10 minute read

A fondo

Pensamos que son muchos más de los que en realidad son y que son los que nos quitan los recursos públicos, de manera especial, en situaciones de crisis como la que hemos vivido y de la que aún no hemos salido. En época de vacas gordas nadie se daba cuenta de los beneficios que aportaban los migrantes que venían de cualquier parte del mundo. En momentos de crisis aparece una cierta xenofobia hacia aquellos que quieren vivir entre nosotros y surgen una serie de mitos xenófobos que desde Hospitalidad.es (organización del Sector Social de la Compañía de Jesús) intenta lanzar una campaña desmontando esos mitos. Uno de esos mitos es: "España no puede absorber a millones de africanos". Según datos tomados de ACNUR, desde 2005 han llegado a España por canales irregulares 221.190 personas. Ni son millones, ni son solo africanos: menos del 12 por ciento de la población extranjera en España es de origen africano. Otro mito que estamos oyendo es "hay llegadas masivas". En 2015 la UE recibió a más de un millón de personas. A 15 de julio de 2018 la cifra estaba en 63.000. En España, había llegado un migrante o refugiados por cada 2.000 personas. "No podemos dar papeles a todos" se oye decir. Ante esta frase podemos decir que durante 2017 se repatriaron diariamente a 26 personas, como media. Hay que añadir para rebatir el "papeles para todos" que dos tercios de las solicitudes de asilo fueron denegadas. Otro mito escuchado es "hay un efecto llamada". Creemos que es falso porque el cierre de otras rutas mediterráneas por Libia, Italia, Turquía y Grecia hace que se trasladen las vías de acceso a Europa. Según Hospitalidad.es no hay "efecto llamada", sino "efecto expulsión" de millones de personas que huyen de una situación de violencia y pobreza buscando un futuro mejor. También se suele decir: "Nos vienen a invadir" algo totalmente alejado de la realidad porque según Eurostat en Europa hay una persona migrante por cada 100.000 habitantes. Esta situación no se puede comparar con los países de Líbano o Jordania que acogen generosamente cerca de dos millones de ciudadanos sirios. Por último, se oye también decir: "son un gasto para España". Otra mentira que tenemos que destapar porque según el Centro Nacional de Investigación Científica

(CNRS) su influencia es positiva. El diario El País del 20 de junio de 2018 señalaba que cuando la tasa de inmigrantes sube un punto, el PIB per cápita mejora en los cuatro años siguientes, llegando a una subida del 0,32 por ciento en el segundo año de su llegada. Aunque nos cueste reconocerlo, hay otros efectos positivos de la inmigración que repercuten en el ingreso de impuestos. Esto supone que tanto migrantes como refugiados son causa directa de una mejora en la economía europea. El informe "Antinmigración. El auge de la xenofobia populista en Europa" nos recuerda que el discurso antinmigración es proteccionista, identitario y alarmista. Proteccionista porque nos hablan del agotamiento de nuestro sistema de protección y de que nos roban los empleos. Identitario porque destruyen nuestros valores y cultura. Alarmista porque nos identifican a los terroristas con los inmigrantes. Todo esto supone contaminar a la población y a los partidos políticos para una defensa de los derechos fundamentales de toda persona. Lo que decía Isaías hace ya treinta siglos es una triste realidad que debemos cambiar por ojos para ver, oídos para escuchar, boca para denunciar y pies para socorrer e ir en ayuda de todas estas personas que tienen los mismos derechos que nosotros para vivir con dignidad.

Advertisement

150 años de Jo March

POR SEVE

UNO DE LOS PERSONAJES que viven conmigo desde hace más tiempo es Jo March; perdón ,la señorita Josephine March, que es su nombre en el registro de su familia y es el nombre que ella odia. Para las amigas será siempre Jo .Y Jo también soy yo. "- Jo, has pasado ya la edad en que se hacen gracias de chico. No importaban cuando eras pequeña, pero ahora que eres tan alta y llevas el pelo recogido no deberías olvidar que eres una señorita y comportarte como tal. - ¡No lo soy! Y si por recogerme el pelo me convierto en una señorita, me haré trenzas hasta que cumpla veinte añosexclamó Jo, arrancándose la redecilla y sacudiendo su cabellera de color castaño. Detesto pensar que debo crecer y ser la "señorita March" y llevar faldas largas. Ya es bastante desagradable ser chica, cuando lo que me gustan son las maneras, los juegos y los modales de los chicos. No puedo conformarme con haber nacido mujer, y ahora más que nunca, pues quisiera luchar al lado de papá y sin embargo me veo obligada a permanecer en casa haciendo calceta como una vieja." Jo es una de las cuatro hermanas que protagonizan "Mujercitas", la novela de Louisa May Alcott, de cuya publicación en 1868 se cumplen ahora 150 años. Las malas lenguas dicen que es un libro de chicas, pero en mi casa lo leímos los cinco hermanos. Meg, Jo, Amy y Beth me acompañaron muchas tardes, porque las aficionadas a la lectura, cuando no tenemos libro nuevo, releemos los viejos con el mismo placer que la primera vez; pero la que se quedó conmigo para siempre fue Jo. Jo no era dulce, no era simpática, no controlaba su mal genio, no aceptaba las normas sociales que gobernaban el comportamiento de las chicas; tampoco era guapa, su única belleza era "su larga y abundante cabellera castaña", en palabras de la gruñona tía March. No le preocupaban los vestidos, ni los sombreros, ni las visitas, ni los enamorados. A Jo le gustaba leer y, sobre todo, le gustaba escribir. Escribía historias rocambolescas llenas de héroes y desafíos, las convertía en obras de teatro y las representaba con sus hermanas. Con el paso de los años vemos a Jo crecer, interesarse por los chicos, escribir y publicar sus obras, ser una mujer independiente que se gana la vida sin, por ello, renunciar a casarse (entonces había que casarse y no estaba bien visto el divorcio). Y, por encima de todo, la vemos convertida en una persona valiente y generosa que no duda en renunciar a su cabellera, su único atributo de belleza, para conseguir un poco de dinero para la familia. La vemos perder su sueño de viajar a Europa con la tía Carroll, que prefiere llevar a su hermana Amy, mucho más dulce y femenina, y más agradable como compañera de viaje. La vemos acertar y equivocarse y vemos como sus aciertos y sus equivocaciones la hacen crecer. Lloramos, lloré, y reímos, reí, mucho con ella. Desde la distancia, la contemplo ahora con cariño y agradecimiento, pues fue mucho lo que me dio, y también con ternura, porque a través de ella también contemplo y perdono los aciertos y equivocaciones de la niña que fui. Gracias, Jo March.

Cuando lo monstruoso lo creamos nosotros mismos

POR MAITE

¡Despiadado creador! Me has dado sentimientos y pasiones, pero me has abandonado al desprecio y al asco de la humanidad.

A MI EDAD Y YA peinando canas he descubierto al monstruo de Frankestein y tengo que confesar que me ha cautivado. A principios de este verano fui a ver la película de Mary Shelley que contaba la historia de esta narradora, filósofa y biógrafa británica reconocida por ser la autora de la novela Frankestein o el moderno Prometeo. Su marido fue el poeta y filósofo Percy Bysshe Shelley. Mary fue una mujer luchadora y no se conformó con seguir las normas establecidas en la Inglaterra del siglo XIX. Huye con el poeta pues él estaba casado, haciéndole frente a la sociedad de ese momento e incluso a su familia. Su propia vida familiar no fue nada fácil. Socialmente fueron rechazados, pasaron penurias económicas y se les murieron tres de los cuatro hijos. En 1816 pasan un verano en Ginebra y allí concibe su principal obra Frankestein o el moderno Prometeo. A mediados del siglo XIX vuelve a Inglaterra tras la muerte de su marido. Siguió escribiendo y murió joven de un tumor cerebral. Siempre fue una mujer activa social y políticamente y hasta el final de su vida mantuvo la idea de que la cooperación y la compasión particularmente las practicadas por las mujeres eran la forma mejor para reformar la sociedad. Y es este sentimiento el de la compasión, el que rige gran parte de su novela, de su Frankestein, y el que a mí me cautivó y me hizo descubrir una historia que yo tenía catalogada como menor, de monstruos y muertes. Ciertamente la obra sugiere mucho más que una obra de terror. Solo el título nos pone ya sobre aviso. Frankestein o el moderno Prometeo. En la mitología griega, Prometeo era un Titán amigo de los hombres que robó el fuego de los dioses para dárselo a los hombres y que pudieran

calentarse pero Zeus castiga terriblemente este atrevimiento, esta sublevación haciendo que lo llevaran al Cáucaso, donde fue encadenado y enviando a un águila para que se comiera el hígado de Prometeo. Siendo éste inmortal, su hígado volvía a crecer cada noche, y el águila volvía a comérselo cada día. Este castigo había de durar para siempre, pero Heracles pasó por el lugar de cautiverio de Prometeo y lo liberó disparando una flecha al águila. Prometeo fue así liberado, aunque tuvo que llevar con él un anillo unido a un trozo de la roca a la que fue encadenado. ¿Por qué entonces esta asimilación, este emparejamiento entre Frankestein y Prometeo? En principio Víctor Frankenstein no roba nada a los dioses,

o igual sí. En su afán científico Frankenstein intenta crear vida haciendo frente al único que tiene esa potestad, Dios. Se subleva se siente con fuerza para emular a Dios y así forma una criatura con restos humanos, pero viendo el resultado monstruoso que obtiene le abandona y huye. Y este es el comienzo de la tragedia. Es un libro apasionante en el que se plantea la bondad o maldad de los hombres en base a lo que reciben de los otros, de sus semejantes, de lo que la sociedad les da. El monstruo no sabe nada, ni hablar ni pensar, nada y poco a poco va viendo y aprendiendo. El no se esconde pero su simple visión hace que los demás huyan despavoridos. Eso y la mala fortuna hacen que empiece, sin querer, a provocar accidentes mortales. "Yo era afectuoso y bueno; la desgracia me ha convertido en un demonio. Hazme nuevamente feliz y volveré a ser virtuoso." Es emocionante como esta descrito el proceso que tiene la criatura de aprendizaje del bien, del amor a través de una

familia a la que observa, escondido, y a la que hace varios favores pero que cuando lo descubren huyen aterrorizados. Entonces el monstruo decide ir a ver a su creador y decirle que él no quiere hacer daño pero que puesto que él lo ha creado es responsable de él. Le propone que cree otra criatura como él pero mujer y le promete huir donde nadie les pueda ver. Reclama su derecho a ser feliz, a amar. Frankestein accede en un principio pero al final se niega y entonces el monstruo le amenaza con matar a todos sus seres queridos, amenaza que cumple. Y el final ni lo esbozo para que quede la intriga de cómo acaba esta hermosa novela de una mujer desconocida para el gran público que gracias al cine se ha reivindicado. La novela sugiere temas tan importantes como la responsabilidad de nuestros actos y sobre todo la necesidad de sentirte amado y la de amar. Cuantos casos de violencia o de actos contra la sociedad tienen detrás la falta de amor, la falta de compasión.

El libro...

En el verano de 1816, el poeta Percy B. Shelley y su esposa Mary se reunieron con Lord Byron y su médico en una villa a orillas del lago Leman. A instancias de Lord Byron y para animar una velada tormentosa, decidieron que cada uno inventaría una historia de fantasmas. La más callada y reservada, Mary Shelley, dio vida así a quien sería su personaje más famoso: el doctor Frankenstein. Al cabo de un año completaría la novela. La historia es de todos conocida: un científico decide crear una criatura con vida propia a la que luego rechaza. Metáfora sobre la vida, la libertad y el amor, Frankenstein o el moderno Prometeo es una maravillosa fábula con todos los ingredientes de los grandes mitos, un gran clásico querecuperó hace unos años la editorial Random House.

M ARY SHELLEY: FRANKENSTEIN O EL MODERNO PROMETEO. 338 PÁGINAS. 18