Por Orlando González Esteva
El parlanchín EXTRAVIADO (divertimento)
Un día de silencio nacional, extensivo a todos los cubanos residentes en el extranjero, mostraría a la nación desorientada el rumbo que su locuacidad le oculta. *
La mudez de los peces alerta al pueblo cubano sobre los peligros de la profundidad. *
No saber lo que dice no priva al cubano de decirlo, y el placer que deriva de su audacia es tan obvio que incluso aquellos que saben que no sabe lo que dice callan y disfrutan de su facundia, convencidos de que es más provechoso escuchar a quien goza diciendo lo que no sabe, que escuchar a un soso que sí sabe lo que dice. *
«¡Cállate, cállate, cállate!», imploraba la madre cubana al niño que comenzaba a gorjear, intentando evitar lo inevitable. *
Hablas dormido, aunque nunca recuerdes con quiénes ni tu mujer parezca adivinarlo. Las horas del día no te alcanzan para pagar la cuota diaria de palabras que garantiza tu vida. 163
CUADERNOS HISPANOAMERICANOS