(RE)HABITAR GUADALAJARA

(RE) HABITAR GUADALAJARA

Esta es una recopilación de estudios, un concurso, y mucho tiempo dedicado al an{alisis de la vivencia urbana de la ciudad de Guadalajara; un ejercicio de investigación contínua, u una recopilación de fragmentos de lo que es ya, fragmentario.

El nacimiento y vida de la ciudad de Guadalajara, México, es una historia extensa sobre altas y bajas; de colonialismo, politiquería, clasismo y dispersión; pero, ¿Cómo llegamos aquí?.

La Nueva Galicia, ahora conocida como Guadalajara, es fundada el 14 de febrero de 1542; siendo entonces la capital del próspero y recién conquistado territorio mexicano. Desde España, son enviados numerosos nobles, militares y clérigos, que serán los encargados del órden político de las tierras. Así es como empieza a construirse la traza urbana. El Virrey Antonio de Mendoza, en compañía con la fuerza militar, se encarga de establecer la primera parcelación de la tierra a partir de los establecimientos de poderío emplazados en el centro del territorio; la Catedral basílica de la Asunción de María Santísima, ahora conocida simplemente como Catedral de Guadalajara y las estancias de los nobles. Se genera entonces una traza de estilo hipodámico por la necesidad de su fácil reproducción y por la facilidad que esta da para el paso militar.

El pueblo de Nueva Galicia crece con lentitud pero exactitud por varios siglos, mientras que se convierte en una próspera sede mercantil y religiosa.

Es en el año 1810 que estalla la guerra de Independencia, liderada por el obispo Miguel Hidalgo y Costilla, y hasta su final en 1821, que se instaura un nuevo gobierno, y es elegido el Licenciado Prisciliano Sánchez Padilla como primer gobernador de Jalisco como estado libre y soberano. La Reforma, a mediados del 1800, bajo el cargo de Benito Juárez, crea la división definitiva entre Estado e Iglesia, y con la ausencia de un régimen que dictaminara la morfología urbana, empieza a extenderse la ciudad de manera amorfa, adaptándose ahora a una nueva sociedad, en lugar de a reglas preestablecidas.

Años después, el general Porfirio Díaz toma el poder e inicia un régimen de 30 años, ahora conocidos como el Porfiriato; es en estos años, de 1877 a 1911 en que suceden grandes cambios urbanos en todo México, y muy claramente en Guadalajara; ya que se introduce el ferrocarril, se entuban los ríos San Juan de Dios y Atemajac, creando así grandes avenidas, en particular la Calzada Independencia, y se trae la influencia europea a las morfologías urbanas, ampliando avenidas y construyendo residencias de estilo francés. En toda esta evolución, se conserva una altura baja, que no sobrepasa la planta baja más tres, (nueve metros en promedio).

En el año de 1910, estalla la Revolución Mexicana, en favor de la democracia y la no reelección, y es entonces que Porfirio Díaz deja el poder; en 1917 la Revolución finaliza formalmente con la creación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Coincidentalmente, unos años antes, en 1914, había estallado la Primera Guerra Mundial, y en los años veinte se pueden notar las primeras muestras modernas en la arquitectura, con detalles Art Decó en las fachadas y ventanerías, esto evidencia lo que algunos años después sería la nueva definición de la arquitectura local; puesto que hacia los años cuarenta, numerosos arquitectos europeos migran a México desde Europa en consecuencia de la guerra y en 1948 se funda la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño de la Universidad de Guadalajara, iniciando formalmente el movimiento moderno en la ciudad.

Habiendo analizado estos elementos, que han causado el declive de una próspera ciudad, quedamos inevitablemente cara a cara con el concepto y sistema de dispersión y fragmentación, sobre cómo la urbe, por distintas razones, históricas, sociales y/o económicas cae en un casi irremediable deterioro, que solo puede ser frenado recogiendo todos los fragmentos dispersos de ciudad, esparcidos todo a lo largo de un territorio, y juntandolos (de manera teórica), en un megaestructura libertaria, que haga cuenta de la diversidad de elementos en su interior; o en un mega objeto de elementos apilados.

En este proyecto se propone una regresión al origen, retomar todas estas partes fragmentadas de ciudad, que fueron separándose de poco en poco por distintos procesos hegemónicos, sociales, históricos y económicos. Dejando así, un esqueleto de ciudad.

Guadalajara es el Raquis.

Se retoma la traza histórica, y ante la fragmentación, se responde con apilamiento.

Utilizando “puntos de oportunidad”, como lotes y fincas en abandono, se construyen nuevos elementos que respondan a necesidades actuales para la re habitación de la ciudad, estos son: Vivienda colectiva diversa, en respuesta a una sociedad completamente heterogénea, que varíe en tipologías y posibilidades, que sea indeterminada.

Espacio público, en respuesta a la redensificación, y necesidad de espacio dignos para el ocio.

Transporte público, puesto que una sociedad en constante movimiento, necesita de la infraestructura que la traslade a donde necesite ir.

Estos factores, cuando se reúnen en un raquis fragmentado, generan el re habitar de fisuras en el entorno de la metrópolis y la sociedad que alberga, e igualmente, haciendo esta regresión, se debe entender la importancia de los símbolos urbanos colectivos, que dan una identidad y recuerdan al habitante de donde viene y hacia dónde va, haciendo esto referencia, a la teoría del empirismo urbano que retoma dichos símbolos de la memoria colectiva de un territorio, y con ellas se proyecta hacia el futuro.

De esta manera, en este proyecto se propone el crecimiento reglamentado a manera de apilamiento vertical en el raquis elegido, la traza histórica de la ciudad de Guadalajara; estas reglas, tomando referencia de los vestigios históricos sobre el crecimiento urbano sucedido en la Colonia y el el Porfiriato, son generadas a partir de un análisis morfológico y social, para que se pueda responder de una manera sutil pero acertada a las nuevas demandas: Lista de estrategias.

Sobre morfologías urbanas: -No sobrepasar 65 metros de altura en ninguno de sus momentos, ni elementos, aislados o colectivos, puesto que esta corresponde a la altura máxima de la Catedral de Guadalajara, que funciona como un símbolo colectivo que se mantendrá como referencia de identidad local.

-Cada cuadra debe contar con 40% de vacío, para así generar porosidad y la posibilidad de crear patios y/o espacio público, para que la calle respire.

Sobre movilidad: -Dentro del centro histórico, se podrán y se hará hincapié en el uso y demanda del transporte público masivo, creando así más necesidad, y por ende más oferta y generación de nuevas y mejoradas infraestructuras en las ya existentes como son: La metropolitana, el tramway, el autobús urbano y las bicicletas públicas.

-Para promocionar el uso del transporte público, dentro de la traza histórica sólo se permitirá el tráfico local de automóviles.

Sobre espacio público: -Se conservarán las plazas patrimoniales, como son la Cruz de Plazas que alberga la Catedral y Palacio Municipal, haciendo esta referencia a los símbolos colectivos, anteriormente mencionados.

-Peatonalización en convergencia de parques y plazas principales, para incentivar el caminar la ciudad, y conectar puntos estratégicos que ayuden a la movilidad de los habitantes, y al mismo tiempo, genere una suerte de espacio público en donde pueden ocurrir un sin fin de dinámicas colectivas.

Sobre vivienda colectiva: -Se contará con un mínimo de 40m2 por tipología de vivienda.

-Habrá heterogeneidad en las propuestas tipológicas, dando así opciones a una sociedad diversa y cambiante.

-La altura máxima de los complejos, será determinada en función del ancho de la calle en donde se emplace, evitando así la sobredemanda de servicios en un solo espacio.

-Todas las unidades habitacionales contarán con planta baja activa, para darle de regreso a la ciudad.

-Todas las unidades deben contar con espacios intermedios entre el espacio público y privado, espacios que sirvan como un colchón de paso, un umbral, en donde se hace evidente la otredad, donde vemos y somos vistos.

Sobre economía: -Se hará promoción del negocio barrial, para evitar la gentrificación.

-Los nuevos negocios se crearán en función del plan de usos de la zona, para así evitar la sobre demanda de un mismo servicio que opaque al otro.

Todas estas estrategias son pensadas para desarrollarse con el tiempo, ya que esta propuesta es de una arquitectura flexible y cambiante a lo largo de los años; se deja de pensar en la arquitectura como un objeto, y se empieza a entender com un sistema casi orgánico, que crece, decrece, viene y va, como es el mundo actual, indeterminado, diverso, dinámico. Como somos nosotros, ciudadanos, habitantes, humanos.

Sobre lo colectivo En los siguientes ejercicios, se habla de la experiencia público-privada, sobre cómo existimos en un ciclo constante de intermediación, y cómo, hasta en la esfera más privada existimos en colectivo.

Este ejercicio consitió en el an{alisis desde la esfera más privada hasta la más pública, haciendo énfasis en, respectivamente, la función de un espacio, las dinámicas que suceden enél, y los sentimientos que surgen al habitarlo.

Esta ejercicio fue parte del curso La Vivienda Colectiva como Proyecto Urbano, en el año 2020.

Yo misma.

Escritorio

Ventana de la recámara

Puerta del cuarto

Escaleras

Cocina

Sala

Puerta principal

Cochera

Zahuan

Plazoleta de la iglesia

Andador

Cielo

Pensando el cielo como un espacio, podemos decir que es un hábitat colectivo, pues nos cubre a todxs por igual, y sirve a la misma función para todxs, respondiendo a todos los contextos, viviencias e historias; siendo esta, una metáfora para la ciudad.

Manifiesto del verbo plural La frase “Vivienda colectiva” no existe solamente para hablar de tipologías, puesto que, en el momento en que sobrepasamos las barreras que nos delimitan con el entorno, como la piel que nos rodea a manera de perímetro; compartimos.

Lo cierto es que vivimos en colectivo por el simple hecho de que habita(mos), y el Habitar es colectivo porque ex-istimos. El ser es exo, está fuera, es ajeno. No somos solo nosotros, somos para dar y compartir, compartir nuestro espacio, nuestros bienes, o nuestra sola existencia.

La colectividad no es una condición que decidimos; si bien, podemos ocultarnos, en cuatro paredes, en la cama o en nosotros mismos, pero siempre, al salir de estos espacios enfrentamos las otredades que vienen en conjunto con el hecho de estar. Enfrentar al Otro, da la pauta para darnos cuenta de la presencia de nosotros en el mundo, ya que la relación con el prójimo va más allá del conocimiento que pueda tenerse de él.

El verbo singular sucede por la existencia del verbo plural; y traduciendo esto a la vivienda, se puede decir que siempre habitamos en colectivo, por lo tanto, debemos siempre pensar y proyectar en colectivo, en plural, para así poder generar una condición singular.

Los espacios suceden por la falta de espacios, por sus antónimos, contrastes, y puntos medios. Positivo(medio)negativo, dentro(medio)fuera, privado(medio)público.

Las interacciones espaciales deben ser circulares, no lineales ni piramidales. Porque cuando empieza la casa no acaba la calle, el barrio o la ciudad. Ni la calle ni la casa son más importantes que el otro. No hay ciudad sin casa y no hay casa sin ciudad.

La casa que nos contiene es una realidad singular y privilegiada, puesto que en otras realidades, la calle es la casa del otro. Por lo tanto, la calle, al igual que la vivienda, debe tener el poder de dar, albergar y proteger.

La vivienda colectiva debe contar con espacios abiertos, destinados a la recreación y diversidad de usos.

Espacios inclusivos, tomando en consideración a las diferentes etapas de la vida y los géneros; haciendo alusión a la calle, dentro de la casa.

Se debe contar con áreas comunes, donde los inquilinos puedan compartir, puedan verse.

Debe haber servicios próximos a la vivienda, así, si esta no puede ser morfológicamente cercana a la vida urbana, que la urbanidad se acerque a ella, que se llenen los espacios de vida y actividad, creando así redes de seguridad y comunidad.

El conjunto de vivienda debe mantener su planta baja lo más activa posible, ya sea con comercio o con espacios de recreación para los inquilinos y/o transeúntes; que la edificación regale a la ciudad y su entorno y no genere división y otredad.

Los espacios proyectados deben ser convertibles, flexibles y permeables, con la posibilidad de ampliación o modificación, para así adaptarse a distintos contextos, diferentes familias y realidades; que no se imponga una forma de vivir; que la arquitectura se adapte a sus usuarios, que regale posibilidades, abra paso al cambio y fomente la evolución.