espacio implica que hay que perder algunas parcelas, pero que igualmente otras parcelas se ven reforzadas, es decir, si hay que dar algún porcentaje de horas para que inglés, francés o alemán sean
lenguas vehiculares, ¿de dónde se van a dar?, ¿del castellano o del catalán?. Pues de los dos. Ahí es donde se puede perder alguna parcela. Pero, en cambio, la dignificación y el espacio concedido a ese catalán, del que se ha de
bilingüe y plurilingüe
hablar en el portfolio, ya que en este se ha de hablar del conocimiento y usos de todas las lenguas, hacen que sea en ese espacio donde se ganan parcelas. Y sobre todo se ganará si además se tiene una perspectiva de cuando uno se desplaza en situaciones de movilidad, uno lleva el catalán, lleva el gallego, es emisario de esa lengua, porque, habiéndola dignificado y habiendo considerado que es importante, tendrá una estrategia para hablar de esas lenguas cuando se mueva a Suecia o Italia. La importancia de estas lenguas nos la confirma el entusiasmo con que el alumnado de movilidad que nos visita, se acoge a cursos de catalán, vasco, y gallego. Es extraordinario el éxito de estos cursos, incluso por parte de alumnado que pasan un semestre entre nosotros. Es decir, en aspectos quizá menos cuantificables pero que se podrían describir cualitativamente, todas estas lenguas ganarán. Sobre todo porque el plurilingüismo es imparable, y yo creo que la cerrazón de que el plurilingüismo sólo representa pérdida es mala. El plurilingüismo representa ganancia para todos.