Las amistades de Morocho - Francisco Viloria

Page 29

56 / Francisco Viloria

57 / Las amistades de Morocho

JESÚS.– Te queda otro consuelo. JULIO CÉSAR.– ¿Cuál? JESÚS.– El Mirimire. MOROCHO.– Y nosotros, tus amigos te perdonamos tanta desconsideración. JESÚS abraza a julio césar, consolándolo. JESÚS.– No ha pasado nada. Si no es este domingo, es el otro o el otro...o el otro. JULIO CÉSAR.– Aún puedo meter los cinco. Pagarán algo... JESÚS.– Hay que esperar. JULIO CÉSAR.– Y no desesperar.

Morocho aprovecha un descuido de Irma y toma violentamente a Pajarito por el cuello, lo jamaquea.

Nelson se incorpora y rapidamente entra al baño a vomitar.

MOROCHO.– Rodríguez es invitado, invitado especial. MANRIQUE.– No me jodas, Morocho. JULIO CÉSAR.– Es invitado, pero, también es autoridad. MOROCHO.– ¿Qué dice el prefecto? ¿Te llevas esta plaga? RODRÍGUEZ, Como si no fuera con él.– Morocho, chico, hazme el favor. MOROCHO.– ¿Por qué no? Harías un bien. IRMA.– Rodríguez no le hagas caso. RODRÍGUEZ.– Morocho, los problemas de familia no son mi especialidad, arréglatelas como puedas. MOROCHO.– Rodríguez, este desgraciado es un delincuente de alta peligrosidad, como dicen. (Lo vuelve a jamaquear.) Le ves, le ves esa cara de cínico que tiene. Escondido en mis propias narices, irrespetando mi casa. ¿Te lo llevas, no? RODRÍGUEZ.– Me invitaste a echarme palos, pues, en eso estoy.

MOROCHO.– Ese muchacho no ha cambiado. Sigue siendo fofo. Pajarito molesto sale del baño cuando entra nelson. PAJARITO.– ¿Qué le pasa a éste? Irma se acerca a pajarito para protegerlo, Morocho furibundo lo quiere agredir pero Irma se interpone. MOROCHO.– ¡Conque estabas allí! ¡Grandísimo carajo! Pajarito mantiene su calma habitual. IRMA.– ¡No lo vayas a tocar! Ni un dedo encima. MOROCHO.– ¡Tú apártate o te reviento! ¡Apártate! IRMA, desafiante.– ¡No me aparto! PAJARITO, caradura.– ¿Qué vaina es, Morocho? Qué desespero el tuyo, no te debo nada, pero me tienes ganas, me quieres dañar, tú eres testigo, Irma, yo no le caigo en gracia a Morocho, por nada en el mundo le caigo en gracia. MOROCHO.– En desgracia, sí, porque eso es lo que tú eres: una desgracia, una desgracia pública y familiar.

MOROCHO.– Te lo dije, te lo dije, gran carajo. Mi casa no es guarida de indeseables. Jesús llama a la policía. JULIO CÉSAR.– No hay que ir muy lejos. Tenemos uno. MOROCHO.– ¿Dónde, dónde? JULIO CÉSAR.– El señor prefecto. Manrique ríe.

Nelson sale del baño sigilosamente. Sin decir nada sale del patio, solo jesús se percata y no le da importancia. MOROCHO.– ¿Tú acaso no eres autoridad? Es tu deber. RODRÍGUEZ.– Tengo un puesto de autoridad. Pero no es mi deber cargar con rateros.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.