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ESPACIO DE ORO Agroquímicos, claves para el uso correcto

AGROQUÍMICOS Claves para el uso correcto

Todos conocen la gran utilidad de los agroquímicos para la producción agrícola. Sin ellos sería poco viable una producción masiva y rentable, pero también se conoce de su riesgo sanitario, que puede ser entre leve y alto. También es clara la alta inversión económica que implican. No es posible dejar de usar los plaguicidas, pero todo agricultor es consciente de que le convendría reducir su uso. ¿Cómo hacerlo? Una de las respuestas está en la tecnología, que ha provisto de pulverizadores agrícolas equipados con computadores, pilotos automáticos, cierre automático de secciones, que realizan mapeos y reportes de aplicación, en algunos casos poseen el sistema electrostático u otros sistemas de aplicaciones selectivas, sistemas de gotas controladas, o la posibilidad de inyección directa de plaguicidas, entre otros. Ello implica que las herramientas están disponibles y brindan muchas opciones para ser más eficientes. Además avances como la robótica, nanotecnología y otros sistemas de control permiten ver lo que depara el futuro para la agricultura. Pero, mientras se espera que todo ello esté disponible masivamente, la solución que está al alcance del agricultor boliviano hoy es el manejo de los agroquímicos.

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Reducción de uso, sin reducir su eficacia

Esto se puede lograr mediante el uso correcto de los agroquímicos y las técnicas de aplicación. El desperdicio de los productos de control se da en tres fases: en la mezcla con el agua, en la técnica de aplicación y en la planta.

En la mezcla: Se debe cuidar la calidad y cantidad de agua, la calidad de mezcla y el pH final de la misma. Asimismo, la elección de la molécula es el primer paso para ser más eficiente. Luego, la elección de la dosis, por ello la importancia del regulado del equipo para garantizar la cantidad aplicada y la uniformidad en su distribución. Una computadora ayuda mucho en estos aspectos.

En la técnica de aplicación: Es la que permite preservar la sanidad de los cultivos. Implica la calidad de aplicación, que es la cobertura del objetivo y la penetración de las gotas en follajes densos; la evaporación y la deriva, horizontal y vertical. Sin embargo, hay dos enemigos peores, el alto volumen y la gota gruesa, que hacen perder al menos la mitad del producto en el suelo.

Bajo volumen

La técnica del bajo volumen de agua está muy arraigada en Santa Cruz, tanto así que me animaría a decir que somos campeones mundiales en su aplicación. Esta solo trae ventajas y con ello muchos beneficios. Estos son algunos:

• Mayor eficacia en el control de las plagas • Mayor avance de los equipos pulverizadores • Menos costos en movimiento de agua, maquinaria y gente • Menos desperdicio de agroquímicos • Mayores rendimientos de los cultivos • Menor contaminación del medio ambiente • Con viento funciona mejor, es la respuesta para condiciones adversas.

Su secreto es, a menos agua mayor concentración: plaguicidas más fuertes, menos evaporación y deriva y uso de gotas más finas.

La práctica demuestra que bajando de 63 l/ ha a 25 l/ha de agua en mezcla con 1 kg/ ha de glifosato se obtiene idéntico resultado: 95% de control. Es decir, se ahorra un 40% menos del producto y, a menos agua menos evaporación, esto funciona bien para aplicaciones aéreas y cuánto más para las terrestres. Lo que se ha podido observar es que hay ciertos productos y coadyuvantes que son los que generan la evaporación y no así la técnica. Además, aplicar con viento genera más ventajas, entre ellas la mayor penetración de gotas por el movimiento de las plantas y menor deriva con bajo volumen y menos riesgo de inversión térmica. También, mayor recuperación de producto, pues el viento lleva las gotas hasta la planta; menor falla por picos trancados y mayor avance de la aplicación.

En la planta: Factores que pueden determinar si el agroquímico es más o menos eficiente serían la mala distribución de las gotas, la foto descomposición de algunos ingredientes sensibles y el tiempo que tarde la planta en absorber el producto para reducir pérdidas por lavado. Los surfactantes o tensioactivos juegan un papel importante, especialmente con los fungicidas, ayudando a romper las gotas para favorecer su distribución.

TAMAÑO ÓPTIMA DE LAS GOTAS Para insecticidas y fungicidas 100 a 200 micrones

Para herbicidas y fertilizantes 100 a 300 micrones COBERTURA ÓPTIMA

Para herbicidas 30 a 40 gotas/cm2

Para fungicidas 50 a 70 gotas/cm2 ¿CUANTO SE DESPERICIA CON ALTO VOLUMEN? 1. Calidad de agua. Por pH, al menos 20%, dependiendo del producto Por dureza, fácilmente un 30% 2. Alto volumen, puede llegar al 50% 3. Calidad de la mezcla, hasta el 20% (no hay mediciones sobre ello aún) 4. Producto al suelo, cerca de 50% 5. Por gotas gruesas, casi 20% 6. Evaporación / deriva, llega al 20% 7. Mermas en producción, hasta 20% 8. Calidad del grano, un 20%

Esto indica claramente que con menos agua se reduce mucho los efectos adversos.

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