Edición 48

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DIRECTO

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LAS AGUAS, BOGOTÁ. ABRIL 2019. EDICIÓN No.48.

Editorial: Fotonoticia: Primeros predios aportados al proyecto. Columna: Quiero ser parte del proyecto pronto.

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Infografía: La entidad gestora de la Unidad 4. Noticia: La Unidad 4 eligió a los delegados de su entidad gestora.

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Sociales - Hola, Directo Fenicia. - Carrera de observación. - ¿Qué es ser ingeniero industrial? - Métete en el cuento.

El voto de confianza de don Jorge López

Tras veinticinco años viviendo en Las Aguas, no quiere irse a otro barrio y aportó su predio con la idea de cambiar de casa, pero no de sector.

“Mis hijas me dicen que les gustaría vivir en un piso alto, pero a mí no me gustan tanto las alturas”, cuenta Jorge López, de 65 años, en la sala de su casa. Él mismo construyó los cuatro pisos en los que vive con su familia y que el pasado 28 de marzo, en un desayuno en la terraza del edificio Santo Domingo de la Universidad de los Andes, aportó al proyecto de renovación urbana del Triángulo de Fenicia, junto con otros cinco propietarios. Ahora está expectante de saber cómo será el apartamento en el que vivirá. Jorge, comparado con otros vecinos que llevan en el barrio toda su vida, es un habitante relativamente nuevo. Nació y creció en La Paz, al otro lado de la Avenida Circunvalar. Sin embargo, su relación con Las Aguas ha sido de toda la vida. De pequeño, cuenta, “venía a jugar fútbol con todos mis amigos de aquí del barrio. En esa época en la que a uno solo le gusta pasársela con los amigos, manteníamos en la Quinta de Bolívar con el balón”. Jugaba tanto que estuvo en el Campeonato Interbarrios, una competición que organizaban el diario El Tiempo y Pony Malta y en la que llegaron a participar más de 3.000 equipos de distintas categorías y de distintos lugares de Bogotá. Después de mucho tiempo, a sus cuarenta años, llegó a vivir a Las Aguas. Al principio tenía alquiladas dos habitaciones en una casa que hoy es un parqueadero sobre la

Carrera Primera. Una era el lugar donde guardaba materiales de construcción (tarros de pintura, andamios, etc.), ya que toda su vida ha trabajado con ellos. El otro era su dormitorio. Como tenía que compartir el único baño de la casa con las otras cuatro familias que la habitaban, y gracias a su experticia, se dio mañas de hacer su propio baño en medio de los dos cuartos. Poco después adquirió una camioneta y, cansado de pagarle parqueadero, decidió comprar un lote del ancho justo para construirse su propio estacionamiento. Apenas terminó, se dio cuenta de que podía hacer un segundo piso en el que vivir para no seguir de arriendo. Luego, se animó y construyó el tercero. “Pero ese era un espacio muy pequeño. Nos sentábamos en la salita y se chocaban piernas contra piernas”, recuerda. Así, terminó por comprar la casa contigua y las unió. Ahí es donde vive hoy. Ahí es donde hace diez años tiene una ferretería con la que le presta un servicio a la comunidad. Recuerda que un día una estudiante de Los Andes llegó a tocar a su puerta justo a las 5:00 a.m. porque necesitaba comprar unos materiales para una entrega ese mismo día. “A nosotros nos había dado como la 1:00 a.m. trabajando. Ella llegó, nos levantó y nosotros la atendimos con mucho gusto. Se fue muy agradecida”. Eso sí, Jorge no cambia su barrio. Una de las cosas que más le gusta el proyecto

es tener la oportunidad de seguir viviendo aquí porque él conoce a los vecinos y los vecinos a él. Tampoco le dan nostalgia los cambios físicos que trae consigo la renovación del entorno. “Me daría tristeza que me dieran dos pesos o me obligaran a salir, que me dejaran en el aire”, asegura. No quiere cambiar de caras conocidas, no se ve teniendo que conocer nuevos vecinos en un nuevo barrio. De ahí que ni siquiera piense en recibir su nueva vivienda y vender, como sí lo quieren hacer otros propietarios. Que él sea uno de los primeros en aportar su predio no es una sorpresa si se tiene en cuenta que desde el día uno en que el equipo de Progresa Fenicia le presentó la renovación, él estuvo a favor. Sin embargo, antes de ello tuvo que hacer hacer un proceso de poco más de un año para adquirir las escrituras y pasar de poseedor a propietario. Hoy, es aportante. “A mí me gustaría ver comenzar la construcción. Cada que hablo con alguien del proyecto le pregunto cuándo es que van a arrancar”, dice mientras mira hacia la cuadra de Blindex, en la Calle 22 con Carrera Primera. También dice que cuando habla con otros vecinos los anima a que estén tranquilos, que hay algunos, como él, que van un paso adelante, así que pueden tener confianza en que si todo le sale bien a él, será igual con ellos. Jorge ya aportó su casa y espera que sus demás vecinos hagan lo mismo.


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