El arrojo de los artistas que se reúnen en esta primera edición de la Bienal de Sur fue definiendo la organización museográfica que se presenta al pueblo venezolano y los pueblos del mundo que nos visitan.
Esa experiencia mágica de pensar el desarrollo de un evento internacional de esta envergadura, decantó prácticas discursivas a través de las manifestaciones artísticas, que cuestionan las prácticas mercantilistas en torno al arte.
Hoy hemos cristalizado un sueño: visibilizar al arte como una herramienta de formación, que demuestra que es posible interpelar la conciencia de la gente, hurgar en los posicionamientos y señalar aquello que la sociedad obvia, ya sea por hastío o porque la industria cultural del capitalismo se encarga, cada día, de anular nuestra capacidad crítica.
La Bienal del Sur se construye desde la visión de un sur político en el que los pueblos se reconocen en sus prácticas culturales, en sus luchas, en sus procesos creadores.