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y de poder articuladas bajo el binomio centro-periferia, entre otros, como obstáculos estructurales al desarrollo económico y social de la región4. Si bien el pensamiento estructuralista es una creación netamente latinoamericana, no se gestó en el aislamiento de las corrientes críticas de su época, sino que absorbió, incorporó y se benefició de un intercambio intelectual con algunos de los economistas heterodoxos más prominentes de este tiempo. Tras un período de pérdida de visibilidad asociada a la primacía del paradigma dominante y la defensa del lema del Consenso de Washington —estabilización, liberalización y privatización—, el neoestructuralismo recuperó esta tradición y la revitalizó adaptándola a las condiciones más actuales de la región. El neoestructuralismo, que se desarrolló a partir del documento de la CEPAL Transformación productiva con equidad (1990)5, ha mantenido y profundizado los temas y preocupaciones que constituyen el nudo gordiano del estructuralismo. A la vez, ha ampliado su marco y objeto de análisis y refinado su enfoque metodológico y empírico. Se trata de integrar en el pensamiento estructuralista los cambios que ocurrieron en la región y a nivel internacional a partir de finales de la década de 1980, que incluyen “la apertura comercial, la movilidad internacional de capitales, la privatización y desregulación en un contexto de relaciones más estrechas con el resto del mundo y de mayor integración regional” (Bielschowsky, 2009; véase también Sunkel y Zulueta, 1990, y Ffrench-Davis, 1991 y 2006)6. El enfoque neoestructuralista integró en su análisis consideraciones sobre temas fiscales, la liquidez y la regulación de la balanza de pagos, incluida la regulación de la cuenta de capitales (Ffrench-Davis, 1999)7. 4
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Algunos de estos temas fueron el centro del primer análisis articulado sobre los problemas de desarrollo de América Latina. Véase R. Prebisch, “El desarrollo económico de la América Latina y algunos de sus principales problemas” [en línea] http://prebisch.cepal.org/sites/default/ files/2013/prebisch_el_desarrollo_eco.pdf. Aunque este texto se refiere a América Latina, su análisis es plenamente aplicable al caso de las economías del Caribe. Fernando Fajnzylber jugó un papel central en la concepción del documento Transformación productiva con equidad, Libros de la CEPAL, Nº 25 (LC/G.1601-P), Santiago de Chile, 1990. Véase al respecto también F. Fajnzylber, “Industrialización en América Latina: de la ‘caja negra’ al ‘casillero vacío’. Comparación de patrones contemporáneos de industrialización”, serie Cuadernos de la CEPAL, Nº 60 (LC/G.1534/Rev.1-P), Santiago de Chile, 1990. R. Bielschowsky, “Sesenta años de la CEPAL: estructuralismo y neoestructuralismo”, Revista CEPAL, Nº 97 (LC/G.2400-P), Santiago de Chile, 2009; O. Sunkel y G. Zulueta (1990), “Neoestructuralismo versus neoliberalismo en los años noventa”, Revista de la CEPAL, Nº 42, Santiago de Chile, 1990, págs. 35-53; R. Ffrench-Davis, “Formación de capital y marco macroeconómico: bases para un enfoque neo estructuralista”, El desarrollo desde dentro: Un enfoque neoestructuralista para América Latina, O. Sunkel (comp.), 1991, págs 192-232; R. Ffrench Davis, Reforming Latin America’s Economics after Market Fundamentalism, NuevaYork, Palgrave Macmillan, 2006. El libro Macroeconomía, comercio y finanzas para reformar las reformas en América Latina de FfrenchDavis (1999) constituye uno de los desarrollos más completos y acabados de la incorporación de estos temas en el pensamiento neoestructuralista.