Caminos escolares

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Proyecto De Mayor a Menor

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Ilustración del libro Del camino lo que vi de Dúo Karma

Ya sale el sol, amaneció

Empezó la mañana y con ella, a la escuela voy Ya sale el sol, amaneció Ya escuchó sonar la campana, late el corazón El que vino a caballo ¿Quién?

Que dibuje un zapallo Y el que vino en bicicleta ¿Quién?

Que dibuje una trompeta Y quien vino caminando ¿Quién?

Que dibuje un naranjo Y el que vino haciendo dedo Que haga un monstruo que nos de miedo

Letra: Camino del sol de Pim Pau

Recorrido de mi casa a la escuela

El camino de tierra, Los animales pastando, Las nubes y mirar sus formas, Los montes y las distancias, La polvareda, La señorita esperándonos para darnos la BIENVENIDA.

Mónica Vilches

Cosas que me importaban cuando iba y volvía de la escuela:

Las vainillas, mirar Chiquititas, pasar con mi hermano por la casa de la bruja, el mate de mamá, las tostadas con manteca y azúcar de la casa de la tía.

Cuando me llevaba mi papá , escuchar los tres bocinazos que tocaba mientras yo corría por el hall de entrada para que la portera no cierre la puerta...

Natalia Suarez

Ir a la bandera para izarla, el guardapolvo con tablas, el semáforo de la esquina, el olor a café con leche de mañana, veredas amplias.

Jorgelina

Pasar por debajo de los paraísos de la esquina/ Saltar alto y cortar un ramito de flores para la seño/ "Subir" la vía y cruzar del otro lado / Entrar al jardín de infantes por la primaria / Subir la escalera larga y empinada/ Cantar a la bandera en fila frente a un mástil bajito / Felicidad.

El té que mamá me servía pero que nunca tomaba/ Mamá peinándome los rulos para ir prolija " a la escuela / La música del noticiero de las 7 / Las calles de tierra y la escarcha blanca en el pasto/ Veredas llenas de plátanos y en otoño caminar pisando hojas secas/ Pasar por el kiosco y comprar merengadas/ Mi seño Alicia recibiéndome tan alta y tan impecablemente coqueta/

Nancy

Tkauz

El aroma de la leche con cascarilla que hacia mamá,

El portafolio,

Cortar flores para llevarle a la seño,

Camino a la escuela saltar entre los ladrillos,

La galletita antes de entrar al cole,

El sonido de la campana.

Irene Inés Mediote

Pisar la escarcha / Escuchar el ruido de los aviones / Mirar al cielo cuando pasaban / Ir saltando con la soga. En cada lugar donde viví tengo un recuerdo distinto, en este dibujo exprese cuando vivía cerca de la base área del Palomar, siempre a una hora determinaba pasaban los aviones tan cerca de uno o muy bajos, nos encontrábamos con mis compañeros para poder verlos y el recorrido lo hacíamos con mi papá y hermana a veces íbamos saltando con la soga.

Mariel Beracochea

El zorzal cantando confiando en la inminente salida del sol, mi cuerpo ensimismado lejos del deseo de empezar el día, el túnel subterráneo, atajo a la escuela, la enorme alegría de encontrar compañeres de juegos antes de la campana, la mirada de mi hermana, cómplice de cada memoria de infancia.

Juntar flores del Jacaranda, el mate cocido con pan de la cocinera, la casa abandonada camino a la escuela, las mandarinas que entregaban a la salida, el kiosco de la escuela, los juegos del recreo, la kermese de fiestas como el día del niño.

Un llamado de mamá como único despertador.

El mate cocido con galletitas. Alistar las bicicletas y salir (llueva o truene, no se faltaba).

Ser la última en entrar a la escuela (por la bici).

Los recreos intercambiando figuritas de Chiquititas. El kiosco de la escuela y las galletitas de manteca a $0,25.

El cariño de las maestras. El maní con cáscara que traía mamá cuando aún no teníamos bicicleta propia: había que volver caminando. La vergüenza cuando ella robaba plantas por las veredas para nutrir su jardín, mientras alguna de nosotras sostenía la bicicleta.

Las veces que volvimos con el abuelo, siempre siguiendo su espalda.

El hermanito menor esperando en casa. El almuerzo viendo tele con mi hermana, o las tardes de música, maní y coca cola con papá. La siesta de la tarde con el cuarto a oscuras. La tarea para casa. La merienda viendo el programa de moda.

Camila Pineda Gómez

Recuerdo el micro, el señor del micro, la celadora, los amigos y amigas que hice en esos viajes a la escuela, los picnics arriba del micro, las paradas a la plaza. Lo que más recuerdo es la felicidad y la alegría de todos y todas cuando sabíamos que iba a parar en la plaza para que pudiéramos jugar.

El camino a la escuela tiene el perfume a otoño, el sonido de un nido que recién se despierta. El roce del guardapolvo, los bolsillos llenos de figuritas. El silbido del tren al cruzar las vías. El apuro por llegar a tiempo. El kiosco repleto de manitos que piden caramelos. La bandera en lo alto, la canción en forma de saludo. Buenos días señora directora!! Saber que hemos llegado.

Victoria Gerling

Abrigarse mucho en invierno antes de salir para la escuela porque los zapatos eran de suela de madera baja y nos agarrábamos unos sabañones ¡tremendos!

Ni queríamos contarle a mamá porque entonces te llamaba y te agarraba los pies con Ortiga para curarte. Les aseguro que era preferible el dolor de los sabañones al picor de la Ortiga.

También recuerdo que en esas mañanas frías de invierno, esperaba a que comenzara a pasar el desfile de chicos hacia la escuela. Mi casa quedaba a tres cuadras del colegio, pero...Había que cruzar un puente... un temerario puente que separaba mi casa de la escuela. El miedo no era solo por el humo que salía del arroyo al estar helado... Existía un rumor de que bajo el arroyo se escondía un sátiro que solía agarrar a los chicos que andaban solos. Por ese motivo como yo iba sola a la escuela, trataba de seguir a la caravana de niñes.

Cuando llegaba a la escuela era un placer llegar al lugar donde te esperaba la seño siempre con una sonrisa.

Los juegos del patio eran los momentos más esperados. Jugábamos todo tipo de juegos populares: soga con canciones y rituales, elástico, escondidas, pelota, etc. Recuerdo que el desayuno era conjunto. A nosotros nos traían leche o mate cocido con galletitas o pancitos con dulce de batata y a la maestra café de malta con galletitas.

Los festejos de las fiestas patrias eran todo un ritual. En casi todos los actos se bailaba algún baile español o Italiano: la jota, muñeiras, tarantela, etc.

A la salida, siempre íbamos con algunos compañeros un ratito a la plaza que quedaba frente a la escuela. Las hamacas, el tobogan, el subibaja, correr un rato, ser libres jugando un ratito.

Desde la plaza veíamos un colegio de monjas que desde las ventanas veíamos a chicas más grandes que estaban pupilas. y solíamos pensar ¡Qué pena que las tengan encerradas!

Recuerdo que al terminar los actos siempre recibíamos pastelitos con almíbar y chocolate caliente. ¡Era la mejor parte del día! solo en ocasiones había churros!

Saliendo de los bailes por lo demás eran tipo desfile militar.

Si bien era una escuela de barrio en Provincia de BS. AS. La vestimenta que llevaba no era importante ya que teníamos el guardapolvo arriba. Un guardapolvo de tablitas que debía estar impecable de limpio y planchado. Además el cabello debía estar recogido y con cintas. Muy prolijita.

Recuerdo que muchas veces contraje piojo...y como consecuencia las seños te revisaban el patio de la escuela. al que encontraban piojos o liendres lo mandaba a dirección para que le dieran Detebencil. Un producto que donaba un laboratorio para las cabezas de los niñes. Que horror, toda mi infancia fui piojosa. Pero mi mamá tenía algunos métodos paliativos como el vinagre, palo amargo, etc.

Noemí

Correcaminos

Mi mamá tenía un quiosco y tres niños en edad primaria. Todos los días llegaba tarde a la escuela porque otras madres y niños pasaban por nuestro quiosco, a último momento, por un mapa o una cartulina que necesitaban. Mamá cargaba su Citroen con tres niños para ir volando al barrio vecino, pero para atravesar la autopista que irónicamente se llama Acceso, debíamos dar un desvío. El Citroen volaba y en cada esquina sentíamos que se iba a dar vuelta, así que cargábamos nuestro peso en el lado contrario. Y cada tarde, regresaba cuando todos los niños se habían ido. En ese entonces esperábamos afuera, no como ahora. Si ese día nos tocaba catequesis, mamá nos traía una leche chocolatada en un vasito tupperware junto a una tortita raspada que es como una cremona pero más compacta. Nos quedábamos un suspiro, justo lo necesario para tomar la leche y, volábamos de nuevo, con prisas y pendientes de la próxima curva. Silvina Matus

Las meriendas luego de volver del cole, las milanesas, pastas, cosas dulces de mi tía Marta y mamá.

Las rosas del rosal de la tía para llevarle a la seño, el recuerdo de mis seños dulces y buenas con las que aún hoy sigo hablando por la magia de las redes sociales.

Silvina Verónica Martín

Recuerdo ir sola con mi hermano y una compañera, eran dos cuadras y siempre llegábamos tarde.

Nos deteníamos en un kiosco a comprar mielcitas de dulce de leche o algún mapa o papel de calcar que nos quedaba para ultimo momento.

Marilú Capdevila

Caminar 7 cuadras a la escuela, de chico con mi abuela, de grande solo.

El silencio a esa hora de la mañana en las calles vacías.

El fulbito con una tapita antes de izar la bandera.

Llevar el nesquick a la escuela para la chocolatada.

Los libros de Asterix que me prestaba la bibliotecaria.

El alivio de los recreos y el encuentro con amigos de otros grados.

A la salida, naranjú de frutilla.

Llegar a casa y una siesta antes de ver "Los supercampeones".

Cristian López Camelo

ESTE LIBRO DE CREACIÓN COLECTIVA SE REALIZÓ EN FORMATO PDF EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES A LOS 4 DÍAS DEL MES DE OCTUBRE DE 2022. BIBLIOTECARIAS, BIBLIOTECARIOS DE ESCUELAS PRIMARIAS PÚBLICAS DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES.

PROYECTO “DE MAYOR A MENOR -ARTE EN VAIVÉN- POSTALES ESCOLARES DE AYER Y HOY” PROGRAMA ESCUELAS LECTORAS

Ilustración: Susana Di Pietro

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