Mi catecismo parroquial. CHALCO Eucaristía

EUCARISTÍA

¡Conozcamos el mensaje de Jesús para ser sus discípulos misioneros!

Eucaristía

MI CATECISMO PARROQUIAL. Guía del catequista

El catecismo que tienes en tus manos es un valioso instrumento para conocer al mejor amigo que podemos tener: Jesús. Él ha sido enviado por el Padre para salvarnos y nos ha dado al Espíritu Santo.

Los catequistas tenemos la misión de guiar a los niños hacia Jesús, para que él les muestre lo grandioso del reino y de la vida en la Iglesia.

Así irán creciendo cada día más en la fe de la Iglesia, hasta encontrarse con el amor de Dios en los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía.

Mi catecismo parroquial

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Guía del catequista

Diócesis de Valle de Chalco 163091 MI CATECISMO GUIA_forros.indd 2-3

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Dirección editorial

Herminio Otero

Edición y adaptación

Óscar Hernández Galicia Diseño y diagramación

Maribel Vidals Ocampo Fotografías

J. Jiménez, L. Medina, M. López, E. Castillo, C. Torres, F. Hernández, A. Pérez.

Nihil Obstat

Pbro. Lic Luis Gerardo Páez Galicia Canciller

Imprimatur

+ Víctor René Rodríguez Gómez II Obispo de Valle de Chalco Valle de Chalco, 1 de julio de 2013.

Ilustración

Patxi Velasco (Fano) Felipe López Salán Antonia Santolaya Autoría

Juan Carlos Bobadilla Odriozola Colaboradores

María Dorotea Gutiérrez García, Pbro. José Jiménez Aguayo, Pbro. Raúl Martínez Arreortua, Juana María Guerrero Morales, Hna. Odelisa Hernández Medina MSSB, Pbro. Camilo Enrique Larios Gálvez, Pbro. Faustino Ramírez Vargas, Hna. Paula Gomes García FMS, Hna. Carmen María Otero Payán FMS, Claudia Torres Ávila, Pbro. José Luis Ocampo Barrios, Pbro. Agustín Monrroy Osornio SV, Laura López Romero y Samuel López.

Mi catecismo parroquial. Eucaristía. Guía del catequista. © Juan Carlos Bobadilla Odriozola, 2013 D.R. ©PPC Editorial S.A. de C.V. (2013)

Magdalena 211, Colonia del Valle, 03100, México, Ciudad de México.

Teléfono: (55) 10878400 alservicio@ppc-editorial.com.mx Primera edición 2013 Undécima reimpresión 2018 ISBN: 978-607-8315-03-1

* Las citas bíblicas de este catecismo están tomadas de la traducción de La Biblia de América, PPC Editorial.

Prohibida la reproducción total o parcial de este libro, su tratamiento informático, o la transmisión de cualquier forma o medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros medios, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright.

La marca PPC® es propiedad de PPC Editorial S.A. de C.V.

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E

En misión, formando discípulos

l catecismo de la Diócesis de Valle de Chalco, para la preparación de los niños hacia su primera comunión, es fruto de la preocupación, esfuerzo y dedicación de nuestros catequistas por contar con subsidios adecuados para la evangelización.

Nos ha tocado la gran responsabilidad, y el privilegio, de formar en la fe a los niños de este tercer milenio, que viven una realidad con problemáticas sociales y culturales inéditas.

Al mismo tiempo, descubrimos esta nueva situación como una oportunidad de realizar la misión que Jesucristo confió a los apóstoles, y a nosotros: “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos” (cf. Mt 28,19).

El presente catecismo tiene el propósito de apoyar la educación en la fe de los niños de nuestra diócesis, de manera sistemática y ordenada, y con una metodología que permita formar, desde la infancia, al discípulo de Cristo.

Nos anima la esperanza de que, con este valioso subsidio, nuestra iglesia diocesana inicie el camino hacia la catequesis integral y permanente, en el marco de la Gran Misión Continental.

Bendigo la labor de todos los catequistas de nuestra Diócesis, que han consagrado su vida a anunciar la Buena Nueva del Reino. Los invito a seguir trabajando, en colaboración con los padres de familia, y a ser siempre dóciles a la acción del Espíritu Santo, que nos conduce hacia la verdad plena.

+Víctor René Rodríguez Gómez Obispo de Valle de Chalco

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Mi catecismo parroquial La catequesis debe iniciar al catequizando en toda su vida cristiana de forma integral: conocimiento de la fe, celebración de la fe, moral cristiana, espiritualidad. Además de iniciarlo en el conocimiento constante de las Sagradas Escrituras, en la vida litúrgica y en la vida comunitaria.

La iniciación cristiana, como acción evangelizadora de la Iglesia, está presente particularmente en la catequesis, como ministerio que acompaña al hombre creyente en su incorporación al misterio de Cristo y de la Iglesia, responde a una convicción eclesiológica y por lo mismo no puede quedar aislada del contexto pastoral y comunitario, dado que es un momento primordial de la tarea evangelizadora (CT 1).

Mi catecismo parroquial, elaborado por la Diócesis de Valle de Chalco, es un proceso de iniciación cristiana para los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía que: ◗◗

Tiene una inspiración catecumenal.

◗◗

Propone una metodología dinámica, centrada en la Palabra de Dios, capaz de armonizar la vida, la reflexión, el juego, la oración y el compromiso.

◗◗

Desarrolla la dimensión social de la fe, motivando a los niños para que tomen conciencia de su capacidad para contribuir en la transformación de nuestra realidad.

◗◗

Toma en cuenta la religiosidad popular que existe en nuestra Diócesis.

◗◗

Motiva a la participación de la familia, para vivir de mejor manera la dimensión comunitaria y celebrativa de la fe.

El proceso evangelizador Debemos entender el proceso evangelizador como un camino que se recorre en distintos momentos. Cada uno tiene sus características peculiares y, sin embargo, forman un solo itinerario de formación en la fe.

• Primer momento: kerigmático. En él se busca suscitar una primera conversión.

Requisito indispensable hoy en día, cuando vemos que la natural transmisión de la fe en la familia -o a través de otras realidades como es la religiosidad popular- es cada vez menor.

• Segundo momento: catequístico. Es una etapa de fundamentación y maduración de la fe inicial. Es crecimiento en la vida de fe, que capacita a los catequizandos 4

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para realizar en forma consciente, libre y responsable su profesión de fe, como aceptación de las verdades reveladas y adhesión plena a nuestro Señor Jesucristo, camino, verdad y vida.

• Tercer momento: pastoral-comunitario. Implica la integración en la comunidad, una vida eucarística, el discipulado, compromiso misionero y de caridad que se asumirá tanto hacia dentro de la comunidad cristiana como hacia la sociedad toda.

Los obispos, en Aparecida, nos dicen: “Asumir esta iniciación cristiana exige no sólo una renovación de la modalidad catequística de la parroquia. Proponemos que el proceso catequístico formativo adoptado por la Iglesia para la iniciación cristiana sea asumido en todo el Continente como la manera ordinaria e indispensable de introducir en la vida cristiana, y como la catequesis básica y fundamental. Después, vendrá la catequesis permanente que continúa el proceso de maduración en la fe, en la que se debe incorporar un discernimiento vocacional y la iluminación para proyectos personales de vida” (DA 294).

Estructura del proceso “Mi catecismo parroquial” La catequesis de estilo catecumenal es un proceso de maduración en la vida de fe. Es fundamental recorrer paso a paso sus etapas, verificando la autenticidad del proceso de crecimiento y madurez. En él se debe destacar: la acción gratuita de Dios, la acción comunitaria de toda la Iglesia, la plena riqueza y eficacia de la Palabra de Dios, el sentido kerigmático-evangelizador de la catequesis y la celebración de los sacramentos. A la vez, se debe valorar la respuesta libre del hombre -su profesión de fe-, el cual asistido por la gracia de Dios, se convertirá en verdadero discípulo misionero, asumiendo su compromiso con la Iglesia y con el mundo.

Las etapas del proceso que proponemos han sido tomadas del Ritual para la Iniciación Cristiana de Adultos (9-36): 1. El pre-catecumenado o etapa kerigmática, de primer anuncio, misionera.

Etapa siempre necesaria, imprescindible. De la evangelización, realizada con el auxilio divino, nacen la fe y la conversión inicial.

2. El catecumenado. Un tiempo suficientemente prolongado, durante el cual los candidatos reciben la formación pastoral y se ejercitan en la vida cristiana, gracias a lo cual las disposiciones espirituales manifestadas en su ingreso alcanzan la maduración de su fe inicial.

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3. El tiempo de purificación e iluminación. Es la etapa de los ritos de los escrutinios, exorcismos y bendiciones. En el caso del presente catecismo, ofrecemos algunos contenidos necesarios para la preparación próxima a los sacramentos.

Mi catecismo parroquial. Eucaristía Módulo 1. D ios sale a nuestro encuentro

Etapa

Lo que buscamos ◗◗ Si

Introductoria

bien no forma parte del proceso catecumenal, busca sentar las bases para el desarrollo del curso y la integración del grupo de catequesis.

◗◗ Propiciar un encuentro personal con

2. S omos salvados en Jesús

Kerigmática

Dios. ◗◗ Concluye

con la entrega del signo de la cruz.

◗◗ Crecer en la vida de la fe, capacitando

3. Conocemos la Buena Noticia de Jesús

Catequética

a los niños para realizar, de forma consciente, libre y responsable, su profesión de fe. ◗◗ Concluye

con la símbolo de la fe.

entrega del

◗◗ Dar

4. S omos invitados a la mesa de Jesús

Iluminación

5. Celebramos en comunidad

Anexo para los tiempos litúrgicos

los elementos necesarios para la preparación próxima a la celebración de los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía.

◗◗ Al

final de esta etapa se ubica la celebración de los sacramentos.

Cada comunidad ha de desarrollar la celebración según crea conveniente.

◗◗ Propiciar la vivencia del año litúrgico

y de sus principales tiempos.

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Esquema de los encuentros Mi catecismo parroquial sigue un método de tipo inductivo que busca relacionar la experiencia de vida y la experiencia de fe, para que, una vez asimilado el mensaje de salvación en al corazón del catequizando, pueda expresarla en un compromiso personal y en la oración.

Cada encuentro tiene la siguiente estructura: • TÍTULO DEL ENCUENTRO. Acompañado con una ilustración de Patxi Velasco (Fano).

Cada catequista ha de motivar a los niños para que relacionen la imagen con el contenido del encuentro. Son dibujos sugerentes, es labor de cada uno aprovecharlos de la mejor manera.

• OBJETIVO. Enuncia lo que pretendemos lograr en cada encuentro.

• TOMA EN CUENTA QUE… Incluido sólo en la guía del catequista. En él se ofrecen las orientaciones, sugerencias pedagógicas, materiales que hemos de preparar.

• TEXTOS PARA PROFUNDIZAR. Incluidos sólo en la guía del catequista. Nos sugieren la lectura de algunas citas bíblicas y de distintos documentos del Magisterio de la Iglesia, para así desarrollar de mejor manera nuestra catequesis.

• EN TU PRESENCIA. Es el momento de la oración inicial, puede ser un canto, una oración espontanea, un salmo, etcétera.

• NUESTRA VIDA. Es el momento de la experiencia humana. Para desarrollarla nos apoyamos de narraciones, juegos, actividades. Todo ello permite que, a través del diálogo, cada sesión parta de la realidad que los niños viven.

• ILUMINAMOS LA VIDA. Es el momento de la experiencia de fe. Parte de un texto bíblico que debe ser profundizado. Contiene, además, el contenido doctrinal de la sesión. Este apartado es desarrollado con mayor amplitud en la guía del catequista.

También encontraremos algunas actividades (señaladas por el icono de un lápiz) que pretenden reforzar el aprendizaje significativo logrado durante el encuentro. Las actividades siempre pueden ser adaptadas según las necesidades del grupo. En la guía del catequista vienen las soluciones a los ejercicios.

• EXPRESAMOS NUESTRA FE. Es la expresión de la fe por medio de la oración y el compromiso concreto. Se desarrolla en dos momentos:

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- Me comprometo. El catequizando se propone vivir su fe en la vida cotidiana por medio de compromisos sencillos, pero realizables para su edad.

- Celebramos. Es la celebración de la fe. En la guía del catequista encontramos las indicaciones y los textos para el desarrollo de este momento celebrativo. En el libro del niño sólo vienen los textos indispensables para que ellos participen.

• GUARDO EN MI CORAZÓN. Frase para memorizar, que sintetiza el contenido del tema y permite tener elementos para una posible evaluación de los encuentros.

• PARA VIVIR EN FAMILIA. Son actividades que el niño ha de vivir en su familia, Iglesia doméstica. Es tarea importantísima del catequista motivar para que los padres de familia se involucren en el proceso de catequesis. Así le vivencia de fe se extenderá a la vida cotidiana de los niños.

Confiamos y agradecemos la labor desinteresada e insustituible de los catequistas.

Ellos, maestros de fe entre sus hermanos, han de enriquecer, adaptar y, sobre todo, hacer vida todos y cada uno de los contenidos de este subsidio. Queda, en sus manos, la posibilidad de aprovecharlo al máximo; y está, en las manos de Dios, el que esta obra llegue a buen fin.

SIGLAS DE DOCUMENTOS DEL MAGISTERIO AG CEC DA DGC DV GS LG SC VD

Ad gentes. Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia. Concilio Vaticano II, 1965.

Catecismo de la Iglesia Católica. Ciudad del Vaticano, 1997.

Documento de Aparecida. Brasil, 2007.

Directorio General para la Catequesis. Congregación para el clero.

Ciudad del Vaticano, 1997.

Dei Verbum. Constitución dogmática sobre la divina revelación.

Concilio Vaticano II, 1965.

Gaudium et spes. Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual. Concilio Vaticano II, 1965.

Lumen Gentium. Constitución dogmática sobre la Iglesia. Concilio Vaticano II, 1965.

Sacrosanctum Concilium. Constitución sobre la sagrada liturgia.

Concilio Vaticano II, 1965.

Verbum Domini. Exhortación apostólica postsinodal, de Benedicto XVI, sobre la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia.

2010.

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módulo

Dios sale a nuestro encuentro

En este módulo los niños…

• •

Valorarán sus cualidades y las de sus compañeros.

Serán conscientes de la presencia de Dios en sus nuestra vidas, vida, especialmente especialmente porpor medio medio de la Sagrada de la Sagrada Escritura.

Escritura.

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Comenzamos a conocernos

Objetivo: Que los niños describan sus propias características para que, compartiéndolas, puedan integrarse mejor como grupo de catecismo.

Toma en cuenta que… ◗◗

Es la primera sesión del ciclo de catequesis. Por lo tanto, hay que dar una afectuosa bienvenida a los niños del catecismo de primera comunión.

◗◗

Hay que procurar que los niños sean conscientes de que estamos iniciando un nuevo grupo, con el que vamos a compartir nuevas experiencias, sobre todo la fe.

Pero que va a ser imposible integrar un buen grupo si no nos conocemos. Si nos damos a conocer, seguramente encontraremos a más de una niña o niño con el que podamos ir creando una buena amistad.

◗◗

Esta sesión no tiene contenido doctrinal. Lo importante es romper el hielo y crear un clima de aceptación, respeto e integración. Esta será la base para la formación de nuestro grupo.

Textos para profundizar

• CEC: 1700.

• DGC: 159, 177-180.

• LASCURAIN, JAVIER. La comunicación nos une. Ediciones SM.

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En tu presencia ◗◗

El catequista hace una oración espontánea para iniciar la sesión. Es la primera vez que se reúnen. Hay que motivarlos para agradecer a Dios por invitarlos a conocerle y a conocerse entre ellos.

Nuestra vida Ronda de nombres ◗◗

En un primer momento, el catequista pide a los niños que compartan sus datos generales y más fáciles de memorizar. Los escriben en su libro.

◗◗

El catequista inicia con la presentación. Después, pide a cada uno de los niños que se presente, leyendo y comentando sus respuestas.

◗◗

Los niños se agrupan en un círculo. Alguno de ellos dirá su nombre. El niño que está a su lado derecho dirá el nombre del primer niño, y el suyo propio. Así hasta que el último niño intente decir los nombres de todos sus compañeros.

Iluminamos la vida Conocer mi comunidad ◗◗

Posteriormente, el catequista repite su nombre al grupo y les comparte por qué decidió seguir a Jesús y desempeñar esta misión como catequista.

◗◗

Después les dice el nombre de la parroquia o capilla a la que asisten para su catequesis, así como el nombre del sacerdote que está al frente de la comunidad.

◗◗

Es conveniente que el catequista haga una breve reseña de cómo se fundó el templo y la comunidad. Destacará algunos aspectos relevantes del templo para que los niños puedan reunir más elementos para su dibujo.

Los niños dibujan en su libro lo que más les gusta del templo al que pertenecen. También se dibujan a ellos mismos y a sus compañeros.

Llamados por Jesús ¿Por qué estamos aquí? No estamos solamente porque alguien nos trajo, sino porque personalmente buscamos algo o a alguien.

Debemos ser consientes de que estamos aquí porque Jesús nos invita para que cada día estemos más cerca de su amor, y nos unamos a él cuando hagamos nuestra primera comunión. Pero antes nos ha llamado para que seamos sus amigos, lo conozcamos y nunca nos separemos de él.

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Debemos reconocer que todos somos valiosos. Somos diferentes entre nosotros; Dios nos ha dado algo único que nos hace singulares. ◗◗

El catequista motiva a los niños a darle gracias a Dios Padre porque nos ha rodeado de cosas y personas bellas.

Los niños escriben tres cosas buenas que tienen y de las que quieran agradecerle a Dios.

Expresamos nuestra fe Me comprometo ◗◗

Cada día procuraré conocer más y mejor a mis compañeros de catequesis y a mi mejor amigo: Jesús.

Celebramos ◗◗

El catequista anima a los niños para que escriban una oración de acción de gracias en la que bendigan a Dios por haberlos hechos únicos. También puede ser una petición, pidiendo que Dios los ilumine para ir complementando su desarrollo y ser cada día mejores.

◗◗

Para terminar la sesión, cantamos Yo tengo un amigo que me ama.

Yo tengo un amigo que me ama Que me ama, que me ama, que me ama con su tierno amor, que me ama, que me ama, que me ama con su tierno amor.

Yo tengo un amigo que me ama, me ama, me ama.

Yo tengo un amigo que me ama, su nombre es Jesús.

Guardo en mi corazón Jesús me invita a conocerlo en cada sesión de catequesis. ¡Gracias, amigo Jesús!

Para vivir en familia • Pide a tus papás una fotografía tuya, que te agrade y te haga sentir bien.

• Pide que te platiquen acerca de la fotografía.

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Dios está con nosotros

Objetivo: Que los niños puedan vivir un primer acercamiento a Jesús, que les motive a reconocer a las tres personas divinas como el Dios de amor y misericordia.

Toma en cuenta que… ◗◗

En la oración inicial tratemos de hacer un clima que nos permita contemplar a Dios en la creación. Destacaremos que la persona puede descubrir a Dios a través de las maravillas que ha hecho, sobre todo en el ser humano, creado a su imagen y semejanza. Si es posible, podemos vivir este momento en algún lugar al aire libre que facilite la experiencia de oración.

◗◗

Esta lección pretende lograr un primer acercamiento a las personas divinas y percibirlas como comunidad de amor que nos ama, y así iremos borrando, las posibles imágenes de Dios que afectan nuestra relación con él (Dios castigador, Dios enojón, etcétera).

◗◗

Hay que leer los textos bíblicos junto con los niños, y destacar las cualidades esenciales de las tres divinas personas.

◗◗

Para el Celebramos, conviene hacer una lectura previa, junto con los niños, del Credo.

Textos para profundizar

• • •

Sagrada Escritura: Jn 3,16; Jn 5,26; 1Jn 4,10; Jn 14,26; 15,16; Is 44,24; Gal 3,13; Rm 15,16.

CEC: 232-248; 279-314; 430-451; 456-478; 683-701.

Benedicto XVI, Homilía en la Fiesta de la Santísima Trinidad (19.06.2011).

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En tu presencia ◗◗

Iniciamos la sesión con el Salmo 8, 2. 4-5. 7-10.

¡Qué admirable es tu nombre en toda la tierra! ¡Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Tu majestad se levanta por encima de los cielos.

Al ver el cielo obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para que cuides de él?

Le diste poder sobre la obra de tus manos, todo lo pusiste bajo sus pies: rebaños y ganados, todos juntos, y aún las bestias salvajes; los pájaros del cielo, los peces del mar y todo cuanto surca las sendas de los mares. ¡Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Nuestra vida Buscar a Dios ◗◗

El catequista narra la siguiente historia:

El peluquero y Dios Un hombre fue a una peluquería a cortarse el cabello y recortarse la barba, como es costumbre. Entonces entabló una amena conversación con la persona que le atendía. Hablaban de tantas cosas y tocaron muchos temas.De pronto tocaron el tema de Dios. El peluquero dijo: –Fíjese, caballero, que yo no creo que Dios exista, como usted dice.

–Pero, ¿por qué dice usted eso? –preguntó el cliente.

–Pues es muy fácil, basta con salir a la calle para darse cuenta de que Dios no existe. O dígame: Acaso, si Dios existiera, ¿habrían tantos enfermos, habría niños abandonados? Si Dios existiera, no habría sufrimiento ni tanto dolor para la humanidad. Yo no puedo pensar que exista un Dios que permita todas estas cosas.

El cliente se quedó pensando un momento, pero no quiso responder para evitar una discusión. El peluquero terminó su trabajo y el cliente salió del negocio.

Recién abandonó la peluquería cuando vio en la calle a un hombre con la barba y el cabello largo. Al parecer, hacía mucho tiempo que no se lo cortaba y se veía muy desarreglado. Entonces entró de nuevo a la peluquería y le dijo al peluquero: –¿Sabe una cosa? ¡Los peluqueros no existen!

–¿Cómo que no existen? –preguntó el peluquero–. Si aquí estoy yo, y soy peluquero.

–¡No! –dijo el cliente–, no existen. Si existieran no habría personas con el pelo y la barba tan larga como la de ese hombre que va por la calle.

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–Ah, los peluqueros sí existen, lo que pasa es que esas personas no vienen hacia mí.

–¡Exacto! –dijo el cliente–. Ese es el punto: Dios sí existe, lo que pasa es que las personas no van hacia él y no le buscan, por eso hay tanto dolor y miseria. ◗◗ Después, profundiza con las siguientes preguntas: −− ¿Has

conocido a alguien que diga que Dios no existe? −− Según el cuento, ¿por qué el peluquero negaba a Dios? −− Si nosotros no conocemos a Dios, ¿podremos amarlo? −− ¿Te gustaría conocer más a Dios? ¿Por qué?

Iluminamos la vida Seguir a Jesús, para conocer a Dios Maestro, ¿dónde vives?

Al día siguiente, Juan se encontraba en aquel mismo lugar con dos de sus discípulos. De pronto vio a Jesús que pasaba por allí, y dijo: “Este es el cordero de Dios”. Los dos discípulos le oyeron decir esto, y siguieron a Jesús. Jesús dio media vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: “¿Qué buscan?” Ellos contestaron: “Maestro, ¿dónde vives?” Él les respondió: “Vengan y lo verán”.

Se fueron con él, vieron dónde vivía y pasaron aquel día con él.

Juan 1,35-49 Los discípulos de Juan el Bautista oyen con atención el señalamiento de que Jesús es el Cordero de Dios. Se les presenta la ocasión de conocerlo y de seguirlo y estos discípulos no dudaron en hacerlo, aún sin saber exactamente a dónde se dirigía, pues el mismo texto menciona que “pasaba por allí”. Pero tienen la certeza de que él es el mesías que estaban esperando y no iban a perder la oportunidad de conocerlo.

Los discípulos se interesan por saber dónde vive Jesús y él les dice “Vengan a ver”, es decir, “Vengan a hacer una experiencia, constátenlo por ustedes mismos”. Entonces fueron con él, vieron cómo vivía, supieron quién era. Este es el primer encuentro de esos dos hombres con Jesús, y luego se convirtieron en sus discípulos. Fue la primera vez que conocieron directamente a Jesús; seguramente ya habían oído hablar de él, pero ahora lo veían con sus propios ojos.

Nosotros también hemos venido al catecismo para conocer a Jesús. Él nos mostrará quién es Dios y nos ayudará a conocerlo día con día.

Jesús nos revela al Padre y nos envía al Espíritu Santo. A este misterio de un Dios en tres personas lo llamamos Santísima Trinidad. Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo nos ama eternamente y nos enseña a vivir como ellos: en el amor.

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Dios es Padre La Biblia dice que tenemos un Padre Dios que, sobre todo, es bueno. Él creó todas las cosas con sabiduría y amor. Así nos ha mostrado su poder, su amor y una particular bondad.

Nos creó a su imagen y semejanza y nos dio su Espíritu de vida (Génesis 1-2). También nos prometió un salvador después de que Adán y Eva pecaron (Génesis 3,15).

Jesús nos enseñó que tenemos un Padre bueno y providente que nos ama mucho, que nos alimenta, nos viste, nos da lo necesario para vivir, porque somos sus hijos amados (Mateo 6, 25-34).

En la Biblia, a Dios se le nombra de varias maneras: “Yahveh”, “Elohim”. Nosotros, los católicos, preferimos llamarlo como Cristo nos enseñó: Abbá=Papá.

Dios es Hijo En Lucas 1,26-38 se cuenta cómo la Virgen María recibe la visita del arcángel Gabriel que le anuncia que ella será la Madre del salvador del mundo, su nombre será Jesús.

A Jesús lo conocemos también como Cristo. Esta palabra significa ungido, por eso lo llamamos Jesucristo. También lo conocemos como mesías, eso porque el salvador del mundo tenía que estar consagrado por Dios y ungido por el Espíritu Santo. Siempre predicó el amor y el perdón, anunció con palabras y obras un mensaje de salvación para todos los hombres.

Jesús formó un grupo de discípulos a los que conocemos como “apóstoles”; ellos continuaron posteriormente su misión de salvación. Sin embargo, Jesús fue injustamente condenado y, con la plena obediencia de su amor, murió en la cruz y así reconcilió a la humanidad entera con su Padre. Luego resucitó de entre los muertos, venciendo a la muerte y al mal; así confirmó todo lo que hizo y enseñó. Él es el Salvador del mundo.

Jesús es el Señor. Hoy vive glorioso a la derecha del Padre y está siempre con nosotros, sobre todo en la Eucaristía.

Dios es Espíritu Santo En Juan 20,22-23 leemos que Jesús, después de resucitar de entre los muertos, se aparece a sus discípulos, sopla sobre ellos y les da el Espíritu Santo, para que venzan el poder del mal y perdonen los pecados del mundo en el nombre de Dios.

La presencia del Espíritu Santo nos ayuda a vivir con más amor y con mayor entrega. Con él recibimos la vida divina en nuestro ser; él habita en nosotros como en un templo. Es como un fuego que ilumina, como el viento que impulsa nuestras vidas hacia el bien, como el agua que nos purifica y nos da nueva vida.

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Al Espíritu Santo lo recibimos particularmente en el Bautismo y en la Confirmación, pero nos acompaña siempre; nos guía en la verdad hasta el fin del mundo y es quien le da vida y unidad a la Iglesia.

Los niños ordenan las palabras y escriben las frases correctas en su libro.

Solución 1. Dios es nuestro padre y nos ama mucho.

2. Jesucristo es el Hijo de Dios que murió por mis pecados.

3. El Espíritu Santo nos da vida y amor.

Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Antes de acostarme haré una oración de acción de gracias a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Celebramos ◗◗

Pedimos a los niños que se coloquen alrededor de un cirio pascual preparado previamente. Se procura crear un clima de silencio.

◗◗

Después el catequista explica a los niños que el cirio encendido simboliza la fe en Dios, uno y trino, recibida durante el Bautismo.

◗◗

Pedimos a Dios que nos ayude a crecer constantemente en esa fe y a conocerla cada día más. Proclamamos el Credo.

Guardo en mi corazón Quiero conocer a Jesús, porque él me lleva al Padre y me dará al Espíritu Santo.

Para vivir en familia • Al iniciar nuestras actividades de cada día, invocaremos a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

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Dios se comunica conmigo: la Biblia

Objetivo:

Que los niños conozcan la Biblia, aprendan a usarla, y la valoren como Palabra que Dios tiene para comunicarse con nosotros.

Toma en cuenta que… ◗◗

Este tema no debe darse solo como información, sino que tenemos que provocar en los niños el deseo por conocer la Biblia y acercarse a ella día con día.

◗◗

El catequista habrá solicitado con anticipación a algún miembro de la comunidad (el párroco, el coordinador, otro catequista) que escriba una breve carta dirigida a los niños para felicitarlos por asistir a la catequesis. En ella habrá de resaltarse que en este encuentro recibirán un regalo muy especial.

◗◗

En las páginas 201 y 202, de esta guía, hay dos ilustraciones con los libros de la Biblia. El catequista puede reproducirlos y ampliarlos para usarlos durante el desarrollo del tema.

◗◗

Con anticipación, preparar el siguiente material:

• Biblia. Envuelta como un bonito regalo • Carta dirigida a los niños.

• Cartulinas con los libros del Antiguo y Nuevo testamento • De ser posible, tener la grabación del canto Tu palabra me da vida.

Textos para profundizar

• CEC: 110-133.

• DV: 12,2.

• DGC:, 1997. 94-97; 127-128.

• DA: 247-249.

• VD: 19-21; 72; 74; 86-87.

• Guía de formación para los catequistas de México, Dimensión Pastoral de la Catequesis, 2009: 96-98.

• Guía Pastoral para la catequesis de México, Comisión Episcopal de Evangelización y Catequesis, 1992: 54-59.

• La Catequesis en América Latina, DECAT-CELAM, 1999: 1, 42-44.

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En tu presencia ◗◗

El catequista dirige la oración de manera espontánea.

◗◗

Entonamos Dios es amor, la Biblia lo dice. En la página 12 del libro del niño, viene la letra.

Nuestra vida Regalos que comunican El catequista dirá a los niños que tiene una sorpresa para todos. La sorpresa será la carta. ◗◗ Mencionará que esa carta está dirigida a todo el grupo. ◗◗

◗◗

El catequista abre el sobre y lee la carta, con voz clara y fuerte.

◗◗

Después, les preguntará: −− ¿Les

gustó lo que acaban de escuchar? ¿Por qué? −− ¿Qué será ese “regalo” al que se refiere la carta?

A todos nos gusta recibir regalos: nos llenan de alegría y nos muestra el aprecio que las demás personas nos tienen. Cuando alguien nos regala algo, quiere darnos a entender que nos quiere mucho. Por medio del regalo intenta comunicar lo que siente por nosotros.

Iluminamos la vida Dios nos regala su Palabra Las buenas noticias nos causan alegría, nos hacen valorar la vida y vivir más felices.

Así ocurre cada vez que nos acercamos a la Palabra de Dios. ◗◗

En estos momentos, el catequista presenta el regalo al grupo.

◗◗

Indica que es un regalo para todos, por medio del cual Dios nos comunica su amor.

◗◗

Abre el regalo y muestra la Biblia al grupo.

Leemos:

◗◗

La Sagrada Escritura, inspirada por Dios Desde la infancia conoces las Sagradas Escrituras, que te enseñarán el camino de la salvación por medio de la fe en Jesucristo. Toda Escritura ha sido inspirada por Dios, y es útil para enseñar, para persuadir, para corregir, para educar en la justicia.

2 Tim 3,15-17 19

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◗◗

El catequista relaciona el texto con la carta, la comunicación y el regalo. Para ello puede utilizar las siguientes preguntas: −− ¿De

qué nos habla la lectura? −− ¿Por qué es importante la Palabra de Dios? −− ¿Qué quiere darnos Dios al regalarnos su Palabra?

Qué es la Biblia La Biblia o Sagrada Escritura es un regalo de Dios confiado a los hombres.

“Biblia” es una palabra griega plural que significa “libros”. En la Edad Media esta palabra se latinizó y se usó en singular. Desde entonces se llama así al conjunto de libros.

Los libros que forman la Biblia fueron escritos a través de un largo período, entre el año 1000 antes de Cristo y el año 100 después de Cristo. Su autor es Dios. Él eligió a diferentes hombres y les brindó su ayuda especial para que, usando cada uno sus facultades y talentos, pusieran por escrito todo y sólo lo que Dios quería. Esta intervención de Dios en la composición de los libros sagrados se llama inspiración.

Es semejante a lo que sucede a un hombre en una habitación en penumbras, que no puede ver bien todos los objetos; si luego enciende una luz, puede ver los detalles.

La inspiración es como esa luz en la inteligencia del autor, le permite ver la relación entre los hechos diarios y Dios.

La Biblia no es, por tanto, un libro de ciencia ni un libro que anuncia el futuro; ni es un sistema de doctrina religiosa y teología; tampoco es un libro de devoción o una historia piadosa.

En la primera parte de la Biblia, el Antiguo Testamento, encontramos la historia de un pueblo, representado por hombres: Dios dirige los acontecimientos de esa historia. En ella se pone de manifiesto su amor y predilección por el pueblo que se ha elegido y al que no abandona a pesar de sus infidelidades.

Esa historia se hace Historia de Salvación universal y definitiva en el Nuevo Testamento, con Jesucristo. Se convierte en la Historia del inmenso amor de Dios al hombre que irrumpe en la historia de la humanidad haciéndose uno de ellos: ˝Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna˝ (Jn 3,16).

Conocer la Biblia La Biblia tiene un total de 73 libros y, como hemos dicho, se divide en dos partes: Antiguo Testamento (con 46 libros) y Nuevo Testamento (con 27 libros).

Cada libro de la Biblia se divide en capítulos; a su vez, cada capítulo se divide en versículos.

Habitualmente se cita el libro en forma abreviada. Por ejemplo, Mateo significa 20

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Evangelio según Mateo. Estas abreviaturas están señaladas en los índices de todas las Biblias. Los capítulos son señalados con números en un tamaño grande al comienzo de un párrafo, los versículos son indicados con números muy pequeños en el margen. ◗◗

El catequista puede ayudarse del esquema en el libro de los niños para ayudarles a identificar los elementos necesarios para buscar una cita bíblica.

Para indicar un lugar de la Biblia, se da el nombre del libro, después el capítulo y, por último, el versículo o versículos. A esto se le llama cita bíblica.

Podemos conocer a Dios por medio de la Biblia. En distintas ocasiones escuchamos que “nadie ama a quien no conoce”. Así ocurre con Dios: si decimos amarlo, tenemos que preocuparnos por conocerlo, y eso lo podemos hacer leyendo su Palabra. Nuestro amor a Dios crecerá, se purificará, se fortalecerá en el contacto que tengamos con la Palabra de Dios. Esta misma palabra nos permitirá conocernos a nosotros mismos.

Ella nos ayudará a corregir nuestra conducta y adquirir sabiduría para orientar nuestra vida.

• Los niños buscan las citas bíblicas que están en su catecismo y escriben de qué hablan.

Solución 1. Lc 2,1-21 2. Mt 3,13-17 3. Jn 2,1-12 4. Mc 14,12-25 5. Mt 28,1-15

Nacimiento de Jesús Bautismo de Jesús Las bodas de Caná La última cena La resurrección de Jesús

Expresamos nuestra fe Me comprometo • Durante la semana, leeré la Biblia antes de acostarme.

Celebramos ◗◗

Se prepara un atril o una mesa con mantel y flores.

◗◗

Se hace una pequeña procesión: la Biblia en alto y al centro, acompañada de dos cirios a los lados.

◗◗

Los demás niños hacen una valla para que pase la procesión.

◗◗

El niño que transporta la Biblia la coloca en el lugar preparado. Después, todos se colocan alrededor de ella.

Monición: Hoy nos hemos acercado a la Biblia para conocerla y lo seguiremos haciendo durante el curso de catequesis. Ahora la 21

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vamos a “entronizar”, es decir, le daremos un lugar de honor. Así manifestamos que queremos darle el primer lugar en nuestra vida.

Es la Palabra de Dios, y merece todo nuestro respeto y cariño. ◗◗

Todos cantan Tu Palabra me da vida (página 14 del libro del niño).

Catequista: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos: Amén.

Catequista: En esta celebración queremos expresar nuestra fe ante el misterio de la Palabra de Dios, para que ella sea luz en nuestro caminar como cristianos. Que sea el centro de nuestra vida y de nuestra catequesis.

Vamos a responder a cada petición: La Palabra de Dios es alegría y vida.

Todos:

La Palabra de Dios es alegría y vida.

Lector:

Felices los que guardan la Palabra del Señor y cumplen sus mandatos.

Todos:

La Palabra de Dios es alegría y vida.

Lector:

Felices los que buscan a Dios y le aman de todo corazón.

Todos:

La Palabra de Dios es alegría y vida.

Lector:

Meditaré en tu Palabra y pondré tus mandatos en mi corazón.

Todos:

La Palabra de Dios es alegría y vida.

Catequista: Padre bueno, te alabamos y te agradecemos porque en tu santa Palabra nos has revelado el amor que nos tienes. Te pedimos que la lectura de ella nos una en la fe y en el amor. ◗◗

Mientras cantamos Tu Palabra me da vida, cada participante pasa a besar la Biblia en señal de amor por la Palabra de Dios.

Guía:

Nuestra Madre María supo escuchar la Palabra de Dios y guardarla en su corazón.

Nos tomamos de la mano y nos encomendamos a ella para que también sepamos acoger la Palabra de Dios, y la meditemos en nuestro corazón. Dios te salve, María…

Guardo en mi corazón La Biblia es un tesoro por el que Dios se comunica conmigo.

Para vivir en familia • Platica con tus papás del regalo que hoy has recibido en la catequesis.

• Durante la semana, lean la Biblia en familia.

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módulo

Somos salvados en Jesús

En este módulo los niños…

• • •

Serán conscientes del amor que Dios nos tiene.

Comprenderán que, a pesar del pecado, Dios nos ofrece la salvación en Jesús.

Celebrará la aceptación de Jesús como su Señor, por medio de la entrega del signo de la cruz.

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Dios me ama

Objetivo: Que los niños reconozcan y experimenten el gran amor, personal e incondicional, que Dios nos tiene, para responder con generosidad a ese amor y conocerlo más día con día.

Toma en cuenta que… ◗◗

Este tema debe darse de una forma personal, alegre y gozosa, pero sobre todo vivencial.

◗◗

Debes procurar que el niño, a través de tus palabras, pueda percibir la experiencia del amor de Dios que tú has tenido.

◗◗

Hay que preparar música instrumental y un pequeño trozo de papel para cada uno de los niños, donde esté escrita una cita bíblica, el cual se les dará en el momento del Celebramos. Las citas son las que encontramos en Textos para profundizar.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Is 54,10; 43,1; Jr 1,8; Heb 13,5; Dt 31,6; Is 49,16; Is 43,4; Mt

11,28; Sal 23,1; Sal 103,13; Jr 1,19; Jr 31,3; Jn 3,16; 1 Jn 3,10; 1 Jn 4, 7-21; Dt 7,7-8; Os 11, 1-4; Sal 146,8; 1 Jn 3,1; Jn 15,13.

• CEC: 218- 221, 299, 356.

• DV: 2.

• AG: 2.

• GS: 19.

• Deus Caritas est. Encíclica de Benedicto XVI. 24

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En tu presencia ◗◗

Iniciamos las sesión cantando El amor de Dios es maravilloso (la letra está al final de este encuentro).

◗◗

Posteriormente, proclamamos a dos coros los versículos del Salmo 18 que vienen en el libro del niño.

Nuestra vida Alguien nos cuida ◗◗

El catequista narra el siguiente texto:

El ritual de los indios Cherokee ¿Conoces la historia del rito para que los indios Cherokee (los indígenas de Estados Unidos) pasen de la infancia a la edad adulta?

Cuando el niño empieza su adolescencia, su padre lo lleva al bosque, le venda los ojos y se va, dejándolo solo. Él tiene la obligación de sentarse en un tronco toda la noche, y no puede quitarse la venda hasta que los rayos del sol brillen de nuevo en la mañana y él pueda sentir su calor.

El joven Cherokee no puede pedir auxilio a nadie. Si sobrevive a esa noche, no puede contar nada de lo ocurrido a sus amigos, porque cada uno debe vivir esta experiencia de manera personal.

El niño está naturalmente aterrorizado…, puede oír toda clase de ruidos: bestias salvajes que rondan a su alrededor, lobos que aúllan, quizás algún humano que puede hacerle daño.

Escucha el viento soplar y la hierva crujir, sentado estoicamente en el tronco, sin quitarse la venda. Ya que es la única manera en que puede llegar a ser un hombre.

Después de esa horrible noche, aparece el sol y el niño empieza a sentir su calor.

Se quita la venda y descubre a su padre sentado junto a él, el cual le sonríe.

Su padre no se ha ido, ha velado toda la noche en silencio, sentado en un tronco para proteger a su hijo del peligro, sin que él se dé cuenta.

De la misma forma, nosotros nunca estamos solos. Aun cuando no podamos verlo, en medio de las oscuridades de la vida, nuestro Padre Celestial está a nuestro lado, velando por nosotros, siempre. ◗◗

Después, el catequista pregunta a los niños: −− ¿De qué se trató la historia? −− ¿Por qué el niño tenia que pasar la noche en el bosque? −− ¿Qué crees que sentía el niño con los ojos vendados? −− ¿Qué experimentaría el niño al quitarse la venda? ¿Por qué? −− ¿Podemos decir que el papá amaba poco o mucho a su hijo? ¿Por qué?

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Iluminamos la vida Dios nos ama y nos protege Pongamos atención a lo que Dios nos dice: Eres valioso para mí y yo te amo Así dice el Señor: “No temas que yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre y eres mío. Si atraviesas las aguas, yo estaré contigo; en los ríos no te ahogarás. Si pasas por el fuego, no arderás, la llama no te quemará…, y es que tú vales mucho para mí, eres valioso y yo te amo”.

Isaías 43,1-2.4 ◗◗

El catequista comenta el texto y lo relaciona con el cuento. Puede utilizar las siguientes preguntas u otras semejantes: −− ¿De

qué nos habla la lectura? −− ¿Por qué nos ama Dios? −− ¿Cómo sabemos que él está siempre con nosotros? −− ¿Qué relación hay entre el cuento que escucharon y la cita bíblica?

Dios nos crea por amor Dios te ama y te acepta tal como eres. No por lo que tienes o por lo que sabes, sino simplemente por que eres su hijo, y Él te ha creado con infinito amor.

Dios creó el mundo y todo lo que existe. Es importante tener siempre presente que Dios ha creado todo para cada uno de nosotros, es un Padre amoroso y, con ese amor, preparó la creación para que en ella habitáramos.

Cuando Dios creó al ser humano, lo hizo a su imagen y semejanza, porque Él tiene un plan de amor para ti y para cada uno de nosotros. Este plan es que seamos felices siempre. El amor de Dios es la primera y última razón de la creación.

Un amor que nunca nos abandona Pero el amor de Dios no solo se manifiesta en que nos ha creado, sino que también: • Es un amor fiel y firme. Él mismo nos dice: “Podrá una madre abandonar al hijo, pero yo no te olvido”. Siempre está con nosotros. Aunque no lo vemos, sí lo podemos experimentar, es decir, sentir. Dios siempre busca la forma de hacernos sentir este amor.

• Es un amor que se manifiesta en que ha enviado a su Hijo al mundo, para que tengamos vida por él. (cf. 1Jn 4,8-9) • Es amor eterno (cf. Jr 31,3). Nunca se acaba, es inagotable. Como vimos en el tema anterior, en Dios siempre hay una comunicación amorosa 26

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entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Todos estamos invitados a participar de este amor. Quiere que seamos grandes amigos, que le tengamos confianza, que lo escuchemos que realmente tengamos la certeza de que él está siempre a nuestro lado.

• Es un amor providente. Siempre está pendiente de nuestras necesidades, y nos cuida en todo momento de nuestra vida. Él sabe hasta cuántos cabellos tenemos.

Es importante que tengamos presente el amor de Dios en nuestra vida para que pueda derramar todas sus gracias sobre nosotros. Él mismo nos ha dicho que jamás nos abandonará. Aunque a veces hagamos travesuras o nos portemos mal, el amor de Dios siempre estará con nosotros.

Los niños escriben en cada uno de los corazones el nombre de aquellas personas, lugares o momentos donde descubren el amor de Dios. ◗◗

En este momento el catequista puede narrar, de manera breve, alguna ocasión en que ha experimentado el amor de Dios en su vida.

Los niños, siguiendo el código, descubren el mensaje oculto.

Solución DIOS ME AMA Y SIEMPRE ESTÁ CONMIGO.

Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Platicaré con mis amigos y familiares del amor que Dios nos tiene.

Celebramos ◗◗

Colocamos los pedacitos de papel, con citas bíblicas sobre el amor de Dios, en un lugar visible.

◗◗

Ambientamos con música instrumental o algún otro recurso, para que se consiga un ambiente propicio para la oración.

◗◗

Invitamos a los niños para que se sienten cómodamente y cierren sus ojos.

◗◗

Hacemos un ejercicio de relajación. Pedimos a los niños que dirijan su atención a su respiración, a cada una de las partes de su cuerpo…, así hasta concentrarse en su corazón. Hacemos entren en él y busquen la presencia de Dios. Ahí está, es cosa de buscarla.

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◗◗

Después, hay que invitarlos para que hablen con Él, que sientan su presencia, su amor (guardar unos instantes de silencio).

◗◗

Es un buen momento para hacer una oración de agradecimiento por el amor que Dios nos tiene. Le pedimos que nos ayude a experimentarlo siempre. Motivamos a algunos niños para que hagan su oración en voz alta.

◗◗

Por último les pedimos que uno tome un papelito; en él encontraran un mensaje de Dios. Debemos de tener presente ese mensaje durante toda la semana, y comentarlo con nuestra familia.

◗◗

Cantamos nuevamente El amor de Dios es maravilloso.

El amor de Dios es maravilloso El amor de Dios es maravilloso. (3) Grande es el amor de Dios.

Tan alto, tan alto, que no puedo estar arriba de él.

Tan bajo, tan bajo, que no puedo estar debajo de él.

Tan ancho, tan ancho, que no puedo estar afuera de él.

Grande es el amor de Dios.

Guardo en mi corazón Dios es mi Padre. Él me conoce y me ama.

Para vivir en familia • Platica a tus papás del mensaje que Dios te ha dado en el papelito con la cita bíblica.

• Hablen con Dios por medio de la oración y pídanle que les permita descubrir su amor en familia y en cada momento de su vida.

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Dios sepecamos, comunicarechazamos conmigo: Cuando Biblia elLa amor de Dios

Objetivo: Que los niños descubran el origen del pecado y sus consecuencias, para que procuren alejarse de él y así mantenerse cerca del amor de Dios.

Toma en cuenta que… ◗◗

Es importante que en este tema se hable de forma clara, pero a la vez seria, para que los niños puedan entender la gravedad del pecado, pero a la vez la esperanza.

◗◗

Hay que preparar una caja mediana, forrada a nuestro gusto; en ella introduciremos dibujos, guiñoles o frases relacionadas con Génesis 3,1-23. Esto nos servirá de apoyo para el desarrollo del Iluminamos la vida.

◗◗

En el momento celebrativo de este encuentro es importante crear un ambiente que invite a la penitencia.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Mt 15,3; Sant 1,13-15; Rm 3,23; 5,12ss; 3,24-26; Heb 1,3; 1 Cor 15,3.

• CEC: 1846-1869.

• GS: 13.

• Reconciliatio et Paenitentia: 14-18.

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En tu presencia ◗◗

Todos juntos dicen la siguiente oración:

Encontrarnos con tu Palabra Padre Dios, en este día llegamos con gran gozo para encontrarnos nuevamente contigo en tu Palabra.

Que, desde nuestra pequeñez, logremos descubrir lo que quieres de cada uno de nosotros.

María, madre nuestra, en tus manos ponemos nuestro corazón para que nos acojas y así podamos llevar la Palabra de nuestro Padre Dios a nuestra familia, como tú lo hiciste: con fidelidad y alegría. Amén.

Nuestra vida Actos y consecuencias ◗◗

En el encuentro anterior, vimos que Dios es maravilloso porque nos ama.

◗◗

El día de hoy, hablaremos de aquello que puede separarnos del amor de Dios.

◗◗

El catequista lee el siguiente relato:

Un día de catequesis, llegó la catequista Elena angustiada y sorprendida. Antes de llegar a la parroquia, vio en el camino a unos niños que apedreaban a dos pajaritos y pateaban las botellas de vidrio vacías que encontraban por la calle hacia la carretera.

Elena, al ver el comportamiento de los niños, se acercó a ellos y les pidió, muy amablemente, que se detuvieran pues podrían provocar un accidente, además de que no era bueno que maltrataran a los animales. Pero los niños se burlaron de ella y no le hicieron caso.

Como continuaron comportándose de esa manera, su mamá se dio cuenta. Se acercó a ellos y les dijo que Elena ya les había pedido que no lo hicieran, pero ahora sus acciones tendrían consecuencias. Así que recibieron una fuerte sanción: no podrían utilizar la computadora, ver televisión, ni entrar a Facebook.

Además de que tendrían que hacer en casa más labores de las que de por sí les correspondían. ◗◗ Después, pregunta a los niños: −− ¿Alguna

vez te has encontrado en una situación similar a la de los niños de la

historia? −− ¿Qué consecuencias sufriste?

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Iluminamos la vida Una historia desde los inicios El pecado tiene su origen en los inicios de la humanidad, cuando el hombre desobedeció a Dios. El hombre y la mujer se dejaron engañar por el diablo, disfrazado de serpiente, quisieron ser igual a Dios y no quisieron sujetarse a su autoridad. Esa actitud rebelde ante Dios es heredada de generación en generación; por eso nosotros. en ocasiones, no hacemos la voluntad de Dios y nos alejamos de él.

Cuando el hombre se ha dejado dominar completamente por el pecado, es conducido a la muerte.

Adán y Eva pecaron; entonces se vieron desnudos y sintieron vergüenza, es decir, se sintieron despojados de la amistad de Dios. Perdieron su identidad; por eso huyeron de su presencia y se escondieron pensando que así se ocultarían de su mirada.

Oí tus pasos y tuve miedo Oyeron después los pasos del Señor Dios que se paseaba por el huerto al fresco de la tarde, y el hombre y su mujer se escondieron de su vista entre los árboles del huerto. Pero el Señor Dios llamó al hombre diciendo: –¿Dónde estás?

El hombre respondió: –Oí tus pasos en el huerto, tuve miedo y me escondí, porque estaba desnudo.

El Señor Dios le preguntó: –¿Quién te hizo saber que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol que te prohibí comer?

Génesis 3,9-11

Consecuencias del pecado La consecuencia más grave de la desobediencia de Adán y Eva es que perdieron la amistad de Dios; además fueron expulsados del paraíso. Antes de desobedecer vivían en plena comunión con Dios, con su pareja y con la creación y nada les faltaba. Ahora tendrán que sufrir para conseguir su alimento, inclusive para tener a sus hijos (Gn 3,14-22).

Actualmente el pecado afecta el corazón de todos los hombres, es decir, todos estamos expuestos a su inf luencia, incluso los niños. Para que el pecado no nos domine, debemos ser dóciles a la voluntad de Dios y no caer en malas actitudes.

En amistad con Dios Para mantenernos en amistad con Dios y evitar el pecado, debemos:

•

Amar a nuestros padres y obedecerles, porque a través de ellos Dios nos habla.

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• Respetar

a nuestros semejantes y no discriminar a nadie por razón de su sexo, nivel socioeconómico, religión, nacionalidad o impedimentos físicos y mentales.

• Aprender a respetar las opiniones y costumbres de los demás, aunque no sean iguales a las nuestras.

• Respetar las leyes que rigen la sociedad.

• Apreciar y respetar a nuestros maestros, así como tener buena conducta en la escuela.

• Respetar nuestro cuerpo y nuestros sentimientos, pues son un valioso tesoro que Dios nos ha dado.

• Hablar siempre con la verdad y cumplir con lo prometido.

• Cuidar el medio ambiente y respetar a todos los seres vivos que están cerca de nosotros.

• Ser buenos ciudadanos participando en las acciones que promueven el bien común.

Hemos dicho que el pecado es todo aquello que nos aleja de la amistad con Dios.

A pesar de que el ser humano continúa pecando, tenemos la oportunidad de arrepentirnos y de gozar, desde nuestro corazón, una vida nueva y plena de felicidad.

Recordemos que el bien es más poderoso que el mal, como señala san Pablo: “Cuanto más se multiplicó el pecado, más abundó la gracia” (Rom 5,20).

Dios nos hace la invitación para vivir en amistad con Él, dándonos la oportunidad de corregir nuestros errores para descubrir a un Dios misericordioso, capaz de darnos todo por amor.

Los niños ordenan las imágenes de acuerdo al relato del Génesis.

Solución:

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1

2

4

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Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Escribo en una hoja de papel aquellos pecados de los que quiero alejarme durante esta semana.

Celebramos ◗◗

Cada niño lee, de forma personal y en silencio, los pecados de los que se propone alejarse durante la semana. Después, realiza una oración de petición para poder llevar a cabo su compromiso.

◗◗

Después realizan el siguiente canto:

El diablo está enojado El diablo está enojado; hay una razón: (3) Cristo vive en mi corazón y mis pecados son perdonados.

Yo amo a María; hay una razón…

Yo amo a mi hermano; hay una razón…

Me están saliendo alitas; hay una razón…

Guardo en mi corazón El pecado me aleja de Dios, pero si confío en Él y le permito que actúe en mí, siempre podré sentir su amor.

Para vivir en familia • Elaboramos una lista de aquellos pecados que afectan nuestra relación como familia.

• Pedimos a Dios nos ayude a superarlos para dar testimonio de su amor.

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En Jesús, Dios nos salva

Objetivo: Que los niños vean en la venida de Jesús al mundo un acto amoroso de Dios Padre, y así le agradezcan por habernos enviado a su Hijo para nuestra salvación.

Toma en cuenta que… ◗◗

Es importante relacionar este tema con los dos anteriores, para así ubicar a los niños en la importancia de la venida de Jesús para redimirnos del pecado y mostrarnos el amor de Dios.

◗◗

Este tema debe darse de una forma personal, alegre y gozosa, pero sobre todo vivencial. Que el niño a través de las palabras pueda percibir nuestra propia experiencia de salvación.

◗◗

Hay que preparar una cinta adhesiva para la dinámica.

◗◗

Para el Celebramos, hay que preparar una imagen de Jesús resucitado.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: 1 Cor 15,1-5.12-19; Fil 2,5-11; Ef 1,3-7; 1 Jn 4,14; Lc 1,55.68-71; Hech 15,11.

• CEC: 456-481,601-605, 608-609, 613-618, 638-655.

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En tu presencia La oración es espontanea, agradeciendo a Dios por permitirles reunirse un día más para escuchar y acoger su Palabra en la catequesis.

Nuestra vida La cinta ◗◗

El catequista entrega a cada uno de los niños un pedazo de cinta adhesiva y pide que se la peguen en el dorso de la mano derecha (los que son diestros) o de la izquierda (para los zurdos).

◗◗

La mano que queda libre se coloca en la espalda y no puede ser utilizada para este ejercicio.

◗◗

Se les indica que quien pueda arrancarse la cinta solo con la mano que está libre, obtendrá un premio. Se deja los minutos necesarios para que los niños intenten quitarse la cinta. Entonces, les da la siguiente indicación:

Como hemos visto, no es fácil quitarnos esa cinta… Y ahora, ¿cómo la quitaremos?

Quitémosla con la otra mano. ◗◗

Después, se apoya de las siguientes preguntas para profundizar en la experiencia: −− ¿Por

qué no pudimos arrancarnos la cinta? −− ¿Qué sentimos cuando no podíamos arrancar la cinta? −− ¿Por qué solo la pudimos arrancar con la otra mano? −− ¿Qué sentimos cuando nos quitamos la cinta?

El pecado en nuestra vida es como esta cinta: se nos pega y no lo podemos quitar.

Necesitamos de “Alguien” para poder quitarlo de nosotros.

Iluminamos la vida Dios envía a su Hijo Dios no abandonó a los hombres, a pesar del pecado. Por el contrario, nos envió a su Hijo para salvarnos.

Para que tengamos vida eterna Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenarlo, sino para salvarlo por medio de él. El que cree en él no será condenado.

Juan 3,16-18 35

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Dios, a pesar de que había mandado tantos mensajeros a la tierra para enseñarle al hombre cómo debía portarse para ser feliz, ve con tristeza que todos sus esfuerzos habían sido inútiles. Los hombres seguían portándose mal y entendían mal sus mensajes.

Fue entonces cuando se le ocurrió que la única manera de que el hombre entendiera su mensaje de salvación, era que él mismo viniera a explicárnoslo.

Dios nos envió a su Hijo Jesús, que también es Dios, para enseñarnos lo que debíamos hacer para poder ir al cielo con él. Él sabía que no iba a ser fácil, pero confiaba en que, a pesar de todo, habría hombres y mujeres que le harían caso y lo seguirían: pensó en ti y en mí. Como nos quiere tanto, decidió que valía la pena cualquier cosa con tal de que seamos felices, ya que para eso nos creó.

Jesús, enviado para salvarnos Para salvar al mundo de sus pecados, Dios no mandó a un ángel: envía a su propio Hijo. El Salvador es Jesucristo, el Hijo de Dios, nacido de las entrañas purísimas de la Virgen María. Por eso el Señor se llama Jesús, que quiere decir Salvador. El arcángel Gabriel se lo dijo así a san José: La Virgen “dará a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús, porque salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1,21).

Dios es justo y no se contradice; así que realizar su plan para librarnos de la condenación y recibir el perdón por nuestros pecados, implicaba que alguien fuera nuestro redentor y pagara el precio por salvarnos.

Por eso Dios envió a Jesús, su único Hijo quien, siendo igual a Él, se hizo hombre y vivió una vida normal, pero sin pecado. Fue tentado en todo, pero no falló en nada (Hebreos 4,14-16). Él aceptó el desafío más grande: pagar una deuda que no era suya y morir para salvarnos de la muerte. ¡Él fue y es nuestra única esperanza!

Para salvarnos, Jesús nace en Belén de Judá, en una cueva; aún en su nacimiento nos da una lección de humildad. Durante muchos años vive en Nazaret con José y María, aprendiendo todo lo que ellos le enseñaban. A esta época de la vida de Jesús la llamamos “vida oculta”. Al cumplir alrededor de treinta años, deja Nazaret y comienza su “vida pública”. Para ella escoge a doce de sus discípulos para que sean sus apóstoles, y empieza su predicación donde nos enseña lo que tenemos que hacer para lograr la salvación.

Salvarnos del pecado y devolvernos la vida de amistad con Dios significó, para Jesús, morir por amor a nosotros en la cruz. Esta muerte era de las más crueles; pero era necesario que Jesús muriese de esa forma para que nos diéramos cuenta de la gravedad del pecado. Al tercer día resucitó como lo había anunciado a sus discípulos.

Con la resurrección, Cristo vuelve a la vida y vence a la muerte y al pecado. Cuando llegó el momento, sube al cielo y está sentado a la derecha del Padre. Desde ahí nos ayuda en nuestro peregrinar por la vida para que podamos llegar al cielo. Cuando celebramos la resurrección de Cristo, celebramos nuestra propia resurrección; por eso la resurrección de Jesús es nuestra mayor alegría.

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Los niños escriben en las líneas de qué los ha salvado Jesús.

Los niños resuelven el crucigrama.

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S Horizontales 1. Jesús nos da vida por medio de su…

2. La salvación es para…

3. Jesús nos salva del…

4. Dios quiere salvarnos por…

Verticales 5. Jesús venció a la…

6. Jesús al tercer día 7. Jesús murió en la…

8. es la solución de Dios al pecado.

9. Jesús es…

10. entregó a su Hijo único.

Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Visitaré a Jesús en el sagrario para agradecerle el sacrificio que hizo por nosotros para darnos la salvación.

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Celebramos ◗◗

Pedir a los niños que se coloquen alrededor de la imagen de Jesús resucitado y exhortarlos:

Debemos ser agradecidos con Jesús (recordar formas de ser agradecidos con el Señor y ponerse propósitos para esa semana).

“Es de hijos bien nacidos el ser agradecidos”, dice un refrán. Después de ver lo que Jesucristo ha hecho por nosotros, no podemos dejar de decirle: ¡Gracias, Señor, porque me has salvado por amor! Agradezcamos a Dios por habernos salvado. ◗◗ Se motiva a algunos niños para que hagan, en voz alta, su oración de acción de gracias. ◗◗

Por último, cantamos Cristo rompe las cadenas.

Cristo rompe las cadenas Vengamos todos y acerquémonos a él a recibir misericordia y perdón.

Vayamos llenos de esperanza y alegría, vengamos todos y acerquémonos a él.

Ninguno quede prisionero por el mal para acercarse bien confiados a Jesús.

Que ningún miedo paralice nuestros pasos ni nos impida recibir su absolución.

Cristo rompe las cadenas, las cadenas del pecado.

Cristo rompe las cadenas y nos da su libertad. ¿Cómo es posible ya vivir sin mi Jesús, si el fundamento de mi vida eres tú?

Tú me libraste del infierno y de la muerte. ¿Cómo es posible ya vivir sin mi Jesús?

Guardo en mi corazón Cristo rompe las cadenas del pecado y nos da la libertad.

Para vivir en familia • En familia, elaboramos una lista de aquellas cosas o situaciones de las que nos ha salvado Jesús.

• Visitamos a Jesús, presente en el sagrario, para agradecerle por darnos la salvación.

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Llamados a la conversión

Objetivo: Que los niños comprendan que para vivir una vida nueva es necesario dejar entrar a Cristo en nuestro corazón y arrepentirnos de nuestras malas acciones; así podremos ser mejores cada día.

Toma en cuenta que… ◗◗

Hay que relacionar este encuentro con los anteriores. La conversión es un proceso que debemos vivir de manera permanente y que nos lleva a abrazar la salvación de Jesús.

◗◗

Es importante que en el tema se deje entrever el propio proceso de conversión que vive el catequista y las satisfacciones que esto ha traído a su vida.

◗◗

Aunque sencillas, los niños pueden tener auténticas expresiones de conversión, por lo que hay que valorarlas y potenciarlas.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Dt 30,2; Jr 18,8; Mc 1,15; Lc 15,7; Lc 24,47.

• CEC: 160,385,442,545,591 • GS: 13-17.

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En tu presencia ◗◗

Iniciamos cantando Renuévame.

Renuévame Renuévame, Señor Jesús, ya no quiero ser igual.

Renuévame, Señor Jesús, pon en mí tu corazón.

Porque todo lo que hay dentro de mí necesita ser cambiado, Señor.

Porque todo lo que hay dentro de mi corazón necesita más de ti.

Nuestra vida Cambiar de vida ◗◗

El encuentro inicia con el siguiente relato:

Panchito era un niño que tenía dos hermanitas: Flor y Carmela. Ellas habían sufrido mucho porque su papá, don Raymundo, se emborrachaba cada fin de semana.

Aunque él trabajaba y traía el sustento para la familia, a ellas les desagradaba mucho ver a su papá llegar a casa, cayéndose y con un olor y aspecto desagradable.

Muchas veces le dijeron que ya no bebiera, pero él no hacía caso. Un día, cuando regresaba del trabajo, estuvo a punto de ser atropellado por una camioneta; sólo le dio un “aventón” y todo quedó en raspones y duros golpes, pero sobre todo en un gran susto.

Don Raymundo comprendió que no ganaba nada con seguir ese tipo de vida; por ello tomó una gran decisión: nunca más probaría el alcohol porque éste sólo le había traído males y además estaba perdiendo el cariño y el respeto de su esposa e hijos. Fue a la iglesia a dar gracias a Dios y a prometerle que iba a cambiar y que nunca más iba a tomar alcohol.

Y así fue. Don Raymundo se había convertido de su mala vida. ◗◗ Después, el catequista cuestiona a los niños: −− Si

Don Raymundo hubiera seguido tomando alcohol, ¿qué le habría pasado? −− ¿Qué llevó a Don Raymundo a cambiar de vida? −− ¿Era imposible que Don Raymundo se convirtiera de su mala vida? −− ¿Qué beneficios crees que trajo para su familia que él cambiara y dejara de tomar?

Cuando nos damos cuenta de que nuestras malas acciones sólo nos meten en problemas y hemos dañado a otras personas, es el momento de tomar la decisión de cambiar de vida.

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Iluminamos la vida Jesús nos invita a la conversión Jesús inicia su predicación con una invitación a la conversión, porque es importante recibir el reino de los cielos con un corazón nuevo. Si quisiéramos recibir el tiempo de la salvación con el mismo corazón duro que tenemos, no serviría de nada; sería como el vino nuevo que es vaciado en odres viejos.

Convertirse por el reino Desde entonces empezó Jesús a predicar diciendo: Conviértanse, porque está llegando el reino de los cielos.

Mateo 4,17 Esta es la invitación más directa que hace Jesús, porque es el primer paso hacia la salvación. Si decimos que tenemos fe y no nos convertimos sólo haremos de la fe una simple teoría. Por eso Jesús, que vino a renovar la humanidad, pide a sus oyentes un cambio de vida.

La conversión es un cambio interior, es un cambio en el corazón y en la mente que nos lleva, después, a un cambio exterior. Tenemos que cambiar nuestra manera de pensar egoísta, individualista, así como nuestros malos deseos y emociones negativas, para que podamos cambiar nuestra conducta y así, cambiará nuestra percepción de la felicidad (Rom 12,2).

Convertirnos para vivir en abundancia Debemos convertirnos del pecado porque éste sólo nos llevará a la muerte: “El pago del pecado es la muerte” (Rom 6,23). Dios quiere que nosotros tengamos vida en abundancia; por eso Jesús nos invita a salirnos del camino que lleva a la muerte y pasarnos al camino que lleva a la vida.

La obra de la conversión es una obra divina. Dios es el primero que nos busca y nos invita a cambiar. Si somos dóciles a su amor lograremos nuestra salvación, porque por nosotros mismos somos incapaces de salvarnos. Así que no tengas miedo, no lo dudes, déjalo entrar en tu corazón.

Convertirnos significa vivir en la luz; por el contario, vivir en pecado significa estar en la oscuridad. La luz es sinónimo de vida y de alegría; eso es lo que Jesús quiere traer a nuestra vida.

Los niños clasifican las distintas acciones de la lista según pertenezcan a la vida en pecado (oscuridad) o a la vida de conversión (luz).

Solución en la siguiente página 41

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Obras de la luz

Obras de las tinieblas

Respeto a mis padres y no les grito.

Ayudo en el quehacer de la casa.

No golpeo y no molesto a niños más pequeños que yo.

Amo a Dios y obedezco sus mandamientos.

Hago el bien a los demás y no digo mentiras.

Peleo por las cosas sin importancia con mis hermanos y compañeros.

Sólo quiero ver la televisión y jugar todo el día.

No obedezco a mis padres y hago berrinches.

Me burlo de los demás y miento.

No quiero ir a la iglesia.

Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Pienso

en una buena obra que quiera hacer durante la semana para expresar mi deseo de convertirme y aceptar a Cristo en mi vida.

Celebramos ◗◗

Los niños tienen presente la acción con la que se comprometerán. Durante la oración cada uno la enuncia en voz alta, diciendo:

◗◗

Amigo Jesús: Yo (nombre del niño) te acepto en mi corazón y me comprometo a cambiar para vivir en tu amor. Por eso, esta semana (dice su compromiso).

◗◗

Cantamos Haz de mí un vaso nuevo.

Haz de mí un vaso nuevo Gracias quiero darte por amarme.

Gracias quiero darte yo a ti, Señor.

Hoy soy feliz porque te conocí.

Gracias por amarme a mí también.

Yo quiero ser, Señor amado, como el barro en manos del alfarero.

Toma mi vida, hazla de nuevo.

Yo quiero ser un vaso nuevo.

Guardo en mi corazón El camino para alcanzar la salvación comienza con mi conversión a Dios.

Para vivir en familia • Compartiré con mi familia el compromiso que he hecho durante la catequesis.

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Jesús Dios es se el comunica rey de miconmigo: vida La Biblia

Objetivo: Que los niños descubran y proclamen a Jesús como el Rey de su vida, teniendo la cruz como signo de compromiso y pertenencia al reino de Dios.

Toma en cuenta que… ◗◗

En este encuentro, como en los anteriores, debe ser primordial la experiencia de fe que ha tenido el catequista para aceptar a Jesús como su rey.

◗◗

Es importante que en este encuentro se explique el significado del símbolo de la cruz.

◗◗

Preparar con anterioridad una corona de papel o cartulina para cada niño.

◗◗

Seria conveniente hacer el momento celebrativo delante del sagrario. Si esto no es posible, preparar un pequeño altar con una imagen de Jesús.

◗◗

Podemos utilizar música instrumental de fondo.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Hech 2,36; Mt 28,18b; Rm 10,9-10; Ap 22,20: 2 Tm 2,12; Ef 1,7.

• CEC: 668-670,680.

• Carta Encíclica Quas Primas (sobre la Fiesta de Cristo Rey): 6-19.

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En tu presencia ◗◗

Iniciamos proclamando el Salmo 24,1-2. 9-10.

El Señor es el rey de la gloria Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el mundo y todos sus habitantes.

Pues Él la estableció sobre los mares, Él la fundó sobre los ríos.

¡Puertas, levanten sus dinteles, elévense, compuertas eternas, para que entre el rey de la gloria! ¿Quién es el rey de la gloria?

El Señor todopoderoso, Él es el rey de la gloria.

Nuestra vida El rey pide ◗◗

El catequista hará las veces de “rey”.

◗◗

Los niños formarán dos equipos. Cada equipo elige un nombre a fin de favorecer la animación.

◗◗

Cada equipo elige un “paje”. Éste será el único que pueda llevar lo que el rey pida.

◗◗

El rey pedirá en voz alta, por ejemplo “un reloj”, “un lápiz”, “una gorra”, etcétera.

◗◗

Cada equipo trata de conseguir lo que el rey indique de entre las pertenencias que cada uno trae, a fin de que el paje lo lleve prontamente al rey. Sólo se recibe el regalo del primero que lo entregue. Ganará el equipo que haya llevado más objetos al catequista.

◗◗

Después pregunta a los niños: −− Estuvimos

jugando “el rey pide”, pero ¿qué es un rey? −− ¿Quién puede recordar alguna característica de un rey? −− ¿Por qué es importante un rey? −− ¿En qué se diferencia un rey bueno de uno malo?

Un rey es la autoridad máxima de un reino, pueblo o país. Antes había muchos reyes, los cuales defendían a su pueblo y el pueblo los servía en todo. A estos se les llamaba “Señor”, que quiere decir: “El que tiene dominio sobre algo o alguien”. Seguramente hemos escuchado o leído algún cuento que hable de algún rey o hemos visto alguna película donde aparece alguno o varios reyes.

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Iluminamos la vida Jesús, un gran rey Cuando alguien acepta tener un rey, está dispuesto a ser fiel y a quererlo. Confía en que él hará lo mejor para protegerlo y darle lo que necesita. Así es Jesús con nosotros, si lo aceptamos como rey.

Jesús es el Señor Cristo Jesús, siendo de condición divina, no se consideró codiciable al ser igual a Dios. Al contrario, se despojó de su grandeza, tomó la conciencia de esclavo y se hizo semejante a los hombres. Y en su condición de hombre, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó y le dio el nombre que está por encima de todo nombre, para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua proclame que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Filipenses 2,5-11 ◗◗

El catequista pregunta a los niños: −− ¿De

qué nos habla la lectura? −− ¿Por qué al nombre de Jesús se debe de doblar toda rodilla? −− ¿Jesús tiene las características de un rey? −− ¿Jesús es un rey bueno o malo? ¿Por qué?

En nuestra lección anterior, hemos aceptado a Jesús como nuestro salvador, ya que él ha sido la solución de Dios. Pero, si realmente lo hemos aceptado, es importante hacer lo que nos dice san Pablo para que, día con día, experimentemos la salvación (Rom 10,9-10).

Proclamar que Jesús es el Señor Imaginemos que en el centro de nuestro corazón hay un trono y, al proclamar a Jesús como “Señor”, lo invitamos a que él ocupe ese lugar. Desde ahí, él nos va diciendo qué es lo que debemos de hacer y cómo lo debemos de hacer. ◗◗

Invitar a los niños a que vean el dibujo de su catecismo (página 28).

Dios, al otorgarle a Jesús el titulo de Señor, lo constituye como dueño absoluto de todo el universo:

• Sobre el tiempo: pasado, presente y futuro.

• Sobre el mundo visible e invisible: vivos y muertos…

• Sobre la creación: hombres, animales, plantas, tierra… Él reina de una forma única y especial:

• Reina en las inteligencias de los hombres, porque él es la Verdad y la da a conocer a aquellos que se la piden.

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• Reina en las voluntades de los hombres porque, con sus inspiraciones, influye en nuestra libre voluntad y la enciende en nobles propósitos.

• Reina

en los corazones de los hombres porque, con su caridad y con su mansedumbre, se hace amar y ama, lo que da una profunda y verdadera felicidad.

El señorío de Jesús es total, es decir, él quiere el 100% de nosotros: de nuestros pensamientos, de nuestro corazón, de nuestras palabras y acciones… ¡Deja que él tome el control de tu vida! ¡Deja que te ilumine con su luz! ¡Que realmente sea el centro de tu vida!

Si nos damos cuenta, muchas veces le hemos robado a Jesús su corona de Rey, y nos la hemos puesto nosotros. Nos proclamamos reyes y hacemos todo lo contario a lo que es el reino de Jesús. Por eso Jesús hoy nos invita a regresarle nuevamente la corona, para que él pueda reinar en nuestro corazón siempre.

Proclamar a Jesús como Señor, debe de ser con decisión, es decir, conocerlo, tratarlo más, hacerlo nuestro mejor amigo, buscarlo para enfrentar con él los problemas que se nos presenten. Nos compromete a realizar lo que él hacía.

Por lo cual ahora debemos de preguntarnos: −− ¿A

quién queremos seguir? −− ¿Vamos a aceptar el amor de Dios? −− ¿Queremos que Jesús sea el Señor de nuestra vida?

Los niños escriben en las líneas a qué deben renunciar para que Jesús sea Rey de su vida.

Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Escribo en las coronas aquellas actividades, lugares o personas en las que dejaré que Jesús sea rey (escuela, familia, juegos, etcétera).

Celebramos ◗◗

Si es posible, este momento se desarrolla frente al sagrario o frente a una imagen de Jesús.

◗◗

El catequista entrega a los niños las coronas de cartulina o de papel. Pide que se las coloquen. Puede motivarlos de la siguiente manera: Muchas veces le hemos quitado la corona a Jesús y nos la hemos puesto nosotros, con nuestras actitudes, palabras… Vamos a devolverle a Jesús la corona, reconociéndolo como el Señor de toda nuestra vida.

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◗◗

Los niños dicen la siguiente oración. Al terminarla se quitan la corona.

Jesús, te acepto como mi Rey Jesús: yo acepto hoy tu Evangelio como norma de toda mi vida, y a ti como el modelo al cual voy a seguir de hoy en adelante.

Te proclamo como el Señor, mi Señor, te doy toda autoridad sobre mí.

Reconozco que tú, y solo tú, tienes el poder sobre mí.

Te entrego toda mi vida hoy y para siempre.

Y como signo, te entrego mi corona y me pongo de rodillas para reconocer tu total autoridad sobre mí.

◗◗

Los niños, en silencio, dejan su corona delante del sagrario y se arrodillan ante él.

◗◗

El catequista los invita a pensar sobre lo que escribieron en las coronas dibujadas en la página 30 de su catecismo. Después, proclaman las siguientes peticiones. A cada una responderán: ¡Jesús es mi Señor! −− De mi familia y amistades… −− De mi cuerpo y de mi alma… −− De mis estudios… −− De la televisión y lecturas… −− De mi salud y enfermedad… −− De mi patria y de mi hogar… −− De mis amigos y de mis −− De mis juegos… conocidos… −− De mis ojos, oídos, manos y pies…

◗◗

Y ahora, juntos, hagamos la oración que el mismo Señor Jesús nos ha enseñado: Padrenuestro…

◗◗

Terminamos este momento de oración, en el cual hemos aceptado a Jesús como el Señor de nuestras vidas, con el canto El Señor es mi Rey.

El Señor es mi Rey El Señor es mi Rey, mi todo.

El Señor es mi luz, mi Rey...

El que me hace vibrar de gozo.

El que guía mis pasos.

El que extiende sus brazos.

El creador de los cielos.

Guardo en mi corazón El señorío de Jesús es total: él quiere reinar en mi corazón, en mis pensamientos, palabras y acciones.

Para vivir en familia • Trabajaremos para que Jesús sea el Rey de nuestra familia.

• Juntos, hacemos la oración de consagración que hemos realizado durante la catequesis.

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Celebración1

Entrega del signo de la cruz Preparación ◗◗

Esta celebración puede realizarse dentro de la Eucaristía dominical. Si no es posible, entonces puede desarrollarse como una celebración de la Palabra.

◗◗

Es importante que sea una celebración alegre. Que los niños comprendan que es el culmen de la primera etapa del proceso catecumenal.

◗◗

El material que utilizaremos es:

• Una cruz o crucifijo.

• La Biblia.

• Pequeñas cruces. Éstas serán entregadas a cada niño que termina la etapa kerigmática.

Procesión de entrada Monición: Nos hemos reunido para dar gracias a Dios por estos hermanos nuestros que han terminado su primera etapa de formación para la Primera Comunión: la etapa kerigmática. Ellos manifiestan estar dispuestos a proseguir el camino del conocimiento y aceptación de Jesucristo como el Señor de sus vidas. Recibámoslos y pidamos por ellos, para que no desistan en este proceso que hoy se comprometen a continuar. ◗◗

Los catequizandos que han terminado su etapa kerigmática, entran junto con el sacerdote o catequista al lugar preparado.

◗◗

Son precedidos por el crucifijo y la Biblia, que es llevada en alto.

◗◗

La comunidad los recibe con alegría, entonando un canto apropiado.

◗◗

Las lecturas pueden ser las propuestas a continuación o las propias de la misa dominical. −− Primera lectura:

(Rm 8, 28-39): “¿Quién nos apartará del amor de Dios?”. −− Salmo Responsorial (Sal 22): “El Señor es mi pastor; nada me falta”. −− Evangelio (Mc 8, 34-38). ◗◗

A continuación sigue la homilía. Si el celebrante es un catequista, hace una breve reflexión sobre el simbolismo de la cruz en la vida del cristiano.

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Peticiones Celebrante: Después de recorrer la primera etapa en su camino de preparación, nuestros hermanos llegan hoy a este gran momento. ¡Reciban nuestra felicitación por esta gracia de Dios!

Ahora todos nosotros vamos a orar, para que nuestros hermanos puedan continuar el camino hasta llegar a participar plenamente de la vida de Cristo.

Todos:

Te rogamos, Señor.

Lector:

Para que acojan con valiente y decidido corazón la voluntad de Dios.

Todos:

Te rogamos, Señor.

Catequista: Para que en su camino reciban nuestra ayuda sincera y constante.

Todos:

Te rogamos, Señor.

Papá o mamá:

Para que prosigan su camino sostenidos por nuestro amor y nuestro apoyo.

Todos:

Te rogamos, Señor.

Catequista: Para que sus corazones y los nuestros sean cada vez más sensibles a las necesidades de los demás.

Todos: ◗◗

Te rogamos, Señor.

Se pueden añadir otras peticiones.

Celebrante: Dios Nuestro, Creador de todas las cosas, te suplicamos que mires con bondad a estos siervos tuyos, para que siempre sean fervorosos en su espíritu, alegres por la esperanza y servidores fieles de tu nombre.

Condúcelos, Señor, por el camino de tu Hijo para que, unidos a la comunidad de los creyentes, lleven una vida feliz y logren los bienes eternos que nos has prometido. Por Jesucristo nuestro Señor.

Consentimiento y signación Celebrante: ¡Ojalá se acuerden siempre de Cristo y permanezcan fieles a él, pues los ha llamado a ustedes para que sean sus amigos!

Por esto serán signados con la cruz de Cristo, que es la señal de los cristianos. Este signo los moverá de ahora en adelante a que se acuerden de Cristo y de su amor.

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Celebrante: ¿Están dispuestos, guiados por el Espíritu Santo, a seguir el camino de Jesucristo?

Niños:

Sí, estamos dispuestos.

Celebrante: Como para proseguir el camino que hoy empiezan estos niños, necesitan del auxilio de nuestra fe y de nuestra caridad, les pregunto también a ustedes, amigos, papás y catequistas: ¿Se comprometen a colaborar para que lleguen a conocer a Cristo, luz del mundo?

Todos:

Sí, nos comprometemos.

Celebrante: Queridos niños, por el sentimiento que han tenido, ustedes han aceptado una vida y esperanza en Cristo. Ahora, para indicar su aceptación de seguir el camino de Jesús, serán signados con la señal de la cruz de Cristo. Toda la comunidad los recibe con amor y les ofrece su ayuda.

Celebrante: Recibe la señal de la cruz: Cristo te fortalece con el signo de su amor.

Aprende a conocerlo y a seguirlo. ◗◗

El celebrante signa a los niños en la frente.

◗◗

En la signación pueden participar los papás y padrinos de los niños. Mientras, se entona un canto apropiado.

Entrega de la cruz Celebrante: Padre de bondad, escucha benignamente nuestras oraciones y a estos hermanos y hermanas a quienes hemos marcado con la señal de la cruz de Cristo. Protégelos con tu fuerza, para que, prosiguiendo el camino de su iniciación salvadora, puedan llegar, por la observancia de tus mandamientos, a la gloria de renovar la vida bautismal. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Todos: Amén. ◗◗

Enseguida se bendicen las cruces que se entregaran a los niños.

◗◗

El sacerdote o ministro da a besar al catequizando la cruz. Después se la coloca en el cuello mientras dice: Celebrante: Recibe la señal del cristiano: la santa cruz.

◗◗

La misa continúa normalmente.

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módulo módulo Conocemos

Dios sale a nuestro encuentro la Buena Noticia de Jesús

En este módulo los niños…

• • •

Conocerán los aspectos fundamentales del ministerio de Jesús.

•

Celebrarán los conocimientos adquiridos en la entrega del Credo.

Comprenderán qué son los sacramentos.

Expresarán sus compromisos con la creación y con su prójimo como discípulos de Jesús.

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Jesús, la promesa anunciada por los profetas

Objetivo: Que los niños conozcan que el pueblo de Israel, ayudado por los profetas, vivía esperando que Dios cumpliera la promesa de enviar a un Mesías.

Toma en cuenta que… ◗◗

Es importante estudiar previamente este tema, para poder trasmitir la importancia del anuncio que se hizo de Jesús en el Antiguo Testamento y así descubrirlo como el Mesías prometido del Padre.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Is 4,2-6; 9,1-6; 11,1-9; 16,5; 32,1-8; Jr 17,24-27; 23,5ss; 30,9.21; 33,17; Os 3,4; Am 9,11; Miq 4,8; 5,1-3; Zac 9,9; Ez 2,3-4; Lc 4,18.

• Biblia de Jerusalén: Introducción a los libros proféticos.

• CEC: 422-429.

• LG: 33-36.

• Documento de Puebla: 187, 232-237, 1213.

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En tu presencia ◗◗

Cantamos El profeta.

El profeta Tú me llamas, Señor, y me quieres mandar a llevar tu Palabra por tierra y por mar.

Pero yo no podré anunciar tu Verdad, porque soy como un niño que no sabe hablar.

Ya, antes que hubieras nacido, por siempre pensaba yo en ti, no habías nacido y ya eras profeta, no habías nacido y te consagré.

No, no digas que eres un niño, un niño que no sabe hablar, no sientas tristeza, no temas al mundo pues siempre en la lucha contigo estaré.

Nuestra vida Las promesas ◗◗

El catequista platica con los niños acerca de lo que es una promesa.

Las promesas forman parte de nuestra vida. Los papás prometen hacer alguna cosa para sus hijos. Los políticos, los negociantes y los amigos hacen promesas. Todos hemos tenido que esperar que alguien cumpla con su promesa. ¡A veces tenemos que esperar largo tiempo! Otras tantas, podemos resultar decepcionados.

◗◗

Después profundiza con las siguientes preguntas: −− ¿Qué

es una promesa? −− ¿Alguna vez te han prometido algo? −− Quien te lo prometió, ¿cumplió su promesa? −− ¿Qué ocurrió en ti cuando se cumplió lo que te prometieron? −− ¿Qué cosas has prometido tú a los demás? ¿Cuáles has realizado?

Iluminamos la vida Dios nos promete al Mesías Dios también nos ha hecho promesas. La más importante de todas es que enviaría al Mesías, el Ungido de Dios. Para esto, habló a la humanidad a través de hombres concretos que nos recordaban cómo sería le llegada del salvador: los profetas.

Un rey que gobierna con justicia Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Sobre sus hombros descansa el poder y su nombre es: “Consejero prudente, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de la paz”. Acrecentará su soberanía y la paz no tendrá límites; establecerá y afianzará el trono y el reino de David sobre el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre.

Isaías 9,5-6 53

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◗◗

Profundiza la lectura con las siguientes preguntas: −− ¿Qué

nombres da el profeta Isaías al niño que será el Mesías? −− ¿Cómo será la paz que él pondrá? −− El profeta habla del este rey como un niño, ¿cómo será su reinado? −− ¿Con qué compara el reinado de ese niño?

Una promesa que da esperanza Todo el pueblo de Israel esperaba al Salvador. Aquí es importante tener claro que la esperanza es diferente a las expectativas. Por ejemplo: se acerca nuestro cumpleaños, tenemos esperanzas en recibir un regalo porque nuestros papás nos lo han prometido.

Entonces empezamos a pensar qué podrá ser ese regalo y nos imaginamos muchas cosas: una bicicleta, una muñeca, etcétera. Nuestra esperanza es que nos darán un regalo y nuestras expectativas son todo lo que imaginamos sobre ese regalo.

En el pueblo de Israel, la esperanza de que Dios enviaría al Mesías siempre estuvo presente; pero la manera como se lo imaginaban, o sea sus expectativas, eran muy diversas, según lo que iban viviendo. Es por eso que, a través del tiempo, Dios fue enviando “pistas” para que pudieran entrever quién y cómo sería el enviado de Dios.

Por eso cuando vino Jesús, muchas de las personas que conocían estas “pistas” se dieron cuenta de algo muy importante: Jesús es el Mesías prometido por Dios. ¡Dios había cumplido su promesa!

Dios nos da pistas Los anuncios, “pistas”, de salvación de los profetas tienen tres características:

• Afirmaciones:

Dios siempre se apiada de su pueblo, se vuelve a él y lo libera, como por ejemplo cuando eran esclavos en Egipto o en el destierro de Babilonia. Dios es el salvador de su pueblo. En Jesús anuncia la liberación y salvación no solo a su pueblo, sino a todos los hombres.

• Anuncios salvíficos: Por medio de las acciones, Dios está de alguna forma enviando “pistas” para entender cuáles son realmente sus deseos de salvación para el hombre y así reaviven su esperanza (cf. Ex 3,8, Jr 32,15).

• Descripción salvífica: Se anuncia el tiempo en donde Dios cumplirá su promesa

y cómo será. Estas “pistas” son las que ayudaron a las personas que vivieron en tiempos de Jesús, y a nosotros, a reconocerlo como el Mesías esperado. En estas descripciones se decía: Será un descendiente de David, será un rey poderoso y justo que restablecerá su reino de paz y por él será bendita toda la tierra.

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Las profecías del Antiguo Testamento sobre la venida del Salvador resultan para nosotros de la máxima importancia, ya que nos resulta mucho más fácil entender, por medio de ellas, quién es Jesús e ir descubriendo todo lo que Dios siempre ha deseado para cada uno de nosotros.

Por todo esto decimos que Jesús es la promesa del Padre; en él renovamos nuestra esperanza y purificamos nuestras expectativas. Él es nuestra verdadera esperanza.

Habría muchas cosas que decir sobre Jesús pero, a través de los siguientes temas de nuestro catecismo, iremos conociendo más sobre la persona de Jesús y su acción salvadora que nos ha traído por ser el Mesías prometido del Padre, el cual también es el Hijo de Dios.

Los niños eligen la respuesta correcta.

Solución C, A, B, A

Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Llevaré

una Buena Noticia a quienes me rodean (familia, amigos, compañeros de la catequesis) para anunciarles que Dios los ama y se preocupa por nosotros.

Celebramos ◗◗

Todos recitamos la segunda parte del Credo; en ella afirmamos que en Jesús se han cumplido las promesas de Dios. Creo en un solo Señor, Jesucristo…

Guardo en mi corazón Dios siempre cumple sus promesas. Nos ha enviado al Mesías.

Para vivir en familia • Pensamos en aquel familiar, vecino o amigo que necesite recibir una buena noticia. Lo visitaremos y nos convertiremos en mensajeros de Dios.

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Dios se hace uno de nosotros: encarnación e infancia de Jesús

Objetivo: Que los niños entiendan el misterio de la Encarnación como la gran manifestación de amor de Dios a la humanidad.

Y que, al hablar de la infancia de Jesús, encuentren el modelo a seguir en su niñez.

Toma en cuenta que… ◗◗

Este tema se debe dar en un ambiente de acción de gracias a Dios por habernos dado a su Hijo.

◗◗

Para el encuentro, hay que llevar una imagen del niño Jesús.

◗◗

También preparamos una estrella de papel para cada uno de los niños; en ella escribiremos: Hoy voy anunciar a Jesús, que nació en Belén.

◗◗

Llevar música apropiada para la oración final.

Textos para profundizar

• • • • •

Sagrada Escritura: Mt 1-2; Lc 1-2.

CEC: 461-469. 525-534.

GS: 22.

Tertio millennio adveniente: 3-4.

Congregación para la Doctrina de la fe, El Señor Jesús: 9-12.

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En tu presencia ◗◗

Cantamos El ángel vino de los cielos.

El ángel vino de los cielos Que se haga según has dicho, se cumpla en mí tu voluntad. (bis) Ave, ave, ave María…

Y el Verbo para redimirnos tomó su carne virginal.

Vivió hecho hombre entre nosotros librándonos de eterno mal. (bis) Ave, ave, ave María…

El ángel vino de los cielos y a María le anunció el gran misterio de Dios Hombre que a los cielos admiró. (bis) Ave, ave, ave María.

Ave, ave, ave María.

“Yo soy la esclava de Dios”, la Virgen dijo al contestar. ◗◗

Después motiva a los niños para hacer una oración espontánea.

Nuestra vida Si yo fuera uno de ellos… ◗◗

El catequista hace la siguiente narración: En Estados Unidos había un agricultor que no creía en Dios. Siempre decía lo que pensaba de la religión y de las festividades religiosas como la Navidad. Su esposa, en cambio, vivía su fe y criaba a sus hijos en la fe en Dios, a pesar de los comentarios desdeñosos de su marido.

Una Nochebuena en que estaba nevando, la esposa se disponía a llevar a los hijos a la parroquia de donde vivían. Le pidió al marido que los acompañara, pero él se negó.

–¡Qué tonterías! –dijo–. ¿Por qué Dios se iba a rebajar a descender a la Tierra adoptando la forma de hombre? ¡Qué ridiculez! Los niños y la esposa se marcharon y él se quedó en casa.

Los vientos empezaron a soplar con mayor intensidad. Observando por la ventana, todo lo que veía era una cegadora tormenta de nieve; así que decidió relajarse sentado ante la chimenea. Después de un rato, oyó un gran golpe: algo había golpeado la ventana. Luego, escuchó un segundo golpe. Miró hacia afuera, pero no logró ver a más de unos pocos metros de distancia. Cuando se tranquilizo un poco el viento, se aventuró a salir para averiguar qué había golpeado la ventana.

En un campo cercano descubrió una bandada de gansos salvajes. Por lo visto iban camino al sur para pasar allí el invierno, y se vieron sorprendidos por la tormenta de nieve y no pudieron seguir. Perdidos, terminaron en aquella finca sin alimento ni abrigo. Daban aletazos y volaban bajo en círculos por el campo, cegados por la nieve, sin seguir un rumbo fijo. El agricultor dedujo que un par de aquellas aves 57

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habían chocado con su ventana. Sintió lástima de los gansos y quiso ayudarlos.

–Sería ideal que se quedaran en el granero –pensó–. Ahí estarán abrigados y a salvo durante la noche, mientras pasa la tormenta.

Dirigiéndose al establo, abrió las puertas de par en par. Luego, observó y aguardó con la esperanza de que las aves advirtieran que estaba abierto y entraran. Los gansos, no obstante, se limitaron a revolotear dando vueltas. No parecía que se hubieran dado cuenta siquiera de la existencia del granero y de lo que podría significar en sus circunstancias. El hombre intentó llamar la atención de las aves, pero sólo consiguió asustarlas y que se alejaran más. Entró a su casa y salió con algo de pan. Lo fue partiendo en pedazos y dejando un rastro hasta el establo. Sin embargo, los gansos no entendieron.

El hombre empezó a sentir frustración. Corrió tras ellos tratando de ahuyentarlos en dirección al granero. Lo único que consiguió fue asustarlos más y que se dispersaran en todas direcciones, menos hacia el granero. Por mucho que lo intentara, no conseguía que entraran al granero, donde estarían abrigados y seguros.

–¿Por qué no me seguirán? –exclamó– ¿Es que no se dan cuenta de que ese es el único sitio donde podrán sobrevivir a la nevada?

Reflexionando por unos instantes, cayó en la cuenta de que las aves no seguirían a un ser humano, no estaban domesticadas. Y entonces se dijo: –Si yo fuera uno de ellos, entonces sí que podría salvarlos.

Seguidamente, se le ocurrió una idea. Entró al establo, agarró un ganso doméstico de su propiedad y lo llevó en brazos, paseándolo entre sus congéneres salvajes.

A continuación, lo soltó. Su ganso voló entre los demás y se fue directamente al interior del establo. Una por una, las otras aves lo siguieron hasta que todas estuvieron a salvo.

El campesino se quedó en silencio por un momento, mientras las palabras que había pronunciado hacía unos instantes aún le resonaban en la cabeza: –Si yo fuera uno de ellos…, ¡entonces sí que podría salvarlos!

Reflexionó luego en lo que le había dicho a su mujer aquel día: “¿Por qué iba Dios a querer ser como nosotros? ¡Qué ridiculez!”

De pronto, todo empezó a cobrar sentido. Entendió que eso era precisamente lo que había hecho Dios: Nosotros éramos como aquellos gansos; estábamos ciegos, perdidos y a punto de perecer. Dios hizo que su Hijo se volviera como nosotros a fin de indicarnos el camino y, por consiguiente, salvarnos. El agricultor llegó a la conclusión de que ese había sido ni más ni menos el objeto de la Navidad.

Entonces comprendió por qué había venido Cristo a la Tierra. Junto con aquella tormenta pasajera, se disiparon años de incredulidad. Hincándose de rodillas, en la nieve, elevó su primera plegaria: “¡Gracias, Señor, por venir en forma humana a sacarme de la tormenta!”

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◗◗

Después, hace las siguientes preguntas a los niños: −− ¿De

qué nos habla este relato? −− ¿Por qué el agricultor no quiso ir a la Iglesia? −− ¿Por qué quería salvar a los gansos salvajes? −− ¿Qué fue lo que intentó para llevarlos al granero? −− ¿Qué fue lo que comprendió al ref lexionar en sus propias palabras?

Dios, por amor, quiso hacerse uno de nosotros. Este misterio es inmensamente grande y, a la vez, nos da muestra de humildad. Para vivirlo hay que estar con el corazón dispuesto a recibir a Jesús en nuestra vida.

Iluminamos la vida Un nacimiento en Belén Escuchemos con atención lo que el evangelista Lucas nos dice al respecto del nacimiento de Jesús: Nacimiento de Jesús En aquellos días el emperador Augusto promulgó un decreto ordenando que se hiciera el censo de los habitantes del imperio. Este censo fue el primero que se hizo durante el mandato de Quirino, gobernador de Siria. Todos iban a inscribirse a su ciudad de origen. También José, por ser de la descendencia de David, subió desde Galilea, desde la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén, para inscribirse con María, su esposa, que estaba encinta. Mientras estaban en Belén le llegó a María el tiempo del parto, y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada.

Lucas 2,1-7 ◗◗

Para profundizar, hacemos las siguientes preguntas: −− ¿Qué

es un decreto? −− ¿Hacia dónde se dirigieron José y María? −− ¿Quién nació allí? −− ¿Dónde acostaron a Jesús? ¿Por qué?

Dios se encarna El misterio de la encarnación de Jesús es el centro de nuestra fe cristiana.

Ser cristianos implica, como un primer paso, creer y aceptar que Jesús, el Hijo de Dios, se encarnó de María y se hizo hombre como nosotros.

Encarnar quiere decir que se metió en nuestra carne y sangre, en nuestra humanidad, asumiendo todas las debilidades y limitaciones que le son propias, para vivir con nosotros.

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Jesús es Dios mismo, pero Dios encarnado. No simplemente revestido de carne, sino en todo igual a nosotros, menos en el pecado.

El cuerpo de Jesús no es un mero disfraz que le hace posible estar en el mundo.

El cuerpo de Jesús es verdaderamente humano, porque él es el Dios-hombre y el hombre-Dios. El Emmanuel, el Dios-con-nosotros; el Dios-entre-nosotros; el Dios-para-nosotros.

Jesús es:

• El Verbo de Dios, la Palabra de Dios, lo que Dios nos dice de sí mismo.

• Dios que se nos da a conocer y que se nos entrega.

• Dios que nos manifiesta la ternura de su amor, la fuerza de su amor y la plenitud de su amor por cada uno de nosotros.

Jesús, Dios encarnado, da sentido y valor a todo lo que somos, a lo que hacemos, a lo que pensamos, a lo que sentimos, a lo que decimos.

El Hijo de Dios se hizo hombre para que el hombre se haga hijo de Dios. Dios Padre nos ha elegido en Cristo y nos ha predestinado a ser hijos adoptivos suyos por él.

Dios tomó la condición humana para sanarnos de todo lo que nos separa de Él, para que podamos llamarlo, en su Hijo unigénito, con el nombre de “Padre” y ser verdaderamente sus hijos.

Por amor a nosotros El misterio de la Encarnación significa que Dios no ha donado cualquier cosa al hombre, sino que se entregó a sí mismo en su Hijo unigénito. Una expresión clara del don gratuito del amor que Dios nos tiene.

Este acontecimiento es tan importante que, a partir del nacimiento de Jesús, la historia se divide en: antes y después de Cristo.

Como vimos en la lección anterior, los profetas del Antiguo Testamento, especialmente Isaías, entendían que este momento era muy importante; por eso lo anunciaban y alentaban la esperanza del pueblo de Dios. ◗◗

Pedimos a los niños que iluminen el dibujo del nacimiento de Jesús.

Jesús, un niño como nosotros La Biblia no revela mucho acerca de la niñez y la juventud de Jesús pero, de las pocas referencias que hace, podemos deducir que fue obediente y respetuoso, un hijo ejemplar, obediente a sus padres.

El evangelista Lucas nos revela muchas cosas importantes. Éste dice así: “Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura, y en aprecio ante Dios y ante los hombres” (Lc 2,52).

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¿Qué podemos aprender del niño Jesús?

• Jesús crecía en sabiduría. Cada día aprendía algo nuevo y cumplía con todos sus deberes.

• Jesús

crecía en estatura, Así como tú creces un poco más cada año, Jesús también crecía.

• Jesús crecía en gracia. Eso quiere decir que vivía en amistad con su Padre y con los demás. Él aprendía a tratar a las personas, saludaba con cortesía, ayudaba a los ancianos, trataba con cariño a los niños, y no solamente a sus amigos, etc.

Los niños escriben qué les puede ayudar a crecer en estatura, sabiduría y gracia.

Expresamos nuestra fe Me comprometo

• En la semana agradeceré a Dios por habernos dado a Jesús y le ofreceré algo en señal de agradecimiento.

Celebramos ◗◗

Colocamos la imagen del Niño Dios en medio de los niños. Alrededor de la imagen colocaremos las estrellas de papel.

◗◗

Pedimos a los niños que se concentren y así agradezcan el gran regalo que Dios nos ha dado en su Hijo.

◗◗

Juntos, recitan la oración que viene también en el libro del niño:

Niño del pesebre Niño del pesebre, pequeño Niño Dios, hermano de los hombres.

El alma se me llena de ternura y el corazón de dicha, cuando te veo así, pequeño, pobre y humilde, débil e indefenso recostado en las pajas del pesebre.

Enséñame, Jesús, a apreciar en lo que vale tu dulce encarnación.

Ayúdame a comprender, 61

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el profundo sentido de tu presencia entre nosotros.

Haz que mi corazón sienta la grandeza de tu generosidad, la profundidad de tu humildad, la maravilla de tu bondad y de tu amor salvador.

Amén. ◗◗

Por último, cada niño toma una estrella y lee lo que está escrito en ella. Se compromete, ante la imagen de Jesús, a hacer realidad lo que está escrito.

Guardo en mi corazón “Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres.” (Lucas 2,52)

Para vivir en familia • ¿Cómo te pueden ayudar para que crezcas en estatura, sabiduría y gracia como Jesús?

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El Bautismo de Jesús

Objetivo: Que el niño conozca cómo Jesús, al ser bautizado, es ungido por el Espíritu y llevado al desierto para vencer las tentaciones y darnos ejemplo de obediencia y fidelidad a Dios.

Toma en cuenta que… ◗◗

Es importante preparar bien este tema para explicarlo de forma clara, ya que en él se debe hablara a los niños del bautismo de Jesús y las tentaciones en el desierto, como inicio de su misión salvadora.

◗◗

Ha de ser claro para los niños que el bautismo de Jesús no es el mismo que el nuestro.

◗◗

Hay que hacer énfasis en que, al igual que Jesús, nosotros también podemos vencer las tentaciones.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Mt 3,13-17; Mc 1,9-11; Lc 3,21-22; Mt 4,3-11; Mc 1,13; Lc 4,3-13.

• CEC: 523, 535-540, 1217-1225.

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En tu presencia ◗◗

Cantamos Bautízame, Señor.

Bautízame, Señor Sáname, Señor...

Renuévame, Señor...

Lléname, Señor...

Bautízame, Señor, con tu Espíritu. (3) Bautízame, bautízame, Señor.

Y déjame sentir el fuego de tu amor, aquí en mi corazón, Señor. (2)

Nuestra vida Dulces y copias ◗◗

El catequista hace la siguiente narración:

Juan y María son hermanos. Veamos qué les sucedió un día como cualquiera: En la sala de la casa de María, hay una mesa de centro. Sobre ella estaba colocado un tazón con dulces. La mamá de María notó que su hija miraba los dulces y le dijo: “Mira, no comas dulce ahora, espera a después de la cena porque, de lo contrario, perderás el apetito.” Los dulces se veían apetitosos y la tentación era grande. María pensó: “De seguro que un dulcecito no me hará daño y mamá no se percatará de la diferencia.”

En la escuela, el profesor de Juan le dice al grupo que habrá examen de ortografía.

Juan comenzó a sentir un vacío en su estómago. Él sabía que le harían ese examen, pero, la noche anterior, estuvo viendo la televisión en lugar de estudiar y, por consiguiente, no estaba listo para el mismo. Cuando comenzó el examen, miró a su alrededor y se percató de que podía ver el examen de Sara, su compañera de mesa. “Creo que no me hará daño copiar, por esta vez, del examen de Sarita –pensó–. Prometo que no lo volveré a hacer, y nadie tendrá que saberlo.” ◗◗ Después, hace las siguiente preguntas: −− ¿Has tenido alguna vez una experiencia como las que escuchamos en el relato? −− ¿Qué

es una tentación? −− ¿Es correcto lo que Juan y María pensaban hacer?

Iluminamos la vida Jesús es bautizado y llevado al desierto ◗◗

Los niños se dividen en dos equipos, a cada uno se le asigna un texto: 64

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−− Mateo 3,1-17:

El Bautismo de Jesús. −− Mateo 4,1-11: Las tentaciones en el desierto. ◗◗

Hay que darles el tiempo necesario. En el libro del niño viene una pequeña síntesis de los textos.

◗◗

Una vez terminada la lectura, los dos grupos se reúnen y el catequista les pregunta: −− ¿Para

qué fue Jesús al río Jordán? −− ¿Qué ocurrió al salir Jesús del agua, después de ser bautizado? −− ¿Quién llevó a Jesús al desierto y cuántos días estuvo? −− ¿Cuántas veces el demonio tentó a Jesús? −− ¿Jesús cayó en sus tentaciones?

Dios envió a un hombre llamado Juan el Bautista para preparar a la gente para la venida de Jesús. Juan el Bautista es considerado el último de los profetas del Antiguo Testamento. ¿Recuerdas para qué envió Dios a los profetas?

Eso mismo hacia Juan Bautista: les decía que dejaran el pecado (las cosas que no agradan a Dios) y que se acercaran a su misericordia. Después que decidían convertirse y seguir a Dios, Juan los bautizaba en el río Jordán.

El bautismo que recibió Jesús de manos de Juan es completamente diferente al que recibimos nosotros hoy día.

Jesús no necesitaba ser bautizado por Juan, porque no tenía que cambiar de vida.

Pero se somete al bautismo de Juan porque de hecho, iba a comenzar “una nueva vida”: su ministerio público, la predicación del reino de Dios. Jesús siguió la costumbre que tenían muchos judíos de la época. Dice la Palabra que Jesús se hizo semejante a todos los hombres en todo (Flp 2,7). Por esto Juan, que sabía quién era Jesús, rehusaba bautizarlo pero Jesús insistió, ya que para iniciar su misión era necesario que recibiera la efusión del Espíritu de Dios.

Las tentaciones Todos nos hemos enfrentado a tentaciones parecidas a las que veíamos al inicio de nuestro encuentro, ¿no es así? ¿Sabías que Jesús fue tentado de la misma manera que nosotros?

Jesús, después de haber sido bautizado por Juan en el Jordán, había sido lleno del Espíritu Santo, quien lo impulsó para realizar su nueva misión. El Espíritu lo conduce al desierto, ¿por qué crees que lo llevó ahí? Era necesario que Jesús fuera tentado para que se cumpliera en él la redención de la humanidad.

El desierto, por estar despoblado, es decir, sin gente, desde hace mucho tiempo, era un lugar especial para estar solo con Dios y platicar con Él.

Si Jesús iba a iniciar su nueva misión, que era implantar el reino de Dios, es lógico que fuera a platicar con Dios y pasar un tiempo de soledad, durante cuarenta días.

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Al final de este tiempo, Satanás lo tentó tres veces, pues trataba de poner a prueba la obediencia de Jesús hacia Dios. Jesús rechaza estos ataques, que recuerdan las tentaciones de Adán en el Paraíso y las del pueblo de Israel a través del tiempo.

El diablo, o Satanás, es el enemigo de Dios y es quien busca que nos alejemos del amor que nos tiene. En el caso de Jesús, el diablo busca alejarlo de implantar el reino de Dios.

Las tentaciones de Jesús manifiestan cómo debía ser el Mesías, lo contrario de lo que le propone Satanás y de lo que muchos hombres de su tiempo se habían imaginado.

En este pasaje también vemos cómo Jesús experimentó todos los aspectos de la vida humana, inclusive la necesidad de vencer la tentación. Jesús enfrentó las tres tentaciones utilizando como arma la Palabra de Dios. Y ésta es el arma más efectiva para nosotros también. Jesús fácilmente pudo haber hecho lo que el diablo le decía.

En lugar de eso, Jesús sigue siendo fiel al Padre y al proyecto del reino. ¿Sabes lo que hizo el diablo? ¡Se dio por vencido y lo dejó hasta otra oportunidad!

Los niños buscan las respuestas en la sopa de letras.

Pistas: 1. Bajó en forma de paloma: .

2. Fue bautizado en el río Jordán por Juan: .

3. El Bautismo perdona los .

4. El Espíritu Santo condujo a Jesús al .

5. Número de veces que el diablo tentó a Jesús: .

6. Al bautizarse, Jesús también nos demuestra que no sólo es Dios, sino que también es .

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Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Seguiré el ejemplo de Jesús que venció las tentaciones. En la tabla, colocaré una (✓) si logro vencer las tentaciones que se me presenten durante la semana, y un (✗) si no lo conseguí.

Lunes

Martes

Miércoles

Jueves

Viernes

Celebramos ◗◗

Iniciamos con el canto Bautízame, Señor.

◗◗

Se leen las peticiones. Todos responderán: Te lo pedimos, Padre.

1. Padre, que nos amas tanto, permite que toda tu Iglesia, formada por cada uno de nosotros, pueda vencer la tentación con la ayuda de tu Hijo.

2. Padre, te pedimos por el Papa, los obispos, los sacerdotes, los religiosos, las religiosas y los diáconos, para que igual que Jesús, no se alejen de ti, no dejen de cumplir su misión y puedan implantar tu reino en el mundo.

3. Padre, permite que nuestros gobernantes utilicen su poder para hacer el bien.

4. Padre, te pedimos que los enfermos y todos los que sufren no caigan en la tentación del desánimo y la tristeza, sino que pongan siempre su confianza en Jesús.

5. Padre, te pedimos que María, nuestra Madre, interceda por nosotros para que no caigamos en la mentira y te adoremos sólo a ti, confiemos sólo en ti y podamos experimentar la fuerza de tu amor.

Guardo en mi corazón Jesús, tú venciste las tentaciones. ¡Ayúdame para que yo las venza también, y así permanezca cerca del amor que me tienes!

Para vivir en familia • Pedimos a Dios que nos ayude a vencer las tentaciones que se nos presenten.

• Elaboramos, como familia, una tabla parecida a la de Me comprometo, y al final del día, durante la semana, pensamos si hemos logrado vencer las tentaciones.

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Un gran tesoro: el reino de Dios

Objetivo: Que los niños perciban la importancia del reino de Dios en nuestra vida de fe, y que se sientan motivados a trabajar por hacerlo presente, viviendo sus valores.

Toma en cuenta que… ◗◗

Las parábolas ofrecen, en sí mismas, un rico contenido de fe. Permite que los niños las saboreen con atención y tranquilidad.

◗◗

Algunos niños estarán más familiarizados con actividades agrícolas, saben de la formidable potencia que tiene una pequeña semilla. Aprovecha sus conocimientos previos.

◗◗

Para la celebración hay que preparar: −− Una

maceta o algún recipiente con tierra. −− Semillas de mostaza o alguna otra semilla pequeña. −− Una pequeña pala para remover la tierra. −− Un poco de agua.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Is 52,7; Dn 7,13-14.27; Mt 13,11-12; 25,34; Lc 17,20-21.

• CEC: 541- 553.

• LG: 5.

• GS: 45.

• DA: 382-386.

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En tu presencia ◗◗

Cantamos Tu reino es vida.

Tu reino es vida Dios mío da tu juicio al rey y tu justicia al hijo de reyes, para que rija tu pueblo con justicia a tus humildes con rectitud.

Tu reino es vida, tu reino es verdad.

Tu reino es justicia, tu reino es paz.

Tu reino es gracia, tu reino es amor.

Venga a nosotros tu reino, Señor.

Nuestra vida Ser felices ◗◗

El catequista hace la siguiente narración: Don Felipe, desde pequeño, tuvo el propósito de ser una persona rica para no tener problemas de dinero. Trabajó mucho y lo logró. Él creía que en eso estaba la felicidad, pero no fue así.

Después pensó que siendo una persona poderosa sería muy feliz. Se hizo candidato para presidente municipal de su comunidad y ganó las votaciones. Pero se dio cuenta que eso no lo hacía plenamente feliz.

También creyó que siendo famoso alcanzaría el “éxito” de la gente “bonita” que salía en la televisión. Pero, aunque pudo entrar en ese círculo de amistades, se dio cuenta que no era feliz.

Un buen día vio en el parque a una pareja de esposos que caminaban tomados de la mano. Su pequeña hija corría alegremente a su lado, gritando: ¡Papá! ¡Mamá!

Los tres se abrazaban, sonreían y se llenaban de besos. Al parecer no tenían muchos valores materiales, pero sí tenían amor entre ellos y deseos de crecer como familia.

Ese día don Felipe se dio cuenta que la felicidad sí existe, sólo que la había buscado en el lugar equivocado.

◗◗

Para profundizar, el catequista puede hablar sobre los siguientes aspectos:

• Todas las personas deseamos la felicidad.

• Encontrar la felicidad no es fácil, hay muchas personas “infelices”.

• Hay valores y situaciones que nos hacen verdaderamente felices.

Menciona algunas.

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Iluminamos la vida En busca del tesoro No siempre es sencillo encontrar aquello que nos hará felices. Jesús lo sabe y nos cuenta la siguiente parábola: El tesoro y la perla Sucede con el reino de los cielos lo mismo que con un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo deja oculto y, lleno de alegría, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.

También sucede con el reino de los cielos lo mismo que con un comerciante que busca perlas finas, y que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.

Mateo 13,44-46 Jesús vino a anunciar de manera primordial el reino de Dios, como el nuevo tiempo de la salvación. Todos estamos invitados a vivir en el reino desde ahora.

Alegres en el reino El reino de Dios es comparado con un tesoro, es decir, algo muy valioso que Dios nos da y que Jesús anuncia para nuestra salvación. Es un tesoro escondido que podemos descubrir en nuestra vida. Para poseerlo, debemos dar a cambio lo que tenemos, es decir: tenemos que cambiar nuestra vida pequeña por algo mejor. El reino exige conversión (Mc 1,15).

El reino de Dios es un tesoro que podemos encontrar casualmente, o una perla preciosa que estamos buscando y que cualquiera puede encontrar.

Cuando descubrimos el tesoro del reino de Dios nos provoca una gran alegría, porque es muy valioso y le da nuevo sentido a la vida El reino de Dios es sinónimo de felicidad. Es como estar alegres en un banquete al que Jesús nos invita. En él todos somos aceptados, siempre que nos convirtamos (Mt 22,1-14).

En el reino de Dios los hombres se miran como hermanos, hijos del mismo Padre, incluye a todo tipo de personas, particularmente a los pobres, a los que más sufren, a los pecadores, a los más alejados (Mc 2,16).

El reino se va haciendo presente entre nosotros, pero es en el futuro donde alcanzará su plenitud (Mc 4,30-34).

Para vivir el reino Algunas acciones que nos llevan a pertenecer al reino de Dios, y que provocan felicidad y paz, son:

• Arrepentirnos de nuestros pecados y cambiar de vida, es decir, hacer el bien (Mc 1,15).

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• Aceptar a todo tipo de personas y no discriminarlas si han llevado una vida mala; igualmente las invitamos a vivir, junto con nosotros, la salvación (Mc 5,21-26).

• Buscar la unidad en todos los ambientes (Jn 17,21).

• Amar a los demás como hermanos y perdonar cuando nos ofenden (Mt 5,21-26).

• Ser pacientes y no optar por la violencia (Mt 13,24-30).

• Ir en búsqueda de los que se encuentran “perdidos” y alejados, para rescatarlos o recuperarlos (Lc 15).

• Aceptar la voluntad de Dios con humildad (Mt 11,25-30).

• No criticar a los demás y ver primero nuestros defectos (paja en el ojo ajeno).

• Dar servicio a los demás y saber compartir lo que tenemos, aunque sea poco (Lc 9,11b-17).

• Abstenerse de hacer daño a las personas (Mt 5,38–42).

Los niños escogen de la lista de valores tres que les gustaría vivir para pertenecer al reino de Dios. Los escriben en los renglones y después lo expresan en un compromiso.

Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Quiero ser parte del reino de Dios; por eso voy a construirlo con mis buenas acciones.

Celebramos ◗◗

Preparamos una pequeña maceta con tierra, semillas de mostaza (o cualquier otra semilla pequeña), una palita para remover la tierra y un recipiente con agua.

◗◗

Invitamos a los niños para que le expresen a Dios su compromiso de cultivar el reino de Dios en su vida, en el mundo.

◗◗

Pediremos a los niños que cada uno exprese el compromiso que hizo durante la actividad. Al momento de expresarlo siembra una semilla en la maceta, la rocía con agua y hace una breve oración de petición.

Guardo en mi corazón El reino de Dios es el tiempo de Salvación que trae a la humanidad alegría y felicidad verdaderas.

Para vivir en familia • Comunico a mis padres el compromiso de vivir uno de los valores del reino.

Les pido que me ayuden a vivirlo.

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Caminos para la vida eterna: los mandamientos

Objetivo: Que los niños conozcan los diez mandamientos y, desde Jesús, los vean como el camino hacia la felicidad, descubriendo que el amor a Dios y al prójimo van de la mano.

Toma en cuenta que… ◗◗

Para este tema es importante leer con anterioridad la narración de los diez mandamientos (Éxodo 20,1-20). Así podremos contarla y no leerla a los niños.

◗◗

Para el Celebramos, preparar una mesa con la Biblia, una vela y flores.

◗◗

Si es posible conseguir la canción de “Los 10 mandamientos” de Cantos para niños (Autor: Lalo Cantú).

◗◗

Proponemos realizar un juego que ayude a los niños a memorizar los mandamientos y, al mismo tiempo, podemos utilizarlo para hacer la explicación más amena.

–– Necesitarás escribir cada uno de los diez mandamientos en diez tarjetas (el número en un lado de la tarjeta, el mandamiento en el otro) y dos dados.

–– Coloca las tarjetas sobre una superficie plana, con los números viendo hacia arriba.

–– Cada niño puede ir tirando los dados, o puedes formar dos o tres equipos. Según el número que salga en los dados, los niños toman la tarjeta del mandamiento correspondiente.

–– El niño toma la tarjeta y dice el mandamiento. Si lo dice correctamente, se queda con la tarjeta. Gana quien tenga más tarjetas.

–– Observación: Como son dos dados, si llegan a marcar 6 y 5 deberá representar el mandamiento número 1. Si marcan 6 y 6 es un comodín, y puede escoger el número que quiera.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Dt 30,9-10; Mt 5,7ss.

• CEC: 2051-2082, 2083-2550.

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En tu presencia ◗◗

Cantamos Un mandamiento nuevo.

Un mandamiento nuevo Cristo, Luz, Verdad y Vida, al perdón y amor invita.

Perdonemos al hermano como Cristo ha perdonado.

En trabajos y fatigas, Cristo a todos nos anima.

Un mandamiento nuevo nos da el Señor: que nos amemos todos como nos ama Dios.

La señal de los cristianos es amarnos como hermanos.

Quien a sus hermanos no ama, miente si a Dios dice que ama.

Nuestra vida Claves para la felicidad Hoy veremos cómo Dios nos da claves precisas para ser felices: los mandamientos. ◗◗

El catequista comienza esta sesión con las siguientes preguntas: −− ¿Por

qué son importantes las leyes de un pueblo o ciudad? −− ¿Qué sucede cuando alguien no las cumple? −− En tu casa y en tu escuela, ¿cuáles son las reglas que deben cumplirse? −− ¿Qué pasa cuando cumples con las reglas? ¿Cómo te sientes? −− ¿Alguna vez has desobedecido una regla en tu casa o escuela?¿Qué sucedió?

Iluminamos la vida Obtener la vida eterna Pongamos atención a lo que Dios nos dice: Observar los mandamientos En cierta ocasión se acercó uno y le preguntó: “Maestro, ¿qué debo hacer de bueno para obtener la vida eterna?” Jesús le contestó: “¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno sólo es bueno. Si quieres entrar en la vida, observa los mandamientos”. Él le preguntó: “¿Cuáles?” Jesús contestó: “No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre, ama a tu prójimo como a ti mismo”.

Mateo 19,16-19 73

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◗◗

Para profundizar en el texto, preguntamos: −− ¿Qué

le preguntó a Jesús el hombre que se le acercó? −− Jesús, en lugar de responder al hombre sobre qué obras son buenas, ¿qué dijo? −− ¿Qué dijo Jesús que se debe hacer para entrar en la vida eterna? −− ¿Nosotros sabemos cuáles son los mandamientos?

Una alianza desde la antigüedad Dion nos ha dado mandatos muy precisos, los conocemos como los 10 Mandamientos de la ley de Dios. ◗◗

El catequista narra el relato de Éx 20,1-20.

Cuando el pueblo de Israel recibió los diez mandamientos, ya era un pueblo libre, habían dejado Egipto, por lo tanto podían decidir vivir lo que Dios les estaba proponiendo y con ello hicieron una alianza con Él. Dios no quiere que vivamos en la esclavitud, por ello nos previene, con los mandamientos, para que cumpliéndolos podamos mantenernos en la libertad.

Los mandamientos son lazos de unidad entre los hombres, pues establecen las bases de la convivencia humana en el respeto a Dios, a uno mismo y a los demás. No se puede amar a Dios sin amar a nuestro prójimo. Los mandamientos en nuestra vida son muy importantes y, con humilde fe y la ayuda de Dios, los podemos cumplir.

Los Mandamientos nos conducen en el camino de nuestra vida para no equivocarnos.

Son tan importantes que el mismo Jesús los confirmó y los perfeccionó con su palabra y su ejemplo, como lo hemos leído. Por medio de los mandamientos nos acercamos a Dios, lo honramos, lo reconocemos como nuestro Señor, de quien recibimos todo lo bueno. Igualmente nos acercamos y tenemos una relación a con todos los que nos rodean en el amor y el respeto. Los mandamientos son un camino que nos lleva a la felicidad. Si elegimos este camino Dios nos ayudará con su fortaleza, con su amor, con su luz a conseguir la meta deseada, la vida eterna.

Decir “sí” El Papa Benedicto XVI dijo que los mandamientos son un “sí” a un Dios que da sentido, en los primeros mandamientos; “sí” a la familia, cuarto mandamiento; “sí” a la vida, quinto mandamiento; “sí” al amor responsable, sexto mandamiento; “sí” a la solidaridad y a la responsabilidad social y a la justicia, séptimo mandamiento; “sí” a la verdad. Esta es la filosofía de la vida y la cultura de la vida que se hace concreta, posible y bella en la comunión con Cristo.

Un cristiano no debe serlo sólo de nombre, sino que debe demostrarlo en su vida mediante sus obras. Para obrar bien es necesario cumplir los mandamientos, los cuales Jesús resumió en dos: Amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a nosotros mismos.

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Cumplir los mandamientos Cuando no cumplimos algún mandamiento, estamos fallando a Dios y al prójimo, e incluso nos fallamos a nosotros mismos. El cumplir los mandamientos nos hace sentirnos felices y contentos.

Cumplir los mandamientos no se centra en no hacer cosas malas, sino en hacer cosas buenas. ◗◗

El catequista puede emplear las tarjetas con los mandamientos para desarrollar esta parte del encuentro.

Veamos a qué se refiere cada uno de ellos: 1. Amarás a Dios sobre todas las cosas. Todos amamos a nuestros padres porque nos han dado la vida y nos dan todo lo necesario para crecer y vivir. Del mismo modo, Dios es el primero que nos ha amado y ha querido que seamos sus hijos.

Quien ama a Dios, quiere que los demás le conozcan y no se avergüencen de Él.

Para amar a Dios, hay que amar al prójimo, nadie ama al prójimo si no ama a Dios 2. No tomarás el nombre de Dios en vano. No debemos emplear el nombre de Dios y de las cosas sagradas con desprecio. No debemos jurar por Dios en falso.

3. Santificarás las fiestas. Ir a misa y participar activamente, estando atentos a las palabras y signos, rezar con el corazón; estar atentos a lo que Dios nos quiere decir con su Palabra. Así nos daremos cuenta de la presencia de Jesús, y seremos conscientes de que todos los miembros de la comunidad somos hermanos.

4. Honrarás a tu padre y a tu madre. Debemos amar y honrar a nuestros padres.

Una prueba de nuestro amor hacia ellos es la obediencia, ya que ellos quieren lo mejor para nosotros.

5. No matarás. Este mandamiento no consiste solamente en no matar, sino también en no hacer daño al prójimo ni con palabras ni con obras, ni desearles ningún mal.

6 y 9. No cometerás actos impuros; no consentirás pensamientos ni deseos impuros.

Muchas veces llamamos amor a lo que es egoísmo. El amor no siempre es fácil, es mucho más que una emoción bonita y agradable. No sólo se peca de obra, sino también de palabra, pensamiento y deseo. Pecados contra el sexto y noveno mandamiento: adulterio, pornografía, relaciones prematrimoniales, prostitución.

7 y 10. No robarás; no codiciarás los bienes ajenos. Robar no es sólo apropiarse de algo que no es tuyo. También robamos cuando no estudiamos lo que debemos, no rendimos en el trabajo todo lo que debiéramos, etcétera.

La envidia también nos lleva a pecar, el desear algo que otra persona tiene y que yo no puedo tener.

Pecados contra el séptimo y décimo mandamiento: robo, estafa, envidia, codicia, injusticia, explotación.

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8. No dirás falsos testimonios ni mentirás. A ninguno nos gusta que nos engañen, pero no sólo mentimos cuando no decimos la verdad, sino también cuando sabemos que se está haciendo algo mal y nos callamos.

Pecados contra el octavo mandamiento: mentira (decir lo contrario de lo que se piensa), calumnia (atribuir al prójimo pecados o defectos que no tienen), falso testimonio (declarar alguna cosa contra la verdad), murmuración (criticar negativamente el comportamiento y la vida de personas ausentes).

Debemos de hacer realidad el amor a Dios y al prójimo mediante el cumplimiento de los mandamientos.

Los niños ordenan las letras de cada palabra de manera correcta.

Descubren el mensaje que Jesús nos deja en Juan 15,16 y lo anotan en la línea respectiva.

Solución.

SI ME AMAN, OBEDECERÁN MIS MANDAMIENTOS.

Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Aprenderé de memoria los diez mandamientos, pero, sobre todo, los viviré.

Celebramos ◗◗

El catequista coloca la Biblia abierta, una vela encendida y flores.

◗◗

Les recordará a los niños cómo el pueblo de Dios escuchaba al Señor atentamente, delante de la montaña, donde hablaba con Moisés.

◗◗

Invitará a los niños a dar gracias a Dios por el regalo de su amor y por los mandamientos recibidos.

◗◗

Cada uno de los niños podrá decir algo. Cuando un niño hable se acercará a la Biblia y la besará en señal de respeto a la Palabra de Dios.

◗◗

Terminar con un canto apropiado.

Guardo en mi corazón Un cristiano no debe serlo sólo de nombre, sino que debe demostrarlo en su vida, mediante sus obras.

Para vivir en familia • Pido ayuda a mis papás para aprenderme los mandamientos.

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Somos discípulos de Jesús

Objetivo: Que los niños descubran que ser discípulo de Jesús es un privilegio, que nos compromete a seguirlo para continuar su misión de anunciar y hacer presente el reino de Dios.

Toma en cuenta que… ◗◗

Este tema debe darse desde la propia experiencia de sentirse discípulo de Cristo, elegido para seguirlo e invitado a colaborar con él en su misión de ser pescador de hombres.

◗◗

Nuestro principal propósito es motivar al niño para escuchar el llamado de Cristo y animarlo a seguir sus pasos.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Mc 3,13-14; Mt 16,24; Jn 15,4-13; Hech2,41.47; 6,1; Jn 13,35 • CEC: 768.

• DA: Capítulo 1, “Los discípulos misioneros”.

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En tu presencia ◗◗

Iniciamos con la siguiente oración:

¡Quiero ser tu discípulo!

Jesús, aquí estoy para seguirte donde tú vayas.

Quiero ser tu discípulo fiel y aprender todo lo quieras enseñarme.

Te ofrezco todo lo bueno que hay en mí para servir a los demás.

Estoy disponible, Señor, para seguir tus pasos.

Estoy feliz porque a tu lado aprendo a vivir haciendo el bien.

Tengo muchas ganas de crecer en la fe, en la esperanza y en el amor a los demás. ¡Ayúdame a vivir como un buen discípulo!

Nuestra vida Dar siempre lo mejor ◗◗

El catequista cuenta el siguiente relato a los niños: Erick era un niño que, desde pequeño, quería ser un gran futbolista profesional.

Jugaba tan bien que había llamado la atención de su entrenador, por su forma de jugar.

Un día en el club, donde él acostumbraba entrenar, anunciaron que un famoso futbolista (admirado por Erick) iba a visitar las instalaciones y daría unas charlas sobre técnicas de futbol. ¡No se iba a perder la oportunidad de conocer a un futbolista de verdad!

Eran como cincuenta niños los que estuvieron charlando y escuchando atentos todos los consejos e indicaciones que les daba el famoso futbolista. Les invitó a dar siempre lo mejor de sí para poder triunfar en la vida, y a ser personas honestas y trabajar siempre en equipo. Lo mejor estuvo cuando, al final de la charla, pudieron jugar un partido con él.

Erick no podía creer que lo habían escogido para jugar con el futbolista que tanto admiraba. ¡Fue lo máximo!

Ese día, Erick decidió que trabajaría mucho para llegar a ser un gran futbolista como el que conoció ese día.

Cuando admiramos a alguien, por sus cualidades y virtudes, damos lo mejor de nosotros para ser como esa persona. No siempre será sencillo pero, si nos empeñamos por conseguirlo, valdrá la pena.

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Iluminamos la vida Pescadores de hombres Jesús también tuvo seguidores, a muchos de ellos los llamó de manera personal, cuando menos lo esperaban.

Dejándolo todo, lo siguieron Paseando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos: Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que estaban echando la red en el lago, pues eran pescadores.

Les dijo: “Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres”. Ellos dejando inmediatamente las redes, lo siguieron.

Más adelante vio a otros dos hermanos: Santiago, el de Zebedeo, y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo, reparando las redes. Los llamó también, y ellos, dejando inmediatamente la barca y a su padre, lo siguieron.

Mateo 4,18-11 Jesús invita a los hermanos Simón y Andrés, Santiago y Juan a dejar las redes y seguirlo, es decir ir tras él, seguir sus huellas.

Les pide romper los lazos que les impiden seguirlo. Simón y Andrés dejan las redes, Santiago y Juan dejan la barca y a su padre.

Les invita no solo a seguirlo, sino a realizar una misión: ser pescadores de hombres.

Para Simón y Andrés, Santiago y Juan, el encuentro con Jesús fue el encuentro más importante de su vida: les dio luz y una nueva esperanza de vivir, ellos no lo pensaron mucho y aceptaron su llamado y la misión que les daba.

Los discípulos de Jesús tienen la certeza de que él es su único y verdadero salvador, que es el camino, la verdad y la vida, por eso también aceptan colaborar con su proyecto.

Llamados a ser discípulos Nosotros somos hijos de Dios desde que nos bautizaron, pero también estamos llamados a ser discípulos misioneros de Jesús; queremos seguirlo y conocerlo cada día más.

Ser “pescador de hombres” significa que vamos a colaborar para congregar personas, atraerlas para que conozcan la Palabra de verdad, hacer el bien, compartirles la vida nueva del Reino.

Ser discípulo de Jesús es una verdadera bendición de Dios, porque él nos ha escogido y nos ha invitado a seguirlo de una manera personal.

“Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona, haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo” (Documento Aparecida 29).

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Si queremos ser discípulos de Jesús, debemos llevar a cabo algunas acciones para perseverar en su seguimiento.

Un discípulo:

• Escucha con atención la palabra del Maestro Jesús, y quiere conocerlo mejor.

• Abre su corazón al amor de Dios, y se deja amar por Él.

• Se comunica constantemente con el Padre, a través de la oración.

• Trabaja en equipo, sabe integrarse con los demás y busca vivir en unidad.

• Anuncia con valentía la Palabra de Dios, y transmite al mundo la fe en Jesucristo.

• Construye un mundo nuevo con la fuerza del Espíritu Santo.

Los niños relacionan las columnas.

Solución: 1. Sentimiento que provoca ser

• …Palabra.

discípulo de Cristo.

2. El que nos ha llamado a ser sus

• …pescadores.

discípulos.

3. Para ser un buen discípulo de

• Jesucristo.

Cristo debo escuchar su…

4. Los primeros discípulos de Jesús

• Alegría.

eran…

5. Cristiano que da a conocer a Cristo

• …reino de Dios.

con su palabra y ejemplo.

6. El discípulo anuncia un mundo

• Testigo.

nuevo, por eso construye el…

Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Llevaré a alguien más el mensaje de Jesús, así seré su discípulo y colaboraré en su misión.

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Celebramos ◗◗

El catequista motiva a los niños con las siguientes palabras:

Tú también puedes ser pescador de hombres como Simón (Pedro).

Anota, en la red de Pedro, el nombre de las personas que desearías acercar a Dios para que lleven una nueva vida en Cristo. ◗◗

Los niños anotan el nombre de las personas en la red dibujada en la página 51 de su libro. Después, guardan un momento de silencio para tenerlas presentes en la oración.

◗◗

Cada niño dice, en voz alta, la manera como se compromete para llevar el Evangelio a la persona cuyo nombre ha escrito en su red.

◗◗

Todos oran con el Padrenuestro.

◗◗

Para finalizar, cantamos Tú has venido a la orilla.

Tú, has venido a la orilla Tú has venido a la orilla, no has buscado ni a sabios ni a ricos: tan sólo quieres que yo te siga.

Señor, me has mirado a los ojos.

Sonriendo has dicho mi nombre.

En la arena, he dejado mi barca, junto a ti buscaré otro mar.

Tú sabes bien lo que tengo: en mi barca no hay oro ni espadas, tan sólo redes y mi trabajo.

Tú necesitas mis manos, mi cansancio que a otros descanse, amor que quiera seguir amando.

Guardo en mi corazón Jesús me invita a ser pescador de hombres. ¡Yo quiero seguirlo y ser su discípulo!

Para vivir en familia • Pregunta a tus papás si admiran a algún personaje famoso y por qué lo admiran.

• Que te platiquen si alguna vez han sentido el llamado de Jesús para ser sus discípulos.

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Jesús nos enseña a orar

Objetivo: Que los niños comprendan la importancia y necesidad de la oración, como encuentro personal y comunitario con Dios, para que la integren como una práctica cotidiana en su vida.

Toma en cuenta que… ◗◗

Es importante que suscitemos la confianza en los niños para que experimenten la oración como la forma de acrecentar la amistad con Dios.

◗◗

Hay que preparar las tarjetas para el momento de la celebración, y suscitar en los niños el deseo de hacer oración por otras personas.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Mt 7,21; 9,38; Lc 10,2; 11,1-13; 18,1-8; 19,9-14; Jn 4,34; 3,22; Mt 6,9-15; Rm 8,26; Mt 11,24.

• CEC: 2558-2856.

• DGC: 85d.

• Carta Apostólica Novo Millennio Ineunte: 32-34.

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En tu presencia ◗◗

Iniciamos con la siguiente oración:

Quiero creer en ti, Jesús Cada día quiero creer más en ti, Jesús.

Te quiero confiar mi vida y seguir tu camino.

Dame fuerzas para alimentar mi fe, para hacerla crecer, para que se mantenga fuerte cuando tengo dudas

o cuando quiero olvidar lo que me enseñas porque me cuesta vivirlo.

Quiero tener una fe grande, Señor, que me ayude a llevar mucho amor a todos los que me rodean, y que me muestre el camino de la alegría y la esperanza. Amén.

Nuestra vida Saber pedir ◗◗

Comenzamos con la siguiente narración:

En una ocasión, un niño muy pequeño hacía grandes esfuerzos por levantar un objeto muy pesado. Su papá, al ver la lucha tan desigual que sostenía su hijito, le preguntó: –¿Estás usando todas tus fuerzas?

–¡Claro que sí! –contestó malhumorado el pequeño.

–No es cierto –le respondió su padre. –No me has pedido que te ayude. ◗◗ Hacemos las siguientes preguntas para profundizar: −− ¿De

qué se trató la historia? −− ¿Por qué el niño no podía levantar el objeto? −− ¿Qué crees que sentía el niño? −− ¿Por qué el papá le dijo al niño que no había usado todas sus fuerzas?

Iluminamos la vida Jesús nos invita a orar Jesús era una persona que oraba constantemente porque le gustaba estar en comunicación con su Padre.

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Orar para hacer frente a las pruebas Después salió y fue, como de costumbre, al monte de los Olivos. Sus discípulos lo siguieron. Al llegar allí, les dijo: “Oren para que puedan hacer frente a la prueba”.

Se alejó de ellos como a la distancia de un tiro de piedra, se arrodilló y suplicaba así: “Padre, si quieres aleja de mí este cáliz de amargura; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”.

Entonces se le apareció un ángel del cielo, que lo estuvo confortando. Lleno de angustia, oraba más intensamente, y comenzó a sudar como gotas de sangre que corrían hasta el suelo.

Después de orar, se levantó y fue adonde estaban sus discípulos. Los encontró dormidos, pues estaban rendidos por la tristeza. Entonces les dijo: “¿Cómo es que están durmiendo? Levántense y oren, para que puedan hacer frente a la prueba”.

Lucas 22,39-46 ◗◗

Comentar el texto y relacionarlo con la historia narrada, utilizando las siguientes preguntas u otras semejantes: −− ¿A

dónde fue Jesús con sus discípulos? −− ¿Para qué fue Jesús a ese lugar? −− ¿Qué pedía en su oración? −− ¿Cuál fue la actitud de los apóstoles? −− ¿Qué semejanza encontramos entre la narración y el pasaje bíblico?

Jesús nos enseña a orar Orar es levantar el corazón a Dios para hablar con Él, adorarle, darle gracias, implorar perdón y pedir lo que necesitamos. Igual que hablamos con nuestros padres y amigos, debemos hablar con Dios, que nos ama y siempre tiene tiempo para nosotros. Al igual, Jesús siempre está dispuesto a ayudarnos.

La conversación con Dios puede ser mental (si nos dirigimos a Él únicamente con nuestro pensamiento), o verbal (cuando expresamos nuestros sentimientos y pensamientos con palabras).

La oración de Jesús a su Padre es el modelo de nuestra oración:

• Jesús alaba: “Yo te alabo, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado

estas cosas a los sabios e inteligentes, y se las has revelado a los pequeños” (Mt 11,25).

• Jesús da gracias: “Padre, te doy gracias porque me has escu­chado; yo sé que

siempre me escuchas, pero por la muchedum­bre que me rodea lo digo, para que crean que tú me has enviado” (Jn 11,41-42).

• Jesús se identifica con el querer del Padre: “Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz, pero no sea como yo quiero, sino como quieres tú” (Mt 26,39).

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• Jesús pide, enseñándonos a pedir: “No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno (...) santifícalos en la verdad” (Jn 17, 15-17).

Jesús siempre va por delante: primero hace, después invita a hacer. Los apóstoles lo veían con frecuencia entregado a la oración (cf. Lc 5,16; Mt 14,23). Además, como recuerda san Lucas, “les dijo una parábola para mostrar que es preciso orar en todo momento y no desfallecer” (Lc 18,1). Con el ejemplo y la exhortación nos quiere hacer ver la necesidad de la oración.

Dios nos espera en la oración Generalmente, cuando se quiere ver a una persona importante, tenemos que esperar; Dios no nos hace esperar, antes bien, es Él quien nos espera.

Aunque podemos orar siempre, a cualquier hora, señalamos momentos determinados para hacerlo: al levantarnos y al acostarnos, antes de comer, etcétera.

Cómo debe ser nuestra oración Al hablar con Dios en la oración no debemos de olvidar que esta debe ser:

• Piadosa. Hemos de acudir a la oración como hijos, porque lo somos.

• Humilde. Siempre necesitamos de Dios.

• Confiada. Él nos ama como Padre, nos fiamos de Él y estamos seguros de que nos dará lo mejor.

• Perseverante. Pedir una y otra vez, sin cansancio ni desánimo.

A veces tenemos la sensación de que Dios no nos concede lo que pedimos. Pero no debes olvidar que Dios no es el genio de la lámpara mágica que está escuchándonos para hacer lo que queramos; Dios sabe lo que nos conviene y nos dará la felicidad.

Hay que tener confianza en su voluntad.

Si oramos con fe y confianza a Dios nuestro Señor, tenemos la plena seguridad de que Él escuchará nuestras súplicas. Y si muchas veces no obtenemos lo que pedimos en la oración, es porque no oramos con la suficiente fe, no somos perseverantes en la oración o no pedimos como debemos; es decir, que se cumpla, por encima de todo, la voluntad santísima de Dios en nuestra vida. Orar no es exigir a Dios nuestros propios gustos o caprichos, sino que se haga su voluntad y que sepamos acogerla con amor y generosidad. Aun cuando no siempre nos conceda exactamente lo que le pedimos, Él siempre nos dará lo que más nos conviene.

El Padrenuestro Un día los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara a orar. Entonces les enseñó el Padrenuestro. En esta oración Jesús nos invita a tener confianza en Dios y llamarlo “Padre”. En ella pedimos lo que necesitamos, y nos ponemos a su disposición para construir el reino de Dios. También pedimos que nos haga fuertes en las tentaciones 85

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que nos surgen cada día y que nunca deje que nuestro corazón se contamine con el odio, venganza, rencor, orgullo, etc. que nos llevan a pasarnos del lado del mal.

En la medida que vamos habituando a la oración, nos unimos más con Dios y comprendemos mejor sus planes sobre nosotros y sobre los demás. De la oración salimos fortalecidos para luchar contra las tentaciones y hacer el bien para enfrentamos a las dificultades de la vida con serenidad y alegría. La oración nos consigue la gracia de permanecer, hasta el fin, fieles a Cristo, cooperando con él en la construcción de su Reino.

Los niños resuelven el crucigrama.

Solución.

Horizontales 1. A Jesús le agradaba ORAR constantemente.

2. La oración nos permite COMUNICARNOS con Dios.

3. Nuestra oración debe ser CONFIADA. Verticales 4. La oración que Jesús nos enseñó es el PADRENUESTRO. 5. Cuando Jesús fue capturado, estaba orando en el monte de los OLIVOS. 6. Orar no es pedirle CAPRICHOS a Dios, sino pedirle aquello que nos haga falta.

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Expresamos nuestra fe Me comprometo

• De hoy en adelante haré oración todos los días, especialmente al levantarme y antes de dormir.

Celebramos ◗◗

Los niños colocan sus sillas en forma de círculo.

◗◗

A cada niño se le dará una tarjeta en blanco. En ella escribirá el nombre de alguna persona o situación por quien quiera que se haga oración (familia, papá, enfermos, niños, Iglesia, etc.).

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◗◗

Después de escribir la petición, los niños colocan la tarjeta en su lugar, pero no se sientan en él.

◗◗

Comenzamos a cantar Nada te turbe. Mientras estamos cantando, los niños caminan alrededor de las sillas, procurando no permanecer en el mismo lugar.

Nada te turbe Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda.

La paciencia, todo lo alcanza.

Quien a Dios tiene, nada le falta: sólo Dios basta. ◗◗

Cuando el catequista considere necesario, dejan de cantar. Entonces cada niño se sienta en el lugar más próximo a él. Toma la tarjeta que está en la silla y hace una pequeña oración por la persona o situación que encuentre escrita.

◗◗

Se deja un momento de silencio para la oración. Después vuelven a cantar. Al reiniciar el canto los niños dejan nuevamente la tarjeta en su lugar y caminan alrededor de las sillas.

◗◗

Repetimos la dinámica tantas veces como creamos conveniente.

◗◗

Para finalizar, oramos con el Padrenuestro.

Guardo en mi corazón ¡Dios siempre me escucha!

Para vivir en familia • Oraremos por nuestras necesidades y por las de alguna persona, en especial, que no sea de nuestra familia.

• Todas las noches, antes de acostarnos, oraremos con el Padrenuestro.

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El Espíritu Santo, regalo de Dios

Objetivo: Que los niños valoren el gran regalo que Dios nos hace al darnos el Espíritu Santo, para que lo sientan cercano, como consolador y santificador, por medio de sus dones.

Toma en cuenta que… ◗◗

En este tema debemos de hablar desde nuestra propia experiencia con el Espíritu Santo, y hay que hacerlo con términos sencillos y claros.

◗◗

Hay que preparar una hoja de papel por niño. En ella dibujaremos una llama y, dentro de ella, escribiremos el nombre de uno de los dones del Espíritu Santo: sabiduría, entendimiento, consejo, ciencia, piedad, temor de Dios, fortaleza.

◗◗

También preparamos una caja de regalo vacía.

◗◗

Es necesario hacer una brevísima mención de los Dones del Espíritu Santo, aunque estos se explicaran más ampliamente en la sesión 12.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Gn 1,2; Jue 6,34; Ez 11,5; Lc 1,35; 4,18; Hech 2.

• CEC: 687-747.

• Dominum et vivificatem, Carta encíclica de Juan Pablo II sobre el Espíritu Santo en la vida de la Iglesia y del mundo.

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En tu presencia ◗◗

Iniciamos con la siguiente oración:

Espíritu Santo, llena mi corazón Espíritu Santo.

Espíritu de Dios.

Abre mi corazón a tu Palabra, ayúdame a guiar mi vida con las enseñanzas de Jesús.

Llena mi corazón, mis pensamientos y mis manos, para que toda mi vida siga el ejemplo de Jesús.

Nuestra vida Un día muy especial ◗◗

Narramos lo que aconteció en Pentecostés (Hechos 2,1-41).

◗◗

Después, a cada niño se le entrega una hoja de papel en la que está dibujado uno de los dones del Espíritu Santo. Le pedimos que la recorte y la coloree.

El día de Pentecostés, el Espíritu Santo llenó de energía a los apóstoles para salir a anunciar el Evangelio. Desde entonces la Iglesia predica de manera incansable la Buena Nueva de Jesús, el amor del Padre, y se llena de alegría por los dones que el Espíritu sigue derramando en cada uno de nosotros.

Iluminamos la vida Jesús nos da al Espíritu Santo Después de la resurrección, Jesús se aparece a sus discípulos y les da un gran regalo.

Reciban al Espíritu Santo Aquel mismo domingo, por la tarde, estaban reunidos los discípulos en una casa con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Jesús se presentó en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”.

Y les mostró las manos y el costado. Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús les dijo de nuevo: “La paz esté con ustedes”.

Y añadió: “Como el Padre me ha enviado, yo también los envío a ustedes”.

Sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban al Espíritu Santo. A quienes les perdonen los pecados, Dios se los perdonará; y a quienes se los retengan, Dios se los retendrá”.

Juan 20, 19-23

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◗◗

El catequista profundiza con las siguientes preguntas: −− ¿Cuál

es el saludo de Jesús resucitado? −− Jesús, después de saludar, ¿qué les dio a los discípulos? −− ¿Qué hace el Espíritu Santo en la Iglesia?

El Espíritu Santo nos une La unión y la solidaridad son dos de las características más importantes para los discípulos de Jesús. Esto sólo es posible en torno a él.

Jesús había prometido a sus discípulos que no los dejaría solos, que rogaría al Padre para que les enviara un Paráclito (Jn 14,16), palabra que significa: el abogado, el mediador, el defensor, el consolador.

Los discípulos habían oído hablar a Jesús de muchas cosas, pero no siempre entendieron lo que les quería decir. Por eso Jesús les dijo que no se preocuparan pues les enviaría al Espíritu Santo (Jn 16,13), él les ayudaría a recordar y entender (Jn 14,26).

Como escuchamos en la lectura del evangelio, Jesús dice a los discípulos que reciban al Espíritu Santo, después de saludarlos deseándoles la paz.

El Espíritu en nuestra vida El Espíritu Santo:

• Edifica, anima y santifica a la Iglesia.

• Nos da ánimos y fortaleza ante las dificultades, ante las tentaciones.

• Nos ayuda a buscar a Dios como lo más importante en nuestras vidas.

• Nos ilumina para entender la Palabra de Dios y comprender el porqué de los acontecimientos en nuestra vida y en la de los demás.

• Nos une en comunidad, haciéndonos superar las enemistades, las envidias, las categorías entre unos y otros.

• Nos da sus dones y nos regala sus frutos: paz, alegría, amor, paciencia, bondad, comprensión, castidad, fidelidad, mansedumbre...

El Espíritu Santo ha sido enviado a nuestros corazones (Gal 4,6), a fin de que recibamos la nueva vida de hijos de Dios.

Los niños localizan en la sopa de letras los dones del Espíritu Santo.

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Solución

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• Consejo

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• Fortaleza

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• Sabiduría • Entendimiento

• Ciencia

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• Temor de Dios

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Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Pediré al Espíritu Santo que me ilumine día con día, para demostrar que está en mí por medio de buenas acciones.

Celebramos ◗◗

Colocados de pie y formando un círculo, el catequista explica que el Espíritu Santo nos enseña también a compartir.

◗◗

Pedimos a cada niño que coloque, dentro de la caja de regalos vacía, la llama de papel que se le dio al inicio del encuentro.

◗◗

Una vez que todos han depositado su llama, el catequista las revuelve y pide a los niños que pasen, uno a uno, a tomar una. El ideal es que cada quien se lleve una llama distinta a la que coloreó.

◗◗

Nos daremos cuenta que hemos recibido un regalo, el don que el Espíritu ha querido. Teniendo cada uno en sus manos la llama pintada, se darán las gracias de forma espontánea por el don recibido.

◗◗

Decimos juntos la tercera parte del credo: Creo en el Espíritu Santo...

Guardo en mi corazón El Espíritu Santo me revela a Jesús, actúa en la Iglesia y en mi vida.

Para vivir en familia • Colocamos la llama que recibí en la catequesis en un lugar especial de nuestra casa, para recordar que el Espíritu Santo nos fortalece y nos guía.

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Todos somos Iglesia

Objetivo: Que los niños identifiquen a la Iglesia como la familia de los seguidores de Jesús, y así quieran integrarse a su parroquia (comunidad en la que pueden vivir y crecer en la fe).

Toma en cuenta que… ◗◗

Es importante que los niños, a través de nuestras palabras, descubran el amor a la Iglesia, y sientan la necesidad de pertenecer a ella para experimentar la vida como familia de Dios.

◗◗

Hay que preparar un mapa de la Diócesis para que los niños puedan ubicar su parroquia y otros templos de especial relevancia.

◗◗

Hacer un recorrido por la parroquia (los salones de reunión de los diferentes grupos, donde se reúne el consejo parroquial, la oficina), explicando brevemente qué hacen los distintos grupos parroquiales.

◗◗

De ser posible se invita al párroco para hacer un recorrido por el templo, explicando las distintas partes y qué se hace en ellas.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: 1 Tes 1,1; Hech 2,42-47; 4,32-33;5,12-16; 14,27; 1Cor 1,2; 8,1113; 2 Cor 8,16-19; 9,1-5.

• CEC: 748-865; 2030-2031.

• DA: 170-171.

• VD: Segunda parte “La Palabra de Dios y la Iglesia”.

• Ecclesia in America: 33-34.

• LG: Capítulo 1 y 2.

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En tu presencia Pedimos a Dios por nuestra comunidad parroquial, por cada uno de sus miembros y por las necesidades más urgentes.

Nuestra vida Familias indestructibles ◗◗

El catequista narra lo siguiente: El malvado Milísforo Hubo una vez un villano tan malvado, llamado Milísforo, que ideó un plan para acabar con todas las cosas importantes del mundo. Ayudado por sus grandes máquinas e inventos, consiguió arruinar a todos, pues inventó una poción que quitaba las ganas de trabajar. También hizo que la gente no quisiera estar junta, pues a todos infectó con un gas tan maloliente que cualquiera prefería quedarse en casa antes que encontrarse con nadie.

Cuando el mundo entero estuvo completamente patas arriba, comprobó que sólo le quedaba una cosa por destruir para dominarlo completamente: las familias. Y es que a pesar de todos sus inventos malvados, de sus gases y sus pociones, las familias seguían estando juntas. Y lo que más le fastidiaba era que todas resistían, sin importar cuántas personas había en cada una, dónde vivían, o a qué se dedicaban.

Lo intentó haciendo las casas más pequeñas, pero las familias se apretaban en menos espacio. También destruyó la comida, pero igualmente las familias compartían lo poco que tenían. Y así, continuó con sus maldades contra lo último que se le resistía en la tierra, pero nada dio resultado.

Hasta que, finalmente, descubrió cuál era la fuerza de todas las familias: todos se querían, y no había forma de cambiar eso. Y aunque trató de inventar algo para destruir el amor, Milísforo no lo consiguió. Entonces, triste y contrariado por no haber podido dominar el mundo, se rindió y dejó que todo volviera a la normalidad.

Milísforo terminó tan deprimido, que sólo se le ocurrió ir a llorar a casa de sus padres para contarles lo ocurrido. A pesar de todas las maldades que había hecho, corrieron a abrazarle, le perdonaron, y le animaron a ser más bueno. Y es que, ¡hasta en la propia familia del malo más malo, todos se quieren y perdonan todo!

Las familias son fuertes si permanecen unidas. Un miembro fortalece al otro y, así, juntos, nada puede vencerlos. ◗◗

El catequista profundiza con las siguientes preguntas:

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−− ¿De

qué trató la historia? −− ¿Por qué Milísforo quería destruir al mundo? −− ¿A quiénes no podía destruir? ¿Por qué? −− ¿A quien recurrió Milísforo cuando se vio vencido? −− ¿Las familias son importantes? ¿Por qué?

Iluminamos la vida La Iglesia: cuerpo de Cristo A veces pensamos que la Iglesia es solo la construcción hecha con tabiques, donde las personas vamos a rezar. Pero eso no es la Iglesia: la Iglesia es el Pueblo de Dios reunido.

Formamos el cuerpo de Cristo Dios mismo distribuyó el cuerpo dando mayor honor a lo que era menos noble, para que no haya divisiones en el cuerpo, sino que todos los miembros se preocupen los unos de los otros. Si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él. Si un miembro recibe honores, todos los miembros comparten su alegría.

Ahora bien, ustedes forman el cuerpo de Cristo y cada uno es miembro de ese cuerpo.

Y Dios ha asignado a cada uno un lugar en la Iglesia.

1 Corintios 12,24-28 Desde el día del Bautismo somos miembros de la Iglesia: el nuevo Pueblo de Dios.

Aquí están nuestras raíces cristianas. De ella hemos recibido un gran regalo: conocer a Jesucristo.

Un cuerpo con muchos miembros La Iglesia es como un cuerpo: está formado por muchos miembros que constituyen una unidad. Todos son importantes y necesarios. Tienen la misma dignidad, y cada uno tiene un puesto y una función determinada.

Estamos llamados al servicio de los demás, todos somos responsables de la marcha de la Iglesia: el bien o el mal que hacemos cada uno repercuten en todo el conjunto.

Una misma vida circula entre nosotros: la misma vida de Dios.

En la Iglesia cada uno juega un papel y tiene responsabilidades. Es importante ref lexionar sobre las funciones y tareas que corresponden a cada quien:

• El Papa. Guía, en nombre de Cristo, a toda la Iglesia. Es considerado el sucesor de san Pedro y cabeza del “Colegio Apostólico”. Además debe procurar la unión y la unidad entre los miembros de la Iglesia.

• Los obispos. Son los sucesores de los apóstoles. Están al frente de las diócesis, como sus pastores. También son maestros de fe, creadores de unidad. Pueden 94

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ordenar a los presbíteros y procuran que el trabajo en su diócesis sea organizado y en comunión.

• Los presbíteros o sacerdotes. Son colaboradores de los obispos. En su nombre

animan las distintas comunidades cristianas. Además sirven a la Palabra de Dios, anuncian el Evangelio y educan en la fe. Por lo regular, son ellos quienes presiden la Eucaristía y administran los sacramentos.

• Los

laicos. Están llamados a vivir la santidad desde las realidades que les corresponden: familia, profesión, etcétera. Así serán testigos del Evangelio en medio de la sociedad para construir estructuras sociales más justas, cimentadas en el amor. Son corresponsables en la comunidad y colaboran en sus actividades: catequesis, liturgia, caridad y promoción social.

En la Iglesia hay distintas funciones, pero no distintas categorías. Todos los miembros de la Iglesia somos iguales en dignidad y estamos llamados a llevar adelante la misión de la Iglesia en el mundo. Cada uno aporta sus dones y cualidades para el bien de la comunidad. Pastores y laicos debemos de trabajar unidos y apoyarnos mutuamente.

Vivir para evangelizar Evangelizar es hacer presente en el mundo la salvación que Dios realizó por Jesucristo.

Es la razón de ser de la Iglesia. Para realizar esta misión, la Iglesia tiene muchas tareas:

• Anunciar la Palabra. Así da esperanza a los desalentados y anima a los decaídos.

Es una Palabra que ilumina la historia y da sentido a la vida.

• Educar y despertar la fe en los que no creen o viven alejados de Dios.

• Orar y alabar a Dios por su bondad y su amor para con todos.

• Celebrar la Eucaristía para hacer presente el misterio de la muerte y resurrección de Cristo, que es salvación y alimento para el hombre.

• Vivir en comunión profunda con Dios, como una comunidad de hermanos cuya norma esencial es el amor.

La Iglesia está extendida por todo el mundo y se hace visible en cada uno de nosotros. ◗◗

En este momento, el catequista muestra el mapa de la Diócesis y ubica la parroquia a la que pertenecen, los principales templos y demás lugares de interés.

Los niños registran los datos que se piden.

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Después resuelven el crucigrama.

Solución 3

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O B Verticales 5 L A I C O S B 1 1. ¿Quiénes fueron los primeros en A I U formar parte de la Iglesia?

2. ¿Quiénes formamos la Iglesia viva de 4 P R E S B I T E R O S Jesús?

O P I 3. ¿Quiénes son los sucesores de los S O Z apóstoles?

T S 6 P A P A Horizontales O D 4. ¿Quiénes colaboran con los obispos, animando a las comunidades?

L O 5. ¿Quiénes representan a la Iglesia en E S la sociedad?

S 6. ¿Quién es el sucesor de san Pedro?

Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Con mis acciones daré testimonio de que soy miembro de la Iglesia de Jesús.

Celebramos Todos juntos dicen la última parte del credo: Creo en la iglesia ◗◗ Por último, todos cantan A edificar la Iglesia (la letra viene en el libro del niño, página 60). ◗◗

Guardo en mi corazón Todos somos la Iglesia.

Para vivir en familia • Visitamos la parroquia durante la semana para hacer oración y pedir por quienes formamos la Iglesia: Papa, obispos, presbíteros, laicos, etcétera.

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El Bautismo: nacer a una nueva vida

Objetivo: Que los niños reconozcan que en el Bautismo recibimos la salvación de Cristo, que nos libra del pecado, nos da una vida nueva y nos convierte en hijos de Dios.

Toma en cuenta que… ◗◗

Podemos llevar los elementos que se usan en el rito del Bautismo (agua, vela, aceite) para explicar de mejor manera los signos propios del sacramento.

◗◗

En el Celebramos, recordaremos que somos bautizados y estamos llamados a vivir como hijos de Dios. No se trata de bautizar nuevamente a los niños.

◗◗

Si algún niño no está bautizado, se sugiere no rociarlo con agua. Puede participar en la celebración, pero hay que hacerle notar que recibirá su verdadero baño bautismal al terminar su formación en la catequesis.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Mt 28,19; Rm 6, 4-5; Hch 2,38.41; Jn 3,5; Ef 5,8-14; 2 Cor 5,17.

• CEC: 1213-1274.

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En tu presencia ◗◗

Iniciamos el encuentro cantando Bautízame, Señor, con tu Espíritu.

Bautízame, Señor, con tu Espíritu Bautízame, Señor, con tu Espíritu, (3) bautízame, bautízame, Señor.

Y déjame sentir el fuego de tu amor aquí en mi corazón, Señor.

Nuestra vida Cuando nace un niño… ◗◗

El catequista inicia la sesión con las siguientes palabras: Cuando nace un niño, generalmente las familias se alegran y se llenan de gozo. Después se organizan para bautizar al nuevo bebé: le buscan padrinos, acuden a la parroquia para cumplir con los preparativos y lo llevan a bautizar con mucha emoción. Hacen una comida y festejan al recién bautizado. Sin embargo, los niños que son bautizados, con el paso de los años crecen, y muy pocos saben cómo fue la celebración de este sacramento.

Hoy vamos a platicar sobre esos momentos importantes de nuestra vida.

Primero yo (el catequista) les voy a contar sobre mi nacimiento y mi Bautismo…

◗◗

El catequista cuenta sobre su Bautismo. Después pide a los niños que diga, cada uno: cuándo nacieron, cómo los recibieron en su familia, cómo fue su Bautismo y quiénes fueron sus padrinos.

Iluminamos la vida Una vida nueva Por el Bautismo nacemos a una vida nueva. Este es un don tan precioso, que Jesús no duda en enviar a sus discípulos a predicar la Buena Nueva y bautizar a todas las naciones.

Vayan y bautícenlos Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos y bautícenlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, enseñándoles a poner por obra lo que les he mandado.

Mateo 28,19-20

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Nacer del agua y del Espíritu Jesús le respondió: “Yo te aseguro que el que no nazca de lo alto no puede ver el reino de Dios.” Nicodemo repuso: “¿Cómo es posible que un hombre vuelva a nacer siendo viejo? ¿Acaso puede entrar de nuevo en el seno materno para nacer?”.

Jesús le contestó: “Yo te aseguro que nadie puede entrar en el reino de Dios, si no nace del agua y del Espíritu”.

Juan 3,3-5 En el texto de Mateo 28,19, Jesús afirma que el Bautismo es necesario para la salvación; por ello ordena a sus discípulos anunciar el Evangelio y bautizar a todas las naciones.

Cuando una persona ha oído el mensaje de la salvación en Jesús, se suscita la fe en él y, después de haber conocido más sobre la buena nueva, esa persona solicita ser de Cristo y por eso se bautiza.

Un baño que purifica, hace renacer y da luz La palabra Bautismo significa sumergir, introducir dentro del agua. La inmersión simboliza el acto de ser sepultados en la muerte de Cristo de donde sale, por la resurrección, con él como “nueva criatura” (2 Cor 5,17; Gal 6,15).

En el texto de Jn 3,3-5, Jesús anuncia la necesidad de nacer por el agua y el Espíritu para entrar en el reino de Dios. Es decir: hay que nacer de nuevo a través de un baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo. Ese baño nos purifica de nuestros pecados y nos hace nuevas criaturas: nos convierte en Hijos de Dios.

El baño del Bautismo también es llamado iluminación, porque el espíritu de los que han recibido la Buena Nueva queda iluminado, y en el Bautismo recibe a Cristo, que es la luz verdadera que ilumina a todo hombre (Jn 1,9). Por eso el bautizado se convierte en Luz (cf. CEC 1216).

El que es bautizado participa en la muerte de Cristo; es sepultado y resucita con él. También ha sido injertado en Cristo para llevar una nueva vida. El que ha sido consagrado a Cristo por el Bautismo, se ha revestido de él (Gal 3, 27). El Bautismo nos configura con Cristo y nos imprime un sello espiritual de pertenencia a Cristo, que no se borra.

Cuando alguien se bautiza es agregado al nuevo pueblo de Dios, que es la Iglesia, donde podrá encontrar los medios para su salvación.

Los signos del Bautismo Los signos del Bautismo expresan las riquezas que tiene este sacramento.

A continuación, mencionaremos los siguientes:

• La señal de la cruz. El sacerdote recibe al niño que se bautizará en nombre de toda la comunidad, y le traza la señal de la cruz en la frente, que significa la gracia de la redención que Cristo nos ha adquirido por su cruz.

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• El óleo de los catecúmenos. Es la ayuda espiritual, previa al Bautismo, para que el catecúmeno tenga fortaleza y pueda confesar su fe en Cristo.

• El agua. Es consagrada con una oración, en la que pedimos al Espíritu Santo descienda sobre ella, a fin de que los que sean bautizados nazcan del agua y del Espíritu, es decir, que nazcan de nuevo.

• El Santo Crisma. Es un óleo perfumado que significa que el nuevo cristiano es ungido por el Espíritu Santo.

• La vestidura blanca. Simboliza que el bautizado se ha revestido de Cristo, ha resucitado con él.

• La vela.

Se enciende del cirio pascual, significa que Cristo ha iluminado al nuevo bautizado.

Los niños relacionan los signos del Bautismo con su significado.

Solución.

Señal de la cruz •

• Don del Espíritu Santo.

Oleo de los catecúmenos •

• Ser revestidos de Cristo.

Agua •

• Fortaleza para confesar a Cristo.

• Cristo ilumina al bautizado.

Santo Crisma • Vestidura blanca •

• La gracia de la redención.

Vela •

• Purificación y nacer de nuevo.

Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Viviré dando testimonio de la gracia que recibí en el Bautismo.

Celebramos ◗◗

En un lugar adecuado colocamos una mesa con mantel, una jarra de agua y un cirio que será encendido al final de la celebración.

Catequista: Queridos niños, hoy nos reunimos para celebrar que hemos recibido de Dios el don de la vida. Demos gracias porque somos bautizados, y nos sentimos comprometidos a ser de Cristo.

Todos:

Señor Jesús, queremos renovar nuestra fe en ti.

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Catequista: Cuando éramos pequeños, nuestros padres nos llevaron a la Iglesia para ser bautizados, pues querían que nosotros perteneciéramos a Cristo. Ahora nosotros expresamos nuestra aceptación del Bautismo.

Todos:

Señor Jesús, queremos renovar nuestro bautismo.

Catequista: En señal de que nos reconocemos de Cristo, vamos a ser signados en nuestra frente con la señal de la cruz. ◗◗

El catequista hace la señal de la cruz en la frente de los niños.

Catequista: Nacer del agua y del Espíritu es volver a nacer. Cuando nos bautizaron con agua, participamos de la salvación de Cristo y recibimos el Espíritu Santo. Hoy queremos expresar nuestro deseo de tener la vida de Cristo y la presencia del Espíritu Santo.

◗◗

El catequista rocía un poco de agua sobre los niños.

Todos:

Que el agua que recibimos nos dé siempre la vida nueva de Cristo.

Que el óleo que nos ha consagrado nos comprometa a hacer el bien.

Que tengamos una vida limpia, como nuestra vestidura blanca del bautismo.

Que la luz de Cristo nunca se apague en nuestra vida.

Catequista: Ahora, como signo de que la fe recibida en nuestro bautismo sigue viva, encendamos este cirio y, juntos, hagamos la oración que el Señor nos enseñó.

Todos:

Padre nuestro…

Guardo en mi corazón He sido consagrado en el Bautismo y me he revestido de Cristo.

Para vivir en familia • Preguntaré a mis padres cuáles fueron las circunstancias de mi nacimiento y de mi Bautismo.

• También les pediré que me cuenten cómo nacieron y cuándo fueron bautizados.

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La Confirmación: fortalecidos para predicar a Cristo

Objetivo: Que los niños comprendan que el sacramento de la Confirmación nos alcanza la plenitud de la gracia bautismal.

Toma en cuenta que… ◗◗

Hay que contar con una pequeña mesa y un cirio.

◗◗

También prepararemos pequeñas tarjetas de cartulina, recortadas en forma de cruz, que colocaremos alrededor del cirio durante la celebración.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Jn 14,13-17; Hech 1,8.12; 2,1-13; 5,32; 12,39-43.

• CEC: 1285-1314.

• LG: 11.

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En tu presencia ◗◗

Iniciamos el encuentro cantando El Espíritu del Señor.

El Espíritu del Señor El Espíritu del Señor llenó la faz de la tierra.

Aleluya, aleluya, aleluya.

Enviaste, Señor, a tu Espíritu y todo ha sido creado, y se ha renovado la faz de la tierra. (2)

Nuestra vida Un niño muy valiente: José Sánchez del Río ◗◗

El catequista narra a los niños la historia de José Sánchez del Río: José Sánchez del Río nació el 28 de marzo de 1913, en Sahuayo, Michoacán.

Asistió a la escuela en su pueblo natal, se integró a las vanguardias del grupo local de la ACJM (Asociación Católica de la Juventud Mexicana). Cuando estalló la Guerra Cristera en 1926, sus hermanos se unieron a las fuerzas cristeras, pero su madre no le permitió unirse. El general Prudencio Mendoza también rechazó que se enlistara. El niño insistió que quería tener la oportunidad de dar su vida por Cristo y poder llegar al cielo. Las palabras que convencieron a su madre para que lo dejara unirse a los cristeros, fueron las siguientes: “Nunca ha sido tan fácil ganarse el cielo como ahora”.

Durante una lucha muy dura el 6 de febrero de 1928, las tropas del gobierno lo hicieron prisionero y lo encerraron en la sacristía de la iglesia local.

El viernes 10 de febrero lo sacaron de la parroquia al mesón general del ejército federal. Lo torturaron y condujeron descalzo por varias calles, hasta llegar al panteón municipal. En todo el trayecto, José iba dando gritos y vivas a Cristo Rey y a la Virgen de Guadalupe, lloraba mucho pero a la vez rezaba por el camino.

Más tarde le fue señalada su tumba y, poniéndose al pie de ella, fue ahorcado y acuchillado por sus verdugos. Uno de ellos, Rafael Gil Martínez, apodado “El Zamorano” lo bajó del árbol donde había sido colgado y le preguntó: “¿Qué quieres que le digamos a tus padres?”. José pudo decir con el poco aliento que le quedaba: ¡Que Viva Cristo Rey y que en el cielo nos veremos! El verdugo, lleno de rabia, sacó su pistola y terminó con la vida de José, quién tenía 14 años de edad.

José Sánchez del Río fue beatificado, junto con otros 11 mártires mexicanos, el 20 de noviembre de 2005.

◗◗

Después pregunta a los niños: −− ¿Conoces

la vida de algún niño así?

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−− ¿Tienes

algún vecino o amigo de la escuela que defienda así su fe? −− ¿Eres valiente para entregar tu vida en defensa de Jesús y del Evangelio? −− ¿Qué te da esa fortaleza?

Hoy necesitamos niños así de valientes. Necesitamos héroes y mártires para: construir la paz; defender los derechos de las personas; hablar en favor de los desprotegidos; vivir la honradez sin quitar a nadie lo que le pertenece; trabajar y ganar lo necesario sin buscar el dinero “fácil” y “mal habido”; cuidar y respetar la vida diciendo “no” a los vicios; dar la vida cada día en la escuela y poner más dedicación y esfuerzo en las tareas; leer más, aprender y no hacer trampas en los exámenes.

Necesitamos que nuestros niños sigan el ejemplo de José Sánchez del Río, y de tantos niños y mártires de la Iglesia.

Iluminamos la vida Vivir en el Espíritu El Espíritu nos fortalece y nos hace vivir como hijos de Dios. Él nos motiva a actuar en el amor y a no hacer malas acciones.

Nacer del agua y del Espíritu Jesús, le contestó a Nicodemo: “Yo te aseguro que nadie puede entrar en el reino de Dios, si no nace del agua y del Espíritu. Lo que nace del hombre es humano; lo engendrado por el Espíritu, es espiritual. Que no te cause, pues, tanta sorpresa lo que te he dicho: ´Tienen que nacer de lo alto’. El viento sopla donde quiere; oyes su rumor, pero no sabes ni de dónde ni a dónde va. Lo mismo sucede con lo que nace del Espíritu”.

Juan 3,5-8 ◗◗

El catequista pregunta a los niños: −− Para

Jesús, ¿qué significa nacer de lo alto? −− ¿Cómo son los que nacen del Espíritu? ¿Con qué los compara Jesús? −− ¿Cómo podemos relacionar la vida de José Sánchez del Río con lo que Jesús le dice a Nicodemo?

Nacer de lo alto Nicodemo era un maestro de la Ley y tenía deseos de hablar a solas con Jesús. Busca el momento oportuno. Jesús le dijo que es necesario nacer del agua y del Espíritu.

Nosotros también tenemos que nacer de nuevo, del agua y del Espíritu. Ya recibimos el sacramento del Bautismo y necesitamos el sacramento de la Confirmación para que el Espíritu Santo nos haga vivir más plenamente nuestra realidad de hijos de Dios, nos una con más fuerza a Cristo, nos haga más firmes en nuestra pertenencia a la Iglesia y así seamos más valientes para dar testimonio de nuestra fe, donde quiera que estemos.

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Gracias al Espíritu Santo que hemos recibido en el Bautismo, sabemos lo que significa “nacer de nuevo”. Es un don del Espíritu, un regalo, poder entender la Palabra de Dios y poderla vivir cada día. Para el creyente, dejar una vida de pecado y vivir al estilo de Jesús, es nacer de nuevo.

Si estamos atentos, el Espíritu de Dios nos aconsejará, nos iluminará, nos dará fuerzas en la tentación, nos dará gran sensibilidad ante el dolor y el sufrimiento de los demás, haciéndonos creativos en abrir nuevos caminos que ayuden al necesitado y a la extensión del reino de Dios.

El sacramento de la Confirmación perfecciona la gracia bautismal, y nos da la fortaleza de Dios para ser firmes en la fe y en el amor a Dios y al prójimo.

Nos da también audacia para cumplir el derecho y el deber, que tenemos por el Bautismo, de ser apóstoles de Jesús para difundir la fe y el Evangelio, personalmente o asociados, mediante la palabra y el buen ejemplo.

Los dones del Espíritu Santo En la Confirmación, Cristo nos otorga la gracia de la madurez cristiana y nos hace testigos de él, porque nos da con plenitud al Espíritu Santo y su dones.

Los dones del Espíritu Santo son siete, y son regalos especiales que nos ha hecho Dios para comprender las cosas divinas y cumplir mejor su voluntad.

1. Temor de Dios: Es un santo temor de ofender a Dios, porque es nuestro Padre que nos ama y nosotros también lo amamos.

2. Piedad: Por este don podemos amar a Dios como Padre y a todos los hombres como verdaderos hermanos.

3. Ciencia: Permite que nuestra inteligencia pueda juzgar las cosas creadas de acuerdo a un fin. Podemos ver la mano de Dios en la Creación.

4. Sabiduría: Nos permite entender, saborear y vivir las cosas divinas.

5. Fortaleza: Fortalece el alma, para poder dar testimonio de nuestra fe en todo momento.

6. Consejo: Nos permite intuir rectamente lo que debemos hacer o dejar de hacer en una circunstancia determinada de nuestra vida.

7. Entendimiento: Nos ayuda a comprender las verdades reveladas por Dios y las verdades naturales, desde los ojos de la fe.

Los niños evalúan su actuar diario, rellenando los espacios de la tabla.

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Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Procuraré que mi evaluación de vida vaya mejorando día con día para que el Espíritu Santo me convierta en un auténtico testigo del reino de Dios.

Celebramos ◗◗

Pedir a los niños que se acomoden alrededor de la mesa que preparamos.

◗◗

Encendemos el cirio pascual.

◗◗

Cantamos de nuevo El Espíritu del Señor.

◗◗

Al finalizar el canto, todos oramos: Espíritu Santo: ven, llénanos de tu luz, invádenos con tu amor, purifícanos y fortalece nuestra fe.

◗◗

Alrededor del cirio encendido colocamos las tarjetas en forma de cruz. Cada niño toma una y escribe un compromiso para la semana.

◗◗

El catequista recoge las tarjetas escritas y las revuelve en una bolsa.

◗◗

Invita a los niños a dar gracias al Espíritu Santo por su presencia y sus dones.

◗◗

Cuando todos hayan hecho su acción de gracias, invitará a cada niño a tomar una tarjeta de la bolsa. Este será su compromiso de la semana.

Guardo en mi corazón En la Confirmación, el Espíritu Santo nos da la gracia de la madurez cristiana, y nos hace testigos de Cristo.

Para vivir en familia • Pediremos al Espíritu Santo por la paz en el mundo y en nuestro país, por las naciones en guerra y por las que sufren divisiones e injusticias.

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Los sacramentos de curación

Objetivo: Que los niños experimenten a Dios como Padre misericordioso, dispuesto a perdonarnos y a sanarnos, para que comprendan la gracia recibida en los sacramentos de la Reconciliación y de la Unción de enfermos.

Toma en cuenta que… ◗◗

El catequista debe ref lexionar en su propio camino de conversión y en los sentimientos que experimenta cuando acude a la Reconciliación. Sólo cuando nos vemos en los brazos del Padre misericordioso, que nos ama incondicionalmente a pesar de nuestros actos negativos, podremos expresar nuestra experiencia de hijos amados.

◗◗

Al mismo tiempo, debe tener presente alguna experiencia que haya tenido con algún enfermo o enfermedad.

◗◗

Para la celebración, hay que preparar un cirio, un cristo y papelitos para que los niños escriban sus propósitos de enmienda.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: 2 Co 5,18-21; 1 Jn 12,1-2; Mt 6,14-15; Lc 22,54-62; 23,39-43; Mt 16,19; Jn 20,21-23; Lc 9,1-2; Mt 10,7-8; Hech 5,15-16; Sant 5,14-15.

• CEC: 1420-1421, 1422-1498, 1499-1532.

• LG: 11.

• SC: 109.

• Christus Dominus: 5.

• Ritual de la penitencia: 46, 55.

• Reconciliatio et Paenitentia: 28.

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En tu presencia ◗◗

Iniciamos el encuentro con el Salmo 121.

Todos: Sálvanos, Señor, tú que eres misericordioso.

Niños: Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio?

Mi auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

Niñas: No te dejará caer, tu guardián no duerme;

no duerme ni reposa el guardián de Israel.

Niños: El Señor es tu guardián, tu sombra protectora;

no te herirá el sol durante el día, ni la luna de noche.

Niñas: El Señor te protege de todo mal, él protege tu vida:

él te protege cuando sales y regresas, ahora y por siempre.

Todos: Sálvanos, Señor, tú que eres misericordioso.

Nuestra vida ¿Cuándo amanece? ◗◗

El catequista hace la siguiente narración: Un día, caminaba un maestro con sus discípulos, aprendían de todos y de todo.

La sabiduría del maestro sacaba tema de cualquier cosa: animales, canciones, elementos de la naturaleza, refranes, adivinanzas. Todo era nuevo o todo lo hacia nuevo.

Era ya el atardecer, y se le ocurrió preguntar a los muchachos que lo acompañaban: –Sabemos a qué hora empieza la noche pero, ¿saben cuándo acaba la noche y amanece un nuevo día?

Los alumnos demostraron su ingenio, diciendo cada uno algo con gracia y acierto: –Cuando distingues una cabra de un toro…

–Cuando distingues un árbol y un chango…

–Cuando distingues un foco de un balón de fútbol, un paraguas de una nube…

El maestro escuchaba e insistía para que siguieran más comparaciones.

Al final, les dijo con mucha sabiduría y cariño: –Cuando miras a una persona y reconoces en él a tu hermano, cuando ves blancas aquellas cosas de la vida que siempre te parecían negras, cuando sientes que tu corazón se vuelve más tierno y comprensivo, es que amanece. Si no es así, sea la hora que sea, sigue siendo noche para ti.

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Dios siempre está dispuesto a procurar nuestro bien, él es el día que no tiene fin. Pero nosotros no siempre estamos atentos a las necesidades de los hermanos: vivimos entre el día y la noche. Perdonar es un acto de amor; preocuparnos por los demás, también lo es.

Iluminamos la vida Regresar a casa Dios es como aquel padre que, a pesar del mal comportamiento de su hijo, está siempre dispuesto a recibirlo con los brazos abiertos. Así es su manera de amar, ¡así nos ama! ◗◗

Leen el texto de Lucas 15,11-24, en el libro del niño viene un fragmento.

Estaba muerto y ha vuelto a la vida Cuando aún estaba lejos, su padre lo vio, y, profundamente conmovido, salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo cubrió de besos. El hijo comenzó a decirle: “Padre, pequé contra el cielo y contra ti. Ya no merezco llamarme hijo tuyo”. Pero el padre dijo a sus criados: “Traigan en seguida el mejor vestido y pónganselo; pónganle también un anillo en la mano y sandalias en los pies. Tomen el ternero gordo, mátenlo y celebremos un banquete de fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado”. Y comenzaron la fiesta.

Lucas 15,20-24 ◗◗

El catequista profundiza con las siguientes preguntas: −− ¿De

qué nos habla la lectura? −− ¿Cuáles son los personajes? −− ¿Qué personajes actúan como si estuvieran “en la noche”? −− ¿Qué personaje actúa como si estuvieran ya “en el día”?

Por los sacramentos de la iniciación cristiana el hombre recibe la vida nueva en Cristo, pero al llevarla en vasijas de barro se puede debilitar e incluso perder, a causa del pecado.

El Señor Jesús, médico de nuestras almas y de nuestros cuerpos, que perdonó los pecados al paralítico y le devolvió la salud del cuerpo, quiso que su Iglesia continuase, con la fuerza del Espíritu Santo, su obra de curación y de salvación, incluso en sus propios miembros. Esta es la finalidad de los dos sacramentos de curación: la Reconciliación y la Unción de los enfermos.

La Reconciliación Dios es como el padre amoroso del evangelio de Lucas, que no mira el pecado de su hijo, sino que mira el arrepentimiento que hay en su corazón. Sufre por la decisión negativa que a veces tomamos cuando no obedecemos a nuestros padres, cuando mentimos, cuando no queremos cumplir con nuestros deberes. Jesús no quiere estar 109

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enojado con nosotros, por eso nos dio el sacramento de la Reconciliación. Por él obtenemos el perdón de nuestros pecados, y podemos recuperar nuestra relación de amistad con Dios.

El perdón implica la liberación de la persona, que le permite dejar el pasado y puede disfrutar su presente, generando esperanza en el futuro.

El sacramento de la Reconciliación es el lugar perfecto para manifestar la confianza que tenemos a Jesús como amigo, ya que a un amigo se le puede abrir el corazón sin miedo a ser juzgado. Estamos seguros que él nos comprende, nos perdona y nos brinda la fortaleza para mantenernos firmes en la fe.

Los efectos de este sacramento en nuestra vida son:

• Nos restaura la vida.

• Nos permite recuperar la gracia santificante.

• Nos reconcilia con la Iglesia.

• Nos aumenta las fuerzas espirituales para caminar hacia la perfección.

La Unción de los enfermos La enfermedad y el sufrimiento se han contado siempre entre los problemas más graves que aquejan la vida humana. En la enfermedad, el hombre experimenta su impotencia, sus límites y su finitud. Toda enfermedad puede hacernos entrever la muerte.

El sacramento de la Unción de los enfermos da una gracia especial al cristiano que experimenta las dificultades inherentes al estado de enfermedad grave o vejez.

Es un acto de reconciliación y aceptación de la voluntad de Dios. Hay que ponerse en sus manos y esperar confiados en su voluntad, uniendo nuestro dolor y nuestro sufrimiento al sufrimiento y al dolor de Cristo en la cruz.

No es un sacramento sólo para moribundos. Cada vez que un cristiano cae gravemente enfermo, puede recibir el sacramento de la Unción de los enfermos. Los familiares han de acercarse con tiempo a la parroquia para solicitar la asistencia del sacerdote. Esto es importante, pues suele ocurrir que, en la premura del tiempo y en la gravedad del enfermo, el sacerdote no se encuentre o esté dedicado a otra labor que le impida asistir inmediatamente. Sólo el sacerdote puede administrar este sacramento.

Lo esencial de la celebración de este sacramento consiste en la unción en la frente y las manos del enfermo con el óleo de los enfermos, acompañado de la oración por parte del sacerdote celebrante.

La gracia primera de este sacramento es una gracia de consuelo, de paz y de ánimo para vencer las dificultades propias del estado de enfermedad grave o de la fragilidad de la vejez.

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Los niños completan las frases con las palabras que están dentro del recuadro.

Solución.

En la Reconciliación nos convertimos a DIOS con todo nuestro CORAZÓN, rompemos con el PECADO, y rechazamos al mal. Para ello es necesario que tengamos: una auténtica INTENCIÓN de cambiar de VIDA y CONFIAR en la misericordia de Dios.

Buscan, en la sopa de letras, las palabras relacionadas con el sacramento de la Unción de enfermos.

Solución.

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E

Y

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F

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A

D

Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Durante las noches, antes de acostarme, haré un examen de conciencia sobre mi comportamiento del día.

• Visitaré a alguien enfermo, y le llevaré un pequeño detalle que lo haga sentirse acompañado.

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Celebramos ◗◗

Pedir a los niños que se acomoden alrededor de la mesa que preparamos.

◗◗

Se motiva a los niños para que, con la ayuda del Espíritu Santo, reconozcan las veces que han ofendido y lastimado a sus seres queridos.

◗◗

El catequista les habla del inmenso amor que Jesús nos demostró al morir en la cruz.

◗◗

Se les motiva a escribir un propósito de enmienda en aquello que les cuesta mejorar, y se les pide que lo pongan a los pies del cirio, símbolo de resurrección.

◗◗

Para finalizar cantamos Tú, que siempre nos perdonas.

Tú, que siempre nos perdonas Tú, que siempre nos perdonas porque nos quieres mucho.

Tú, que siempre nos perdonas, Señor, ten piedad.

Tú, que siempre nos escuchas porque nos quieres mucho.

Tú, que siempre nos escuchas, Cristo, ten piedad.

Tú, que siempre nos ayudas porque nos quieres mucho.

Tú, que siempre nos ayudas, Señor, ten piedad

Guardo en mi corazón La Reconciliación nos perdona los pecados cometidos después del Bautismo.

La Unción de los enfermos alivia el alma y el cuerpo del cristiano enfermo.

Para vivir en familia • Pregunta a tus papás cómo se sintieron la primera vez que se confesaron.

• Reconoce cómo te has portado con ellos, y pídeles perdón por las veces en que los has desobedecido u ofendido.

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Jesús se queda con nosotros: la Eucaristía

Objetivo: Que los niños profundicen en el amor de Jesús que, a través del sacrificio eucarístico de su cuerpo y de su sangre, ha querido estar con nosotros hasta el final de los tiempos.

Toma en cuenta que… ◗◗

En este encuentro no pretendemos agotar el tema de qué es la Eucaristía, sino tomar conciencia del regalo que Dios Padre hace a la humanidad en la presencia viva y real de Jesús en este sacramento.

◗◗

Desde la semana anterior el catequista elige a dos niños para que preparen la lectura del texto bíblico.

◗◗

Escribe el objetivo en una cartulina y pégala a la vista del grupo, junto con alguna imagen alusiva al tema, de manera que los niños tengan presente lo que se pretende lograr durante la sesión.

Textos para profundizar

• Sagrada

Escritura: Hch 2,42.46; Lc 22,19-20; Jn 6,26-58; Mt 26,26-28; 1 Cor 11,23-25.

• CEC: 1322-1383.

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En tu presencia ◗◗

Iniciamos cantando Dios está aquí.

Dios está aquí Dios está aquí, tan cierto como el aire que respiro, tan cierto como en la mañana se levanta el sol, tan cierto como yo te hablo y me puedes oír.

Nuestra vida Estar con quienes amamos ◗◗

El catequista hace la siguiente narración: El padre José, que trabaja en la Parroquia de la Inmaculada Concepción, en Valle de Chalco, un día contó lo siguiente: Cuando yo tenía doce años, vivía en un pueblito de Zacatecas. Y ocurrió que una de mis tías, llamada Elvira, se enfermó. Obviamente mis primos: Rafael, Francisco y Socorro se pusieron muy tristes.

Llevaron a mi tía al hospital donde el médico la estuvo atendiendo, con lo que mejoró un poco y la dieron de alta. Ya en casa, mi tía llamó a mi primo Rafael, y le dijo: –Mira, baja esa fotografía que tengo en la pared y ve a sacar tres copias de ella.

Así lo hizo mi primo.

Mi tía se volvió a enfermar, y de nuevo la llevaron al hospital. Al día siguiente, el médico llamó a mis primos, les dijo que su mamá estaba muy delicada y que había muy pocas esperanzas de vida.

También mi tía los llamó y les dijo: –Me siento muy mal, muy débil, y no sé cuántos días me queden de vida; pero ya saben que los quiero mucho. Pienso dejarles como recuerdo una foto mía a cada uno de ustedes. Quiero también que, después de que Dios me lleve al cielo, no se pongan tristes. Cada día que vean mi foto, recuerden que los seguiré queriendo mucho, que desde el cielo velaré por ustedes y le pediré a Dios para que estén contentos y no les falte nada.

Una semana después murió mi tía y la sepultaron. Mis primos lloraron mucho y hasta yo me puse triste al ver aquella situación. Conforme iba pasando el tiempo, mis primos comprendieron que así es la vida: con momentos tristes y momentos alegres. Cada vez que veían la foto de mi tía se consolaban, porque recordaban lo que ella les había dicho en el hospital.

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◗◗

Profundizamos con las siguientes preguntas: −− ¿De

qué trató la historia? −− ¿Qué pidió la tía Elvira a su hijo Rafael? −− ¿Para qué les dejó su foto? −− ¿Por qué los hijos de Elvira se consolaban al ver la foto?

Cuando las personas no están ya físicamente con nosotros, pueden seguir presentes por medio de sus recuerdos: objetos, lugares, su manera de ser, sus palabras, etcétera.

Cuando el amor existe, la persona se queda con quienes ama.

Iluminamos la vida Una cena muy especial Jesús, antes de sacrificarse en la cruz por nosotros, quiso quedarse a nuestro lado: él está presente en la Eucaristía.

Tomen y coman; esto es mi cuerpo Durante la cena, Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y dándolo a sus discípulos, dijo: “Tomen y coman; esto es mi cuerpo”.

Tomó luego un cáliz y, después de dar gracias, lo dio a los discípulos diciendo: “Beban todos de él, porque ésta es mi sangre, la sangre de la alianza, que se derrama por todos para el perdón de los pecados”.

Mateo 26,26-28 ◗◗

El catequista hace las siguientes preguntas: −− ¿Qué

hizo Jesús durante la última cena? −− Así como la tía Elvira con sus hijos, ¿qué nos dejó Cristo a nosotros?

Presente por amor a nosotros Jesús, en la última cena, no sólo manifestó su deseo de estar siempre con nosotros; sino que a través del pan y del vino, convertidos en su cuerpo y su sangre, lo hizo realidad. Jesús está con nosotros y quiere que lo recibamos con mucha frecuencia, para que seamos uno con él y con nuestros hermanos.

En cada misa, Cristo se hace presente en el pan y en el vino que se consagran. Cuerpo y sangre de Cristo, comida y bebida de salvación. Es el misterio del amor más grande.

Por medio de este sacramento se ha hecho uno con nosotros. Esta presencia de Jesús, en todos y cada uno de quienes comulgan, es real desde aquella cena. La Eucaristía renueva el sacrificio de Jesús en la cruz, su entrega y salvación por todos. Es una realidad constante, que no pasa, que nos llena de Dios porque Jesús viene a nosotros y nos hace fuertes, animosos y alegres, sembradores de paz y de misericordia.

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Fortalecernos y hacernos uno con Cristo Así como el alimento fortalece nuestro cuerpo para evitar enfermedades, ayudándonos a crecer y a vivir mejor, la Eucaristía también fortalece nuestra vida espiritual, la gracia de Dios que recibimos en el Bautismo.

Comer y beber a Jesús es hacerse uno con él. Jesús ha venido para que tengamos vida y una vida plena; por eso se hace alimento y, al mismo tiempo, se convierte en:

• Ideal y meta de nuestra vida.

• Guía y Maestro.

• Amigo y hermano.

• Fortaleza y unidad con los demás.

Si pensamos que recibir a Jesús en la Eucaristía se refiere solo al momento de la comunión, no hemos entendido las palabras de Jesús. Él desea transformarnos del todo, día a día, momento a momento. Vivir para siempre es pertenecerle a Jesús.

Muchos pueden pensar que es difícil pero no lo es: si amamos de verdad, buscamos hacer el bien, tratamos de llevar nuestra alegría a otros y nos alejamos de lo malo. Así estaremos haciendo vida la comunión con Jesús.

Sabemos que somos débiles y que nos podemos desanimar, pero Jesús está siempre con nosotros para darnos fortaleza. La comunión con Jesús nos une a toda la Iglesia y nos hermana con los más pobres, tal como hizo el Maestro con los pobres de su tiempo. Comulgando a Jesús, miramos a todos los hombres con ojos de hermano.

Hay hostias consagradas que no se consumen en cada misa, y que el sacerdote guarda en el sagrario (explicar brevemente qué es el sagrario). En ellas se queda Jesús vivo y resucitado para no dejarnos solitos, porque nos ama mucho, nos espera para que vengamos a visitarlo, a saludarlo y a platicar con él.

Los niños completan las frases.

Solución • En la última cena JESÚS se quedó con nosotros en las especies del PAN y del VINO, que se convierten en su cuerpo y en su sangre.

• Cuando nos ALIMENTAMOS del cuerpo y de la sangre de Cristo nos FORTALECEMOS, y nos UNIMOS más a él y a nuestros hermanos.

• En las hostias consagradas, resguardadas en el SAGRARIO, Jesús nos espera para platicar con él.

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Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Visitaré a Jesús, presente en el sagrario. Platicaré con él unos minutos y le pediré que me ayude a prepararme mejor cada día, para poder recibirlo en la Eucaristía.

Celebramos ◗◗

Si es posible, situamos a los niños frente al sagrario.

◗◗

El catequista explica brevemente que Jesús está siempre allí, realmente presente, esperándolo.

◗◗

Los niños escriben en su catecismo una oración de acción de gracias a Jesús Eucaristía, por quedarse con nosotros. (Si no es posible decir la oración frente al sagrario, durante la catequesis, motivarlos a que lo visiten durante la semana.)

Guardo en mi corazón Jesús ha venido para que tengamos vida, por eso se quedó con nosotros en el sacramento de la Eucaristía.

Para vivir en familia • Vamos a poner mucha atención en la próxima misa en la que participemos.

En el momento de la consagración, agradezcamos a Jesús por quedarse con nosotros.

• Platica a tus papás del sacramento de la Eucaristía.

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Los sacramentos de servicio

Objetivo: Que los niños comprendan que los sacramentos del Matrimonio y del Orden sacerdotal son dos caminos para que los cristianos alcancen su plena realización en la vida, y están ordenados al servicio de los demás.

Toma en cuenta que… ◗◗

Dado que son dos sacramentos en una lección haremos, como hecho de vida, una breve exploración sobre la propia experiencia de los niños en torno a estos sacramentos.

◗◗

Lo que importa es tratar de despertar en el niño el interés por vivir una vocación determinada.

Textos para profundizar

• Sagrada

Escritura: Gn 2,18; Jn 2,1-11; Mt 19,4-6.8; Mc 10,1-12; Os 2,21-22; Ef 5,25; Lc 6,12-13; Hch 6,1-7; Jn 21,15-17; Hch 13,2; Lc 22,19; Hb 5,6.

• CEC: 1533-1666.

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En tu presencia ◗◗

Iniciamos cantando Amar es entregarse.

Amar es entregarse Amar es entregarse, olvidándose de sí, buscando lo que al otro puede hacer feliz. (2)

Qué lindo es vivir para amar, qué grande es tener para dar.

Dar alegría y felicidad, darse uno mismo eso es amar. (2)

Nuestra vida Una vida para servir ◗◗

El catequista motiva a los niños de la siguiente manera: Como ya hemos visto, aunque en la Iglesia los bautizados formamos un solo cuerpo, todos tenemos distintas funciones.

Hoy hablaremos de dos formas de vidas concretas, ambas, aunque diferentes, tiene algo en común: están orientadas a servir a la comunidad. Nos referimos a los sacramentos del Orden sacerdotal y al Matrimonio.

◗◗

Después, pregunta a los niños:

Referente al Matrimonio. −− ¿Has

asistido a alguna boda en la iglesia? −− ¿Qué es lo que más ha llamado tu atención? −− ¿Sabes qué se dicen los novios cuando se casan?

Referente al Orden sacerdotal −− ¿Conoces

al sacerdote de tu parroquia? ¿Cómo se llama? −− ¿Sabes cuál es la misión de los sacerdotes? −− ¿Sabes cómo se preparan los que quieren ser sacerdotes?

Iluminamos la vida Unidos en el amor Cuando un hombre y una mujer se aman, y deciden compartir su vida como verdaderos cristianos, celebran el sacramento del Matrimonio. Dejan de ser dos y se convierten en uno solo, fortalecidos por Cristo y la Iglesia.

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Ya no son dos, sino uno Se acercaron unos fariseos y, para ponerlo a prueba, le preguntaron: “¿Puede uno separarse de su mujer por cualquier motivo?” Jesús respondió: “¿No ha leído que el Creador, desde el principio, los hizo hombre y mujer, y que dijo: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y los dos serán uno solo?

De manera que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios unió, que no lo separe el hombre”.

Mateo 19,3-6

El Matrimonio Jesús enseñó que la unión matrimonial, del hombre y la mujer, no se puede disolver.

Es un proyecto importantísimo, pues los esposos se comprometen a formar una familia, unida para toda la vida.

Dios creó a la pareja humana por amor y la ha llamado a vivir en el amor. Cuando se ama, la pareja es imagen y semejanza del amor divino.

Dios bendice al amor de una pareja y lo llama a ser fecundos, a que tengan sus hijos, a formar una familia (Gén 1, 28).

El matrimonio cristiano tiene como ejemplo el misterio de Cristo, los esposos deben amarse como Cristo nos ha amado: con un amor total, sin reservas (Ef 5,25-26).

El matrimonio cristiano es una alianza de amor, como la alianza de amor que une a Cristo con la Iglesia.

Los pasos que regularmente dan las parejas para casarse son: 1. Tomar la decisión de compartir su vida, comunicarla a sus padres y amigos.

2. Acudir a la Iglesia para solicitar el sacramento del matrimonio.

3. Después, celebrarlo en una gran fiesta.

En la celebración del matrimonio, los novios expresan su voluntad de amarse para siempre y ser fieles. Se intercambian anillos y arras como símbolo de su amor y fidelidad, de su alianza matrimonial.

Toda la celebración es una acción sagrada, por eso los novios se confiesan previamente para acercarse en paz a la casa de Dios y a la Eucaristía.

El Orden sacerdotal Prácticamente los primeros sacerdotes fueron los apóstoles. A ellos Jesús les dio el poder de:

• Anunciar su Evangelio: “Vayan y prediquen a todas las naciones” (Mt 28,1).

• Bautizar: “Bauticen a todas las gentes en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28,19).

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• Perdonar

los pecados: “A quienes les perdonen los pecados les serán perdonados” (Jn 20,23).

• Celebrar la Eucaristía: “Hagan esto en conmemoración mía” (1 Cor 11,25).

• Conducir al Pueblo de Dios: “Enseñen a observar todo lo que les he mandado” (Mt 28,20).

Hoy día, algunos hombres sienten en su interior el llamado de Jesús para seguirlo, continuar la misión de los apóstoles y entregar su vida al servicio de la Iglesia.

Para poder lograrlo tiene que seguir estos pasos: 1. Sentir el llamado de Jesús, discernirlo y aceptarlo.

2. Estudiar en un seminario y llevar formación para ser pastores del pueblo de Dios.

3. Después de cumplir con la formación necesaria, ser presentados al obispo. Él los consagra diáconos y, después, sacerdotes o presbíteros.

En la ceremonia el obispo le impone las manos sobre la cabeza, como signo de la presencia del Espíritu Santo, y ora por él. Luego le unge las manos con el santo crisma, como símbolo de que está dedicado al servicio de actos sagrados.

En la misión sacerdotal hay 3 grados: 1. Los obispos.

2. Los presbíteros, es decir, los sacerdotes.

3. Los diáconos.

Los niños describen, brevemente, los pasos para que una pareja pueda llegar a celebrar el sacramento del Matrimonio. Así como los pasos para que un joven pueda recibir el Orden sacerdotal.

La pareja

El joven

Antes

Después

Al final…

Tomar la decisión de compartir su vida, comunicarla a sus padres y amigos.

Acudir a la Iglesia para solicitar el sacramento del Matrimonio.

Celebrarlo en una gran fiesta.

Estudiar en un seminario y llevar formación para ser pastores del pueblo de Dios.

Después de cumplir con la formación necesaria, ser presentados al obispo. Él los consagra diáconos y, después, sacerdotes o presbíteros.

Sentir el llamado de Jesús, discernirlo y aceptarlo.

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Expresamos nuestra fe Me comprometo

• En mi oración personal, pediré por los matrimonios que tienen problemas y por su familia.

Celebramos ◗◗

Hacemos la oración por las vocaciones sacerdotales.

Oración por las vocaciones sacerdotales Oh, Jesús, pastor eterno de las almas, dígnate mirar con ojos de misericordia esta porción de tu grey amada.

Señor, gemimos en la orfandad: danos vocaciones, danos sacerdotes santos.

Te lo pedimos por la inmaculada Virgen María de Guadalupe, tu dulce y santa Madre. ¡Oh, Jesús, danos sacerdotes según tu corazón!

Amén.

Guardo en mi corazón Dios creó al hombre y a la mujer, y los ha llamado a vivir en el amor.

A algunos hombres, Dios los llama para vivir sirviendo a la Iglesia como sacerdotes.

Para vivir en familia • Platicaré con mis padres de cuando se casaron, y cómo les ha ayudado Dios en su matrimonio.

• Hacemos oración por los jóvenes que se preparan en el seminario.

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Somos misioneros

Objetivo: Que los niños descubran que Dios llama a todos para realizar una misión concreta dentro del mundo y de la Iglesia.

Toma en cuenta que… ◗◗

Para la celebración preparamos: −− Una

Biblia y un crucifijo. −− Hojas blancas para que los niños escriban una carta. −− Papeletas para escribir.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Mc 16,14-20; Mt 28,19.

• CEC: 2044-2046.

• DGC: 34-35, 46, 80-84, 86.

• DA: 29, 284, 347-379.

• AG: Capítulo II. • Redemptoris Missio: Capítulos 3-5.

• VD: 90-99.

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En tu presencia ◗◗

Iniciamos proclamando el Salmo 96. Los niños lo leen directamente de la Biblia.

◗◗

Después cantamos Es mi amigo Jesús.

Es mi amigo Jesús Quiero cantar una linda canción a un hombre que me transformó.

Quiero cantar una linda canción a aquel que mi vida cambió.

Es mi amigo Jesús, es mi hermano Jesús.

Él es Dios, él es rey, es amor y verdad.

Sólo en él encontré esa paz que busqué, sólo en él encontré la felicidad.

Nuestra vida Tenemos una misión ◗◗

El catequista narra a los niños lo siguiente

El jardín florido En un lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, había un hermoso jardín con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales; todos ellos felices y satisfechos.

Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema: ¡No sabía quién era! Lo que le faltaba era concentración.

Le decía el manzano: –Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosísimas manzanas, ¡mira que fácil es!

–No lo escuches– exigía el rosal. Es más sencillo tener rosas y ¡ve que bellas son!

Y el árbol, desesperado, intentaba todo lo que le sugerían. Pero como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.

Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó: –No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre este planeta. Yo te daré la solución: No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas. Sé tú mismo, conócete... y para lograrlo, escucha tu voz interior.

Y dicho esto, el búho desapareció.

–¿Mi voz interior?... ¿Ser yo mismo?... ¿Conocerme?– Se preguntaba el árbol desesperado cuando, de pronto, comprendió.

–Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole: –Tú jamás darás manzanas, porque no eres un manzano; ni florecerás cada 124

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primavera, porque no eres un rosal. Eres un roble y tu destino es crecer grande y majestuoso, dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje... Tienes una misión: ¡Cúmplela!

El árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Sólo entonces el jardín fue completamente feliz. ◗◗ Profundizamos con las siguientes preguntas: −− ¿Qué

le pasaba al árbol? ¿Por qué? −− ¿Qué consejo le daban los demás árboles? −− ¿Qué consejo le da el búho? −− Cuando el árbol escucha su voz interior, ¿qué descubre?

A veces, queremos imitar a los demás, sobre todo a los que son más populares, pero cada uno es diferente y cada uno tiene una misión en el mundo. Dios nos llama a cada uno para anunciar la Buena Noticia en algún lugar diferente. No pretendamos lo mismo que este árbol del cuento que quería dar manzanas, peras, etc., cuando tenía una misión distinta.

Iluminamos la vida Conocer a Jesús ◗◗

Ahora pongamos atención a lo que Dios nos dice: ¿Quién dice la gente que soy yo?

De camino hacia la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?”.

Ellos le contestaron: “Unos que Juan el Bautista; otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas”.

Jesús les preguntó: “Y según ustedes, ¿quién soy yo?”.

Simón Pedro respondió: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.

Mateo 16,13-16 ◗◗

Comentar el texto y relacionarlo con el cuento, utilizando las siguientes preguntas: −− ¿Qué

es lo que Jesús pregunta a sus discípulos? −− ¿Qué le responden? −− ¿Qué es lo que responde Pedro a Jesús? −− ¿Qué relación hay entre el cuento que escucharon y la cita bíblica? ◗◗

A partir de la lectura de este texto, preguntar a los niños: −− ¿Qué les han dicho otras personas sobre Jesús (en su familia, a sus compañeros,

amigos, profesores, catequistas…)? saben ustedes de Jesús?

−− ¿Qué

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◗◗

Que los niños comenten si creen importante comunicar a los demás lo que ellos saben de Jesús, especialmente a quienes no lo conocen.

◗◗

Cada niño elabora una lista con las cosas más importantes que él podría decir sobre Jesús.

Anunciar a Jesús, el mejor amigo Nosotros somos como los discípulos: durante este tiempo hemos conocido a Jesús, hemos convivido con él.

Una de las actitudes que tienen los discípulos que se encuentran con Jesús es la de llamar a otros para que lo conozcan; van en busca de otras personas y las llevan hasta el Maestro para que se encuentren con él.

Los discípulos conocen a Jesús y, al comunicarlo a otros, se convierten en misioneros.

Entonces, ¿qué es ser misionero? Ser misionero es dar a conocer a Jesús a los que no le conocen. Es decir, presentar a nuestro mejor amigo a quienes nos rodean.

Podemos decir que nuestra misión es dar a conocer lo que hemos visto, oído y vivido, a los que no conocen a Jesús, ser “mensajeros de la vida”.

Pregúntate: −− ¿Me

gustaría que los demás conocieran a Jesús? −− Entonces, ¿qué tengo que hacer?

Los niños responden en su catecismo la actividad “¿Cómo transmite a Jesús un niño misionero?”. Las siguientes claves sirven para que el catequista ayude a los niños a rellenar los recuadros.

¿Cómo transmite a Jesús un niño misionero? ◗◗

Escribir en el catecismo lo que podemos decir a los demás sobre Jesús.

◗◗

Por ejemplo: −− Decir

Con palabras

a otros niños todo lo que escribimos en la lista que elaboramos después de la lectura del evangelio. −− También podemos comentar, en casa o en la escuela, lo que hemos aprendido de Jesús en la catequesis y en la misa. −− Podemos leer la Biblia a algún familiar enfermo.

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◗◗

Escribir en el catecismo lo que podemos hacer para que los demás se den cuenta de que somos amigos de Jesús.

◗◗

Por ejemplo: −− Portarnos

con los demás como nos dice el Evangelio que Jesús se portaba con todos: con amor, con misericordia, sabiendo perdonar, sin discriminar a nadie, buscando siempre el bien para los otros.

Con acciones

En qué lugares

◗◗

Así, nuestra vida entera hablará de Jesús a los demás.

◗◗

Escribir aquellos lugares en los que podemos dar a conocer el mensaje de amor de Jesús.

◗◗

Por ejemplo: −− En

nuestra familia. la escuela. −− En la catequesis. −− En la parroquia. −− Con nuestros amigos... −− En

Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Escribo una carta en la que diga quién es Jesús para mí. La entregaré a alguna persona que, yo crea, le agradaría conocer a Jesús.

Celebramos ◗◗

Invitar a los niños para que escriban, en una papeleta, el nombre de la persona a la que le entregarán la carta.

◗◗

Después se colocan alrededor del pequeño altar preparado con la Biblia y el crucifijo.

◗◗

Se entona algún canto apropiado, por ejemplo, Alma misionera.

◗◗

Los niños colocan delante del altar su papelito. Piden al Señor para que esa persona pueda conocerle.

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◗◗

Se finaliza con la siguiente oración:

Jesús, quiero ser un niño misionero Señor, tú me has dado la vida, has permitido que te conozca y te ame como mi mejor amigo.

Siempre me acompañas y me has dado todo lo que tengo; hoy quiero ser generoso como tú me has enseñado.

Por eso, pongo ante ti mi vida, para que todos los niños del mundo que no han oído hablar de ti, te conozcan y sean también tus amigos.

Jesús, que tu Santo Espíritu suscite en tu Iglesia muchos niños misioneros.

Que todos, unidos y consagrados a ti como discípulos y misioneros, ayudemos con nuestra vida y oración a que todos te conozcan y te amen.

Sé que tú me escuchas y no me fallas, pues eres mi amigo fiel, y por eso confío en ti.

Confía también en mí, y cuenta conmigo para darte a conocer con mi vida; siendo un auténtico discípulo y misionero tuyo.

Amén.

Guardo en mi corazón Cuando hablamos de Jesús, estamos colaborando con la misión de la Iglesia de anunciar y establecer en todos los pueblos el reino de Dios.

Para vivir en familia • En la semana, buscar el mejor momento para entregar o hacer llegar la carta que escribimos. Rezar por su destinatario todas las noches.

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Los medios de comunicación

Objetivo: Que los niños relacionen el desarrollo de las nuevas tecnologías de la comunicación con el mejoramiento de su vida y de la sociedad, para que, ayudados por los dones del Espíritu Santo, puedan hacer buen uso de los avances tecnológicos.

Toma en cuenta que… ◗◗

En este tema hay que aprovechar la experiencia que los niños tienen en el uso de los medios de comunicación.

◗◗

Hay que procurar que los niños, a través de la comparación de lo ocurrido en Babel, Pentecostés y lo que se vive en la actualidad, puedan ref lexionar en cómo dar un buen uso a los medios de comunicación actuales.

◗◗

Para la celebración hay que preparar: una vela o un cirio, y paliacates.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Gn 11,1-9; Mt 5,1-12; Mt 5,13-16; Mt 25,14-30; Hch 2,1-13.

• CEC: 2242, 2239.

• Inter mirifica, Decreto sobre los medios de comunicación social.

• Ecclesia in America: 72.

• DGC: 209-210.

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En tu presencia ◗◗

Cantamos Yo te alabo con el corazón.

Yo te alabo con el corazón Y si me faltan las manos, yo te alabo con los pies.

Y si me faltan los pies, yo te alabo con el alma.

Y si me faltara el alma, es que ya morí por ti.

Yo te alabo con el corazón, yo te alabo con mi voz. (2) Y si me falta la voz, yo te alabo con las manos.

Nuestra vida ¡Cuidado con la computadora! ◗◗

El catequista hace la siguiente narración: Juan tenía ganas de jugar en la computadora nueva que sus padres habían comprado. Ellos le habían dicho que no la tocara hasta que se lo indicaran.

La encendió, pero no funcionó. Entonces movió los cables para ver si lo podía arreglar. Se produjo un gran chispazo y Juan se desmayó.

Cuando se despertó se dio cuenta de que estaba dentro de la computadora.

Pide ayuda, pero nadie le ve ni le escucha porque está solo en casa. Piensa que la única manera para que le ayuden es a través de la internet.

Busca el icono del navegador, salta sobre él, pero nada sucede. Recuerda lo que hacía con el ratón, y esta vez salta dos veces sobre el ícono. Por fin aparece la ventana, se mete y busca ayuda. Encuentra una página web y salta sobre ella; la página se abre y escribe un mensaje de ayuda.

Le responde mucha gente, unos le dan ánimos, otros le dan pistas, pero solo uno le dice la solución: tiene que ir a otra página web y superar cuatro pruebas que son: lectura, español, matemáticas y una adivinanza.

Salta sobre la página y le aparece la primera prueba, la lectura. Tiene que leer un texto muy rápido y pasa la prueba sin dificultad. La segunda prueba es español y tiene que hacer un dictado sin faltas de ortografía. Comete un fallo, pero pasa la prueba.

La tercera prueba era un problema que resolvió sin dificultad. Por último, la adivinanza era: “A veces blanquita, a veces negrita y siempre bolita”. Lo pensó mucho, ya que no podía fallar. Al final respondió: “La uva”. De repente apareció en la silla del ordenador. Todo era como antes.

Entonces decidió esperar a su padre para volver a encender la computadora.

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◗◗

El catequista profundiza con las siguientes preguntas: −− ¿De

qué se trató la historia? −− ¿Cómo es que Juan pudo salir de la computadora? −− ¿Qué habilidades utilizó Juan para resolver las pruebas?

Dios ha permitido que el ser humano desarrolle inventos fantásticos. Nos permiten viajar de un lado a otro del mundo desde una computadora, desde un teléfono celular o desde una pantalla de televisión. Pero, muchas veces, no hacemos un uso positivo de ellos, y pueden llegar a perjudicarnos más que a ayudarnos.

Iluminamos la vida La confusión de Babel Pero el Señor bajó para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban edificando, y se dijo: “Todos forman un solo pueblo y hablan una misma lengua; y éste es sólo el principio de sus obras; nada de lo que se propongan les resultará imposible. Voy a bajar a confundir su idioma para que no se entiendan más unos con otros”.

De este modo, el Señor los dispersó de allí por toda la tierra y dejaron de construir la ciudad. Por eso se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de todos los habitantes de la tierra, y desde allí los dispersó por toda su superficie.

Génesis 11,5-9 ◗◗

Después de leer el texto, profundizan con las siguientes preguntas: −− ¿Qué

nos dice el texto? −− ¿Qué pretendían los hombres al construir la torre? −− ¿Qué hizo Dios con los hombres que estaban construyendo la torre?

Comenzaron a hablar en lenguas Todos quedaron llenos de Espíritu Santo y comenzaron a hablar en lenguas extrañas, según el Espíritu les movía a expresarse.

Se encontraban por entonces en Jerusalén judíos piadosos venidos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua.

Hechos 2,4-6 ◗◗

Ahora comentan el texto de los Hechos: −− ¿De

qué nos habla el texto? −− ¿Por qué los apóstoles hablaban en diferentes lenguas? −− ¿Qué es lo que Dios nos quiere decir en este texto?

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La comunicación La comunicación es el intercambio de sentimientos, opiniones o cualquier otro tipo de información mediante habla, escritura o señales. Es más, en este momento nos estamos comunicando, para hacerlo utilizamos distintas herramientas u objetos: un teléfono, la computadora, la televisión, la radio, una carta, un dibujo…

Debemos tener en cuenta que el Espíritu Santo nos da, a través de sus dones, lo que necesitamos para poder comunicarnos de manera adecuada, utilizando lo que nosotros queramos para ello. ¿Cómo podemos utilizar una computadora si no tuviéramos la inteligencia suficiente para aprender a usarla?

Comparemos los textos que ya leímos: ¿Qué pasa con la ambición del hombre cuando construían la torre de Babel? ¿Cuál es la consecuencia de no ser humildes y escuchar la voz de Dios? Los hombres se dejaron llevar por el egoísmo y la soberbia que, finalmente, los confundió y los dispersó.

En Pentecostés escuchamos que la presencia del Espíritu Santo dio a los apóstoles la capacidad de comunicarse con todo tipo de personas, sin importar el idioma que hablaran. Ellos pudieron derribar las barreras de la comunicación y llevaron a los hombres a la unidad. Además, lograron que los hombres oyeran las maravillas de Dios que los apóstoles estaban predicando.

El Espíritu se nos ha dado para que anunciemos la buena nueva de Jesucristo a todos los hombres y les hablemos en un lenguaje que comprendan. No olvidemos que el Espíritu Santo nos guiará a la verdad plena.

Cuando hacemos lo que Dios nos manda, como en Pentecostés, se logran cosas grandiosas: la comunicación y la unidad con Dios y con los demás.

Recordemos que en todo proceso de comunicación debe haber un emisor (quien da algún mensaje), un receptor (quién recibe el mensaje) y el mismo mensaje. Nosotros, por haber sido creados por Dios, debemos abrir nuestro corazón y nuestra alma para comunicarnos con los demás utilizando las facultades con las que Dios nos creó.

Hacer buen uso de los medios de comunicación Debemos aprender a utilizar las herramientas con las que nos podemos comunicar con los demás. Si en internet publicamos algo violento, lo que vamos a ocasionar en las demás personas es miedo y temor, y eso no es lo que Dios nos dice que hagamos.

Tenemos que aprender a diferenciar lo que es bueno de lo que no lo es porque, si no lo hacemos, las consecuencias pueden ser desagradables tanto para las personas de nuestro alrededor como para nosotros mismos.

Si pasamos muchas horas viendo televisión y no realizamos nuestros quehaceres, tareas escolares y demás deberes, podemos llegar a pensar que todo lo que ocurre en la televisión es nuestra realidad: nos volveremos irresponsables y flojos.

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Los medios de comunicación nos ofrecen infinitas posibilidades de comunicarnos con muchas personas, nos ofrecen información, conocimiento, entretenimiento. Son valiosas herramientas para la escuela y el trabajo, nos han simplificado la vida con la tecnología, pero también pueden ser empleados para hacer el mal. Nosotros tenemos que aprender, como discípulos, a emplear los medios de comunicación para hacer el bien, es decir: para el progreso y el bienestar de las personas y para el anuncio de la Buena Nueva de Jesucristo.

En la sopa de letras, los niños encierran con color azul, las palabras que se relacionen con el buen uso de los medios de comunicación y, con rojo, aquellas que nos hablan de su mal uso.

Solución.

• Responsable ✓ • Engaño ✗ • Verdad ✓ • Violencia ✗

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• Educación ✓

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• Ofensivo ✗

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• Servicio ✓

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• Delincuencia ✗

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• Respeto ✓

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• Pereza ✗ • Vicio ✗

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• Honestidad ✓

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Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Utilizaré,

de manera correcta, los medios de comunicación que estén a mi alcance. Pues Dios me ha dado los dones necesarios para hacerlo.

Celebramos ◗◗

El catequista pide a los niños que se cubran los ojos con el paliacate.

◗◗

Después los invita a relajarse y guardar el mayor silencio posible.

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◗◗

Que perciban los sonidos que hay a su alrededor. Para ello dejamos los minutos que consideremos necesarios.

◗◗

Después, les pide que se quiten la venda. Comentan la actividad con las siguientes preguntas: −− ¿Qué

fue lo que escucharon? −− ¿Fue necesaria una televisión, una computadora o un teléfono para que el ambiente se comunicara con nosotros? −− ¿Quién creó el mundo y todo lo que hay en él? −− Entonces, ¿quién se comunicó con nosotros a través de los sonidos que escuchamos? ◗◗

Por último, escriben una oración para dar gracias a Dios porque, de distintas maneras, se comunica con ellos todos los días.

Guardo en mi corazón Dios nos da los medios de comunicación para nuestro bien.

Hay que utilizarlos de manera adecuada.

Para vivir en familia • En familia, realicen alguna de las siguientes actividades: busquen en internet algo que les interese; vean algún programa en la televisión; lean alguna nota periodística; escuchen algún programa en la radio.

• Después, cada uno anota de forma personal su experiencia sobre la actividad que realizaron juntos. La compartirás en el siguiente encuentro.

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¡Cuidemos el medio ambiente!

Objetivo: Que los niños comprendan que la Tierra es nuestra casa y que lo que afecta al medio ambiente también nos afecta a nosotros, para que valoren la creación como don del amor de Dios para nosotros.

Toma en cuenta que… ◗◗

Este tema debe darse de tal manera que despierte el interés por cuidar la tierra, el aire y el agua con responsabilidad.

◗◗

Hay que motivar a los niños para realizar acciones concretas dentro de la comunidad, por ello es importante que se predique desde el ejemplo.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Gn 1,28-30; Col 1,5-17.

• CEC: 339, 341, 346.

• GS: 36, 2.

• Centesimus Annus: 37-38.

• Sollicitudo Rei Socialis: 34.

• Octogesima Adveniens: 21.

• Christifideles laici: 43.

• Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia: 452.

• Ecclesia in America: 26.

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En tu presencia ◗◗

Iniciamos el encuentro cantando: Yo pensaba que el hombre.

Yo pensaba que el hombre Yo pensaba que el hombre era grande por su poder, grande por su saber, grande por su valor.

Yo pensaba que el hombre era grande y me equivoqué, pues grande es sólo Dios.

Sube hasta el cielo y lo verás, qué pequeñito el mundo es, sube hasta el cielo y lo verás.

Como un juguete de cristal, que con cariño hay que cuidar, sube hasta el cielo y lo verás.

Nuestra vida El cambio climático ◗◗

El catequista inicia con la siguiente narración: –Un día, una paloma mensajera decidió volar por un lugar distinto al que siempre recorría. Llegó a un bosque en el que no recordaba haber estado antes, por lo que decidió descansar un poco en uno de los árboles del lugar.

Cuando casi se quedaba dormida por el cansancio del vuelo, escuchó unos sollozos. Curiosa, preguntó: –¿Quién llora?– pero sólo obtuvo sollozos como respuesta.

Entonces se dio cuenta que los sollozos salían de la Mujer Dormida (aquel volcán que se puede ver desde el valle, conocido también como Iztaccíhuatl).

La paloma, le dijo: –¿Si estás dormida, por qué sollozas?

A lo que la Mujer Dormida le respondió: –¿No te das cuenta de lo que me sucede? Claro, ¡cómo puedes darte cuenta si nunca habías venido por aquí!

La paloma se quedó desconcertada. Entonces la Mujer Dormida le reveló el motivo de sus lágrimas: –Tú, ahora estás aquí porque no sientes frío. Yo antes estaba revestida de nieve y mira, ahora sólo de vez en cuando tengo una pequeña capa de nieve que se disuelve muy rápidamente. Esto no está aconteciendo únicamente conmigo, sino con todos los volcanes y los glaciales. Y volvió a llorar.

La paloma le preguntó: –¿Por qué? ¿Qué pasó?

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–Mira –respondió el volcán– se dice que el mundo está cambiando, que el planeta puede quedar cubierto por agua si siguen derritiéndose nuestros glaciares y la nieve de las grandes montañas. Escuché decir a un grupo de alpinistas, que muy a menudo venían por aquí, que todo es culpa del calentamiento global y de los mismos seres humanos porque cada día tiran cantidades de basura en todas partes. Voltea y ve: restos de todo tipo de basura, donde antes había naturaleza. Esto provoca que la capa de ozono (que protege nuestro planeta de los rayos solares) se agriete, y la tierra se caliente cada día más y más. Por eso lloro.

–Pero, ¿qué puedo hacer yo por impedir esto? –la paloma preguntó angustiada.

La Mujer Dormida sonrió, y dijo: –Tengo una idea, ¡sí puedes hacer algo! Tú eres una paloma mensajera, puedes ir por todas partes diciendo lo que está pasando con el mundo, para que este mensaje llegue a todos los seres humanos. Invita a otras aves y personas para que, aunque con dificultad, hagan campañas de limpieza, siembren árboles, plantas. Los que las observen tal vez puedan seguir su ejemplo, y a lo mejor así este proceso de calentamiento retroceda un poco y vuelva a cubrirme con nieve.

La paloma dijo: –Iniciaré ahora mismo con esta gran misión.

La mujer dormida se despidió diciendo: –Gracias, ahora sé que existe alguien que se preocupa y lucha por nuestro hogar: la Tierra. ◗◗

El catequista profundiza con las siguientes preguntas:

–– ¿De qué trató la historia?

–– ¿Por qué la Mujer Dormida estaba llorando?

–– ¿Qué es el calentamiento global?

–– ¿Qué es lo que hace que la capa de ozono se agriete?

–– ¿Cómo puede cooperar la paloma para revertir el daño climático?

El cambio climático es una realidad constante. Lo seres humanos hemos ido destruyendo, poco a poco, el planeta en que vivimos. Si seguimos así, esa irresponsabilidad nos afectará y no podremos hacer ya nada.

Iluminamos la vida Dios nos entrega la creación Dios creó el mundo para manifestar y comunicar su gloria; y la gloria de Dios se ref leja en las creaturas cuando éstas tienen parte en su verdad, en su belleza y en su bondad.

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Les entrego la creación Y creó Dios a los seres humanos a su imagen; a imagen de Dios los creó; varón y mujer los creó. Y los bendijo diciéndoles: “Crezcan y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven sobre la tierra”.

Y añadió: “Les entrego todas las plantas que existen sobre la tierra y tienen semilla para ser sembradas; y todos los árboles que producen frutos con su semilla les servirán de alimento; y a todos los animales del campo, a las aves del cielo y a todos los seres vivos que se mueven por tierra les doy como alimento, toda clase de hierba verde”.

Génesis 1,27-30 Dios creó todo para la humanidad, por lo que debe usar todo lo creado para alcanzar un desarrollo humano completo, que le permita la alimentación y bienestar del hombre. Éste debe administrar las cosas de tal manera que piense en las futuras generaciones, para que así les dejemos un hábitat donde puedan vivir.

La tierra nos proporciona la vida y el sustento; por eso debemos asumir nuestra responsabilidad en el cuidado del medio ambiente, procurando un desarrollo que tenga en cuenta la dignidad de la persona.

El papa Francisco dijo a la humanidad que custodiar toda la creación es tener respeto por todas las creaturas de Dios y por el entorno en que vivimos; es custodiar a la gente, preocuparse por todos, por cada uno con amor.

¿Qué es la cuestión ecológica?

La cuestión ecológica es la preocupación del hombre hacia el futuro del medio ambiente, frente al gran deterioro del mismo por el uso indiscriminado de los recursos y el desprecio a la vida de la flora y fauna que forman la ecología. ¿Por qué estamos tan preocupados por todo esto del cambio climático? No sólo porque nos estamos haciendo daño, que esto ya es muy grave, sino también porque este mundo Dios nos lo dio para que lo cuidáramos y lo cultiváramos. Pero lo que estamos haciendo es destruirlo. Nosotros, como cristianos, no podemos permitir que esto suceda.

Ante el deterioro ambiental, la humanidad se da cuenta de que no se puede seguir indiferente, por eso los estudiosos de todas las disciplinas examinan las causas y posibles soluciones. Además, todos los que vivimos en este planeta, incluidos los discípulos de Jesús, debemos hacer conciencia ecológica y así organizar acciones concretas ante este grave problema.

El hombre, cuando se deja llevar por la codicia, explota indiscriminadamente los bienes de la tierra, se aleja del designio de Dios creador y provoca un desorden que repercute inevitablemente en el resto de la creación.

Ejemplos del desorden provocado por el hombre en la creación:

• La contaminación de ríos, lagos y mares.

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• La

tala de bosques y selvas, y sus consecuencias relacionadas: erosión, desertificación.

• La contaminación del aire.

• La disminución de la capa de ozono.

• El destino de los residuos urbanos.

• Los riesgos de la energía nuclear, y la ubicación final de sus desechos.

• El efecto de fertilizantes, pesticidas y conservantes sobre los alimentos.

Cuidar la creación La tarea de cuidar el medio ambiente es de todos, y podemos comenzar con proteger y recuperar los sistemas que mantienen la vida.

Como discípulos misioneros, debemos cuidar:

• El agua. No desperdiciándola, y no contaminando ríos ni mares.

• El aire. No quemando basura inorgánica y sembrando más árboles para tener más oxígeno.

• La tierra. Evitando ensuciar los suelos con la basura, depositándola en su lugar.

Reciclemos nuestros desechos, para ello separemos la basura y recuperemos los materiales que pueden ser utilizados.

San Francisco de Asís fue nombrado, por el papa Juan Pablo II, como el patrono de la ecología. Acojamos su ejemplo: él fraternizó con la naturaleza y con los hombres con gran respeto.

Los niños clasifican las acciones que nos ayudan a cuidar el medio ambiente y cuáles no.

Solución.

Cuidar el medio ambiente es…

Verdadero

Falso

Cerrar las llaves que gotean, para que el agua no se desperdicie.

Tirar la basura en el camión recolector.

Contaminar los ríos y mares con residuos tóxicos.

Recuperar materiales como plástico, vidrio, metales.

Quemar la basura que producimos en casa.

Sembrar árboles para que nos den oxígeno.

Reportar las fugas públicas de agua potable.

Tirar las envolturas de plástico en la calle.

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Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Haré un compromiso diario, durante esta semana, para cuidar el medio ambiente.

Celebramos ◗◗

El catequista coloca, al centro de la reunión, elementos que representen a la creación: un poco de tierra, piedra, agua, plantas, fotos de seres humanos, etcétera.

◗◗

Se lee Génesis 1,1-31 y se les pide a los niños que, después de cada día de la creación, todos juntos digan: Y vio Dios que era bueno.

◗◗

Por último, hacemos la siguiente oración:

Que sepamos cuidar tu creación Padre Bueno, que creaste todas las cosas y nos diste un mundo tan hermoso.

Te pido para que los hombres sepamos cuidar tu creación.

Que respetemos la vida de los animales, de los bosques, que no abusemos de la naturaleza.

Que todas las personas puedan gozar de la naturaleza y los bienes que ella nos provee.

Padre bueno, ayúdanos a conservar el planeta, y a repartir las riquezas de la naturaleza para beneficio de todos. Amén.

Guardo en mi corazón Como discípulo de Jesús, debo respetar y cuidar lo que Dios ha creado para nosotros.

Para vivir en familia • Pediré a mis padres que coloquemos en nuestra casa un recipiente o bolsa donde vayamos juntando materiales reciclables. Luego los venderemos para comprar un arbolito y sembrarlo.

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Caridad y compromiso social

Objetivo: Que los niños descubran el sentido de la caridad, que debe de expresarse en nuestra sociedad como un reflejo de nuestra fe y fidelidad a Dios.

Toma en cuenta que… ◗◗

Es importante que al dar este tema, reflejemos nuestra propia experiencia sobre la vivencia de la caridad, como expresión de nuestra fe.

◗◗

Hay que preparar unas tarjetas con cada una de las obras de misericordia, corporales y espirituales.

◗◗

También hay que elaborar unos corazones de cartulina para que los niños escriban las características de alguna persona con la cual los niños serán solidarios durante la semana (ejemplos: enfermos, ancianos, vecino, mamá etc...).

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Jn 13,34; 15,12; 15,17; 1 Cor 13,1-13.

• CEC: 25, 1694, 1822-1829, 1856.

• AA: 3, 8.

• LG: 42.

• GS: 38.

• Deus caritas est, sobre el amor cristiano, Benedicto XVI, 2005.

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En tu presencia ◗◗

Comenzamos el encuentro cantando Caridad y comprensión.

Caridad y comprensión Nuestra entrega debe ser, aleluya, un canto del corazón, aleluya.

En la entrega debe haber, aleluya, gozo, alegría y paz, aleluya.

Caridad y comprensión, aleluya, y verdad en el amor, aleluya.

Entusiasmo en la acción, aleluya, alegría en la unión, aleluya.

Allá queremos llegar, aleluya, para más y más amar, aleluya.

Nuestra vida Preocuparnos por los demás ◗◗

El catequista narra el siguiente texto: Hubo una vez, en algún lugar lejano, una época de muchísima sequía y hambre para los animales. Un conejito muy pobre caminaba triste por el campo, cuando se le apareció un mago que le entregó un saco con varias ramitas.

–Son mágicas, y serán aún más mágicas si les das un buen uso– dijo el mago.

El conejito se moría de hambre, pero decidió no morder las ramitas, pensando en darles buen uso. Al volver a casa encontró una ovejita muy vieja y pobre que casi no podía caminar.

–Dame algo, por favor– suplicó al conejo.

El conejito no tenía nada, salvo las ramitas, pero como eran mágicas se resistía a dárselas. Sin embargo, recordó que sus padres le enseñaron desde pequeño a compartirlo todo, así que sacó una ramita del saco y se la dio a la oveja. Al instante, la rama brilló con mil colores, mostrando su magia.

El conejito siguió contrariado y contento a la vez, pensando que había dejado escapar una ramita mágica, pero que la ovejita la necesitaba más que él. Lo mismo le ocurrió con un pato ciego y un gallo cojo, de forma que al llegar a su casa ya sólo tenía una ramita.

Llegó y les contó a sus papás lo sucedido con el mago; ellos se mostraron muy orgullosos por su comportamiento.

Cuando iba a comer la última ramita, llegó su hermano menor llorando por el hambre, y se la dio a él. En ese momento se escuchó un gran estruendo y apareció el mago, quien le preguntó al conejito: –¿Dónde están las ramitas mágicas que te entregué? ¿Qué es lo que has hecho con ellas?

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El conejito se asustó y comenzó a excusarse, pero el mago lo interrumpió, diciendo: –¿No te dije que si las usabas bien serían más mágicas? ¡Pues sal fuera y mira lo que has hecho!

El conejito salió temblando de su casa... y descubrió que, a partir de las ramitas que había repartido, todos los campos de alrededor se habían convertido en una maravillosa granja, llena de agua y comida para todos los animales. El conejito se sintió muy contento por haber obrado bien y porque la magia de su generosidad hubiera devuelto la alegría a todos.

(Autor: Pedro Pablo Sacristán) ◗◗ El catequista hace las siguientes preguntas o unas semejantes: −− ¿De

qué se trató el cuento? −− ¿Por qué el conejito regaló sus ramitas? −− ¿Por qué sus papás se sintieron orgullosos? −− ¿Qué pasó al final del cuento?

Cuando salimos de nosotros mismos y nos preocupamos por los demás, damos mucho fruto. La caridad es una virtud que nos lleva a construir un mundo más humano, donde cada quien se interesa por el otro.

Iluminamos la vida Compartir nuestros panes Jesús se preocupa por quienes lo siguen. Él está atento a las necesidades, desde las mínimas hasta las más importantes.

Les dio todo lo que quisieron Al ver Jesús que mucha gente acudía a él, dijo a Felipe: ¿“Dónde podríamos comprar pan para dar de comer a éstos?”. Felipe le contestó: “Con doscientos denarios no compraríamos bastante para que cada uno tomara un poco”.

Entonces intervino otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, diciendo: “Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es esto para tanta gente?”.

Jesús mandó que se sentaran todos, pues había mucha hierba en aquel lugar. Eran unos cinco mil hombres. Luego tomó los panes y, después de haber dado gracias a Dios, los distribuyó entre todos. Hizo lo mismo con los peces y les dio todo lo que quisieron.

Juan 6,5-11 La caridad tiene una importancia vital en la vida cristiana, ya que en ella se encuentran la esencia y el centro del cristianismo, es la médula de la predicación de Jesús y es el mandato más importante. No se puede ser cristiano haciendo a un lado a la caridad, ya que es el alma de todos los mandamientos. La caridad es la virtud sobrenatural por 143

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la que amamos a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a nosotros mismos por amor a Dios.

Como lo vimos en la lectura, Jesús no quería que quienes lo escuchaban se marcharan sin comer. Para ello, buscó la generosidad y el desprendimiento (la caridad) de un joven: “Aquí hay un muchacho con cinco panes y dos peces”. Y con aquella ofrenda, pequeña pero total, hizo el milagro de alimentar a la multitud.

Vivir la caridad Nuestra sociedad actual tiene hambre de justicia, de paz. Está llena de muchas contradicciones, pues mientras más habitantes somos en el planeta, más vivimos en el individualismo, el egocentrismo y la ley del “más vale el que más tiene”.

A través de nuestro curso de catequesis nos hemos dado cuenta de que Jesús nos propone todo lo contrario: Cristo nos pide nuestra generosidad. Ya sabemos que, cuando comulgamos, Jesús nos da la energía y la fuerza para amar y servir a nuestros semejantes, para vivir la caridad.

Hay muchas maneras de hacer el bien a los demás. El amor que viene de Dios, el amor que está en Cristo, el amor que Cristo nos comunica, es el amor que nosotros tenemos que vivir y trasmitir en nuestra sociedad. Sólo así podremos transformar nuestra sociedad, e instaurar el reino de Dios entre nosotros.

La caridad es:

• Una virtud teologal.

• El amor de Dios, habitando en el corazón.

• Nuestra respuesta en el amor de Dios.

• El primer mandamiento de la Ley de Dios.

• Optar por la vida en fraternidad como forma única de vida. ¿Cómo podemos hacer real nuestra Caridad? Te proponemos algunas pistas:

• Solidarizándonos con los más desfavorecidos.

• Ayudando y apoyando a quien lo necesite.

• Contribuyendo, con nuestras palabras y actitudes, a crear un ambiente sano.

• No siendo indiferentes a lo que vive nuestra familia, nuestros vecinos, nuestra comunidad.

• Siendo generosos con los que nos rodean.

“Tu solidaridad es su voz, sé solidario” Esta frase nos invita a mirar el mundo que nos rodea con la mirada de Cristo, que en su amor abraza a todos los hombres. Nos invita a escuchar a tantos hermanos que sufren, los “nuevos pobres” de hoy: ancianos solos, terminales, niños sin familia, madres 144

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solteras, delincuentes, drogadictos, alcohólicos, familia.

El Papa Juan Pablo II, en una de sus audiencias, decía: “Sólo quien se interesa por el prójimo y sus necesidades muestra concretamente su amor a Jesús. Si se cierra o permanece indiferente al otro, se cierra al Espíritu Santo, se olvida de Cristo y niega el amor universal del Padre.”

Esta es la caridad que llena de sentido la vida, haciéndonos vivir las palabras que dijo Jesús: “Mayor felicidad hay en dar que en recibir”. En consecuencia: quien ama verdaderamente a Dios, no puede sino tratar a todos los hombres con amor.

Nunca olvidemos que la justicia y el bien común son medios para alcanzar la caridad, la cual es la exigencia máxima de nuestro compromiso evangélico, porque es en ella que se resume toda la ley (como lo vimos en nuestro tema de los mandamientos). La fe, sin obras, está muerta.

Una manera de vivir la caridad, es por medio de las obras de misericordia. Encuentra las palabras subrayadas en la sopa de letras.

Solución E

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Corporales

Espirituales

• Visitar y cuidar a los enfermos.

• Dar de comer al hambriento.

• Dar de beber al sediento.

• Dar posada al peregrino.

• Vestir al desnudo.

• Liberar al cautivo.

• Sepultar cristianamente a los muertos.

• Enseñar al que no sabe.

• Dar buen consejo al que lo necesita.

• Corregir al que se equivoca.

• Perdonar las injurias y ofensas.

• Consolar al triste.

• Sobrellevar los defectos del prójimo.

• Rogar a Dios por los vivos y difuntos.

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◗◗

Se puede jugar con las tarjetas de las obras de misericordia: 1. El grupo se divide en dos equipos.

2. Nombran un representante por cada equipo.

3. El representante pasa con el catequista y toma una tarjeta. Después regresa con su equipo y se tienen que poner de acuerdo para actuar, con mímica, la obra de misericordia que les tocó.

4. Si adivinan, ambos equipos ganan un punto. De lo contrario tienen que explicar por qué no adivinaron y a qué obra se refería. En este caso, nadie suma puntos.

Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Continuaré conociendo el amor que Dios me tiene, para llevarlo a todos los que nos rodean, y así ir transformando nuestra realidad.

Celebramos ◗◗

Alrededor del altar que preparamos, entonamos el canto de inicio del tema.

◗◗

Nos tomamos de la mano y rezamos la siguiente oración de la Madre Teresa de Calcuta.

Brilla a través de mí Oh, amado Jesús. Ayúdame a expandir tu fragancia por donde quiera que vaya.

Inunda mi alma con tu Espíritu y vida.

Penetra y posee todo mi ser tan completamente, que mi vida entera sea un resplandor de la tuya.

Brilla a través de mí y permanece tan dentro de mí,

que cada persona con que me encuentre pueda sentir tu presencia en la mía.

Quédate conmigo y empezaré a resplandecer como tú, a brillar tanto que pueda ser una luz para los demás.

La luz vendrá toda de ti, nada de ella será mía. Amén.

Guardo en mi corazón Tu solidaridad es la voz de Jesús. ¡Ama a los demás!

Para vivir en familia • Seré solidario con mis semejantes, comenzando por mi familia.

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Somos portadores de paz

Objetivo: Que los niños comprendan la paz como un valor que debemos construir día a día para, así, dar una respuesta al amor de Dios.

Toma en cuenta que… ◗◗

Es conveniente generar, sobre todo para este encuentro, un clima de paz y tranquilidad para que los niños puedan darse cuenta que la paz es posible.

◗◗

Hay que preparar unos listoncitos blancos, uno por niño, para la oración final.

◗◗

También hay que tener listo el cirio pascual, como símbolo de paz, en una mesa. De él colgaremos, desde el inicio del encuentro, los listones, de manera que parezcan rayos de luz que brotan del cirio.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Mc 9,50; Ecl 3,8; Is 32,17; 52,7; Lc 2,14; Jn 14,27; Col 1,20; Gal 5,22; Mt 5,9.

• CEC: 2302-2306.

• Que en Cristo Nuestra Paz México tenga Vida Digna, CEM. • GS: 78.

• Caritas in veritate: 1 y capítulo 3.

• Populorum progressio: 76.

• Sollicitudo rei sociales: 39.

• Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia: Capítulo 9.

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En tu presencia ◗◗

Iniciamos el encuentro cantando Vienen con alegría (la letra viene en la página 88 del libro del niño).

Nuestra vida Un cliente disgustado ◗◗

El catequista narra lo siguiente: La rana Renata era la mejor cocinera de los pantanos. A su selecto restaurante acudían todas las ranas y sapos de los alrededores. Sus “moscas en salsa de bicho picante” o sus “alitas de libélula caramelizadas con miel de abeja” eran delicias que ninguna rana debía dejar de probar, y aquello hacía sentirse a Renata verdaderamente orgullosa.

Un día apareció en su restaurante Sopón, dispuesto a cenar. Sopón era un sapo grande y un poco bruto. En cuanto le presentaron los exquisitos platos de Renata, comenzó a protestar diciendo que aquello no era comida, y que lo que él quería era una buena hamburguesa de moscardón. Renata acudió a ver cuál era la queja de Sopón con sus platos. Pero cuando éste dijo que todas aquellas cosas eran “pichijiminadas”, se sintió tan furiosa y ofendida que, sin mediar palabra, le dio un buen sartenazo.

Menuda trifulca se armó. A pesar de que Renata se dio cuenta de que tenía que haber controlado sus nervios y no dejaba de pedir disculpas a Sopón, éste estaba tan enfadado que decía que sólo sería capaz de perdonarla si él mismo le devolvía el sartenazo. Todos trataban de calmarle, a sabiendas de que con la fuerza del sapo y la pequeñez de la rana el sartenazo le partiría la cabeza. Así que, como Sopón no aceptaba las disculpas y Renata se sentía fatal por haberle dado el sartenazo, Renata comenzó a hacer de todo para que le perdonara: le dio una pomada especial para golpes, le sirvió un exquisito licor de agua de charco e, incluso, le preparó ¡una estupenda hamburguesa de moscardón!

Pero, de cualquier manera, Sopón quería devolver el porrazo para quedar en paz.

Ya estaban a punto de no poder controlarle, cuando apareció un anciano sapo caminando con ayuda de unas muletas.

–Espera Sopón –dijo el anciano– podrás darle el sartenazo cuando yo te rompa la pata. Recuerda que yo llevo muletas por tu culpa.

Sopón se quedó paralizado. Recordaba al viejo que acababa de entrar: era Sapiencio, su viejo profesor quien, años atrás, le había salvado de unos niños traviesos y que, al hacerlo, perdió una de sus patas. Recordaba que todo aquello ocurrió porque Sopón había sido muy desobediente, pero Sapiencio nunca se lo había recordado, hasta ahora.

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Entonces Sopón se dio cuenta de que estaba siendo muy injusto con Renata.

Todos, incluso él mismo, cometemos errores alguna vez, y al devolver golpe por golpe y daño por daño no hacía sino más daño. Así que, aunque aún le dolía la cabeza y pensaba que a Renata se le había ido la mano con el sartenazo, al verla tan arrepentida y haciendo de todo para que le perdonase, decidió perdonarle.

Entonces pudieron dedicar el resto del tiempo a reírse de la historia y saborear la rica hamburguesa de moscardón, y todos estuvieron de acuerdo en que aquello fue mucho mejor que liarse a sartenazos.

(Cuento de Pedro Pablo Sacristán) ◗◗ El catequista hace las siguientes preguntas: −− ¿De

qué se trató el cuento? −− ¿Por qué Sopón se enojó? −− ¿Por qué, aunque le pedían disculpas, no quería perdonar? −− ¿Te ha pasado algo igual? −− Sopón dijo que sólo si devolvía un “sartenazo” quedaría en paz, ¿eso es realmente la paz?

Construir la paz no es cosa sencilla. Muchas veces confundimos la paz con acciones que no lo son como la venganza, las ofensas, el rencor, la indiferencia. Si realmente queremos estar tranquilos con nosotros mismos, debemos colaborar para construir la paz en nuestro entorno.

Iluminamos la vida Amar en paz Para Jesús, el amor va unido a la paz. Ambos nos permiten construir una sociedad más justa, donde se haga presente el reino de Dios.

El mandamiento del amor Les doy un mandamiento nuevo: Ámense los unos a los otros. Como yo los he amado, así también ámense los unos a los otros. Por el amor que se tengan los unos a los otros reconocerán que son discípulos míos.

Juan 13,34-35 La paz les dejo Les dejo la paz, mi paz les doy. Una paz que el mundo no les puede dar. No se inquieten ni tengan miedo.

Juan 14,27 ◗◗

Comentar el texto y relacionarlo con el cuento, utilizando las siguientes preguntas: −− ¿De

qué nos habla la lectura? −− ¿Cuál es el mandamiento nuevo?

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−− ¿Qué

es lo que Jesús nos trajo? −− ¿Por qué la paz de Jesús no es la misma que la del mundo?

Hoy sentimos que la seguridad está amenazada, y vivimos en constante estado de temor e incertidumbre (asaltos, violencia, injusticias, etc.): esta situación se agrava día a día.

Durante todo este tiempo de catequesis hemos contemplado lo que Jesús hizo, enseñó y nos pidió con la luz de su vida y de su Palabra. Ahora podemos ref lexionar sobre lo que nosotros debemos hacer.

La paz esté con nosotros En el Antiguo Testamento la paz (shalom) tenía el sentido de prosperidad material y espiritual, de bienestar individual, colectivo y viene de Dios (Is 26,12). La paz no puede obtenerse sin él, pues es fruto del pacto entre Dios y los hombres por el cumplimiento de su ley. Los profetas inclusive anunciaron un tiempo especial de paz cuando llegara el mesías, príncipe de la paz (Is 9,6).

En el Nuevo Testamento, Jesús es aquel que, con su vida y su persona, empieza a hacer realidad la esperanza judía del shalom y la promesa del reino de Dios. Él es el príncipe de la paz, por él los hombres han recibido el perdón de los pecados y han sido reconciliados con Dios (Rom 5,10).

Jesús rechazó la violencia y, para romper la espiral de la violencia, recomienda poner la otra mejilla (cf. Mt 5,39), perdonar siempre (cf. Mt 18,22) y amar a los enemigos (cf. Lc 6,35). Así podremos vivir más acordes a la voluntad de Dios, pues él ama gratuitamente y sin interés.

Jesús dejó como testamento espiritual el don de la paz; desde la cruz perdonó a quienes lo habían crucificado (cf. Lc 23,33); el día de la resurrección les entregó el don del Espíritu y la misión de ser servidores del perdón y la reconciliación de los hombres con Dios y de los hombres entre sí; y llamó bienaventurados a los que luchan por la paz.

La paz propia del cristiano proviene de Dios, de la unión con Cristo y de la fuerza del Espíritu Santo. En la actualidad, los discípulos de Cristo tienen que continuar su misión de reconciliar a los hombres con Dios y entre sí.

Los discípulos de Jesucristo no podemos olvidar la finalidad de la misión que nos ha sido confiada: “Los he destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca” (Jn 15,14). El fruto que permanece es todo lo que hacemos por Jesús: la caridad, el compartir lo que sabemos, el ayudar, son gestos que de una u otra forma tocan el corazón de quien los recibe, y abren el alma a la alegría del Señor. La alegría del discípulo es antídoto frente a un mundo atemorizado por el futuro y agobiado por la violencia y el odio.

La paz es fruto del amor de Dios en nuestro corazón, y él es quien nos inspira a luchar 150

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por el bienestar entre las personas, a promover la reconciliación entre los que están distanciados, a comprometernos con valentía y generosidad en la construcción, y a propagar la fraternidad y la justicia.

Todos nosotros, como discípulos de Cristo, tenemos la enorme tarea de construir un ambiente de paz en nuestra familia, en la escuela, en mi vecindario.

Los niños realizan la actividad “El árbol de la paz”. Escriben: 1. En las raíces: las motivaciones más importantes para construir la paz (en su familia, escuela, colonia, etcétera).

2. En las “heridas” del tronco (cada niño tendrá que dibujarlas): los momentos en los que han sentido más violencia en su vida.

3. En las ramas: las capacidades personales que tienen para construir la paz.

4. En los frutos: los éxitos o triunfos que han experimentado al tratar de construir la paz.

Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Construiré la paz en los lugares donde me desenvuelvo: casa, colonia, escuela, parroquia.

Celebramos ◗◗

Los niños se colocan alrededor del cirio pascual y entonan el canto del inicio de este encuentro.

◗◗

Cada uno toma un listoncito y se lo coloca en la mano, como símbolo de ser promotores de paz.

◗◗

Terminar con la oración Tú eres nuestra paz (p. 90 del libro del niño).

Guardo en mi corazón Todos los cristianos tenemos como principal tarea construir la paz.

Para vivir en familia • Colocamos un letrero, en un lugar visible de nuestra casa, que diga: Aquí vive una familia promotora de la paz.

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Celebración2

Entrega del símbolo de la fe Preparación ◗◗

Esta celebración, con la cual concluimos el tercer módulo del itinerario de formación, puede hacerse dentro de una celebración eucarística. Si esto no es posible, conviene desarrollarla en una celebración de la Palabra.

◗◗

Hay que preparar una copia, digna y con un tamaño adecuado, del Credo para cada uno de los niños.

◗◗

Es recomendable que los niños lleven una vela blanca. Sería ideal que fuera la misma que usaron en su Bautismo.

Entrada Hoy vamos a tener un momento importante en nuestro curso de catequesis, porque vamos a recibir el símbolo de la fe. Esto significa que nosotros, después de haber conocido y ref lexionado sobre la fe que nos transmite la Iglesia, somos capaces de testimoniarla en nuestra vida diaria, como verdaderos discípulos de Jesús. ◗◗

Los catequizandos que terminaron la tercera etapa de catequesis entran, junto con el sacerdote, al lugar preparado. Son precedidos por la Biblia, que se lleva en alto, y la cruz alta.

◗◗

La comunidad los recibe con alegría entonando algún canto apropiado.

La Palabra ◗◗

Las lecturas serán las correspondientes al domingo en que se celebre la entrega del símbolo.

Renuncias al pecado ◗◗

Terminada la homilía, el sacerdote invita a los niños a renunciar al pecado.

Sacerdote: Antes de recibir el símbolo de la fe, es necesario que renuncien al mal, al pecado que obstaculiza el proyecto de Dios y nos separa de su amor.

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Por eso les pregunto: ¿Renuncian al pecado, para que puedan vivir en la libertad de los hijos de Dios?

Todos:

Sí, renuncio.

Sacerdote: ¿Renuncian a las seducciones del mal para que el pecado no los esclavice?

Todos:

Sí, renuncio.

Sacerdote: ¿Renuncian a Satanás, padre y autor del pecado?

Todos:

Sí, renuncio.

Entrega del símbolo de la fe Sacerdote: Recibe el símbolo de nuestra fe, acógelo y consérvalo en la memoria y en el corazón.

Todos: ◗◗

Amén.

Si los niños son muchos, puede decir la frase de entrega de manera general.

Después cada niño se forma para que le entreguen el Credo.

Sacerdote: Señor, concede a nuestros elegidos, que acogieron el designio de tu amor y los misterios de la vida de Cristo, que, confesando una misma fe con sus labios y el corazón, cumplan con las obras tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Todos:

Creo en un solo Dios…

Todos:

Recitan el Credo.

Peticiones Catequista: Ahora expresemos nuestra acción de gracias, por todas las maravillas que Dios ha hecho por nosotros. Respondamos con alegría: Todos:

¡Gracias por confiar en nosotros, Señor!

Lector:

Gracias, Señor, por lo bueno que has sido con nosotros al mostrarnos tu proyecto de salvación, y permanecer con nosotros durante este tiempo.

Todos:

¡Gracias por confiar en nosotros, Señor!

Lector:

Gracias, Señor, porque has revelado tu Palabra desde los comienzos del mundo por medio de la creación.

Todos:

¡Gracias por confiar en nosotros, Señor!

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◗◗

Lector:

Gracias, Señor, porque has formado un pueblo para manifestar tu amor a pesar de tantas infidelidades, sellándolo con alianzas y haciéndote presente por los profetas y sus enseñanzas.

Todos:

¡Gracias por confiar en nosotros, Señor!

Lector:

Gracias, Señor, porque tú mismo has venido, en Jesucristo, a renovar todas las cosas y señalarnos con su Palabra y con su ejemplo la manera de ser hombres y mujeres en plenitud.

Todos:

¡Gracias por confiar en nosotros, Señor!

Lector:

Gracias, Señor, porque te has quedado en tu Iglesia, y por su predicación y la administración de los sacramentos, sigues comunicando el alegre mensaje de salvación a todos los pueblos de la tierra.

Todos:

¡Gracias por confiar en nosotros, Señor!

Lector:

Gracias porque nos sigues acompañando, dándonos de beber de tu misma vida, hasta que lleguemos nuevamente a ti, junto a nuestros hermanos y la creación entera.

Todos:

¡Gracias por confiar en nosotros, Señor!

La misa continúa normalmente. Puede concluirse con una bendición solemne.

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módulo Somos invitados

a la mesa de Jesús

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En este módulo los niños…

•

Identificarán las actitudes necesarias para celebrar los sacramentos de Reconciliación y Eucaristía.

• •

Conocerán los distintos momentos de la celebración eucarística.

Comprenderán que la fiesta patronal es un momento privilegiado para expresar nuestra fe como comunidad creyente.

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¿Cómo confesarme?

Objetivo: Que a través del sacramento de la Reconciliación, los niños descubran y experimenten el amor de Dios que está dispuesto a perdonarlos, siempre y cuando se acerquen con confianza a su misericordia.

Toma en cuenta que… ◗◗

Cuando se considere necesario, hay que hacer un ensayo (serio y humilde) para su primera confesión. En este habrá que ayudar al niño para que pierda el miedo y la vergüenza, y reconozca que el sacerdote perdona los pecados en nombre de Cristo.

◗◗

Para la narración de la parábola del hijo pródigo puede pedirse a los niños que actúen de acuerdo a los personajes.

◗◗

Para el Celebramos, hay que preparar tarjetas con frases de perdón que serán repartidas a los niños.

◗◗

En el momento de la celebración es importante realizar las actividades sugeridas en un ambiente de recogimiento e interiorización, para propiciar que los niños experimenten el amor de Dios en su vida.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Jn 20,22-23, Mc 2,4-5, Sal 50; Lc 17,3-4; Hch 2,38-39.

• CEC: 1422-1424, 1440-1470.

• Reconciliatio et Paenitentia: 29.30.

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En tu presencia Hacemos la siguiente oración, a dos coros. A cada petición todos responderemos: Perdón, Señor.

Coro 1 Coro 2 −−Por las veces que no soy generoso −−Por las veces que ofendo a los otros, y no comparto con los demás. con palabras o mentiras.

◗◗

−−Por

las veces que no escucho a mis padres y creo sabérmelas todas.

Todos:

−−Por

las veces que peleo con mis hermanos y amigos.

Perdóname, Señor, y dame una nueva oportunidad para vivir como tú nos enseñas. ¡Que así sea, Señor! Amén.

Nuestra vida Peleas y reconciliaciones ◗◗

El catequista pregunta a los niños: −− ¿Alguna

vez te has peleado con un amigo o te has enojado con tus papás? −− Si tú eres el culpable, ¿cómo te sientes? −− ¿Cómo hiciste para reconciliarte con esa persona? −− ¿Qué podemos hacer cuando una relación de amistad o familiar se ve afectada por malas acciones?

A veces, a pesar del mucho cariño que existe entre dos personas, puede haber enojos, malentendidos y rupturas. Sin embargo, el ser humano está llamado a vivir en comunión con quienes lo rodean. Por eso, siempre que exista un problema, es bueno buscar la reconciliación y la reparación del daño hecho.

Iluminamos la vida Un padre que espera con amor Dios está siempre dispuesto a perdonarnos. Sólo pide que confiemos en su amor y que nos acerquemos a su misericordia con confianza. ◗◗

Los niños leen Lucas 15,11-32 (en su libro viene un fragmento a manera de recordatorio).

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Lo abrazó y lo cubrió de besos Entonces reflexionó y se dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre! Me pondré en camino, regresaré a casa de mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y contra ti. Ya no merezco llamarme hijo tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros”. Se puso en camino y se fue a casa de su padre. Cuando aún estaba lejos, su padre lo vio, y, profundamente conmovido, salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo cubrió de besos.

Lucas 15,17-20 ◗◗

Después de hacer al lectura, profundizan con las siguientes preguntas: −− ¿De

qué trató la parábola? −− ¿Con quién podemos identificar al padre? −− ¿Con quién podemos identificar al hijo menor? −− ¿Quién se comporta como el hijo mayor? −− ¿Cuál es el primer paso que el hijo da para acercarse a su padre? −− ¿Cómo recibe el padre al hijo menor?

En el Bautismo Jesús nos reconcilia con Dios total y definitivamente. Pero Dios, que conoce nuestra naturaleza, sabe que podemos caer nuevamente en el pecado y, por eso, nos da el sacramento de la Reconciliación o Penitencia (también conocido como Confesión).

Cuando tuvimos el encuentro sobre los sacramentos de curación nos dimos cuenta que la Reconciliación es un sacramento de paz y de alegría, pues:

• Nos obtiene el perdón de los pecados.

• Renueva nuestra amistad con Dios.

• Renueva la relación con nuestros hermanos.

• Nos llena de la gracia de Dios y nos fortalece para no volver a pecar.

• Nos permite participar de los demás sacramentos. ◗◗

Podemos aprovechar este momento para recordar, de manera breve, qué es el pecado. Para ello podemos dar un vistazo al tema 5 del catecismo del niño (p. 19).

Sólo Dios perdona los pecados al paralítico que los familiares le llevaron para curarlo, Jesús le dijo: “Amigo, tus pecados te quedan perdonados” (Lc 5,20).

Dios nos ama y, a través de su Hijo Jesús, nos dejó un gran regalo al instituir el sacramento de la Reconciliación, en donde Dios, a través del sacerdote, nos perdona los pecados que cometemos después del Bautismo. Con este gran regalo recuperamos la vida de gracia y amistad con Dios.

Hay que acercarnos con mucho amor y confianza a este sacramento. No olvides que: si Dios siempre nos perdona, debemos perdonar siempre.

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Los pasos para una buena confesión Como para todo lo que queremos hacer bien existen pasos a seguir, también hay unos específicos para confesarnos. Veamos cuáles son: 1. Examen de conciencia. Consiste en acordarnos de los pecados cometidos desde la última confesión. Debemos hacer este examen con suficiente tiempo antes de confesarnos. Por eso hay que pedir ayuda al Señor para ser muy sinceros, hemos de apoyarnos en la oración. Para realizarlo puedes pensar en cuáles de los mandamientos no has vivido, o en las veces que lastimas a tus amigos y familiares.

2. Arrepentimiento o dolor de los pecados. Consiste en sentir un dolor verdadero de haber pecado, porque hemos lastimado a nuestro prójimo y a quien más nos quiere: Dios.

3. Propósito de no volver a pecar. Si verdaderamente amo, no puedo seguir lastimando al amado. De nada sirve confesarnos si no queremos mejorar.

Podemos caer de nuevo por debilidad, pero lo importante es la lucha, no la caída.

4. Decir los pecados al confesor. El sacerdote es un instrumento de Dios.

Hagamos a un lado la “vergüenza” o el “orgullo”, y abramos nuestro corazón, seguros de que es Dios quien nos escucha. Debemos tener la confianza de que el sacerdote guarda, en secreto sacramental, lo que hemos confesado.

5. Recibir la absolución y cumplir la penitencia. Es el momento más hermoso, pues recibimos el perdón de Dios. La penitencia es un acto sencillo que representa nuestra reparación por la falta que cometimos. No debemos olvidar hacer la penitencia para que la reconciliación esté completa.

Los niños relacionan la parábola del hijo pródigo con los pasos para una buena confesión.

Solución Lo que sucedió en la parábola

Los pasos para confesarme

◗◗ El hijo menor reconoció sinceramente •

las faltas que había cometido y que con ellas ofendió a su papá.

•

◗◗ El hijo menor se arrepintió de haber

ofendido a su padre. ◗◗ El hijo menor, después de haber

•

fallado, decidió regresar a la casa de su padre. ◗◗ El hijo menor pide perdón a su padre,

•

diciéndole en qué le había fallado. ◗◗ El padre perdonó a su hijo y se alegró porque decidió regresar a casa.

•

• Propósito de enmienda.

• Decir los pecados al sacerdote.

• Examen de conciencia.

• Cumplir le penitencia.

• Arrepentimiento y dolor de los pecados.

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Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Durante

la semana, examinaré mi conciencia antes de dormir y me esforzaré por no volver a cometer esos pecados.

Celebramos ◗◗

El catequista reparte a los niños las tarjetas que tienen escritas las frases de perdón.

◗◗

Les pide que elaboren una carta a sus padres, en la que les pidan perdón por las malas acciones que pueden llegar a tener: desobediencias, mentiras, malas palabras, etcétera.

◗◗

Después hay que invitarlos a pasar frente al sagrario para pedir perdón a Dios por sus pecados, y ayudarles a realizar el examen de conciencia.

◗◗

Terminamos cantando Tú, que siempre nos perdonas.

Tú, que siempre nos perdonas Tú, que siempre nos perdonas porque nos quieres mucho.

Tú, que siempre nos perdonas, Señor, ten piedad.

Tú, que siempre nos escuchas, Cristo, ten piedad.

Tú, que siempre nos ayudas porque nos quieres mucho.

Tú, que siempre nos ayudas, Señor, ten piedad.

Tú, que siempre nos escuchas porque nos quieres mucho.

Guardo en mi corazón Me debo preparar bien para recibir el abrazo de Dios en la confesión.

Para vivir en familia • Pido ayuda a mis papás para escribir una oración en la que me arrepienta de mis pecados, este será mi acto de contrición personal.

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Jesús, nuestro alimento

Objetivo: Que los niños descubran que la Eucaristía es el principal alimento para nuestra vida cristiana por el que nos unimos íntimamente a Cristo.

Toma en cuenta que… ◗◗

Si es posible, hay que dar este tema en el templo, frente al presbiterio. Con esto podemos lograr el ambiente necesario para que los niños perciban la importancia de participar en la celebración eucarística y, sobre todo, de comulgar.

◗◗

Es importante que el catequista deje entrever la propia experiencia de comulgar continuamente.

◗◗

Si se cree necesario dar un tiempo en la catequesis para responder las dudas que los niños puedan tener.

◗◗

En el momento del Celebramos, es importante crear un ambiente de recogimiento y de encuentro personal entre los niños y Jesús Eucaristía.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: 1 Cor 11,23ss.

• CEC: 1384-1405.

• Sacramentum caritatis, Exhortación Apostólica sobre la Eucaristía de Benedicto XVI. • Ecclesia de Eucharistia.

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En tu presencia ◗◗

Cantamos Una espiga dorada por el sol.

Una espiga dorada por el sol Una espiga dorada por el sol, el racimo que corta el viñador se convierten ahora en pan y vino de amor: en el cuerpo y la sangre del Señor. (2)

Comulgamos la misma comunión, somos trigo del mismo sembrador.

Un molino la vida nos tritura con dolor, Dios nos hace Eucaristía en el amor. (2)

Nuestra vida Alimentarnos para estar sanos ◗◗

El catequista hace la siguiente narración: En la colonia Concepción de Valle de Chalco, vivían Lupita y su hermano Carlitos.

La mamá de estos niños trabajaba como sirvienta y el papá como jardinero (ambos en la misma casa), pero lo que ganaban no les alcanzaba para alimentar adecuadamente a sus hijos y darles estudio. Como consecuencia de ello, Lupita y Carlitos estaban débiles, se fatigaban al caminar, les cansaba el estudio, no tenían ánimo ni fuerzas para jugar y se enfermaban con frecuencia, faltaban mucho a la escuela y sacaban bajas calificaciones.

A la misma escuela asistía Juanito, hijo de los dueños de la casa donde trabajaban los papás de Lupita y Carlitos, quien se hizo amigo de ellos.

Un día, Juanito les preguntó: –¿Qué comen en su casa?

Ellos contestaron: –Un poco de fideo y de frijoles con unas cuantas tortillas, y en lugar de leche nos dan café por la mañana y por la noche. Eso comemos todos los días, porque nuestros papás ganan poco dinero en su trabajo.

Esto le preocupó a Juanito. Cuando regresó a su casa habló con sus padres para que les aumentaran el sueldo a los papás de sus amigos, y así pudieran alimentar de modo suficiente y nutritivo a sus hijos.

A los papás de Juanito les dio gusto que su hijo tuviera interés en ayudar a sus amigos, y aceptaron su petición. Desde ese día, comenzó a mejorar la situación de sus amigos.

◗◗

Después, hace las siguientes preguntas: ¿Qué les ocurría a Lupita y a Carlitos? −− ¿Por qué es necesario alimentar nuestro cuerpo? −−

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−− ¿Cuáles

son las consecuencias de no alimentarnos adecuadamente? −− ¿Cómo cambió la situación de Lupita y Carlitos? −− ¿Qué tanto rinde una persona cuando está bien alimentada?

Necesitamos alimentar nuestro cuerpo para tener vida, estar fuertes y sanos, así también debemos alimentar nuestra vida como cristianos.

Iluminamos la vida Alimentados por Cristo Jesús es el pan que nos alimenta y nos fortalece. Él decidió quedarse en la Eucaristía para que, comiéndola, podamos vivir como hijos de Dios y testigos del reino.

El que me coma, vivirá para siempre Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no volverá a tener hambre; el que cree en mí nunca tendrá sed.

El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre vive en mí y yo en él. Como el Padre que me envió posee la vida y yo vivo por él, el que me coma vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo; no como el pan que comieron sus antepasados. Ellos murieron; pero el que coma de este pan, vivirá para siempre.

Juan 6,35.53-58 ◗◗

El catequista profundiza con las siguientes preguntas: −− ¿Qué

recuerdan del texto bíblico? −− A partir de lo que dice Jesús, ¿cuál es el alimento más importante? −− ¿Quién vivirá para siempre? −− ¿Qué relación tiene este texto bíblico con lo que les pasaba a Lupita y a Carlitos?

Comer y beber a Jesús es hacerse uno con él. Jesús ha venido para que tengamos vida y una vida plena, por eso, se hace alimento y al mismo tiempo: ideal y meta de nuestra vida; guía y maestro; amigo y hermano; fuerza y unidad con lo demás; lo es todo para quien lo acepta de verdad.

Comer el pan de vida Sin la Eucaristía un cristiano no puede vivir. Por ello la necesidad de alimentar no sólo el cuerpo, sino también nuestra alma. No alimentarse tiene sus consecuencias.

Así como alguien que no se alimenta bien se debilita, se fatigaba y se enferma, así nuestra alma se debilita, se enferma y hasta puede morir por los pecados (envidias, desobediencias, robos, mentiras, pleitos, asesinatos, adicciones al alcohol y a las 163

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drogas, etc.) si no nos alimentamos con la Palabra de Dios y el pan de vida, que es Jesucristo, presente en la Eucaristía.

Cuando comulgamos también recibimos unos frutos o beneficios:

• La comunión acrecienta nuestra unión con Cristo.

• La comunión nos separa del pecado.

• La Eucaristía hace la Iglesia.

Prepararnos para comulgar a Jesús Ante la grandeza de este sacramento, el fiel sólo puede repetir humildemente y con fe ardiente las palabras del Centurión: “Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme” (Mt 8,8). Por lo tanto, el que quiera recibir a Cristo en la comunión eucarística debe hallarse en estado de gracia. Si uno tiene conciencia de haber pecado mortalmente, no debe acercarse a la Eucaristía sin haber recibido previamente la absolución en el sacramento de la Reconciliación.

Cuando visitas a una persona importante, te preparas con mucho cuidado: vas limpio, peinado, con la mejor ropa que tengas y los zapatos brillantes. Si tú y yo hacemos esto con las personas de la Tierra, ¿cómo tendremos que prepararnos para recibir a Jesús, que es nuestro Dios? Cuando vayas a comulgar cuida tu aspecto externo.

Guarda, además, el ayuno eucarístico: una hora antes de comulgar, no debes comer ni beber nada, excepto agua, ya que ésta no rompe el ayuno.

Por todo esto, hay que prepararse bien para recibir a Jesús Eucaristía. Al comulgar acrecentamos nuestra disponibilidad para hacer siempre el bien y servir a los demás, para obedecer, amar a nuestros padres y para respetar y querer a sus compañeros de la escuela y del catecismo, y ayudar a los más pobres, como lo hizo Jesús.

5 C

Los niños resuelven el crucigrama.

O

Solución:

2

Horizontales 1. Preparación para poder comprender y recibir a Jesús Eucaristía.

2. El cuerpo de Cristo está presente en la especie del…

3. El vino se convierte en la sangre de Cristo.

Verticales 4. A la Eucaristía, también la conocemos como: 5. Si hemos pecado antes de comulgar, tenemos que…

6. Para estar siempre fortalecidos, debemos comer el cuerpo de Cristo.

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Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Pondré aún más empeño en la catequesis para poder llegar a recibir la primera comunión, y así disfrutar de la vida que me ofrece Jesús.

Celebramos ◗◗

Si la catequesis se desarrolló en el templo, esta oración se hace frente al sagrario. Si no, es conveniente llevar alguna imagen de Jesús Eucaristía.

◗◗

Se puede invitar a distintos niños para que digan cada una de las oraciones. A cada una de ellas responderemos: Gracias, Señor, por tu amor.

1. Gracias, Señor, porque en la última cena partiste tu pan y vino en infinitos trozos para saciar nuestra hambre y nuestra sed.

2. Gracias, Señor, porque en el pan y el vino nos entregas tu vida y nos llenas de tu presencia.

3. Gracias, Señor, porque nos amaste hasta el final, hasta el extremo que se puede amar: morir por otro, dar la vida por otro.

4. Gracias, Señor, porque quisiste celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus amigos, para que fuesen una comunidad de amor.

5. Gracias, Señor, porque en la Eucaristía nos haces uno contigo, nos unes a tu vida, en la medida en que estamos dispuestos a entregar la nuestra.

6. Gracias, Señor, porque todo el día puede ser una preparación para celebrar y compartir la Eucaristía. ◗◗ Para concluir, rezamos el Padrenuestro y cantamos nuevamente Una espiga dorada por el sol.

Guardo en mi corazón Es bueno alimentarnos de la Eucaristía, pues Jesús nos ha dicho que quien come su cuerpo, vivirá eternamente.

Para vivir en familia • Asistiremos a la misa dominical y, como aún no puedo comulgar, haré una comunión espiritual.

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¡Invitados al banquete!

La misa

Objetivo: Que los niños conozcan los principales momentos de la misa, para que vivan con fervor y alegría cada uno de los momentos de la celebración y así obtengan todo el fruto posible de ella.

Toma en cuenta que… ◗◗

Este es un tema bastante extenso. Es de desear que los niños participen con frecuencia en la misa, para que lo que expliquemos sea más entendible.

◗◗

Para este tema, en el libro del niño encontramos un esquema que puede servirnos para la explicación. En esta ocasión, se cambia un poco el orden en las páginas del catecismo: −− En

las páginas 100-101 encontramos la oración, la experiencia humana, un breve texto de la iluminación y la celebración de la fe, así como el texto para memorizar y la actividad en familia. −− En las páginas 102-103 está el esquema para el desarrollo del tema. Hay que utilizarlo cuando el catequista considere oportuno y, luego, regresar a la parte del Expresamos nuestra fe.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Mt 26,26; Mc 14,22; Lc 22,24; Jn 6,53-57; Lc 24,30; Hch 2,42; 20,7; 1Cor 11,23.25 • CEC: 1322-1419.

• Redemptionis Sacramentum: Capítulos 1 a 3.

• Dies Domini.

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En tu presencia ◗◗

Cantamos La misa es una fiesta muy alegre.

La misa es una fiesta muy alegre Con su Palabra nos enseña nos alimenta con su pan, nos compromete a ser amigos y a caminar.

La misa es una fiesta muy alegre, la misa es una fiesta con Jesús. (bis) Cada domingo celebramos que nuestro amigo nos salvó, que por amarnos dio su vida y resucitó.

Nuestra vida La alegría de una fiesta ◗◗

El catequista narra la siguiente experiencia: La señorita Mónica, catequista de la Diócesis de Valle de Chalco, nos narra lo siguiente: El mayor de mis hermanos se llama Enrique. Hace tres años que terminó sus estudios en la universidad y se graduó como médico. Antes de terminar su carrera tuvo que estudiar mucho. Tenía que levantarse muy temprano para llegar a tiempo a la universidad, le dejaban mucha tarea y, por la tarde, iba a la biblioteca a hacer las investigaciones que le pedían sus maestros. Como era muy aplicado, siempre sacó muy buenas calificaciones, por eso cuando ya se iba a graduar como médico, toda la familia pensamos organizarle una gran fiesta.

Para ello conseguimos un salón de eventos sociales e hicimos todos los preparativos.

Hicimos una lista de todo lo que se ocupaba y nos distribuimos las diferentes comisiones para conseguir el dinero: el salón de fiestas, el adorno, las invitaciones, las sillas, las mesas, los manteles, platos, etc.

La fiesta fue un éxito; mi hermano estuvo muy contento y dio las gracias por esta agradable sorpresa. Los invitados le llevaron algunos regalos y lo felicitaron porque, después de tantos esfuerzos, finalmente logró terminar su carrera.

Nos sentimos muy orgullosos de tener un médico dentro de la familia. Mi hermano está trabajando y ha curado a muchos enfermos.

◗◗

Después, dialoga con los niños de la importancia de las fiestas y celebraciones (cumpleaños, graduaciones, bodas, etc.), de lo necesario para llevarlas a cabo y de cómo ellos participan en las fiestas.

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Las fiestas son momentos para alegrarnos y convivir. Son expresión de gozo y agradecimiento por la vida. Cuando nos invitan a una fiesta, procuramos ir con la mejor disposición y participar, para que todos la pasemos bien.

Iluminamos la vida La cena de Emaús Jesús se queda con nosotros en la Eucaristía y nos invita a comerlo, a participar en el banquete eucarístico. ◗◗

Se lee el texto de Lucas 24,13-31 (en el libro del niño viene un fragmento).

Se sentó a la mesa con ellos Cuando estaba sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y lo dio a ellos. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron.

Lucas 24,30-31 ◗◗

Después de la lectura, el catequista pregunta: −− ¿Cuáles

fueron los hechos principales de Jesús ante aquellos dos discípulos? −− ¿Qué relación hay entre el texto bíblico y la historia que escuchamos al principio de la catequesis?

El domingo celebramos la misa para estar con Jesús y acogerlo entre nosotros, y también para estrechar los vínculos que nos unen a la comunidad parroquial donde vivimos. ¿Por qué en Domingo? Porque es el día en que Jesús resucitó de entre los muertos.

La misa es una fiesta, un gran momento de alegría, porque Dios nos invita a recibir su vida y a compartirla con el mundo entero. Es la fiesta del encuentro de Dios con los hombres.

Momentos de la misa o celebración eucarística ◗◗

Para la explicación, el catequista puede apoyarse con el esquema que viene en las páginas 102 y 103 del libro del niño.

Ritos iniciales Son ritos introductorios a la celebración y nos preparan para escuchar la Palabra y celebrar la Eucaristía.

• Procesión de entrada: Llegamos al templo y nos disponemos para celebra el misterio más grande de nuestra fe. Acompañamos la procesión de entrada cantando con alegría.

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• Saludo inicial: Después de besar el altar y hacer la señal de la cruz, el sacerdote saluda a la asamblea.

• Acto penitencial: Pedimos humildemente perdón al Señor por todas nuestras faltas.

• Gloria: Alabamos a Dios, reconociendo su santidad.

• Oración colecta: Es la oración que el sacerdote, en nombre de toda la asamblea, hace al Padre. En ella recoge todas las intenciones de la comunidad.

Liturgia de la Palabra Escuchamos a Dios, que se nos da como alimento en su Palabra, y respondemos cantando, meditando y rezando.

• Primera Lectura:

En el Antiguo Testamento, Dios nos habla a través de la historia del pueblo de Israel y de sus profetas.

• Salmo: Meditamos rezando o cantando un salmo.

• Segunda Lectura: En el Nuevo Testamento, Dios nos habla a través de los apóstoles.

• Evangelio: El canto del aleluya nos dispones a escuchar la proclamación del misterio de Cristo. Al finalizar aclamamos diciendo: Gloria a ti, Señor Jesús.

• Homilía: El celebrante nos explica la Palabra de Dios.

• Credo: Después de escuchar la Palabra de Dios, confesamos nuestra fe.

• Oración de los fieles: Rezamos unos por otros pidiendo por las necesidades de todos.

Liturgía de la Eucaristía Es el momento en que presentamos a Dios Padre nuestros trabajos y, sobre todo, el pan y el vino que se convertirán en el cuerpo y sangre de Jesús, por obra del Espíritu Santo. También en este momento pedimos por las necesidades de toda la Iglesia.

• Presentación

de las ofrendas: Presentamos el pan y el vino que se transformarán en el cuerpo y la sangre de Cristo. Realizamos la colecta en favor de toda la Iglesia. Oramos sobre las ofrendas.

• Prefacio: Es una oración de acción de gracias y alabanza a Dios, al tres veces santo.

• Epíclesis: El celebrante extiende sus manos sobre el pan y el vino e invoca al Espíritu Santo, para que por su acción lo trasforme en el cuerpo y la sangre de Jesús.

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• Consagración: El sacerdote hace “memoria” de la última cena, pronunciando

las mismas palabras de Jesús. El pan y el vino se trasforman en el cuerpo y en la sangre de Jesús.

• Aclamación: Aclamamos el misterio central de nuestra fe.

• Intercesión: Ofrecemos este sacrificio de Jesús en comunión

con toda la Iglesia. Pedimos por el Papa, por los obispos, por todos los difuntos y por todos nosotros.

• Doxología: El sacerdote ofrece al Padre el cuerpo y la sangre de Jesús, por Cristo, con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo. Todos respondemos “Amén”.

• Padrenuestro: Preparándonos para comulgar, rezamos al Padre como Jesús nos enseñó.

• Comunión: Llenos de alegría nos acercamos a recibir a Jesús, pan de vida. Antes de comulgar hacemos un acto de humildad y de fe.

• Oración después de la comunión: Damos gracias a Jesús por haberlo recibido, y le pedimos que nos ayude a vivir en comunión.

Ritos de despedida Son ritos que concluyen la celebración.

• Bendición: Recibimos la bendición del sacerdote.

• Despedida y envío: Alimentados con el pan de la Palabra y de la Eucaristía, volvemos a nuestras actividades, a vivir lo que celebramos, llevando a Jesús en nuestros corazones.

En el libro de los niños no hay actividad propuesta en esta ocasión.

Pero el catequista puede jugar “Gato” con los niños.

• Se divide al grupo en 2 o 4 equipos, dependiendo del número de

niños. Pero siempre deben competir entre dos equipos.

• En una cartulina (o varias), traza el símbolo de #. Habrá que entregar una cartulina por cada dos equipos.

• También hay que preparar fichas de dos colores distintos. De tal manera que cada equipo pueda ocuparlas para rellenar los espacios del “gato”.

• El catequista formula preguntas relacionadas con los temas 29 y 30.

Hará las preguntas a los niños, el equipo (o equipos) que respondan correctamente colocarán su ficha en el espacio del “gato” que deseen.

• Así hasta que alguno de los equipos forme una línea recta con las fichas de su color y “haga gato”.

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Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Pondré aún más empeño en la catequesis para poder llegar a recibir la primera comunión, y así disfrutar de la vida que me ofrece Jesús.

Celebramos ◗◗

De ser posible ir al templo parroquial o capilla para hacer la oración final.

◗◗

Alrededor del altar, agradecer a Jesús porque se hace presente en cada misa.

◗◗

Pedir a cada uno de los niños que agradezca el amor que Dios nos tiene al darnos a su Hijo como alimento, y que pida le ayude para recibirlo dignamente por primera vez.

◗◗

A cada petición responderemos: Te damos gracias y te lo pedimos, Señor.

Guardo en mi corazón Jesús me invita a su mesa. Él quiere fortalecerme y estar conmigo para siempre.

Para vivir en familia • Participaremos en la misa dominical de manera activa y agradeceremos a Jesús porque nos alimenta y nos ayuda a crecer como familia.

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La fiesta patronal

Objetivo: Que los niños comprendan que la fiesta patronal es un momento único donde el pueblo de Dios celebra la presencia salvadora de Cristo, y donde se expresan valores profundos de la fe y de la identidad de una comunidad.

Toma en cuenta que… ◗◗

Se pedirá a los niños que recuerden las actividades que realiza la gente de su comunidad durante la fiesta patronal, y todos los preparativos que se deben llevar a cabo para su realización.

◗◗

Hay que valorar la importancia que la fiesta tiene en la vida del ser humano.

Los hombres de todas las sociedades han celebrado siempre los momentos más importantes de su historia.

◗◗

En el desarrollo del tema están puntualizadas las actitudes a seguir para que nuestra fiesta patronal no pierda su autenticidad.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Dt 16,1-17; 1 Pe 1,16.

• CEC: 1674–1676.

• DA: 7, 8, 37.

• Ecclesia in America: 16.

• DGC: 195.

• Documento de Puebla: 444-469.

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En tu presencia ◗◗

Iniciamos cantando Qué alegría cuando me dijeron.

Qué alegría cuando me dijeron Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta.

Allá suben las tribus, las tribus del Señor.

¡Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor”!

Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén.

Nuestra vida Estamos de fiesta El catequista motiva a los niños para que compartan cómo se vive la fiesta patronal en su comunidad. Lo puede hacer con las siguientes preguntas: −− ¿Qué

es lo que más te gusta de la fiesta patronal de tu comunidad? ¿Por qué? es el momento más importante de la fiesta patronal? −− ¿Para qué nos sirven?

La fiesta patronal es un momento privilegiado para reunirnos como comunidad y expresar nuestra fe. A Dios le gusta que estemos alegres y que, con respeto y orden, celebremos en torno a Jesús y a los santos, ejemplos de vida. −− ¿Cuál

Iluminamos la vida Una entrada inolvidable La gente que conocía a Jesús y aceptaba su mensaje se alegraba cuando estaban con él. Con esto podemos decir que la alegría es propia del cristiano.

Bendito el que viene en el nombre del Señor Los discípulos fueron e hicieron lo que Jesús les mandó: trajeron a la burra y el borrico; pusieron sobre ellos los mantos, y él montó encima. El gentío, que era muy numeroso, extendía sus mantos en el camino; otros cortaban ramas de árboles y las extendían por el camino. Y la gente que iba adelante y atrás gritaba: “Hosanna al Hijo de David, bendito el que viene en el nombre del Señor. Hosanna en las alturas”.

Al entrar Jesús en Jerusalén, toda la ciudad se alarmó y se preguntaban: “¿Quién es éste?”. La gente respondía: “Es el profeta Jesús, el de Nazaret de Galilea”.

Mateo 21,6-11 El texto del evangelio de Mateo nos dice que Jesús es reconocido y aclamado como rey, como el mesías que ha venido a salvar a su pueblo. Es aclamado como un rey diferente, que viene revestido de manera profética montado en un burrito y rodeado de un pueblo humilde que cree en él.

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Los que esperaban a Jesús representan a ese resto fiel que reconoce a su Señor, que lo acoge, lo celebra, le rinde honor, que se regocija por la presencia divina del Salvador.

Expresan con lo que tienen a la mano (palmas) la alegría de la salvación.

Para vivir la fiesta patronal Cuando nosotros celebramos nuestra fiesta patronal igualmente reconocemos a Cristo como nuestro Señor, nuestro Rey. Sabemos que él dio la vida por nosotros para darnos vida en abundancia. En todas nuestras fiestas religiosas el pueblo de Dios celebra el misterio pascual de Cristo. ◗◗ Trataré de no perder de vista la persona de Cristo en mi festividad.

Si la Iglesia celebra que Cristo murió y resucitó por nosotros, no sólo lo recuerda (como sucede, por ejemplo, en los cumpleaños); sino que el hecho de la muerte y resurrección de Cristo vuelve a hacerse presente, se actualiza, y se nos comunica la gracia que Cristo nos mereció. Esto se realiza a través de la liturgia. ◗◗ La celebración de la misa es el momento más importante de nuestra fiesta.

La fiesta patronal es una acción de gracias a Dios por su bondad y misericordia, donde reconocemos que él nos ha colmado con toda clase de bendiciones, pero también reconocemos que necesitamos recomenzar desde Cristo. Él le da sentido a nuestra vida como pueblo y nos ha revelado, en su persona, el misterio de la vocación humana. ◗◗ En nuestra fiesta, daré gracias a Dios y pediré que siempre nos acompañe.

Las fiestas religiosas del pueblo de Dios nos han hecho más conscientes de nuestra común condición de hijos de Dios a pesar de nuestras diversas condiciones sociales o étnicas: nos ayuda a reconocernos como hermanos, miembros de la familia de Dios (cf. DA 37). ◗◗ En la fiesta patronal nos sentimos hermanos.

En las fiestas de nuestros pueblos transmitimos tradiciones de una generación a otra, a través de nuestra experiencia religiosa, que en muchos casos representa la identidad y riqueza de nuestras comunidades.

La fiesta patronal es una de las mayores riquezas de nuestros pueblos, pues en ellas encontramos muchas expresiones de amor: a Cristo, a la Eucaristía, a la santísima Virgen, a los santos, o algún misterio de nuestra fe que se ve proyectado en los grandes festejos que vive el pueblo de Dios. ◗◗ En la fiesta patronal reconocemos las riquezas de nuestro pueblo.

Las festividades patronales expresan diversos valores culturales en el arte popular como son: la música, las danzas, las artesanías, las alfombras de flores o aserrín que se hacen en las procesiones, la pirotecnia, inclusive la escultura y la pintura que debemos custodiar para fortalecer la cultura cristiana del pueblo de Dios. ◗◗ La fiesta patronal es una fiesta de color, música y alegría.

Las tradiciones de nuestros pueblos son un cimiento de nuestra identidad, originalidad y unidad, sobre todo cuando está marcada por el Evangelio de Cristo.

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Debemos cuidarlas de la realidad del pecado, de las conductas viciosas, opresiones, violencia y miserias (Cf. DA 8). ◗◗ La fiesta patronal no debe ser pretexto para el vicio y el desorden.

La fiesta patronal ocupa el momento central de la vida festiva del pueblo de Dios.

La actitud básica de los discípulos de Cristo es la de participación, es decir, dejarnos llevar por la acción del Espíritu Santo que se derrama en nuestros corazones; y hacer unidad en la celebración de la misa y en las actividades que nos hacen experimentar la alegría de ser hijos de Dios. ◗◗ La fiesta patronal es un momento único para celebrar nuestra vida de pueblo de Dios.

Los niños escriben las actividades que se realizan en la fiesta patronal de su comunidad. También anotan las actitudes que deben tener para celebrarla correctamente.

Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Durante la próxima fiesta patronal, practicaré las actitudes que he escrito en el recuadro. Así Cristo será el centro de la fiesta.

Celebramos ◗◗

Para la oración, leeremos un fragmento del Salmo 105,1-4.

Den gracias al Señor Den gracias al Señor, invoquen su nombre, publiquen entre los pueblos sus proezas, cántenle, toquen en su honor, proclamen sus maravillas, gloríense de su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor.

Recurran al Señor y a su poder, busquen su rostro sin descanso.

Guardo en mi corazón La fiesta patronal es una oportunidad para celebrar la fe en comunidad.

Para vivir en familia • Participaremos en las celebraciones litúrgicas de nuestra fiesta patronal pero sin olvidar lo más importante: nuestro Señor Jesús.

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El año litúrgico El dibujo aparece en la página 108 del libro del niño. Puede ser utilizado como recordatorio para los temas del Módulo 5 Celebramos en comunidad o en cualquier momento que el catequista considere oportuno. ◗◗ El catequista puede utilizar también este gráfico como mapa, para ir situando al niño en cada momento de este camino litúrgico. Puede fotocopiarlo en grande e ir colocando una banderita, en su lugar correspondiente, según el tiempo en que se encuentren a lo largo de la catequesis. ◗◗ Para trabajar con él en la sesión de catequesis, se pide a los alumnos que contemplen el dibujo e identifiquen los elementos que les llamen la atención: colores (los niños tienen el dibujo a color), letreros, símbolos… ◗◗ El catequista, a partir de las respuestas de los niños, ayuda a entender la ilustración con las siguientes claves: • A partir del “Triduo Pascual” (Semana Santa), como de su fuente de luz, el tiempo nuevo de Resurrección (Tiempo Pascual) llena todo el año litúrgico con su esplendor.

• El artista ha recogido los diferentes tiempos litúrgicos, y su gradualidad, como una pista de ascenso hacia la Pascua.

• También se señalan los colores litúrgicos correspondientes: morado (Adviento y Cuaresma), blanco (Navidad, Pascua, domingo de la Santísima Trinidad y Corpus Christi), rojo (Semana Santa y Pentecostés) y verde (Tiempo Ordinario). ◗◗

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módulo

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Celebramos en comunidad

En este módulo los niños…

• • •

Entenderán el sentido de las principales fiestas del año litúrgico.

Comprenderán la importancia de la solemnidad de la Virgen de Guadalupe.

Conocerán a Jesús como buen pastor, y confiarán en él como guía para su caminar cristiano.

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Adviento y Navidad: ¡Ven, Señor Jesús!

Objetivo: Que los niños conozcan el año litúrgico e identifiquen los tiempos de Adviento y Navidad, así como su importancia en la vida de los cristianos.

Toma en cuenta que… ◗◗

Hay que dejar claro a los niños que el Adviento nos prepara a la Navidad. Que, aunque puede parecer tiempo de gozo, por la celebración de las posadas, también es un tiempo de oración y reflexión.

◗◗

En el libro del niño viene una ilustración del año litúrgico, puede usarse para todos los temas de este bloque.

◗◗

Para la celebración hay que preparar: un pino pequeño y un cirio.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Is 9,1; Mc 1,2; Rm 13,11-14.

• CEC: 522-526, 1095.

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En tu presencia ◗◗

Iniciamos cantando Ven, ven, Señor no tardes.

Ven, ven, Señor, no tardes El mundo muere de frío, el alma perdió el calor; los hombres no son hermanos, al mundo le faltas tú.

Ven, ven, Señor, no tardes, ven, ven que te esperamos.

Ven, ven, Señor, no tardes, ven pronto, Señor.

Nuestra vida Tiempo y vida Nuestra vida está marcada por los días, las semanas, los meses y los años. Cada semana la comenzamos el domingo y la terminamos el sábado; cada año lo comenzamos el 1 de enero y lo terminamos el 31 de diciembre.

Dentro del año civil recordamos festividades especiales: nuestro cumpleaños, el día de las madres, el día del padre, el día del trabajo, el aniversario de la Independencia, etcétera. ◗◗

El catequista pregunta a los niños: −− ¿Por

qué es importante festejar momentos importantes como, por ejemplo, los cumpleaños? −− ¿Qué otras fechas importantes del año civil recuerdas?

Así como a lo largo del año civil festejamos acontecimientos importantes, en la Iglesia también tenemos un tiempo para celebrar el misterio de Cristo: el año litúrgico.

El año litúrgico es un conjunto de tiempos y de fiestas, caracterizadas por la memoria actualizada de los misterios de la vida de Cristo, al que se unen la conmemoración de la Virgen María y de los santos.

El centro de todo el año es Jesucristo: de Cristo parte la celebración y a él vuelve. Él es la clave para entender la Historia de la Salvación, desde la creación del mundo, hasta la consumación de esa historia (Ef 4, 13). Cristo es el centro y el protagonista de todo el año litúrgico. ◗◗

El catequista puede utilizar la ilustración del año litúrgico que viene en el libro del niño. Que los niños ubiquen los distintos tiempos, los colores y sus principales signos.

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Iluminamos la vida Iniciamos el año litúrgico Todo calendario tiene un inicio, el de los católicos inicia con el Adviento, preparación para celebrar el nacimiento del Salvador, es decir, la Navidad. ◗◗

Se lee el texto de Mateo 3,1-12 (en el libro del niño viene un fragmento).

Preparen el camino del Señor En aquellos días apareció Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea. Decía: “Conviértanse, porque está llegando el reino de los cielos”.

A él se refería el profeta Isaías cuando dijo: “Voz del que grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, nivelen sus senderos”.

Mateo 3,1-3 ◗◗

El catequista hace las siguientes preguntas: −− ¿De

qué nos habla la lectura? −− ¿Qué anunciaba Juan el Bautista?

El Adviento: estar preparados El tiempo de Adviento es la preparación para celebrar la encarnación, el nacimiento y la manifestación del Hijo de Dios.

La palabra Adviento significa llegada, es un tiempo de esperanza. Inicia cuatro semanas antes de Navidad, es decir, antes del nacimiento/cumpleaños de Jesús.

Cada domingo, durante este tiempo, en la misa se enciende una vela que está en una corona, a esta se le llama la corona de Adviento.

El Adviento nos prepara para la venida del Señor. La venida de Cristo al mundo se realiza en tres tiempos:

• Pasado: venida histórica, naciendo en Belén.

• Presente: venida sacramental, hoy.

• Futura: venida gloriosa en el final de los tiempos.

La Palabra de Dios nos habla de la segunda venida de Jesús al final de los tiempos; la primera venida fue en su nacimiento, en Belén. Por eso hay que estar preparados, listos y no “incompletos”.

Estar preparados es dar ayuda a los demás: ser buenos, caritativos, solidarios, respetuosos, estudiosos... Que compartamos lo que tenemos y pongamos toda la confianza en Jesús, nuestro mejor amigo.

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Dios con nosotros: la Navidad La Navidad es la prueba, repetida todos los años, de dos realidades formidables: que Dios está cerca de nosotros, y que nos ama.

La Navidad es el tiempo en el que la misericordia de Dios se reduplica sobre el mundo y sobre nuestras cabezas. Es como si, al darnos a su Hijo, nos amase el doble que de ordinario.

El mensaje en Navidad no puede ser otro que este: ¡Alegría, alegría, alegría! Por un Dios hermano nuestro, un Dios que se hace niño, un Dios indefenso, un Dios que los hombres nunca hubiéramos podido imaginar si él mismo no nos lo hubiera revelado.

Y si en Navidad descubrimos que Dios nos ama y que podemos amarle, podemos también descubrir cómo podemos amarnos los unos a los otros.

Para los cristianos este tiempo litúrgico supone:

• Volver a encontrarnos con el Señor en la humildad de una cuna.

• Adorar al Rey del Universo en un pobre pesebre.

• Pensar en las enseñanzas que se nos transmiten en ese Belén: ahí nadie se reserva nada, todo es sencillez y alegría.

Durante estos días, estamos llamados a una unión fraternal entre nosotros, especialmente en las familias, y a vivir actos de caridad con los más desfavorecidos.

Esto no tiene nada que ver con el bombardeo consumista al que nos someten los medios de comunicación.

Por eso, la mejor manera de celebrar la Navidad es dándonos cuenta de la importancia del nacimiento de Jesús, procurando que nazca también en nuestro corazón y acordándonos de los que están tristes o les falta amor, alimento, están enfermos, solos…

Los niños escriben tres acciones con las cuales se prepararán durante el Adviento.

Después ordenan las palabras y descubren tres verdades sobre la Navidad.

Solución.

1. Jesús nació en un portal de Belén.

2. Los ángeles anunciaron la Buena Noticia a los pastores.

3. En Navidad celebramos el nacimiento de Jesús.

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Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Todas las noches, antes de dormir, haré oración por todos los niños que no conocen a Jesús y, por lo tanto, no lo esperan.

Celebramos ◗◗

Con una mesa se prepara un pequeño altar, sobre él colocamos el pino y el cirio.

◗◗

Cada niño escribirá, en su catecismo, una petición para que Jesús venga a sus corazones, por ejemplo: Ven, Jesús, porque mucha gente en el mundo no te conoce.

◗◗

Una vez que han elaborado sus peticiones, los niños se colocan en círculo y las van leyendo en voz alta.

◗◗

Entonamos el canto: Ven, ven, Señor, no tardes.

◗◗

Terminamos con un Padrenuestro y un Avemaría.

Guardo en mi corazón En el Adviento nos preparamos para celebrar el nacimiento de Jesús.

La Navidad es la fiesta de Dios hecho hombre por amor.

Para vivir en familia • Como familia rezaremos cada domingo de Adviento, y prepararemos nuestro corazón para recibir a Jesús.

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La Cuaresma: tiempo de conversión

Objetivo: Que los niños comprendan que la Cuaresma es un tiempo de penitencia y conversión que nos prepara a la celebración más grande de los cristianos: la Pascua.

Toma en cuenta que… ◗◗

Hay que llevar un poco de ceniza a la clase. Los niños pueden tocarla para darse cuenta de la aspereza y de la incomodidad de traer el cuerpo cubierto de ceniza, como lo acostumbraban antiguamente. También nos servirá para tomar conciencia de que, al final de nuestra vida, nos convertiremos en polvo y que lo que cuenta para Dios son nuestras buenas obras.

◗◗

Si es posible, podemos mostrarles una estola o casulla morada, para recordar el color propio del tiempo y profundizar en el significado de la penitencia.

◗◗

También puede presentarse un bolillo y un vaso de agua, para recordar el ayuno que Jesús realizó y que la Iglesia también ha hecho para aprender a dominar los apetitos de la “carne”.

◗◗

Para la oración hay que preparar un cirio.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Dt 30,2; Jr 18,8; Mc 1,4.15.

• CEC: 504, 1095, 1438.

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En tu presencia ◗◗

Cantamos Una mirada de fe.

Una mirada de fe Una mirada de fe, una mirada de fe es la que puede salvar al pecador. (2)

Una mirada de amor, una mirada de amor, es la que puede salvar al pecador (2).

Y si tú miras a Cristo Jesús, él te perdonará.

Porque una mirada de fe es la que puede salvar al pecador.

Nuestra vida Un tiempo “diferente” ◗◗

El catequista inicia con la siguiente narración: Marisol está preparándose para su primera comunión. Le comentó a su catequista que, el año pasado, su mamá la llevó a la parroquia en un “miércoles de ceniza”, y se dio cuenta que las personas se acercaban para que les pusieran ceniza en la frente. Sin embargo, no entendió por qué les ponían ese “tizne” oscuro en forma de cruz.

También comentó que su familia le dijo que durante ese miércoles no se podía comer carne, y comieron sólo unos romeritos. Cuando preguntó por qué no comían carne, su mamá le explicó que se trataba de una tradición de la Iglesia y nada más.

Marisol estaba muy sorprendida de todo esto, aunque tampoco entendía el significado de tantos ritos.

◗◗

Después pregunta a los niños: −− ¿Sabes

por qué se pone la ceniza en la frente? ¿Te la han puesto a ti? −− ¿Por qué la gente en esa fecha no come carne? −− ¿De qué nos sirve acudir durante esos días a la iglesia?

La Cuaresma es un tiempo de preparación para celebrar la Pascua. Durante estos días hay ritos, un poco diferentes al resto del año, que nos ayudan a preparar nuestra alma y cuerpo para la gran fiesta de los cristianos.

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Iluminamos la vida Cuarenta días para prepararnos Jesús, antes de iniciar su ministerio, fue al desierto. Allí permaneció cuarenta días y nos dio ejemplo de fortaleza para vencer la tentación.

Estuvo en el desierto 40 días Jesús regresó del Jordán lleno del Espíritu Santo. El Espíritu lo condujo al desierto, donde el diablo lo puso a prueba durante cuarenta días. En todos esos días no comió nada y al final sintió hambre.

Lucas 4,1-2

Impulsado por el Espíritu Jesús estuvo cuarenta días en el desierto para fortalecerse interiormente a través de oración y ayuno, ahí el demonio le puso diversas tentaciones.

La Iglesia nos invita también, a semejanza de Jesús, a vivir cuarenta días de oración y ayuno para fortalecernos en el espíritu y vencer las tentaciones. A este tiempo la Iglesia le ha llamado: Cuaresma.

El cristiano es invitado a vivir estos días en actitud de contrición, es decir, aborreciendo el pecado, y de purificación, con la decisión de despojarse de la vestidura del pecado y revestirse de Cristo.

Es un tiempo para hacer un alto en el camino y, así como Jesús en el desierto: revisar nuestra vida, hacer nuestro desierto en silencio, y ref lexionar sobre la conveniencia de cambiar nuestra vida y enderezar el camino.

La Cuaresma inicia con el miércoles de ceniza. Ese día los cristianos se acercan y reciben la ceniza en la frente o la cabeza en forma de cruz, es un signo que nos recuerda la condición humana: nuestra fragilidad, nuestra muerte, pero también la humildad y la pertenencia que debemos tener Por este signo Dios nos hace una invitación a arrepentirnos y creer en el Evangelio, en Jesucristo.

El tiempo cuaresmal prepara a los fieles para celebrar el misterio pascual, por eso termina el Jueves Santo por la tarde, cuando inicia el Triduo Pascual.

Para vivir la Cuaresma La Cuaresma anuncia la gran misericordia del Padre que nos ofrece el perdón de nuestros pecados, y nos invita a regresar a su casa. Por eso es un tiempo de reconciliación con Dios y con el prójimo.

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En este tiempo cuaresmal se nos recomienda:

• Escuchar la Palabra de Dios.

• Hacer oración.

• Practicar el ayuno.

• Dar limosna a los necesitados.

• Sobre todo, realizar una conversión interior: cambiar el corazón.

Una sana tradición nos dice que no se come carne (de ningún tipo) los viernes de Cuaresma, a eso se le llama vigilia. Esto es una expresión del ayuno que la Iglesia práctica desde antiguo, y que tiene el propósito de privarnos de uno de los placeres de la vida, que es el comer. Además, con estas prácticas, ejercitamos nuestra capacidad de controlar los apetitos humanos y nuestra capacidad de compartir con los más necesitados.

La Cuaresma, como signo penitencial, se representa en la liturgia con el color morado. Durante este tiempo en el templo no hay muchas flores ni se hacen cantos tan alegres.

Los niños resuelven el crucigrama con las palabras referentes al tema de hoy.

Solución Horizontales 1. La Cuaresma es un tiempo que nos invita a la conversión .

2. A los cuarenta días de preparación para la Pascua los llamamos Cuaresma .

3. Jesús nos dice que en este tiempo podemos comunicarnos con Dios por medio de la oración.

Verticales 4. Iniciamos la Cuaresma con el miércoles de ceniza.

5. Con el ayuno nos privamos de algunos alimentos y lo ofrecemos por nuestros hermanos.

6. Aparte de la conversión es un tiempo de penitencia .

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Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Viviré los cuarenta días de la Cuaresma más atento a la Palabra de Dios y haciendo oración.

Celebramos ◗◗

Hay que explicar a los niños que la oración tendrá un sentido penitencial, donde nos reconoceremos como pecadores.

◗◗

En medio del grupo colocaremos un cirio encendido.

◗◗

El catequista dirige la oración, a cada petición los niños responden: Te rogamos, Señor.

Catequista: Papá Dios, nosotros tus hijos, queremos iniciar este santo tiempo de Cuaresma de la mejor manera. Por eso te pedimos que purifiques nuestro corazón arrepentido, y nos des el perdón que anhelamos. −− Que

la Cuaresma que estamos iniciando, nos fortalezca para vencer las tentaciones. −− Para que nos ayudes a practicar la oración y a entender tu Palabra. −− Que esta Cuaresma nos reconcilie con Dios y con nuestro prójimo. −− Que este tiempo de preparación para la Pascua, rinda buenos frutos. ◗◗

La oración termina con un Padrenuestro.

Guardo en mi corazón La Cuaresma me ofrece un tiempo de purificación, de conversión y de perdón.

Para vivir en familia • Comentaré con mi familia el significado de la Cuaresma, del miércoles de ceniza y de la abstinencia de carne.

• Nos comprometemos para hacer una obra de caridad durante este tiempo.

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Jesús vence a la muerte: el Triduo Pascual

Objetivo: Que los niños comprendan que el Triduo Pascual es la fiesta más importante que tenemos los cristianos, en la que Jesús nos invita a liberarnos del poder del pecado y de la muerte para resucitar con él a una vida nueva.

Toma en cuenta que… ◗◗

Para este encuentro, hay que motivar al niño para hacer un acto de entrega desinteresado.

◗◗

También hay que preparar: −− Una

venda o paliacate para que los niños se cubran los ojos. −− Un cirio pascual. −− Una vela por cada niño. −− Biblia.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Lc 22,19-20; Mt 27,45-50; Jn 20,1-9; Mt 28,1-15; Jn 20,21; 1 Cor 11,26; Éx 12,1-14.21-30; Hch 2,23-24.32.

• CEC: 606-609, 1169, 1337, 1340, 1085.

• SC: 106, 107.

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En tu presencia ◗◗

Iniciamos con el siguiente canto:

Hoy el Señor resucitó Hoy el Señor resucitó y de la muerte nos libró.

Porque esperó, Dios le libró y de la muerte lo sacó.

Alegría y paz hermanos, que el Señor resucitó.

El pueblo en él, vida encontró; la esclavitud ya terminó.

Nuestra vida Luz y oscuridad ◗◗

Pedir a los niños que se sienten cómodamente y taparles los ojos con los pañuelos.

Es importante que no se muevan y procuren relajarse el tiempo necesario.

◗◗

El catequista indica que va a encender el cirio. Lo enciende y después pregunta: −− ¿Pueden

sentir la luz en medio de la oscuridad y el silencio?

◗◗

Escucha con atención las respuestas. Después les pide que se quiten el pañuelo de los ojos.

◗◗

El catequista enciende su vela del cirio y comparte la luz con el que esté más próximo, quien hará lo mismo; así hasta que todos hayan encendido sus velas.

Después, pregunta: −− ¿Cómo

se sienten ahora?

A nadie le gusta vivir en la oscuridad. Es mejor cuando podemos disfrutar la luz y todo lo que ella nos permite ver. La luz no está hecha para ocultarse, sino para que brille e ilumine a los seres humanos.

Iluminamos la vida El Triduo Pascual ◗◗

El catequista pide a los niños que lean: Lucas 22,19-20; Mateo 26,45-50; Juan 20,1-9.

La palabra “Pascua”, del hebreo (pesáh) y del griego (pascha), en español significa “paso”, “salto”.

En el Antiguo Testamento, los judíos celebraban en la Pascua –y celebran en la actualidad– el paso por el Mar Rojo del pueblo hebreo hacia la liberación de la esclavitud.

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La Pascua, para nosotros los cristianos, es la fiesta más importante de todo el año, ya que en ella celebramos el paso de Jesús de la muerte a la vida: es la celebración de la resurrección de Jesús, y dura cincuenta días.

La Pascua de Cristo implica un cambio personal que nos lleve a una transformación social, es un proceso de liberación de toda esclavitud. El memorial de Cristo nos invita a no ajustarnos a los falsos valores como el poder, el dinero, la violencia; y a rebelarnos contra la injusticia para triunfar, como Cristo, sobre el pecado y la muerte.

La Pascua o Triduo Pascual no es un mero recuerdo de los últimos momentos de la vida de Cristo: es la celebración cristiana más importante porque nos redescubre la esencia del cristianismo, nos ayuda a recordar nuestra identidad y nuestra misión.

Se conoce como Triduo Pascual el tiempo comprendido desde la tarde del Jueves Santo hasta la madrugada del Domingo de Pascua. En estos días celebramos los tres grandes misterios de la redención: pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Para la Iglesia, la celebración del Triduo es prácticamente una sola celebración, como si fuera un solo día.

Jueves Santo Este día la Iglesia celebra la cena en que Jesús se quedó en la Eucaristía; transformó el pan en su cuerpo y el vino en su sangre y les dio a sus apóstoles la orden de hacerlo en adelante en memoria suya (sacramento del Orden sacerdotal). También en ese día se recuerda que Jesús les dio a sus discípulos el mandamiento del amor, y les lavó los pies como signo de que en la comunidad debemos estar dispuestos al servicio. Por la noche, la Iglesia agradece el gran don de la Eucaristía y el sacerdocio, haciendo una jornada de oración al santísimo sacramento.

Viernes Santo Este día está centrado en la cruz de Cristo, instrumento de muerte pero también de redención. Es el día que celebramos la pasión y muerte del Señor, por eso los elementos son austeros y giran en torno de la inmolación de Jesús. Nuestras comunidades meditan el viacrucis para recordar la pasión de Cristo, y en la tarde se celebran los oficios litúrgicos donde sobresalen: la lectura de la pasión, la adoración de la cruz y la sagrada comunión. Para nuestro pueblo este día es un día de dolor, representado por dos imágenes: el Nazareno y la Dolorosa.

Sábado Santo Este día la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y muerte, esperando su resurrección. En la tarde–noche celebramos la Vigilia Pascual.

La Vigilia Pascual, que es la más grande de todas las vigilias, consta de cuatro partes: • Liturgia de la luz. En ella se realiza la bendición del fuego nuevo, del cual se encenderá el cirio, símbolo de Cristo Resucitado. El sacerdote traza, con un punzón, una cruz sobre el cirio. Luego marca en la parte superior la letra alfa y en la inferior 190

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la omega, entre los brazos de la cruz marca las cifras del año en curso.

A continuación se proclama el Pregón Pascual.

• Liturgia de la Palabra. En ella la Iglesia, confiada en la Palabra y la promesa del Señor, recuerda las maravillas que desde los comienzos realizó Dios con su pueblo.

• Liturgia bautismal. Se hace la renovación de los compromisos bautismales y, en muchas ocasiones, se celebra el Bautismo de nuevos cristianos.

• Liturgia de la Eucaristía. La Vigilia culmina con la Eucaristía, ella da sentido a toda la fiesta. La Iglesia celebra el triunfo de Cristo; por ella, sacramento pascual, realiza Cristo nuestro paso de la muerte a la vida.

Los niños ordenan las imágenes según la secuencia de lo que se celebra durante el Triduo Pascual.

Solución: 4 y 1 (dibujos superiores).

3 y 2 (dibujos inferiores).

Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Asistiré a todas las celebraciones del Triduo Pascual para renovar mi fe en la resurrección de Cristo.

Celebramos ◗◗

Los niños se colocan alrededor del cirio pascual de la parroquia o capilla.

◗◗

Entonan el canto con el que se inició este encuentro.

◗◗

Mientras están cantando se les invita a encender su vela en el cirio pascual. Así expresamos que la luz de nuestra vida nos viene de Cristo resucitado.

◗◗

La oración concluye con el Padrenuestro.

Guardo en mi corazón El Triduo Pascual es el corazón del año litúrgico. No hay fiesta más importante que la Pascua de resurrección.

Para vivir en familia • Platica con tus papás del significado del Triduo Pascual.

• Asistan a las celebraciones del Triduo.

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¡Viva la Virgen de Guadalupe!

Objetivo: Que los niños, al conocer la historia de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, experimenten el amor y el afecto materno que ella nos expresa, no sólo a los mexicanos sino a todos los hombres del mundo.

Toma en cuenta que… ◗◗

Antes de la sesión, es importante que leas el relato de las apariciones de la Virgen de Guadalupe en el Nican Mopohua, para que la narración sea lo más fidedigna posible.

◗◗

Es conveniente llevar una imagen de la Virgen de Guadalupe.

◗◗

Para el momento de la oración hay que preparar: −− Una

veladora. −− Un f lorero. −− Una f lor para cada niño, si no es posible natural al menos de papel.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Lc 1,38; 46-55; Mt 19,2; Ap 12,1-18.

• CEC: 963-966, 973.

• Marialis cultus.

• LG: Capítulo 8.

• DGC: 196.

• DP: 287-291.

• Redemptoris mater.

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En tu presencia ◗◗

Iniciamos cantando La Guadalupana.

La Guadalupana Suplicante juntaba sus manos, (2) y eran mexicanos (3) su porte y su faz.

Desde el cielo una hermosa mañana, (2) la Guadalupana (3) bajó al Tepeyac. (2)

Su llegada lleno de alegría, (2) de luz y armonía (3) todo el Anáhuac.

Nuestra vida ¿No estoy yo aquí que soy tu madre? ◗◗

El catequista narra la siguiente síntesis del Nican Mopohua:

En el año de 1531, en México, caminaba un indito de nombre Juan Diego por la orilla del cerro del Tepeyac. De pronto oyó una dulce voz, volteó la cabeza y vio una bellísima señora que lo veía tiernamente, y le dijo: –Yo soy la siempre Virgen María, madre del verdadero Dios.

La Virgen le pidió a Juan Diego que fuera a ver al obispo Zumárraga para que en ese lugar le edificara un templo.

Varias veces se le apareció la Virgen de Guadalupe a Juan Diego cuando pasaba por el cerro para ir a misa. Juan Diego iba a misa todos los días y le decía al obispo lo que la Virgen le había pedido, pero éste no le creía a Juan Diego.

Un día se enfermó el tío de Juan Diego y fue a buscar un doctor, para no tardarse se fue por otro camino, pero la Virgen se le apareció y le dijo: –Juanito, Juan Dieguito, el más pequeño de mis hijos, no temas por la salud de tu tío que yo me encargaré de devolvérsela. ¿No estoy yo aquí que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra? Ve a recoger unas rosas y llévaselas al obispo, y dile que yo se las mando como señal.

Cuando Juan Diego estuvo frente al obispo. Extendió su tilma y, al caer las f lores, apareció la imagen de la Virgen grabada en la tilma de Juan Diego. En la Basílica de Guadalupe se encuentra esa tilma y viene gente de todo el mundo a platicar con la Virgen, y a agradecerle esa muestra de amor tan grande. ◗◗ Después, hace las siguientes preguntas: −− ¿Alguna

vez han ido a la Basílica de Guadalupe? −− ¿Cuál fue su experiencia?

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−− ¿Qué

fue lo que más les llamo la atención de las apariciones? −− ¿Tienen una imagen de la Virgen de Guadalupe en su casa?

La Virgen de Guadalupe se aparece a Juan Diego en el Tepeyac. Con eso nos da muestra del gran amor que Dios nos tiene: no ha querido dejar sólo al pueblo mexicano, sino que nos manda a María, para que nos cuide y nos guíe hacia Jesús.

Iluminamos la vida Una visita muy especial La Virgen María siempre nos ha dado muestra de amor y servicio. Ella, como portadora de Jesús en su vientre, visita a su prima Isabel. ¡Qué linda es nuestra Madre que siempre está atenta a lo que necesitamos! ◗◗

Se lee el texto de Lucas 1,39-48 (en el libro del niño aparece un fragmento).

María visita a Isabel Por aquellos días, María se puso en camino y fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y cuando Isabel oró el saludo de María, el niño saltó en su seno.

Lucas 1,39-41 ◗◗

A continuación, profundiza con las siguientes preguntas: −− ¿De

qué nos habla la lectura? −− ¿Qué fue lo que le dijo Isabel a María? −− ¿María que le respondió? −− ¿Qué relación hay entre las apariciones de la Virgen de Guadalupe y la cita bíblica?

Dios, para realizar su plan de salvación, preparó a una mujer, llenándola de gracias especiales para que fuera la Madre de Dios. Esta mujer fue María.

Dios envió al ángel Gabriel a la ciudad de Nazaret, para visitar a María. La saludó, llamándola “llena de gracia” y le expuso el plan de Dios: ella sería la Madre del salvador y concebiría por obra del Espíritu Santo, porque para Dios nada hay imposible. María aceptó de inmediato el plan de Dios.

Sabemos que Jesús, al terminar su misión en la cruz, la dio como madre al discípulo amado: “Ahí tienes a tu madre” (Jn 19,25-27). En este discípulo estamos representados todos los discípulos amados a lo largo del tiempo.

A través de la historia podemos ver cómo María siempre ha cumplido con la nueva misión que Jesús le dio al pie de la cruz. En distintos momentos se ha manifestado, haciendo mostrar su presencia y su voz para pedir al Pueblo de Dios que continúe siendo fiel a Dios, ejemplo: Fátima, Lourdes, etc. Es por eso que conocemos varias advocaciones de la Virgen María.

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◗◗

Preguntar a los niños qué advocaciones de la Virgen conocen.

Lo interesante de todos estos nombres, y sus diferentes imágenes, es que todas son la misma persona: María, y en cada una de estas apariciones o manifestaciones siempre ha traído un mensaje de amor.

El mensaje del Tepeyac Nosotros, como mexicanos, debemos sentirnos muy orgullosos, porque como escuchamos en la narración, la Virgen María, aquí en México, no sólo se apareció, sino que se quedó en la tilma de Juan Diego. Ya lo dijo el Papa Pablo VI, “Con ninguna nación obró así”. Por esto debemos conocer el mensaje que ella ha venido a traernos y al mismo tiempo dejarnos amar por ella.

Veamos algunos aspectos de su mensaje:

• La Madre de Dios viene para dar a conocer el Evangelio a sus hijos de este

continente, y para “mostrar y dar” a todos su “amor, y compasión, auxilio y defensa, pues yo soy vuestra piadosa madre”.

• Como prueba de su visita, la Virgen milagrosamente hizo que aparecieran preciosas rosas y, lo más importante, que su imagen quedara permanentemente en la tilma de Juan Diego.

• Durante cuatro días la Virgen se comunicó con Juan Diego, hablándole en su propia lengua: el náhuatl. La Virgen se comunicó de una forma en que la entendieran tanto los habitantes de estas tierras como los españoles.

• Al mismo tiempo, la Virgen trajo reconciliación entre los nativos y los españoles.

Ayudó a ambos pueblos a comprender que la fe cristiana no es propiedad de nadie, sino un don de amor para todos. Es decir, ella se mostró como Mediadora, no sólo entre Dios y los hombres, sino también entre los hombres y sus diferencias.

• Los misioneros tenían poco éxito a pesar de su intensa labor, en gran parte por el mal ejemplo de muchos que, llamándose cristianos, abusaban de los indígenas. Pero la Virgen de Guadalupe se presenta como mujer nativa, y les enseña que el regalo de la fe es para todos, sin distinción.

• Se presenta como la Santa e Inmaculada y Madre del único y verdadero Dios, por quien se vive.

• Pide que se le construya un templo donde ella misma será la que dé a conocer al Dios único y verdadero.

• La tilma de Juan Diego es como un gran catecismo donde podemos “leer” las grandes verdades de la fe. A los contemporáneos de Juan Diego les bastaba ver la tilma y entender todo el mensaje que ella trajo.

• La Virgen de Guadalupe continúa guiándonos hacia Jesús. Los milagros obtenidos por la Virgen son tan extraordinarios. Dios Todopoderoso se complace en derramar sus dones por medio de aquella a quien Él escogió para ser su Madre.

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El mensaje de la Virgen de Guadalupe es vigente en nuestros días y lo será en el futuro, porque es el mismo mensaje que Dios ha venido dándonos a través del tiempo.

Todo esto nos sorprende, pero sobre todo la solicitud que ella tiene en su mensaje al decirnos “¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?... Es tan importante que la conozcamos, para amarla y sentirnos amados por ella, ya que ella lo único que quiere es que nosotros hagamos lo que su Hijo nos dice (Jn 2, 5).

Los niños, siguiendo el código, descubren el mensaje oculto.

Solución YO SOY LA MADRE DEL VERDADERO DIOS POR QUIEN SE VIVE.

Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Conoceré cada día más el mensaje de la Virgen de Guadalupe, y visitaré alguna imagen suya para pedir por mi familia y por las necesidades de mi colonia.

Celebramos ◗◗

Se prepara un altar con la imagen de la Virgen de Guadalupe y un florero.

◗◗

A cada niño se le reparte una flor.

◗◗

Los niños se colocan alrededor de la imagen de la Virgen de Guadalupe.

◗◗

El Avemaría es la oración con la que saludamos a la Virgen: cada niño reza una y, después, deposita su f lor en el f lorero. Así entregaremos un ramo de f lores a la Virgen, por el gran amor que tuvo al visitarnos en la advocación de Guadalupe.

Guardo en mi corazón La Virgen de Guadalupe me dice siempre: “¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?”

Para vivir en familia • Llevo la flor, que ofrecí a la Virgen en la catequesis, a mi familia.

• La colocamos cerca de una imagen de la Virgen de Guadalupe, y le pedimos para que interceda por el bienestar de nuestra familia.

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Jesús, el buen pastor

Objetivo: Que los niños conozcan la misión de Jesús, buen pastor, el cual dio la vida por nosotros, ahora nos cuida a través de los pastores de la Iglesia (el Papa, los obispos, los sacerdotes) y sigue llamando a colaboradores para que conduzcan su rebaño.

Toma en cuenta que… ◗◗

Es recomendable que este encuentro se realice el IV domingo de Pascua, o dentro de una jornada de oración por las vocaciones.

◗◗

Para el Me comprometo hay que preparar tarjetas con la imagen del buen pastor al frente y una intención al reverso (por el Papa, los obispos, el párroco, los seminaristas, los padres de familia). Se entregará una a cada niño.

Textos para profundizar

• Sagrada Escritura: Jn 10,11-16; 1 Pe 5-4; Hch 20,28-29 Jn 21,15-18.

• CEC: 1546-1547.

• Pastores dabo vobis.

• LG: 28.

• DP: 231.

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En tu presencia ◗◗

Iniciamos proclamando el Salmo 23.

El Señor es mi pastor El Señor es mi pastor, nada me falta.

En prados de hierba fresca me hace descansar, me conduce junto a aguas tranquilas, y renueva mis fuerzas.

Me guía por la senda del bien, haciendo honor a su nombre.

Aunque pase por un valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú estás conmigo; tu vara y tu bastón me dan seguridad.

Me preparas un banquete para envidia de mis adversarios, perfumas con ungüento mi cabeza y mi copa está llena.

Tu amor y tu bondad me acompañan todos los días de mi vida; y habitaré por siempre en la casa del Señor.

Nuestra vida A que te robo una ovejita Iniciamos jugando “A que te robo una ovejita”.

1. El catequista será el pastor y algún niño será el lobo. Los demás niños serán las ovejitas.

2. Las ovejas se forman atrás del catequista, unidos todos por la cintura.

3. El lobo intentará robarle una oveja al pastor. Éste tratará de protegerla moviéndose de un lado a otro. Las ovejas no pueden soltar al pastor y se ocultarán detrás de él. ◗◗ Después, el catequista pregunta: ◗◗

−− ¿Se

sintieron protegidos por el pastor? actitudes debe tener un buen pastor? −− ¿Por qué las ovejas se sienten seguras si el pastor las cuida? −− ¿Conoces a algún pastor? ¿Cómo se comporta con su rebaño?

La misión del pastor es cuidar a sus ovejas y darles seguridad. Él busca lo mejor para que su rebaño pueda crecer fuerte y sano. Hoy hablaremos del mejor pastor de todos: Jesús, quien nos protege con amor infinito. −− ¿Qué

Iluminamos la vida Ser un buen pastor Hay pastores que, además de eso, son buenos pastores. Para lograrlo hay que conocer muy bien a las ovejas y que ellas lo conozcan a uno. Jesús nos conoce a nosotros, como el Padre lo conoce a él.

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Yo doy mi vida por las ovejas Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; no como el jornalero que ni es verdadero pastor ni propietario de las ovejas. El jornalero cuando ve venir al lobo, las abandona y huye. Y el lobo las arrebata y las dispersa. El jornalero se porta así, porque trabaja únicamente por el sueldo y no tiene interés por las ovejas. Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí; lo mismo que mi Padre me conoce a mí, yo lo conozco a él y doy mi vida por las ovejas.

Juan 10,11-15 ◗◗

El catequista profundiza con las siguientes preguntas: −− ¿Quién

es el buen pastor? ¿Qué hace? −− ¿Cómo cuida a sus ovejas? −− ¿Qué relación hay entre la lectura y la dinámica que hicimos al inicio del encuentro?

No cualquiera puede ser un buen pastor; para llegar a serlo se necesita: • Conocer a cada una de sus ovejas, no por grupo, sino individualmente.

• Ser fuerte, porque hay lobos que quieren comerse a las ovejas.

• Estar preparado para defender a sus ovejas, y ser valiente.

• Estar atento, porque por la noche pueden tratar de robar las ovejas.

• Poner atención, porque todas sus ovejas son diferentes.

• Ser paciente, ya que a unas ovejas les gusta perderse.

• Ser amable, porque las ovejas se enferman.

Jesús dice que él es el buen pastor y, en efecto, lo es. Él es modelo de pastor con todas las actitudes y aptitudes que se deben tener.

Jesús es el verdadero pastor, bueno y generoso, que conoce nuestros nombres, nuestras características personales, nuestra historia y que nos ama con un cariño único e irrepetible. Nos tiene paciencia, es atento, nunca nos abandona, y ha dado la vida por nosotros.

Cuando Jesús vivió entre nosotros, llamó a algunas personas para que fueran sus discípulos, y estuvieran con él. Los preparó para una misión específica: ir por el mundo y anunciar la Buena Noticia de la salvación.

Un día, Jesús le preguntó a Pedro: “¿Pedro, me quieres?” Y él le contestó: “Tú lo sabes todo, sabes que te quiero”. Entonces Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas” (Jn 21,1517). Así fue como Jesús dejó a sus apóstoles al frente de su rebaño, que es la Iglesia.

Los pastores de la Iglesia Ahora el Papa y los obispos, sucesores de los apóstoles, son quienes cuidan el rebaño de Cristo; los sacerdotes y diáconos colaboran con el obispo en esta gran tarea. Todos los pastores de la Iglesia continúan la misión de Jesús, el buen pastor.

Hoy, la Iglesia necesita de personas que quieran conducir el rebaño de Cristo, que lo alimenten, que lo defiendan del maligno, que lo curen, que lo apacienten. Es por ello que Jesús sigue llamando a personas de entre nosotros para que continúen su misión.

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Los jóvenes que han aceptado el llamado de Cristo se preparan en el seminario; allí aprenden todo lo necesario para llegar a ser un buen pastor como Jesucristo.

Ayudemos con nuestra oración. Pidamos a Dios que les permita llevar, con fidelidad y amor, el propósito de ser buenos pastores; que los jóvenes que sienten el llamado de Jesús no tengan miedo. El Señor nunca los defraudará: estará siempre con ellos y los convertirá en luz de las naciones.

Con base en lo aprendido en este encuentro, los niños completan las frases.

Solución 1. J esús dijo: Yo soy el buen pastor.

2. El buen pastor da la vida por sus ovejas.

3. Y o conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí.

Expresamos nuestra fe Me comprometo

• Pediré por la persona que viene indicada en mi tarjeta, para que Jesús le permita ser un buen pastor, como él.

Celebramos ◗◗ ◗◗

Oramos con la Oración por las vocaciones que está en la página 75 del libro del niño.

Concluimos cantando Tomado de la mano.

Tomado de la mano yo mi mano pondré en la suya e iré con él.

Yo te llevaré amigo, a un lugar conmigo donde el sol y las estrellas aun brillan más.

Tomado de la mano con Jesús yo voy, le sigo como oveja que encontró al pastor.

Tomado de la mano con Jesús yo voy a donde él va.

Si Jesús me dice: “Amigo, deja todo y ven conmigo”,

Guardo en mi corazón Jesús es el buen pastor: él me conoce y me guiará hacia la felicidad.

Para vivir en familia • Oraremos por los pastores de la Iglesia y por los muchachos que se forman en el seminario.

• Pediremos que, si algún hombre en mi familia siente el llamado a ser sacerdote, Dios le permita descubrir su llamado y entregar la vida por los demás.

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Los libros de la Biblia

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Oraciones para la vida cristiana vida dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.

A ti clamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora, abogada nuestra: Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, hijo bendito de tu vientre. ¡Oh clemente!, ¡Oh piadosa!, ¡Oh dulce Virgen María!

Ruega por nosotros, santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Amén.

Señal de la cruz Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.

En el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Padre nuestro Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Yo pecador Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.

Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor. Amén.

Ave María Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo.

Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén.

Acto de contrición Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, me pesa de todo corazón haber pecado, porque he merecido el infierno y he perdido el cielo; y sobre todo porque te ofendí a ti, que eres tan bueno, que tanto me amas y a quien yo quiero amar sobre todas las cosas.

Propongo firmemente, con tu gracia, enmendarme y alejarme de las ocasiones de pecar, confesarme y cumplir la penitencia, confío me perdonarás por tu infinita misericordia. Amén.

Gloria al Padre Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salve Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, 203

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Credo niceno–constantinopolitano Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato, padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.

Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados.

Espero en la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

Los diez mandamientos de la ley de Dios 1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.

2. No jurarás el nombre de Dios en vano.

3. Santificarás las fiestas.

4. Honrarás a tu padre y a tu madre.

5. No matarás.

6. No cometerás actos impuros.

7. No robarás.

8. No dirás falso testimonio ni mentirás.

9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.

10. No codiciarás los bienes ajenos.

Los cinco mandamientos de la Iglesia 1. Oír Misa entera todos los domingos y fiestas de guardar.

2. Confesar los pecados mortales al menos una vez al año, y en peligro de muerte, y si se ha de comulgar.

3. Comulgar al menos por Pascua de Resurrección.

4. Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia.

5. Ayudar a la Iglesia en sus necesidades.

Los sacramentos 1. Bautismo.

2. Confirmación.

3. Reconciliación o Penitencia.

4. Eucaristía.

5. Unción de los enfermos.

6. Orden sacerdotal.

7. Matrimonio.

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Bienaventurados los que trabajan

por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.

Bienaventurados los perseguidos

a causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados serán cuando losinjurien, los persigan y digan contra ustedes toda clase de calumnias por mi causa. Alégrense y regocíjense porque su recompensa será grande en el cielo.

Pasos para una buena confesión 1. Examen de conciencia.

2. Dolor de los pecados.

3. Propósito de enmienda.

4. Decir los pecados al sacerdote.

5. Cumplir la penitencia.

Las siete obras de misericordia espirituales 1. Enseñar al que no sabe.

2. Dar buen consejo al que lo necesita.

3. Corregir al que se equivoca.

4. Perdonar las injurias.

5. Consolar al triste.

6. Sufrir con paciencia los defectos de los demás.

7. Rogar a Dios por vivos y difuntos.

Las siete obras de misericordia corporales 1. Visitar y cuidar a los enfermos.

2. Dar de comer al hambriento.

3. Dar de beber al sediento 4. Dar posada al peregrino.

5. Vestir al desnudo.

6. Redimir al cautivo.

7. Enterrar a los muertos.

Los siete dones del Espíritu Santo 1. Sabiduría.

2. Entendimiento.

3. Consejo.

4. Fortaleza.

5. Ciencia.

6. Piedad.

7. Temor de Dios.

Los doce frutos del Espíritu Santo 1. Amor.

2. Alegría.

3. Paz. 4. Paciencia.

5. Longanimidad.

6. Bondad.

7. Benignidad.

8. Mansedumbre.

9. Fe. 10. Modestia.

11. Continencia.

12. Castidad.

Bienaventuranzas Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados los mansos, porque poseerán la tierra.

Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados.

Bienaventurados los que tienen hambre

y sed de justicia, porque serán saciados.

Bienaventurados los misericordiosos, porque alcanzarán misericordia.

Bienaventurados los limpios de corazón, porque verán a Dios.

Las tres virtudes teologales 1. Fe. 2. Esperanza.

3. Caridad.

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Las cuatro virtudes cardinales

Comunión espiritual

1. Prudencia.

2. Justicia.

3. Fortaleza.

4. Templanza.

Querido Jesús: Creo con todas mis fuerzas que eres el Pan de Vida, y que estás presente en la hostia consagrada.

Te pido humildemente que vengas a mi corazón y me ayudes a ser cada día mejor.

Perdona todas mis faltas.

Te entrego mi corazón para que sea cada vez más parecido al tuyo. Amén.

Los siete pecados capitales 1. Soberbia.

2. Avaricia.

3. Lujuria.

4. Ira. 5. Gula.

6. Envidia.

7. Pereza.

Al levantarse Gracias te doy, Señor, y alabo tu gran poder, pues con el alma y la vida me has dejado amanecer con salud.

Te suplico, me dejes anochecer y alabar los dulces nombres de Jesús, de María y de José.

Antes de comulgar Señor Jesucristo, que esta comunión de tu cuerpo y de tu sangre que me atrevo a recibir, no sea para mí, causa de condenación; sino que por tu piedad me aproveche para defensa del alma y cuerpo y como remedio saludable.

Amén.

Antes de dormir (Al ángel de la guarda) Ángel de mi guarda, mi dulce compañía: no me desampares, ni de noche, ni de día.

No me dejes solo, que me perdería.

Después de comulgar Alma de Cristo, santifícame.

Cuerpo de Cristo, sálvame.

Sangre de Cristo, embriágame.

Agua del costado de Cristo, lávame.

Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, buen Jesús! Óyeme.

Dentro de tus llagas, escóndeme.

No permitas que me separe de ti.

Del maligno enemigo, defiéndeme.

En la hora de mi muerte, llámame, Y mándame ir a ti, para que con tus santos te alabe por los siglos de los siglos. Amén.

Para bendecir los alimentos Bendícenos, Señor y bendice estos alimentos que por tu bondad vamos a recibir. También bendice las manos que los prepararon.

Da pan a los que tienen hambre, y hambre de ti a los que tenemos pan.

Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.

Amén.

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Índice

En misión, formando discípulos

3

Mi catecismo parroquial

4

Siglas de documentos del Magisterio

8

Módulo 1 Dios sale a nuestro encuentro

9

1. Comenzamos a conocernos

10

2. Dios está con nosotros

13

3. Dios se comunica conmigo: la Biblia

18 23

Módulo 2 Somos salvados en Jesús 4. Dios me ama

24

5. Cuando pecamos, rechazamos el amor de Dios

29

6. En Jesús, Dios nos salva

34

7. Llamados a la conversión

39

8. Jesús es el rey de mi vida

43

Celebración 1 Entrega del signo de la cruz

48

Módulo 3 Conocemos la Buena Noticia de Jesús

51

9. Jesús, la promesa anunciada por los profetas

52

10. Dios se hace uno de nosotros: encarnación e infancia de Jesús

56

11. El Bautismo de Jesús

63

12. Un gran tesoro: el reino de Dios

68

13. Caminos para la vida eterna: los mandamientos

72

14. Somos discípulos de Jesús

77

15. Jesús nos enseña a orar

82

207

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16. El Espíritu Santo, regalo de Dios

88

17. Todos somos Iglesia

92

18. El Bautismo: nacer a una nueva vida

97

19. La Confirmación: fortalecidos para predicar a Cristo

102

20. Los sacramentos de curación

107

21. Jesús se queda con nosotros: la Eucaristía

113

22. Los sacramentos de servicio

118

23. Somos misioneros

123

24. Los medios de comunicación

129

25. ¡Cuidemos el medio ambiente!

135

26. Caridad y compromiso social

141

27. Somos portadores de paz

147

Celebración 2 Entrega del símbolo de la fe

152

Módulo 4 Somos invitados a la mesa de Jesús

155

28. ¿Cómo confesarme?

156

29. Jesús, nuestro alimento

161

30. ¡Invitados al banquete! La misa

166

31. La fiesta patronal

172 177

Módulo 5 Celebramos en comunidad 32. Adviento y Navidad: ¡Ven, Señor Jesús!

178

33. La Cuaresma: tiempo de conversión

183

34. Jesús vence a la muerte: el Triduo Pascual

188

35. ¡Viva la Virgen de Guadalupe!

192

36. Jesús, el buen pastor

197

Los libros de la Biblia

201

Oraciones para la vida cristiana

203

208

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EUCARISTÍA

¡Conozcamos el mensaje de Jesús para ser sus discípulos misioneros!

Eucaristía

MI CATECISMO PARROQUIAL. Guía del catequista

El catecismo que tienes en tus manos es un valioso instrumento para conocer al mejor amigo que podemos tener: Jesús. Él ha sido enviado por el Padre para salvarnos y nos ha dado al Espíritu Santo.

Los catequistas tenemos la misión de guiar a los niños hacia Jesús, para que él les muestre lo grandioso del reino y de la vida en la Iglesia.

Así irán creciendo cada día más en la fe de la Iglesia, hasta encontrarse con el amor de Dios en los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía.

Mi catecismo parroquial

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Guía del catequista

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