Religiosidad popular dominicana Creencias y prácticas de la religiosidad popular B Francisco Javier Lemus, S. J. y Rolando Marty
–Oración y Ensalmo del Gran Poder de Dios El Gran Poder de Dios me valga, la fortaleza de la fe de Jesucristo me acompañe; la purificación sea conmigo. El Consistorio de La Santísima Trinidad quebrante la fortaleza de mis enemigos, para que no me hagan mal, ni a mí, ni a mis hijos, ni a mis parientes bienhechores. Amén.
Aquí se reza un Credo y se repite tres veces y luego con gran fervor se dirá: Jesucristo Redentor, que al mundo viniste y la Cruz venciste. Vence a los enemigos míos y de mis hijos por la muerte que tuviste.
Para hacer daño a alguiEn. Oración a la Ánima Sola y Oración a San Juan Loco.
–Oración contra los Enemigos Pido permiso a Dios, en su nombre viro esta vela, para que asimismo él, les vire a mis enemigos todo el mal que me estén haciendo a mí, a mi casa y a todo lo que pertenezca a mi persona. Porque en justicia de DIOS, no le debo nada a la envidia, al rencor, ni al odio en mala hora, la maldad sea con ellos mismos; justicia le pido al SUPREMO y que libre mi cuerpo de todo mal y que así sea. Amén. Padre Nuestro, Ave María.
Para conquistar y retener. Oración a las Nueve Ánimas de Lima; Oración al Espíritu del Desespero; Oración al Espíritu Intranquilo; Oración a los Tres Gemelos Santos: Eleusipo, Espelusipo y Neleusipo; Oración del Tabaco y los Espíritus Benéficos y Oración a Santa Martha la Negra.
–Oración a Santa Marta (La Dominadora)
El gran poder de Dios a veces es representado por una mano y en ocasiones, por el Corazón de Jesús B Santa Marta la Dominadora.
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¡Oh! Santa Marta. Virgen Dominadora de la Serpiente. Vos que salvasteis un niño de segura muerte envuelto por una serpiente y al cual Dios, por intercesión de Santa Marta, le concedió al niño, por medio del toque de un clarín o silvato se acercaran respetando su inocencia (Esto ocurrió en África en el año 1400). Asimismo deseo Santa Marta mía que, por intercesión de San Cipriano, me libres de toda maldad y castigue a todo aquel que pretenda hacerme daño, permitiendo que la serpiente que arropa a Santa Marta los domine enredándosele en su cuerpo hasta que se arrepienta y me pida de rodillas. Asimismo encomiendo mi fe en San Wesceslao y San Cipriano para que (sea mi amante, esposo o marido), me atienda y no me desampare en mis necesidades, de lo contrario Santa Marta lo domine con la serpiente, para que venga a mis manos. Amén. Padre Nuestro, Ave María.