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Informe Técnico: Coronavirus bovino (BCOV

CORONAVIRUS BOVINO (BCOV)

Historia e impacto

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Algunos brotes de diarrea en terneros fueron reportados a inicios del siglo XX en EEUU bajo el nombre de Síndrome diarreico neonatal, pero solo fue identificado y clasificado con exactitud como un coronavirus hasta 1973. Se le ha llamado disentería de invierno por generar diarreas en bovinos durante los meses más fríos del año. Afecta tanto a adultos como animales jóvenes y se distribuye por todo el mundo causando importantes pérdidas económicas.

Diagnóstico y control

El diagnóstico del coronavirus bovino es un reto para la medicina veterinaria. Una lista importante de agentes infecciosos y parasitarios pueden ser los causantes de una diarrea en un grupo de terneros y son difíciles de diferenciar entre sí a nivel clínico. Por ello, es vital realizar pruebas diagnósticas complementarias y específicas tales como: inmunofluorescencia indirecta o prueba de RT-PCR para detectar el virus. Para su prevención existen disponibles vacunas vivas modificadas que generan inmunidad en el hato; las vacas inmunes van a transmitir estas defensas a los terneros a través del calostro. Además, se recomiendan medidas de buenas prácticas ganaderas y completa desinfección de zonas múltiples dentro de la granja.

Transmisión

Se transmite tanto por la vía aérea a través de aerosoles, como por vía oral. Los animales infectados liberan, a través de descargas nasales, grandes cantidades de virus al ambiente, infectando a los animales susceptibles.

Sintomatología

El BCoV tiene dos presentaciones principalmente. Estas son:

Cepa enteropatogénica (EBCoV): genera en terneros neonatos de 1 a 3 semanas de edad, diarreas de color amarillo que pueden durar hasta 5 días, llevando al animal a una severa deshidratación; en adultos la diarrea es de tipo sanguinolenta, acompañada por anorexia, caída en producción de leche y depresión.

Cepa respiratoria (RBCoV): afecta principalmente terneros entre 3 y 9 meses de vida, los cuales presentan descarga nasal, lagrimeo, dificultad respiratoria y fiebre; estos signos clínicos pueden durar entre 1 y 2 semanas. En los animales adultos el cuadro también cursa con efectos a nivel intestinal, observándose diarrea que puede ir de apariencia “pastosa” a totalmente líquida, causando una deshidratación marcada y pérdida de peso. Además, la producción de leche puede disminuir drásticamente entre 30 y 95%. Por otro lado, algunos signos respiratorios que pueden aparecer son lagrimeo, rini- tis y descarga nasal. Se reconoce que en bovinos adultos la mortalidad es baja siendo solo de 1 a 2% pero con una morbilidad altísima que va entre 50 a 100%. Aproximadamente en dos semanas luego de iniciado el brote, el rebaño bovino habrá superado la enfermedad; si este rebaño es numeroso, la recuperación puede tardar hasta 2 meses.

El coronavirus de los bovinos se presenta con frecuencia y su sintomatología es variada y un reto de diagnóstico veterinario.

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