Contraluz 37

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contraluz WALTER ASTRADA

JOAN FONTCUBERTA

COLITA

#37


editorial Gracias y hasta pronto

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llá por enero de 2012 nos conocimos en la sede de la Agrupación Fotográfica y Cinematográfica de Navarra. La historiadora de cine Natalia Ardanaz, la fotógrafa Cristina Núñez Baquedano y el periodista que esto firma acudimos convocados para iniciar una nueva etapa de la revista que edita esta entidad. Los tres teníamos en mente ideas muy próximas y fue sencillo y placentero construir, prácticamente de 0, una nueva publicación. Heredamos la cabecera y la periodicidad semestral. Poco más. Cambiamos el formato, el papel, el diseño, los contenidos y su estructura con nuevo índice de secciones. Incorporamos el cine y dimos protagonismo a los textos para profundizar en el discurso fotográfico. Y también abrimos la revista a internet, creando redes sociales, un blog y un espacio en la web issuu.com, donde se han registrado más de 208.000 impresiones de los archivos en PDF. Por entonces, contraluz ya era una cabecera veterana. Comenzamos en el número #28. Lo dejamos después de 10 números por donde han pasado 129 fotógrafos y 36 cineastas. Hemos publicado un total de 805 fotografías. Nuestras páginas han aproximado a autores consolidados y desconocidos. Hemos publicado a fotógrafos internacionales (Pierre Gonnord, Lois Greenfield, Oliviero Toscani, Graciela Iturbide), a cineastas de prestigio internacional (Alan Berliner, Andrés Duque), a galardonados con el Premio Nacional (Ouka Leele, Gervasio Sánchez, Chema Mazo, Alberto García-Alix), a directores de fotografía como Javier Aguirresarobe y a un largo etcétera de autores españoles y navarros: Rafael Navarro, Susana Girón, Cristina de Middel, Marina Cano, Ana Palacios, Eloy Alonso, Oskar Alegria, Helena Taberna, Jorge Nagore… Hemos vuelto la mirada al pasado para reivindicar la memoria de fotógrafos como Ortiz Echagüe o Koldo Chamorro; hemos recogido proyectos tan evocadores como La maleta mexicana o Danuve Revisited, y hemos invitado a creadores de otros ámbitos como Fernando Redón, El Drogas o Dolores Redondo. Para nosotros todos han tenido siempre la misma importancia. Y a todos les hemos pagado lo mismo, igual que a los colaboradores que han firmado los artículos: con un espacio de calidad donde desarrollar una pasión compartido por la fotografía y el cine. Porque contraluz es un proyecto sin ánimo de lucro, una suerte de voluntariado cultural, cuyos promotores hemos desarrollado con esfuerzo y cariño con un único objetivo: construir una plataforma digna y atractiva para los autores que nos gustan. Y con el mismo espíritu hemos elaborado este número #37, el último de esta feliz andadura. En sus páginas tenemos a tres grandes fotógrafos: el fotoperiodista, ganador de tres World Press Photo, Walter Astrada; el Premio Nacional de Fotografía Joan Fontcuberta; y Colita, ganadora de otro Nacional, aunque finalmente rechazado. También tenemos portfolios de Cristina Riesgo, Marcela Lopecito y David Ozkoidi. El estudio Las Cientovolando nos cuentan sus proyectos de participación e integración, y Juan Arteaga reflexiona sobre el papel del punto de vista cuando se fotografía. En el apartado dedicado al cine nos acercamos al “contador de historias” pamplonés Iñaki Alforja, referencia en Navarra de cine documental comprometido, y a Jonás Trueba, abanderado del último cine independiente español. Para terminar, las tres personas que estamos detrás de contraluz queremos agradecer el apoyo recibido a la AFCN (a sus socios, a su junta directiva, a Luis Arellano y a los dos últimos directores: Alfredo Ceniceros y Javier Armendáriz), a las instituciones y entidades que han respaldado esta cabecera, a las personas que nos han precedido en esta publicación, a los correctores y traductores que han participado, y, muy especialmente, a todos los fotógrafos, cineastas y colaboradores que han contribuido con su trabajo a llevar adelante estos números. Y por supuesto, a vosotros, lectores. Sois la razón de todo esto. Ya nos vamos. No es un adiós, es un hasta pronto. Seguiremos por ahí; seguro que coincidimos: en una librería, en una exposición, en un cine, en una taberna. Mucha suerte a los que vengan por detrás y ¡¡¡larga vida a contraluz!!!

Andrés García de la Riva Director

contraluz

#37, febrero 2017. Director: Andrés García de la Riva. Consejo de Redacción: Natalia Ardanaz Yunta, Cristina Núñez Baquedano, Andrés G. de la Riva. Diseño y maquetación: Cristina Núñez Baquedano. Colaboran en este número: Juan Arteaga, Sara Sáenz-Diéz Alonso. Impresión: GraphyCems. Agradecimientos: Mar Sorribas, Francesc Polop, Eva Herrero, Javier Armendáriz, Elena Domench, Irene Domench, Palacio del Condestable. Depósito Legal: Na-915/1996. contraluz es una publicación gratuita editada por la Agrupación Fotográfica y Cinematográfica de Navarra. La AFCN no se hace responsable de las opiniones de sus redactores y colaboradores. Fotografía portada: Walter Astrada. Dunas Sam, India, 2015. Fotografía contraportada: Walter Astrada. Nakuru, Kenya, 2008. Contacto revista contraluz: contraluzrevista@gmail.com. Blog: revistacontraluz.agrupacionfotonavarra.com. Dirección y Administración: Domicilio social de la AFCN: c/ Río Urrobi, 3 - 31005 Pamplona. Teléfono: 948 247 433. www.agrupacionfotonavarra.com.


sumario

#37

en portada

walter astrada

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el cuaderno de

en negativo

joan fontcuberta

colita

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16 portfolios

cristina riesgo/marcela lopecito/david ozkoidi

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foto fija

iĂąaki alforja

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la butaca de

jonĂĄs trueba

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las cientovolando

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Walter Astrada

“No es un selfie. El espejo de Atenea tomó la foto”, escribe Walter Astrada al subir una foto a Facebook. Walter a través del espejo, sobre una Toyal Enfield, una moto de la que se enamoró en la India y que ha bautizado con el nombre de la diosa de la Sabiduría. Por Natalia Ardanaz Yunta

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sí es el viaje que ha emprendido Walter Astrada, reconocido fotoperiodista, ganador de tres World Press Photo (2007, 2009, 2010) con imágenes que se han convertido en iconos de algunos de los conflictos más sangrientos acontecidos en África en los últimos años. Un viaje que se inició hace quince meses y que en estos momentos se ha visto inesperadamente interrumpido por un asunto familiar. Una parada en el camino para regresar a su Argentina natal y a España donde aprovecha para dar talleres con los que poder seguir financiando su viaje. Barcelona-Kuala Lumpur, más de 50000 km, 16 meses y 26 países atravesados. Un viaje que emprendió a principios del 2015 pero que ya había comenzado mucho antes, de hecho podríamos decir que Walter nunca ha dejado de viajar. A los 13 años vio una exposición y supo que quería ser fotoperiodista. Estudió mecánico aeronáutico pero comenzó a trabajar como fotógrafo en La Nación. Con sus primeros ingresos recorrería durante once meses Latinoamérica como mochilero. Tras ese viaje entraría a formar parte como freelance de Associated Press en Bolivia, Paraguay y Argentina y más tarde para AP y France Presse en República Dominicana. En marzo del 2006 cruzó el charco para instalarse en España, y posteriormente a Uganda desde donde cubriría los conflictos del este del continente africano durante el 2008 y 2009.

Dice que su viaje empezó a gestarse en Haití en el 2010 y al regresar de allí justo cuando estallaron las revueltas árabes decidí dejar de cubrir conflictos y centrarme en realizar reportajes : “Las cosas estaban cambiando, te enviaban a los sitios a cubrirlos y no sabías cómo lo ibas a cobrar; entonces empecé a pensar que para qué ir y competir con otros fotógrafos”. Por aquellas fechas acababa de regresar de cubrir el terremoto de Haití donde había hecho un par de historias; su necesidad de contar historias iba creciendo a la par que su frustración por no poder publicarlas o venderlas. “ Si no vendes la historia, no funciona. Necesitas el dinero para seguir produciendo historias; si no recuperas el dinero invertido, no puedes seguir produciendo, ni tampoco vivir”. Así fue como poco a poco fue dejando de cubrir noticias para sumergirse en proyectos de largo desarrollo como el realizado en India, sobre la violencia contra las mujeres. En este país en concreto, sobre el aborto selectivo de niñas que son consideradas una carga, o el iniciado sobre la esclerosis múltiple en 12 países de Europa, junto a otros 4 fotógrafos. “Al final los conflictos y desastres naturales se cubren, siempre va a haber alguna agencia de noticias o alguien que esté allí con una cámara. Al cubrir noticias ahora es muy difícil hacer los dos bandos, solo se puede hacer uno y porque al tratar de cubrir los dos bandos, el otro te considera el enemigo”. Walter cita la segunda guerra de Irak, la invasión del


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Kenia, 2008,

Antananarivo (Madagascar), 2009.

Haití, 2006.

Asunción (Paraguay) 2002,

Guatemala, 2006-2007.

República Democrática del Congo, 2008.

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India, 2009.

Las Pinas (Ecuador), 2010.

Los Llanos (República Dominicana), 2005,

Noruega, 2012.


“ La diferencia de ir en moto en vez de ir de mochilero es que te puedes parar, salir de los circuitos más turísticos, hacer rutas más inaccesibles” 2003, como conflicto clave a partir del cual empieza a cambiar la manera de cubrir fotográficamente el conflicto. “Cuando a los fotógrafos se les obliga a ir con las tropas, a ir con un grupo armado, cambia la forma en la que te relacionas con la gente; no es lo mismo llegar con un chofer y un traductor que llegar con una tropa armada, yo siempre trate de cubrir los dos bandos”. A partir del 2010 decide explorar una nueva faceta que es impartir talleres y en el 2011 la fundación del World Press Photo le invito a Ámsterdam a aprender como dar talleres, y eso le abrió la posibilidad de profundizar en esta nueva faceta de la fotografía. La idea de realizar proyectos más pausados e impartir talleres le fue alejando cada vez más de la primera línea de la noticia y gestando el sueño de realizar “el viaje”. Un viaje sin punto de llegada, sin destino, solo con la idea clara de emprenderlo a lomos de una Royal Enfield y de publicar imágenes y textos en una página web. “Lo único que tenía planificado era llegar a Vladivostok, antes del 15 de octubre, es decir para evitar el frío de Siberia y por problemas de visado, lo único que puede determinar permanecer o cambiar de frontera”.

Un viaje que recorre a la velocidad de 80 km por hora, una velocidad suficientemente lenta para sentir km a km cómo va cambiando físicamente el planeta, el clima, el relieve… Este es uno de los aspectos que más subraya a lo largo de la charla. “ La diferencia de ir en moto en vez de ir de mochilero es que te puedes parar, salir de los circuitos más turísticos, hacer rutas más inaccesibles… hay lugares que me gustaría ver aunque sean muy turísticos porque por algo serán, y hay otros que descubres porque tienes más tiempo, en la moto llevas lo suficiente para sobrevivir y puedes recorrer Mongolia sin encontrar a nadie en cientos de kilómetros”. Todo ello para volver a sentir el placer de mirar y levantar la cámara sin presiones, sin buscar la noticia, y eso se nota en sus fotografías con más espacio y formas aunque no pueda evitar que aparezcan de alguna manera seres humanos. Una mirada diferente pero que nace de la misma esencia, fotografiar para intentar entender el mundo que le rodea y descubrir que no somos tan diferentes, sino que es más lo que nos une que lo que nos separa. “Yo sigo contando historias, y mis trabajos anteriores son los que me permiten hacer lo que estoy ha-

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“Los medios de comunicación van a un ritmo tan rápido y yo tan lento que no congeniamos, no te dejan tiempo a desarrollar nada, y al final el ritmo de noticias lleva a que cada vez importe menos quién hace las foto”

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ciendo ahora, en los talleres muchos vienen por lo que hacía antes, no por el viaje, pero el viaje es otro proyecto más … la diferencia es que cogía un avión, hacía el reportaje y volvía. Ahora me tengo que asegurar cuanto tiempo puedo estar en el país, y estar muy pendiente de mis visados, ya que en cada lugar es diferente”. A nivel fotográfico se trata de un proyecto construido sobre la premisa de la improvisación, un proyecto vivo que se va escribiendo y que tiene como unidad el título y el tratamiento en blanco y negro, lo que le da una coherencia visual. A eso le añade la novedad de la escritura, su cuaderno de bitácora que publica cada quince días, eso también ha ido variando con el tiempo: “Al principio publicaba entradas en mi blog cada semana o quince días. Ahora tengo la presión sobre qué voy a escribir, tiene que haber una idea cerrada, no escribir por escribir, mientras voy en moto voy dándole vueltas, voy dándole forma, evoluciona solo y de aquí a tres o cuatro años será otra cosa”. De ahí que se trate de un proyecto/vital con un inicio sin más bloques o paradas, buscando financiación a través de los talleres, cerrando una etapa en la que la violencia y la sangre protagonizaban sus imágenes, atrás quedan imágenes ya icónicas de los conflictos más sangrientos acontecidos en las últimos años en África. Una mujer gesticula mientras viaja en un ferry local a Uskudar, en la costa Asiática del Bósforo. Estambul (Turquía), 2015.


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Derviches durante la ceremonia de danza-meditacion, Sema, en el centro cultural de Mevlana. Konya (TurquĂ­a), 2015.


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Una mujer camina mientras otras personas descansan cerca de un viejo aviรณn ruso en el Parque en la orilla del rio Ak-Buura. Osh (Kirguistรกn), 2015.


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Un perro cruza una calle con agua despuĂŠs de la lluvia. Darvi (Mongolia), 2015.


“El gran error que se puede cometer en esta profesión es creerse solo reportero de guerra. La gente que hace esto acaba muerta, enferma mentalmente, o muy tocada”. Gervasio Sánchez. 14

Atrás deja la imagen de la muerte por un viaje que le hace sentirse vivo: “Los medios de comunicación van a un ritmo tan rápido y yo tan lento que no congeniamos, no te dejan tiempo a desarrollar nada, y al final el ritmo de noticias lleva a que cada vez importe menos quién hace las fotos. Realmente siempre va a haber fotos de algo, con móviles, etc. Estamos acostumbrados a ver la violencia como entretenimiento y hemos perdido el análisis de la situación por cómo nos lo presentan. Damos un me gusta en Facebook o compartimos una información y nos quitamos la responsabilidad y eso no va a hacer que cambie la realidad”. Una transformación The Journey a viajero bucólico, en la que Walter se identifica de una manera más completa. Como un Doctor Jekyll y Mister Hyde, pero sin sufrir un trastorno disociativo de la personalidad sino más bien complementándose hasta cerrar el círculo. En ese nuevo viaje personal y fotográfico, Walter se autoedita y autogestiona económicamente, a través de talleres o con la venta de fotografías que va tomando a lo largo de su viaje. A esos talleres acuden Un perro observa dentro de un edificio en un Ghat, en la orilla del río Ganges. Varanasi (India), 2016.


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Un hombre se prepara para atar el ferry que conecta la Isla de Bilugyun con Mawlamyine. Isla Bilugyun (BIrmania), 2016.


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Un grupo de peregrinos llegan al Ghat Lalita en su camino hacia el Templo NepalĂ­. Varanasi (India), 2016.


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De izquierda a derecha: El dueño de un restaurante mantiene como mascota a un oso dentro de una jaula. Tamu (Birmania), 2016. Un niño vuela una cometa desde un Ghat en la orilla del río Ganges. Varanasi (India), 2016. Una mujer duerme sobre una cámara de neumático con una copa en sus manos, durante la celebración del festival de Songkran, el Año Nuevo tailandés que se celebra entre el 13 y 15 de abril. PN Mae Ngao (Tilandia), 2016. Dos cohetes de bambú de fabricación casera son lanzados hacia el cielo, mientras que la gente celebra la fiesta de los cohetes, que se lleva a cabo anualmente en el sexto mes lunar. Vang Vieng (Laos) 2016. El viento mueve unas sabanas colgadas en un tendedero. Noratus (Armenia), 2015. Un burro se esconde de un niño cuando este trata de atraparlo. Shary-Mogul (Kirguistán), 2015.

fotógrafos con ganas de recibir lecciones del Walter The Journey, pero ahora se encuentran también con Walter viajero, y el contraste es notable. Pero como insiste en afirmar The Journey no se entendería sin su trabajo anterior, todo forma parte de su manera de mirar, de entender y de buscar. El viaje es el camino, un camino en el que la insoportable realidad se desdibuja tomando formas más reflexivas. En su muro de Facebook publicó una frase de Gervasio Sánchez con motivo de la muerte del fotógrafo Fernando Múgica:

“El gran error que se puede cometer en esta profesión es creerse solo reportero de guerra. La gente que hace esto acaba muerta, enferma mentalmente, o muy tocada”. En Kuala Lumpur le espera Atenea para reemprender el viaje, para tomarle más fotos y verlas en su blog (http://www.wathejourney.com/) o en las redes sociales, y en el espejo de Atenea veremos el reflejo de un fotógrafo que busca un sueño porque “los sueños, sino se realizan, comienzan a descomponerse en nuestro interior transformándose en frustraciones”.


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el cuaderno de Joan Fontcuberta

ANIMAL-TROUVÉ: imponer artificialidad a la naturaleza con el pretexto de la cultura. Tensión entre cuadro y extracuadro, entre lo que se muestra y lo que se oculta. Desplazamientos, descontextualizaciones que provocan el absurdo, lo grotesco o el enigma. Ambigüedades turbadoras, escenografías cotidianas como decorados de ficción. Extraer el secreto. “La belleza es el comienzo de aquello terrible que todavía podemos soportar” (Rainer Maria Rilke). En un aforismo, Jorge Wagensberg apunta: “Lo natural es la obra de Dios, lo artificial es la obra del hombre y lo sobrenatural es lo artificial de Dios”. Como que tradicionalmente el arte ha sido una interpretación de la naturaleza (obra humana sobre la obra de Dios), debemos considerar lo artístico una artificialización de lo natural. No obstante, la proposición de Wagensberg abre de hecho un doble hilo discursivo. Uno: el hombre es obra de Dios, por lo tanto también es natural, y por lo tanto lo artificial –la obra del hombre– es lo natural en un segundo grado, es lo natural manufacturado. Dos: tanto da si el hombre es obra de Dios o si Dios es obra del hombre, todo es natural (no puede haber nada artificial) y/o todo es artificial (no puede haber nada natural). En definitiva, lo artificial sería lo real modificado por el conocimiento humano donde el conocimiento es un logro natural de la realidad. ¿Podría existir por tanto una naturaleza natural? La respuesta es no. Es decir, ya no: la presencia del hombre artificializa la naturaleza. La Creación hasta el sexto día fue naturaleza, pero al séptimo se convirtió en artificio. Acaso el Edén en el que habitaron Adán y Eva fue el primer jardín botánico de la historia y como tal, el resultado de un esfuerzo por poner a la naturaleza

bajo control. Atando cabos, pues, la obra de arte es un metaartificio: la artificialización de lo natural que es a su vez otro artificio. Volvamos al aforismo de Wagensberg: “Lo natural es la obra de Dios, lo artificial es la obra del hombre, y lo sobrenatural es lo artificial de Dios”. Habrá por tanto monstruos naturales, monstruos artificiales y monstruos sobrenaturales. Penetrar en su secreto, es la mirada de Dios de lo que nos apropiamos, porque entendemos que el Creador ha puesto a los monstruos entre nosotros para hacer el universo más rico y divertido. Tanto las quimeras de las mitologías y las malformaciones en los gabinetes de teratología antaño como hoy esas top models de hechuras imposibles nos horrorizan en la misma medida que nos fascinan. Sí, el universo entero es maravilloso y los monstruos constituyen una razón más por la que maravillarse. Pero se trate de biología o de estética, lo monstruoso es aquello que se aparta del modelo convencional, de lo estandarizado, de lo común... Cuando somos capaces de desprendernos de miedos y supersticiones, el monstruo ya no aparece como una amenaza sino como el encumbramiento de lo singular y lo original, como una de las voces de la identidad y la diferencia. Si hacer arte sobre lo maravilloso significa artificializar lo artificial de Dios, toda obra de creación debe aspirar a una cierta “monstruosidad”, a traducir una pulsión que, como nos explica deliciosamente Joris-Karl Huysmans en À rebours, no puede ser más que la de un monstruo obsesionado por lo monstruoso. El arte será monstruoso o no será. Joan Fontcuberta

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Joan Fontcuberta

(Barcelona, 1955)

Durante más de cuatro décadas ha desarrollado una actividad artística en el ámbito de la fotografía y de la imagen digital que se ha centrado en los conflictos entre naturaleza, tecnología, fotografía y verdad. Como docente ha sido profesor invitado en diferentes instituciones internacionales como la Universidad de Harvard y Le Fresnoy. Centre National des Arts Contemporains, en Francia. Ha publicado varios libros de temáticas relacionadas con la historia, la estética y la pedagogía de la fotografía: destacan El beso de Judas. Fotografía y Verdad (Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 1997); La cámara de Pandora. La fotografí@ después de la fotografía (Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 2010); y La furia de las imágenes. Nota sobre la postfotografía (Galaxia Gutemberg, Barcelona, 2016). Su trabajo de creación, ha sido objeto de numerosas muestras monográficas en instituciones como el MoMA, de Nueva York (1988); el Musée Cantini, de Marsella (1990); el Art Institute, de Chicago (1990); el IVAM, de Valencia (1992); el MNAC, de Barcelona (1999); el MUA, de Alicante (2001); el Palazzo delle Esposizioni, de Roma (2001); o ARTIUM de Vitoria (2003). Entre las exposiciones personales más recientes se cuentan el Hasselblad Center, de Gotemburgo (2013); Maison Européenne de la Photographie, de París (2014); Science Museum, de Londres (2014); Cosmocaixa, de Barcelona (2015); Museum Angewandte Kunst de Frankfurt (2015); Canal de Isabel II de Madrid (2015); Museo de la Universidad de Navarra, de Pamplona (2016); DA2, de Salamanca (2016); Galeria Angels Barcelona (2016); y Museo de Arte del Banco de la República, de Bogotá (2016). Obras suyas se encuentran en colecciones como las del MoMA (NY), Metropolitan Museum of Art (NY), San Francisco MoMA, National Gallery of Art (Ottawa), Folkwang Museum (Essen), Musée National d’Art Contemporain – Centre Georges Pompidou (Paris), MEP (Paris), Stedelijk Museum (Amsterdam), MACBA (Barcelona) y MNCARS (Madrid). En 2013 Joan Fontcuberta fue galardonado con el premio internacional de la Fundación Hasselblad. En España ha recibido el Premio Nacional de Fotografía (1998) y de Ensayo (2011). Recientemente también la Comunidad de Madrid le ha concedido el Premio de Cultura en la modalidad de Fotografía. www.fontcuberta.com

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en negativo

Colita

Por Andrés García de la Riva

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Testigo privilegiado de algunos de los movimientos artís- del Museu Nacional D’Art de Catalunya, Museo Nacioticos mas rompedores de la Cataluña de finales del si- nal Centro de Arte Reina Sofía, Fundación Elsa Peretti, glo XX; retratista de prestigio; protagonista de más de 40 etc. En 1998, el Ayuntamiento de Barcelona le impuso la exposiciones y 30 libros; después de cinco décadas en medalla de Oro al Mérito Artístico. En 2004 le impusieron la profesión la fotógrafa Isabel Steva (Barcelona, 1940), la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya y conocida por propios y extraños como Colita, inaugu- en 2009 le otorgaron el Premi FAD d’Honor. En 2014 se le ra el 26 de enero en la Capilla del Palacio Carlos V de concedió el Premio Nacional de Fotografía. Durante nuestra conversación, nos encontramos con la Alhambra de Granada Colita Flamenco. El viaje sin fin. Hasta el 6 de mayo se podrá visitar esta exposición, una Colita –sobrenombre con el que le bautizó su padre la más completa mostrada nunca por Colita sobre el en referencia a una leyenda francesa según la cual los tema del flamenco. Con esta excusa mantenemos una niños nacen debajo de las coles–, o Cola –“como me videoconferencia a través de Skype. Desde la distan- llaman desde que soy mayor”– que derrocha amabicia, Colita nos abre la pantalla de su ordenador para lidad, humor y descaro: “Solo soy una abuelita roja y repasar una trayectoria que la llevó a estudiar un año feminista de toda la vida”, dice socarrona. Con su veren la Universidad de la Sorbona en París. A su regreso bo, esta mujer amante de los animales –convive con a Barcelona aprendió el oficio con los fotógrafos Oriol tres gatos y su perro, Paquito, a los que llama amigos y Maspons, Julio Ubiña y Xavier Miserachs: “Yo no apren- a los que retrata con el mismo interés que a cualquier dí en ninguna escuela. Yo he aprendido de mis com- personalidad del arte y la cultura– exhibe una apertura mental, un compromiso y una copañeros, de mirar y de los libros y revistas que compraba en Perpig- “A un fotógrafo se le denomina herencia insólitas para alguien de su edad y prestigio. Las mismas que nan. Los problemas técnicos que notario de la realidad, pero yo destilan sus instantáneas. Y aunque me surgían los solventaba sobre la me siento historiadora. Lo que se lamenta de su falta de memoria, marcha”. Durante los siguientes años, fremás me gusta es transmitir el habla de maravilla. Es un placer escucharla. cuentó los ambientes del flamenpaso del tiempo” Colita comienza nuestra charla co –retratando a Carmen Amaya, por su próxima exposición sobre el Antonio Gades o La Chunga y editando volúmenes como Luces y sombras del Flamen- flamenco. A través de 79 imágenes capturadas desde co (Editorial Lumen, 1975)–; de la Nova Cancó –Serrat, 1962 ofrecerá “una revisión de mi trabajo. Están las fotos Riba…– y de la Escuela de cine de Barcelona –trabajan- que realmente me gustan, al margen de la importancia do con grandes directores de fotografía de la época de los retratados. Algunas personalidades importantes como Luis Cuadrado, Juan Amorós o Fernando Arribas–. se han quedado fuera porque esas fotos no me conSe convirtió en la fotógrafa de la denominada Gauche vencían”. Esta exposición llega tres años después de Divine –“aquello fue un invento para reírnos con un gru- Colita, ¡porque sí!, la primera retrospectiva dedicada po de amigos en Bocaccio”–. Trabajó para editoriales a esta artista, organizada en 2014 por Fundació Catacomo Tusquets y nunca dejó de colaborar con la prensa lunya - La Pedrera. Colita recuerda que, tras aquella progresista –Fotogramas, Tele/eXpres, Interviú, Mundo muestra, “mi amiga Concha Gómez me propuso expoDiario, Destino…”. Con la llegada de la Transición fijó su ner mis fotos y yo le dije que difícilmente estaría a la objetivo en su ciudad natal, reflejando la evolución de altura de aquello de La Pedrera. Y entonces pensé que Barcelona, de su urbanismo y de su sociedad, a través nunca había mostrado el flamenco completo, siempre de grandes eventos como las Olimpiadas junto a histo- a trozos, en exposiciones colectivas. Y qué mejor lugar rias anónimas. Su obra se encuentra en las colecciones que Granada. Mi amiga habló con la directora de la


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Prueba de luz en el estudio de Xavier Miserachs. Barcelona, 1962.


“Cuando eres culto comes mejor, bebes mejor y follas mejor. Rompamos una lanza por la cultura, que no tienes más que ventajas”

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Alhambra y les pareció buena idea. Mi socio y quien lleva mi archivo, Francesc Polop, ha diseñado la imagen gráfica de esta exposición”. No deja de sorprender el interés de esta creadora por un género, el flamenco, asimilado durante el franquismo como patrimonio cultural del Régimen. Colita confiesa que “aterricé en el flamenco de una forma un poco casual; en realidad, él me encontró a mí, yo no lo busqué. Yo conocía a Carmen Amaya, la vi bailar y me quedé totalmente deslumbrada. Le hice muchas fotos, también a Antonio Gades, la Chunga… Durante aquella época viví un año en Madrid, me paseé por los tablaos, hice mucha fotos de flamenco con Paco Rebés, aunque que al mismo tiempo hacía también otros temas como cine, retrato y prensa, sobre todo prensa. Pero el flamenco, tal y como le gustaba al régimen, el de las folclóricas, a mí me hacía vomitar. A excepción de Lola Flores, claro, una gran artista que tiene todo mi respeto. A mí no me interesaba aquello, a mí me interesaba llegar al hígado y el corazón del flamenco”. Y frente a la imagen oficialista que en aquellos años se brindaba a los artistas flamencos desde los medios generalistas en España, Colita practicaba un reportaje “de tipo humanístico, como se hacía fuera de España. Cualquiera de mis fotos de entonces podría haber participado en la exposición The Family of Man (La familia del hombre). Era lo que me salía. Yo tenía una inmenMicaela Amaya, “La Chunga”, 1964 © Colita.


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Carmen Amaya en el rodaje de Los Tarantos en Montjuich. Barcelona, 1963 © Colita.

sa curiosidad por las cosas y trataba de llegar siempre al final”. Una actitud que ha marcado toda la obra de Colita, alejada de artificios y de ínfulas artísticas. Así ha sido desde sus primeros disparos, a los 22 años, hasta sus espléndidos 76 actuales. Medio siglo como profesional. Un motivo de orgullo para Colita: “Me gusta mucho presumir de haberme ganado la vida con la fotografía. Y de que la foto que he hecho durante toda la vida haya sido de mi propia elección. Me siento muy afortunada. Para mí, la cámara ha sido el pan debajo del brazo con el que nací. Presumo de que el 90 % de mis retratados han sido mis amigos. Y si algunos no lo han sido es porque no hemos tenido tiempo para conocernos. Yo me he rodeado siempre de la gente que me gusta: el nuevo cine, los escritores iberoamericanos, todos acabaron siendo siempre buenos amigos… Lo que he retratado ha formado siempre parte siempre de mi vida y de mi entorno,

desde la Gauche Divine a escritores como García Márquez por encargo de Carmen Balcells. Normalmente me lo paso bien con la gente a la que retrato. Y si alguien no me gusta, directamente no lo retrato. He rechazado encargos porque no me interesaban ni me aportaban nada. Yo un retrato lo puedo regalar, cobrar o rechazar. Y siempre he trabajado por encargo. Quizás mi habilidad haya sido saber convencer a instituciones y a editoriales de proyectos locuelos como fotografiar los cementerios de Barcelona”. Si le pedimos que seleccione los retratos más especiales de su carrera, la fotógrafa lo tiene claro: Carmen Amaya, un personaje exraodinario; Gabriel García Márquez, muy divertido, un encanto; Terenci Moix, un amor para siempre; o Ana María Moix, mi íntima amiga del alma”. A Colita le gusta decir que “saber hacer fotos es saber mirar”, independientemente de los condicionantes tecnológicos. “La fo-


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Putas del Barrio Chino, Barcelona, 1969. Š Colita.


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tografía es captar la luz; puedes mirar a través de una alpargata si tiene un agujero por donde pasa la luz. Ahora hago muchas fotos con el móvil, algo que creía que nunca haría. Me parece muy divertido. Quién me lo iba a decir a mí, que he recorrido el mundo acarreando 50 kilos de cámaras. Y me divierte mucho Facebook, siempre me ha divertido comunicarme. Me encanta la foto, me encanta ver fotos, me encanta que todo el mundo pueda hacer fotos y que la gente se exprese y se divierta con la fotografía. Aunque no hay que olvidar que siempre habrá fotógrafos que tendrán la foto en el coco y otros que solo jueguen a hacer fotos. Creo que incluso con un teléfono se requieren unos mínimos conocimientos para hacer una buena fotografía. No me molesta el uso de esos dispositivos. Las cosas evolucionan. Es impredecible lo que pueda ocurrir con la imagen. Fíjate, si sacaran un chip para implantar en el cerebro que tomase

imágenes, yo me lo pondría. Me encanta la experimentación y disfrutar de probar cosas nuevas con la fotografía. Yo le recomiendo a todo el mundo gozar con la fotografía”. Colita disfruta ahora más que nunca de las imágenes, especialmente desde que hace un tiempo dejó de trabajar por encargo. “Estoy de los clientes hasta el moño. No recibir encargos de clientes me llena de felicidad. No tengo ninguna gana de hacer fotos de encargo. De hecho, todas mis cámaras profesionales están en un armario. Me puedo pasar un mes sin hacer una foto porque no me apetece y luego hago un montón en fiestas de amigos o en cumpleaños de sus hijos. Ahora hago una cosa que llamo Mira lo que veo cuando salgo de paseo. Consiste en pasearme con una cámara chiquitita y hacer fotos que me divierten. Retrato a mi familia, a mis amigos, a mis gatos, a mis perros. Ahora hago una fotografía muy familiar. Hago lo que me da la gana; de

Orson Welles, 1969. Romy en la película Metamorfosis de Jacinto Esteva, 1970 © Colita.


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Olimpiadas de Barcelona. 1992 Š Colita.


“De los fotógrafos actuales me parecen extraordinarios Carmen Calvo, Ouka Leele, Morenatti, Madoz, Gervasio Sánchez, Leo Cobo… y García Rodero, la mejor profesional de la fotografía al margen de su sexo” hecho, lo he hecho siempre, pero ahora aún más”. Y entre los trabajos recientes que le hacen más feliz, Colita destaca sin dudarlo Fotógrafas pioneras en Cataluña. Un proyecto de recuperación de las primeras profesionales de su tierra. “Encontré a 400 de todo el mundo, con unas 70 espléndidas. Acumulé una biblioteca de 700 libros sobre el tema. Cada mes y medio publico una imagen en la web lamentable.org”. Colita celebra también la calidad de muchos fotógrafos actuales: “Hay muchos extraordinariamente buenos, como Carmen Calvo, Ouka Leele, Morenatti, Madoz, Gervasio Sánchez, Leo Cobo… y García Rodero, la mejor profesional de la fotografía al margen de su sexo.” Esa satisfacción que le proporciona ahora la fotografía contrasta con la enorme decepción que le provoca la realidad social y política actual: “Nunca creí que las cosas pudieran llegar a caer tan bajo, sinceramente. No me puedo creer que tanta gente que me encuentro por la calle puedan ser votantes del PP. ¿Y cómo me tomo yo esto? Pues con mucha tristeza, aunque seguiremos luchando hasta el final, pasarán por encima de mi cadáver”. Coherente con su discurso, en 2014 Colita rechazó el premio Nacional de

Fotografía por la situación de la cultura y la educación en España. En una carta donde explicaba su decisión, aseguraba que “la situación de la cultura y la educación en España, cómo expresarlo, es de pena, vergüenza y dolor de corazón. No es posible que exista dicho Ministerio. Es una quimera.” La fotógrafa recuerda que “fue un gustazo, la gente hasta me paraba por la calle y me daba besos y las gracias. Es lo más extraordinario que me ha pasado en la vida. Yo creía que la gente pensaría que estoy loca porque se le da mucha importancia al dinero, pero yo no lo tengo ni me ha parecido nunca importante”. Y dos años después de aquella situación, Colita cree que “nosotros, pobres ciudadanos de a pie, solo tenemos un arma, el desprecio, y lo único que podemos hacer es despreciar a esa gente. Solo te queda decir: No voy a salir contigo en la foto. No quiero el premio, te lo puedes quedar para ti, para siempre. El Partido Popular y su política son despreciables. Y además, estamos gobernados por el Opus, que tiene una fuerza increíble en este gobierno, en los ministros. ¿Y qué vas a esperar de esta gente? Pues la censura, la Inquisición y si no te queman en la hoguera, es porque no pueden”.

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modos de

ver

Mas que imagenes E 36

l estreno el año pasado de la película El hijo de Saúl, del director húngacamino de la cámara de gas. De la otra, casi abstracta, solo se distingue la ro László Nemes, puso de nuevo el foco sobre un tema recurrente que copa de unos árboles. El carrete saldrá de Auschwitz escondido en un tubo ha hecho correr ríos de tinta entre intelectuales, teóricos de la imagen, de pasta de dientes. En septiembre de ese año llegan a manos de la resisescritores y artistas desde el final de la Segunda Guerra Mundial como es tencia polaca de Cracovia. Son cuatro imágenes arrebatadas a lo inimael de la compleja relación entre el holocausto y la imagen, abonando poginable y de las miles de imágenes que “relatan” la muerte en los campos lémicas infinitas sobre su representabilidad en el cine, su uso como fetiche de concentración, solo estas cuatro hacen referencia directa a la muerte o el tratamiento de las imágenes de archivo de los campos de concentraen las cámaras de gas de Auschwitz, según Franziska Reiniger, investigadora ción y exterminio en el audiovisual contemporáneo. En el film de Nemes, lo del Museo Yad Vashem de Jerusalen. interesante no es el hilo argumental de la historia que se cuenta, al fin y al En el año 2003 el historiador del arte y filósofo francés, Georges Didi-Hucabo ya conocida, sino el punto de vista que el director toma como opción berman, dedicó un ensayo a analizar desde diferentes perspectivas e imnarrativa, que es la de un miembro de los Sonderkommando, grupos de plicaciones el carácter de estas cuatro imágenes creadas en Auschwitzpresos judíos que formaron los nazis en los campos Birkenau “a pesar de todo” que han llegado hasta para que se encargaran de tareas como conducir “En el film de Nemes lo interesante nosotros también “a pesar de todo”. En “Imágenes a otros judíos a las cámaras de gas, incinerar su capese a todo”, Didi-Huberman se pregunta sobre dáveres o hacer desaparecer cualquier elemento es el punto de vista que toma como nuestra propia capacidad para saber mirarlas, tamopción narrativa” que probara sus crímenes. bién sobre la necesidad de arrebatar una imagen al En el verano de 1944 un pequeño grupo de judíos infierno de Auschwitz o el deber de memoria frente del Sonderkommando de Auschwitz se hizo con a un proyecto tan monstruoso que se propuso exuna cámara de fotos introducida, según algunas fuentes, por un trabajatender el olvido del mismo como forma también de exterminio. El libro es dor civil, y un miembro anónimo logró fotografiar cuatro imágenes en una una fascinante y compleja reflexión teórica sobre la imposibilidad o no de operación que requirió un dispositivo de vigilancia colectivo. Así, se dañó comunicar a través de las imágenes o del lenguaje de una experiencia tan de manera intencional el tejado de uno de los crematorios para que las SS inimaginable como esa. También de la capacidad de las imágenes para mandaran a alguien a repararlo y de esta forma hacer guardia y poder desvelar algún aspecto de lo real y eludir los peligros del fetichismo. En su vigilar sus movimientos. La cámara de fotos llegó al anónimo fotógrafo en texto, Didi-Huberman, refleja las críticas de otros intelectuales franceses a el fondo de un cubo, que situado en la parte baja dentro del crematorio, sus teorías y recorre buena parte del canon cinematográfico y cultural que consiguió enfocar el objetivo través de una ventana y disparar hacia las foha tenido al exterminio judío como tema central. Analiza como las opciosas de incineración con cadáveres a la intemperie. Después, ya al aire libre, nes formales de Shoah, de Claude Lanzmann, han servido como coartada consiguió otras dos imágenes; una, muy borrosa, de un grupo de mujeres para un determinado discurso sobre lo irrepresentable; la espectaculariza-


“Son cuatro imágenes arrebatadas a lo inimaginable”

ción del genocidio y su transformación en objeto de consumo de masas que supuso la serie de televisión de los años 70 Holocausto. También escruta las implicaciones y consecuencias de películas como Historire(s) du Cinema, de JeanLuc Godard, la construcción del holocausto que hace Spielberg en La lista de Schindler y la importancia que tuvo en su época Noche y Niebla, de Alain Resnais, en el conocimiento y toma de conciencia de la Shoah. Tras el estreno de El hijo de Saúl, Didi-Huberman escribió una larga carta a su director, László Nemes, elogiando la opción estética y narrativa elegida, que no es otra que la de los miembros del Sonderkommando que hicieron esas cuatro fotos del horror que han llegado hasta nosotros.

Juan Arteaga Villar Gestor y periodista cultural “Imágenes pese a todo”. Memoria Visual del Holocausto. Georges Didi-Huberman. Editorial Paidos (Biblioteca del Presente 27), 2004.

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Cristina Riesgo Fronteras diluidas

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La fotografía es el catalizador por el cual se inicia mi proceso creativo de constante búsqueda y descubrimiento. La experimentación me permite reflexionar y representar un mundo interno y externo, consiguiendo una transformación personal. En los últimos años, una parte de mi obra fotográfica se ha centrado en la decadencia, el paso del tiempo y la fugacidad, todo ello unido a un elemento latente: el agua. El agua crea vida y espiritualidad. En algunas culturas es un símbolo de purificación de almas y una vía para alcanzar la inmortalidad. No obstante, el agua también está asociada a la destrucción. Esa dualidad es una forma de mantener el equilibrio y continuar el círculo infinito de la vida y la muerte. El uso frecuente del agua no solo me sirve como metáfora para representar situaciones y emociones que el propio agua genera, también sirve para revelar una identidad oculta en las cosas, su trasfondo y la nueva percepción que nos aporta. Cambiar de medio y sumergirse en el agua genera, inicialmente, una corriente armónica de sensaciones de calma y libertad. Sin embargo, pueden llegar a surgir miedos y temores cuando nos adentramos en las profundidades de ese mundo acuático desconocido, misterioso y oscuro, donde quedas atrapado. De ahí el origen del nombre del proyecto, por esa frontera imaginaria e intangible que provoca un choque de emociones y sensaciones contradictorias originando una catarsis que es el inicio de la regeneración del hombre. Con el proyecto que aquí presento, Fronteras diluidas, pretendo generar más dudas que respuestas, provocar una cierta intranquilidad; pero, principalmente quiero evidenciar la fragilidad y vulnerabilidad de las personas, así como el instinto de supervivencia y la fortaleza de la condición humana. Un lenguaje poético envuelve este trabajo de imágenes atemporales, ambiguas y enigmáticas, a la vez que evocadoras, para poder mostrar la lucha y la tensión en esa frontera intangible.


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Cristina Riesgo (Madrid, 1977) Estudió Arquitectura de Interiores en la Universidad Politécnica de Madrid, posteriormente realizó un Máster en Diseño y Gestión de Exposiciones en el IED. Finalizados sus estudios, se interesó por las artes plásticas y se formó realizando numerosos cursos y talleres de arte y fotografía dirigidos por Eva Lootz, Javier Vallhonrat, Fontcuberta, Paloma Navares, Castro Prieto y Chema Conesa entre otros. Ha expuesto en la Galerie Artes Exposición D´art en París o en la TVAA Gallery de Dallas. www.cristinariesgo.com


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Marcela Lopecito Vida de Perros

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En mi barrio de la Guindalera, Madrid, soy parte y testigo-observadora del vínculo que los dueños establecen con sus perros en cada encuentro casual y circunstancial con mis vecinos. Después de mis aproximaciones con historias ajenas, entendí que en el presente que corre, muchos humanos buscamos perros en lugar de hijos, decidimos compartir nuestra soledad con una mascota, o cuando ya nuestra vida está más cerca del final, un perro pasa a ser un motor que la alarga. ¿Qué hay detrás de aquel vecino que dedica su tiempo en las rutinas de su perro, como yo? ¿Por qué un pit-bull y no un chihuahua? ¿Cómo lo ha escogido, o será que el perro lo habrá señalado a él? Detrás de aquel discurso superficial, que ayuda a romper el hielo, me imagino la presencia de un vínculo profundo. Existen aspectos en los que dueño y perro se parecen, o se mimetizan, o bien, en los que en ocasiones los humanos proyectamos nuestros miedos, nuestras fantasías e ideales. Muchos opinarán que “los dueños de animales en las ciudades son adultos que parecen no tener, no poder tener, o no desear tener una persona a quien amar” pero otros contrarrestarán la polémica diciendo “que un perro es más fácil de amar que muchas de las personas a las que conozco” (B Levinson). En este proyecto, las imágenes y las palabras balancean su peso. Los retratos intentan hablar de ese vínculo, y los bodegones que los acompañan se encuentran cargados de historias personales o símbolos de las mismas, objetos que podrían guardarse en una cajita, resistiendo el paso del tiempo. Siempre me ha gustado coleccionar huellas que los seres dejan, testimonios del paso, del camino que recorren. En este caso concreto, en Vida de Perros he plasmado algunas historias estando segura que hay muchas más por escribir y fotografiar.


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CARLOS Y LUPE :“Procuramos dejar antes de ser dejados, y de la misma manera, cuando amamos somos incondicionales�.


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MIGUEL Y WHITEY: “Nosotros somos dos neuróticos, yo obsesivo compulsivo y él un histérico. Nuestra relación va de un polo a otro, los opuestos se atraen: lo perfecto y lo imperfecto, el yin y el yang”.


IÑAKI Y KAISER:“Si tenemos que morder, mordemos sin ladrar”.

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MATI Y CAMPANILLA: “Por Dios, Pedro, no me la quites a ella también”.


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GINA Y ZOOMBIE: “Mi perro es como yo: un inútil, violento, bocazas y malo por naturaleza”.


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OMAR Y ARI: “He fantaseado con irnos a vivir solos, lejos de los humanos, en una tienda de campaña, ella, la naturaleza y yo”.


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Marcela Lopecito (Buenos Aires, 1971) Bonaerense de cuna y madrileña de adopción, Marcela trabaja como psicoterapeuta. Para convivir con las historias de sus pacientes, aprendió a boxear y en ese ambiente de galas pugilísticas se inició en la fotografía con una cámara lomo en 2008. Desde entonces ha aprendido a revelar en el cuarto oscuro del laboratorio de la Casa Encendida y se ha formado en la Escuela Blank Paper, aprendiendo a mirar y contar historias con Antonio Xoubanova, Ricardo Cases, David Jimenez y Laia Abril. Interesada por la fotografía como herramienta terapéutica, en 2013 realizó, junto a Eva Sala de Nophoto Voz, Proyecto Enfocadas, con mujeres supervivientes de situaciones de violencia de pareja. En 2014 realizó el curso de Edición e Impresión de Fotolibro y produjo la serie Catarsis. Ahora, presenta Vida de perros bajo la supervisión de Daniel Merino, fotógrafo de Madphoto. www.marcelalopecito.com


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David Ozkoidi Roig El Sur

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La primera vez que pisas una megalópolis como Londres tienes la sensación de estar en un lugar complejo y difícil de comprender. Pero mi aproximación a su realidad fue posible gracias a mi precaria situación socioeconómica y a mi condición de emigrante. Por eso, tuve que comenzar a realizar trabajos muy mal remunerados en los que mi nivel de inglés no fuera un obstáculo. Y comencé a conocer la realidad de quienes, como yo, sobreviven en la gran capital europea. En una pequeña habitación esperábamos la señal para comenzar a servir platos en el salón de actos del hotel de cinco estrellas. Había una variopinta mezcla de personas y personajes entre el personal del hotel: estudiantes, hijos de británicos de clase media, americanos, australianos o neozelandeses. Y emigrantes; de primera, segunda, tercera generación… Sobre todo, trabajadores emigrantes. Y además, todos emigrados dentro de la propia ciudad para acudir cada día a trabajar al West End, en cuyos distritos solo hay hoteles, oficinas, apartamentos de multimillonarios, tiendas caras y embajadas. Cualquier día de la semana, hasta bien entrada la madrugada, el autobús 171 se llenaba de trabajadores agotados camino a sus casas en el sur de Londres. Con el tiempo, comprendí que esta urbe no es más que una interpretación a escala del Mundo en el que vivimos. Con su Norte, Sur, Este y Oeste. Con su centro, el financiero y político. Y con sus distritos donde se clasifica a las personas dependiendo de su nivel adquisitivo. El Sur de Londres es uno de los más castigados, con mayor mestizaje, y que más rápido está cambiando. Y como yo era uno de sus habitantes, comencé a acercarme a través de la fotografía a lo que ya había visto en otros “Sures” del Mundo. Hoy, debido a la gentrificación de zonas como Elephant and Castle o Dulwich, y a los nuevos retos que generará el Brexit, la velocidad a la que se están transformando es abrumadora. Habrá un “antes y un después” en estas zonas y mi deseo es volver para fotografiarlo.


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Containers apilados esperan convertirse en “box retails” o tiendas temporales. A día de hoy el Heygate State ha sido demolido, los containers son tiendas de moda temporales y la zona sufre una vorágine constructiva


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Jóvenes se asoman al balcón de su casa en uno de los pisos de protección oficial que todavía queda en pie en Elephant & Castle.

Los flyers de las diferentes religiones y creencias que coexisten en el sur de Londres inundan las cabinas telefónicas.


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Celebración multicultural de una misa de Primera Comunión en una iglesia católica en el sureño barrio de Walworth.


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Una amiga de Fatmata costamarfile単a descansa mientras vigila a un grupo de ni単os en la fiesta de cumplea単os de su ni単o.


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Ambiente en el festival Brixton Splash, que se celebraba, hasta su cancelaciĂłn en 2016, el 6 de agosto, DĂ­a de la Independencia en Jamaica.


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Dos chicas toman el sol en Burguess Park. AI fondo dos bloques de pisos nuevos y el Chiltern House, único bloque de viviendas de protección oficial que queda en la manzana.

David Ozkoidi Roig (Pamplona, 1983) Fotógrafo y camarógrafo natural de Sangüesa-Zangoza. Actualmente trabaja a caballo entre Reino Unido y la península ibérica como iluminador y operador de cámara para cine, TV e internet. Continúa desarrollando sus proyectos fotográficos a largo plazo como El Sur. www.davidozkoidi.net


Foto: Andrés Cribari

¡AHORA EDITORIAL! Angela Davis, Srecko Horvat, Jodi Dean, Matt Sakakeeny, Gerda Lerner, Sergei Dovlatov, Takiji Kobayashi Desde el río Arga

www.katakrak.net Nagusia 54-Mayor 54 31001 Iruñea-Pamplona

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FOTO FIJA IÑAKI ALFORJA

Como un “contador de historias”. Así le gusta definirse al cineasta pamplonés Iñaki Alforja, referencia en Navarra de cine documental comprometido. Por Andrés García de la Riva

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ercano y atento, y con ese punto de timidez de alguien acostumbrado a contar las vidas ajenas, nunca la propia, Iñaki Alforja nos recibe en su estudio, un espacio funcional situado en un bajo en pleno corazón de lo viejo de Pamplona. A punto de completar tres décadas como profesional del audiovisual después de formarse en la Escuela de de Cine y Vídeo de Andoain (ESCIVI), Iñaki ha desempeñado todas las labores imaginables en el proceso de construcción audiovisual: guion, realización, montaje, operador de cámara, director de fotografía… Ha trabajado en Europa (Inglaterra, Polonia, Francia, Italia), América (Nicaragua, El salvador), Asia (katmandú), África (en los campos de refugiados saharauis en Argelia, Togo, Benin, Mozambique)… Y durante todo este tiempo ha trabajado con las productoras más destacadas de Navarra: Kanaki, Tagomedia, Fase 3 Nasa, Labrit Multimedia, Visual y, sobre todo, Arena Comunicación, empresa fundamental en el panorama documental navarro donde estuvo contratado entre 2006 y 2012 y con la que acaba de realizar un documental sobre Oskara, espectáculo de danza realizado por el premio nacional de Danza Marcos Morau y la compañía vasca Kukai Dantza. Un trabajo “sobre la identidad, el gran tema del siglo XXI”, recientemente galardonado con el premio a la Mejor Producción Nacional en el certamen de videodanza FIVER’17.



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Durante todo este tiempo, Iñaki se ha embarcado en muy diversos proyectos: encargos de publicidad, reportajes divulgativos, videoclips, trabajos para ONGs, proyectos propios… En algunos como operador de cámara, como en la película Pura Vida, sobre el rescate al montañero navarro Iñaki Ochoa de Olza; o en la serie documental Amazonas clandestino para Discovery Channel, de la mano de la productora 93 metros. Como realizador de documentales ha firmado La vida empieza aquí, sobre el sistema de justicia juvenil del Gobierno Vasco; Historias de Kathmandu, sobre un orfanato de la capital de Nepal; o Motxila21, live, sobre una gira en Londres de esta banda de rock en la que colaboran Enrique Villarreal y Kutxi Romero. Asimismo, ha dirigido los videoclips Cordones de Mimbre y En punto muerto de El Drogas, o Café y mulas de la nueva banda de El Piñas (Marea). También ha sido director de fotografía y operador del documental de danza Ventanas adentro de Las Negras Productions, productora integrada por las hermanas Berta y Maite Bermúdez. Precisamente al universo de la danza se circunscriben varios proyectos acometidos en la última década: “Entré en contacto con este mundo hace unos 10 años porque mi hermana Sofía trabajaba en el Ballet de Biarritz. Me pidió unos documentales sobre esta compañía y descubrí un mundo maravilloso, con personas normales que cuando bailan se convierten en algo mágico”. Desde entonces ha colaborado con compañías como Dantzaz o Iker Arrue realizando trabajos llenos de poesía visual. “Intento transmitir, de forma cercana, lo que quieren contar con el cuerpo. Me dejo llevar, no tanto por lo que hacen, sino por lo que intentan transmitir”. Iñaki admite que, en este campo, el trabajo de Las Negras es su referencia: “Ellas hacen videodanza de verdad. Han conseguido trascender la videodanza y transmitir historias con las imágenes”. Aunque en un vídeo sobre danza

es evidente, en general la música es un componente absolutamente protagonista en el trabajo de Alforja: “La música es muy importante porque transmite las emociones, transporta, y tiene algo mágico, que es universal. Esto es diferente de la palabra, ya que entran en juego los idiomas. Pero más allá de la música, me importa el sonido. Para mí el sonido es el 50 % de un documental”. Iñaki apunta que si algo estructura un bagaje tan diverso como el suyo es su “mirada documental”, piedra angular de su trabajo junto al compromiso social y el protagonismo de las personas. “Nunca haré algo artificioso o de ficción. No sé trabajar así. Además, este trabajo te permite vivir vidas que de otra manera no vivirías. Es un privilegio haber conocido a personas que sacan mineral en Mozambique, a personas con síndrome de down en Londres o a bailarines increíbles. Aunque en este oficio es muy importante el equipo técnico y la tecnología, para mí

Fotogramas de Motxila 21.


“PARA MÍ LO FUNDAMENTAL SON LAS EMOCIONES, LAS PERSONAS, SUS CONTRADICCIONES Y SUS IMPULSOS, Y ESTO NO HA CAMBIADO DESDE HACE MILES DE AÑOS”

65 Fotogramas del documental Osckara.

“ME INSPIRAN LA FORMA DE CONTAR POÉTICA DE MERCEDES ÁLVAREZ, LA PROFESIONALIDAD ARTESANAL DE ARENA COMUNICACIÓN Y LA PASIÓN AL RODAR DE RAÚL DE LA FUENTE”

lo fundamental son las emociones, las personas, sus contradicciones y sus impulsos, y esto no ha cambiado desde hace miles de años. Cuando trabajo con personas, lo primordial es el respeto, a sus tiempos y sus realidades. Y mi trabajo es ganarme su confianza, que estén cómodos, que me cuenten lo que yo quiero”. Iñaki admite que si un artista como El Drogas le llama para trabajar es precisamente por esa mirada. Y así ha sido en los dos videoclips sobre la enfermedad de Alzheimer realizados por Alforja para el músico. “Están hechos desde el punto de vista del paciente, trasmitiendo su desorientación, su pérdida, su no saber cómo te sientes. Dimos protagonismo a las personas”. De la misma forma se ha gestado su trabajo con el colectivo de activismo audiovisual Eguzki Bideoak o su documental sobre el grupo Motxila 21. “Aunque me acerqué a esas personas con mil prejuicios, fueron ellas las que me rompieron esa barrera haciéndome bromas y contándome

secretos. Comprendí que quieren lo mismo que queremos todos: una relación de pareja, autonomía vital y económica... Simplemente tienen unas capacidades distintas. Me pareció una historia muy potente, poder verlos hablando de sexualidad, de amistad, de la muerte, de la creatividad. Siempre se les presenta de forma paternalista y me parecía importante que la gente que viera la película dijera: yo quiero ser de Motxila”. Iñaki celebra no haber recorrido solo esta senda. “De forma natural nos hemos ido juntando gente que amamos el documental y compartimos la misma mirada, como Pablo Iraburu y Migeltxo Molina, desde Arena, Raúl de la Fuente, en Kanaki, Jorge Fernández, Natxo Leuza o la propia Mercedes Álvarez. Está el festival Punto de Vista… Hay una conciencia social histórica en Navarra y que hace que el documental sea como un espacio natural donde nos encontramos determinadas personas”.


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la BUTACA de

Por Natalia Ardanaz Yunta

Jonás Trueba A Jonás Trueba (Madrid, 1980) le han bastado terminan de abandonar su adolescencia, que cuatro películas para ser reconocido por la críemprenden viajes sin rumbo y que transitan a la tica como uno de los jóvenes talentos del cine deriva para encontrar algo. español. Pero sobre todo le han servido para Constantes vitales que ya encontramos en su quitarse la etiqueta de ser hijo de Fernando y primera película, Todas las canciones hablan de sobrino de David. Huyendo de su apellido firmí (2010), y que se mantienen en Los ilusos (2013), mó su primer corto, Cero en Conciencia, con el Los exiliados románticos (2015) y La Reconquista pseudónimo de Jonas Groucho. Era el año 2000, (2016), presentada en la última edición del FesJonás estudiaba cine en Madrid y tenía 20 años, tival de Cine de San Sebastián. Antes de dirigir no 25 como el Jonás de Alain Tanner, aunque estas cuatro películas, Jonás había firmado los su cine tenga ciertas similitudes. A pesar de la guiones de Más pena que Gloria (2000) y Vete distancia generacional y cultural comparte con de mí (2005), ambas dirigidas por Víctor Garel cineasta suizo la desazón, la derrota, la búscía León. También coescribió con su padre el queda, la audacia intelectual de sus personajes guion de El baile de la Victoria (2009). Y ha esy una narrativa construida con planos largos y crito la novela Las ilusiones, que complementa los diálogos constantes. Los su segunda película, Los iluprotagonistas de las pelícu“Cine, literatura e ilusiones sos, que a su vez da nombre las de Jonás no sufren las a su productora: Los ilusos consecuencias del fracaso son inseparables del cine de films, fundada tras constatar del Mayo del 68 que sí reco- Jonás, del cine y de la vida” las dificultades para distribuir gió la Nouvelle Vague o el comercialmente sus películas. propio Tanner, pero se debaCine, literatura e ilusiones son ten por un amor efímero, luchan por recuperar inseparables del cine de Jonás, del cine y de la el amor perdido o el tiempo. Señas de identidad vida. Quizás ese compromiso indivisible entre la de una cinematografía más francesa que la esvida y el cine, esa manera de rodar improvisada pañola. Otra etiqueta que la crítica usa al hasin guion cerrado hacen que sus películas transblar de su cine y en la que se siente incómodo mitan una realidad que solo encontramos en los no por no sentirse identificado con los grandes márgenes del cine documental. La sencillez de maestros del cine francés como François Truffaut sus historias y el tiempo pausado de planos larsino por el deseo de querer ser simplemente Jogos construidos sobre la palabra o la música, nás, ni Trueba ni Afrancesado. Un cineasta con dotan su cine de un cierto romanticismo exótiun gusto narrativo mesurado, alejado de la suco. Algo de exilio interior también hay en el cine cesión frenética de fotogramas del cine comerde Jonás, como si sus protagonistas buscaran cial, independiente y a la vez distante, sin las esparaísos perdidos de la juventud y se negaran tridencias emocionales y sainetescas identitarias a crecer en un mundo en el que no hay hueco del cine español. Un cine de prosa y poesía, de para la poesía. protagonistas que caminan por los recovecos La música es otra de las características que del Madrid de unos jóvenes treintañeros que no definen el cine de Jonás, se podría decir que la

Jonás Trueba durante el rodaje de La Reconquista, 2016.

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imagen sin la música no tendría sentido. La música de trovadores modernos como Rafael Berrio, Nacho Vegas, Manos de Topo o Tulsa. Una música que acompaña la prosa, una banda sonora con letras que dan voz a lo que a veces los protagonistas masculinos no se atreven a decir. El cine de Jonás está protagonizado por personajes masculinos que representan una masculinidad en construcción hacia una nueva identidad. Son jóvenes educados, cultos, sensibles pero incapaces de expresar sus sentimientos frente a mujeres que tienen mucho más claro hacia donde van. Personajes que transmiten una cierta decadencia pero que en las secuencias finales se redimen dando un pleno significado a las historias contadas. Se nota que esos personajes son amigos tras la pantalla. Así lo ha declarado en varias entrevistas Jonás, quien afirma que primero piensa en sus amigos y después en qué historia escribir para ellos. O que sus películas nacen tras conversaciones con amigos, intercambio de ideas que se trasladan a la pantalla con mucha veracidad y complicidad. Cotidianeidad y verdad que logra también al contar con un mismo elenco de actores como Francesco Carril (Los exiliados románticos y La Reconquista).

“Estamos ante un joven cineasta que rueda como vive y que vive como rueda. Ahí residen la verdadera libertad y honestidad de su cine”


“Esa

manera de rodar improvisada sin guion cerrado hacen que sus películas transmitan una realidad que solo encontramos en los márgenes del cine documental” 69

En definitiva, estamos ante un joven cineasta que rueda como vive y que vive como rueda. Ahí residen la verdadera libertad y honestidad de su cine. Un cine que refleja estados de ánimo del tiempo que le ha tocado vivir, que habla de lugares comunes como el amor y el tiempo de una forma que puede resultar pretenciosa y afrancesada pero que sin duda nada tiene que ver con “el cine de papá”.

Fotogramas de las películas: “La Reconquista, 2016. “Los exiliados románticos”, 2015. “Los ilusos”, 2013. “Todas las canciones hablan de mí”, 2010.


LAScientovolando Impulsoras de proyectos fotográficos colectivos e incondicionales de la diversidad; Las Cientovolando son altavoz de historias invisibilizadas y artífices de obras de realidad. Por Sara Sáenz-Diéz Alonso

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ada mente experimenta una vivencia distinta cuando se enfrenta a un proceso creativo, es algo tan mágico e impredecible que nunca se sabe en qué va a terminar. Sumergirse en un proceso creativo motiva la toma de consciencia sobre un tema o realidad concreta. Y el resultado, aporta a cada persona la respuesta ante un conflicto. La pregunta es, ¿sólo los artistas disfrutan del asombroso poder de la creatividad? Para Almudena Caso y Eva Sala, la respuesta es no. Ambas, fotógrafas de profesión, creen en el arte como herramienta cambio y opinan que la democratización de los procesos creativos es tan necesaria para afrontar los problemas reales de la vida como cualquier política. Ambas, mujeres, intelectuales y emprendedoras crearon en 2013 Las Cientovolando, un estudio de arte participativo que impulsa proyectos que aúnan la formación artística con la transformación social e individual en positivo. Su objetivo es promover la participación y la integración de personas con todas las capacidades, de todas las edades, géneros u orígenes. Favorecer la igualdad, difundir la perspectiva de género, fomentar la educación emocional y la diversión. Y, sobre todo, dar visibilidad y empoderar a todas las personas que participan en sus creaciones. El amor por la fotografía y el interés por lo social son los alicientes que llevaron a Almudena y a Eva, por separado, a dar el salto de la fotografía individual a la participativa. Años después, la curiosidad de la una y la practicidad de la otra se aliarían para dar forma a Las Cientovolando. Almudena Caso (Madrid 1982) Licenciada en Fotografía Artística en University of Westminster (Londres) y Máster en Gestión Cultural en la Universidad de Valencia, es fotógrafa, gestora cultural, docente y especialista en fotografía participativa. Ha trabajado a nivel nacional e internacional con Tate Modern, la Universidad de Barcelona y Staffordshire University, entre otros. Almudena trabaja desde el intelecto, le intriga la experiencia humanana y cuestiona cada matiz de la realidad. Su afición: romper esquemas. Reconoce que el objetivo de sus obras siempre ha sido el de “arrojar luz sobre temas evidentes que son tratados como tabú”, pues considera que “la fotografía tiene el poder de generar una comprensión ideológica del mundo”. Sin embargo, a lo largo de su carrera como artista detectó que “esa visión es, históricamente, eurocéntrica y antropocéntrica, y la mayoría de las veces construida por hombres europeos o norteamericanos”.


“La gente normal me asusta”

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Proyecto desarrollado con Lucia Miranda, directora de Crossborder, en colaboración con el Centro Dramático Nacional. Taller en el que utilizamos la fotografia con actores con y sin diversidad funcional como herramienta para generar historias e imágenes que las ilustraran.


“La creatividad es súper poderosa, pero la emoción es vital” De modo que “cómo iba mi fotografía a generar una perspectiva distinta de la realidad si yo también tengo una visión sesgada”, plantea. Almudena asumió que si quería crear un discurso alternativo “debían de ser las personas implicadas (en dichos tabús) quienes narrasen su propia historia”. Fue en 2006, junto con la antropóloga Paula González, cuando empezó a compartir su cámara. Niños detrás de la Cámaras fue su debut en el arte participativo, desde entonces ha llevado a cabo números proyectos con diferentes colectivos de personas, algunos de ellos en riesgo de exclusión. Otro de sus proyectos es Fotografías desde el Socavón, en esta ocasión fue un grupo de ex reclusos quienes se convirtieron en creadores para narrar con imágenes su percepción del mundo. Su obra tiene una doble vertiente, por un lado, “les da voz”; por otro, visibilidad, es una ventana abierta para que el resto de la sociedad descubra qué hay más allá de la etiqueta de ex recluso. Eva fluye, trabaja desde el cuerpo y la emoción para engendrar cada proyecto. Cree en la fotografía como herramienta de educación y concienciación y entiende el arte como una práctica al servicio de la sociedad. En su caso, la fotografía participativa es la secuela de buscar la utilidad de su profesión. Encontró en ella la posibilidad hacer pedagogía y una manera de reportar bienestar a las personas que fotografían.

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“Enfocadas”

Proyecto llevado por Eva y Marcela Lockett con mujeres supervivientes de violencia de género.


“Fotografiar Desde Dentro”

Festival de Arte e Integración 10 Sentidos.

73 “Me gustaría viajar en un crucero con la familia y en el centro haciendo fotos. Y en el río también”

“Tener un sobrino. Mi hermana se casa en el 2014. En mi sueño están mi hermana, el novio y el bebé”

Eva Sala (Madrid, 1974) es Licenciada en Ciencias de la información, con especialidad en Publicidad y Relaciones Públicas. Cuenta con una larga trayectoria como fotógrafa freelance en prensa, moda y publicidad para diversos medios y revistas especializadas. Desde 2004 es socia fundadora del colectivo NOPHOTO de fotografía contemporánea. Y actualmente, está especializada en fotografía participativa y social. Durante un año ha desarrollado el proyecto kamikazes de la Imagen con artistas con Síndrome de Down de toda España. Un ejemplo real de resultados es Enfocadas, una propuesta artística codirigida por ella misma junto a Marcela Lockett, fotógrafa y psicoterapeuta y llevada a cabo por mujeres, autodenominadas, “supervivientes” de violencia de género. El fruto es una obra de arte colectivo que expresa la realidad del maltrato machista en España contada por sus protagonistas.

“Que se cabe la crisis, que haya más paz porque hay mucha guerra. Si hubiera trabajo, vivr con mi novia en el futuro”

Este taller ha sido valorado terapéuticamente y ha demostrado como los procesos creativos ayudan a las personas a empoderarse. “Durante las exposiciones de Enfocadas salieron por parte de los visitantes a la luz situaciones familiares que algunas mujeres no habían contado nunca”, remarca Eva. “La diferencia entre este tipo de fotografía y alguna fotografía de autor es la autenticidad, esta es más verdad”. La perspectiva de género acompaña a Las Cientovolando en cada una de sus iniciativas. Ambas tratan de crear nuevos imaginarios a través de cada palabra o imagen que comparten en pro de una relación de poder igualitaria para las mujeres, “sobre todo cuando convivimos con adolescentes”, admite Almudena. Los grupos con los que trabajan son muy variados y, por lo general, mixtos. La idea es crear lugares comunes entre personas de cualquier edad, sexo o capacidad.


“Fotografías Desde el Socavón”

Proyecto llevado a cabo por Almudena y Doctornopo en Valencia con personas ex reclusas.

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“Cuando me encontraba mal. Tuve que hacer un esfuerzo enorme par salir de ahí, me ha costado tiempo y he descubierto que fuera de de ahí también hay vida. Por cierto es bastante mejor y bastante más cómoda. La salida del agujero, la salida del pozo”. Antonio.

“Uno de mis mayores logros ha sido conseguir todo lo que me he propuesto en la vida. Yo soy tatuador, es lo que hacía en prisión”. Alfredo.


“Cuando les damos la cámara les estamos dando el poder, asegura Eva, normalmente hay un cambio energético brutal, nuestros talleres suponen un antes y un después para las personas que los experimentan”

“Yo fui profesional de la pelota Valenciana”. Jesús.

Para ello, trabajan con las emociones, “la información más básica que tenemos todas las personas”, argumenta Almudena, “la creatividad es súper poderosa, pero la emoción es vital”. Tal vez esta premisa haya sido la precursora de Fotografiar desde Dentro, uno de los proyectos que Las Cientovolando están desarrollando actualmente. En este caso los participantes fotografían desde la percepción sensorial tomando como punto de partida que la vista no es el único sentido que interviene en la captura. “La idea bebe del teatro sensorial, se fotografían olores, sabores, sensaciones... es una manera libre e intuitiva de crear, salimos de lo mental para fotografiar emociones y tomar consciencia del cuerpo. El resultado es espectacular”, explica Eva. Eva y Almudena establecen las estructuras de cada proyecto, aportan ciertos criterios con los que trabajar y son los participantes quienes generan los contenidos. Su papel es el de fomentar la improvisación y facilitar el proceso creativo. “Les damos un tema y ellas y ellos escogen la idea, piensan en el mensaje y en cómo quieren trasmitirlo. Sin darse cuenta toman una decisión, ponen en marcha una visión crítica y aprenden a elaborar su propio discurso”, expone Almudena. “Cuando les damos la cámara les estamos dando el poder, asegura Eva, normalmente hay un cambio energético brutal, nuestros talleres suponen un antes y un después para las personas que los experimentan”. Ambas, autodidactas, se forman cada día para dar lo mejor de sí y seguir enriqueciendo pedagógicamente sus talleres. Además, pretenden incorporar otras artes que contribuyan al momento de la creación. Cine, teatro, danza, escritura creativa… cualquier forma de expresión para con uno mismo y los demás es válido. Poco a poco, Las Cientovolando baten sus alas más fuerte para llegar a más personas, con mayor diversidad y con más ganas de ayudar en lo comunitario. Docentes, trabajadores sociales, creativos… muchos profesionales de otros ámbitos se acercan a sus talleres, cursos o eventos para formarse. Su sueño a corto plazo es que este trabajo se entienda por parte de las instituciones y se dignifique como sector. Poder vivir dignamente diseñando proyectos a medida y dando visibilidad a colectivos que lo no la tienen.

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galerías

contraluz

Asier Garagaza Uneak/Instantes septiembre

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Instantes captados a través de la propia mirada del autor, en diferentes situaciones y disciplinas a lo largo de estos dos últimos dos años. Amante de fotos marcadas por la abstracción o por la presencia humana, Garagarza confiesa que “todas ellas son especiales para mí, y mi intención es dar a conocer mi obra para que todos los amantes de la fotografía disfruten de ella como yo he disfrutado al hacer cada una”.

Javier Alonso

Susurros de la Naturaleza octubre-noviembre

Cuando buscamos representar en una fotografía la belleza que nos rodea, emprendemos un camino de aprendizaje que rara vez tiene fin. Desde conocer los parámetros y mecanismos del equipo fotográfico, hasta asimilar cómo se comporta la luz. Desde buscar el modo de ampliar el rango dinámico, hasta estudiar las mareas o el recorrido de la luna y el sol. Desde conseguir usar nuestro equipo en las peores condiciones, hasta llegar a comprender el comportamiento de los animales y las estaciones. Pero lo más importante es aprender en este camino a amar y respetar esos paisajes y especies, esos delicados lugares.


aq u e íp an sta ue un r tu de ci o

galería ópera prima

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Rubén Domíguez

M Van Koekje. Girls, by Girl

septiembre-octubre

Fotodiario analógico compuesto de 20 fotografías en 35mm que centran la figura femenina en dife-rentes momentos y situaciones. Esta exposición intenta transmitir el vínculo entre fotógrafa y retra-tada, en un ambiente relajado. En un mundo preocupado en exceso por la imagen y que sobreex-plota la proyección de la mujer, Artajo se sirve del negativo de la manera más pura posible. No hay retoques, no hay mentiras, no hay montajes y no hay ningún pudor.

[afcn@agrupacionfotonavarra.com]


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