Oidaterapia
“Durante mi infancia viví un calor familiar extraordi-
lado y una profunda emotividad por el otro. Lo
nario, cosa que debió influir en mi personalidad. Con-
primero probablemente lo heredé de mi padre, lo se-
sideraba a mi padre el más justo entre los justos; en
gundo de mi madre, supongo”
mi madre conocí a una persona bondadosa e inocente y siempre me llevé bien con mis hermanos”.
Así, Frankl rescató su agudeza intelectual y reflexiva dando valor a la riqueza familiar que vivió, dando
“Si dije que mi madre ha sido una persona de alma
lugar a su dignidad y firmeza como persona. A lo lar-
bondadosa y de corazón devoto, entonces mi padre,
go de la construcción de su trabajo, el tema de la fa-
caracterológicamente ha sido más bien lo contrario.
milia es fundamental; esto lo podemos referir en su
Tenía una concepción de vida espartánica y una idén-
siguiente frase:
tica imagen del deber. Permaneció siempre fiel a sus principios. También yo soy perfeccionista, y he sido educado para ello por él”
“En mi niñez, por supuesto, el sentimiento de amparo no me vino a través de reflexiones y cavilaciones filosóficas, sino más bien del entorno en que vivía.
“En líneas generales he salido a mi padre. Las cualida-
Tendría cinco años (y considero este recuerdo como
des que puedo haber heredado de mi madrew, al unir-
paradigmático), cuando desperté un día soleado du-
se a las de mi padre, habrán producido una tensión
rante las vacaciones en Hainfeld. Mientras todavía
en mi estructura caracterológica. En una oportunidad,
mantenía los ojos cerrados, me invadió un sentir de
un psicólogo de la Clínica Universitaria de Psiquiatría
inmensa felicidad y bienaventuranza, de estar ampa-
de Inssbruck (Austria) me tomó el test de Rorschach;
rado, custodiado y protegido. En cuanto abrí los ojos,
“
luego afirmó que jamás había visto algo así: un arco
mi padre se encontraba inclinado hacia mí, sonriente”.
tan amplio entre una extrema racionalidad por un
El amor a sí mismo es el punto de partida del crecimiento de la persona que siente el valor de hacerse responsable de su propia existencia. Viktor Frankl Además, los temas existenciales, preguntas y reflexio-
día iba a morir. En ningún momento de mi vida me ha
nes sobre la Muerte, el Sentido de la Vida y la sen-
preocupado el temor ante la muerte, sino más bien
sación de Vacío Existencial lo acompañarían durante
una sola cosa: el interrogante acerca de si la finitud de
toda su vida. Este comentario hace Viktor Frankl al
la vida no anulaba su sentido”.
respecto de su sentir frente a estos ámbitos profundos de toda persona:
Sin embargo, su vida no sólo se conformó con momentos satisfactorios, pues durante el transcurso del
“Debe haber sido a los cuatro años de edad, cuando
año 1914 al 1918 detona la Primera Guerra Mundial.
una noche, poco antes de dormir, me sobresalté sacu-
Esta epoca, se caracteriza por el desmoronamiento de
dido por el convencimiento de que también yo algún
la cultura y de toda la riqueza primorosa de principios
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