blecen prioridades sobre la tarea de formar docentes; donde se acuerdan estrategias comunes para el trabajo en el aula normalista y donde se analiza, se discute, se reflexiona; donde existe la perspectiva y no la competencia; donde se promueve el compromiso con la misión de la ENA por el cambio, la innovación y la mejora. Como Escuela Normal No. 3 del Estado (ENA 3), como Unidad Pedagógica de Atlacomulco (UPA), o como Escuela Normal de Atlacomulco (ENA), como actualmente se le denomina, la
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ENA ha sostenido siempre que no pudiera tener el éxito, la proyección y el reconocimiento social, político, cultural y académico que ostenta, si no contara con las estrechas relaciones laborales que ha mantenido con los padres de familia y la comunidad (autoridades educativas y civiles), quienes, sin menoscabo de ninguna especie, han visto con ojos de bondad la realización de actividades artísticas, deportivas, recreativas, culturales y académicas que han contribuido a la formación de sus hijos, tales como: la banda de marcha, la banda de honor, los equipos deportivos, el grupo de
danza, los intercambios académicos con instituciones de educación básica y superior en el estado, el país y el extranjero (Inglaterra, California, USA., Japón, Francia y próximamente Australia ), las salidas de estudio, el Coro y el Grupo Instrumental. Podemos también hablar de los alumnos, y siempre tendremos mucho qué decir de quienes —con vocación o sin ella —, ingresan a nuestra casa de estudios y poco a poco, sin que les duela, pasan a ser estudiantes de una carrera noble, pero exigente; dulce, pero comprometedora; in-