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SALUD Y BIENESTAR

Consejos para la Salud Mental

Paola Delhonte

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Psicogerontóloga Asociada del Real Club de Lima

CUANDO LOS HIJOS SE VAN DE CASA, EL FAMOSO NIDO VACÍO.

Hace poco conversaba con la familia de un amigo que acaba de casarse, lo que significaba para ellos que ese hermano e hijo se fuera de casa. La inmensa alegría de verlo feliz listo para alzar el vuelo y una gran tristeza que los llenaba de culpa. “No voy a llorar, no debo sentirme triste si está feliz, no debo arruinarle el día”. Pero lo cierto es que cuando uno está triste, basta una palabra para que ese mar de lágrimas sea un tsunami en tu rostro y no pares de llorar. “Qué fastidio contigo!” “¿por qué lloras?”, “No has perdido a un hijo, has ganado dos”. Estas frases se las decían a mi madre cuando me casé y ahora entiendo el cómo, a pesar de estar tan feliz por mí, le costó soltar y desprenderse de todos los momentos con esa niña que jugaba en casa que ahora no se volverían a repetir. Y es eso exactamente lo que uno pierde, no se pierde de ninguna manera a los hijos, efectivamente hay un miembro más en la familia y después vendrán los nietos, pero esos momentos tan especiales para uno, aquellas costumbres familiares con ese hijo que venía alborotar la casa por las mañanas, aquellas risas y chistes que sólo los hermanos y padres entienden, esos códigos de un núcleo familiar que no admiten nuevos integrantes al ser único, el beso de buenas noches y mil rituales más que se tienen hace más de veinte años, eso, no se puede reemplazar, y eso, es lo que duele perder.

Entendí que el nido vacío empieza mucho antes e involucra no sólo a los padres sino a los hermanos que también pierden esos rituales.

Cada partida se convierte en un nuevo duelo que nos va preparando poco a poco para afrontar nuevas pérdidas. No es fácil y la creencia que “no debemos sentirnos tristes” no es muy saludable. Está bien llorar y molestarse también (ambas son emociones esperadas de un duelo), entendiendo que va a pasar, que es un proceso en la vida de cada familia y que le pasa a mucha gente porque es una experiencia que nos hace crecer como personas. Al inicio duele a pesar de la felicidad que uno pueda sentir al ver a los hijos realizándose y poco a poco te vas acomodando a esta nueva experiencia, donde nuevas costumbres empiezan a dar sentido a las cosas, donde nuevos personajes se unen al baile y empieza todo otra vez. Cada día aprendo más de las personas mayores porque su experiencia te va guiando por un camino que aún no recorres pero que llegará y lo que más me impacta, es que la pérdida aunque no lo parezca, es lo que más te prepara y te da recursos para enfrentar los retos al envejecer. “Entrénate a tí mismo para dejar ir todo aquello que temes perder”. Yoda.

Consejos para la Salud Mental

Nelly Piedra Fernández

Diplomada en Neuropedagogía Asociada del Real Club de Lima

¿CÓMO PUEDE LA MÚSICA DESARROLLAR EL CEREBRO?

Aunque resulte muy asombroso los aprendizajes más transversales para el desarrollo del cerebro son, la música, las danzas, las artes plásticas y el ejercicio físico.

La música es quizás la más bella y compleja de las artes y está vinculada a cuatro áreas del cerebro:

El aprendizaje y la neuroplasticidad: la música permite que las neuronas de nuestro cerebro hagan sinapsis es decir las conexiones entre ellas, y partes del cerebro se entrenen para aprender conceptos y desarrollar habilidades y destrezas. Esta afirmación la confirman los estudios de neurociencia y que son muy bien aplicados en el mundo de la educación. Se ha comprobado que estímulos musicales han logrado mejorar funciones deterioradas en el campo neuronal, observándose recuperación en personas con dificultades de movimiento, de expresión oral y otras enfermedades con terapia musical.

La memoria: se dice que la música activa simultáneamente todo el cerebro.

“Es en el cerebro donde todo tiene lugar” Oscar Wilde

disfruta, “se viven emociones”; cada canción trae a la mente un recuerdo de alguna etapa de la vida, de algún hecho que haya marcado la vida de quien la escucha.

Las emociones: el bienestar que provoca la música viene acompañada de las emociones que se sentían en el momento que se escuchó, produciendo bienestar al estimular todo el cerebro como una orquesta cerebral que libera dopamina y oxitoxina los neurotransmisores que ayudan a controlar el centro de placer del cerebro. Las emociones, el lenguaje y el movimiento actúan al mismo tiempo bajo los efectos del ritmo y el sonido. La música es un elemento de comunicación importante, porque une a las personas, las conecta emocionalmente.

Por otro lado, otras emociones como la tristeza, el miedo, el resentimiento y el dolor, se minimizan por el bienestar que produce la música.

La atención: Escuchar música es sumamente beneficioso pero, es mejor practicarla tocando algún instrumento musical, cualquiera que fuera, porque al manipular alguno de ellos se desarrolla la memoria de trabajo o la atención. Se dice que en el cerebro de un músico al estar muy concentrado en la manipulación del instrumento se provoca estallidos cerebrales como fuegos artificiales, iluminando casi todas las zonas cerebrales, sobre todo las cortezas auditiva, visual y motriz.

Tengamos presente que la práctica de la música fortalece las funciones cerebrales y son muchos los beneficios mentales de practicarla.

Nelly Piedra F. Diplomada en Neuropedagogía