Expresandonos

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Exprésandonos

¡Expresándonos! Varios autores Edición especial para distribución por Internet a través del Proyecto Expresiones, Edición electrónica y los autores. Para Expresiones E-Books y los autores, sus comentarios son muy importantes y los esperamos a nuestro email: proyectoexpresiones@gmail.com

Primera Edición Maracaibo, Abril 2010

© Berenice Mercado, Carlos Alberto Pasqualini, Carlos Cazurro Junquera, Carmen Agudo Rodríguez, Dumas Espinoza, Eladio Mora, Eva María Álvarez, Gabriela Sánchez Jaimes, Griselda Susana Díaz, José Rafael Hernández Fereira, Laura E. Sosa, Lenys Hernández, Lolis Galisteo Romero, Luanha Moa, Manuel Torres Carmona, Marco González, María Luisa Benedicto, Nesfran González, Nildo Julio Orta, Oscar Leonardo Cruz, Oscar Mario Cruz, Oscar Néstor Galante, Rosaura Imbachi Alarcón, Sandra Roldan, Sergio Dávila Castellón, Sonshire Ynes Fernández, Tibisay Izaguirre, Yumara Moyertone , 2010

EDPEX Ediciones Proyecto Expresiones Diseño Gráfico y Portada José Rafael Hernández Vol 1 2


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Berenice Mercado (Ven) Desolación Mi cuerpo ha sido tu abadía, al ausentarte de el, todo se ha hecho infértil, desolado y carente de sentimientos… El vació invadió mi boca por la ausencia de tus besos…

Llora mi pobre alma de tristeza, se enmudece, se pierde en el sosiego, deseando irse contigo en aquel cruel féretro, rogando a mi Dios querido que me quite el aliento para estar a tu lado y aplacar el cruel tormento de no tenerte conmigo a partir de este momento.

Llora el cielo… Hoy no hay un sol hermoso, ni crepúsculos haciendo juegos, los ángeles me acompañan en este cruel momento, los veo junto a tu tumba en sepulcral silencio Mi piel dejó de ser sutil y delicada, árida como desierto de caricias y sensaciones, con sus alas caídas enmudeciendo al viento. así ha quedado… Mi mirada se perdió en la inhóspita lejanía, de tanto buscarte y no verte…

El candor que iluminaba mi rostro, yace en la profundidad de la nada, me quedé esperando por ti…

Mi muerte Me quedaré con estas rosas que has puesto en mis manos, el llanto que ahora escucho no será nunca olvidado.

Me quedé esperando en el puerto de mi vida para ver si allí anclabas, supe de tu partida, pero no de tu llegada, y aquí me dejaste, con esta sensación de ser prisionera y esclava…

Desde una perspectiva veo a mi amor llorar, sufriendo por mi partida de este mudo terrenal, atrás quedaron los sueños, atrás quedó la esperanza todo lo que quería hacer, ahora queda en la nada.

Dame la absolución de tu amor... déjame volar libre… En ausencia de ti, aprenderé de nuevo a vivir, romperé las cadenas que me atan a tu amor

Ay mi amor ¿Por qué te has ido? Ay mi hermana que dolor me dejas... Mamá no me dejes solo... Mi amiga en malas y buenas...

Tu muerte

¡Ella fue una gran mujer, amiga y compañera! Llora el cielo la partida repentina Son los lamentos que escucha de aquel amor que se fue sin despedirse. Una rosa blanca cae sobre el marrón profundo, quién a mi féretro se acerca. sobre la madera fría que guarda tu cuerpo Y ahora yo me pregunto: aquel que en noches solitarias cobijó el mío ¿Por qué esperar a que muera y el que en ardientes pasiones tocó el cielo para decir de mi, lo que ellos piensan?

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Carlos Alberto Pasqualini (Arg) Del Poemario «Huecos del silencio» XIV

XLIV

Diedros vacíos escuálidas letras anuncian la hora del regreso

Si corremos el cero del orígen quizás cambién las cifras de lahistoria retornen

allí donde no soy en reverso de sombras busco una mirada en el juego circular de los espejos Me detiene el limbo de la roca viva

XXIX

Hay un nido detrás de la bruma una luz pequeña un aliento largo un bostezo inquieto después del amor juguetona cadencia de los tiempos diadema de tardes y mañanas guarda el susurro de sus ecos malabares una lágrima perdida acuna la caída de un beso antes de partir

huellas solitarias viejas letras moradas vacías desde el no-ser de los mundos perdidos

L El anillo repite la mente anticipa las manos no encuentran puertas de otros mundos claves veladas vibrando enhebran silencios en los huecos Quién será el guía de los instantes perdidos de las sombras que no tuvieron palabras de las pasiones que vivieron un día de los sueños caídos? Será un guía perdido una nube sin agua un camino sin huellas o será el viejo sol donde murieron los días

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Carlos Cazurro Junquera (Esp) Angustia Me despierta un móvil, estoy en la parada de Bellvitge. Busco en mis bolsillos pero no es el mío. Alguien ha perdido su teléfono y está sonando en el asiento que está junto al mío. Me desperezo y miro la pantalla: número privado. Decido cogerlo y avisar al interlocutor de lo sucedido. Descuelgo y antes de poder hablar un tipo con acento extraño me amenaza con matar a mi novia si no acudo en veinte minutos a la estación de Catalunya. Nada de policía. Nada de retrasos. Nada de trucos. No se que hacer, el tipo ha sido bastante claro en sus exigencias. Subo agitado las escaleras, cruzo el vestíbulo y vuelvo a bajar al otro lado de la vía. El tiempo vuela. Las estaciones se suceden una tras otra, Carrilet, Rambla, Can Serra,...Tengo que llegar cuanto antes y arreglar este embrollo. En el límite del tiempo llego a la parada. Es tarde y el andén está casi desierto. En uno de los bancos del otro lado de la vía, hay dos tipos sentados con una chica rubia entre ellos. Uno de ellos es alto y rubio, parece extranjero, el otro es moreno y bajito, con una cicatriz en la cara. La chica tiene la cara más aterrorizada que he visto nunca. El tipo alto la tiene cogida por el hombro y con la otra mano se abre la chaqueta dejando a la vista una pistola. El bajito coge su teléfono y marca un número. En mi bolsillo suena el móvil que encontré en el vagón hace un rato. Se levanta, se dirige a la vía y me hace signos para que yo me acerque a mi parte del andén. Me pregunta por un dispositivo USB que les pertenece. Yo sólo puedo decirle que lo único que he encontrado, y de casualidad ha sido el teléfono, que no tengo ni idea de a quien pertenece. No se nada de ningún USB.

aproximan al cristal del vagón. El que tiene cogida a la chica pasa su dedo pulgar con el cuello de un lado a otro, en tono amenazante y el tipo de la cicatriz hace un gesto con los dedos pulgar y meñique dándome a entender que volverá a llamar. Un par de minutos después, vuelve a sonar el teléfono, ahora es un número fijo. Respondo exaltado. Al otro lado de la línea hay un tipo sumamente excitado. Es el novio de la chica, me cuenta que el móvil por el que hablo es el suyo. Yo le explico el asunto de su chica con “sus nuevos amigos”. El me explica el del USB. Sigo en Catalunya, mientras hablo con él, entra otra llamada, número privado de nuevo. Atiendo la llamada. Me vuelven a citar en 20 minutos en el vestíbulo de plaza España. Cojo el que probablemente será el último metro. Recupero la llamada del dueño del móvil, me explica que si el USB que buscan, cayera en sus manos, sería una catástrofe. Se me ocurre preguntarle si ellos conocen el aspecto del USB y por ahí encontramos una salida, es un soporte robado a terceras personas y estos matones no deberían conocer como es. Es un gran riesgo, pero hay una vida en juego. Afortunadamente llevo el mío con la discografía de U2. Nunca Bono y los suyos fueron tan útiles. Prácticamente estamos solos en ese vestíbulo. Los últimos rezagados se apresuran a correr por los pasillos. El bajito me pide el artefacto. Yo le pido a la chica. Los tipos se miran entre ellos. La chica tiembla. Al final, inclina la cabeza accediendo a soltar a la rehén que huye en dirección a las escaleras. Ahora es mi turno. Retrocedo un par de pasos y ellos avanzan acorralándome contra una esquina. No hay otra solución, le lanzo el USB al grandote y empujo al bajito para salir corriendo detrás de los pasos de la chica. Dos disparos retumban en el hall de la estación. Lo último que veo es el charco que forma mi propia sangre.

Al instante se acerca otro metro en sentido contrario. El hombre bajito me dice que ya me advirtió que no se la jugara y el que está junto a la chica, se levanta junto a ella y la hace caminar hacia el andén, haciendo amago de tirarla a la vía. Yo suplico por su vida y le pido más tiempo. Se montan en el metro y se 6


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Carmen Agudo Rodríguez (Esp) Esperaré Te esperaré... He amado con ternura, Sentada a la vera del camino con pasión y con locura, donde bifurcan los senderos, he amado en la playa de la nada y de los sueños en el coche, en la montaña. perdidos en el olvido. Amo por amor amar Te esperaré... porque me sale del alma, cuando te veo llegar Cuando muera el otoño al despertar la mañana. vestida de silencio, tumbada en hojas sepias Amo las causas perdidas a esperar tu regreso. la igualdad y la justicia, amo una PAZ duradera Te esperaré... como un sueño, una quimera. Contemplando el ocaso, olvidando fracasos, sentenciando al olvido. con la esperanza nueva de volverte a encontrar. Te esperaré...

Amo lo que no se compra con tesoros y dineros, el valor de la amistad y de tu boca "te quieros". Amo cosas pasajeras una flor que se marchita, una rumba, un bolero, y hasta un amor pasajero.

Cuando ya nada espere, sentada a la vera del camino porque tu amor no muere, Amo el ocaso del día esperaré...hasta que tú y el aire que tu respiras regreses. el sol, la lluvia en la cara, y la luz de tu mirada.

Conjugando el verbo amar Hermosa palabra AMAR si la sabes conjugar poco a poco aprenderás en su mar a navegar.

Amaré hasta que la fría dama venga a acostarse en mi cama, y juntas prometeremos jurarnos amor eterno

El roce de tu piel El cálido roce de tu piel despierta mi piel desnuda, y... entre sueños de papel nos contempla callada la luna. Tu boca... hambrienta de besos en la mía se encontró, el manjar que en otros tiempos la distancia nos negó. Mi lengua lujuriosa y atrevida resbalaba por tu cuerpo, dibujando con besos... y saliva en la noche de los tiempos.

Amaré lo que tú amas En la cresta porque me llena de calma, del deseo esa luz de la alborada, y el mar con sus olas bravas. nuestros cuerpos crepitaban, y en la hoguera de ese fuego esta pasión se saciaba. 7


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Dumas Espinoza (Col) Sueño

Te he llorado tanto Te he llorado tanto con mi sufrimiento a solas. He calcinado mis días con mi esperanza rota. Me he puesto de rodillas y tu desprecio aun me azota Ven y consuela este dolor, consuela este llanto Te he esperado tanto que mi amor ha envejecido, mi andar es tambaleante, mi corazón entumecido ya no late, es un jadeante por tu ausencia que he vivido Ven y llena este vacío. Borra el desencanto. Te he amado tanto que viviendo en la penumbra de amor he muerto por ti. Ahora mi vida deambula sin amor, triste hasta el confín en busca de tu lecho o una tumba. De amor morí por ti En soledad vivo sin ti

Sueño que vuelo hacia ti, que me enredo en tus besos atrapado en tu mágica mirada. Son sueños que van. Son sueños que vienen. Sueño que ando a tu lado. Te adueñas de mis pasos, yo de tus manos, de tus suspiros y juntos por un largo camino, una eterna mirada Sueño que te amo a raudales, en sabanas blancas de tus pechos bebiendo. Caricias tiernas Caricias blandas Sueño que te amo en tibias arenas entre ocasos y brisas. Surcando tu vientre liso. Abriendo tu vida. Sucumbiendo a tu calma. Cabalgando en quietud. Sueño tanto que soñando despierto. Sueño que duermo, soñando contigo. 8


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Eladio Mora (Ven) Error imperdonable

Adiós mi princesa

La nostalgia invade mi corazón recordando aquellos tiempos vividos donde tú eras el centro de atención mientras que yo te admiraba escondido.

Contigo tuve el anhelo de querer y ser querido, pero solo me has traído desengaños y desvelos. Y no pienses que es por celos que te hablo de esta manera, es que mi pasión sincera con cariño a ti te dice: "Así como yo te quise es difícil que te quieran"

Mi pecho palpitaba de emoción, los celos me tenían entristecidos, pero jamás tomé la decisión de hablarte unas palabras al oído. Me disgustaba el mirarte con otro y me calmaba porque entre nosotros solamente una amistad existía:

Porque estoy enamorado me despido con tristeza pues se terminó el reinado de quien fuera mi princesa.

30 años después tú me confesaste que yo fui el hombre que tú más amaste pero que yo por siempre te eludía.

Soneto

Los tiempos cambian Una sonrisa y un presente y el guiño de una mirada permiten que de la nada aflore un amor ardiente. Y una actitud complaciente hacia la persona amada la mantendrá enamorada de manera permanente, pues si algo le gusta a la gente es sentirse bien tratada.

Me agrada sujetarme a la medida y rima permanente en mis escritos, es como un reto que yo necesito para dar más emoción a mi vida. Es una lucha clara y decidida que intento a diario sin ser erudito y neófito en este arte me permito penetrar esta área tan restringida.

Pero se descubre un día que no existe tal belleza porque esa galantería es solo cuando se empieza.

Y aunque mi musa estas reglas respeta, siento que en mi alma no reside el poeta que hace vibrar la gente de emoción; Sin embargo interiormente he sentido que toditos mis versos han nacido aderezados de buena intención.

Y si alguien ha conseguido conservar sus ilusiones aquí mismo arrepentido yo le pido mil perdones. 9


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Eva María Álvarez (Esp) Reiki

Me besó en los labios aquel morenazo, me dijo te quiero con mucho entusiasmo. Mis ojos y sus ojos con emoción se cruzaron, pensé que me llegó el amor que estaba extrañando. Años juntos unidos vivimos perdidos sin más razón que la pasión cariño y devoción. Pero todo cambió, no hay solución, fue puro reflejo de años de amor. Tan solo dolor y desolación, así estuvo mi alma que oscura quedó. Ese amor de fuego que un día llegó, cayo sin consuelo, murió sin razón.

En una camilla te tumbo para sanar tu dolor. Mis manos en tu cuerpo van sintiendo el calor, te vas relajando, durmiendo. Te paso luz con mi amor, por los chacras de tu cuerpo con mucha ternura y esplendor, bolas blancas tú vas viendo en tu cuerpo, un gran resplandor, luz que emite este, vas sintiendo mucho amor. ¡ Que bello momento! Siente tu ser interior, energía que viene del universo, de los maestros y de un ser superior. Con voz suave te digo, se terminó, tú me miras con gran estupor y me das las gracias por lo que pasó El mar Agua clara que rebasa el horizonte sin pausa, que Viene y va con calma con esa espuma blanca, el ver los peces nadar disfrutando de ella ganas dan de saltar a esa agua tan pura, llena de calma y claridad. Agua en libertad que va de aquí para allá con toda su bondad y su libre pasear ¡Quien fuera esa agua! para ir de ciudad en ciudad, bailar al son de las olas y el mar con su gran paz 10


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Gabriela Sánchez Jaimes (Ven) Retorno

El pueblo donde nació Laura representa los recuerdos de su infancia. Recuerda como los niños correteaban a las niñas para empaparlas con agua recogida de la fuente de la Plaza Central. Laura ha vuelto, después de 6 años muy lejos de allí, ha terminado el colegio y quiso visitar el pueblo donde ve ahora a los adolescentes estrechándose contra las columnas nuevas que decoran la plaza. Camina sobre las baldosas, enumerando en ellas sus amistades y amores infantiles e inocentes, cuando siente una presencia fuerte e imponente que la detiene. Alza la mirada y es Carlos, aquel niño flacucho que tanto la perseguía para mojarla, pero ahora no es tan flacucho, más bien parece uno de los provocativos sueños que ha tenido más de una vez. Un saludo apretujado le confirma que las marcas musculosas que moldean la camiseta son reales; inmediatamente, todos sus recuerdos se mezclan y se confunden con sus sueños. Laura y Carlos rememoran los años felices riéndose de sus anécdotas mientras caminan por la plaza una y otra vez y, en cada vuelta, la inocencia de aquellos dos niños del pasado se va transformando en deseos de libertad, de vivir con intensidad lo que la mente y el cuerpo reclama. Hacía un tiempo, la tía le había contado que a uno de los chicos del pueblo lo acusaban de robos, se le veía con personas desconocidas y se metía en problemas de vez en cuando. Ese era Carlos, y a Laura, ese día en frente de él, aquel rumor le causaba inquietud. El día se oscurece pronto y, casi sin avisar, cae sobre el pueblo un chaparrón que va desnudando las calles. Carlos lleva a Laura a su casa que está cerca de la plaza y escampan allí. Laura nunca en su vida había pasado de la puerta, ni siquiera le había interesado, ahora sentía más escalofríos que el producido por la lluvia y una agitación extraña en el pecho. Carlos le da una toalla y enseguida se quita la camisa empapada. La sangre de Laura se calienta al ver el cuerpo perfecto y moreno de aquel chico que poco a poco le borra la imagen del flaco de hace 6 años. Carlos la mira con ojos traviesos como leyendo sus emociones y le invita a la cocina a tomar café. Caminando por el pasillo, Laura detalla las líneas de los hombros de él, firmes y seductores, sin darse cuenta de que por una ventana ha entrado la lluvia y el piso está mojado. En un resbalón, ella cae y Carlos alcanza a tomarla, pero ambos terminan en el piso. Se ríen enérgicamente hasta que caen en cuenta de que él está casi sobre ella y sus alientos chocan entre sí. Él aca ricia los cabellos de Laura con sus rudos dedos, rozando suavemente su nuca y le dice: - No te preocupes, no hay nadie. Laura no está clara en lo que él quiso decir con esa frase. Carlos la mira fijamente como si esperara algo de ella, pero Laura, rápidamente, se levanta apartándolo. - Me tengo que ir, ya escampó.

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Se dirige a la puerta para salir mientras Carlos dice con palabras firmes: - Hace varios años una niña se fue de este lugar. Hace varios años me encantaba mojar los cabellos suaves de esa niña que nunca se fijó en mí. Muchas cosas hubiesen sido diferentes entonces. Laura se había detenido a escucharlo, pero no volteaba porque temía darle oportunidad a la duda. De un tiró se lanzó a la calle, corrió sin parar por la oscuridad del pueblo, desesperada con el corazón a punto de estallar. Al llegar a su vieja habitación, sin mirar a nadie se encerró y se revolcaba en las cobijas tratando de explicarse lo que estaba pasando. Podría haberse quedado en el piso junto a él y no pensar en nada, sentía aún sus brazos fuertes y húmedos, su respiración agitada, el olor masculino que insinúa autoridad, su mirada penetrando en la intimidad de ella. Pero Laura huyó, porque la razón le decía que no era conveniente. Ese chico moreno y hermoso, pero de mala fama, no era conveniente. Hasta el momento, su corta y común vida no había experimentado el deseo de lo prohibido. Las palabras de Carlos palpitaban en su pecho y se preguntaba si podría ser diferente ahora, si cambiaría de alguna manera el rumor que había escuchado sobre él, si sería capaz de protegerla y no hacerle daño. No lo sabría a menos que se arriesgara. Al siguiente día, Laura sale temprano muy resuelta a buscarlo. Llega a la puerta de aquella casa y, nerviosamente, golpea. Ha preparado una disculpa, unas cuantas frases abiertas al destino. Lentamente abre la puerta una mujer desgastada por la soledad y la tristeza. - Carlos no está, se fue anoche. - Contesta la madre del muchacho. Esa respuesta fue un frenazo para el corazón agitado de Laura, si anoche mismo ella estuvo en ese pasillo con él. - No mija. Anoche, muy tarde, vinieron a buscarlo unos hombres y salió con su maletica, con tanta prisa que casi no se despide. Ya lo ha hecho otras veces y no vuelve en mucho tiempo. ¿Tú no eres la sobrina de Elsa? Laura no puede hablar, todas sus frases y disculpas caen en la calle empedrada de aquel pueblo ingrato. "No vuelve en mucho tiempo" y Laura pronto se va, pero en los días que le quedan allí saldría a caminar por la plaza, una y otra vuelta deseando que la madre de Carlos se haya equivocado. El día que Laura se va, a miles de kilómetros de aquella plaza, sabe que ya no es la misma que llegó, sabe que llevará a cuestas el recuerdo de un resbalón excitante, sensaciones inexploradas, un deseo corrupto mezclado con su sangre que solo podrá ser satisfecho el día que lo vuelva a ver.


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Griselda Susana Díaz (Arg) Curioso ¿Querías saber de mí? te lo digo en pocas letras, tengo un loro, cuatro perros un canario y un jardín. Tengo amigos por doquier, soy amable y sincera, defiendo mis ideales a capa, espada y sombrero, y como buena Argentina tomo mate todo el día

zapato que te queda chico, el mosquito que te pica, de tus pies los sabañones, ser el reuma de tus huesos

Me decís que sos poeta Y que estas por publicar que si te hago él chamuyo no te podes inspirar

Quisiera ser...

Ya no lo pensés más al poema te lo digo en forma de verso o prosa no seas tan bolacero, que yo vi en la pantalla que escribís a una percanta y que estas encajetado

La hormiga de tu jardín, la laucha de tu cocina, los piojos de tu cabeza, el cero de tu tarjeta Quisiera ser...

Me gustan las tortas fritas, las empanadas y la pizza, los asados del domingo con chorizo y morcillas, los chinchulines y mollejas, un vaso de vino tinto o una buena cerveza, de tu gran curiosidad aquí te doy la repuesta

El grano de tu nariz, el agua de tu rodilla, la lluvia que te encogió el traje, los moco de tu resfrío Quisiera ser...

El virus de tu PC, ¿Qué si aún atajo los penales? el olvido de tu clave, Patéame los que vos quieras, el motivo de tus nervios a la izquierda o la derecha y en tu chat, corte de luz arriba abajo o al pecho, que te atajo los que vengan Quisiera ser tantas cosas te será medio difícil desde que tú me dejaste meter la pelota al arco y me cambiaste por otra, y ya pisé los sesenta pero lo que más quiero ser ¿Conforme con la respuesta? es el viagra que no encontrés

Mira negro, te lo digo en castellano o en lunfardo que yo seré media burra no te hagas el enjetado, me querés embragayar con el cuento del poeta y con eso del debute la cuestión, no laburas, y yo no tengo ni un mago ni siquiera pa morfár

Decíle al del Internet que te rematan la compu, porqué nunca la pagué y avísale a la percanta que te tiene apapanao, que la mina que tenes hasta hoy se la bancó, y que ahora dijo basta, En castellano o lunfardo que no sabe de internet Quisiera ser pero si le sobra asfalto, Con esto del Internet que se va con su bagayo; desde que la compu compré pero tambien apuntale, Amor mío me dejaste estas todo el día enganchado que sos un viejo achacado y agregale ¡¡¡ Flor de vago!!! Quisiera ser tu uña encarnada, buscando no sé lo qué, porqué sos un garufero, de tu auto goma pinchada, ajustate bien los lienzos tenaza que te arrancó un pedazo, Pero ya te estoy fichando la piedra de tu vesícula porque andas medio apiolado, que ya te corto internet, cuando me acerco a tu lado no te olvides de decirle que no tenés treinta y tres Quisiera ser... enseguida la apagas y te haces el enculado 12


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José Rafael Hernández Fereira. (Ven) Cuerpo y alma Fui desnudando su cuerpo buscando encontrar el alma que se agita en cada labio que besa mi boca, fui descubriendo los secretos que ocultan los contornos de su cuerpo de mujer y me perdí entre los encantos que las manos fueron desnudando. Viajé al centro del pecado en alas del éxtasis de sus deseos, entre sábanas que fueron perdiendo su lugar y tersura, al ritmo del frenesí que fue invadiendo la piel con las caricias.

Fui dejándome llevar por la bipolaridad de mis iones que se fueron mezclando entre líquidos corporales con el influjo de sus orgasmos y cabalgué al fondo del abismo donde las uñas fueron haciendo caminos en mi espalda, donde los dientes fueron comiendo como fruta la extensión de mi cuello, donde nuestras bocas acallaron los ruidos de la tempestad que agitaba nuestros tórax y más allá del acto o de sus consecuencias, nos olvidamos que existe un planeta con sus normas o que hay palabras que no Fui intentando pescar una razón para entienden de silencios. comprender los delirios donde se multiplican los sueños, donde nacen los Fui buscando descifrar donde se encuentran sentimientos, y al contacto de su epidermis, las almas que no conocen esperanzas y simcon la fragancia de su cabello, fui tomando plemente fui pasajero de un barco que no cada rincón de su anatomía, alucinógena conoce de naufragios, que se construyó de visión que dejan las montañas de sus pechos, temores y que al vaivén de los años fue los pezones enhiestos, el pubis que explota quedando solo con su carga. al contacto del recorrido haciendo erupción en el sexo, que cual potro bravío, desenca- Fui intentando hacer del momento solo una dena su furia hambriento. efímera sensación de ternura, solo una estación de vagones que viajan sin rumbo hacia Fui explorando su cintura y estrechándola al lo desconocido, llevando afectividades que se conjuro de la química que magnetiza el erosionan con los días y me conseguí en ansias que se comparte, y su lengua traviesa medio de la ciudad desnuda con un cuerpo hizo perder la noción de lo que descubría, con alma que buscaba alma para su cuerpo, haciendo de la noche solo un segundo, de la que moría sin haber vivido y que al margen fiebre un estado continuo y de la pasión una de sus dudas traficaba con la más simple de locura. sus dotes, su alegría. Fui creyendo que la carne era el principio del viaje hacia el mundo insólito del amor, hacia ríos de sentimientos que afloran en lo más profundo del corazón y me encontré entre un torbellino de elementos desconocidos que fueron haciendo de la tierra un transito efímero y de la eternidad una muerte de horas entre la magia de los suspiros.

Fui desnudando su cuerpo en la habitación de un motel sin nombres ni apellidos y se fueron haciendo estrellas las noches oscuras, soles los días nublados, risas los dolores que nos agobiaban y nos encontramos en medio del océano, solitarios, sorprendidos, recorridos en cuerpo y alma por la mano invisible del destino. 13


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Laura E. Sosa (Mex) Alex... No se aun si era una tarde o comenzaba amanecer...pero el día era marrón, era un triste rojizo.... las veredas en el camino eran muy angostas y a los lados habían un sin fin de lagos de diferentes colores... y con miedo se podían cruzar.....el aire era una especie de gas denso que no dejaba ver nada más que el paso que iba seguido del otro.... a lo lejos un personaje que jamás daba la cara pero que extendía sus enormes alas que brillaban entre la negruzca neblina, unas blancas alas tan blancas que no dejaban levantar la vista...seguir por ese camino hasta llegar a Él era imposible ....pero con los brazos extendidos suplicaba a no detener el paso...... a medida que estaba tan cerca una paz en el interior se esforzaba por ser

más fuerte.....un nombre; un nombre que aun esta en el pensamiento y que ha hecho buscar sin encontrarlo por doquier..... Han sido muchos años de caminos y pasos que no han llegado a su fin .. Ese rostro tan maravilloso que no se ha podido reconocer...... Hay aun en la memoria ..Me gustaría encontrarte y saber lo que realmente me une a ti.. al paso de los años sigues en mi pensamiento como ese día que estuviste en mis sueños ........... rodeados de mil lagos de sangre y mil lagos de nostalgia.... a todo puedo recordar tu nombre ... acaso eres mi propio destino y mi mismo camino?..... acaso eres mi vida propia en otro tiempo y otro lugar......Alex ese es el nombre que me sigue donde quiera que este .......ese es el nombre de mis pensamientos.....desde el día que te encontré en mi mente en tu pequeña me convertí......

Sueños

Cuando era niña siempre me gusto admirar el mar, despertaba por la mañana muy temprano y mientras preparaba mis cosas para la pesca me gustaba soñar.... soñar que era sirena y que me sumergía hasta lo mas profundo para admirar la belleza que a nuestros ojos en la superficie no podíamos ver..... Me gusta jugar entre los arrecifes y el coral entre los peces multicolores que a diario vienen y van.... seguir ese pequeño crustáceo que a mi parecer era como un payaso con sus enormes ojos y sus enormes pinzas amenazantes de que no me acercara a echar a perder sus maniobras.....

Siempre un delfín paseaba junto a mi solo con una mirada entendíamos lo que queríamos decirnos cuando nos veíamos así tan profundamente..... Se volvía en mi pensamiento un hermoso y atlético ser tan hermoso como el mar y tan puro como su grandeza... al paso de los años fui olvidando esos sueños de niñez pero hace pocos días algo me hizo recordar lo bello que es soñar.. Lo mágico que es hacer con el pensamiento lo que quiera ser, puedo ser sirena nuevamente, tal vez una mariposa, puedo ser una reina.... aunque el mejor papel que he hecho hasta hoy es ser mujer....

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Lenys Hernández (Ven) Augurio

Pajaro Sol

Conóceme despacio, sin prisas así como yo que te descubro; tócame las notas, todos tus ritmos interpreta en mi oído las letras de tu trova.

Deja que tu mente recorra el fresco sonido del agua; camino flamígero, que hará en mí sus nidos.

Abucémonos juntos, la vida que en su propio vaivén hoy nos abraza; muéstrame tu infierno, tu ángel deja en suspensivos el tiempo que nos ate.

Orienta tus ojos, al maravilloso lugar donde emerge el sol… así amorcito, en forma silenciosa simétrica y sólida.

Recuérdame los latidos, los saltos la ambición de ver tu cara una madrugada; un día, una semana, once minutos, el tiempo que nos obsequie nuestras ganas. Llega como una ola, de repente altérame el agua que yace quieta; provócame intacto el deseo, su estado puro en el que vea un rostro y tu recuerdo al desnudo.

Siente los carbones encendidos, destellos de diamantes, fuego ardiendo sobre el metal precioso de un corazón que jamás se destruye, se purifica.

¿Acaso lo imaginas? Juntos, tu y yo en una guerra de besos, cuerpos adosados bajo humos de caricias; seremos dioses amantes agitados, complacidos y puros como un orgasmo.

Soy pájaro sol, que se posa en las hojas escarlatas del Arce; que en su tiempo se eleva al clamor cuando vaga solitaria.

Ya lo hemos planeado, lo vivimos lo hicieron nuestras almas cuando se han visto; cuando se percibieron débiles, sensibles y escuchándose llorar se abrazaron. Ahora gritan nuestros cuerpos, nos esperan quieren reaprender como es que se ama; quemarse en la hoguera, de sus sexos alcanzar el límite en libertad rendida.

Eres tú, la frazada que me abriga en su cálido regazo; me da nueva vida en el aire, y el cielo bajas hasta mi.

Déjame olor a rosas, vinotinto en el último abrazo de nuestras partes; sélleme la piel tu huella, tus instintos, el placer de respirar aromas en el tiempo…de tu aliento. Tal vez lo estoy inventando, creando… ¿Me ayudarás a rememorarlo? 15


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Lolis Galisteo Romero (Esp) Troyano ¡Ay que descuido más grande! De virus me estoy limpiando, por una grieta pequeña los listos fueron llegando. Me quité lo menos cuatro. Si que pasé malos ratos Uno era morenito con pintas de africano, que llego con mucha gracia y me dijo , ¡hola hermano!. Yo soy bueno, soy humano, y al descuido más tonto se me volvió bacteriano. Él calentaba motores como si fuera butano. Pero cuando abrí los ojos me encontré a un troyano que me engañó para entrar y aún me sigo limpiando Me contaminó enterita, Así que ya de nada me voy fiando.

De mil colores Que regalo más hermoso el que nos hizo el señor, una delicia a los ojos con perfume, con olor, no hay cosa más natural y perfecta que una flor. Variadas y coloridas todas tienen un encanto, las flores para mi son vida ¡no saben ustedes cuanto!.

Pureza la rosa blanca, la roja: fuerza y pasión, la margarita: muy alegre, hasta tiene su canción, el clavel rojo: de genio de talante y de cortejo esa violeta preciosa que parece mariposa. En fin, hay muchas flores distintas de mil colores, a mi me gustan todas ellas, para mi todas son bellas.

Gitana La mano me cogió una gitana en la calle y que susto se llevó mirándome los detalles. Las líneas del corazón las tienes muy cruzaditas ¡Ay mi vida, que dolor! que de tiempo tan solita. La media naranja existe eso te lo aseguro yo pero la tuya esta perdía buscando el barco del arroz. A ver si aparece pronto y te llevas sorpresón Es un muchacho muy guapo que te querrá un montón. Se está cocinando muy lento por eso se retardó. Pero cuando por fin llegue te llenará de pasión y juntitos envejeceréis para siempre con amor. 16


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Luanha Moa (C.R) Agiofobia

De vestigios y arrebatos La tinta descompuesta, se traza a su antojo funesta, borrosa y caprichosa se aglutina en mi cabeza Emanacion insípida! Inexorables consignas me engullen letra tras letra Oh! Maldito acre del tiempo perdido Miseria en la mente y espíritu Pantano epistolar, Insano infierno de carne, lagrimas y sangre conocí tratando de imitar gestos del ser humano.

En esta carne profana anidan, un lamento enfurruñado y misterioso, un aroma a estiércol, miles de moscas saboreando el festín entre la oscuridad, y una tremenda pestilencia que los sumideros cubre. En el cerebro pululan las ratas y coronas amarillas elaboradas por rastros de pan y orina adornan mi arcana conciencia cual lóbrega cajita de Pandora En el pecho opresión, la nulidad de los sentidos y la sensibilidad muerta; Mi cuerpo, mente y alma, parecen rechazar mi sincretismo Mis vísceras están palpitantes todo el tiempo; Eso explica del por que de la debilidad de mi pensamiento No soy capaz de tan extenso raciocinio, mi vista pinta a gamas de todos los tintes de la neurastenia...

Bogando en pena

Ah querido mio Mi boca anda atormentada, quizás explique eso muchas de las debilidades de mi pensamiento, en esta fastidiosa y larga espera. Las vísceras siguen palpitantes junto con el reloj; Desde aquel día en la costanera, donde la bruma marina Golpeaba mis lágrimas, que caían borrosas y titilantes, Bajo los faroles que gritaban tu partida hacia el sur Mientras yo rígida como esfinge, no pude exclamar ni un adiós.

Paradoja existencial

El nudo aprieta, se hace corredizo el escenario, el telón moviliza polvorientos y dolidos arrebatos; Y justo ahí en acto las mas triste y vulgar de la condición humana... Ser humano 17


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Manuel Torres Carmona (Mex) Desenfreno Quiero calmar tu desenfreno, la tempestad que hay dentro de tu pecho que se agita violenta en tu desasosiego , de ese deseo erótico que grita y empuja por salir, quiero calmar el fuego que quema tu vientre por dentro, hambriento de deseo y aplacar las ansias de tu intimidad No habrá tregua entrelazándose las lenguas con caricias lentas, prodigándose la miel del placer prohibido desojándose la flor, y estremecerse de en el éxtasis de la entrega, solo con mis labios rozaré cada milímetro de piel, con besos traviesos con cuerpos hechos de fuego agitados y sudorosos, en el éxtasis de la ocasión disfrutar del oscuro rincón que se alía con nosotros para prodigarnos discreción en el derrame del amor, sofocar en nuestros cuerpos el anhelo retenido por tanto tiempo Quiero trasportarte a la seducción ,que me subyugues y me conduzcas a la tentación de tomarte y poseerte, no me importa si me conduces a la muerte, no me importa si después te pierdo o si luego no nos conocemos, que no importe clases sociales, solo un hombre y una mujer envueltos en placer y la seducción, tal vez escondidos porque su amor no es muy bien visto y no provocar el murmullo mal intencionado de ciertos seres humanos con envolturas de perfección y por no lastimar los compromisos de sus seres queridos, solo seremos tu y yo en la fantasía del amor y en el embeleso del calor de la piel y el deseo trasmitido con tus ojos sobre los míos

Melodía fúnebre La suave melodía de antaño en un disco viejo y muy usado , oyéndolo se mecía en su antiguo sillón, con los ojos entrecerrados con los años todos encima un triste anciano , recordando y reviviendo su pasado Su mente exploraba los errores cometidos que marcaron el comienzo de sus pesadillas en su ya de por si desgraciada vida Él todavía cree que es un mal sueño que todo tiene que pasar y que en algún momento el despertará Un álbum yace en el suelo abierto con fotos dispersadas por doquier y él en ellas recuerda el ayer resalta la de una bella dama fue su esposa que cautelosa se le fue por su extraño proceder. Las paredes de aquella habitación son mudos testigos de lo que sucede en su interior, una lagrima se asoma por cada rabillo de sus ojos para luego rodar por sus arrugadas mejillas, El vaivén de aquel viejo sillón lo trasporta a la décadas cuando él se creía Juan Camaney y lo estremecen los recuerdos. La lluvia empieza ligera afuera pero en su corazón hay un torrente de emociones y angustias encontradas y ya no caben las palabras solo quedan él y sus sufrimientos. Con sus manos arrugadas se toca su barba blanca y siente que su fin ya se acerca empuñando aquella arma El disco suena ya rayado pero ya no hay prisa por quitarlo porque el que lo estaba escuchando yace muerto a un costado No aguantó más sus remordimientos y se ha pegado un balazo, las gotas rojas del viscoso liquido como por azares del destino caen en esa foto manchando todo el rostro de la mujer que tanto amó Que ironía atrás de la foto de la mujer querida con letras muy bonitas él a ella le decía "Te amaré hasta morir" bonito epitafio para su tumba 18


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Marco González (Ven) La carretera vacía y María Era una noche sin luna, de esas de vivienda de esas viejas, con techos rojos de espantos. Rumbo a mi casa cansado del día tejas, limpia y bonita. Esperé que entrara y de trabajo me detuve a echar gasolina algo me alejé rumbo a la mía, cuando llegué ya esasustado ya no había gente y el tanque taba la comida servida. Mientras comía le fui estaba vacío. Se me acercó una bella dama contando a mi esposa lo sucedido. El frio que con un traje algo anticuado y me pidió que sentía, la carretera vacía, la muchacha que me la llevara, cosa que acepté ya que vivía acompañaba y como estaba vestida, que la cerca de mi casa. Se montó en el carro en dejé en el pueblo a más de media noche, que el momento en que llegó el encargado, mas no había ni luna ni estrellas. Ella me miró con dormido que despierto, me llenó el tanque, intriga y creo que pensó que todo eso era cancelé y me marché. Charlamos un poco. mentira, seguro pensó que estaba en un rumMe dijo estaba en una fiesta, que no pasó ba con esa chica y no estaba en el trabajo, nadie y por eso me pidió la llevara. Tenía benditos celos lo de la mujer mía. las luces altas encendidas pues la calle Al día siguiente me preparé temprano e invité estaba desierta y no pasaba ningún carro, a mi esposa a la casa de María, la que le di la cosa extraña en esa carretera. Yo iba cola anoche en esa noche tan fría. Ella mirando la carretera ella hablando sin pa- accedió pues no me creía, llegamos a la casa rar, no quería distraer mi mirada de la vía de la chica. Tocamos la puerta y salió una s pues casi no se veía, ni aun las estrellas. La eñora mayor, igual de vestida. Le pregunté por veía de reojo, sin dudas era muy bella pero María. Ella con asombro en su rostro me ese traje estaba pasado de moda, "Será preguntó ¿Qué María? Le expliqué que que la fiesta es de disfraces" pensé. anoche como a la una de la madrugada la deje Y así continué mi marcha mientras ella en su casa, esa misma donde ahora tocaba, hablaba que hablaba y yo con algo de que la traje de una estación de servicio donde angustia solo veía la carretera, se me hacía ponen gasolina. Extrañada, algo perpleja nos más larga y aun no pasaba ni un carro, todo dijo que pasáramos. Llamó a su esposo, un estaba vacío, no había luna ni estrellas, solo señor muy mayor que para caminar una oscuridad que helaba la sangre y la necesitaba un bastón, quien se sentó en su compañía como salida de la casa de mi silla, mientras ella buscaba un retrato. Me lo abuela. Le pregunté su nombre y me dijo enseñó y le dije "Si, esa es María. ¿Donde que se llamaba María y continuó hablando está? La Sra. Se puso a llorar y el señor como si no hubiera hablado en una década. levantándose la abrazó, consolándola, y me Se me cruzó un burro en la carretera, por dijo "Ella no está amigo, no sé de dónde poco nos mata, lo esquivé sobresaltado y saca eso que la trajo anoche, si ella murió hace ella tranquila. El corazón me latía a prisa, como veinte años. El susto de mi vida. No lo las piernas me temblaban y ella como que podía creer. Mi esposa celosa también se puso si nada hubiera ocurrido, parecía estaba fría. Espeluznante noticia lo que le había fumada. Al fin ví luces, era mi pueblo, ya ocurrido a mi vida. Me despedí, pedí disculpa faltaba poco para mi llegada Ella hablaba pero les dije que lo narrado no era mentira y que hablaba y yo ni la escuchaba solo ma- desde ese día tengo el tanque de gasolina nejaba, sentía un frio intenso y era verano, lleno porque jamás me vuelvo a parar a echar que cosa rara. la dejé en su casa, era una gasolina. 19


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María Luisa Benedicto (Esp) Gracias por todo Las calles de Londres estaban como siempre atestadas de vehículos. Tardamos más de hora en llegar a mi hogar. Por Dios, mi hogar. Qué bien sonaba. Cuando finalmente lo hice me sentí inmensamente tranquilo. Al abrir la puerta de la casa algo me extraño. La ausencia de Charly. No me acordaba que estaba con los Spencer. No me agrado aquel detalle. Me hubiera gustado que mi amigo peludo me estuviera esperando. Era una sensación agradable. Sin embargo la casa estaba absolutamente vacía. Cogí el correo. Dios, se me había olvidado que estábamos a cuatro. No debía haber dinero en la cuenta y el banco me reclamaba con su gracia habitual que tenía una deuda pendiente con ellos. El sueldo del SJ no era muy alto en contra de lo que pudiera parecer. No tenía muchos gastos sin embargo haciendo caso a Logan gran parte de mi dinero lo tenía en bonos de una corporación petrolífera de la que recibía beneficios al final del año. Era un asunto seguro según él. Espero que no falle y yo encuentre un trabajo pronto. Eso me pasa por terco. No me gusta eso de deber más que las cuotas de la casa. A primeros de año cambie el coche porque el otro simplemente reventó de viejo. Pague en efectivo pudiéndolo hacer en cómodos pagos mensuales. Me quede sin blanca. No es que vaya corto de dinero pero tampoco voy excesivamente sobrado. Así que debo ir al banco para arreglar el asunto. Veré a Jack el de la ventanilla. Un buen tipo. Siempre sonríe. Vayas a lo que vayas. El hombre es feliz. Nos llevamos bien. No con

el señor Roberts. El es muy estirado. Solo hace reverencias a los nuevos clientes. Decidí ir al otro día. Por ser cinco no pasaría nada. La entidad cierra a la una. Eran las dos y media y tenía hambre. No había tomado nada desde la noche anterior. Ni siquiera lo había hecho en el avión. Me dirigí al frigorífico. Estaba tan vació que me dieron ganas de llorar. Subí a la habitación y deje la maleta. Cuando iba a salir me pare para contemplar aquel ínfimo universo que era el mío. Tenía muy poco. Pero aquello me pertenecía, era mi pequeña victoria personal. No pasaría a la historia del mundo siendo un modesto profesor de Antropología. Mi vida no llevaría la etiqueta de envidiable. ¿Qué importaba eso? Martín Connery era relativamente feliz. No aspiraba a nada que no fuera pasad inadvertido. Sé que para mis alumnos del SJ fueran chicos o chicas yo era alguien respetable y eso valía la pena. Quizás ahora ejercería en otro lugar de menos enjundia. Eso no era relevante para mí. Lo único que me interesaba era que hubiera gente con inquietud de conocer aquello que a mí me apasionaba. Todo cuanto había conocido en el grandioso universo Glubers no debía alterarme. ¿Quién era yo para hacer de justiciero? No. Aquello me quedaba muy lejos y no podía aferrarme a esas miradas y palabras de algunos que solo estaban haciendo que me sintiera mal. Ahí en ese momento puse punto final a la historia. Me puse la gabardina y salí a tomar algo por ahí. Me dispuse a comer, lo necesitaba. Mis tripas estaban tan vacías que creo que emulaban al coro de Westminster un día de diluvio. 20


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Nesfran González (Ven) Cosmonautas I Un ángel con alas de lienzos desnudos revoletea entre los querubines absorto en un divagar ajeno da a conocer un rostro feliz en las pendientes y riberas de molinos corroídos por el tiempo

Vivir un segundo como andariegos exiliados de cualquier horizonte perteneciente a esta zona de cumbres y neblina cerca de los vértices de los cántaros de Acuario libres de cualquier antifaz

Palidece el día rindiendo alabanzas a la noche enternecido con la silueta de la Aurora Fragante luz que crece risueña desmayada sobre la sombra de un reflejo

IV No deseo ser aquel que habla aturdido por frases extasiadas dada una fiebre punzante de otrora primavera cantando la figura absuelta cuando delira la magia disecada

II Un día escribiste: »La soledad forma parte de mi hoy» antes de conocer a un par de cosmonautas náufragos de viejas penínsulas que no cesan de soñar y posar en lágrimas tórridas

No deseo ser aquel que se pierde sin la ayuda de un mapa ensombrecido por la madrugada preso de dudas y en el lodazal escalado por la promesa de unir los pecados nunca deseados

Ahora faltaran páginas donde manifiestes los recuerdos para vivir sin un futuro maleable y caprichoso conquistando el espacio que está a tu alrededor con rosas florecientes alrededor de Andrómeda

V Parece que todo ha terminado parece que la tormenta ha cesado ¿Se eclipsaron nuestros pensamientos? ¿Se ensombrecieron nuestras predicciones? nada de eso la ironía se abre paso

III Lejos de este mundo existe un lugar próximo y distante donde es posible pensar en una deserción !Sí! huir de los prejuicios y la monotonía donde los clamores se tornan azules

Suntuosas promesas hoy negamos lo que ayer afirmamos la estación pasada fue confusa vaga y sin cauce. Nadie se conocía. esta primavera viene anidando máscaras otro gesto otro grito otra morbosidad 21


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Nildo Julio Orta (Cuba) El primer escalón Sintió llegar su nombre desde sus espaldas. Al girar, todavía poniendo el pie derecho en el primer escalón, percibió el vértigo de su incredulidad ante la imagen que buscaba sin que apareciera. Detuvo el movimiento y esperó en silencio. El tiempo echaba barbas mientras dos gorriones hacían el amor en el tendido eléctrico. Se preguntó si sería un amor de alto voltaje o solo un orgasmo en cortocircuito. El llamado no se repitió. Recordó la edad a la que había arribado e irónicamente sonrío resignado. Reiniciaba el movimiento cuando volvió a escuchar la voz que le llamaba. Paralizado, sintió con estupor un escalofrío que a alta velocidad ascendía por su columna vertebral, después de abandonar sus genitales y levantar a su paso cada uno de los poros de su piel. Nuevamente el silencio y los ojos escudriñando por los entre pisos y el oído aguzado sin percibir retorno. Recuperó el aliento y con el pie aun en el primer escalón cree haber pronunciado un ¿!qué¡? lamentable y quejoso, solícito y alucinante. La verdad es que sus labios se mantenían fuertemente unidos así como sus nalgas, evitando emitir cualquier otro sonido corporal. Los gorriones se mataban sexualmente en el cable eléctrico y el calambre en su pie derecho parecía abarcar toda la escalera.

Esta vez dio un paso atrás y aferró su oído a la pared del apartamento vecino, queriendo arrancarle una confesión culposa o descubrir algún jodedor que había logrado reducir su escroto a la mínima expresión. No era supersticioso, no creía en nada ni se consultaba por la madrugada, como la canción. No le interesaba la biblia pero estaba deseoso, ansioso, angustiado e irritado por no saber de dónde le llegaba ese llamado tan acojonante, que lo mantenía como estatua, mientas el gorrión macho volvía sobre el lomo de su pareja, lo cual le generaba una atorrante pasioncilla, en medio de la situación. Miró a sus pies y se encontró con un grillo que estaba isométricamente entre calcañal y calcañal. Sonrió a carcajadas recordando el cuento de Pinocho. Tomo al grillo en su diestra y le dirigió una tierna mirada de "hola mi conciencia" volviéndolo a soltar sobre la jardinera. Muy contento puso el pie, el izquierdo esta vez, en el primer escalón y cuando se disponía alcanzar el segundo, sintió moverse su tobillo izquierdo violentamente hacia fuera del pie. Perdió el equilibrio y rodó por la escalera volteando sobre su cuerpo, deteniendo el movimiento con la cabeza entre el descanso de la escalera y la pared frontal.

En el tendido eléctrico el gorrión macho aleteaba desafiante en señal de superioridad y placer alrededor de su hembra, seguramente fecundada. El grillo de un salto abandonó la jardinera y fue a caer en el primer escalón. Notó que apretaba con fuerza brutal el Observó el cuerpo inmóvil, siete peldaños más pasamanos y decidió aflojar la tensión. El pie abajo y se metió por un hueco del entrepiso. izquierdo, que se mantenía en el descanso de la escalera fue cediendo e hizo una cuclillas El sol brillaba en todo su esplendor y la brisa en forma de tijera, hasta mirar por debajo de arrastró, desde la jardinera, una flor de romerillo la puerta de su departamento. En eso estaba hasta hacerla caer caprichosamente por los cuando escuchó tenuemente su nombre. escalones. 22


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Oscar Leonardo Cruz (C.R) El espejo

Los murmullos del agua acarreaban olores de jazmín, era el río que caminando entregaba fragancias a la ventana de Isabel, apenas interponiéndose un árbol de Targuá nublaba la vista del retoño, árbol que cuando consideraba oportuno soltaba sus hojas, el suave rumor acariciaba el oído de la niña entregándole palabras dulces, me gusta como eres vocalizaban las aguas, me gusta como eres... -¡Isabel!, un grito se colaba entre los tablones de la casa. “¡Isabel ven a la cocina!”. Recogió la niña sus mechones -Ya voy mamá Al llegar no encontró a su madre, pero vislumbró un paquete de papel sobre la mesa torcida de su casa y se aproximó. Saltó sorpresivamente la madre a sus espaldas -¡Feliz cumpleaños!. Tomó la madre a su hija del brazo y enterró 12 besos en su frente, uno por cada año. Apresuró el paso la niña y entre una bolsa de papel descubrió su regalo. -¿¡Un espejo!? -Sí, aunque es más que eso, en tus manos tienes la pertenencia más preciada de tu abuela, que en paz descanse. Tomó la niña lo suyo y se abalanzó sobre su camastro. Era una pieza fina con borde de Nazareno y puño de plata, apenas un barniz opaco cubría su madera, el óvalo bien delineado no encajaba con su pocilga, cuarto del que asomaban cucarachas de día y roedores infernales por la noche. Miró fijamente el objeto y quedó prendida de él. Ese mismo día fantaseo en el cristal, el cual proyectaba otra habitación pintada con un rosado pastel y una cómoda inexistente fabricada con el mismo Nazareno, sobre esta un joyero repleto de alhajas e infinidad de haberes costosos; se detuvo y restregó sus ojos pues una cama con sábanas perfectamente bordadas albergaba incalculable cantidad de vestidos. Así pasó su día y pronto tres… Cada vez encontraba cosas nuevas que el robaban el tiempo, el sueño y sobre todo su

apetito. Un día vio a un hombre apuesto que se asía a la mano de una hermosa mujer, la conducía entre un salón enorme y luego súbitamente la incrustó en su carruaje; después y sentados le colgaba collares mientras besaba su cuello, fue entonces que la llamó Isabel. Pronto sus imágenes adquirían fuerza, los aromas de jazmín pasaban desapercibidos y el riachuelo que una vez mojara la blancura de sus pies luchaba contra el cristal. Reventaban los botones de las flores y no había quien lo notara. Fue entonces cuando el Targuá soltó una hoja a su antojo y mientras esta caía un rayo de luz se coló entre las ramas y también fue en ese momento que la vio. La luz proyectaba sobre el espejo una imagen espeluznante, una joven horrible y con una sonrisa presumida e infernal; los ojos de aquella visión parecían enloquecidos de codicia, mientras ojerudos pómulos la miraban fijo a los ojos, fue una mirada de asco la que mostraba su endemoniada visión. No tardó más de cinco minutos, fue justo cuando corrió hacia el río, en batas llevaba el espejo aferrado a su mano, sus pisadas entre el monte cortaban los tallos de las flores, mientras, corridos lagrimones reventaban aquellos botones inmaduros, era suya el agua. Su madre la vio con una mirada de triunfo desde la ventana. Tendida en el suelo Isabel tranqueó su nariz y dejó morir un último suspiro ahí. Ahora frecuenta el río, sus risos tocan la ternura de las aguas, líquido que mece el tono rojizo de su cabello, mientras sus rumores al golpe de las piedras le susurran al oído… me gusta como eres…me gusta como eres...Corriente abajo cristales en mil pedazos se esconden entre las orillas y con costo un puño plateado asoma entre el barro. Tuvo miedo Isabel de lo que aquel día vio, era fácil fantasear en el cristal, pero era difícil aceptar que aquella terrible visión era el reflejo que ella empezaba a proyectar sobre el vidrio. 23


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Oscar Mario Cruz (C.R) Angustia en el huerto El huerto sombreaba rumores por la noche. Parecía dormirse en su letargo. Siempre había estado fuera de la ciudad. Sus oídos estaban acostumbrados a escuchar el regateo de la compra y venta de cuanto pudiese ser lícito o ilícitamente vendido o comprado; sobre todo para la preparación para la gran día fiesta que anualmente celebraba el pueblo. Su silencio era cómplice de encuentros amorosos entre sus árboles. ¡Sí… siempre estaba allí, como testigo que todo sabe y calla! Esa noche… quizás entre marzo y abril, detrás de una roca de la mitad de un hombre, en el huerto, estaba él ocultándose. No tenía escapatoria. Lo perseguían sí. Sentía que no podía pagar esa enorme deuda. Parecía fácil no hacerlo. Bastaba huir. Pero era tarde; había optado por el suicidio. En la ciudad se acorralaban los animales para la gran fiesta… El bullicio de ella contrastaba con lo que iniciaba entre penumbras en el huerto. Él nunca había experimentado el miedo aterrador de querer seguir viviendo cuando es cercano el fallecimiento. Sabía que iba a morir. Esperaba cruzar la frontera entre la vida y la muerte. Se sentía perdido… “El huerto se veía como un laberinto de angustia que no mostraba cómo sacarlo de su pecho”. Había tomado la decisión después de cenar con sus amigos. Aquella bebida, sin que ellos lo notaran, comenzaba a manifestar sus efectos. La taquicardia con el recuerdo entremezclaban sus pensamientos. La mente, delirante y viajera, gravitaba entre el presente, el pasado y el futuro. Su imaginación le mostró una visión escalofriante: Un ligero temblor y las entrañas de la tierra lacerada por experimentos nucleares. “¡Gritos, llantos, destrucción…!” Toda una visión apocalíptica y desbastadora de terremotos y tsunamis” El efecto dominó de la energía liberada. Fuera de la atmósfera terrestre y con dificultad él orbitaba el globo… “Tenía miedo de golpearse con objetos extraños que viajaban alrededor”. Era incontable basura espacial que al caer, se apreciaban como estrellas fugaces por la gente, allá abajo. Una enorme nave

secreta de forma circular, y otras similares no registradas por radares convencionales, transportaban y depositaban material nuclear o experimentaban en algunos puntos del planeta. Escuchó que algunos decían: - “¡Un OVNI… UN OVNI!” - Y, apoyándose en la percepción como extraterrestres o seudodioses provenientes de otras galaxias…continuaron invadiendo espacios aéreos de las naciones sin mayor dificultad. Pero él no había salido del huerto. El entorno se enfriaba cada vez. Su presión sanguínea lo desestabilizaba. En su delirio casi esquizofrénico su sudor se vestía de gotas de sangre que se filtraban en tierra. De nuevo el recuerdo de su última bebida comprometedora y fatal. Había que pagar lo adeudado. “¡Se resistía… quería vivir”! “¿Por qué iba a pagar una deuda que no era suya… era injusto!” Demasiado tarde, como las mismas horas que avanzaban en la noche. La luna llena perpendicularmente iluminó su rostro y algunas piedras que estaban a su alrededor. Viéndolas, recordó sembradores que imitaba siendo niño, cuando lanzaba semillas entre ellas, los espinos y la misma tierra. Postrándose en la misma roca, de cara con la musa nocturna, dejó que un rayo plateado, semejando a un ángel, lo sedara. Su muerte en vida se debatía en el huerto... «¡ Era su s uicidio»! -“De pronto una turba entró en el huerto… enían por él” – Un amigo suyo saliendo de entre ella le saludó diciendo: - ¡Salve Maestro! – Y le beso en la mejilla. - Judas: ¡Con un beso entregas al Hijo del hombre...?¡»Fue tomado preso como un malhechor...»! Una suave brisa penetró entre los árboles del huerto. La angustia y la desesperación se iban con él. Se lo llevaron para que terminara de pagar la deuda de toda la humanidad que no era suya, muriendo en vida. El vino que había bebido en la última cena había sido su tormento en el huerto, el compromiso de una nueva y definitiva alianza. 24


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Oscar Néstor Galante (Arg) Origenes

No logro expresarlo

Busco mi origen sólo en los lugares que muestren irredenta la absoluta verdad.

No puedo expresar que siente mi espíritu en las noches como esta que aterra de frío, ni puedo explicar que es lo que se siente cuando siendo un hombre, acaso no soy mío.

Pero no lo hallo con facilidad y esto que se muestra es todo.

Pues camino en las calles sin preocupaciones. Si hasta mi piel roza ropa fina. Cuando llego al hogar encuentro en mi puerta dos ojos de un niño, llorosos , perdidos..

Con eso vuelvo a buscar sin cansancio alguno, sin desfallecer ni un momento.

Sus manos heladas, su alma quebrada hacen de su vida que no sea niño. Él golpea mi puerta casi sin fuerzas y su voz es débil, casi sin sonidos.

Discúlpame Disculpa a mi boca pues mis tontos labios hallan placer y dulzura en tus lugares mas queridos. Disculpo a mis ojos por posarse con insistencia en tus pupìlas radiantes plenas de luz y de encuentros. Excusa a tu aroma cuando de mi se apodera al acercarme a tu lado para derribar mis barreras. Perdona por no apercibirme mucho antes de ahora que tu eres la única que anhela mi amor. Discúlpame por no recordar como es vivir un sueño y gozar al hacerlo sólo hasta despertar.

Cuando se retira con verguenza lo observo y se pierde su figura cuando esto digo. Parece que vuelve y me dice de nuevo que es lo que se siente ser niño y mendigo. Entonces reparo cuanta suerte tengo,. caliente mi casa, cómoda mi cama, y me espera un plato de suculenta comida mientras a ese niño lo roe la vida. Ajeno a todo esto, corre a los pájaros, juega con los chicos que tiene a su lado. Y espera unas monedas que otros le brindan para luego poder calmar su hambre y su frío.

Nano poemas Se ha marchado mi pasado, al futuro no lo conozco. El presente es lo que existe y ya volando se aleja. II Soy viajero en el tiempo con el fin de visitar lugares deseados donde jamás he estado. 25


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Rosaura Imbachi Alarcón (Col) Aterrado el cadáver Decían que la guerrilla había entrado al Morro y que entre disparos cruzados con las tropas del ejército le dieron a uno de los subversivos. El Morro era un caserío anclado en medio de montañas donde se había construido la "concentración rural del Morro", una institución de enseñanzas media, denominada así porque se pretendía llegar a los estudiantes hijos de campesinos de bajos recursos interesados en el estudio del agro. El caserío estaba cerca de la pequeña ciudad de Bolívar, tal vez a unos veinticinco minutos en automóvil. Aquí se daban cita los padres de familia que en vacaciones o en días feriados venían desde los más alejados pueblos y veredas a visitar a sus hijos que permanecían en este internado que daba alojamiento y alimento durante su permanencia en el plantel. Hasta aquí llegó el hombre huyendo de los militares que venían tras él en cacería y que en medio de uno de sus recintos quedó tendido cuando dos balas de fusil se incrustaron en su cuerpo. Aquel día, el sol arreciaba fuertemente y pocas personas transitaban las calles temerosos de los acontecimientos que se avecinaban. Corría el año 1985, sus pacíficos habitantes, en su mayoría obreros de parcelas, empleados del municipio, docentes, pensionados y estudiantes que gustaban del disfrute sano y donde sus tranquilas calles invitaban al paseo nocturno sin que esto conllevase riesgo. Rayaban las cuatro de la tarde cuando el ejército incursionó en las calles de Bolívar inundando todos los flancos posibles escondiéndose entre los salientes de las paredes y sobre las gradas que abundaban en los andenes. Los cañones de los fusiles sobresalían entre de sus escondites y los soldados no sabían hacia dónde apuntar porque sus habitantes llenos de terror se adentraban en sus casa buscando un refugio seguro y estos aguardaban con el corazón retumbante esperando un ataque que nunca se dio porque de todo se daba aquí, menos de subversión. El toque de queda fue decretado.

El nerviosismo fue el acompañante de los habitantes en esa noche de misterios. El nuevo día llegó y todos esperaban impacientes el cadáver del tal "subversivo" que llegaría al medio día a la iglesia de la Santísima Trinidad, donde se celebraría una misa por el alma del difunto y luego el cadáver sería transportado al cementerio recorriendo las principales calles de la ciudad para al fin ser depositado en su tumba. El cortejo fúnebre que acompañaba al cadáver se desplazaba nervioso, aproximadamente unas quinientas personas habían acudido más por curiosidad que por obra de misericordia. El ejército estaba apostado en todas las calles y sobre algunos techos altos desde donde vigilaban el desfile. No habían logrado la mitad del recorrido, cuando un disparo de fusil salido de un soldado nervioso retumbó en las calles. -"Al suelo"- gritó alguien. Los más valientes se tiraron al suelo, los otros corrían enloquecidos pasando sobre los que estaban en el piso. Unos murmuraban oraciones, otros gritaban y la muchedumbre enloquecida vociferaba: -"¡entró la guerrilla!". En sus casas los más temerosos que ni siquiera se atrevieron a asomarse a la calle decían para sus adentros: -"Si, era de esperarse, los guerrilleros vendrían a recuperar el cadáver!". Ocho eran los que cargaban el ataúd. Los ocho corrieron a resguardarse. El ataúd cayó al piso y el cadáver rodó por el suelo confundiéndose con los caídos que estaban más cerca quedando boca arriba. Todos gritaban y los disparos salían en ráfagas hacia todas direcciones. Muchas balas, miles tal vez retumbaron y tenebrosas recorrieron las calles. Cinco minutos después cesaron. No hubo heridos ni muertos. Solo terror. Los más sensatos se levantaron y se dieron a la tarea de recuperar el cadáver para volverlo a su sitio. Al cementerio llegó acompañado de cincuenta personas. Fueron los más valientes... o quizá... los más curiosos. La verdad quedó en el aire. Del difunto nunca se supo su procedencia. 26


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Sandra Roldan (Arg) Percepción En el escenario de la vida mentiras cuestionadoras por mitómanos acaudalados... Dedos acusadores crucifican y delatan la bendita locura del sentir. Análisis exhaustivo de los porque, donde y cuando dejando de lado los motivos valederos de los cambios. competencia lúdica de mostrar y demostrar quien está libre de pecados... Ceguera enjuiciadora de jueces y verdugos creyendo que la única justicia valedera es la racionalidad. Mientras tanto sigo a través de mis cristales viendo y sintiendo la única forma de existencia.

Encrucijada Aquí estoy... navegando entre el desconcierto de lo cierto irremediablemente buscándote una y otra vez. Aquí estoy... refrenando mis sentidos y escondíendome del grito cargado de placer que tu me provocaste... Que aun hoy me sigues provocando... Te niego con una afirmación poco relevante y mentirosa... Escapo a tu aroma tu mirada.... A mis ganas infinitas... Reprimo mis instintos desatados por tus manos

en aquellas caricias colonizadoras... Aquí estoy tratando de arrancarte de mi piel de mis neuronas de mi sexo hambriento tratando de arrancarte de mi historia... Porque así es... Porque así debería... Porque así lo quiero...

Deseo Rescátame y hazme anónima en mi propia historia logra que olvide mi pasado, mi presente. LLévame lejos, muy lejos donde tu existes junto a ti, por ti, para ti. Arrebátame la ética, protocolos y procederes permíteme ser políticamente incorrecta y sentir... Aléjame de mi rutina tediosa y calcinante inúndame del deseo incomprensible que me despiertas, que me provocas... Silénciame y sólo deja que escuche la brisa del viento en la montaña en la inmensidad de la nada donde tu perteneces... Poseeme ponte en paralelo con mi cuerpo mirándome a los ojos humedéceme con el calor de tu aliento... Encuéntrame porque estoy perdida porque eres lo que busco porque incomprensiblemente te pienso... Y Sálvame más allá de todo en la infinidad del Universo en la conjunción de las palabras... 27


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Sergio Dávila Castellón (Nic) Antes y después Antes de conocerte, me extasiaba del sol naciente todas las mañanas, Del rubio crepúsculo que agonizaba, y de la majestad de las montañas.

Hoy no gozo del sol ni las estrellas, he olvidado las cosas que yo amaba, ya no leo ni pinto cosas bellas, ni persigo la Poesía que anhelaba.

Gozaba de los ríos, de las risueñas voces que aun de lejos triplicaban la alegría de mis sueños como trozos de arco iris en mil espejos.

Hoy mis instrumentos todos están llenos de polvo en el olvido. Peor aun y de todos modos estoy en desconsuelo yo sumido.

Antes de conocerte, contemplaba el vuelo de los pájaros y de las gaviotas que me estimulaban el anhelo de escuchar de la música las notas.

Y todo por haberte conocido. De no haber sido así, aun sería todo lo impetuoso que yo he sido, tendría aun lo que tenía.

Me hundía en libros y en mis poesías, cantaba a Dios, a la Madre Natura, era tan ardiente en aquellos días, que vivía feliz en mi locura.

Al perderte a ti, todo he perdido, porque hoy sería feliz, como antes era, era mejor no haberte conocido ¡Pluguiera a Dios que así lo fuera!

Antes de ti yo era feliz, mas lo ignoraba, quería aun más ardor a la vehemencia que ya Dios a mi alma daba, más nunca se alejaba mi impaciencia. Al conocerte a ti, cambió mi vida, quise aumentar solo contigo toda mi alegría sin medida esperando yo de ti solo tu abrigo. Quise gozar de toda la existencia, de todo lo que era exuberancia que transformara ahora en quintaesencia para juntarlo todo a tu fragancia. Mas luego, de mí tú te esfumaste como lo hace en el mar la gris neblina. ¡Qué honda herida me dejaste convirtiéndome en despojos de una ruina!

Quiero Quiero fundir mi cuerpo con el tuyo, ser una sola masa contigo, juntar tus sentimientos con los míos, unir mis emociones con las tuyas. Quiero formar, de los dos, uno, tan sólo uno contigo quiero ser: un sólo querer, un sólo pensamiento, una sola alma en dos cuerpos, un solo corazón en dos almas... Quiero que ya nuestro amor nos arrebate a los dos en éxtasis y ardor; que estalle de repente, y se funda incandescente en el incendio candente ¡Del Amor de Dios! 28


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Sonshire Ynes Fernández (Ven) Cenizas Tiempo

Me revuelco en las cenizas de la antigua hoguera, cierro mis ojos y aún me quema, de su otrora fuego encandilada el alma queda, lucho con su exigua llama el agua que emana de mis lágrimas logra al fin apaciguar la fugaz flama, como el ave fénix surjo de sus cenizas remonto el vuelo hacia el cielo, liberada. Vislumbro ancho el horizonte hacia el rojo atardecer se dirige mi querencia esperanzada. Donde hubo fuego cenizas quedan.

Presurosa pasa la vida dejándonos con la sensación de las horas perdidas sin tener ya la emoción ni la fuerza contenida. Que inútil nos parece ahora todas las batallas tenidas, si hubiésemos disfrutado la paz no tendríamos tantas heridas. Al hacernos viejos comprendemos como de jóvenes éramos gastando la vida aprisa ahora que se nos acaba volvemos la vista atrás. Contemplamos los recuerdos con los ojos anegados ¿Quien no los diría? sin darnos cuenta esa puerta se abriría. No hay marcha atrás no volvemos al momento en que la suerte nos daría muchos años por delante y que así los cambiaríamos. Solo nos queda rezar por la muerte generosa que por nosotros esperaría para dejarnos un poco más y entonces disfrutar de todo aquello que teníamos.

Hacerte el amor

Concédeme hacerte el amor con las palabras cierra tus ojos y escúchalas que te acaricien la dermis y te enerven decírtelas todas, una a una, muy despacio colocarlas sobre ti suavemente pronunciadas con cada una de ellas elevarte al éxtasis exclamar las prohibidas pregonar las deseadas esconderlas entre tus pliegues humedecerlas con tus jugos Y en el clímax de mi verso, quedando mi lengua, ya de ellas extenuada quedarme muda. Y así declararte todo, solo con la mirada. 29


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Tibisay Izaguirre (Ven) Lunas y reflejos

Bajo esta luna Se me antoja esta luna para amarte, plata y lánguida, lumbrera esplendente, centelleada en el sutil reflejo del cristal acuoso. Bajo su hechizo anochecido y quieto, seremos cautivas sombras de pieles sedientas. Ofrendaremos el aroma único del amor, de nuestro primer y último amor, en una brisada noche, cuando entre dulzores y fuego, bajo esta luna… nos amemos.

Promesa Acompasaré tus soledades sembrando para tí jardines de rosas blancas. Pintaré con luceros cada noche oscura de tu nostálgica espera. Te invitaré a soñar fantaseando una comunión sin nombre, en el sentir armonioso de nuestros anhelados encuentros.

Y seremos, alegoría omisa de la palabra atrevida, gritos acallados de un sentimiento que subyace y florece entre las mágicas notas

Cuando un poeta ama Se abren los espacios, se quiebran los tiempos, el sol torna la luna en una estrella, calla el universo, nace el silencio. Abanica con amor la sordidez de la vida, ilumina el pensamiento y rayos luminosos brotan de la palabra. La noche ya no es lúgubre es hermosa, el cuervo no es mas cuervo es festiva mariposa, el huracán es sólo una suave brisa.

Cuando veas el reflejo de una luna llena, sumergirse en el negro azul... de una lejana playa, y los luceros asomarse para verla en el espejo profundo de sus aguas. Cuando el plateado reflejo de las olas pinte unicornios en sus crestas, y Venus suspirante te cobije ofreciendo resplandor a tus estrellas. Cuando quieras convertirte en noche, fluir en lo profundo del silencio, ofrendar la vida en un suspiro y en ese instante detener el tiempo.

Cuando sientas deseos de caminar la noche cabalgando en las alas de un poema... y su luz sea la llama de quien palpita El ser amado es deidad, ya en tu y cada beso una total entrega, pensamiento... un holocausto a la muerte. Sólo entonces ...sabrás que tienes vida... Cuando un poeta ama... y sólo entonces serás ... la vida no es un instante el reflejo del amor es una fuga eterna. ...en una luna llena. 30


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Yumara Moyertone (Ven) Quiero que me poseas Quiero que me poseas lentamente y sin prisa, que la noche se haga día, que me beses hasta la risa Que nuestros cuerpos se unan mas allá de la cordura y que me hagas llegar con tus movimientos hasta la luna Quiero que me sientas cuando cabalgo en tu cintura y que no me dejes caer, quiero seguir atada a tu montura Que tus manos sean seda que recorran mi censura, que mis senos sean tu más delicada atadura Quiero poder tener tu volcán entre mis labios y que al darte placer me digas cundo ya estés llegando Quiero que me llenes de ti hasta lo más profundo de mi ser y que estas ganas nos unan hasta más no poder Quiero que en un orgasmo profundo y ambicioso escuches cuando te diga por favor no pares, estoy llegando a sentir lo más hermoso

Pasos Hazme el amor lentamente, deja que mi cuerpo te diga los pasos Rózame dócilmente o feroz como un demente, acaríciame los senos con tu boca hasta que me mires como loca Quiero sentirte sobre mí, acostado o posiblemente parados, sentirte entre mis piernas como un timón anclado. Que tus dedos sean tu sexo e indaguen cada rincón del mío, que sientas como se contrae , volatiliza y quema hasta que te llenas. Toca mi punto de placer y hazme en un rico e intenso orgasmo por un momento desaparecer. Llévame contigo Llévame contigo y has que esta soledad se trasforme en deseo, que este mar de dudas desaparezca, que mis sentimientos se acoplen a los tuyos, y que tus sueños y los míos sean uno, deja que mis manos sientan tu cuerpo, tu alma y tu esencia, quiero explorar tus emociones quiero vivir tus pasiones, llévame contigo así me resista, toma mi mano con paciencia y a mi alma átala con sutileza. 31


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