crearlos, ellos se muestran débiles y por lo tanto de fácil penetración, por lo que sus rasgos culturales no se desarrollan armoniosamente como sería lo correcto”.16 Para concluir, cuando las referencias usadas se fundamentan en lecturas de modelos establecidos a raíz de acontecimientos históricos con fuerte incidencia en el territorio, como fue la colonización de la isla por los españoles o la ocupación oriental de la isla por los franceses, solo por mencionar algunos ejemplos, entonces se consisdera la referencia como “herencia histórica”. En el caso de no encontrar referencia alguna sobre el modelo encuestado se cataloga como atípico, es decir, “no identificable”. V. Apreciación de la casa y estado de la construcción. El nivel de apreciación que los miembros de una familia tengan de su casa es muy importante, sobre todo, porque este aspecto muchas veces va a reflejarse en el estado de la construcción y del mismo van a depender, también, las expectativas que la familia tenga de introducir cambios y mejoras. Se ha dividido este acápite en dos partes: la apreciación de los propietarios de la casa desde el punto de vista funcional y desde el punto de vista estético. En el primer caso, la apreciación se evalúa al cuestionar el entrevistado o los entrevistados sobre cómo conciben su casa, es decir, si la consideran confortable, regular o incómoda. De la misma manera, pero ya en el plano estético, se les cuestiona acerca de cómo juzgan su casa, o sea, si la encuentran bonita, agradable o fea. En ambos casos, esa información va a corroborar un conjunto de respuestas ya establecidas en los “datos generales sobre la familia”, sobre todo, lo relativo a la tenencia y al estatus económico. Por lo general, cuando los miembros de una familia consideran que su casa es confortable y bonita, es porque casi siempre son propietarios de la misma y no inquilinos, incluso esa apreciación favorable se torna más enfática cuando la casa, en vez de haber sido comprada, fue construida por iniciativa propia, permitiendo así que sus gustos, opiniones y preferencias logren plasmarse en el hogar. Contrario a esto, cualquiera podrá argumentar que una clasificación de incómoda y fea, dada por los miembros de una familia sobre su casa, supone que son gentes muy pobres o, por el contrario, que las familias pobres consideran su casa bajo estos términos. No es así. Abundantes casos niegan esta situación. Muchas familias, con niveles de ingresos bajísimos, encuentran su casa bonita y confortable, y poseen niveles altísimos de expectativas, constituyendo una experiencia agradable encontrarse con estos casos. Lo que sí es claro es que el nivel de apreciación va a reflejarse inmediatamente en las condiciones del hogar. Para establecer una acertada apreciación sobre el estado de la construcción de la casa, se deben tomar en cuenta todos y cada uno de sus componentes, es decir, los pisos, los cimientos, los muros, las estructuras, los techos, las puertas, las ventanas, la pintura, los acabados y los accesorios eléctricos y sanitarios. Luciano Castillo. Pobreza de la cultura. 1986.
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Arquitectura popular dominicana