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Con motivo del 800 aniversario del origen de la Universidad de Salamanca, que se conmemorará en el año 2018, creemos que es ocasión oportuna para celebrar en la ciudad de Salamanca la Exposición Universal de la Educación y la Cultura, la Ciencia y la Tecnología.
Salamanca 2018. Una referencia, una cita en el horizonte ya abarcable. Pero, sobre todo, Salamanca 2018 como aspiración previsible, razonable y justificada en la organización económica y social de una opción proyectada hacia el futuro de las gentes de Salamanca. En el año 2018 se alcanzarán 800 años de recorrido desde que se sentaron las bases de arranque que permitieron la fundación de la Universidad de Salamanca. Estamos ante una referencia que puede y debe marcar un desafío en consonancia con lo que representa la trayectoria de la Universidad más antigua de España. Una oportunidad que se debe afrontar como ocasión propicia para reflexionar sobre los nuevos caminos del mundo y, en consonancia con ello, marcar recorridos que aporten nuevas dimensiones a Salamanca, encajadas en los desafíos inevitables del tiempo nuevo. Por tanto, se trata de incorporarse a la estela
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de las nuevas situaciones, marcadas por la evolución constante y por la innovación tecnológica, con innegable repercusión en los diferentes estratos de la sociedad. La cultura, la educación, la ciencia y la tecnología, que son terrenos propicios para el trabajo en Salamanca, encajan en ese contexto, pero con la incorporación de elementos productivos que hasta ahora han estado ausentes en la andadura de esta provincia. Por ello, en consonancia con el espíritu universal que el origen de la Universidad de Salamanca marcó hace 800 años, deseamos proponer una cita y un compromiso para la lucha por el futuro:
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Exposición Universal de la Educación y la Cultura, la Ciencia y la Tecnología Se propone la creación de un espacio urbano, con vocación de permanencia, que en el año 2018 acoja la Exposición Universal de la Educación y la Cultura, la Ciencia y la Tecnología. Un recinto que se configurará con pabellones de los diferentes países y de cada una de las Universidades de todo el mundo que decidan su presencia, con las aportaciones en los campos propios de la Exposición Universal. Los quince años que, desde hoy, separan la cita se ajustan al periodo necesario para la gestión y disposición del recinto, así como la aceptación de los países y Universidades y la adecuación de unos y otras para concurrir a la convocatoria, se ajustan al contenido de la propuesta. Otro tanto ocurre con los aspectos relacionados con los planeamientos urbanísticos y las programaciones que deberán desarrollarse.
- 2008 – 2011. Urbanización y desarrollo del recinto para la EUS.
A modo de avance, adelantamos el siguiente calendario:
- 2017. Amueblamiento de Pabellones y contratación de personal.
- 2006 – 2007. Redacción de proyectos y aprobación de los mismos por parte de los organismos competentes.
- 2012 – 2016. Construcción de Pabellones.
- 2003 – 2004. Definición y plasmación de la idea. Nombramiento de gestores. Solicitud de la Exposición Universal de Salamanca (EUS). Aprobación por parte de las distintas Administraciones.
- 2018. Inauguración y celebración de la Exposición Universal de la Educación y la Cultura, la Ciencia y de la Tecnología.
- 2004 – 2005. Planeamiento urbanístico del recinto que acogerá la Exposición Universal de la Educación y la Cultura, la Ciencia y la Tecnología.
- 2019, en adelante, continuidad en el desarrollo de los planteamientos generados durante la etapa de preparación de la EUS.
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Infraestructuras - Carreteras. En el transcurso de preparación de la EUS deben quedar finalizadas como autovías todas las carreteras nacionales que confluyen en Salamanca. Disposición del segundo cinturón de ronda de Salamanca. Tendido de tres nuevos puentes sobre el río Tormes. - Ferrocarril. Durante la etapa de organización Salamanca deberá contar con comunicaciones por Tren de Alta Velocidad hasta Madrid, Irún, Lisboa y Oporto. Reapertura del Ferrocarril Ruta de la Plata. Reapertura del ferrocarril Salamanca –Barca D´Alva (Portugal).
Ciencia y Tecnología - Creación de un Parque Tecnológico, como foco de acogida y desarrollo del plan estratégico que encauce los proyectos de futuro generados con motivo de la Exposición Universal de Salamanca. - Impulso a la creación de nuevos centros de investigación y ciencia en las dos Universidades de Salamanca, especialmente los relacionados con la biomedicina.
Patrimonio - Recuperación de una treintena de edificios monumentales y patrimoniales pendientes de restauración. - Definición y establecimiento de nuevos museos. S
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que la cita de 2018 ya no se encuentra alejada. Si realmente se desea cubrir con eficacia la propuesta que traemos a la consideración de Salamanca, los quince años que nos separan de esa cita configuran un espacio ajustado a las necesidades de la labor que requerirá la empresa. Para afrontarla, esta propuesta se abre a las gentes de distintos sectores e ideologías,
La propuesta Salamanca 2018 que se formula no se plantea como una ilusión, sino que la presentamos como un desafío de compromiso y de trabajo que reclama dedicación compartida desde ahora mismo para transformarla en concreción, en tarea ilusionada y reflexiva, vigorosa y apasionada, consensuada en el seno de la sociedad salmantina, por-
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cuando la constatación racional señala que simplemente se ha producido una cierta proyección en los ámbitos cultural y turístico que ha consolidado pro-
porque entendemos que el futuro de Salamanca requiere la convergencia integradora de todos ellos, de todos nosotros, ciudadanos de Salamanca. Salamanca requiere un nuevo encuadre para Salamanca, un nuevo asiento para su sociedad, para el despegue con bases económicas, sociales y culturales consistentes. Para alcanzar un aumento de producción, una asignación diferente de recursos, un logro progresivo del bienestar mediante dotaciones con eficacia socio-económica, es imperioso activar recursos ociosos y captar otros nuevos que contribuyan a diluir la situación de penuria económica que condiciona el presente de un espacio, como el salmantino, emplazado en la periferia de la historia. Será un buen camino mantener, incluso consolidar y ampliar, la especialización en el ámbito de los servicios, pero resulta aún más exigente superar esa limitación que envuelve a Salamanca. Y habrá que perseguirlo buscando desplazar la especie de fatalismo que parece ceñirse sobre esta tierra. Hay que romper para cambiar. No se trata de caer en el voluntarismo político, en el voluntarismo social. Hoy, en Salamanca, el voluntarismo sin proyección reside en entender que Salamanca 2002 ha abierto horizontes de futuro,
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yectos anteriores, con la aportación de algunas infraestructuras, motivos a los que procede reconocer el valor de punto de partida. Pero la situación derivada de ese momento del año 2002 carece de vigor productivo, y así se ha reconocido desde el respaldo de datos oficiales y empresariales. También, el año cultural europeo ya es pasado, y lo que Salamanca requiere ahora son ideas y tareas generadoras de tiempos nuevos. No sirve la autocomplacencia, cuando resulta imprescindible buscar nuevos desafíos y, en esta provincia concreta, aún mucho más, para romper su costra de subdesarrollo, para evitar el riesgo de fosilización. Sin nuevos horizontes, ni siquiera hay horizonte. Es necesario adelantarse, crear perspectivas, para alcanzarlas.
si no se cargan de actuaciones reales que refuercen ese sello secular. Es precisa la reflexión en torno a la vitalización necesaria que, en una etapa abarcable, previsible, aportará nervio productivo a la ciudad y provincia. Y, tras la reflexión, no conviene perder tiempo para dedicarse al combate imprescindible de emprender con coherencia, integración y aplomo social un recorrido que no resultará fácil, pero que sí se ofrece como aspiración alcanzable. Se trata de un empeño que precisa apoyos sociales, económicos y políticos, incluso desde la participación crítica, como cualquier otro que busque el desarrollo de la sociedad salmantina.
Salamanca 2018. Ciencia y Cultura Entendemos, y así lo proponemos, que Salamanca requiere abrir un debate sobre su presencia en el siglo XXI que hemos comenzado a recorrer, en el que no sirven las proclamas tan frecuentes como huecas de embeleco de salmantinismo universal,
Si partimos de la creencia compartida de que Salamanca se ha instalado como ciudad de cultura mediante el desarrollo de una serie de propuestas planteadas desde el arranque de la recuperación democrática, y si coincidimos en
contribución económica que repercute desde lo que conocemos como industria cultural.
que con la trayectoria de su Universidad se ha desarrollado el campo complejo de la educación, ya se parte con una rampa de lanzamiento. Pero esa situación no es suficiente, ni desde el punto de vista de la contribución al enriquecimiento personal del ciudadano que le puede aportar la cultura, ni desde la
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Desde luego, si se pretende afianzar con permanencia y consistencia de futuro la condición de ciudad cultural, parece imprescindible detenerse a
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pensar en qué punto nos encontramos en los campos cultural y educativo, pero, sobre todo, pensar y decidir hacia dónde se va a encaminar esa dedicación y qué medios será preciso requerir, para situarse en posición de rentabilizarlos. Por ello, es preciso pensar con vista larga y mente abierta en la que, sin duda, será la nueva situación de la cultura y la educación ante la confluencia hacia Salamanca 2018. No sirve la permanencia en los estratos conseguidos, porque en este terreno los desafíos serán importantes y, por supuesto, la evolución permanente. La generación de productos culturales orientados simplemente a la búsqueda de la rentabilidad económica de la cultura –por supuesto, deseable– no resulta satisfactorio en sí misma, sino que consideramos como germen de cualquier opción la de tender a generar cultura, esa cultura que surge del diálogo y de la libertad, de la capacidad creativa, que requiere medios económicos, pero también condiciones adecuadas y consistencia de ideas, sentimientos y valores que la alienten. La cultura y la educación que ahora presentamos como entarimados básicos de trabajo hacia Salamanca 2018 se fundamentan en propuestas intelectuales y artísticas, pero igualmente es deseable que sean proyectos vitales.
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La cultura, además –y sería estéril olvidarlo–, hoy se halla estrechamente relacionada con la ciencia y la tecnología, porque refuerzan la aspiración de conocimiento y de creación, alimentan la respuesta a la capacidad creadora con la utilización de medios diversos y, por supuesto, resultan fundamentales para la aplicación del germen de ideas, para la voluntad de comunicación de la cultura.
Salamanca 2018. Ciencia y Tecnología Desde aquí, desde el presente ya volátil que nos sirve de asiento, somos conscientes de que la ciencia y la tecnología desempeñan papeles fundamentales en la entraña actual y la mantendrán, e incluso desarrollarán, en el recorrido del horizonte que planteamos. La investigación y las tecnologías en los campos electrónico e informático, con sus aplicaciones en terrenos plurales, ya repercuten abiertamente en la transformación de las bases de nuestra vida social y sus ramificaciones. Pero, precisamente, desde esa perspectiva, es imprescindible que en la propuesta que presentamos se mantenga una alerta reflexiva y eficaz para dar respuesta –y, por tanto, utilizarla al servicio de nues-
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tros propósitos– a la capacidad de innovación tecnológica que necesariamente se va a producir de modo implacable, continuado, además de rápido y que reclama respuestas personalizadas. Ese planteamiento, exigente pero imprescindible para afrontar el horizonte de 2018, forma parte y se encuentra integrado en el germen de la propuesta, si realmente se quiere fundamentar con eficacia la oferta que pueden representar las tareas de transformación que planteamos a los salmantinos desde ideas y aspiraciones de progreso y modernización. La innovación tecnológica, además de presente, es un horizonte plantado ante esta provincia. Se encuentra en esa perspectiva de Salamanca 2018, pero para alcanzarlo hay que buscarlo con la disposi-
ción de los medios acertados. Creemos que conviene a los intereses salmantinos manejar sus posibilidades. Por ello, proponemos que Salamanca reclame internarse con vigor en el campo de la ciencia y de la tecnología, ampliando las parcelas que actualmente funcionan como focos investigadores en diferentes campos. Ahora, ya mismo, para utilizar sus aportaciones y, cara al desafío de 2018, para sentar las bases sólidas que requiere la innovación permanente que, por ello mismo, no debe detenerse en esa fecha emblemática para Salamanca, puesto que no se trata de la culminación de un proceso de trabajo, sino del desarrollo de ese proceso surgido para crear permanencia en el ámbito provincial. El año 2018 no es un punto de llegada, sino de proyección en un proceso que debe seguir actualizado con nuevas aportaciones.
Éste es, precisamente, el propósito, el compromiso y el desafío: no se trata sólo de alcanzar Salamanca 2018 como una línea de meta, sino de plantearlo como un recorrido que debe impulsar la continuidad con el enganche salmantino a la evolución exigente del futuro, como consecuencia de que se haya logrado colocar a la ciudad –con la búsqueda de la proyección hacia la provincia– en términos de recuperación del territorio como ámbito productivo, de rentabilización de recursos, de elevación de rentas, de recuperación y rejuvenecimiento de la población, de ideas y trabajo integrados en el ritmo de marcha cualificada. Estas situaciones, sin duda, requieren la oportunidad histórica de configurar un nuevo sistema de sensibilidades, de ideas sobre las que prestar base a la andadura de Salamanca y que sería preciso que impregnaran la vida social. Nuevos caminos, fruto de la reflexión, para la sociedad salmantina. Sería deseable que esa sociedad encontrara “su propia voz” –que no tiene por qué identificarse con esterilizante unanimidad ni siquiera sentido unitario– que encauzara la empresa colectiva.
dad otorgada por los ciudadanos y por las instituciones como fuente de legitimación. La confianza de los ciudadanos de Salamanca es fundamental para saltar desde el germen de la idea que presentamos hasta su plasmación. Porque Salamanca lo necesita, son objetivos de la propuesta que planteamos la generación de riqueza, con su consiguiente distribución, mediante un proceso de motivación, de creación, de impulsión dinámica, de liderazgo de equipos. En la propuesta Salamanca 2018 se integra la idea de conformar nuestro futuro, porque
La propuesta Salamanca 2018, desde los pilares que son base de la democracia, persigue la credibili-
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salmantinos, no se entra en la aplicación de lo que podríamos acuñar como política de refuerzo industrial –que es campo abierto a la empresa–, aunque se estimule, y se descarta la especulación financiera, aunque se abran campos para el beneficio de la actividad empresarial, con rendimiento económico y la obtención de recursos que impulsen nuevos proyectos. Lo que traemos a este espacio de debate que ahora desearíamos abrir es un proyecto social con calidad. Creemos, y deseamos, estar ante un proyecto de naturaleza trascendente, con capacidad de desarrollo desde la apuesta decidida por formas y sistemas de vida y trabajo que rompan los anclajes que no se ajustan y abren a las exigencias renovadoras y
es bueno crear perspectivas, lo cual hoy es más realista que nunca, exigencia inevitable si se trata de trabajar en campos tan dinámicos y cargados de creatividad como lo son la educación y la cultura y, ciertamente, mucho más en relación con el camino imparable de la ciencia y la tecnología. Entendemos que no podemos permanecer ajenos a lo que podríamos encuadrar como “cultura de compromiso” hacia una Salamanca con capacidad de movilidad en el escenario del siglo XXI, sin olvidar que los acontecimientos externos configurarán, de forma importante, el devenir del proyecto. En la propuesta que, por encima de rentabilidades ideológicas, ponemos a la consideración de los
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generadoras de capacidad productiva desde la renovación cultural y educativa, desde la exigencia de la ciencia y la tecnología. El proyecto Salamanca 2018 creemos que será viable –además de la asistencia consensuada en el seno de la sociedad salmantina– si se orienta con una organización económicamente fuerte, si se aplica una concepción moderna en lo industrial, si se encauza coherentemente, si se configura una gestión que cuente con elementos profesionales y transparentes.
A través de la propuesta Salamanca 2018 buscamos el compromiso que nos implique en asuntos que importan a los ciudadanos de Salamanca. Representa un reto ponerlo en circulación, encuerparlo y desarrollarlo: un reto para la sociedad salmantina que, sin duda, puede afrontarlo si se alcanza a entender el interior de la revolución tecnológica en la que nos encontramos inmersos y las vías que esa situación, renovable cada día, obliga a tener en cuenta como pautas de comportamiento. Las razones de esfuerzo futuro residirán en las acciones precisas para empren-
siones que desarrollen capacidad de producir actividad que nos integren en la marcha de nuestro tiempo, del tiempo que llevará a 2018 y que continuará su recorrido. Proponemos esforzarnos por recuperar un terreno amplio al que somos ajenos y que, no hay que negarlo, representa un desafío esforzado, que reclamará recursos importantes. La cita de Salamanca 2018 es con Salamanca, con su sociedad, con un horizonte de ilusión y de trabajo que se halla en situación abarcable. der proyectos nuevos, para la disposición de recursos técnicos y, por supuesto, financieros en un campo donde la competitividad no cederá tregua. Un camino que debe acompasarse, al tiempo que se atiende a la perspectiva, con el cambio social y con el cambio tecnológico potente de este momento.
Sin que se pretenda establecer paralelismo entre la fundación de la Universidad de Salamanca en 1218 y el desarrollo de la propuesta que ahora se plantea, sí se quiere llamar la atención sobre el hecho –reconocido por los historiadores– de que el arranque y recorrido de los Estudios Salmantinos supusieron una expansión en el ámbito propio y, después, en los reinos que configuraron España, y una expansión es lo que precisamente se pretende en este momento para Salamanca mediante la articulación de actuaciones encauzadas hacia Salamanca 2018.
Con el proyecto que pretende aportar la propuesta Salamanca 2018, a través del planteamiento de la Exposición Universal de la Educación y la Cultura, la Ciencia y la Tecnología, se trata de tender a plantarse con acciones concretas y definidas en el entorno universal al que en sus mejores tiempos nos condujo la Universidad de Salamanca. Por ello proponemos una empresa de ideas, para generar deci-
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Cuando Alfonso IX fundó en 1218 la Universidad y dispuso la condición de estudio general del
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reino de León, otorgó privilegios encaminados a favorecer el desarrollo de la función intelectual. Esos privilegios los amplió su padre Fernando III en 1243 al disponer en cédula real que “otorgo y mando que haya escuelas en Salamanca y mando que todos aquellos que aquí quisieren venir que vengan con garantía y yo recibo bajo mi encomienda y con mi defensa a los maestros y a los escolares que aquí vinieren y a sus hombres y a todas sus cosas que aquí trajeran y quiero y mando que aquellas costumbres y aquellos fueros que recibieron los escolares en Salamanca en tiempo de mi padre cuando estableció aquí las escuelas tanto en casas como en las otras cosas que esas costumbres y esos fueros continúen y nadie les haga daño ni fuerza a ellos ni a sus hombres ni a sus cosas”. Lo confirmó, y amplió, Alfonso X el Sabio con su decisiva carta magna otorgada en 1254, texto real que ya denominó Universidad a las antiguas Escuelas, con la ordenación y organización de su entramado docente, que ya encontró el respaldo de los Papas, con la primacía de Alejandro IV en 1255, la consolidación de las Constituciones dispuestas por el Papa Luna, Benedicto XIII, y el refuerzo definitivo de Martín V en 1422. Las cátedras de Salamanca, así consolidadas y amparadas por los poderes real y pontificio, abrieron
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un boquete en el ámbito de la creación de la de ciencia generada en la etapa renacentista, que permitieron la gran expansión, prestigio y proyección de la Universidad salmantina, con su potente y especial presencia en Iberoamérica. Una etapa larga asentada en el trabajo y en la apertura de mente, en la libertad creativa, en la relación con la ciencia que también se generaba en otros puntos de Europa. Salamanca enseñaba, pero también captaba las aportaciones de otros focos situados a su nivel de excelencia. Fue así como Salamanca desarrolló la consecuencia de aquella grandeza intelectual, su especial urbanismo, su potencia monumental, expresión de una relevancia de espíritu y de poder, de capacidad para definirse ante el mundo, como captó Miguel de Unamuno en sus versos al encuadrarla como “el oro secular que te recama, / con tu lenguaje, de lo eterno heraldo”. La Universidad salmantina, surgida en un tiempo que nos lleva a los 800 años de recorrido, marcó a Salamanca como punto de referencia en el mundo a causa de su capacidad para reflexionar y crear. Hoy, el tiempo nuevo que nos corresponde cubrir a quienes integramos la actual sociedad salmantina nos requiere el esfuerzo y la dedicación para reflexionar y crear en consonancia con el ámbito que nos envuelve, en
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desde hoy, nuevas perspectiva enfocadas hacia el futuro. Un estímulo que obliga a crear perspectivas que, como proponemos de forma activa y comprometida con Salamanca 2018, consoliden acciones prioritarias de trabajo en el siglo XXI dentro de un ámbito de cambio, progreso y modernización.
relación con las demandas de un momento caracterizado por su evolución y renovación, por la búsqueda –con esfuerzo e inteligencia– de principios que movieron a quienes hicieron sólida y universal a la Universidad de Salamanca. Pero esa gloria del pasado sólo sirve como referencia de estímulo cuando se buscan,
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