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No me halló

Día a día

Esto es día a día, donde personas simplemente creen en algo, y por otra parte de la ciudad, manifestantes, por distintos actos en pro de una mejora social o al menos desde su perspectiva, marchas de igualdad, paros de organizaciones civiles o religiosos que creen tener la razón.

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MigueLángeL Martínez Contreras gustavo CoronaoCHoa

Ciudad de las creencias

Comenzando por un día a día caminando por la calle, desde cualquier parte de la ciudad, cuando salen los primeros rayos de sol, esté o no y la luna como único iluminador , circulan frente a sus calles los primeros trabajadores y los últimos, camino a la escuela o alguna otra actividad, la gente del vecindario, o simplemente la gente que va de paso, en este recorrido se puede observar cómo todas estas personas o en su mayoría generan un acto muy simbólico, al menos en la república mexicana, donde ponen su fe en una plegaria, un acto o un movimiento al cruce con edificación consideradas un espacio sagrado y sus puertas desde fuera son testigos de una expresión conocido como, “señal de la cruz”, dentro de las creencias de los mexicanos se identifica como una oración es un acto que espera se encuentre al alcance de dios, acto que se puede ver a pasar. No ves una oración, son una por segundo, tal vez, por la espera de algo, al abrir sus puertas cientos, miles se acercar a estas esculturas representativas al menos de la iglesia a lo largo del país, y para su referencia, la Ciudad de México que alberga a muchas de estas creencias y a su vez al creyente, sea la religión que sea, un mismo objetivo “esperanza” de una mejora. Tampoco se limita a la iglesia católica ya que solo es un punto de partida, aunque son las más visibles, o las que muchas veces vemos, son

Y a su vez al creyente, sea la religión que sea, un mismo objetivo “esperanza” de una mejora...

muchas la iglesias, templos, edificaciones, pero comparten las mismas características, y dentro de ellas cantos que van al mencionado de allá arriba, alabanzas a un ser todopoderoso y un sermón de ser una persona de bien, de empatía, ayuda, calma y espera de bendiciones. Esto es día a día, donde personas simplemente creen en algo y, por otro lado de la ciudad, manifestantes, por distintos actos en pro de una mejora social o al menos desde su perspectiva, marchas de igualdad, paros de organizaciones civiles o religiosos que creen tener la razón, movimientos que se crean y se ven reflejados en las calles por pensamiento en común, asimilando que con ello generan un cambio o en algunas ocasiones solo se queda en eso una creencia, y esto lo podemos ver al salir de casa. En este recorrido que realizamos de manera habitual, al salir desde cualquier sitio, y un tema de gran relevancia es como de manera ilusa creemos en campañas de mejora a la sociedad, promesas que en eso se quedan, mensajes que son emitidos y con el paso de tiempo mensaje sobre mensaje de indignación, malestar, desilusión y más. Camino por la calle y al tomar el trasporte desde cualquier punto, estas promesas, visibles algunas más que otras se encuentran plasmadas en anuncios, entras al metro y puedes no ver todos estos anuncios, pero escuchas a las personas hablar de lo que esperaban, ellos se van creando una idea o pensamiento de lo que se está haciendo y si es lo correcto o lo incorrecto y que por medio de la política y sus disposiciones el mexicano está como hoy. Sales desde otro punto y es la misma cara, diría un meme muy conocido y gracioso, “creencias de gente pendeja”, pero cada quien es libre de creer en las ideologías o en las campañas políticas. Ya terminó el día y aún así al llegar a casa, la venta, comerciales de productos milagros o cualquier otro que ves en todo momento a la gente comprar sin importar el tiempo o a veces el espacio se encuentra en el día a día.

No me hallo

Natalia Fonseca es una mujer tica que vive en tierra mexicanadesde hace siete años, nos platica un poco lo que este país le ha brindado. Nuevas oportunidades de desarrollo profesional y personal se describen en su andar por la Ciudad de México, así como su opinión sobre las diferencias entre los dos países, y sus recomendaciones culturales tanto en México, como en Costa Rica, además, nos comparte sobre la visión de algunos de sus compatriotas del regreso a su país.

adanrayMundoortatruJiLLo arturo BarusHgarCiaperez Jorgeeduardo MartínezgonzáLez ¿Cómo te llamas, cuántos años tienes y cuánto tiempo tienes viviendo en México? Natalia Fonseca Marenco, 33 años, siete años de estar en México. Estudié teatro en la Facultad de Artes Dramáticas de la Universidad de Costa Rica y también soy graduada de la Licenciada en Docencia en la CeuVoz.

¿Qué te hizo venir? En mi país, profesionalmente, ya me estaba estancando. Mi mayor objetivo, era venirme a hacer vida a México, a nivel teatral, poder entrenarme y adquirir más herramientas para mi profesión. ¡Ah bueno! y también me enamoré de un mexicano, ese fue un empujoncito para venirme, o sea, a parte de hacer vida a nivel profesional, también vine por amor.

¿Regresarías a tu país? Sí, creo que sí, lo estoy dudando un poco, cada tiempo te da como un mal de patria, eso de extrañar a la familia, los amigos, las calles, los lugares, las playas. Me da para abajo no tener a mi gente cerca, pero también lo pienso por la situación laboral porque económicamente me va mucho mejor en México que en Costa Rica, en México puedo vivir totalmente del teatro. Hay mucha gente que lo que hace es migrar para seguir creciendo profesionalmente y económicamente. Yo sé que si me devuelvo, a nivel profesional estaría en el mismo lugar, eso es lo que me hace dudar de devolverme.

¿Qué te gusta de México? Lo que más me gusta, y una de las razones que me invitó muchísimo a venir, es la gente, el trato de la gente. La mayoría es muy amable, te invitan a su casa. se sienten orgullosos de lo que tienen: comida, lugares, les gusta hablar de su país. Me encanta la comida, la arquitectura de la CDMX, el centro histórico de noche, las pachangas. Me ha sorprendido mucho la movida artística y musical, es una ciudad que nunca duerme, una ciudad monstruo. Al inicio me abrumaba, me hizo llorar, como que ya no aguantaba decía; esto es demasiado, es demasiada gente ya me quiero ir y ahora cuando no estoy aquí la extraño.

¿Qué no te gusta de México? No me gusta que el mexicano sea racista, al indígena, a la gente prieta, lo he notado bastante. La inseguridad, los feminicidios, el machismo me ha tocado vivirlo muy de cerca, en el metro, en las calles, en alguna clase con algún profesor. Osea ya se ha avanzado en ese tema pero sigue siendo algo muy latente. Esa parte de inseguridad y de violencia entre los mismos mexicanos no me gusta. ¿Cuáles son las diferencias entre México y Costa Rica? Allá (en Costa Rica) somos más desconfiados en algunas situaciones, por ejemplo; allá cuando se hacen fiestas entre jóvenes cada quién lleva lo que se va a tomar, pero no lo lleva para compartir, entonces si alguien agarra mis cosas sin pedir permiso yo me enojo porque allá las cosas son muy caras, entonces se tiende mucho a la “fiesta de traje”. El mexicano es mucho de compartir, allá somos un poquito más individualistas con eso, tal vez en fiestas con gente mayor, por ejemplo yo con mi familia ahí sí invitamos y todo mundo agarra de todo, pero entre amigos es más común esto de separar lo de cada quién.

¿Qué te gusta de Costa Rica? Me encanta que todo es chiquito y te queda cerca. Hay verde por todos lados, desde la ciudad puedes ver verde. La flora y fauna, me encanta la biodiversidad.

¿Qué no te gusta? El nivel político en mi país no me gusta nada y todo es muy caro.

¿Cuáles son las similitudes? Los cierres a la cultura y las artes.