Prácticas funerarias Prácticas funerarias Los taínos practicaron varios ritos funerarios. Al creer en la
sidía la esencia del ser. Esto conllevaba la conservación de las
existencia de una vida después de la muerte, enterraban a los
calaveras en una cesta dentro de la vivienda con la intención
muertos colocando junto a ellos sus más preciados objetos
de honrar la memoria de un antepasado importante para los
de uso personal, al igual que comida y bebida, para que los
clanes.336 Así lo señala Las Casas al comentar en su Historia de
acompañaran en su viaje al más allá. Si quien moría era un
Indias el Diario de Colón:
cacique, en algunas regiones se acostumbraba a enterrar viva, junto a él, a su esposa principal. Como sucedió con Bohechío,
Dice también el Almirante, que ciertos marineros hallaron en casa de aquel pueblo o de otro allí, una cabeza de hombre dentro en
que fue sepultado junto a su esposa Guanahattabenechena
un cestillo cubierto con otro cestillo y colgado de un poste de
y dos de sus esposas secundarias.
la casa, y de la misma manera otra en otra población. Creyó el
332
El cronista Gonzalo Fer-
nández de Oviedo refiere que, como parte del ritual funerario
Almirante que debía ser de algunos principales del linaje […].337
de los caciques, a la mujer sometida a tal sacrificio se la denominaba Atheveane Nequen.333
Además de conservar los cráneos en los bohíos, también los empleaban para confeccionar la cabeza de los cemíes de algodón, dedicados al culto de los ancestros, lo cual es una cla-
personajes notables su cuerpo se sujetaba con vendas de al-
ra demostración de sus creencias animistas ya que invocaban
godón. Luego se enterraba sentado o acuclillado en un dúho
las fuerzas de los espíritus por medio de la conservación de
dentro de una bóveda construida con leños que hacía las ve-
los huesos.338
ces de cámara funeraria. Mientras, los miembros de la aldea rememoraban en los areitos sus hazañas guerreras y otros hechos sobresalientes de su vida.334 En el caso de los individuos comunes, el cuerpo se cubría con mantas o, en su defecto, se envolvía en una hamaca, con el propósito de que no entrara en contacto con el suelo, como todavía sucede entre algunos pueblos indígenas del área orinoco-amazónica.335 Los cadáveres se disponían de varias maneras, aunque por lo general se sepultaban en posición fetal, prefigurando de este modo su nuevo nacimiento en el panteón donde habitaban los espíritus, más allá del plano terrenal. Entre las prácticas funerarias taínas también existía la costumbre de separar la cabeza del cuerpo del difunto con fines rituales, al considerarla la parte principal del sujeto, donde re-
Guaíza o carátula de concha con la imagen de algún antepasado. (FGA)
171 TAÍNOS, ARTE Y SOCIEDAD
Según narran las crónicas, cuando morían el cacique y otros