“Un artista plasma a través de su arte, el alma, mi danza está conectada íntimamente con mi ser.” Maraia comparte en exclusiva, un poco de su trayectoria y acercamiento a la danza, además de algunas recomendaciones para quienes se dedican profesionalmente a este arte. Gaby Recillas / Revista Rakasse Desde los 8 años de edad, Maraia sabía que su vocación era la danza, además que tenía la inquietud de ser maestra yoga, sin embargo, en un encuentro casual e inesperado conoce a Saida, lo que hace que su rumbo cambie en otra dirección. Toda la dedicación que Maraia ha entregado a su danza le han dado frutos, pues ha logrado conquistar públicos diversos de manera internacional, lo cual considera es gracias al estilo propio de su danza: “siempre creí que todo se basaba en el trabajo y en los proyectos propios, que lo que uno ve en las demás bailarinas y sus carreras deben ser punto de inspiración, no de copia o de envidia, yo siempre estaba más bien ocupada de cómo hacia las cosas ”puntualizó. Debido a la escasez de algunos recursos, Maraia sentía desánimo y poca energía, pero nunca se dio por vencida: “…para mi hasta tomar un autobús a veces resultaba un problema porque no había dinero, así que querer avanzar en una carrera donde para venderte es fundamental tener vestuarios, publicidad, tarjetas de presentación, videos, maquillajes, fotos, etc., todo eso no estaba a mi alcance.” Como profesional, ella considera que tener bases de otras disciplinas como el ballet, contemporáneo y jazz, ayuda a la preparación integral de la bailarina. Dentro de este ámbito hay muchas bailarinas reconocidas y que son admiradas, tienen un estilo único y muchas veces imitable, Maraia, desde su perspectiva afirma que si los espectadores pueden sentir tu alma al bailar, eso es verdadero arte: “ Un artista plasma a través de su arte el alma, yo tengo una vida y a partir de esa experiencia de vida percibo el mundo y manifiesto mis emociones, mi danza está conectada íntimamente con mi ser, con mis miedos, con mi lujuria, con el perdón, con la locura, ese es el único secreto, y el estilo de mi danza va cambiando, porque mi vida va cambiando. Hoy vemos muchas bailarinas guapas, con muy buena técnica, pero su único objetivo en el escenario es seducir, verse sensuales, atractivas, perdón pero eso no es arte”, comentó. Cada bailarina tiene algo que la hace especial, se llenan de cualidades para sobresalir, pero si no se es buena intérprete, aunque la técnica sea impecable, no se logra transmitir lo mismo, como explica Maraia: “…girar bien, tener una media punta fuerte, brazos alineados, etc., eso se consigue con la práctica y el apoyo de un buen maestro, pero
la interpretación, eso es tan personal y para mi es el único y mayor secreto y más en esta danza, donde no estás interpretado un argumento, no hay una historia detrás, sólo estás tú, la música y el movimiento y a partir de eso debes fluir, trascender, meterte en la piel de cada una de las personas que te están mirando”. Ser maestra es difícil y una gran responsabilidad, ya que la labor consiste en preparar adecuadamente a las estudiantes, para Maraia la clave de su enseñanza es no guardarse secretos, pues ver a sus alumnos desarrollar sus habilidades la enorgullecen: “soy cuidadosa con todo lo que enseño, argumento siempre la información, no me guardo los secretos, eso no le hace bien a nadie, y lo mejor que me puede pasar como maestra es ver desarrollado al máximo el potencial de mis alumnos, quiero ver al Bellydance reconocido como un arte, así que debemos formar generaciones cada vez más grandes y mejores”, finalizó.
Contacto: Facebook: Maraia Dance
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