Hemos sido viajeros incansables y, como en olas, algunas generaciones han sido más atrevidas e, impulsadas por el Levante, han llegado más lejos, cada vez más lejos, como si el objetivo fuera dar un paso al frente y explorar, desentrañar, arrancar el misterio…Antes de la fotografía no había manera, más que a través del relato y el dibujo, de dejar testimonio de lugares visitados por los trotamundos, pero eso dejaba muchos espacios abiertos a la imaginación. En la actualidad, con la fotografía tenemos acceso tanto a las cavernas y su ambiente mineral como a los asteroides y las lunas de Saturno. En nuestro planeta hemos entrado a todos los rincones. Hemos recorrido la estepa en el caballo de Jerjes; tripulando el barco de Aquiles y, siguiendo las instrucciones del adivino ciego, Tiresias, visitamos las islas y fuimos a la tierra se los Cimerios que habitan los márgenes brumosos del río que circunda el mundo de los vivos; en el Nautilus hicimos un viaje submarino y vimos seres asombrosos