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Vendimia mecanizada, una adaptación mutua

Las vendimiadoras autopropulsadas son un elemento indispensable dentro de una viticultura moderna. La adaptación del viñedo a un cultivo en espaldera permite el uso de estos equipos que aumentan la capacidad de recolección para recoger la uva en el momento óptimo.

El trabajo de la vendimia ha sido, tradicionalmente, un gran demandante de mano de obra, además de ser físicamente muy exigente. La escasez de mano de obra y la mecanización de todas las tareas agrícolas en general, ha llevado al desarrollo de equipos capaces de realizar la vendimia de forma automatizada gracias a las vendimiadoras, tanto autopropulsadas como arrastradas.

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Estas máquinas permiten la recolección de la uva por un único operador de forma rápida. Se supera de este modo el problema que en muchos casos se planteaba por la escasez de mano de obra y, además, al realizar la recolección de forma más rápida, permiten recoger la uva en el momento idóneo.

Pero el proceso hasta llegar al desarrollo de estas máquinas no ha sido fácil, puesto que no sólo se ha tenido que desarrollar la tecnología de las máquinas capaz de recolectar el fruto, sino que también se han tenido que adaptar los propios cultivos para que las máquinas pudiesen trabajar en ellos. De este modo, se ha visto cómo el manejo de la viña en espaldera es el que mejor se adapta a su mecanización, tanto para la vendimia como para otro tipo de trabajos de manejo de la viña.

Para conseguir la máxima eficacia en la recolección de la uva con vendimiadora, reduciendo al mínimo las pérdidas de cosecha, se recomienda:

• Adaptar la viña a las características de las vendimiadoras, especialmente a los elementos que realizan la recolección.

• Conducir y regular la vendimiadora conforme a lo que indica el fabricante, cuidando especialmente los procesos de limpieza.

• Transportar lo más rápidamente posible a la bodega el material recolectado, utilizando tolvas que no aceleren los procesos de oxidación.

Evolución de las vendimiadoras

Según se detalla en el Curso de Maquinaria Agrícola publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, es tras la II Guerra Mundial cuando se comienza a considerar la necesidad de la mecanización en la viña, una búsqueda de soluciones que se inicia en Estados Unidos y en Francia. Las primeras soluciones en cuanto a la mecanización en la viña buscaban aliviar el trabajo físico más pesado, diseñando sistemas para el manejo de los recipientes de la vendimia para, posteriormente, diseñar máquinas agrupadoras y cargadoras alimentadas por el vendimiador. La recolección directa de las uvas mediante diferentes soluciones técnicas apareció en la siguiente etapa, al igual que equipos encargados de la recolección de la mediante aspiración y cazoletas. En el momento actual se han desarrollado máquinas recolectoras integrales que realizan el proceso de forma completa sin la intervención de ningún vendimiador, más allá del propio conductor de la máquina.

Vendimia por sacudida

El sistema más utilizado en las vendimiadoras actuales es el de sacudida lateral, de manera que se desplaza horizontalmente la vegetación generando el desprendimiento de la uva o del racimo completo. Para conseguir esta vibración se utilizan barras flexibles con un sistema de vibración de alta frecuencia y baja amplitud para provocar un movimiento oscilante en la espaldera. El accionamiento de los sacudidores se realiza mediante motores hidráulicos que actúan sobre las excéntricas que generan la vibración.

Recogida y elevación

La parte inferior de las vendimiadoras están formadas por unas pantallas de material plástico en forma de cazoletas que se van intercalando. De esta forma queda conformado un “suelo” continuo que impide que el material derribado caiga al suelo y, al mismo tiempo, puede retraerse al paso de las cepas, sin causar daño a las mismas, gracias a los resortes de los que disponen. Como si fuese una noria, cada una de estas cazoletas está unida a una cadena que tiene un movimiento circular, de manera que elevan el material recogido hasta las tolvas, situadas a ambos lados de la máquina, y que recogen el material de cada una de las cintas. quedando inactivo cuando el tipo de vendimia así lo exige.

Antes de llegar a las tolvas se suele incluir un sistema de limpieza para eliminar las hojas mediante el uso de ventiladores. También se puede incorporar picadores de sarmientos para facilitar la separación de aquellos que se desprenden junto con las hojas y el racimo.

Puesto de conducción y regulación de la vendimiadora

Uno de los puntos importantes dentro de una vendimiadora autopropulsada es el puesto de conducción, que tiene que permitir una correcta visión de la zona de vendimia. Además, los operadores están largas jornadas sobre las máquinas, por lo que estas cabinas tienen que ser cómodas y silenciosas. Otro aspecto a tener en cuenta es el propio manejo de la máquina, con información de todos los parámetros de la máquina en la pantalla o pantallas táctiles que suelen incorporar. De este modo, el operario puede regular los aspectos esenciales de la máquina en función de las condiciones del cultivo a vendimiar en cada momento.

Entre los aspectos más destacados que hay que ajustar en función de las condiciones de la viña y los racimos, se encuentra en número de varillas sacudidoras que tienen que ponerse en funcionamiento y la altura de las mismas. Únicamente tienen que trabajar aquellas en contacto directo con los racimos, para evitar desprendimientos de hojas o sarmientos. Por ello, una correcta conducción de la viña es importante para asegurar una mejor recolección.

En función de la masa foliar también es importante controlar la separación entre las varillas sacudidoras de cada lado, evitando que estén ni demasiado juntas ni demasiado separadas.

Una vez que las tolvas se han llevado con el material vendimiado se descargan sobre remolques acondicionados para el transporte del producto, para su traslado lo más rápido posible hasta la bodega, con el fin de evitar la oxidación del la uva y el mosto desprendido.

Las capacidades de las tolvas pueden superar los 2000 litros en las vendimiadoras de mayor tamaño y sus motores ofrecen potencias entre 150 y 180 CV.

Las vendimiadoras pueden incorporar como opción sistemas complementarios de despalillado, que se sitúan antes de la llegada de la uva a la tolva. Estos sistemas utilizan cribas de rodillos que dejan pasar la uva y retienen las impurezas (escobajo y tallos y hojas). En algunas marcas se utilizan cribas rotativas con perforaciones. El sistema de despalillado se puede retirar,

Además, está en el buen hacer del operador el ajuste de la velocidad de avance, para conseguir los mejores rendimientos posibles sin que ello perjudique la calidad de la uva y sin que se pierda ningún fruto ni por delante ni por detrás de la noria de cestas. En función de esta velocidad de avance se establece la frecuencia de oscilación, así como de la resistencia de la uva a desprenderse.

Por último, es necesario ajustar los elementos de limpieza de hojas e impurezas o de despalillado para conseguir un fruto limpio y evitar al máximo la rotura de las uvas y la aparición, en consecuencia, del mosto.

Finalmente, reseñar la importancia de la limpieza en este tipo de máquinas El mosto desprendido por las uvas puede hacer que ciertas partes de la máquina dejen de funcionar correctamente, atascando rodamientos y piezas móviles. 

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