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De la dictadura sales con la memoria. Parte II
DE lA DiCTADuRA sE sAlE Con MEMoRiA
- SEGUNDA PARTE -
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POR PRISCILA LÓPEZ
Priscila López, militante del partido de los trabajadores de españa y activista del movimiento memorialista de Granada, autora del libro “El Niño Grande”, que narra los asesinatos de la dictadura franquista que sufrió su propia familia.
Los que se fueron y no volvieron nunca
Y los grandes olvidados y olvidadas de nuestra España son quienes tuvieron que exiliarse contra su voluntad para salvar su vida y la de su familia, de los que ahora van quedando los sudamericanos que te dicen que su abuelo es español pero que no puede hablar de España sin emocionarse, los argentinos que nos llaman “gallegos” a todos los españoles porque allí llegaron las gentes exiliadas desde Galicia, con lo puesto y en barcos hacinados, que no en pateras porque la distancia era demasiado larga, queda el recuerdo en aquellas tierras lejanas de los españoles y las españolas que entregaron sus vidas a aquellos países que les dieron la oportunidad de vivir dignamente que el fascismo les había arrebatado en España.
Poco se habla de ellos y de ellas, la deuda que tiene España con los sentimientos de estas personas es inestimable y tampoco hay, ya, manera de repararla. Aun menos cuando vivimos en una época modelada durante décadas, en la que se desprestigia al sudamericano como medida de venganza a aquellos países que tuvieron el corazón de acoger y abrazar a los republicanos y las republicanas que conseguían escapar de las garras de esa dictadura que impusieron para aniquilarlos. No es casualidad que las instituciones y el pensamiento piloto fascista que
manipula la masa del pueblo español ataque ideológicamente a países que están llenos de descendientes de los republicanos huidos y es muy triste como una buena mayoría entra en ese juego de racismo y xenofobia creado por venganza. La historia de la España fascista y Sudamérica tiene varios siglos ya de inútil prepotencia española para intentar que no desaparezca esa primera conclusión que sacaron cuando llegaron aquellas carabelas a esas tierra: ellos eran indios y nosotros no. hacerlo por salud, por dinero o por pena. No podemos conservar la memoria sin incluirlos a ellos y a ellas, estamos en la obligación moral de incluirlos y rescatarlos del olvido y el desarraigo.
El buque Sinaia llegó a México el 13 de junio de 1939 con casi 1600 pasajeros exiliados españoles que huían de la muerte y el miedo, entre ellos escritores y escritores, artistas y poetas que impulsaron notoriamente la educación del país y que hicieron avanzar con fuerza las ciencias, las artes y las humanidades. El trabajo de estas españolas y estos españoles en México sigue siendo reconocido en aquel país, pero en España ni siquiera conocemos sus nombres. El fascismo los exilio no solamente a otro país, sino también al olvido. memoria histórica
La memoria: nuestra mejor arma
Es muy importante mantener la memoria y no olvidar que lo que pasó en España no fueron batallitas de abuelo, lo que pasó en España es que un bando de militares sublevados atacó a la sociedad civil utilizando la depravación y el terror como arma para imponer un sistema dictatorial que, durante casi 40 años más, continuó asesinando, torturando y represaliando por motivos ideológicos a las gentes de su tierra. Un sistema que se encargó de borrar las huellas de su masacre en los libros y en las mentes de la gente, que borró el nombre de sus héroes y heroínas que entregaron sus vidas por la libertad y la legalidad de una recién estrenada República que estaba en proceso de convertir a España a un país democrático tal y como lo estaban siendo, hasta el momento, sus países vecinos. Unos gobernantes que se han dedicado durante décadas a situar a asesinos y asesinados, a represores y represaliados, en el mismo lugar de la historia para endulzar al fascismo y mantener con pulcritud esa amnistía que se firmó para que no fueran investigados los crímenes fascistas, esa amnistía que también caló en la memoria de sus gentes que tuvieron que seguir callando y que tuvieron que seguir olvidando en público y recordando en silencio.
Sin embargo, en nuestros días, ante un auge de aquel fascimo de los años de la dictadura que está dando lugar a asesinatos y a represalias otra vez por motivos ideológicos, se muestra de vital importancia la necesidad de recordar, de no olvidar y de alzar la voz por los que ya no pueden hacerlo ante una injustica que vuelve a ser evidente, sobre todo, porque todo aquello no puede volver a pasar ni siquiera en menor proporción de lo que pasó entonces. Nuestra mejor arma es la memoria, que en España vuelvan a escucharse los nombres de los que fueron ajusticiados por no pensar como querían aquellos militares animados por ese militar enano y con mala leche que se había motivado con sus amigos alemanes e italianos. Que tengan que escuchar lo que hicieron y que el mundo entero los repudie para que España, por fin, recupere su rumbo de libertad y la dignidad de lo que pasó en sus tierras. Nos debemos en la obligación de rendirles el homenaje que, como todas las víctimas del fascismo y del nazismo en Europa, debe de perdurar a través de las generaciones para que puedan aprender de todo lo que pasó y que nunca más vuelva a repetirse nada parecido.
Ellos todavía conservan el poder, pero nosotros poseemos la verdad y tenemos el tiempo de hacerla saber para que se escuchen, a través de nosotros, las voces que silenciaro
n asesinando y persiguiendo. Todo el daño que los fascistas hicieron en España será irreparable, pero justiciable cuando nadie tenga que sentir que todavía hay un bando en España que quisiera doblegar al resto de gentes, cuando nadie tenga que sufrir las consecuencias de no pensar como los fascistas españoles y cuando nadie tenga que recordar que sigue habiendo desaparecidos y desaparecidos en sus familias. Todo esto solamente se consigue con la memoria que

liTERATuRA
El niño GRAnDE
PRISCILA SANDRA LÓPEZ GARCÍA

Sinopsis
Francisco López Marín, el Quillico, nació en plena República, hijo del Rusia, de familia falangista, y de la «Antoñica de las Barberas», una familia de obreros del campo que vivían explotados y marginados. Fusilaron al Rusia al poco tiempo de empezar la guerra, y el Quillico tuvo que ponerse a trabajar siendo un niño que ni siquiera había cambiado los dientes de leche para poder sobrevivir. A pesar de las dificultades, de la miseria, de la explotación y del hambre, el Quillico salió adelante con fuerza, formó una gran familia y consiguió todo lo que se propuso gracias a su esfuerzo y su constancia, pero arrastró toda su vida la falta de su padre, nunca dejó de sufrir su pérdida y luchó siempre por mantener su memoria viva en una España que ha hecho del olvido la solución para no tener que enfrentar la verdad. El Quillico representa la historia de tantos y tantas que se están llevando a la tumba la pena de no poder reconciliarse con su pasado, la pena de que ni la historia ni el tiempo les dé justicia a los suyos y que no verán a nadie pedir perdón por el daño irreparable que el fascismo hizo en sus vidas. El Quillico murió sin poder enterrar a su padre dignamente y, como él, miles de españolas y españoles a quienes debemos rendir el homenaje que las instituciones, los políticos, y ni siquiera la historia, contada por unos pocos, les rinde. España está llena de quillicos y quillicas, y el país tiene una deuda moral con ellos y ellas.
memoria histórica histórica
No soy una loca que se entretiene contando historias ni tampoco soy una resentida que no sabe qué hacer
transmitamos a las generaciones que vienen, nosotros debemos de ser las generaciones que conduzcan nuestra historia hacia la verdad para que sea contada como realmente pasó y no como quisieron contarla durante tanto tiempo.
España no es una democracia real y ya es tiempo de que todos nos demos cuenta y actuemos en consecuencia, el fascismo en España avanza sin pudor y es cada día más ruidoso, reivindicando los mismos principios que reclamaron sus predecesores y señalando al diferente ante todos para involucrar a la sociedad que reacciona. Este no es un juego de niños, este es el régimen que lleva siglos cortando nuestras alas y masacrando a nuestro pueblo cuando es revolucionario, condicionando nuestras vidas y obligándonos a la precariedad inesperada, indeseable. Pueden enseñarnos cual es el orden que quieren que sigamos, pero no pueden obligarnos a obedecerlo ni tampoco a transmitirlo, debemos ser alborotadores de la historia que nos han leído todo este tiempo y obligarlos a escuchar la historia que pasó de verdad, la que tiene que aprenderse en los colegios y la que deben de conocer las futuras generaciones españolas.