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Algoritmos verdes: el camino hacia una IA más sostenible

No la vemos, pero está por todas partes. La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un elemento omnipresente en nuestro día a día. Los avances tecnológicos de las últimas décadas han ido permitiendo perfeccionarla y que se vuelva mucho más eficiente. Cualquier persona de a pie está en contacto con ella mucho más a menudo de lo que piensa.

«Si te levantas y desbloqueas tu teléfono con la imagen de tu cara, ya es inteligencia artificial», ejemplifica Verónica Bolón, investigadora de la Universidad de A Coruña, donde lidera un estudio sobre algoritmos verdes. «En los móviles todo es prácticamente IA», añade. Igualmente, cada vez más cosas se están dotando de inteligencia, lo que implica que están generando flujos de datos para responder a los servicios que se les piden y gastando energía.

No existen mediciones exactas de cuánta energía consume cada año la inteligencia artificial pero podemos hacernos una idea. Entrenar a un solo modelo de IA tiene unas emisiones parecidas a las de cinco coches en toda su vida útil. ChatGPT ha necesitado muchísimos recursos para llegar a ser lo que es. «No lo piensas cuando lo utilizas, pero todo lo que ha tenido que aprender han sido muchas horas de cómputo en ordenadores que consumen energía», indica Bolón.

Además para hacer un balance final no entran solo las horas de computación, sino también otros elementos como los sistemas de refrigeración de los centros de datos que respaldan a ese servicio.

¿Nos espía TikTok?

“Con la información que tenemos a día de hoy, no parece que TikTok suponga ningún riesgo añadido en comparación con otras aplicaciones que tenemos en el teléfono”, sostiene Naranjo. Sabemos desde hace años que muchas aplicaciones estadounidenses que consideramos seguras dan acceso a la inteligencia estadounidense a todo lo que hacemos”, añade. Por otra parte, si se comparan los tipos de datos que recoge cada plataforma, Facebook aventaja a TikTok, por ejemplo, en que conoce en todo momento la ubicación exacta del usuario y que almacena y procesa toda la información que se incluye en el perfil.

Para Ruiz, el problema con TikTok tiene que ver con la soberanía de datos. “En algunos países de la UE se ha prohibido o se ha recomendado no usar Google, ya que las tecnológicas estadounidenses almacenan sus datos en EE UU”, explica. La diferencia entre alojar los datos en servidores que se encuentren en suelo europeo o no es que fuera de la UE quedan al margen de las severas normativas de privacidad europeas.