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desaparición nuestro país
buscadoras participan son diversos. Valeria Cornejo y Andrés Hirsch, quienes integran la Comisión de Escuelas e Infancias Buscadoras dentro de la Brigada Nacional de Búsqueda, explicaron que no se trata solo de verlos en la búsqueda de campo con palas y picos buscando a sus seres queridos, sino que también tienen una visión diferente.
“Los niños, niñas, adolescentes y jóvenes participan en todas sus dimensiones, no solamente en los trabajos de búsqueda directa en campo o de búsqueda directa en vida -en donde desde hace algunos años hemos visto que se involucran en este tipo de ejercicios-, sino que también participan en todas las formas de búsqueda, en las marchas, en la expresión artística, con sus familias, e incluso en la asistencia de reuniones y asambleas”, dijo Hirsch.
La participación, coincide Redim, es de diversas formas que van desde la asistencia a protestas hasta sostener fotografías, coordinar esfuerzos por redes sociales, salir a los cerros con pico y pala tras de fosas clandestinas, entre otras. Quienes crecen entre ausencias encuentran así una forma de sentirse útiles, compartir espacios con sus familiares y sumar su esfuerzo.


El Impacto A Los Menores
Además de la incertidumbre y la angustia de no saber qué ha pasado con sus seres queridos, las niñas, niños y adolescentes también sufren otra ausencia.
Valeria Cornejo explicó que la búsqueda de los seres queridos también representa una ausencia más para los niños y niñas buscadoras, ya que las madres y padres, al estar enfocados en la búsqueda, no pueden brindarles la atención y el cuidado al cien por ciento. Estos menores viven una doble ausencia, que puede generar un impacto emocional y psicológico profundo y duradero.
“Es muy importante que se siga diciendo que las mujeres son las que cuidan, las que salen a buscar en su mayoría y eso conlleva a que muchas veces no puedan ejercer bien sus labores de búsqueda porque también están las labores de cuidado. Entonces, ¿cómo podemos generar las condiciones seguras y mayormente dignas para que las mujeres buscadoras puedan ejercer sus trabajos de búsqueda y que puedan estar seguras de que las personas que están a su cuidado, es decir, estas infancias, también estén seguras teniendo actividades de búsqueda?”, añadió.
“Cuando niñas y niños tienen que salir a buscar a sus seres queridos, ¿cómo garantizar sus derechos y considerarles de manera primordial en todas las medidas que les conciernen? Al necesitar la presencia de su madre, su padre o algún familiar, el vacío de la ausencia les convoca a participar en búsquedas que, al tiempo que es el ejercicio de un derecho, puede ser una fuente de afectación a varios de sus derechos”, destaca, por su parte, Redim en su informe.
Otro de los problemas y situaciones que enfrentan los menores es la falta de atención y asistencia psicosocial adecuada, ya que la pérdida de un ser querido es una situación traumática para cualquier persona, pero para los niños y niñas, que aún están en proceso de formación emocional y psicológica, puede ser especialmente difícil de sobrellevar.
“Es imperativo que el Estado mexicano, y la sociedad toda, voltee a mirar y escuchar lo que están viviendo y la profunda desatención en la que pueden quedar cuando la búsqueda se impone en las familias”, añade Redim, al destacar que es necesario escucharles, darles voz y entender el ejercicio de derechos y el interés superior de la niñez en el México de las desapariciones.

Valeria Cornejo de Brigadas de Búsqueda y Redim destacaron que otro grave problema que viven estas infancias es la deserción escolar.
“La desaparición se multiplica dentro de los hogares de México y se ahonda en las escuelas donde nadie habla de eso, escuelas del silencio. Son miles las infancias que crecen solas, a ratos abandonadas, pero además se sienten invisibles”, detalla Redim.
Cornejo narró a SinEmbargo que debido a que los padres están en la búsqueda o por la afectación persé de los niños, se retrasan en los estudios y esto les provoca afectaciones en su desarrollo académico o la deserción escolar.
Para Redim, es necesario y urgente que el Estado atienda la niñez en el contexto de la desaparición. Por ello, generó diversas recomendaciones, entre las cuales destaca la creación de lineamientos para la participación de niñas, niños y adolescentes en las operaciones de búsqueda de sus familiares, permitiendo su involucramiento de manera amigable, respetuosa de su interés superior y su derecho a la participación, y de forma acorde a su edad.
También considera que se debe incluir el tema de la desaparición de personas, y en particular de la situación y riesgos de niños, niñas y adolescentes, entre los contenidos que se imparten por parte de la Secretaría de Educación Pública. Además, se debe censar, contabilizar o realizar algún estudio estadístico para cuantificar numéricamente a niñas, niños y adolescentes con familiares desaparecidos, así como generar y difundir contenidos que permitan superar la estigmatización que sufren los adolescentes por parte de autoridades y sociedad. También es necesario sensibilizar acerca de las realidades que enfrentan los adolescentes desaparecidos.