Quality Sport 09

conocidos que pasan por sus manos. Mójese. ¿Cuál ha sido la última estrella del deporte que ha pasado por esta consulta?

Ahí tienes unos cuantos (señala a la vitrina). ¿El último?

El último sigue siendo Rafa Nadal.

Jugadores de baloncesto como Calderón, futbolistas como Navas, Perotti o Lafita, ciclistas como Joseba Beloki o Samuel Sánchez… Sin embargo, hablar del doctor Mikel Sánchez es hablar de Nadal. Dígame, ¿qué le pasa a Rafa Nadal?

Sí, porque además ha habido mucha confusión.

Nunca es bueno hablar de las lesiones de los deportistas, porque es como hablar de las averías de los coches o de lo mal que funciona una caldera de calefacción… Pero… Rafa Nadal tuvo una lesión en los tendones del cuádriceps de las dos rodillas cuando nos conocimos en el año 2010. Venía de unos tratamientos largos, poco eficaces y el tratamiento con factores de crecimiento le devolvió al nivel previo, curó esos tendones y volvió a jugar al mismo nivel.

Volvió a ser el número uno y ha seguido al mismo ritmo de trabajo bestial. Hace unos meses, empieza con un dolor en otro tendón.

Es una lesión nueva, una lesión degenerativa de sobrecarga que coincide con una infección dental. Y hemos iniciado un tratamiento que lleva su curso. Esperemos que no sea tan largo como el de hace dos años.

No se trata, por tanto, de una recaída, como se ha llegado a anunciar…

Es otra lesión nueva. No ha recaído. Y estamos ahora intentando sacarlo adelante. No tiene que haber ningún problema. ¿Que hay de esa infección en los dientes?

Es la parte mala del deporte de elite, no puedes ir a hacerte una revisión. Te vas a Australia, te vas a Estados Unidos… Están paseándose por todo el mundo y no pueden hacer un tratamiento como Dios manda. No es nada recomendable ser deportista de elite.

Es muy bonito, pero para la salud no es nada recomendable. ¿Por qué tanto tiempo parado? ¿Se está recuperando, está descansando…?

No lleva tanto tiempo parado para la lesión que tiene. Cuando empieza con su lesión nueva tenía que jugar torneos, tenía compromisos adquiridos. No pudo parar.

Mantener una situación en la que no te puedes curar como Dios manda y llegar a la dinámica que tuvo hace unos años era a lo que no queríamos llegar (los médicos). Entonces, cuando acabó sus torneos, dijimos: “Paramos”. ¿Ese fue el asesoramiento que usted le dio?

Claro. Es que si no íbamos a estar permanentemente renqueando. Ni iba a volver