La crisis latinoamericana de la deuda...
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muy desiguales. En el caso de la crisis europea actual, en cambio, se están repitiendo los mismos errores. El presente artículo se divide en cinco secciones. La primera sección revisa la bibliografía sobre los diversos enfoques del estudio de las negociaciones de la deuda. La segunda señala los actores principales y sus intereses. La tercera analiza el proceso de negociación. La cuarta considera a los ganadores y perdedores. La última concluye con algunas ideas sobre posibles lecciones de la experiencia de América Latina.
A.
Enfoques del análisis de la crisis de la deuda
Una forma conveniente de organizar la bibliografía sobre el proceso de negociación consiste en tener en cuenta su marco analítico básico. Pueden distinguirse tres enfoques: la ortodoxia económica, el poder monopólico y la teoría de la negociación. El desarrollo del contenido de estos enfoques se basará en ejemplos conocidos de cada uno de ellos. Como se verá, existe cierto solapamiento, en particular entre el segundo enfoque y el tercero. Ortodoxia económica: Uno de los mejores ejemplos del enfoque económico ortodoxo del análisis de la crisis de la deuda y de su solución fue William R. Cline, miembro del Instituto de Economía Internacional (actualmente, el Instituto Peterson de Economía Internacional) (Cline, 1984 y 1995). El enfoque de Cline y otros autores similares se basaba en el funcionamiento normal de un mercado competitivo e integraba una serie de supuestos ocultos. En particular, se suponía que todos los participantes en las negociaciones de la deuda eran “iguales”. Las diferencias de poder entre ellos no se consideraban un factor relevante. También se suponía que todos compartían básicamente los mismos intereses: evitar que los bancos sufriesen grandes pérdidas y encarrilar de nuevo a los deudores, de modo que pudieran reanudar el pago normal de la deuda. Incluso en su trabajo posterior, en el que evaluaba los puntos fuertes y débiles de su enfoque, Cline nunca llegó a tratar los temas del poder y los diferentes intereses. Otros aspectos del enfoque ortodoxo se señalaban de forma más explícita. Uno de ellos era la suposición de que la crisis se debía fundamentalmente a los fracasos de las políticas de los países deudores. Algunos de estos fracasos eran los grandes déficits fiscales, tipos de cambio sobrevalorados, economías cerradas y un papel dominante del Estado. A su vez, se suponía que estos fracasos de las políticas habían provocado un “exceso de endeudamiento” y una proporción entre la deuda y el PIB que crecía rápidamente. El papel de los banqueros responsables de un “exceso de préstamos” no se tuvo en cuenta. También se suponía explícitamente que se trataba de una crisis de liquidez y no de solvencia. De allí se concluía que había que extraer recursos de los países deudores a través