MATRIMONIO:
CATEQUESIS:
EL PAPA:
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Guadalupanos celebran 50 aniversario
Diácono Mario enseña sobre la humildad
Viaja a África a sembrar semillas en tierra devastadas
SAN FRANCISCO CATÓLICO Periódico de la Arquidiócesis de San Francisco
SIRVIENDO LOS CONDADOS DE SAN FRANCISCO, MARÍN Y SAN MATEO
SEPTIEMBRE 22, 2019
$1.00 | VOL. 8 NO. 14
Vecinos de Menlo Park ven frutos a través de la adoración eucarística LORENA ROJAS SAN FRANCISCO CATÓLICO
Por medio de la adoración eucarística, los vecinos de Menlo Park que participan en diferentes ministerios de la iglesia San Antonio se han vuelto más unidos. El tercer fin de semana de agosto, cada año, celebran una gran Jornada de Adoración y Sanación, este año tuvo lugar el 24 en la secundaria Garfield en Menlo Park, contiguo a la iglesia. Los grupos de la parroquia que participan en la organización de la Jornada de Adoración y Sanación incluye a los miembros del Camino Neocatecumenal, la Legión de María y el Movimiento Carismático entre
otros. El evento anual comenzó hace seis años en el Seminario y Universidad San Patricio, incluye alabanzas, adoración, pláticas con reconocidos predicadores de diversas partes del mundo, y todo el tiempo la exposición del Santísimo Sacramento. Desde la fundación de la Jornada de Adoración y Sanación, los niños tienen un espacio especial para su crecimiento en la fe, como pequeños adoradores a Jesús Sacramentado. Para ellos hay una tiendita de adoración, un lugar con alfombras, juguetes, decoraciones festivas y las imágenes a las cuales ellos le rezan. Ahí la catequista Mirian Montalvo, VER MENLO PARK, PÁGINA 3
(FOTO ZAC WITTMER/SAN FRANCISCO CATÓLICO)
Niños unen las manos durante una adoración eucarística en la escuela Garfield en Menlo Park, organizada por la iglesia San Antonio.
Crece el número de refugiados en la Bahía de San Francisco ARACELI MARTÍNEZ SAN FRANCISCO CATÓLICO
(FOTO ZAC WITTMER/SAN FRANCISCO CATÓLICO)
El padre Carlos Panesso, toca la guitarra y canta durante una Jornada de Adoración en la escuela Garfield en Menlo Park el 24 de agosto.
Cantante de salsa se ordena sacerdote y su mamá se convierte el día de la ordenación LORENA ROJAS SAN FRANCISCO CATÓLICO
El padre eudista Carlos Panesso un cantante profesional de música salsa y otros ritmos latinos predicó por primera vez en la Jornada de Adoración y Sanación de la Iglesia San Antonio en Menlo Park, donde compartió con el periódico San Francisco Católico, como se atrevió a dejar el éxito artístico para responder al llamado de Dios y como esta dedición ha afectado su vida y la de su mamá. El padre Panesso, Colombiano de 32 años, ordenado desde hace un año, es el actual director VER CANTANTE DE SALSA, PÁGINA 6
Hace cuatro meses que Ezequiel Aguilar, un joven inmigrante de Guatemala llegó al Área de la Bahía de San Francisco en espera de que el gobierno de Estados Unidos le apruebe su petición de asilo político. Ezequiel forma parte de la oleada de inmigrantes que ha escapado de Centroamérica en busca de protección en los Estados Unidos, en momentos en que la administración del presidente Trump trata de limitar y endurecer el acceso al asilo político, incluso de forzar que muchos de los solicitantes permanezcan en México mientras esperan una decisión en sus caso. “Pasé casi un año detenido en el Centro de Detención Mesa Verde de Bakersfield”, cuenta Ezequiel de 21 años de edad. Él escapó de Guatemala el 10 de julio de 2018. En el recorrido por México se unió a un grupo de 21 centroamericanos que venían rumbo al Norte. “Fueron 12 días de un viaje terrible con mucho peligro. Nos traían en trocas (camiones), ‘vans’, no nos daban comida, no nos podíamos bañar, comíamos una vez al día y abusaban de las mujeres en el camino”, recuerda Ezequiel. Cuenta que huyó de Guatemala por razones económicas, pero sobre todo por la inseguridad. Atrás dejó a sus padres y cinco hermanos. “Hay mucho enfrentamiento con las pandillas. Uno no tiene el respaldo de la policía. Nunca hacen nada”, dice.
No me podía ir a otros departamentos en Nicaragua porque es la misma situación. Son organizaciones que controlan todo”, dice. Cuando logró entrar a los Estados Unidos, fue condenado a pasar casi un año en detención migratoria. “El trato es inhumano. Es algo muy feo estar ahí adentro, no se lo deseo a nadie”, se lamenta. Sin abogados y sin pruebas acudió a 11 audiencias en la corte y en todas le negaron el asilo. “Ahora tengo que hacer mi apelación al Noveno Circuito”, dice. Gracias a tres organizaciones: Libertad para Inmigrante, Dolores Street y Kehilla logró salir libre con el pago de una fianza de 5.000 dólares. “Me siento feliz por estar libre y con deseos de hacer algo, pero a la vez estoy desesperado porque no tengo un permiso para trabajar, no cuento con una identificación, estoy sin dinero y me siento aislado”, sostiene. Sin embargo, le preocupa que le hayan negado el asilo y las autoridades de migración no comprendan la realidad de los refugiados.
Se duplica la demanda
Diana Otero, directora de la División de Servicios de Migración de la organización Caridades Católicas, dice que el número de solicitantes de asilo que buscan ayuda se ha duplicado en el último año. “Son solicitantes de asilo que han pasado la entrevista de miedo creíble, y cuyo casos están VER REFUGIADOS, PÁGINA 4