El rayo verde Nº 7

Page 20

Entrevista ilusiva: CARAX Y BONELLO, UN ENCUENTRO EN LA CALLE DE LOS VÓRTICES DE KARMAN* Roberto Martínez Carrancio, Professione: reporter (1975) Que sean los sentimientos quienes conduzcan los acontecimientos. No a la inversa. Robert Bresson

Tras numerosos mails, whatsapps y llamadas a representantes, organizadores de festivales y amigos (una compleja red de agentes e intermediarios) he tenido la suerte de juntar en la calle de los vórtices de Karman a dos de los directores que mantienen vivo el séptimo arte. Están aquí en un espacio de identidad y diferencia, sentados ante un café para los lectores de El Rayo Verde. En sus últimas películas aparece una mujer con máscara. Inmediatamente ha surgido en las mentes cinéfilas George Franju y su obra Los ojos sin rostro (1960). Ya se sabe, todo lo que no es tradición es plagio. Podríamos seguir buscando escenas y guiños, recordar a Jean Vigo o Marcel Carné, abrir la enciclopedia y añorar los buenos momentos. Carax resopla, ha dicho un millón de veces que está harto de la tontería de la máscara y es que esto de internet es lo que tiene, corto, pego y repito las mismas palabras sonajero. Luego está lo del cuento de E.T.A. Hoffmann que le inspiró el inicio de Holy Motors (2012). Bonello mira hacia otro lado.

Repaso mis notas: Bertrand Bonello nació en Niza en 1968, el mismo año en que el protagonista de su segunda película Le pornographe (2001), interpretado por Jean-Pierre Léaud, inicia su carrera como director de cine. Un Léaud que entronca con la Nouvelle Vague, fue el niño protagonista de una película básica de Truffaut y clave en este movimiento renovador, Los cuatrocientos golpes (1959). En el Suresnes de 1960 nació Óscar Alex Dupont, un año antes de la fundación de la revista Cahiers du ci20

El rayo verde Mayo 2013

néma, a cuya redacción fue a parar en su más tierna juventud para escribir, entre otras cosas, una elogiosa crítica a la ópera prima de Sylvester Stallone, La cocina del infierno (Paradise Alley, 1979). Leos Carax como tal nació en 1976, el día que compró su primera cámara. Los dos cineastas han sido incorporados a la New French Extremity, una etiqueta con la que se define y enlata buena parte del cine francés más transgresor y novedoso, François Ozon, Gaspar Noe, Bruno Dumont, Claire Denis... Muchos forman parte de ese cine invisible que era y es imposible ver en nuestro país, algo que fue evidenciado en artículos, revistas y reportajes para que al menos el espectador fuese consciente del excelente pulso fílmico que se mantenía fuera de salas y distribuidoras nacionales. El término New French Extremity fue acuñado por el crítico James Quandt y para su definición metió un poco de Bataille, algo de terror, una deshumanización incipiente, bastante violencia y un tratamiento del sexo sin paliativos que parece ilustrar las enseñanzas del Marqués de Sade. Además encontraremos fácilmente referencias o comuniones con pintores y escritores de la historia más reciente, Gustave Courbert, Lautréamont, Artaud, Rimbaud u otros de rabiosa actualidad como el novelista y poeta Michael Houellebecq. Aunque no representen un ataque expreso a la política y sociedad actuales, en el fondo están mostrando un tipo de civilización contemporánea que supera los márgenes de este “género” cinematográfico con el que se les pretende reducir y definir. Pero no nos engañemos, las obras y los autores son tan heterogéneos como la carpintería y los planteamientos estéticos que definen esta vanguardia artística. Como acordamos, durante esta presentación los directores leen una batería de preguntas que podría interesar a nuestros lectores. Leos levanta la vista del papel. Su mirada se ha tornado asimétrica. Las respuestas son propias del Señor Merde, el personaje que sacó de la chistera para su corto Tokio! (2008) y que luego veríamos desarrollar en Holy Motors (2012). La película Tokio! integra dos obras de Michel Gondry (Interior Design) y Bong Joon-ho (Shaking Tokyo). En pocos segundos su rostro ha mutado: ahora tengo delante al señor Merde, el personaje de Carax interpretado por Denis Lavant, que se expresa en un lenguaje denominado merdogon. El viene a representar el miedo, la fobia y el racismo del inmigrante absoluto, un ser que vive en las alcantarillas. Aghejehehen. Kejejeneneigienek, dice el señor Merde. Bonello sonríe. Yo hago lo mismo, afortunadamente El Rayo Verde cuenta con una de las tres personas que traducen el lenguaje merdogon junto con el abogado Maître Voland (Jean-François Balmer) tal como se vio en Tokio!


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.