Magisterio34

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a).-La lectura como traducción. Traducir es un caso privilegiado de la comunicación, es un “modelo” para los maestros que a diario hacemos interpretaciones con los alumnos. El que traduce separa la barrera entre dos lenguas; su tarea entonces es un ejemplo de lectura fundamental. Expresémoslo así: un texto traducido es ya otro texto, es el mismo y otro a la vez. Es comparable a la imaginería del transporte, del traslado, de llevar algo de su lugar originario a otro a través de un hilo que no es más que un conducto ontológico, se necesita de un ducto que inevitablemente le quita algo al texto leído, pero también le da algo que no tenía. Hay una conservaciónmodificación del texto. “ ...el traductor se convierte en altavoz de una voz extraña que él hace perceptible por encima del abismo del espacio y del tiempo [...] Necesariamente la lengua deberá experimentar alguna renovación, aparta la herencia del espíritu general del lenguaje de su idioma al nuevo”.2 b).-Leer es poetizar el mundo. La voz humana en su forma más arcaica es la metáfora de la naturaleza, lo

rupestre nunca fue una forma inferior de representar el cosmos.3 Cuando leemos, podemos ser parte de la trama, hacer analogías, metáforas del mundo que nos rodea. Al desarrollar este talento, podemos transgredir los límites de la razón, de ahí que la traducción y la interpretación sean actos libres y sin trabas, lo bello, lo sublime y lo supraracional son entidades indefinidas. Estamos, pues, ante una creación, una poiesis, un impulso inacabable de creación y re-creación del mundo por y con las palabras; eso lleva en su interior una profunda metamorfosis del lector que mediatizado por su horizonte heredado y asumido realiza un proceso de reapropiación de la cultura creada, aunque dicha acción no es tangible ni objetiva, por el contrario, la lectura hace de la creación y apropiación una narrativa ¿Qué queremos decir con esto? En la lectura, el lector desea que el texto le cuente su mundo, que le hable y le platique sobre su visión, que le enseñe a ver de modo diferente las cosas y los fenómenos.

F. Rozenzweig. “Del traducir”. Citado en Larrosa, Jorge. La experiencia de la lectura. Laertes, Barcelona, 1996. p. 301. Se nos ha enseñado que las formas primitivas de comunicación humana son inferiores a las formas modernas, hay que poner en duda eso. Lenguaje y mito siempre han amalgamado en amplia y compleja significación del mundo. El tránsito de lo simple a lo complejo puede ser una constante en las ciencias naturales pero no en las de la cultura. Paz, Octavio. El arco y la lira. FCE. México, 2003. p. 33. 4 Larrosa, Jorge. La experiencia... op. cit. p. 237. 2 3

Bajo esta idea que se engloba en la libertad del lector, pronto surge un elemento más intempestivo y desgarrador: poetizar implica ir a lo desconocido, es decir, no seguir un método o una serie de reglas; la escritura y la lectura no tienen cánones. “Lo esencial no es tener un método para leer bien, sino saber leer, es decir, saber reír, saber danzar y saber jugar, saber internarse por territorios inexplorados ...”4

Las formas de cultura (escrita)

adquirir

En sentido estricto, cada grupo humano, independientemente de la clase social a la que pertenezca, adquiere y consume la cultura de diferente manera. Los procesos de distinción y juicio que realizan los diferentes sujetos respecto de valores estéticos, culturales y educativos dependen del estatus cultural al que se pertenezca. Esto nada tiene que ver con el estatus económico ya que éste se basa en otros criterios. Podemos entender lo anterior de la siguiente manera: un maestro tiene prácticas lectoras diferentes a las de un obrero, un médico o un científico. Para entender mejor esto, basémonos en el concepto de habitus propuesto por Pierre Bourdieu. Según él, el habitus es “Estructura estructurante, que MAGISTERIO

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