como la defensa y desarrollo de la sociedad democrática y de la cultura. [Por otro lado –recomiendan–] debe ocupar un lugar prioritario en la reforma y ejecución de las políticas educativas [al ser] un factor de innovación en lo que respecta a la organización y gestión de los sistemas educativos globales, así como de los métodos de enseñanza y planes de estudio.3 La educación para la ciudadanía tiene que ver, como plantea Edgar Morin, con el imperativo cada vez más necesario de civilizar la civilización. Al respecto, dice: “La misión de la educación para la era planetaria es fortalecer las condiciones de posibilidad de la emergencia de una sociedad-mundo compuesta por ciudadanos protagonistas, conscientes y críticamente comprometidos en la construcción de una civilización planetaria” (Morin, 2003:122). Esto tiene que ver, como sugiere Ernesto Sábato, con propiciar una mundología de la vida cotidiana, que no es otra cosa sino que la propia sociedad aprenda a orientar su civilidad a partir de la percepción y atención de los problemas más urgentes y globales.

Recomendación del Comité de Ministros a los Estados miembros sobre la educación para la ciudadanía democrática adoptada por el Comité de Ministros el 16 de octubre de 2002, en la 812ª. reunión de los Delegados de los Ministros, en línea: http://www. educacionciudadania.mec.es/pdf/Recomendaciones.pdf 3 ídem. 2

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Pero debemos ir más allá. Para lograr lo anterior es necesario superar una inteligencia mecanicista, desunida, compartimentada e instaurar otra que articule el conocimiento segmentado, que multidimensionalice lo que se ha tornado unidimensional, que complejice lo que se muestra en la apariencia de la simplicidad. En palabras del propio Morin no sólo es necesario sino urgente traspasar una inteligencia que ha sido “a la vez miope, présbita, daltónica, tuerta, [y que] muy a menudo termina siendo ciega”.4 Como se puede deducir, la educación para la ciudadanía es una estrategia de sobrevivencia en la que el hombre aspira, legítimamente, a construir una civilización mejor. Civilización que supere nuestro subdesarrollo moral, espiritual y psíquico, pero que no caiga en la alfabetización arrogante y el academismo petulante. Por ello, dice Morin, “El principal objetivo de la educación en la era planetaria es educar para el despertar de una sociedad-mundo […] que implica la existencia de una civilización planetaria y una ciudadanía cosmopolita”.5 Dicha ciudadanía tiene que ver con el reconocimiento del otro como parte fundamental del nosotros. Tiene que ver con la tolerancia a culturas y sociedades diferentes; con el respeto a sus costumbres y su lengua, con la revaloración de sus normas, ideales, valores y formas de ser y proceder. Esta ciudadanía involucra reconocer en la globalización no sólo la mundialización del aspecto económico sino la apertura a lo multidimensional en donde lo político, lo religioso, lo ideológico y lo sociocultural se haya imbricado, articulado en una mutua interdependencia. Por otro lado, una ciudadanía cosmopolita tendría que pensar fundamen-

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talmente en el reconocimiento y la valoración de lo otro: la natura, lo dado, aquello contra lo que se opuso el ser humano precisamente cuando se desvinculó creyéndose distinto y cuando se hundió en un egocentrismo desmedido. De todo esto se desprende la necesidad de una educación que tenga una visión de futuro que recupere, entre otros, los aspectos que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó el 8 de septiembre de 2000 en la Declaración del Milenio: 1) Valores y principios, 2) la paz, la seguridad y el desarme, 3) el desarrollo y la erradicación de la pobreza, 4) la

protección de nuestro entorno común, 5) los derechos humanos, la democracia y el buen gobierno, 6) la protección de las personas vulnerables, 7) la atención a las necesidades especiales de África y 8) el fortalecimiento de las Naciones Unidas. Hoy vale la pena releer con detenimiento cada uno de estos ámbitos que incluye una serie de premisas interesantes. Pero el propósito no es simple. Entender y atender la complejidad humana es, hoy, uno de los enormes retos que tiene la pedagogía y la educación contemporáneas.

ibídem, p. 134. ibídem, pp. 78-79.

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Max ax U Uranga ranga

El artista nace y se hace

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ax Uranga empezó a pintar desde niño y ganó el primer lugar de un concurso estatal de pintura en La Paz, Baja California Sur, en 1964, cuando cursaba primero de primaria. Nacido en Morelia y residente en Atlacomulco, Uranga reflexiona si el artista nace o se hace, y concluye que el arte es una vocación o aptitud que el autor trae de nacimiento, pero que, desde luego, con experiencia y aprendizaje, logra tener seguridad en todo lo que se propone. Él dice que hay dos tipos de pintores: los que dicen que lo son porque han pintado algo en su vida (y actualmente no lo hacen) y los que, además de decirlo, se pasan todo el tiempo produciendo obra al punto de que los cuadros no caben en su casa, estudio, o taller y, por lo tanto, se ven obligados a exponer y vender aunque sientan que están vendiendo a sus hijos. Comenta que es difícil vivir de la pintura, pero no imposible. En una sociedad ilustrada y con nivel económico alto, el pintor puede producir arte fino con motivos del agrado de ese estrato social y de esa manera tener altos ingresos. Si el pintor vive en una sociedad inculta podrá realizar cuadros sencillos con contenidos fáciles de entender y tendrá que venderlos a bajo precio. El desconocimiento de la realidad económica del entorno puede frustrar a un creador que pinta “por amor al arte”. Para Max, el disfrute de la creación plástica se puede combinar con la enseñanza y la formación de talentos, haciéndoles seguir diversos caminos de creación. Los temas tratados por Max son muy variados y obedecen a influencias de todo tipo así como al contenido de sus sueños.

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hagallo Acrílico sobre madera 70 x 45 cm 2007 20

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Max & Max vanghogueando

Óleo sobre tela 40 x 30 cm 1991

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a edova Acrílico y pedecería de tela sobre madera 20 x 25 cm 2009

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itanas Acrílico y pedecería de telas sobre madera 25 x 20 cm 2009

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draiata Acrílico sobre madera 40 x 30 cm 2008

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sperando Acrílico sobre madera 40 x 30 cm 2009

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eña de cambay Acrílico sobre madera 55 x 35 cm 2007

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l perfil de mi gallo Acrílico sobre madera 70 x 88 cm 2008 22

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allo metálico Acrílico sobre madera 52 x 42 cm 2007


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erfil del bueno Acrílico sobre madera 40 x 30 cm 2009

Un gallo para las fiestas

Acrílico sobre madera 50 x 75 cm 2008

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pocalipsis Óleo sobre madera de reciclado 52 x 100 cm 2000

El Dorado rumbo a Los Planes BCS

Acrílico sobre manta arrugada 55 x 45 cm 2005 MAGISTERIO

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El manto de la noche

Alma Delia Fuentes Nogales Colegio Jean Piaget Nezahualcóyotl, Estado de México

El manto de la noche envuelve mi cuerpo, seduce a mi mente, aleja mi espíritu, somete a mis instintos. Las sombras que la luna forma sutilmente delinean una figura tuya, hacen el contorno de tu cuerpo, de tus piernas, de tus brazos, de tu vientre, de tu esencia, del espacio en que me tomas, en que me elevas, donde me matas, donde me callas, donde me amas.

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La oscuridad que hace la noche juega con mi mente, asalta mi sentir, acrecenta mi necesidad, mi hambre y mi sed. Y el frío en el espacio juega malas bromas en mi lecho, porque es tu vacío en mi aposento, una cruel tortura a mi razón, a mi sentido, a mis fantasías. Porque mientras con mis dedos descubro sensaciones, despierto tentaciones e invoco ilusiones, giro mi costado y no te encuentro, giro mi costado y no te siento, busco tu ayuda, tu auxilio, busco tus manos, implorando una caricia, tus labios rogando un beso y no estás, y no te veo y no te encuentro. Cruel noche que me tortura, cruel noche que me atormenta, que entre delirios me desespera, que entre húmedos sueños me inquieta y amargos despertares me entristecen. Es tu distancia un castigo, es tu lejanía un martirio, es tu ausencia mi delirio, mi pena, mi carga, mi sentencia.

Le temo al final del día, le temo al caer de la tarde, le temo al nacer de la noche, le temo y me aterroriza… Porque sé que no te veré más, porque sé que soltaré tu mano, que besaré tus labios, que veré tus ojos, por última vez en ese día, porque al morir del día, muere también parte de mi ser, parte de mi alma, de mi cuerpo, porque no estaré junto a ti y el manto de la noche entrará por mi alcoba y será mi tormento. Por favor, mi amor, no permitas más mi agonía, mi angustia, mi sufrimiento, de verdad el dolor me doblega, la pena me fatiga y tu ausencia me lastima. Ya no te separes de mí, ya no duermas lejos de mí, enreda tus piernas entre las mías, toma mis manos entre las tuyas, acaricia mi rostro, mi cabello, confunde tu ser con el mío. Tómame siempre, tómame toda, tómame en el día, en la noche, todas las noches de mi vida te las dedico, te las doy.

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El descenso Melié

Ayer visité el infierno: no es ardiente como pensaba; al contrario, me heló el corazón; tampoco había gente bailando en torno de una hoguera, ni vi a nadie fornicando ferozmente, lujuriosamente. Ayer visité el infierno y todavía llevaba en los labios el gustillo del paraíso, tal vez por ello el infierno me supo más amargo aún cuando de memoria bien conozco su sabor: es el láudano que hace años he tomado a cucharadas. Ayer visité el infierno y comprendí lo que sintió Luzbel al ser expulsado del Edén. Ahora no tengo ni promesas. Si estoy, es bajo mi riesgo no podré decir que me engañaron. ¡Qué ganas de que aún me engañaras! Como un rayo me cayó la soledad rasgó mi corazón me enfermó el alma deshizo mis esperanzas. La realidad no es tan mala cuando los sueños no te dejan verla de frente, porque verla de frente es el peor de los infiernos.

Quién pudiera transformar el aula María Guadalupe Villegas Tapia Escuela Normal de Nezahualcóyotl Estado de México

Anhelan los seres humanos ser mejores indagando en este mundo aquello que les muestre el sendero, buscando en las flores su perfume, en los animales su ternura y en sí mismos los valores que los hagan únicos, diferentes. No hay lugar en donde no los busquen, lo hacen en la montaña más alta, lo hacen en las faldas de los volcanes, en las islas, en las sierras, en desiertos y ciudades, en los camiones, en el Metro, en las calles; pero, ellos están ahí, donde tan sólo tú sabes que los encontrarás. Pocas veces nos asomamos hacia adentro, porque cuando lo hacemos, se agitan los mares, el viento sopla con fuerza y laten los corazones, pero si tan sólo resistiéramos un poco, podríamos ver entre ese caos las siluetas de ellos que nos piden responsabilidad y honradez. Los podríamos ver flotando entre la espuma, oír a través del viento; después, ya en calma, nos susurrarían pidiéndonos amor, de ese amor que al darlo sin reserva, se devuelve duplicado, porque con él, la vida puede llamarse vida y no muerte. Sí, de ese amor, que se dispersa por todo tu cuerpo y procura hacer el bien, del que ofrece ayuda, que aleja el egoísmo, del que tienes en tus manos. Sí, de ese amor que cree en el otro y que no sabría el sitio donde habita, pero que tú sí sabes y que eres capaz de dar, que fluye de tu ser como rayo del sol. Cuando te has asomado y comienzas a quedarte en ellos, una y otra vez; a diario, en cualquier lugar, en cada momento, en cada instante, podrás asomarte a otro lugar, muy conocido por ti, desde hace tiempo. Fuiste a él desde pequeño, también gozaste con un garabato coloreado. No me digas que no recibiste aliento, también has departido con amigos, pero también te ha costado una lágrima o algún anhelo frustrado. Ya sabes de qué lugar te hablo, es el aula, ese, que reconoces fácilmente, porque desde tus años infantiles no ha cambiado.

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Pero ahora tú que has tenido el privilegio de asomarte a donde habitan los valores, no podrías dejar intacta, ni silla, ni mesa, ni pared, ni pizarra, ni cosa material, mucho menos el corazón y la mente del niño o niña que a diario llegan con el ansia de aprender, nutrir su mente y su espíritu. ¿Te has preguntado, maestro, si tienes el derecho, después de haberte asomado por un instante al lugar de los valores, si puedes vivir sin actuar? Tú tienes parte de la llave, úsala, transforma el aula, continúa asomándote al umbral de los valores y no te olvides de que fuiste niño. En fin, educar para la comprensión, entender las instituciones y apoyarlas, guiar al alumno en su desarrollo cultural hacia una educación progresista y sin limitaciones. Construir entornos educativos para los niños, donde latan sus corazones y vibren sus cuerpos, delimitándose con el método en proyectos y el desarrollo de sus habilidades cognitivas. Maestro, impulsa la alfabetización en los primeros años del niño, para que disfrute de la lectura y la escritura, para que sus ojos descubran los textos y vuele su imaginación, para que sus tiernas manos se deslicen sobre el papel. Educar en la comprensión a ese niño que está ansioso de aprender, encontrar los vacíos entre el aprendizaje intuitivo, el tradicional y el especializado, ayudar a ese niño que desea poner en juego su precoz inteligencia, ésas que le permitirán concebir el mundo y concebirse a sí mismo. Mira hacia atrás, hacia tu niñez: cómo olvidar cuando empleaste el lenguaje con tus amigos, cuando te esforzaste por hacer un análisis lógico-matemático, cuando hacías representaciones histriónicas. Cómo olvidar las ilusiones, las fantasías, los anhelos, cuando te deleitabas con la música, cuando jugueteabas por todos los rincones y descubrías las potencialidades de tu cuerpo. Cómo olvidar la sonrisa de tu rostro, cuando descubrías el mundo y te descubrías a ti mismo y en ese encontrarte, has crecido, te ves sereno, sabes muchas cosas, la vida te ha dado alegrías y tristezas. En tus ojos se nota la ilusión de ser alguien diferente, ese ser que rema contra la corriente y que intentará transformar el aula e ir a la comprensión. Aunque tenga por barrera un sistema que lo estrangula, ¡Pero no lo mata!

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La creatividad, el juguete Gloria María Concepción García Chávez Dirección de Formación y Actualización Docente Toluca, Estado de México

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Por qué jugamos? Si observas el comportamiento del ser humano, puedes darte cuenta de que aquellos que no reciben caricias y atenciones sufren un desequilibrio mental y físico; las caricias desencadenan emociones, por lo tanto, el placer que el individuo siente en ese fugaz momento significa aceptación, apego, simpatía, interés, cordialidad, aprobación, asentimiento, amor, afecto, etc. Esta experiencia no siempre es posible, y entonces un sustituto cualquiera cobra sentido; la manipulación de objetos juega un rol especial en la vida del hombre, le damos al niño objetos-juguetes para que se entretenga, porque no podemos estar con él y su disfrute le da esa sustitución transitoria, es así como se concibe el juego. Desde que el hombre apareció sobre la faz de la tierra, empezó a crear objetos para el juego. Habitaba en cuevas o a las orillas de ríos y tenía a su alcance hojas, semillas, restos de huesos, ramas, etc. que con un poco de imaginación facilitaban el juego; en ruinas de culturas antiguas se han descubierto juguetes de madera, barro, piedra, trapo, etc., todos hechos a mano, objetos que evolucionaron y dieron pie, a tra-

vés de la historia, a que el juguete formara parte del entorno del hombre. Se fabricaron objetos artesanales de todo tipo, propios de niños y adultos. La Revolución Industrial dio un giro impresionante a su manufactura individual, pues facilitó la reproducción y se hicieron juguetes en grandes cantidades, se perfeccionaron, la tecnología avanzó y nos sorprendió con juguetes cada vez más apegados a la realidad; hoy existen videojuegos, pequeños autos, aviones a control remoto, muñecas y animales parlantes; sin embargo, si echamos un vistazo al pasado se recuerdan con agrado los juguetes que entonces existían y que muchos conservan como tesoros de su infancia: caballos de madera, soldaditos de plomo, chintetes (animales de madera en forma de lagarto o de víbora), boxeadores de madera, muñecas de trapo, juegos de té, maquinitas de coser, lotería, trompos, baleros, canicas, trenes de hojalata o de latón, pelotas, canicas, matracas, títeres, sonajas, caballitos mecedores de madera, arco y flechas, rifles de madera, pistolas de “fulminantes” o de agua, futbolito, y tantos otros que han caído en el olvido. MAGISTERIO

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Un juguete es un objeto que el hombre ha creado para matar el tiempo y distraerse, destinado a diferentes edades, los hay también para animales domésticos como perros, gatos y aves, es utilizado individual o colectivamente. Está asociado con la historia del hombre, con su cultura, y por sus particularidades es clasificado como preparación para la vida adulta, es así como representan o simulan actividades como la educación materna de las muñecas, a las que darles de comer, vestirlas, asearlas, hablarles y darles consejos buscando que se porten bien, mientras que para los niños existen juguetes con temas de guerra, aviones, carros, ca-

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ballos, naves espaciales, botiquines de consulta médica, etc. Además, los juguetes se clasifican por edades: bebés, niños, adolescentes y adultos; por otra parte encierran aprendizajes, estimulación temprana, habilidades motrices finas, psicológicas, sensomotrices. Entre otras habilidades contribuyen a la convivencia, la memorización, la identificación, la sociabilidad, la comunicación, la afición constructiva y el desarrollo de género; los hay para jugar en espacios abiertos y cerrados, por medios electrónicos proyectan a los súper héroes del momento o los más vistos en la televisión, en fin, un niño sin juguetes no se concibe en la actualidad, ya que explora, descubre, aprende e interactúa con ellos.

Los avances en su producción han permitido que los juguetes hechos con materiales como madera, trapo, piedra, papel, etc., sean ahora de elementos plásticos, sintéticos con estándares de calidad e higiene, no tóxicos, con recomendaciones especiales de acuerdo con la edad del niño, evitando los que tienen filos o sustancias contaminantes. Los juguetes tradicionales se denominan así, porque han existido por generaciones, usan materiales y técnicas de fabricación ancestrales, son baratos, se encuentran en el comercio popular de mercados y tianguis, los consumen familias de bajos ingresos, han dejado de tener demanda, algunos son escasos y llegará el tiempo en que sólo se vean en vitrinas de museo. Además, existen los juguetes de temporada: máscaras, instrumentos musicales, muñecos navideños, figuras de Día de Muertos, de Semana Santa, fiestas patrias y otros propios de toda ocasión y al alcance de todos los bolsillos. Como complemento de los juguetes se inventaron rondas que se acompañan con risas, cantos, rimas, baladas, versos, etc... Son ejemplos de esto el bote pateado, las cazuelitas, la venta de los listones, burro dieciséis, 1 2 3, calabaza, estatuas de marfil, el avión, stop, el resorte, ¿Papá, puedo?, ladrones y policías, la loca, la víbora de la mar, las cebollitas, el lobo feroz, la rueda de San Miguel, las escondidillas, amó ató matarile rile ron, los pellizcos, bisteces, piedra papel y tijera, Doña Blanca y las carretillas, entre


otras. El común denominador de éstos era la imaginación. Pero ¿desde cuándo existen los juguetes en México? La historia del juguete es también la historia de la humanidad; en el caso de México el juguete más antiguo conocido es la pelota, de la que resulta difícil datar con exactitud el momento de su aparición, dadas las escasas referencias arqueológicas, que hablan de pueblos mesoamericanos que consideraban la pelota como un objeto ritual propio de príncipes y reyes que asemejaba un astro (el sol o la luna) y su recorrido en la bóveda celeste. De su elaboración se habla posteriormente en la llamada “Historia Natural de las Indias” crónica que describe los materiales naturales de yerbas, raíces y extractos de plantas, que cocidos formaban una masa negra que no se pegaba a las manos, de peso considerable. En la Nueva España, existió una amplia variedad de figurillas, sonajas y silbatos hechos por los indígenas y fue en ese periodo cuando las fiestas religiosas y civiles sirvieron de pretexto para que los artesanos fabricaran juguetes a imitación de los traídos del Oriente y de Europa. En muchas pinturas de la época se puede observar a niñas con muñecas de porcelana o trapo y niños con trompos, así como cazos y espadas de cartón, máscaras, sonajas, figuras de tule, trompos, perinolas, serpientes, piñatas, matracas y soldados de plomo. Durante el periodo de 1860 a 1914, la segunda Revolución Industrial en Europa incrementó la producción de juguetes; comenzaron a diseñarse en grandes fábricas, lo que amenazó la elaboración de juguetes típicos en el mundo y México no fue le excepción.

En aquella época era común ver muñecas europeas vestidas de colorines “muy mexicanas”, para que se vendieran en lugar de las tradicionales muñecas de trapo. A partir de entonces, los juguetes mexicanos compitieron con los extranjeros, se hacían figurillas de cartón, jinetes tejidos de tule, palma tejida, madera, hojalata, algodón y cera con raíces mexicanas. Posteriormente surgieron los títeres sin hilos, conocidos como “fantoches”, después, se fabricaron las marionetas con hilos y madera, con cabeza de cartón y enaguas de lentejuela y diamantina. Fue hasta el siglo XX cuando se inició el uso de juguetes más elaborados que se movían con electricidad o con baterías, lo que dio mayor impulso a la electrónica hasta llegar a la época actual, en que un sin fin de juguetes están computarizados. Los juguetes tradicionales, sin embargo, no han perdido sus principales características, cada región conserva los suyos. Actualmente, los avances de la industria del juguete son infinitos.

Sin embargo, hay algunos de tipo tradicional como los cometas o papalotes de papel de china, perinolas, negritas de trapo con enaguas rojas de lunares blancos, soldados de plomo, trenes de madera, barcos de lámina, etc., que no obstante que los fabriquen con otros materiales, nunca serán mejores que los de antaño. Los juguetes forman parte de nuestras tradiciones y costumbres y los artesanos de nuestro país no han dejado de fabricarlos, depende de nosotros que perduren y no pierdan su espacio entre las diversiones de los niños mexicanos. Páginas electrónicas http://es.wikipedia.org/wiki/Juguete http://tramoyam1.blogspot.com/2009/07/juguetesmexicanos-traidos-por-los.html http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache: B2O2UQT8d1wJ:www.monografias.com/trabajos7/admi/ admi2.shtml+REVOLUCION+INDUSTRIAL+1860+en+m exico&cd=1&hl=es&ct=clnk&gl=mx&source=www.google. com.mx http://www.mexicolindoyquerido.com.mx/mexico/index.php http://www.voltairenet.org/article164289.html www.juguetesmexicanos.com/

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Relaciones humanas y valores en la familia y en la escuela Yesenia Rodríguez Avilés Escuela Primaria Vicente Guerrero San Simón de Guerrero, Estado de México

Las relaciones humanas surgen del desarrollo de una sociedad, cualquiera que ésta sea; hablar, escuchar, transmitir, son funciones que ejercemos al relacionarnos con otras personas. […] todo hombre al nacer se encuentra en un mundo ya existente, independiente de él. Este mundo se le presenta ya constituido y aquí él debe conservarse y dar prueba de su capacidad vital. Heller, 1998

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e igual modo, cuando un individuo pasa a formar parte de una familia, ésta ya cuenta con formas de vida o patrones establecidos que no cambiará por la llegada de un nuevo miembro. Esta experiencia de vida genera todo tipo de actitudes, positivas y negativas, que el individuo acepta sin cuestionar, ya que forman parte de su contexto. En este sentido, la escuela representa para la sociedad un cimiento donde los niños fortalecen sus raíces de identidad. De la escuela depende la personalidad de los alumnos, sin dejar de lado a la familia, pues ésta, es la más directa influencia en cuanto a relaciones humanas y valores se refiere. Educar en valores es, en realidad, establecer una serie de medidas orientadas a educar a los niños y jóvenes para que sepan valo-

rar, es decir, discernir, apreciar, elegir, partiendo de que las personas somos seres complejos y contradictorios, de pensamientos y emociones que se entrecruzan constantemente; es claro que las respuestas que damos a menudo no siguen la norma sino el deseo (Charabati, 2008). La familia que educa en valores, puede dar a la sociedad hombres y mujeres solidarios, responsables, respetuosos y todo lo que implica la educación moral; por otro lado, la escuela es la que fortalece los valores cívicos y da ejemplo de lo que es un buen ciudadano, pues como reza un dicho popular. “La palabra convence, pero el ejemplo arrastra”; la realidad es ésa, pues si convivimos con alguien que demuestra ser solidario, por lógica nuestra tendencia será semejante, pero si por el contrario trabamos amistad con un ser antisocial llegará el momento en que trataremos de imitarlo y esto nos hará formar parte de un circulo vicioso en donde se hará efectivo aquello de: “Dime con quien andas y te diré quien eres” (Parte de la cultura mexicana son los dichos, que también inculcan valores). La educación en valores abarca las distintas etapas formativas, pero tiene diferentes particularidades según los alumnos que forman el grupo y según los valores que la familia les haya incul-


cado. A modo de ejemplo, los valores transmitidos por la familia pueden ser: amistad, ayuda, colaboración, respeto, tolerancia, compromiso, esfuerzo, autoestima, etc. Si el niño no recibe estos valores que son fundamentales para relacionarse con los demás, en la escuela impera la ley del más fuerte y la violencia, que se ve reflejada en los acosos que ocurren entre los compañeros y que Harris define como: ...una conducta extrema que supone el maltrato; sin embargo, muchos niños sufren a diario burlas o una situación de exclusión que no se ajustaría a la definición estándar de conducta extrema (Harris/Grant, 2003). El acoso en las escuelas es parte de una relación que forma parte de nuestras vida cotidiana, que se repite una y otra vez debido a que muchos niños son tratados con violencia a tal grado que cuando llegan a la escuela descargan la ira que sienten al ser maltratados en sus hogares y transmiten a otros niños esa falta de valores. Como se dijo anteriormente, la familia tiene el papel más importante dentro de la sociedad, pues de ella depende enseñarnos a ser responsables, puntuales, seguros, respetuosos y responsables. La responsabilidad tiene un efecto directo en otro valor fundamental, que es la confianza. Confiamos en aquellas personas que son responsables. Ponemos nuestra fe y lealtad en aquellos que de manera estable cumplen lo que prometen. La responsabilidad es un signo de madurez, pues cumplir una obligación de cualquier tipo no siempre es fácil, ya que, a veces, implica esfuerzo. La responsabilidad puede parecer una carga, y el no cumplir con lo prometido origina consecuencias. La responsabilidad es un valor esencial porque, gracias a ella, podemos convivir pacíficamente ya sea en el plano familiar,

amistoso, profesional o personal. Por otro lado, la puntualidad hace agradables a las personas, pues cuando la observan demuestran respeto a otros; por el contrario, la falta de puntualidad habla de la escasa o nula organización de nuestro tiempo, limita la credibilidad y reduce la confianza. Otro de los valores que tiene su origen en la familia y se refleja en la escuela es la honestidad, que se demuestra cuando una persona decide actuar con base en la verdad y en la auténtica justicia, dando a cada quien lo que merece, incluida ella misma. Ser honesto es ser verdadero y estar acorde con la evidencia que ofrece el mundo en sus diversos fenómenos sociales; es ser genuino, auténtico, objetivo. La honestidad expresa respeto por sí mismo y por los demás, siembra confianza en otras personas. La honestidad no consiste sólo en franqueza (capacidad de decir la verdad), sino asumir que la verdad es sólo una y que no depende de personas o consensos sino de lo que el mundo real nos presenta como innegable e imprescindible. La honestidad hace surgir esa parte oculta de nosotros que salta a la vista sin que la nombremos, eso que nos permite tener amigos que nos acepten y que formen parte de nuestra vida.

Las amistades suelen comenzar de improviso y muchas veces sin buscarlas, en el camino de la vida vamos encontrándolas, todo comienza porque alguien nos cae bien o porque comparte nuestras convicciones, sentimientos, gustos, aficiones, opiniones, ideas políticas, creencias, religión y otras cosas en común que fortalecen la amistad; generalmente, la escuela es el lugar idóneo para hacer amigos que entran en nuestra vida y nos hacen sentir seguros; parte de esta seguridad es sentirse bien con una persona, conversar y compartir con ella sentimientos que conducen a lograr eso que llamamos amistad. Estos valores y otros más son parte de las buenas relaciones humanas, que hacen posible que convivamos sanamente y en armonía en los diferentes espacios de la vida diaria.

Bibliografía Harris/Grant (2003), El acoso en la escuela, Buenos Aires, Paidós. Heller, Agnes (1998), Sociología de la vida cotidiana, España, Península. Charabati, Ester (2008), Novedades educativas, México.

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Fortalecimiento y educación en valores en procesos formativos de aprendizaje

Silvia Flor Godínez Mávil Jardín de Niños Profra. Natalia Carrasco Chiautla, Estado de México

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as relaciones que se establecen entre un centro escolar y la comunidad tienen que ver con las concepciones acerca de la función social de la escuela, de la educación escolar –la escuela como servicio público, la función de los educadores–, es decir, las relaciones de la escuela con la comunidad reflejan un conjunto de opciones educativas y sociales. Más que una serie de técnicas y actividades, es un asunto central de una propuesta pedagógica, porque la disociación escuela-vida sigue siendo un problema central. Si los profesores desconocen las condiciones y peculiaridades de la educación familiar, difícilmente pueden incorporar el contexto socio-familiar a sus proyectos educativos curriculares. Las condiciones de las familias son muy importantes. “Las familias pueden entender la escuela como un lugar de aparcamiento de los hijos, 36

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un lugar de adquisición de conocimientos con sentido utilitario o un lugar de formación integral” (Urriaga, 2001). Algunas investigaciones han demostrado que la implicación de los padres en los centros escolares es un factor importante para el éxito académico de sus hijos. Los padres constituyen un recurso frecuentemente oculto para las instituciones escolares y los profesores necesitan reconocer su potencial. La incidencia del curriculum del hogar en el rendimiento escolar excede la del status sociocultural. Es necesario potenciar instancias mediadoras entre las familias y los centros. ¿Cómo se puede llegar a la integración familia-centro únicamente a través de los representantes de los padres ante un consejo? ¿No será, más bien, que se está eliminando a la familia de su presencia colaboradora en la escuela? La preparación y la realización de actividades educativas conjuntas donde participen padres, profesores y alumnos, es la condición previa que hace posible la colaboración. “Los centros no sólo necesitan establecer relaciones con la familia –comunidad escolar– sino con la sociedad en su conjunto –comunidad social–. Algunas propuestas educativas actuales se preocupan por realizar proyectos pertinentes a las comunidades locales y por la adopción de la propuesta educativa” (Gómez, 1999). La integración de la escuela con la familia y la comunidad supone la aceptación del conflicto y de la diversidad. La relación de la escuela con padres y madres con las demás personas de la comunidad debe contemplar la posibilidad de la divergencia y la necesidad del debate. En lo relativo al educador, se ha creado la imagen del profesor como profesional-experto; sin embargo, es importante considerarlo como intelectual-crítico que actúa no sólo dentro del aula, sino también en la esfera pública. El profe-

sor considerado como un trabajador de la cultura, reconoce al conjunto de la sociedad como una gran escuela. La educación escolar puede ser concebida como una parte de un proyecto cultural comunitario. “Si una educación comunitaria exige dar al curriculum una perspectiva cultural, su implantación no puede consistir sólo en facilitar el uso comunitario de las instalaciones escolares. La educación comunitaria implica entender la pedagogía como una política cultural, de donde se deriva, a su vez, un doble compromiso: dar al curriculum un significado cultural y ejercerla desde una escuela crítica” (Pellicer, 2003). En los últimos años se le ha demandado a la escuela resolver múltiples problemas de la sociedad (la violencia, los embarazos prematuros, la perMAGISTERIO

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dida de valores). Esto no ha hecho sino hacer recaer en ella más responsabilidades de las que puede enfrentar. Para los pedagogos pensar que la escuela no puede hacer nada ante estos problemas es el derrotismo o pesimismo pedagógico. Pero pensar que la escuela es mágica y puede resolver todos estos problemas, es utopía pedagógica. No pretendemos que la escuela articule por sí sola una sociedad tan fragmentada como la actual. El centro no puede plantearse la reconstrucción de la comunidad social pero sí la construcción de su

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entorno, es decir, contribuir a la construcción de comunidades educativas. Para lograr el éxito en la promoción, desarrollo y apropiación de los valores en la escuela, será necesario contar con la opinión de los docentes al respecto de este tema tan importante de la educación actual (Arroyo, 2001). Tanto la familia como la escuela se reconocen como espacios importantes para la formación de valores. Sin embargo, es la escuela la que permite trabajar de manera intencionada y sistemática dichos temas. Se considera que si la escuela no educa en valores, o lo hace de manera oculta, no será capaz de desarrollar al ser humano en forma integral. Actualmente prevalece una actitud de indiferencia ante el esquema de valores, ya que se ha marginado para dar paso a la modernización; es impresionante que los valores queden sepultados en un mundo donde la tecnología, el consumismo y la lucha de poderes ha permeado aceleradamente la esencia de la convivencia humana. La falta de amor y respeto, la deshonestidad, desconfianza y la falta de responsabilidad contribuyen al deterioro de las relaciones interpersonales en la familia, la escuela y la sociedad; compete directamente a padres y profesores el rescate y fomento de actividades que fortalezcan el respeto a las personas y la autoestima para lograr la dignidad y calidad humana que tanto se necesitan. Los problemas del mundo moderno obligan a buscar nuevas estrategias para lograr sus fines, la educación es un problema de naturaleza moral. La educación en valores permite potenciar en la escuela las capacidades y destrezas del niño. Para que el niño aprenda y promueva ambientes sociales de respeto, responsabilidad y fraternidad necesita del apoyo de sus padres y profesores. Frente a los retos que plantean los cambios del mundo contemporáneo,


es necesario conocer las opiniones de los padres de familia y los docentes para fortalecer la identificación de niños y jóvenes con los valores, principios y tradiciones que caracterizan a nuestro país. Al mismo tiempo, se trata de formar ciudadanos mexicanos respetuosos de la diversidad cultural de la humanidad, capaces de analizar y comprender las diversas manifestaciones del pensamiento y la acción de las personas. La educación en valores se justifica por la necesidad que tienen los individuos de comprometerse con los determinados principios éticos que sirvan para evaluar sus acciones y las de los demás (Galindo, 2009). Están presentes en la vida cotidiana, se manifiestan mediante conductas y también mediante opiniones expresadas oralmente o por escrito y suelen dar lugar a normas sociales. Los valores sirven para guiar las conductas de las personas, son el fundamento por el cual se hace o deja de hacer una cosa en un determinado momento. Dicho de otra manera, los valores son principios normativos y duraderos que sugieren que una determinada conducta o un estado final de experiencia personal es socialmente preferible a otros que consideramos opuestos o contradictorios. Compartir la responsabilidad educativa con los padres de familia, que se interesan por los problemas que surgen en el

entorno en que se desenvuelven sus hijos, es gratificante, y compromete a rendir cuentas abiertamente de los logros y dificultades encontrados en el quehacer educativo. Finalizamos con estas interrogantes: ¿Hasta qué punto la conciencia de participación, como proceso, finalidad y método, se encuentra generalizada entre los profesionales, a punto de tornarse, no apenas en un simple deseo, sino en algo buscado, en un punto decisivo o fundamental de su práctica? Si no se ha generalizado, ¿qué clase de estrategias se están aplicando para desarrollar esa conciencia? ¿Hasta dónde los programas están siendo elaborados a partir de diagnósticos o de la consulta popular? ¿Hasta dónde los métodos de trabajo adoptados reproducen las formas autoritarias de relación? ¿Qué tipo de condiciones están siendo creadas, para que los profesionales y funcionarios puedan flexibilizar su actuación, de modo que puedan adecuarla mejor a los tiempos y condiciones de vida de las comunidades? ¿Cómo romper con las actitudes pasivas y receptivas que históricamente se han institucionalizado en nuestra sociedad?

Bibliografía Arroyo, Juan Antonio (2001), Incidencia de los indicadores en la calidad de la educación, México D.F., Ed. Universidad. Gómez A., Luis (1999), “Tipologías sobre Investigación Educativa”, en revista Educación y pedagogía, vol. XIX, Núm. 33, España. Moch Galindo, Lourdes (2009), Ética y Valores, México, D.F., Ed. Trillas. Pellicer, Carmen (2003), Educación para la Ciudadanía, México, D.F. Ed. Santillana. Urriaga, Luz (2001), La escuela única, México, D.F, Ed. Biblioteca Nueva.

Orienta e informa al auditorio sobre trámites, servicios y acciones de interés de la actualidad que brindan las instancias de la Secretaría de Educación, a través de la entrevista radiofónica.

Miércoles 9:30 a 10:00 hrs. 1520 AM en Atlacomulco 1250 en Tejupilco 1080 AM en el Valle de México 1600 AM en el Valle de Toluca Radio Mexiquense MAGISTERIO

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¿Es necesaria la tipifi tipifica cación ción penal del bullyingg ? bullyin

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Gerardo Sánchez y Sánchez Secretaría de Educación Toluca, Estado de México

e tiempo en tiempo, los vientos que mueven a la opinión pública en nuestro país son orientados por las voces de quienes, desde medios informativos, electrónicos e impresos, “tribunalizan” a la sociedad para sentenciar, en su nombre, determinados hechos que ocupan su atención, así sea momentáneamente, que lastiman u ofenden. Este es el caso del llamado bullying que revela la creciente práctica de agresión y violencia, entre los alumnos de escuelas de educación primaria y secundaria que ha originado la propuesta de penalizar tales comportamientos, es decir, tipificarlos como delitos en el código penal. Sin embargo, la determinación de incorporar a la legislación punitiva esta conducta de los educandos no es un asunto que pueda resolverse como si se tratara de una receta que a base de ingredientes de superficialidad y empirismo se cocinan en el horno de la instantaneidad. Penalizar los comportamientos que se califican como bullying amerita reflexiones serenas y prudentes desde diferentes ópticas, entre las que obviamente se encuentra la del derecho, como es el propósito esencial de este trabajo, a fin de evitar excesos que, lejos de atender y resolver el problema lo agraven y deformen. Evidentemente, la opinión sobre este tema no deja de estar cargada de subjetividad, como corresponde a todo hecho que afecta la tranquilidad y la seguridad de los nuestros, principalmente tratándose de los niños y los adolescentes, razón por la cual es indispensable una valoración objetiva e informada. Veamos: Primer escenario: a media mañana usted recibe una llamada telefónica del director de la escuela a la que asiste su hijo para informarle que en la hora del descanso fue golpeado por sus compañeros con la complicidad de estudiantes de otros grupos. Naturalmente, su reacción inmediata será exigir enérgicamente a las autoridades escolares que a los responsables se les castigue no sólo con la expulsión, sino que, además, en la escuela se levante un paredón y se les fusile. Segundo escenario: al leer el periódico del día usted se entera de que en una ciudad japonesa tres estudiantes se suicidaron como resultado de haber sido acosados y violentados constantemente por estudiantes de su misma escuela. Su reacción, en este caso, será de menor intensidad y enojo, pues sólo bastarán unos cuantos segundos para que la atención se desplace hacia la noticia de la goliza que los verdes le propinaron a los amarillos. Evidentemente, las reacciones distan mucho de ser proporcionales a la realidad de los hechos y al conocimiento de las causas que los generan; no obstante, dan lu40

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gar a una respuesta emocional porque la descripción de la conducta está en oposición con elementales valores de convivencia escolar y social; siendo necesario, por ello, tener un mínimo de información como es la siguiente: ¿Por qué se nombra bullying a los actos de agresividad en el ámbito de las relaciones que se producen entre los estudiantes de una comunidad escolar? Este término fue empleado por primera vez como sinónimo de acoso escolar en 1973 por el investigador noruego Dr. Dan Olweus en su primer estudio científico sobre intimidación entre los escolares, a partir de entonces se ha mantenido e internacionalizado en los estudios y bibliografía, especialmente en los Estados Unidos, España y Chile. ¿A qué se refiere concretamente la palabra bullying? Investigadores de diferentes países coinciden en que la palabra bullying se aplica a los actos de acoso y violencia que se desarrollan dentro de la escuela y que pueden extenderse fuera de ella. ¿En qué consisten los actos de acoso y violencia escolar? El acoso y la violencia escolar tienen por objeto intimidar, reducir, someter, amilanar, atemorizar y consumir emocional e intelectualmente a la víctima para obtener de ella un resultado en favor de quienes acosan y satisfacen su necesidad imperiosa de dominar, someter, agredir y destruir para obtener la atención de los demás y una imagen de líder sobre el resto de sus iguales y seguidores. ¿Cuáles son las formas comunes mediante las cuales se realiza el bullying? Entre las formas más usuales del acoso escolar se citan: aislamiento social, hostigamiento, manipulación, coacción, exclusión social, intimidación y amenaza a la integridad. ¿Quiénes protagonizan y participan del bullying? En los actos de acoso y violencia escolar participa un estudiante agresor, llamado también Bully quien pretende lograr un efecto intimidante mediante el uso de la fuerza, y una víctima, también estudiante quien muestra signos de debilidad o timidez e incapacidad para defenderse y enfrentar al abusador. ¿Cuáles son los efectos de las diversas formas del bullying? • El bloqueo social busca el aislamiento y la marginación de la víctima.

• El hostigamiento consiste en expresiones de desprecio, falta de respeto, burla o ridiculización. • La manipulación social pretende distorsionar la imagen social de la víctima e incitar a los demás en su contra. • La coacción implica que la víctima realice acciones en contra de su voluntad. • La exclusión social busca prescindir de la participación del niño segregándolo con la clásica expresión “tú no”. • La amenaza consiste en disminuir la autoestima mediante el peligro latente de la pérdida de la integridad física de la víctima o de sus familiares, aunado a acciones de extorsión. ¿A qué se deben los actos de intimidación y violencia que realiza el agresor? Generalmente, los actos que realiza el agresor no tienen su origen en trastornos psicopatológicos graves aunque sí en su incapacidad de ponerse en el lugar de la víctima y de ser insensible a su sufrimiento, más aún, existen casos en los que el agresor responsabiliza de sus actos a la víctima sin que manifieste el menor asomo de remordimiento respecto de su conducta. ¿Cuáles son las posibles causas que ocasiona el comportamiento del agresor en el bullying? Los investigadores de la violencia escolar han señalado como posibles causas la mala educación en la familia, el entorno escolar y la televisión, principalmente. Conclusiones 1. El bullying se caracteriza por ser una conducta reiterada de un estudiante que, valiéndose de la fuerza física busca someter la voluntad y el acatamiento de otro estudiante que muestra signos de debilidad o incapacidad para defenderse. 2. El bullying se puede conceptuar como la conducta reiterada imputable a un estudiante de una comunidad escolar que mediante actos de fuerza pretende el sometimiento físico, psicológico o social de otro estudiante de la misma comunidad y causa trastornos en su comportamiento. 3. Los efectos del bullying se extienden a diversos dominios de la personalidad de la víctima como son el físico, psicológico y social. 4. El comportamiento del víctimario en el bullying busca llamar la atención y aparecer como líder de sus iguales y de sus seguidores.

5. Por la naturaleza de las consecuencias o resultados materiales de la conducta conocida como bullying, resulta innecesaria la tipificación en el código penal, pues la vida, la integridad física y la propiedad de la posible víctima tienen una específica y amplia tutela por este ordenamiento; es decir, cualquier acto que afecte o lesione estos bienes llevan a su autor al ámbito de la justicia penal o del tratamiento de los menores. 6. El tratamiento del bullying en el ámbito de las relaciones que se establecen entre los educandos en las escuelas corresponde a las autoridades escolares los padres de familia y los expertos en el comportamiento infantil o de adolescentes. 7. La palabra bullying como expresión de acoso y violencia escolar puede ser substituido entre nosotros, precisamente por estos términos. Con seguridad, lo expuesto en este artículo podrá motivar coincidencias o discrepancias, por lo que mucho agradaría a su autor saber de ellas mediante la comunicación en su correo electrónico licgsys@hotmail.com

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El acoso en la escuela Alberto Julián Díaz Argueta Dirección de Formación y Actualización Docente Toluca, Estado de México

La más peligrosa de todas las debilidades es el temor de parecer débil, nadie es dueño de su felicidad, por eso no entregues tu alegría, tu paz, tu vida en las manos de nadie, absolutamente de nadie. Somos libres, no pertenecemos a nadie y no podemos querer ser dueños de los deseos, de la voluntad, o de los sueños de quien quiera que sea. Aristóteles 42

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studios recientes han establecido la necesidad de inculcar valores en los estudiantes, considerando que muchos han sido los esfuerzos y pocos los resultados. Educar con valores, no sólo es obligación de la escuela, pues involucra también a la familia y a la sociedad. Todo comportamiento malicioso o deshonesto, revela que la primera deficiencia en valores viene de la familia, por lo que la responsabilidad de corregirla no es sólo del educador, aunque su tarea es lograr que los alumnos observen buena conducta y mejoren su sociabilidad. Generalmente la formación ética y moral se enfoca como una actividad descollante de los docentes en el campo de la educación infantil, y se hace de lado en niveles educativos superiores; cuando es algo que se debe practicar en todo tiempo y lugar: en casa con la familia, en el colegio con la comunidad escolar, en la calle con el prójimo; pero, sobre todo debe predicarse con el ejemplo. “Tus acciones hablan tan fuerte que no puedo escuchar lo que me dices” (Magisterio, 2006:3). Resulta común escuchar que la educación debe ser integral, que se deben considerar todos los aspectos y hacer los cambios necesarios para lograr un desarrollo armónico en el ser humano; se debe educar para la vida, se busca una formación basada en el desarrollo de competencias; en fin, una lluvia de ideas, pero se olvida una cuestión importante: educar en valores significa ofrecer excelentes ejemplos, e imitarlos para crear un ambiente excepcional. Basta con echar un vistazo al televisor, al periódico, al Internet o escuchar a la gente para darnos cuenta de que la sociedad sufre considerables rezagos en la práctica de valores: alumnos violentos e irrespetuosos, padres de familia escépticos de la labor docente, sin pensar que todos, padres y docentes somos responsables de lo que les estamos enseñando con ejemplos apropiados a nuestros niños y jóvenes.


El hecho de que las escuelas aparezcan más a menudo en la nota roja, que en la sección de educación y cultura, preocupa seriamente a los miembros de la comunidad educativa. En efecto, los episodios de violencia en los centros escolares parecen tener un gran imán para atraer la atención pública, causar “alarma social” (Menéndez B., Isabel). Para Deutsch, M. (1969) ocurre un conflicto cada vez que se suman actividades incompatibles. Cuando una acción incompatible interfiere con otra o la obstruye, le resta eficacia. Estos pueden ser algunos conflictos: Intrapersonales, si se originan en una persona. Intragrupales, si se originan dentro de un grupo. Interpersonales, si se originan en dos o más personas. Intergrupales, si se originan en dos o más grupos. Es importante dejar claro que el conflicto surge cuando las acciones de una de las partes afectan a la otra, por diferencia de motivos, intereses, valores, metas, etc., así como entre grupos, personas e instituciones (Puard, Ch., 2002). Según el origen del conflicto, puede atribuirse a: 1. Diferencias de saberes, creencias, valores, intereses o deseos. 2. Escasez de recursos (dinero, poder, tiempo, espacio o posición). 3. Rivalidad entre personas o grupos que compiten entre sí (Deutsch, 1974). Actualmente se registran conductas muy agresivas en las escuelas como parte de un problema que es conocido como bullying o acoso escolar, pues la escuela no es siempre un espacio anhelado de socialización; la mala relación entre compañeros es motivo de conflictos, resultado del descuido familiar y de sus vivencias en el medio, por lo que el acoso escolar es una expresión

extrema en un reducido número de casos, pero que son muy dolorosos para las personas que se ven afectadas, como los amigos y familiares de los jóvenes involucrados. El psicólogo Dan Olwes es el primer estudioso del tema, y como tal, comienza a investigar la violencia escolar en su país, Noruega, en 1973; pero en este campo de estudio fue en 1982 a raíz del suicidio de tres jóvenes estudiantes. En Europa se empieza a trabajar en los países nórdicos, y en Inglaterra, en donde desde hace mucho tiempo existen tribunales bully coufls o tribunales escolares. En el Reino Unido existe desde 1989 una línea telefónica directa de consulta sobre situaciones de bullying. Bullying es una palabra inglesa que significa intimidación. Tristemente es una palabra que está de moda debido a los numerosos casos de persecución y agresión que se han detectado en las escuelas y que llevan a muchos escolares a vivir situaciones realmente aterradoras. Se refiere a todas las actitudes agresivas intencionadas y repetidas que ocurren sin motivo evidente y que son adoptadas por uno o varios estudiantes contra sus compañeros. El que practica el bullying lo hace para imponer su poder sobre otro u otros a través de constantes amenazas, insultos, agresiones, vejaciones, etc. y así mantenerlos bajo su completo dominio a lo largo de meses o, incluso de años. El maltrato intimidatorio hace sentir dolor, angustia y miedo a tal grado de que en algunos casos puede llevar a soluciones funestas como el suicidio. La palabra bullying se utiliza para describir diversos tipos de conductas no deseadas en niños y adolescentes que abarcan desde bromas pesadas, ignorar deliberadamente a alguien, o cometer ataques personales y hasta MAGISTERIO

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abusos graves, en los que más la acción misma cuentan los efectos que produce en sus víctimas. Puede hablarse de cuatro tipos principales de acoso escolar, que frecuentemente aparecen en forma simultánea: • Físico: empujones, puntapiés, golpes dados con objetos, etc. Ocurre con más frecuencia en primaria que en secundaria. • Verbal (es el habitual): insultos, apodos, menosprecio y burlas por defectos físicos. • Psicológico: minar la autoestima del individuo y fomentar su sensación de temor. • Social: aislar a la víctima del resto del grupo. No hay que confundir estas situaciones con los altibajos que se producen en las relaciones entre los alumnos, especialmente a lo largo de la etapa de la adolescencia y la pubertad. Los conflictos y las malas relaciones entre iguales, los problemas de mal comportamiento o de indisciplina son elementos perturbadores, pero no son verdaderos problemas de violencia, aunque suelen degenerar en ellos si no se resuelven en forma adecuada. Estos son algunos indicadores de acoso escolar: • Existe una víctima indefensa atacada por un bravucón o grupo de pandilleros. • Desigualdad de poder (desequilibrio de fuerzas) entre el fuerte y el débil. • Acción agresiva repetida durante un período prolongado de tiempo y en forma recurrente. • Agresión que despierta en la víctima el temor de ser blanco continuo de ataques. • La intimidación puede ejercerla uno solo o en grupo. • Un alumno agrede a otro compañero insultándolo, poniéndole apodos, burlándose de él, amenazándolo, quitándole sus cosas, golpeándolo o incitando a otros a no hacerle caso.

• En el patio, en el recreo, en los servicios y en el aula, algunos alumnos se burlan del aspecto de otro, se ríen de él y luego dicen que ha sido por jugar o que se trata de un “llorón”. • Un grupo de alumnos difunde rumores sobre otro porque no hace ronda con ellos o no está dispuesto a hacer lo que ellos quieren. • Aconsejan a los demás que no le hablen con el propósito de que no tenga amigos. Al recordar el papel de la escuela y de la disciplina en la sociedad Polnszak, S. expresa que “el rol disciplinador que históricamente tuvo la escuela como institución social se mantuvo en los últimos siglos (XIX y XX) como un espacio que produjo sus propias políticas de disciplinamiento, a partir de micromecanismos de vigilancia y control social (Foucault, 1992). La escuela, tal como la concebimos actualmente emerge históricamente como lugar de encierro configurada al interior de su espacio con una serie de propósitos y reglamentaciones específicas para el encauzamiento de las prácticas cotidianas (Álvarez, Uría, 1991). Los modos de resolver los conflictos de autoridad en el ámbito escolar se configuran a partir de los dispositivos y las jerarquías institucionales constituidas al interior de dicho espacio” (Polnszak, S, 2002). ¿Qué buscan los niños abusadores? Lo que buscan es reconocimiento y atención para aliviar algún juicio de marginación, rechazo o menosprecio. Su objetivo es someter, imponer, amedrentar, intimidar y dominar. Cuando se produce el abuso, quien lo ejerce rápidamente se rodea de compañeros que le dan sustento y la sensación de reconocimiento y aceptación que necesita. ¿Qué consiguen los niños abusadores? Además de atención y aceptación buscan exhibirse como vengadores de

abusos que ellos mismos han sufrido. Así, al ejercer el acoso logran aislar a su víctima. Esto lo consiguen evitando que otros jueguen con él prohibiendo a otros que le hablen, tachándolo de flojo, débil, tonto, etcétera. El hostigamiento es una forma de acoso que implica terminar con el respeto y dignidad del niño a quien victimizan. La burla sustentada en alguna diferencia o defecto físico es uno de los recursos más frecuentes de esta forma de abuso. El uso de lentes, la obesidad, aparatos de ortodoncia, malformaciones y, en general cualquier rasgo que sea propicio para humillar y burlarse es aprovechado. Y al convencer a la víctima de que esa diferencia o defecto, son reales, el efecto que se logra puede ser devastador de la autoestima. ¿Cómo prevenir el bullying? Los conflictos son inevitables, como hemos visto hasta aquí. Una escuela que niegue y evada el problema estará formando sujetos pasivos que no sean protagonistas de su destino, lo cual es una forma de controlar el pensar, el sentir y el actuar. Existen enfoques educativos que revelan diferentes formas de enfrentar los conflictos. Algunos los observan desde una visión mágica y fatalista, evaden y encubren la realidad con expresiones tales como: “así es la vida”. Otros invisibilizan el conflicto desde la norma entendida por invisibilización como una fuerza que lleva a los sujetos, grupos e instituciones a ocultar procesos, acciones, pensamientos, a encubrir de intenciones y decisiones empleando camuflaje y simulación. En este caso la norma impide que sea develado el conflicto restándole poder a los sujetos, reprimiéndoles si es preciso. Otros enfoques asumen el conflicto. Unos marcados por la aspiración de construir conocimientos para la vida, de satisfacer necesidades, develando y resolviendo los problemas a través de modelos de convivencia, de interacMAGISTERIO

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ción y de comunicación pertinentes a la cultura, que los hacen negociables y modificables, exigiendo en las prácticas sociales educativas de personas con capacidades para ello. En esta misma alternativa hay quienes hacen visible y resuelven el conflicto desde la norma, desde los acuerdos establecidos, convenidos y consensuados. Los sujetos actúan de acuerdo con lo pactado, en el convenio o contrato que suscriben las partes implicadas en el conflicto. Efectivamente, el conflicto escolar debe ser atendido y solucionado en la medida de lo posible. Conviene subrayar la incidencia que sobre el problema y la solución tienen las características personales de las partes.

El conflicto tiende a agravarse cuando uno de los implicados se muestra agresivo, autoritario, dominante, dogmático, suspicaz. Si bien Stagner cree que la clave radica en la percepción, la forma como se percibe un conflicto depende del contexto y de las características de la personalidad de los intervinientes (Polnszak, S:2002). En síntesis, ante situaciones inadmisibles en el aula es primordial que el maestro asuma la existencia del conflicto y busque alternativas para plantearle en forma constructiva. En función de la magnitud del conflicto y de la experiencia del maestro, es conveniente solicitar la orientación o la colaboración del psicólogo. La definición de las causas y la intensidad del problema clarifican el modo de enfrentarlo. La actitud de esconder la cabeza ante el conflicto no lo soluciona. Las soluciones constructivas mejoran las relaciones interpersonales en el grupo y favorecen el ambiente escolar y el aprendizaje de los alumnos, así como el bienestar emocional de los actores de esta trama escolar.

El rumbo de los niños Programa de radio que apoya y difunde el trabajo docente, abordando temas incluidos en los planes y programas de estudio de educación básica, costumbres, tradiciones, valores, identidad nacional y estatal; además, fomenta la participación de los niños en el medio de comunicación.

Martes y jueves de 15:30 a 16:00 hrs. 1520 AM en Atlacomulco 1250 AM en Tejupilco 1080 AM en el Valle de México 1600 AM en el Valle de Toluca

Radio Mexiquense elrumbo2010@hotmail.com 46

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Bibliografía Johson, D. (1972), Psicología social de la educación, Buenos Aires, Editorial Kapelusz. Ibarra Mustelier, Lourdes, Los conflitos escolares: Un problema de todos, Facultad de Psicología-Universidad de la Habana. Martínez Otero, U. (2001), “Conflictos escolares y vías de solución”, en Educación y futuro, núm. 5. Olweus D. (1998), Conductas de acoso y amenaza entre escolares, Madrid, Morata. Picand, Ch. (2002), La mediación en conflictos interpersonales y de pequeños grupos, Centro Félix Varela, Ciudad de la Habana. Polnszak, S (2002), La mediación de los conflictos escolares: un abordaje desde la producción de sentido de los docentes, Seminario sobre conflictos, Ponencia, Mar del Plata. Tinoco, B. (2006), “Educación en valores”, en Magisterio, año 4, núm. 2, marzo-abril. Página electrónica http://www.guiainfantil.com/educacion/escuela/ acosoescolar/index.htm


TU HIJO: ¿ACOSADOR O ACOSADO? Nadia Santín Macías Dirección de Formación y Actualización Docente Toluca, Estado de México

¿Qué es el bullying? Es cualquier forma de maltrato físico o verbal producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado.

Algunos síntomas del bullying son: 1. Lesiones físicas 2. Tristeza o depresión 3. No salir con amigos (as) 4. Estar mucho tiempo solo (a) 5. Miedo de ir a la escuela 6. Bajo rendimiento escolar 7. Pérdida de objetos personales 8. Nerviosismo antes de ir a la escuela

Algunas recomendaciones para luchar contra el bullying Qué hacer como familia: • Hablar con sus hijos sobre todo lo que hacen • Estar al pendiente de su comportamiento (observarlos) • Procurar que cumplan las normas de casa • Inculcar valores • Observar su comportamiento con los demás • Recordarles que existen límites en su actuar • Mantener comunicación con sus profesores Qué hacer como escuela: • Establecer reglas dentro del aula e institución • Ofrecer curso-taller sobre el tema a los alumnos • Impartir asesoría a los maestros sobre el tema • Distribuir información impresa a padres y alumnos • Reforzar los valores inculcados en casa Qué hacer como medio de comunicación: • Campañas de concientización contra el bullying (programas de TV, radio, obras de teatro, etcétera) • Distribuir información impresa a la comunidad • Crear asociaciones de ayuda para la comunidad Lo que no se debe hacer ante un caso de bullying: • No use la violencia contra los agresores • Pida ayuda, no trate el problema por su cuenta • No deje al niño (a) solo (a) con sus problemas MAGISTERIO

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Red interinstitucional

a favor de la convivencia escolar para la no violencia bullying Secretaría de Educación Toluca, Estado de México

¿Quiénes somos? La Secretaría de Educación del Estado de México en su afán de dar atención a los aspectos que pueden poner en riesgo la integridad de los alumnos mexiquenses, ha priorizado la atención a uno de ellos, el bullying, buscando la colaboración de varias instancias, tanto internas como externas, para prevenir y atender lo relativo al fenómeno y conformando una Red interinstitucional que enderece acciones en pro del bienestar de los alumnos de escuelas primarias y secundarias de ambos subsistemas, estatal y federalizado. Las instancias que participan en la Red interinstitucional a favor de la convivencia escolar para la no violencia, y que comparten el interés de la Secretaría de Educación, son las que enseguida se enlistan: 1. Poder Judicial del Estado de México a través de los Centros de Mediación y Conciliación 2. Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIFEM) 3. Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEM 4. Agencia de Seguridad Estatal 5. Sistema de Radio y Televisión Mexiquense 6. Comisión de Derechos Humanos del Estado de México 7. Instituto Mexiquense Contra las Adicciones 8. Instituto de la Defensoría Pública 9. Instituto de Prevención del Delito

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MAGISTERIO

10. Instituto Mexiquense de Cultura Física y Deporte 11. Servicios Educativos Integrados al Estado de México ¿Cuál es nuestro objetivo? Generar una política educativa en materia de convivencia, atención, prevención y tratamiento del bullying, en los planteles de educación primaria y secundaria pública de los subsistemas estatal y federalizado del Estado de México, llevando un seguimiento y evaluación de las actividades emprendidas por la Red. ¿Qué acciones hemos emprendido hasta el momento? Se ha elaborado un convenio marco de colaboración interinstitucional a favor de la convivencia escolar para la no violencia bullying, se han elaborado los instrumentos psicométricos respectivos para generar un diagnóstico estatal que nos permita medir el impacto del fenómeno, mismos que ya han sido aplicados, se está procesando la información y en breve estaremos en posibilidad de dar a conocer los resultados. Asimismo, se ha generado una línea de atención telefónica gratuita (018000164667), con el propósito de dar atención a los casos que nos sean turnados por los directivos escolares, padres de familia o docentes de los planteles, o bien, poder emprender acciones preventivas en sus instituciones. Se ha trabajado en la elaboración de un manual de operaciones de la Red, que da pauta a las acciones específicas que cada institución habrá de realizar a favor de una mejor convivencia entre los alumnos, evitando el uso de la violencia. Por último se está trabajando en las acciones preventivas que permearán a todas las instituciones primarias y secundarias públicas de ambos subsistemas del Estado de México, como lo son: un video institucional, carteles, entrevistas de radio y televisión y un protocolo de prevención del bullying y actos delictivos. A grandes rasgos, estas son las acciones que hasta el momento ha realizado la Red. ¿Qué tipo de apoyos puede brindar al campo educativo? La Red está en posibilidad de capacitar a la comunidad escolar (directivos, padres de familia, docentes y alumnos) acerca de la identificación del problema, para fortalecer la convivencia escolar y el principio de no violencia en la escuela. Asimismo, realiza acciones preventivas como son: la mediación que es una estrategia de intervención y la orientación, para evitar el conflicto. Y proyecta acciones correctivas como brindar atención médica y psicológica.



SECRETARÍA DE EDUCACIÓN


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