
2 minute read
En la formación de públicos para el arte ¿Por qué fallamos?
Manuel Velázquez
¿Por qué cada día es más difícil convocar audiencias para una exposición, un concierto, un evento cultural? Vivimos en una época con mayores herramientas para convocar audiencias ¿por qué fallamos? Las respuestas que damos pasan por un conjunto de estrategias relacionadas con el marketing y la gestión cultural, la administración de recursos, la gestión de nuevos públicos y mercados, y decisiones emocionales, personales y de grupo. Pero ¿por qué fallamos?
1.- NO TENEMOS UN DIAGNÓSTICO ADECUADO, UN PLAN, UN PROGRAMA Y UNA SERIE DE ESTRATEGIAS
Cuando se realiza una exposición, un concierto o una presentación de un libro, no basta con el prestigio de la autora, o con la admiración que nosotros tengamos por el artista, ni siquiera por su importancia en la cultura local, hay que realizar un diagnóstico adecuado y realista, detectar las áreas de interés de las audiencias, las fechas adecuadas para su programación, las estrategias y la forma en que vamos a generar la comunicación, los recursos con los que contamos, en fin realizar un diagnóstico, un plan, un programa y una serie de estrategias. La cultura es multidimensional, es un bien, un derecho, pero también, un producto, un servicio y una experiencia. Hay que trabajar en esa diversidad de sentidos.
2.- NO CONOCEMOS LA CAUSA, EL OBJETIVO Queremos hacer una exposición, sin duda, pero ¿para qué? Nos gustaría hacer un concierto, evidentemente, pero ¿cuál es el motivo? Organizaremos una presentación de un libro, de acuerdo, pero ¿qué queremos lograr? Primero lo primero: saber dónde estamos parados, hacia dónde queremos ir y qué necesitamos para llegar. Si no sabemos cuál es nuestro destino, no existe brújula o mapa capaz de llevarnos allá. Primero definamos un plan, programas y estrategias, entre más específicas mejor: cuál es la finalidad (generar prestigio, generar recursos, informar, dar a conocer, mostrar un tema, una técnica, generar una tendencia en determinado campo o promover un nuevo estilo), ¿en qué momento alcanzamos el objetivo? ¿cómo lo medimos?, a qué tipo de audiencia queremos llegar y qué queremos mostrar.
3.- UNA VEZ DEFINIDO EL OBJETIVO, MANTENERSE FIRME Y PONERSE EN MARCHA
Si ya realizamos nuestro diagnóstico, ya tenemos un plan, sabemos a dónde queremos ir, hay que mantenerse firmes en el plan que hemos trazado y ponernos en marcha. Mantengamos la relación entre la visión y la misión para dirigirnos a la meta trazada– allí donde queremos estar -, algo que lograremos a través de la acción y gestión de estrategias ade- cuadas. Si ya sabemos cuál es nuestra causa, el objetivo, hay que desarrollar planes de marketing. Optar solo por unas pocas estrategias básicas, que serán las que contribuyan a la consecución de los objetivos de un modo más rápido. Alinear las estrategias con nuestros estándares profesionales. Recaudar fondos de apoyo, si es posible sin contraer deuda e identificar instituciones afines a nuestra causa. Vincular sectores diversos de la iniciativa pública y privada. Si seguimos pensando que la exposición es el motivo, el concierto es la causa - “el arte por el arte”-, y no pensamos en los públicos, nos darán la espalda. Hay que pensar en los públicos. Los públicos no son ignorantes, no están esperando que se les eduque, son activos, son participativos, son cocreadores, buscan experiencias nuevas, motivantes, aleccionadoras. No pensar en los públicos nos ha traído hasta acá, salas vacías, conciertos sin audiencias, presentaciones de libros con escasos amigos. Gastamos recursos por no tener planes, programas ni estrategias. Por no saber a dónde vamos.
No hay que tener miedo de equivocarse. Construir poco a poco. Llevar al público a dónde se desee. Calidad antes que cantidad. Innovar constantemente en sus estrategias y capacitarse día tras día y sobre todo no tener prisa.