¿Puede un grano de maíz sustentar el desarrollo de una civilización durante miles de años? La respuesta está frente a nosotros, los mayas nos contestan que sí es posible. Si pudiéramos mirar hacia el pasado y entender los mecanismos de cultivo que idearon en su etapa más temprana, comprenderíamos la gran importancia que tuvo la ‘milpa’ como el espacio sustentador de alimento que proveía bajo estrictas técnicas de observación y aprendizaje, la ‘esperanza’ que los llevó a convertirse en una de las más grandes sociedades del mundo antiguo. El hecho de perfeccionar y dominar las técnicas de cultivo, los llevó a tener cosechas abundantes y variadas, en donde incluso dioses como ‘Yun Kaax’, señor de la agricultura, aparecieron para dar forma y convertir su sustento en algo sagrado, como el ‘maíz’, que diariamente las familias mayas lo comparten en sus mesas bajo la idea de ser una ‘santa gracia’ –ki´chpam ko’olel-.