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Jessi a Cruz

El poder dentro del rechazo de los mozarabic y spanglish-hablantes Jessica Cruz

La comunidad mozárabe en los medios del siglo IX, como la de los spanglish-hablantes en el siglo XXI encuentran su orgullo en la incomodidad, en el “inbetween” o cuando están “straddling the borders,” siempre buscando maneras de adaptarse a los dos colonizadores que los siguen silenciando violentamente y terminan descubriendo sus fuerzas en el rechazo completo de las dos instituciones que componen partes fundamentales de sus propias identidades (Anzaldúa, 79). Las huellas de este mestizaje profundo de lenguas se ven causadas por el poder del rechazo entre dos comunidades cuáles fueron intencionalmente olvidadas en dos siglos drásticamente distanciados, empezando con el Mozarabic en Córdoba y en el presente con el Spanglish, que en las obras de Anzaldúa se compone específicamente del Chicanx spanish. Menocal en “Mother Tongues” y Anzaldúa en su capítulo nombrado “How to tame a wild tongue” se enfocan en la importancia de encontrar el poder dentro del rechazo y utilizan este concepto para enfatizar la conexión íntima entre la lengua de una comunidad marginalizada a la fuerza eterna de la mujer. En “Mother Tongues” Menocal relaciona la función de la mujer a la lengua, como si el idioma también tuviera las mismas responsabilidades y deberes que la figura materna, incluyendo la

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necesidad de establecer una legacía lingüística, a mantener una identidad unificadora dentro de una comunidad mestiza y aculturarse continuamente a los cambios culturales que pudieran afectar futuras generaciones. Anzaldúa y Menocal en sus obras revelan que en realidad las figuras maternas están en control de lo más necesitado para sostener una sociedad, el sistema lingüístico que facilita la comunicación. Las dos autores demuestran cómo las mujeres son las que establecen el valor de una lengua y tienen la responsabilidad de perpetuar el mismo mecanismo que causa el entendimiento de esta manera de comunicación.

Ellas describen estas teorías con la misma retórica maternal que ayuda reforzar el poder y resistencia de las lenguas mestizas. Anzaldúa y Menocal ponen en duda el concepto establecido de que el idioma es una institución paternal. En “How to tame a wild tongue” Anzaldúa describe esta institución machista (que se puede categorizar dentro del mundo académico, gubernamental y religioso) como el “male discourse” y Menocal presenta esta feminización de la lengua con el uso de términos maternos como la necesidad de mantener, sostener y proteger el idioma, palabras casi siempre asociadas con la percepción social de la función de la mujer (Anzaldúa, 77). Menocal demuestra esta feminización cuando explica cómo la asimilación- específicamente el “Arabization” era el “passageway and access to an already extraordinary canon of works that, from the poetical to the philosophical, could nourish the intellectual and aesthetic hunger that in Hispania had not been fed, or fed well, for centuries” describiendo el movimiento lingüístico hacia el mestizaje de culturas con frases que involucran la alimentación intelectual de el individual (Menocal, 75). Menocal

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también comenta cómo el idioma “Mozoarabic” era uno que fue “alive and powerful enough to speak to God and to a man’s beloved” probando que hay una conexión íntima entre el idioma y la vida que históricamente ha sido dirigida a la figura materna, en el caso de la religión cristiana es evidente que la virgen tuvo esta relación sobrenatural con jesucristo y la humanidad. La figura materna es responsable de mantener un equilibrio entre el aprendimiento de el idioma, cultura, religión y los deberes relacionados con el “man’s beloved” (Menocal, 74). Las dos autores en sus obras descolonizan el pensamiento eurocéntrico que las instituciones solamente pueden ser y han sido dominados por los hombres en una manera que va a la raíz de la perpetuación de los mecanismos de poder que han mantenido la valorización de estos dominios opresivos. Menocal y Anzaldúa en sus estudios históricos/literarios cuestionan los pensamientos establecidos que el idioma es estático, usando varias metáforas que enfatizan su fluidez y propia intencionalidad (como teniendo un deseo innato de sobrevivir), acercándose a lo realistico y representando a el idioma como si tuviera su propia vida. El nacimiento del Mozarabic y el Chicanx-spanglish fue profundamente interconectado con el clima político y religioso en sus contextos específicos. En Córdoba, el año 855 marcó un siglo que Abd al-Rahman llegó a la ciudad y transformó cada aspecto de la vida social, cultural visual y religiosa empezando con la expansión de la comunidad musulmana en el territorio (Menocal, 67). La mezcla de lenguas, culturas, estilos arquitectónicos y tradiciones religiosas causó la proliferación de cienes de jóvenes convertidos y generaciones nuevas de relaciones “mozarabics.”

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Durante la colonización en las Américas, esta asimilación de cultura y religión fue recibidas por las comunidades indígenas violentamente. En particular, la comunidad Chicanx fue desposada de sus tierras, culturas y idiomas por los colonizadores imperialistas incluyendo el gobierno de los Estados Unidos y Canadá. Las comunidades de mexicanos que se mantuvieron en estos territorios robados por los estadounidenses siguen intentando a sobrevivir en un país que lo categoriza como indeseable y a la misma vez son rechazados por su nación nativa. Estas dos historias intencionalmente olvidadas por los archivos de poder solamente alcanzan la superficie de sus complejidades culturales pero siguen siendo importantes para explicar la fundación de las identidades de los mozarabic-hablantes y los Chicanx spanglish-hablantes. La creación de estos idiomas mestizos ocurrieron en los márgenes de la sociedad, en los sitios más íntimos y distanciados; el espacio doméstico. En el capítulo “Mother Tongues” Menocal manifesta este concepto del nacimiento del mestizaje en la esfera privada cuando explica la manera que el Latín empezó a desaparecer en los cuentos de “nursery,” indicando que los idiomas se adaptan desde el tiempo de la infancia y que termina ocurriendo en el lugar más olvidado durante los regímenes imperialistas/expansionistas (Menocal, 76). Lo más fundamental de la identidad Mozarabic, el nombre que los representan, fue construido por un “core group of radical rejectionists who detested the combination of religious and cultural conventions they perceived to be disastrous for their community and its future” y esta comunidad fue rechazada por las dos instituciones religiosas como “wanna-be Arabs” (convirtiéndose un “derogatory epithet”) y fueron considerados una contaminación en un lado por la religión musul-

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mana y en el otro caso una manipulación de las creencias cristianas dentro del contexto del imperio poderoso (Menocal, 75). El autor mencionado por Menocal como Alvarus representa la violencia literaria en contra la comunidad Mozarabic, en que las pocas instituciones cristianas permitieron la publicación de un libro lleno de “attacks against the traitors” no solamente en la comunidad “anti-Arabization” pero dentro de la jerarquía cristiana y como consecuencia se normalizo un abandono completo de las leyes que han mantenido las creencias del cristianismo desde su creación (Menocal, 69). La violencia perpetua en Córdoba causada por este mestizaje de lengua, religión y cultura es la razón principal por la cual vemos el desarrollo de el “Arabization” en los espacios más privados y domésticos dentro de la sociedad, la casa que era dominada por la figura materna. El Chicanx-spanglish nació de las relaciones abusivas entre el capitalismo y expansión explotadora, Anzaldúa describe esta mezcla como “a patois, a forked language, a variation of two languages” y incluye un énfasis en esta división hasta llegando a su materialidad cuando incluye “forked” como si sus identidades están montadas en el medio de lo que literalmente separa el colonizador y la comunidad vencida (Anzaldúa, 77).

Anzaldúa y Menocal prestan mucha atención a la importancia de la figura maternal en el mantenimiento de una idioma mestiza. Empezando con los términos utilizados para describir la lengua nativa, “mother tongue” y el enfoque hacia las generaciones futuras de Mozarabic en Córdoba en 855 y la comunidad Chicanx en los Estados Unidos en el siglo XXI, ellas presentan la dependencia de estas culturas asociadas con las lenguas mestizas directamente a la función de la mujer.

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Menocal representa esta feminización del idioma cuando se refiere a la desaparición del Latín en la frase siguiente “while Latin was disappearing even among the Christians, it’s Mozarabic daughter and heir thrives as the language of the nurseries, passed on generation after generation by name Cordobán mothers” y como resultado establece la responsabilidad de las figuras maternas en la sociedad de cargar el “peso ancestral” como describe el poeta argentina Alfonsina Storni de la historia, de las memorias de sus invasiones, y el trauma de los rastros de la colonización (Menocal, 77). Hasta en la representación de la lengua y generación que es resistente a estas colonizaciones violentas “Mozarabic daughter and heir” se caracterizada como una niña y a la misma vez esta frase va en contra de las leyes establecidas de la institución de la legacía social/económica y su relación con el hombre en la familia (Menocal 78). Esta declaración presenta la herencia viva de un idioma y su importancia maternal que permite la posibilidad de sobrevivir durante varias generaciones. Menocal en “Mother Tongues” destaca estas responsabilidades cuando relaciona el futuro de estas identidades mestizas con frases conectadas con los deberes domésticos como “could nourish the intellectual and aesthetic hunger” y también la necesidad de proteger esta transculturación dentro de una comunidad que se mantiene silenciada por causa de su potencial poderoso (Menocal, 75). Menocal describe el proceso complejo de intentar a nombrar un idioma mestiza declarando que “lovingly, we call the languages we grow up speaking ‘mother tongues’ since we learn them not from the books or schools but from the society of women who raise us” en esta oración la autora llega a lo más profundo de nuestro ser y la relación directa entre la figura

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materna que nos da vida y también la posibilidad de comunicarnos con el resto del mundo (Menocal, 76). El impacto de la mujer en cada vida no se puede borrar, esta imprimido en nuestra piel, cada respiro y hasta en las maneras en la cual los expresamos cuando hablamos de nuestras identidades. Menocal en su análisis del mantenimiento de estas idiomas mestizas incluye a la figura materna como el centro de estas herramientas de poder rechazado y en las varias adaptaciones de Mozarabic nunca olvida de enfatizar la dependencia del idioma a la mujer que lo ha mantenido vivo entre generaciones y poderoso dentro de una historia silenciada. La presencia de la mujer nunca permite el silencio completo de estas lenguas mestizas, sus propios cuerpos maternos van formando parte en la resistencia hacia estos idiomas estáticas impuestos por instituciones paternalistas. Anzaldúa expresa estas frustraciones sobre la paternidad de la lengua con la frase “we are robbed of our female being by the masculine plural. Language is a male discourse.” Menocal menciona este “male discourse” con la inclusión de las teorías de Paul Alvarus, la figura que representa el archivo de poder machista y el que legitimiza los sistemas lingüísticos (Menocal, 66). Anzaldúa en “How to tame a wild tongue” menciona como los Chicanx-spanglish hablantes son “huérfanos- we speak an orphan language” también enfatizando esta dependencia a la figura materna para proteger y criar a el idioma. Esta feminización de idioma se manifesta en la manera que las autores representan el mestizaje como algo sobrenatural, afuera de la realidad en la cual las obras lo manipulan para usar la retórica de estas instituciones con intenciones de reforzar el poder materno de resistir la asimilación lingüística.

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Anzaldúa lo describe como un “linguistic nightmare” y ilustra estas idiomas como “tongues of fire that are culturally crucified” para revelar la violencia silenciosa de estas instituciones que intentan callar el poder casi sobrenatural que tiene la mujer cuando ayuda reproducir la importancia de un idioma mestiza (Anzaldúa, 78).

Menocal presenta la humanización del idioma cuando explica “those mother tongues..has been changing inexorably, through still with little consciousness and little need of such consciousness..” En esta frase ella destaca que el idioma es como parte de la naturaleza, una elemento vivo que cambia, se adapta, y tiene un deseo innato “with little consciousness” a sobrevivir (Menocal, 77). El idioma también tiene un miedo del olvido, adaptándose gradualmente dentro de los rincones más ocultos de la sociedad (domésticos/ conectados a la mujer) sin el esfuerzo introspectivo del ser humano para continuar implantando sus rastros en las identidades de futuras descendencias. El primer párrafo de “How to tame a wild tongue” empieza con una metáfora relacionada con la lengua mestiza, una oración menciona “my tongue keeps pushing out wads of cotton, pushing back the drills, the long thin needles,” en esta frase ella conecta la resistencia de las comunidades mestizas con una descripción que contiene características humanas del idioma. (75)

Anzaldúa sigue con una frase que describe los pensamientos del dentista narrando “I’ve never seen anything as strong or as stubborn” y después el lector tiene un momento donde puede ver sus pensamientos cuando se pregunta “And I think, how do you tame a wild tongue, train it to be quiet, how do you bridle and saddle it?

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How do you make it lie down?” (Anzaldúa,75). La inclusión de sus pensamientos y contradicciones íntimos actúan como una resistencia a las instituciones que la siguen oprimiendo y el dentista es una metáfora que representa los sistemas eurocéntricas opresivas que han intentado a silenciar su existencia. Anzaldúa narra el desarrollo del rechazo de su lengua materna con varios cuentos de su niñez y repite lo que sus padres le recitaban que fue traducido a “Poncho, cultural traitor, you’re speaking the oppressor’s language by speaking English, you’re ruining the Spanish language” esta frase define la de el idioma mestiza un aspecto que se puede relacionar directamente a las frustraciones de las generaciones de Mozarabic (Anzaldúa, 77). La misma frustración es presente en el texto de Menocal cuando ella explica el nacimiento de la palabra “Mozarab” cual fue creada con intenciones derogatorias y fueron perpetradas por los cristianos que sentían que su idea de “superioridad” estaba en peligro con el poder del mestizaje lingüístico y religioso. El contexto violento del uso de la palabra por la comunidad cristiana conservadora y también el imperio musulmán demuestra la frustración existencial de el la comunidad Mozárabe de no ser considerados legítimos o aceptados por las dos culturas que constituye lo más fundamental de sus identidades, el idioma que usan para comunicarse dentro de la sociedad y la religión que legitimiza sus creencias religiosas y razones para vivir. (Menocal) Las caracterizaciones hechas por Menocal y Anzaldúa de la comunidad Mozarabic y Chicanx relatan las varias formas en que los idiomas mestizas se adaptan y intentan a movilizarse para sobrevivir la posibilidad del olvido. Este deseo innato a resistir el acto violento de silenciar sus identidades

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se nota en la dependencia del idioma a la figura materna y la necesidad de mantenerse en el espacio más privado y que a la misma vez fundamental para la formación de la identidad unificada de una comunidad que en el caso de Menocal y Anzaldúa nace del rechazo y la incomodidad.

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