La propagación deliberada de información falsa con el objetivo de dañar al adversario es una actividad que ha acompañado desde siempre las disputas políticas.
Con la expansión de las redes sociales han aparecido las fake news, que son operaciones de desinformación orquestadas con el objetivo de manipular a la opinión pública y que pueden tener efectos sobre las democracias: afectan la integridad del debate público, contribuyen a la polarización, erosionan la confianza en las instituciones democráticas y afectan el derecho de la ciudadanía a ejercer un voto informado. Las operaciones de desinformación son fenómenos organizados que requieren de una decisión política y de capacidades económicas, logísticas y tecnológicas.